INTRODUCCIÓN
El alcohol no es un producto como cualquier otro; ha formado parte de la civilización humana durante miles de años y aunque muchos lo asocian al placer y la sociabilidad, el abuso en su consumo también conlleva consecuencias perjudiciales sobre quienes lo ingieren; en la vida social los seres humanos, tanto en los momentos excepcionales (la fiesta o el luto) como en los cotidianos (la comida y la charla) han contado con la presencia estimulante de las bebidas alcohólicas1. El efecto que producen en el estado de ánimo y en la percepción de quienes las prueban llevó a las primeras culturas a considerarlas como un auténtico divino2; así, resulta natural el culto a deidades antiguas, con el uso del vino, siendo indispensable en muchas ceremonias religiosas, aun en nuestros días; sin embargo, también es cierto que estos efectos pueden mostrar un rostro oscuro a quienes prolongan su consumo más allá de lo conveniente; las consecuencias de este exceso son resentidas no sólo por el cuerpo del individuo, sino por la familia y la sociedad en su conjunto; la costumbre de beber es definitivamente un acto social que refleja en cierto modo la personalidad de una cultura3.
Cerca de dos mil millones de personas de todo el mundo consumen bebidas alcohólicas4. Los accidentes, la dependencia del alcohol y las enfermedades crónicas ocasionados por el abuso en el consumo de esta sustancia, pueden suponer un empeoramiento de la calidad de vida e incluso una muerte prematura; alrededor de 76 millones de personas padecen en la actualidad trastornos relacionados con el abuso en su consumo5. A nivel mundial, los adultos consumen al año un promedio de 5 litros de alcohol puro procedente de la cerveza, el vino y licores, los episodios de consumo excesivo de alcohol aluden a las ocasiones en las que se bebe hasta llegar a la embriaguez; en cuanto al alcoholismo, el problema es más grave, no solamente porque la ingesta desmedida afecta a grupos etarios económicamente activos y se asocia a una serie de problemas sociales, sino por los daños que el alcohol produce en un organismo debilitado por la desnutrición, la pobreza y la marginación extrema6. Se considera una enfermedad, porque el conjunto de fenómenos derivados de la pérdida de control llena todos los requisitos que la medicina exige para considerar como enfermedad ha determinado conjunto de signos y síntomas7.
En estudiantes universitarios existe alta vulnerabilidad en relación al consumo de alcohol, puesto que es una población que tiene mayores posibilidades de acceso a la compra de bebidas alcohólicas, debido a la mayoría de edad, denotando así un problema de salud pública en el cual existe la necesidad de intervenir de manera preventiva en la población universitaria para poder disminuir el consumo de esta sustancia nociva8),(11.
El objetivo del estudio fue identificar el conocimiento de los efectos del consumo de alcohol en estudiantes de la Universidad del Valle, teniendo en consideración la detección del síndrome de dependencia al alcohol en el ámbito sanitario / Alcohol Use Disorders Identification Test (AUDIT) por medio de la escala de riesgos, el nivel de conocimiento sobre los efectos del consumo de alcohol; como objetivos secundarios se establece catalogar el nivel de dependencia alcohólica a través de la escala de creencias acerca del abuso de sustancias, establecer la prevalencia de los efectos secundarios cotidiano después del consumo de alcohol y clasificar el consumo de alcohol según edad y sexo a través de las encuestas.
MATERIAL Y MÉTODOS
El trabajo fue realizado en el segundo semestre del 2022 en estudiantes de la Universidad del Valle sede La Paz; es de tipo transversal12; el enfoque es de tipo cuantitativo, ya que se busca obtener datos en valor numérico y clasificado en intervalos; el nivel del trabajo es exploratorio, ya que se necesita indagar acerca de predisposición, frecuencia, cantidad de alcohol consumido y el nivel de conocimiento en los estudiantes investigados13.
En relación a la técnica de recolección de datos e instrumento, se aplicó un cuestionario sobre la base de 31 preguntas de selección múltiple, la primera parte con datos demográficos, la segunda parte para el diagnóstico de alcoholemia, tomando en cuenta los “Patrones de consumo en función de la cantidad de consumo, la tercera parte consta de la detección del síndrome de dependencia alcohólica en el ámbito sanitario AUDIT y el cuestionario de creencias acerca del abuso de sustancias modificado para este trabajo, la cuarta parte evaluó el conocimiento sobre los efectos del alcohol así también la frecuencia con la que consume. Los indicadores para determinar el consumo de alcohol son la unidad de bebida estándar (UBE); para evaluar el conocimiento se utilizaron los criterios de puntuación para la detección del consumo del alcohol de las encuestas AUDIT y cuestionario de creencias sobre el abuso de sustancias14. La investigación considera como indicadores de análisis la siguiente escala (tabla 1 y 2):
Tabla 1 Patrones de consumo de alcohol en función de la cantidad.

