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Journal of the Selva Andina Research Society

versión On-line ISSN 2072-9294

J. Selva Andina Res. Soc. v.1 n.1 La Paz  2010

 

REVISIONES

 

Revisión de 13 especies de la familia Triatominae (Hemiptera: Reduviidae) vectores de la enfermedad de Chagas, en México

 

A revision of thirteen species of Triatominae (Hemiptera: Reduviidae) vectors of Chagas disease in Mexico

 

 

*Salazar-Schettino Paz Maria1, **Rojas-Wastavino Gloria Elena1,  Cabrera-Bravo Margarita1,  Bucio-Torres Martha Irene1,  Martínez-Ibarra José Alejandro3,

Monroy-Escobar Maria Carlota2,  Rodas-Retana Antonieta2,  Guevara-Gómez Yolanda1,  Vences-Blanco Mauro Omar1,

Ruiz-Hernández Adela Luisa1,  Torres-Gutiérrez Elia1

 

1 Departamento de Microbiología y Parasitología Facultad de Medicina, Universidad Nacional Autónoma de México.

Edificio “A” 2º Piso, Ciudad Universitaria, Mexico, DF.

2 Universidad de San Carlos de Guatemala, Laboratorio de Entomología Aplicada y Parasitología.

3 Área de Entomología Médica, Centro Universitario del Sur, Universidad de Guadalajara.

Avenida Prolongación Colon s/n Km 1 Carretera Cd Guzmán-Guadalajara Jalisco.

 

*Dirección de contacto: Paz María Salazar-Schettino. E-mail. pazmar@servidor.unam.mx Tel/fax (52) (55) 56232468

** Dirección de contacto: Gloria Elena Rojas-Wastavino. daglo@servidor.unam.mx,

Recibido Junio 10, 2010. 
Aceptado Agosto 06, 2010.

 

 


Resumen 

Los transmisores de Trypanosoma cruzi, flagelado causante de la enfermedad, se dividen en intradomiciliados, peridomiciliados y silvestres. Entre los intradomiciliados se encuentran, Triatoma barberi y Triatoma dimidiata, que son los que representan un mayor riesgo para la Salud Pública, en México. Aunque Triatoma dimidiata se encuentra principalmente dentro de la vivienda, en Yucatán tiene un comportamiento peridomiciliar, dentro de este grupo se encuentran la mayoría de los transmisores de la enfermedad de Chagas Meccus longipennis, M. mazzottii, M. pallidipennis, M. phyllosomus, M. picturatus, Triatoma gerstaeckeri, T. mexicana, T. rubida, Dipetalogaster máxima, Panstrongylus rufotuberculatus y Rhodnius prolixus. Los transmisores peridomiciliados son de menor riesgo en la dinámica de transmisión comparados con los intradomiciliados. Para el control de los transmisores intradomiciliados, se deben emplear programas de educación para la salud, mejoramiento de vivienda e insecticidas; mientras que para los vectores visitantes o peridomiciliados, son necesarios programas de educación para la salud, uso de mosquiteros, pabellones y cementación de las bardas de piedra.

Palabras clave: Triatominos, infección por Trypanosoma cruzi, comportamiento, control, México.


 Abstract

Vectors of Trypanosoma cruzi, parasite responsible for Chagas disease, are divided in intradomestic, peridomestic and sylvatic. The intradomestic are Triatoma barberi and Triatoma dimidiata, two species that represent the highest health risk among the Mexican population. Triatoma dimidiata is a species found mainly inside human habitats, but in Yucatan, it corresponds to the peridomicile vectors. Also in the peridomicile most of Chagas disease vectors are found: Meccus bassolsae, M. longipennis, M. mazzottii, M pallidipennis, M. phyllosomus, M picturata, Triatoma gerstaeckeri, T mexicana, T rubida, Dipetalogaster máxima (the last two are in the process of becoming adapted to the domicile), Panstrongylus rufotuberculatus which occasionally enters the domicile in its adult stage, and Rhodnius prolixus, which is practically controlled in the country. Peridomestic vectors are of lower risk in the transmission dynamics, as compared to the intradomestic ones. For the control of the intradomestic vectors, health education programs, improvements of housing, and the use of pesticides are essential To control the peridomestic vectors, health education programs are required, as well as the use of mosquito nets on doors and windows and around beds, aside from cementing the stone wall fences. 

Key words: Triatominae, natural infection with Trypanosoma cruzi, behaviour, control, Mexico.


 

 

Introducción 

En América Latina existen varias iniciativas para el control de los transmisores de Trypanosoma cruzi, agente causal de la enfermedad de Chagas, en la Iniciativa de los países del Cono Sur (OMS 1992), el transmisor a controlar es Triatoma infestans, en las Iniciativas de los Países Andinos y de América Central (OMS 1997, 1998) el transmisor a erradicar es Rhodnius prolixus y a controlar T. dimidiata. En la “Iniciativa México” (Salazar et al 2001) no se propone una especie en particular, ya que existe una gran variedad de transmisores, distribuidos en todo el país, desde el más pequeño, Belminus costaricensis, hasta el más grande, como Dipetalogaster máxima, en Baja California Sur (Salazar et al 1988). Todos ellos se han encontrado relacionados con la transmisión de esta enfermedad en nuestro país (Cruz & Pickering 2006)

En México se han reportado 32 transmisores de Trypanosoma cruzi, 19 pertenecen al género Triatoma y seis género Meccus, dos especies al género Panstrongylus y una especie de cada uno de los siguientes géneros: Belminus, Dipetalogaster, Eratyrus, Paratriatoma, and Rhodnius. Los géneros Dipetalogaster y Meccus y ocho especies del género Triatoma son exclusivos de México (Galvão et al 2003).

Trece transmisores están relacionados a vivienda humana, dos se han encontrado en el intradomicilio y once en el peridomicilio (Vidal et al 2000).

Los intradomiciliados son Triatoma barberi y Triatoma dimidiata, éste último en la península de Yucatán tiene un comportamiento semejante al observado en los transmisores peridomiciliados o visitantes. Las especies de vectores visitantes colonizan el peridomicilio, esto es 50 m alrededor de la vivienda (Bautista et al 1999) y algunos estadios de desarrollo de su ciclo de vida se han encontrado en el intradomicilio. Dipetalogaster máxima tiene un ciclo de vida silvestre (Lent & Wygodzinsky 1979), pero se ha observado en estos últimos años que presenta un proceso de transición y adaptación a la vivienda humana. De las once especies visitantes, sólo se han observado ninfas de los últimos estadios y adultos en el intradomicilio, los denominamos “vectores visitantes” ya que no colonizan la habitación humana y su presencia no esta asociada con algún tipo de material de construcción, sólo penetran en la vivienda para la búsqueda de alimento y al obtenerlo salen de ésta. Otro dato que apoya su procedencia del peridomicilio es que Meccus pallidipennis M. longipennis, M. mazzotti y T. mexicana, son especies de las que hemos encontrado prácticamente todos los estadios preferentemente los primeros de su desarrollo biológico, debajo de las piedras o en bardas de piedra, ya que ahí es donde llevan a cabo su ciclo biológico.

