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Tinkazos

On-line version ISSN 1990-7451

Tinkazos vol.18 no.38 La Paz Dec. 2015

 

DIÁLOGO ACADÉMICO E INVESTIGACIONES

 

Diálogo
La Paz: ¿ciudad moderna y sostenible?

 

Dialogue
La Paz: a modern, sustainable city?

 

 

Godofredo Sandoval1
1 Sociólogo, investigador y docente universitario. Director del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB).
Correo electrónico: dejecutiva@pieb.org. La Paz, Bolivia.

 

 


Investigadores analizan desde distintos ángulos la sostenibilidad del modelo de desarrollo urbano de la ciudad de La Paz. El reto de la metropolización; los problemas y las oportunidades económicas que tiene la ciudad para promover desarrollo y empleo; cómo entender y encarar la construcción de la ciudadanía urbana; y cuánto hemos avanzado en una convivencia de grupos diferentes culturalmente, son algunos de los temas abordados en este diálogo.

Palabras clave: urbanismo / desarrollo urbano / calidad de vida / población / gobernabilidad / desarrollo económico / desarrollo municipal / identidad cultural / municipio de La Paz


The sustainability of the urban development model implemented in the city of La Paz is analysed here by researchers from different angles. The challenge of metropolization; the city's economic problems and opportunities to promote development and employment; how to understand and address the construction of urban citizenship; and how much progress has been made in terms of culturally different groups living alongside each other - these are some of the issues discussed in this dialogue.

Key words: urbanism / urban development / quality of life / population / governance / economic development / municipal development / cultural identity / municipality of La Paz


 

 

A más de una década del siglo XXI, la ciudad de La Paz ya no está enfrentada a presiones de crecimiento acelerado de población sobre su territorio. Según el Censo del año 2012 (INE), la ciudad de La Paz tenía 764.617 habitantes, con una tasa de crecimiento identificada como negativa, aunque, en términos absolutos, la población urbana continúa aumentando, lo que determina que persista la ampliación de la mancha urbana con la formación de nuevos barrios, sobre todo en zonas periurbanas de los macrodistritos de Cotahuma, Sur, Mallasa, San Antonio y Periférica. De acuerdo con la información del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (GAMLP), entre el año 2001 y el 2013, la ciudad creció en su territorio en un 45%, es decir de 2.930 hectáreas a 9.172 hectáreas.

En el marco de esas características de crecimiento de territorio y población, en las gestiones de los alcaldes Juan del Granado (MSM) y Luis Revilla (Sol.bo), la ciudad de La Paz inició un importante proceso de consolidación y desarrollo, renovado y moderno de su estructura urbana y de mejoramiento de las condiciones y la calidad de vida de la población, sobre todo de las laderas, con base en el encuentro de cuatro factores, expresado en el la Figura 1.

La institucionalidad del municipio de la ciudad de La Paz alcanzada en las gestiones de los alcaldes del Granado y Revilla posibilitó la gobernabilidad, estabilidad y continuidad del gobierno municipal en un contexto nacional, regional y local de conflictos y cambios políticos y sociales. Institucionalidad que creó condiciones para la formulación de planes de desarrollo urbano, a mediano y largo plazo, y para la aplicación de un conjunto de instrumentos de gestión efectiva. Actualmente está vigente el Plan de Desarrollo Municipal 2040, plan que mira estratégicamente el futuro de la ciudad de La Paz.

Por otro lado, la ejecución de los diferentes planes de desarrollo municipal también fue posible porque tuvieron como soporte un eje importante: la sostenibilidad económica, favorecida por los recursos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH). El municipio de La Paz, en los últimos años tuvo un promedio de ingresos de dos mil millones de bolivianos, resultado del incremento de ingresos propios, del aporte de la coparticipación tributaria y del IDH. Finalmente, el cuarto factor del modelo de gestión del gobierno municipal, es la participación comunitaria vecinal en la gestión de los asuntos públicos del municipio en diferentes ámbitos y niveles.

La concurrencia de esos cuatro factores permitieron al GAMLP ejecutar en casi quince años una agenda de importantes inversiones en obras y proyectos (barrios de verdad, mejoramiento barrial, transporte público, megaobras, áreas verdes, infraestructura educativa, de salud, casas comunales...) que contribuyeron a mejorar las condiciones y calidad de vida de una parte importante de la población paceña, sobre todo de las laderas; una agenda que promovió la convivencia ciudadana e identidad intercultural.