Fuente: Diagnóstico y tratamiento de la dependencia de alcohol (15). UBE: Unidad de bebida estándar
UBE se refiere al contenido medio en alcohol de una consumición habitual en cuanto a su graduación y volumen. Se acepta que 1 UBE equivale a 10 gramos de alcohol. En función de la cantidad de alcohol consumido se clasifican los bebedores en grados.
Los gramos de alcohol = ml de bebida X graduación de la bebida X 0.8 / 100
Tabla 2 Detección del síndrome de dependencia alcohólica en el ámbito sanitario

Fuente: Cuestionario AUDIT para la detección del consumo de alcohol (16)
En la segunda parte de la encuesta tenemos el modelo cognitivo de drogodependencias, postula que existe una relación estrecha entre los pensamientos y la adicción en sí misma; esta escala mide muchas de las creencias más frecuentes acerca de la utilización del alcohol; la escala de creencias acerca del abuso de sustancias17: autoinforme compuesto de 19 ítems.
- Una puntuación de 19 indica que la persona está totalmente abstemia.
- Una puntuación de 20 a 37 puntos indicaría dependencia leve
- Una puntuación de 38 a 57 puntos indica dependencia moderada
- Una puntuación de 58 a 95 indica que la persona entra en una clasificación de dependiente grave de alcohol.
La medición del conocimiento se realiza sobre la base de la escala del reglamento de evaluación, promoción y certificación en la residencia médica, CRIDAIIC”. La escala de calificaciones es del 1 al 100% (tabla 3 y 4).
Para el procesamiento de los datos se realizó a través del cálculo de proporción entre mujeres y varones, el nivel de alcoholemia y el nivel de conocimiento, los cuales están expresados en porcentajes.
RESULTADOS
De 209 estudiantes encuestados: 136 o 65,1 % empezaron a beber entre los 19 a 21 años, 36 estudiantes o 17,2 % empezaron a beber antes de cumplir los 18 años, 29 estudiantes o 13,9 % empezaron a beber entre 22 a 24 años, 7 estudiantes o 3,3 % empezaron a beber después de cumplir los 25 años y un estudiante o 0,5 % no respondió. Por otro lado 86 estudiantes o 41,1 % representan el sexo femenino, 82 estudiantes; además el 39,2 % representan el sexo masculino y 41 estudiantes o 19,6 % se abstuvo de responder. Desde otra óptica; 129 estudiantes o 61,7 % son de la carrera de medicina, 13 estudiantes o 6,2 % son de la carrera de Arquitectura, 11 estudiantes o 5,3 % son de la carrera de odontología, 10 estudiantes o 4,8 % son de la carrera de ISI (Ingeniería de sistemas informáticos), 9 estudiantes o 4,3 % son de la carrera de ICI (Ingeniería comercio internacional), 6 estudiantes o el 2,9 % son de la carrera de BQ y FAR (Bioquímica y farmacia), 6 estudiantes o 2,9 % son de la carrera de Ingeniería comercial, 5 estudiantes o 2,4 % son de la carrera de LAE (Licenciatura en administración de empresas), 2 estudiantes o 1,0 % son de la carrera de CP (Contaduría pública), 2 estudiantes o 1,0 % son de la carrera de ingeniería civil, 2 estudiantes o el 1,0 % son de la carrera de LFK (Licenciatura en fisioterapia y kinesiología), 1 estudiante o el 0.5% son de la carrera de Derecho, 1 estudiante o el 0.5% son de la carrera de IFR (Ingeniería financiera y de riesgos), 1 estudiante o el 0.5% son de la carrera de LDE (Licenciatura en derecho), 1 estudiante o el 0.5% son de la carrera de LCN (Licenciatura en comunicaciones), 1 estudiante o el 0.5% son de la carrera SIS (Ingeniería de sistemas) y el 6 estudiantes o el 2.9% se abstuvieron de responder.
Se logró detectar una probable dependencia al alcohol, en donde la cifra que encontramos, de riesgo medio, alto riesgo y una probable adicción es mayor al 50% (tabla 5).
Tabla 5 Detección del síndrome de dependencia al alcohol en el ámbito sanitario (AUDIT) por medio de la escala de riesgos.

Fuente: Resultados del estudio.
Mediante el cuestionario de creencias acerca del abuso de sustancias modificado para este trabajo, adecuamos algunos parámetros para poder graduar el conocimiento en los estudiantes de la Universidad del Valle, gracias a esto obtuvimos datos en donde el 45% poseen un conocimiento suficiente sobre el consumo de alcohol; por otro lado, el 2.4% obtuvo un puntaje excelente, esto denota la falta de conocimiento sobre los efectos del consumo de alcohol (Figura 1).
Un 51,2 % de los estudiantes de la universidad del valle, tienen una dependencia leve; un 19.6% tiene una dependencia moderada y hasta un 4,3 % una dependencia grave (Figura 2).