De los transmisores visitantes no se han colectado todos los estadios del ciclo biológico en el intradomicilio, por lo que el índice de colonización propuesto por Silveira  et al (1984) y la modificación de éste por Diotauti et al (2000), no reflejan de forma real este índice, aún cuando se encuentren ninfas de 4° y 5° estadio; la realidad es que el vector no está colonizando la vivienda.

La altitud que va en correlación con la temperatura ambiental son factores muy importantes a considerar, ya que estos insectos transmisores no tienen centro termorregulador, por lo que tanto el transmisor como el parásito se encuentran a la temperatura ambiente, lo que va a influir en la dinámica de transmisión de T. cruzi. Sabemos que la temperatura ideal para el parásito es de 28 a 30ºC, temperatura que no se tiene en altitudes elevadas.

Triatoma dimidiata es el transmisor más disperso en México, su presencia ha sido reportada en el sur, centro, este (Golfo de México) y norte del país, por esta razón en la Iniciativa de los Países Andinos y en la Iniciativa de los Países de América Central (OMS 1997, 1998) sólo se propone el control y no la erradicación de esta especie.

En las cifras de seroprevalencia, hay diferencias entre las zonas donde se encuentran los vectores intradomiciliados con las de las zonas donde se reportan los vectores visitantes.  Con relación a los individuos que desarrollaron la enfermedad se tiene que en las zonas donde se reportan vectores visitantes existen pacientes con miocardiopatía y donde está T. barberi, considerada intradomiciliada, además de esta patología, se diagnostican megas digestivos (Salazar et al 1984a, Tay et al 1986, Salazar et al. 1979).

Un estado que merece mencionarse en forma especial, por sus antecedentes históricos respecto a la enfermedad y por la variedad de transmisores es el estado de Oaxaca, se han reportado diez diferentes especies de transmisores (Galvão et al 2003, Lent & Wygodzinsky 1979, Carcavallo et al 1999, Ramsey et al 2000) , aquí se reporta por primera vez al vector infectado, los reservorios y casos humanos agudos (Mazzotti 1936, Mazzotti 1940) y los primeros casos crónicos de miocardiopatía, megaesófago y megacolon (Salazar et al 1984a, Tay et al 1986, Salazar et al 1979).

Goldsmith et al (1971) en un estudio seroepidemiológico de la región de la costa encontró un 29% de seropositividad, en una de estas localidades una seroprevalencia de 76% en mayores de 20 años y 2% en menores de 10 años. Para tener un seguimiento de esto, realizó otro estudio que inicio en 1980 en el que reporta en 124 menores de 16 años un 35% de seropositivos, contrastando con el 2% del anterior; estos periodos donde encuentra niños seronegativos entre el primero y segundo estudio coinciden con los rociamientos con DDT de la campaña de erradicación de la malaria (Goldsmith et al 1986) encontró 0.9 % de seroprevalencia; otros estudios realizados en el estado reportan seroprevalencias entre 7.8% y 25.3% (Tay et al 1986, Cortés et al 1985).

 

Material y métodos

Esta revisión se organizó a partir de la literatura disponible que incluyó artículos de investigación, resúmenes de conferencias, “proceedings”, tesis de licenciatura, maestría y doctorado e investigaciones originales realizadas por los autores. El propósito de esta revisión es mostrar algunos aspectos acerca de 13 transmisores, dos intradomiciliados once peridomiciliados. Los intradomiciliados son Triatoma barberi y Triatoma dimidiata, dos especies que representan un alto riesgo para la salud entre la población mexicana. Las especies del peridomicilio son: Meccus longipennis, M. mazzottii, M. pallidipennis, M. phyllosomus, M. picturatus, Triatoma gerstaeckeri, T. mexicana, T. rubida, Dipetalogaster máxima, Panstrongylus rufotuberculatus y Rhodnius prolixus.

 

Resultados

Triatoma barberi (Usinger, 1939). Este transmisor sólo se ha reportado en México (Figura 1), en los estados de Colima, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos; Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tlaxcala y Veracruz (Salazar et al 1988, Salazar et al 2005, Martínez et al 2008). Es el más pequeño de los que vamos a comentar, difícil de colectar dentro del domicilio por ser muy rápido y penetrar dentro de oquedades o fisura de los muros. Es el que se encuentra a mayor altura pues se han reportado desde el nivel del mar hasta los 2000 m (Carcavallo et al 1999) y de los 640 a 2200 m, en el estado de Oaxaca (Ramsey et al 2000). La hembra 18.5-20 mm y el macho  de 16-18mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

Los aislados de T. cruzi obtenidos de T. barberi, son de alta patogenicidad, por la patología que presenta en el humano. Como transmisor es más efectivo que T. dimidiata basados en parámetros entomológicos como: capacidad de domiciliación, antropofilia, tiempo entre alimentación y defecación así como porcentaje de formas infectantes en heces (Salazar et al 2005a).

El índice de infección natural es variable, esto depende del lugar y el número de ejemplares, se ha reportado arriba del 70%.

En el estado de Guerrero se realizó un muestreo representativo en 20 comunidades que incluyó 978 casas y 4372 individuos, de éstos 132 (3%) fueron seropositivos y en 75 (1.7%) se encontraron reactividades altas hasta de 1:5500. En este estudio se señala algo muy importante, el hallazgo de niños de 10 años seropositivos en la Costa Chica y en la región de Tierra Caliente del estado, lo que indica de que existe la transmisión vectorial activa. Llama la atención que el 33% de seropositividad se encuentre en el rango de 45-64 años y el 56% de la población estudiada se encuentre sobre los 65 años. Por otro lado sólo el 55% reconoció al vector y el 7% lo relaciona con la enfermedad,  también se hacen comentarios sobre el transmisor pero no refieren la o las especies (Andersson et al. 1990). En otros estudios encuentran el 8.5% (Biagi et al 1964), 23.4% (Velasco & Guzmán 1986) 0.1% (Velasco et al 1992) de seroprevalencia.

En el estado de Michoacán, en tres localidades del municipio de Tuxpan, encuentran a T. barberi con 37.0%, 40:0% y 47% de infección natural en los ejemplares colectados (Tay & Biagi 1964). En otro estudio reportan en una localidad 7.2% (12/165 individuos) de seropositividad y de estos 17.4% con hallazgos electrocardiográficos compatibles con cardiopatía chagásica, ademas una  seropositividad en población abierta de 10.8% (Tay et al 1967).

En Querétaro, encuentran al transmisor bien adaptado al domicilio y en 202 especimenes el 56.6% lo encuentra con infección natural con relación a la serología reporta un 42.6% y de estos el 16% con alteraciones electrocardiográficas compatibles con la enfermedad y 2% con megaesófago (De Haro 1997). En dos estudios reportan serologías con 0.2% para el estado (Velasco et al 1992) y 26.7% en la localidad ((Velasco & Bracho 1986).

Hemos encontrado T. barberi a nivel de la cama en hendiduras profundas de la pared (lo que las protege del medio ambiente y proporcionan un hábitat oscuro). Sobre su comportamiento son atraídos por luz artificial y tienen la actividad nocturna. Nuestras observaciones indican que su tiempo de defecación es rápido y ocurre durante la alimentación, un hecho que corroboramos en algunos dormitorios en Querétaro y Oaxaca dónde ningún rastro fecal se encontró en la pared sino en colchones (De Haro 1997).

En un estudio de tipo epidemiológico realizado en 4 localidades del municipio de Zacoalco de Torres, en el estado de Jalisco el único vector que se encontró fue T. barberi se colectaron 281 ejemplares, de éstos 176 (62%) fueron positivos a T. cruzi y de 530 personas estudiadas, 7(1.3%) fueron seropositivas, por la prueba de hemaglutinación Indirecta, ocho (1.5%) personas fueron parasitológicamente positivas y de éstas, 3 personas presentaron sintomatología y/o alteraciones en los electrocardiogramas atribuibles a la miocardiopatía chagásica (Tay et al 1979). Se reportan seroprevalencia en tres localidades de 19.5%, 16.3% y 13.5% (Velasco & Guzmán 1986) y de l 0.1%  para el estado (Velasco et al 1992). Sin embargo, en un estudio realizado en localidades de los estados de Jalisco y Nayarit, T. barberi se capturó sólo en el área peridoméstica; en la opinión de los autores de la investigación esta especie es de menor importancia en estas localidades (Martínez et al 2008).

En el estado de Morelos, las observaciones acerca de T. barberi, están relacionadas con sus hábitos nocturnos, su alimentación en habitaciones obscurecidas durante el día, el vuelo y de ser atraída por la luz, de su antropofilia y de haberse colectado todos los estadios en la habitación humana y de existir en climas templados o semitropicales (Tay et al 1966). Se capturaron 25 adultos de T. barberi  con el 68.0% de infección natural (Cortés et al 1996).

En el estado de Oaxaca de una colecta de 362 ejemplares de T. barberi 261 (72%) se encontraban infectadas con T. cruzi, cuya fuente de alimentación principal eran roedores y el hombre; la reportan como domiciliada y la consideran como responsable de la transmisión de la enfermedad de Chagas en el valle de Oaxaca (Zárate et al 1980). Nuestro grupo encontró en 4 localidades del estado a T. barberi  y una seropositividad de 9.17%. En una de estas localidades cerca de la ciudad de Oaxaca, la seroprevalencia en la población menor de 12 años de edad, fue de 21% (Salazar et al 1984b). En otra de estas localidades se estudiaron a 50 individuos entre 16 y 21 años, de los cuales, 10 (20%) de ellos presentaron serología positiva y alteraciones electrocardiográficas compatibles con la enfermedad (Salazar et al 1989). Vidal et al 2000, encontró 21 ejemplares de T. barberi sólo uno (4.8%) fue positivo a la infección por T. cruzi.

En Tlaxcala sólo se ha reportado a T. barberi (Zárate & Zárate 1985) y Velasco et al 1992, registra 0.2% de seroprevalencia.

En el estado de Hidalgo, se muestrearon 1826 viviendas en 13 Jurisdicciones Sanitarias, las únicas especies transmisoras fueron T. barberi y T. dimidiata, en 7 de las 13 Jurisdicciones Sanitarias (54%). El total de ejemplares fueron 321, capturados en 85 (4.6%) viviendas. Se colectaron huevos, ninfas, exuvias y 192 ejemplares adultos, de éstos 89 (46%) fueron machos y 103 (54%) hembras; 58 (30%) ejemplares correspondieron a la especie T. barberi y 134 (70 %) a T. dimidiata, con 15% y 8% positivos a la infección por T. cruzi, respectivamente. Se obtuvo un índice de infección de riesgo de 3% para el estado. Siendo estas dos especies intradomiciliados se les encuentran los mismos factores de riesgo como son el hacinamiento, material de construcción de muros, techos y piso, la falta de agua y la presencia de animales dentro de las viviendas. Sin embargo, el material de construcción del muro (adobe, carrizo, madera y piedra), techo (paja, palma, tejamanil, teja, madera y lámina) y pisos de tierra son de mayor riesgo para la infestación con T. dimidiata  y para T. barberi  son los muros de piedra (Escorza et al 2001). Estas observaciones coinciden las realizadas para T. dimidiata en Veracruz y para T. barberi en Querétaro.

 

Triatoma dimidiata (Usinger, 1944)

Este transmisor está ampliamente distribuido en el Continente Americano, registrado desde el norte de Perú, hasta el norte del estado de Veracruz.

Se ha reportado en 16 estados de la República Mexicana: Campeche, Colima, Chiapas, Estado de Mexico, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz y Yucatán (Salazar et al 1988, Cruz & Pickering 2006, Lent & Wygodzinsky 1979, Zárate & Zárate 1985) (Figura 2). Se ha reportado desde el nivel del mar hasta los  2360 m (Vidal et al 2000, Ramsey 2000). La hembra mide 24.5-35.0 mm ♂ 24.4-32.0 mm (Lent & Wygodzinsky 1979)

Triatoma dimidiata se localiza en el piso, particularmente debajo de las camas y en el ángulo formado por el suelo y la pared (Salazar et al 2005). También es atraída por la luz artificial; defeca entre los 10 y 20 minutos después de comer.

En Chiapas, T. dimidiata se encuentra entre las 5 especies reportadas en el estado ((Zárate & Zárate 1985), y se encuentra domiciliada ((López-Ordoñez et al 2006). Se ha reportado una seroprevalencia entre 14% y 28% (Goldsmith et al 1983) y Velasco et al 1992 reportaron 3% de seroprevalencia, la más elevada del país.

En Guanajuato, se reporta un ejemplar de T. dimidiata negativo a la infección por T. cruzi (Vidal et al 2000). El hallazgo de un sólo ejemplar de T. dimidiata, sugiere la posibilidad de que haya sido transportado de otro lugar del país. Se publica una seroprevalencia de 0.1% para el estado (Velasco et al 1992).

En Guerrero se han descrito 8 especies diferentes de triatominos, entre ellas a T. dimidiata (Vidal et al 2000, Zárate & Zárate 1985). Biagi et al 1964 informaron 8.5% de seropositividad, pero Velasco & Guzman 1986 informaron 23.4% y 18.8% en dos localidades.

Un muestreo representativo de 20 comunidades con un total de 978 casas y 4372 individuos, dieron como resultado que a 132 personas (3%) seropositivos, en 75 de ellos (7%) se encontraron títulos tan elevados como 1:5500; el autor señala un hallazgo muy importante, seropositividad en niños de 10 años en la Costa Chica (Acapulco y región de Tierra Caliente), lo que indica la existencia de transmisión activa. Llama la atención que 1443 personas (33%) sean individuos entre 45-64 años y 2448 (56%) tenían más de 65 años; por otro lado, sólo 2405 (55%) reconoció al vector y sólo 306 (7%) lo relacionan con la enfermedad (Andersson et al 1990). Se reporta para el estado el 0.1% de seroprevalencia (Velasco et al 1992).

En Jalisco, T. dimidiata es uno de los 8 vectores reportados. En un estudio, encuentran sólo un ejemplar dentro del domicilio al igual que T. brailovskyi, por lo que comentan en su publicación que ambos son intradomiciliados (Magallón et al 1998).