En cuanto la prevalencia de efectos secundarios cotidianos y el consumo de alcohol, se puede observar la mayoría de les encuestados no ha sido capaz de hacer lo que debía, olvidar lo que ocurrió la noche anterior y presentar lesiones a consecuencia del consumo de alcohol; de modo que existe una elevada prevalencia en efectos secundarios cotidianos después del consumo de alcohol (Figura 3).
Los resultados obtenidos por la encuesta tomada a los estudiantes de la universidad del valle, indica que el pico de inicio en la ingesta de bebidas alcohólicas se encuentra en las edades de 16 a 20 años que se da con más frecuencia en el sexo masculino; además que la mayor frecuencia de consumo es mensual (Figura 4).
Finalmente, en cuanto a la medición del conocimiento se denota la falta de conocimiento en el estudiantado, mismo que refleja a un 35 % (75 estudiantes) con conocimiento insuficiente; 45,5 % (95 estudiantes) con conocimiento suficiente; 16,3%(34) con buen conocimiento y 2,4 %5 con excelente conocimiento.
DISCUSIÓN
Según los resultados obtenidos en relación al sexo obtuvimos 39,2 % de sexo masculino y un 41,1 % de sexo femenino, dicho difiere con los resultados obtenidos por Mora CA et al18, que presento al 52,8 % como sexo masculino y un 47,2 % fueron de sexo femenino; cabe resaltar que en nuestro estudio un 19,6 % prefirió no revelar su sexo en la ejecución de la encuesta; con respecto a la media de la edad en los encuestados obtuvimos 21.11 años para los estudiantes universitarios encuestados, este dato se asemeja a los de García-Carretero MA et al19, donde obtuvo una edad media de 21.1 años y también son similares a los datos obtenidos por Gonzales V et al20, que obtuvo una edad media de 20,8 años; en cuanto al grado de dependencia al alcohol los resultados obtenidos son similares con los resultados de Paredes V21, que denota a un 75,14 % de su población con un consumo de bajo riesgo de alcohol, dato que a comparación del nuestro es casi similar con un 51,2 % con una dependencia leve al consumo de alcohol; este resultado difiere mucho al estudio de Carlos Cruces H et al22 donde menciona que el 55,7 % de los estudiantes encuestados tienen un alto consumo de alcohol.
En relación con el consumo de alcohol se obtuvo que un 68 % de su población estudiada consume bebidas alcohólicas, estos datos son similares a los obtenidos en nuestro estudio en donde el 63,9 % (106 encuestados) de estudiantes consumen bebidas alcohólicas, dicho dato es similar al obtenido por Gogeascoechea Trejo M et al23 y Rivadeneira Diaz Y et al24 donde obtuvieron que los estudiantes universitarios tenían una prevalencia de 55,5 %; sin embargo este dato difiere al obtenido por Gómez-Tejeda J et al25 que analizo una población de 12 a 17 años de edad y obtuvo que un 87,6 % de sus encuestados consume bebidas alcohólicas; en referencia al nivel de conocimiento acerca del consumo de bebidas alcohólicas en los estudiantes universitarios encuestados se determinó que la mayor cantidad de encuestados posee un suficiente conocimiento e insuficiente conocimiento del consumo de bebidas alcohólicas con 45,5 % y 35,9 % respectivamente, este dato difiere por mucho a los resultados obtenidos por Olano R et al26, donde el 81,1 % de participantes denotaron que poseen un amplio conocimiento de las consecuencias del consumo de bebidas alcohólicas.
Mediante el uso de la prueba AUDIT (Test de Identificación de Desorden en el Uso De Alcohol) es probable confirmar la existencia del consumo de alcohol, reflejando la existencia una adicción en 8 estudiantes o el 3,8 % de nuestra población encuestada, un riesgo alto en 33 estudiantes o el 15,8 %, un riesgo medio con 91 estudiantes o 43,5 % y riesgo bajo con 77 estudiantes o el 36,8 %; por lo tano este hallazgo puede generar problemas emocionales, familiares y hasta físicos en los estudiantes de diferentes carreras, que sin duda en un futuro pueden comprometer su desempeño académico; se logró de categorizar a los estudiantes con el 24 % como abstemios (52 estudiantes), 107 estudiantes o el 51,2 % con dependencia leve, 41 estudiantes o 38,57 % con dependencia moderada y a 9 o el 4,3 % estudiantes con dependencia grave; lo cual va a incurrir tanto en la salud y en su desempeño académico; también podemos indicar que el pico de inicio en la ingesta de bebidas alcohólicas se encuentra en las edades de 16 a 20 años, que son grupos de estudiantes frágiles en poder incurrir con el uso de estas sustancias nocivas; desde otra óptica creemos que cualquier tipo de dependencia evidentemente afectaran en el rendimiento académico de los estudiantes, pudiendo tener mas efectos negativos si los mismos no concluyen esta etapa estudiantil; esta claro que necesitamos mas estudios que comparen el uso de esta sustancia toxica con el verdadero resultado académico de los estudiantes, además de su efecto en la salud y por que no el contexto familiar.




