En el Estado de México, encuentran al transmisor en un área colindante con el estado de Morelos. En un estudio que incluyó a 380 viviendas de 100 localidades, de 5 municipios y de una Jurisdicción Sanitaria, reportan que el 24% de las localidades estuvieron infestadas con triatominos; 53.8% de la captura fue en el intradomicilio y 42.3% en el en el peridomicilio y 3.8% en ambos sitios. T. dimidiata,  fue capturada en una sola localidad, todas fueron negativas a la infección por T. cruzi. La reportan localizada entre 600 y 1600 m en este estado (Martínez et al 2002). La seroprevalencia ha sido negativa en este estado (Velasco et al 1992).

En el estado de Puebla, Sandoval et al 2002, capturó 338especímenes de T. dimidiata, 62 (18.3%) de ellos eran hembras y 48 (14.2%) machos; la infección natural a T. cruzi fue positiva en 30 ejemplares (8.8%). Localidades con seroprevalencia de 52.1%, 4.0%, 20.7% y 28.0% han sido reportadas (Velasco & Guzmán 1986) y en el estudio de Velasco et al 1992) la seroprevalencia fue negativa para el estado.

En Oaxaca, reportan el hallazgo de 195 ejemplares de T. dimidiata de los cuales 8 (4.1%) fueron positivos a la infección por T. cruzi (Vidal et al 2000).

En el estado de San Luis Potosí, Vidal et al 2000 reportan el hallazgo de 58 ejemplares de T. dimidiata de los cuales 3 (5.2%) resultaron positivos a la infección por T. cruzi. En un estudio serológico en la población indígenas de la Huasteca Potosina revelan 10.8% de seropositivos (Garrocho et al 1991) y se registra una seroprevalencia de 0.2% para el estado (Velasco et al 1992).

En el estado de Tabasco este vector ha sido reportado por varios autores (Salazar et al 1988, Lent & Wygodzinsky 1979, Zárate & Zárate 1985). Con relación a la seroprevalencia, un estudio reporta 13% (Sánchez 1988) y otro 0.1%  para el estado (Velasco 1992).

En el estado de Veracruz, T. dimidiata fue reportada como Conorrhinus dimidiatus (Champion 1899) “como probable transmisor de la tripanosomiasis humana” (Hoffmann 1928). En un estudio se reporta  el hallazgo de 1934 ejemplares, de los cuales 269(14%) fueron positivos a la infección por T. cruzi (Vidal 2000).

En un estudio realizado por nuestro grupo de trabajo en las 11 Jurisdicciones Sanitarias del estado, se capturaron 2526 ejemplares. En el intradomicilio se encontraron 2248 (89%) y en el peridomicilio 278 (11%). Esta especie se encuentra perfectamente domiciliada, nosotros encontramos huevos, todos los estadios ninfales y adultos dentro del domicilio. Los índices de infestación, colonización infección natural fueron de 13.5%, 60.8% y 10.6 %; respectivamente; los ecotopos fueron el dormitorio (84%), bodegas (3%) y otros sitios (13%); dentro del dormitorio los ecotopos fueron muro cerca de la cama (56%), cama (39%), piso (4%), ropero y ventana (1%). En la Jurisdicción Sanitaria “2”, encontramos el mayor número de ejemplares de T. dimidiata con un índice de infección del 10% y la seropositividad más alta entre la población (2.8%) del estado, esto indica que la abundancia del transmisor la hace de mayor riesgo. En la Jurisdicción Sanitaria “7”; con una altura promedio de 1230 m y temperatura promedio de 18ºC, no se capturó al vector y la serología fue negativa. Con relación a la serología se estudiaron 9782 individuos, en nueve de las once jurisdicciones, la prevalencia fluctúo entre 0 y 2,8%. En cinco de jurisdicciones encontramos personas menores de 18 años infectadas, lo cual indica una transmisión activa (Salazar et al 2005b). En otro estudio realizado, también, en Veracruz, sólo en población menor de 18 años (considerada la edad pediátrica en México), encontramos una seroprevalencia entre 0.4% y 5.2% en 1544 muestras estudiadas (Salazar et al. 2007a). Otros estudios reportan 22.1% y 0.4% para el estado (Velasco & Guzmán 1986, Velasco et al 1992).

Este vector que encontramos como el único domiciliado en el estado de Veracruz también lo localizamos dentro del domicilio en los estados de Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla y Estado de México. Es fundamentalmente silvestre en la Península de Yucatán (Campeche, Yucatán y Quintana Roo. En un estudio realizado en 115 casas de 23 localidades distribuidas en la Península encontraron la mayor abundancia de T. dimidiata en la estación calurosa, los hallazgos sugieren que este vector en la Península de Yucatán no coloniza la habitación humana. Los autores reportan un 34% de infeccion natural de este vector en la península (Dumonteil et al 2002).

En cuanto a estudios de seroprevalencia, reportan 11.2% de seroprevalencia en Yucatán (Quintal et al 1975), Barrera et al 1992 encuentra 6.12% de positivos en 96 hemodonadores y Farfán-Ale et al 1992 encontró 18%; Rodríguez et al 1995 en 215 donantes encuentra una prevalencia de 5.6% y Zavala Castro et al 1995, reporta un 17.0% de cardiópatas en seis de 36 pacientes. Velasco et al 1992 reportó seroprevalencia negativa en Campeche y Yucatán, y de 0.3%, en Quintana Roo.

 

Meccus longipennis. (Usinger, 1939)

Esta especie es exclusiva de México; se encuentra distribuida principalmente en los estados del occidente de México: Aguascalientes, Colima, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Sinaloa y Zacatecas (Figura 3) (Zárate & Zárate 1985). Es reportado a una altitud entre 200 y 1500 m (Carcavallo et al 1999). La hembra mide 30-37 mm y el macho 29-34 mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

Los porcentajes de infección natural por Trypanosoma cruzi en este transmisor varían en los diferentes estados; en Nayarit, reportan 24 ejemplares de M. longipennis con 7 (29.2%) positivos al parásito (Vidal et al 2000). En otros estudios, la reportan en el peridomicilio (Martínez et al 2008, Magallón et al 2001, Magallón et al 2004). Un índice de infección naturl de 29.3% (98/334) ha sido reportado (Martínez et al 2001) y de 21.7% (118/548) (Martínez et al 2008)

La serología fue de 22% de la población estudiada en municipios del centro y norte del estado (Flores et al 1990).

En Colima, el estudio más reciente en el estado  mostró un porcentaje de infección de 33.3% (n= 42) en ejemplares de este vector (Espinoza et al 2002). La seropositividad de 2.4%  (n= 405) en los habitantes de 17 comunidades distribuidas en todo el estado (Coll et al. 2004).

En Jalisco, lo reportan peridomiciliada (Magallón et al 2001, Magallón et al 2004). Los porcentajes de M. longipennis infectados con T. cruzi varían, de 25% hasta el 85%, sin embargo, en la mayoría de los reportes el porcentaje es cercano a 35%, con más de 200 triatominos revisados (Martínez et al 2008, Magallón et al 2001, Martínez et al 2004, Brenière et al 2004, Brenière et al 2007) Los estudios serológicos muestran una seroprevalencia de 0.1% (Velasco et al 1992); de 17.3% (n= 7178) en niños menores de 14 años y de 16.7% (n= 42) en habitantes examinados del municipio de Zacoalco de Torres (Lozano et al 1992). La prevalencia de la infección por Trypanosoma cruzi en los 124 municipios del estado, reveló una tasa de 17.7 por 100 habitantes (Trujillo et al 1993). En un estudio realizado en “Los Guerrero”, Jalisco se reportó 46.0% de infección natural en ejemplares capturados en el peridomicilio (Brenière et al. 2007).

En Aguascalientes, en un estudio de vigilancia en todo el estado, reportan que el 100% (n= 46) de los ejemplares de M. longipennis resultó positivo a la infección por T. cruzi (Rubio 1993). En Guanajuato,  reportan 3 ejemplares  negativos (Vidal et al. 2000).

En el estado de Zacatecas M. longipennis, fue reportada como T. phyllosoma intermedia (Tay et al 1968) aún cuando comentan haber encontrado ninfas, no refiere datos acerca de sus estadios, por lo tanto no sabemos si existía o no una domiciliación de este vector en estas localidades. Se reporta seroprevalencia de 11.9 % (n= 425) de positividad a T. cruzi en los habitantes de la localiadad de Juchipila (Cortés et al 1990).

 

Meccus mazzottii (Usinger, 1941)

Esta especie es endémica y exclusiva de México. Se ha reportado en los estados de Durango, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Oaxaca (Lent & Wygodzinsky,  Carcavallo et al 1989) (Figura 4), a una altitud entre los 9 y 750 m ((Vidal et al. 2000, Carcavallo et al. 1989, Ramsey et al. 2000). La hembra mide 34.0 mm y el macho 33.0 mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

Investigaciones realizadas en los estados de Jalisco y Nayarit (ubicados en el occidente de México) no reportan el hallazgo de esta especie en esta zona (Martínez-Ibarra et al 2001, 2008).

En Jalisco, en un estudio realizado en 51 de los 124 municipios se reportó un porcentaje de positividad a T. cruzi de 53.0% (27/51), en general se capturaron 1029 triatominos, pertenecientes a ocho diferentes especies, de los cuales 4 ejemplares eran de la especie M. mazzottii dos de ellos resultaron positivos a T. cruzi (Magallón et al 1998). Por su parte, la Secretaría de Salud en Jalisco reportó un índice de infección por T. cruzi de 27.5% (n= 40) en los 124 municipios del estado (Secretaria de Salud de Jalisco 2005).

En el estado de Oaxaca, Vidal et al (2000) encontró 15 ejemplares, uno fue positivo a la infección por T. cruzi. De igual manera, se registró una seroprevalencia de 13% para esta misma área. En este estudio se da cuenta de la migración de M. mazzotti desde las zonas costeras hasta las altas en el estado, si bien su papel como transmisor se reporta como inferior, al detectársele con porcentajes decrecientes de infectados por T. cruzi conforme aumentó la altitud. Esta especie fue el vector predominante en Oaxaca, por su distribución, abundancia e índices de infección, por lo que se remarca su importancia en ese estado. A diferencia de M. longipennis y M. picturata, colectados predominantemente en los peridomicilios, M. mazzottii puede ser encontrado frecuentemente dentro de las viviendas humanas (Ramsey et al 2000). Este comportamiento de invasión de viviendas se ha visto facilitado por la posibilidad que parece tener esta especie de alimentarse de sangre de ave o mamífero y tener un desarrollo ventajoso, como lo muestra el hecho de un estudio reciente en el que se reportó que no hay diferencia significativa en el tiempo de desarrollo cuando esta especie es alimentada con sangre de gallina (191.7 ± 22.8 días) o de conejo (201.9 ± 9.7 días) (Martínez et al 2006).

 

Meccus pallidipennis (Stal, 1872)

Este transmisor fue reportado, en Oaxaca, como el primer vector infectado con T. cruzi en México (Mazzotti 1936)

Este transmisor se ha capturado en los estados de Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Veracruz y Zacatecas (Vidal et al 2000, Carcavallo et al 1999, Zárate & Zárate 1985, López et al 2005) (Figura 5). Se ha encontrado a una altura de 200 a 1580m (Vidal et al 2000) el adulto mide ♀ 32-35 mm♂ 31-34 mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

En el estado de Colima Vidal et al (2000), informa el hallazgo de un ejemplar negativo. En un estudio realizado en 218 casas de 16 localidades se capturaron 456 triatominos, de los cuales 139 pertenecían a la especie T. pallidipennis, 95 ejemplares se colectaron en el intradomicilio, 36 en el peridomicilio y 8 en el área silvestre. Se examinaron las heces de 62 ejemplares y 26 (42%) fueron positivos a T. cruzi (Espinoza et al 2002). Los registros previos de Triatominae en el estado de Colima se habían limitado a su hallazgo en área silvestre, con este estudio se reconoce su asociación con la vivienda humana, coincidiendo, con otro estudio que los encuentra y reporta en el intradomicilio (Bautista et al 1999). Sin embargo, en este estudio también se reportan 236 ninfas, 156 fueron capturadas en el intradomicilio, 76 en el peridomicilio y14 en el área silvestre. Los autores no refieren a que estadios pertenecen, por lo que sigue la interrogante si está o no colonizando el domicilio o ya inició el transmisor este proceso en este lugar. En relación a estudios sobre seroprevalencia, en una investigación realizada en 17 comunidades de este mismo estado, se detectaron 405 (2.4%) habitantes seropositivos (Coll et al 2004), más alto que el informado en un estudio previo (Velasco et al 1992).

En el Estado de México, reportan a M. pallidipennis en un área colindante con el estado de Morelos (Zárate & Zárate 1985). En un estudio de 380 viviendas de 100 localidades en 5 municipios correspondientes a una Jurisdicción de este estado, reportan en el 24% de las localidades ejemplares capturados de los cuales el 51.4% correspondieron a M. pallidipennis y 5.6% a T dimidiata, ambas especies fueron capturadas entre los 600 y 1600. Los dos transmisores, tuvieron ubicación intradomiciliada en un 53.8%, 42.3% en el peridomicilio y 3.8% en ambas localizaciones, pero no especifican si los del intradomicilio fueron adultos y ninfas. De los adultos correspondientes a  M. pallidipennis 33.4% fueron positivos a la infección por T. cruzi (Martínez-Pérez 2002). Se reporta seroprevalencia negativa (Velasco et al 1992).

En Guanajuato, reportan a M. pallidipennis, entre otras 4 especies, ha sida capturado entre los 1700 y 1850 m (López et al 2002, López et al 2005).

En el estado de Jalisco un estudio reporta el hallazgo de 228 ejemplares, 164 fueron capturados en el peridomicilio y 64 en el intradomicilio; el índice de infección natural fue de 14%. En un estudio más reciente encuentran que de 172 ejemplares, 54 eran adultos y de éstos 50 pertenecían a este transmisor; de los 50 ejemplares 48 fueron analizados y encuentran 33 (68.7%) positivos al parásito. Estos autores comentan que el vector es principalmente peridomiciliado; sobresale el hecho de que lleven a cabo su ciclo en las bardas de piedra (Magallón et al 1998, Magallón et al 2004). Tambien se observaron estos hechos en el estado de Morelos (Bautista et al 1999). Se reporta una seroprevalencia de 0.1% para este estado (Velasco et al 1992).

En el estado de Michoacán, se reporta los resultados de 48 personas estudiadas, de las cuales 8.3% (4/48) fueron positivas a la serología con alteraciones electrocardiográficas (Tay et al 1967). De 22 ejemplares capturados de este vector 36.4% (8/22) fueron positivos a la infección por T. cruzi (Vidal et al 2000).

En el estado de Morelos se ha capturado al adulto en el domicilio o peridomicilio a plena luz del día. De acuerdo a Tay & Biagi (1966) este transmisor se encuentra entre los 1000 y 1800 m y que se colectaron prácticamente todos los estadios dentro de la habitación, con hábitos nocturnos para su alimentación. En contraste están los resultados de Cortés et al (1996) que con la finalidad de conocer la frecuencia de triatominos infectados con T. cruzi, en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, reporta que de los 1060 triatominos capturados 1035 pertenecieron a la especie M. pallidipennis, y que fueron capturadas alrededor de las casa, lo que comprueba su hábitat peridoméstico. Las que se encontraron en las áreas más retiradas del centro de la ciudad estaban infectadas entre 75 y 95%, mientras que las capturadas en el centro, sólo el 33% estaban infectadas con T. cruzi. En contraste con la alta infección, se informa del hallazgo de pocas formas metacíclicas en sus heces y un patrón de defecación prolongado, por lo que se comenta que con estos dos factores M. pallidipennis, es un mal vector para T. cruzi (Cortés et al 1996). 

En la investigación realizada en la Jurisdicción Sanitaria “2” de este mismo estado, en 24 localidades de 4 municipios. De las 24 comunidades sólo en 7 localizaron al transmisor; la distribución en el área doméstica fue de 41 ejemplares capturados  (32 adultos y 9 ninfas) con 29% de infección natural; en el área peridoméstica fue de 48 ejemplares (31 adultos y 17 ninfas) con 4% de infección natural y silvestre con 186 ejemplares (113 adultos y 73 ninfas) con 20% de infección natural. De acuerdo al número de ejemplares capturados, concluimos que su ciclo es preferentemente silvestre. Dentro del domicilio solo se halló a partir del 4º estadio y su índice de metaciclogenia (cantidad de formas metacíclicas) fue de 28%, el cual se considera bajo. Posteriormente se determinó en este mismo estado, el índice de 15%, que es considerado bajo (Bautista et al 1999, Cortés et al 1996, Vidal et al 2000) Reporta el hallazgo de cuatro ejemplares, dos de ellos positivos a T. cruzi. La seropositividad fue de 11.5%, en la misma Jurisdicción Sanitaria García de la Torre (1996). Otros estudios sobre seroprevalencia revelan diferentes porcentajes, tales como el 28.6% (Sánchez 1988) y 0.1% (Velasco et al 1992).

 

Meccus phyllosomus (Burmeister, 1835)

Este transmisor solo se ha reportado en Mexico en el estado de Oaxaca (Lent & Wygodzinsky 1979, Zárate & Zárate 1985, Carcavallo et al 1999, Galvão et al 2003) (Figura 6). Se ha encontrado a una altura entre 10 y 1200 m (Ramsey et al 2000). La hembra mide 29-39.5 mm y el macho 26.5-38.0 mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

Aunque en el estado de Jalisco se ha reportado la captura de seis ejemplares en el peridomicilio (Magallón et al 1998), un estudio reciente, llevado a cabo en la misma área no encontró ningún ejemplar perteneciente a esta especie (Martínez-Ibarra et al 2008)

Vidal et al (2000), en Oaxaca, reporta la captura de 33 ejemplares, 3 (9.1%) fueron positivos a T. cruzi.

 

Meccus picturatus (Usinger, 1939)

Esta especie, igualmente exclusiva de México, ha sido reportada en los estados de Colima, Jalisco, Nayarit y Oaxaca (Lent & Wygodzinsky 1979, Galvão et al 2003, Cruz & Pickering 2006) (Figura 7). Se le ha encontrado a una altura de 250 a 1200 m. La hembra mide 32-33 mm y el macho 30.5-32.0 mm (Lent & Wygodzinsky 1979)

En dos estudios realizados entre 2000 y 2006 no se detectó la presencia de esta especie en ninguno de los municipios de los estados de Nayarit y Oaxaca (Ramsey et al 2000, Martínez-Ibarra 2006). Sin embargo Magallon et al (2001), reporta la captura de M. picturatus en Carrillo Puerto, Municipio de Compostela en el estado de Nayarit La distribución de los vectores fue la siguiente dos ejemplares se encontraron en el área domestica, negativos a la infección por T. cruzi; 23 insectos en el área peridoméstica con 10 ejemplares positivos a T. cruzi y 28 en el área silvestre, con 10 insectos positivos a T. cruzi.

En relación a la serología, se reporta alrededor de 22% de seropositividad en la población revisada, en los municipios del centro y norte del estado (Flores et al 1990).

En el estado de Jalisco, esta especie se encuentra asociada a M. longipennis. Los reportes sobre positividad a T. cruzi en M. picturatus van desde cero en el Crucero de Santa María (Martínez-Ibarra et al 2001) a 7.4% (n= 27) en el muestreo de 51 municipios (Magallón et al 1998) a 35.4% (n= 82) en Talpa de Allende (Martínez-Ibarra et al 2008). En un estudio realizado en el municipio de San Martín de Hidalgo, Magallón et al (2004) reporta la captura 172 triatominos, de los cuales 54 fueron adultos, 50 pertenecientes a la especie de M. longipennis y cuatro a M. picturatus, de esta última especie dos ejemplares resultaron positivos a la infección por T. cruzi.

Los estudios serológicos muestran que la prevalencia de la infección por Trypanosoma cruzi en los 124 municipios del estado de Jalisco, han tenido una tasa de 17.7 por 100 habitantes (Trujillo 1993). De 17.3% (n= 7178) en niños menores de 14 años de esa misma zona (Molina et al 2007) de 16.7% (n= 42) en habitantes examinados del municipio de Zacoalco de Torres (Lozano et al 1992) y de 2.98% (n= 168) en habitantes de  la zona rural de Teocuitatlán de Corona, Jalisco (Martínez-Ibarra et al 2008).

Varios investigadores han encontrado a M. picturatus y M. longipennis predominantemente en las cercas de piedra (Magallón et al 1998, Magallón et al 2004, Martínez-Ibarra et al 2001, Espinoza et al 2002, Breniére et al 2004, Martínez-Ibarra et al 2006). Aunque entre 10 y 20% de los totales colectados proceden de interior de las casas, en los estados de Jalisco y Nayarit ambas especies se encuentran en los gallineros y otros refugios de animales domésticos (Martínez-Ibarra et al 2008, Magallón et al 2004).

Ninguna de las dos especies parece verse influenciada en su desarrollo por el tipo de la fuente de alimentación sanguínea (ave o mamífero). Los ciclos de vida no difirieron significativamente cuando M. longipennis fue alimentada con sangre de gallina (229.7 ± 41.8) o de rata (259.8 ± 28.7) y M. picturatus fue alimentada con sangre de gallina (196.8 ± 15.8) o de conejo (189.5 ± 22.9) ( Martínez-Ibarra et al 2003, Martínez-Ibarra et al 2004).

 

Triatoma gerstaeckeri (Neiva, 1914)

Este vector ha sido reportado en Chihuahua, Coahuila, Hidalgo, Nuevo León, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas (Lent & Wygodzinsky 1979, Zárate & Zárate 1985, Salazar et al 1988, Martínez-Ibarra et al 1992, Galaviz et al 1992, Vidal et al 2000) (Figura 8)). Se ha encontrado entre 100 y 900 m. La hembra mide 24.0-28.5 mm y el macho mide 23-26.0 mm (Lent & Wygodzinsky 1979). En el estado de Chihuahua T. gerstaeckeri ha sido capturada entre los 940 y 1380 m, 27 adultos fueron capturados en el peridomicilio en una investigación realizada en tres municipios, tres insectos fueron positivos a la infección por T. cruzi (11.1%) (Díaz et al 2007).

En los estados de Nuevo León y Tamaulipas el vector se encuentra con más frecuencia en el domicilio en su fase de adulto T. gerstaeckeri al igual que las del género Meccus es peridomiciliada. La seroprevalencia fue de 0.2 para Nuevo León y de 0.1% para Tamaulipas. Para Chihuahua y Coahuila la seroprevalencia fue de 0.1% (Velasco et al 1992). Se reporta 1 ejemplar de T. gerstaeckeri negativo, en el estado de Veracruz (Vidal et al 2000).

 

Triatoma mexicana (Del Ponte, 1930)

Este transmisor ha sido reportado por varios autores (Lent & Wygodzinsky 1979, Zárate & Zárate 1985, Vidal et al 2000, Salazar et al 2007b, López et al 2000, López et al 2005) sobre una área circunscrita a la parte centro y este del país (Figura 9). Se ha encontrado a una altura entre 1200 y 1880 msnm (Salazar et al 2007b, Lent & Wygodzinsky 1979 reporta el hallazgo de un macho midiendo 25-26 mm.

En el estado de San Luis Potosí, colectaron 63 ejemplares de T. mexicana todos negativos a T. cruzi (Vidal et al 2000).

En un estudio realizado en el estado de Guanajuato, capturamos 165 ejemplares en seis localidades de tres municipios. La localidad de menor altitud mostró el índice de infestación más alto, es importante mencionar que  su ciclo biológico se lleva a cabo debajo de las bardas de piedra. El índice de infección natural fue de 3.0% (5/165); 14 triatominos fueron capturados en el intradomicilio y una fue positiva a T. cruzi; 151 insectos fueron capturados en el peridomicilio, de los cuales cuatro fueron positivos a la infección por T. cruzi. (Salazar et al 2007b).

En el estado de Hidalgo, de 27 ejemplares capturados, encuentran uno (3.7%)  positivo a T. cruzi (Vidal et al 2000). Velasco et al (1992) reportó 1.5% para el estado.

 

Triatoma rubida (Uhler, 1894)

Este transmisor ha sido reportado en los estados de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Guerrero, Nayarit, Sinaloa, Sonora y Veracruz (Lent & Wygodzinsky 1979) (Figura 10) Se sugiere que su presencia en este último estado se deba al transporte por el hombre desde el norte del país. Se ha hallado a una altura de 200 a 1800 msnm. La hembra mide 19.5-23 mm y el macho 15.5-20 mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

En un estudio realizado en Guaymas, Sonora (norte del país) la reporta con hábitos silvestres (Palencia & Julia 1960), sin embargo otro autor en el mismo lugar encuentran ninfas de 2º a 5º estadio dentro de la vivienda, lo que refleja su adaptación al domicilio (Paredes et al 2001), favorecidas por la invasión de su medio ambiente, existe el riesgo de su domiciliación. Se reportan 3 ejemplares de T. rubida, negativas a T. cruzi (Vidal et al 2000). Licón et al 2007 capturó dos transmisores en el municipio de Manuel Ojinaga en Chihuahua, uno fue positivo a la infección por T. cruzi. La seroprevalencia es negativa para Sonora y de 0.1% para Sinaloa (Velasco et al 1992). Pensamos que este transmisor es un riesgo en potencia por su domiciliación transicional.

 

Dipetalogaster maxima (Usinger, 1939)

Esta especie está localizada sólo en la en el estado de Baja California Sur, desde La Paz hasta los Cabos (Fig. 11); es el más grande transmisor de la enfermedad de Chagas ya que la hembra y el macho llegan a medir 41-42 mm y 33-35mm, respectivamente (Lent & Wygodzinsky 1979).

Dipetalogaster maxima tiene un ciclo de vida silvestre, pero se ha observado en los últimos años que se encuentra en un proceso de adaptación al domicilio. Hemos observado hembras de área silvestre hasta de 47 mm; además tiene un espacio gástrico muy grande en donde puede almacenar grandes cantidades de sangre, para sobrevivir en ayunos prolongados en áreas semidesérticas. Tiene una marcada predilección por vivir entre las piedras de ahí su nombre de “chinche piedrera”. Esta reportada en una altitud de 0 a 200 m (Jiménez & Palacios 1999).

Se ha observado el canibalismo en esta especie hasta 4 en cadena por lo que infiere que este mecanismo aumentaría la posibilidad de la infección natural para este vector. Además de comentar que presenta un comportamiento agresivo, ya que si un humano está frente a un cúmulo de piedras, este triatomino en sus diferentes etapas de desarrollo del transmisor, salen a plena luz del día para alimentarse. En los últimos años algunos de los picados por este vector se han tenido que hospitalizar por reacción alérgica que pueden llegar al choque anafiláctico (comentarios de la población), esto debido probablemente a la cantidad de alergenos de la saliva. Este triatomino al igual que T. rubida se consideraban estrictamente silvestres ya que sólo en ocasiones había sido encontrado en habitaciones rurales de la región de los Cabos, Baja California Sur (Lent & Wygodzinsky 1979). La densidad más alta, como se observa en otras especies de triatominos, es durante las temperaturas más elevadas. Este vector solo en este lugar lo describen adaptado al domicilio, localizándose en pisos y muros de las habitaciones de los domicilios que se encuentran en las laderas del cerro. También reportan que en las viviendas lejanas del cerro (ecotopo natural), sólo han encontrado adultos La infección natural de este transmisor se reporta en 5% (6/110X100) (Mariden et al 1979) y de 7% (18/245X100) (Jiménez et al 2003). La seroprevalencia de la región es 0.3% (Velasco et al 1992).

 

Panstrongylus rufotuberculatus (Champion, 1899)

Esta especie ha sido reportada en los estados de Campeche, Chiapas y Veracruz (Salazar et al 1988) (Figura 12). Se encuentra entre 50 y 630 m. La hembra mide 25-28 mm y el macho 24-27 mm (Lent & Wygodzinsky 1979). macho 24-27 mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

Algunos adultos han sido colectados en el área silvestre en el sur de Veracruz, en la estación biológica de Los Tuxtlas y en el estado de Chiapas, en Bonampak (Zárate & Zárate 1985, Vidal et al 2000). Vidal et al (2000) lo reporta asociado a la vivienda (un ejemplar), el cual fue negativo a la infección por T. cruzi. Por hallarse preferentemente en el área silvestre pensamos que su intervención en la transmisión del parásito, debe ser muy limitada.

 

Rhodnius prolixus (Stål, 1859)

Esta especie ha sido reportada en Chiapas y Oaxaca (Figura 13. 2), entre los 640 y 660 m. La hembra mide 19.5-21.5 mm y el macho 17.5-20 mm (Lent & Wygodzinsky 1979).

Este transmisor ha sido reportado en Oaxaca en zona colindante con Guerrero (Zárate & Zárate 1985).  En búsqueda intencionada solo encuentran 2 ejemplares en 2 localidades y de estos 1 positivo a T. cruzi (Ramsey 2000). Se piensa que su escaso hallazgo se deba a los rociados frecuentes de DDT en estas áreas palúdicas que están afectando al esta especie.

 

 

Discusión

En México, el comportamiento de los transmisores es marcadamente diferente entre los que tienen un ciclo doméstico, peridoméstico y silvestre. Se propone el término de transmisores visitantes para los del ciclo peridoméstico, ya que colonizan el peridomicilio y sólo penetran al domicilio para alimentarse, son adultos y ninfas de los últimos estadios las que se llegan a colectar en el intradomicilio y muy rara vez se colectan ninfas de 1º, 2º y 3º estadios.

También es notorio que existe mayor número de especies de transmisores visitantes que intradomiciliados, presentando los primeros mayor dificultad para su control, ya que la aplicación del insecticida es sobre muros internos y externos de la vivienda sin abarcar toda el área del peridomicilio (bardas limítrofes, acúmulos de leña, bodegas, corrales y otros objetos).

Debido al comportamiento de los transmisores visitantes y específicamente M. pallidipennis en Morelos, se pone de manifiesto que esta enfermedad no es exclusiva de la pobreza, ya que en esta zona la gran mayoría de las viviendas no presentan características ni materiales de riesgo asociados a la infestación de triatominos.

Por otro lado, en nuestro país no sólo se localizan estos transmisores en zonas tropicales y subtropicales, sino en zonas con alturas por encima de los 1800 metros sobre el nivel del mar, como es el caso de Triatoma barberi, que es considerada como uno de los transmisores más importantes.

Entre los vectores visitantes peridomiciliados M. longipennis y M. pallidipennis, en este orden podrían ser los más importantes. Se puede decir que mientas T. dimidiata es la de mayor riesgo en la parte central del país hacia el Golfo de México, M. longipennis es igual pero hacia el Pacífico.

Llama la atención que Dipetalogaster maxima y Triatoma rubida, actualmente ya se encuentran dentro de la vivienda humana, lo que significa que se encuentran en un proceso de adaptación a la vivienda y el resto de las especies de los transmisores visitantes no lo han hecho, aún cuando éstos tendrían prácticamente las mismas condiciones para hacerlo.

Es muy importante que tengamos en consideración que la Encuesta Serológica Nacional se realizó con sueros de bancos de sangre que se encuentran en el área urbana y esto le proporciona un sesgo a sus resultados ya que los vectores y la transmisión se encuentran en el área rural (Velasco et al 1992). Los resultados mas certeros de serología son aquellos de encuestas serológicas en las áreas. Es necesario realizar mas estudios en áreas rurales para tener una idea más cercana de este problema, sin embargo esta revisión nos da un panorama del problema grave que tenemos en México respecto a esta enfermedad.

Tenemos el conocimiento que aunque sea en una localidad del área rural de todos los estados en la República Mexicana existen diferentes vectores capaces de llevar a cabo la transmisión del parásito causante de la enfermedad. Se observa por lo reportado en esta revisión que los vectores con mayor índice de infección asociados a serologías altas se encuentran localizados en el centro y sur del país. Por lo que toda esta área especialmente la rural, se puede considerar de alto riesgo. Los transmisores que se encuentran dentro de ella son T. barberi en el altiplano y T. dimidiata preferentemente hacia el Caribe y el Golfo de México (intradomiciliados) y los vectores visitantes del género Meccus hacia el Pacífico.

Es de llamar la atención el hecho de que M. pallidipennis, es el único transmisor de esta enfermedad que puede ser encontrado con la luz del día y que no es atraído por la luz artificial como todos ellos.

Al hecho de que numerosos transmisores se encuentren involucrados en la transmisión de T. cruzi, el panorama se complica aún más con la existencia de híbridos de M. pallidipennis con M. longipennis y de M. picturatus con M. pallidipennis (Martínez-Ibarra et al 2005). Recientemente hemos encontrado en el este del país un probable hibrido de T. dimidiata con T. mexicana, con hábitos intradomiciliados, actualmente se encuentran sujetos a estudios moleculares.

El control de esta enfermedad desde el punto de vista vectorial debe fundamentarse en la educación para la salud, los habitantes sobre todo de las zonas rurales, deben de conocer al vector y lo que implica el que exista dentro de sus casas, recomendando la limpieza como un punto fundamental.

El uso de insecticidas para las especies intradomiciliadas es recomendable; como lo observamos en forma exitosa en el estudio realizado en Veracruz (Rojas et al 2004). Para los transmisores visitantes, el uso de insecticida, no tienen el mismo efecto por que al no estar domiciliadas, no se ponen en contacto con éste. Se están realizando estudios sobre la acción de pintura con insecticida, en el estado de México en donde se encuentra M. pallidipennis (transmisor visitante) al parecer con buenos resultados (comunicación personal).

El cuanto al mejoramiento de vivienda, creemos que la tierra caliza en la península de Yucatán es lo que hace que el vector no sea domiciliado, por lo que la utilización de cal en las paredes podría ser una acción en contra de T dimidiata, lo mismo que el piso firme (programa en el estado de Veracruz), la utilización del block (arena caliza) para muros en donde se encuentra T. barberi, como hemos observado en una población del estado de Querétaro, en este tipo de material este triatomino no se establece. Por otro lado, donde se localicen especies de vectores visitantes, se propone la cementación de la base de las bardas, el uso de mosquiteros en puertas y ventanas para evitar que los transmisores penetren atraídos por la luz artificial y el uso de pabellones impregnados con insecticida de tipo piretroide.

 

Agradecimientos 

Agradecemos los apoyos recibidos en diferentes años a: TDR/OPS/WHO Grants 970854 and A10253; PAPIIT/DGAPA/UNAM/MEXICO Programa de Apoyo a Proyectos de Investigacion e Innovacion Tecnologica grant IN 205305; ANUIES-CSUCA Programa Mesoamericano de Intercambio Académico 2002-2005).  

 

Literatura Citada

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