Sin embargo de estos interesantes logros en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población paceña, aún persiste la pobreza. 33,8% de la población tiene problemas para acceder a servicios básicos, educación, salud y vivienda (GAMLP, 2013, p.44)2. Para continuar avanzando en la superación de esos problemas y para que la población paceña, particularmente la popular, pueda satisfacer sus necesidades, se requeriría de la continuidad, profundización y paulatina sostenibilidad del modelo urbano vigente.

Pero la futura situación económica nacional, se avizora no muy favorable por la disminución de los recursos provenientes del IDH y su posible incidencia en el presupuesto del municipio y en los ingresos de la población; en este contexto, ¿será

posible seguir transitando por el camino del desarrollo urbano sostenible para satisfacer las necesidades de la ciudadanía en los próximos años?

La revista T'inkazos, al dedicar una parte del presente número a la ciudad de La Paz, consideró importante incluir un diálogo con destacados profesionales de distintas disciplinas y experiencias sobre el proceso de consolidación que atraviesa la ciudad cuya sostenibilidad no solo depende de la institucionalidad y buena gestión del gobierno municipal, sino también de factores relacionados con el desarrollo económico productivo de la ciudad y la creación de empleo; con la participación de los ciudadanos en la gestión urbana y con la integración social e intercultural de quienes habitan en este territorio. El diálogo de T'inkazos sobre "La Paz: ¿ciudad moderna y sostenible?" se realizó el jueves 8 de octubre, y contó con la participación de Marcelo Arroyo, Silvia Escobar, Moira Zuazo y Víctor Hugo Cárdenas.

Marcelo Arroyo es administrador de empresas con especialidad en finanzas, desarrollo y políticas públicas; investigador. Actualmente es el Secretario Municipal de Planificación para el Desarrollo del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz.

Silvia Escobar es socióloga e investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA). Especialista en temas de empleo y mercados laborales.

Moira Zuazo es cientista política e investigadora. Trabaja en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en el tema de partidos políticos y parlamentos; y en la Fundación Friedrich Ebert, coordina los proyectos Alternativas al Desarrollo y Diálogo Político.

Víctor Hugo Cárdenas es pedagogo, consultor en temas educativos, institucionales y docente de cursos de postgrado en gestión pública, políticas sociales, comunicación política y marketing electoral.

GODOFREDO SANDOVAL

Agradecerles a nombre de la revista T'inkazos por haber aceptado participar en este diálogo en el que abordaremos cuatro temas: La Paz ciudad sostenible en su desarrollo, tema al que nos introducirá Marcelo Arroyo; Desarrollo económico, productivo y empleo en la ciudad de La Paz, a cargo de Silvia Escobar; Construcción de la ciudadanía urbana, tema sobre el que Moira Zuazo compartirá sus reflexiones; y La Paz una ciudad pluricultural, tema que contará con el análisis de Víctor Hugo Cárdenas. Iniciando el diálogo, vamos a invitar a Marcelo para que comparta su lectura y análisis sobre la sostenibilidad del modelo de desarrollo paceño.

MARCELO ARROYO

Quiero empezar comentando los datos del último Censo de Población. Según los datos

oficiales del INE, la población del municipio de La Paz habría reducido en 28.676 habitantes (de 793.293 habitantes en el CNPV 2001 a 764.617 habitantes en el CNPV 2012), afirmación fuertemente cuestionada y justificada a través de diferentes registros administrativos disponibles, que fueron expuestos en el momento a la entonces ministra de Planificación del Desarrollo, Viviana Caro.

En esta línea, probablemente el argumento más importante y contundente tiene que ver con el crecimiento de la mancha urbana de La Paz en poco más de 45% (de 2.930 hectáreas en 2001 a 9.172 hectáreas en 2013) como resultado de recientes urbanizaciones y asentamientos, sobre todo en las áreas de expansión del municipio, que a su vez se refleja en un mayor número de conexiones a los servicios de agua, alcantarillado, de energía eléctrica y de gas, que dan cuenta de una mayor cantidad de familias y de habitantes en el municipio contrariamente a los datos oficiales del Censo.

Considerando que para efectos de asignación de recursos el factor de distribución se basa en los datos oficiales del Censo, hoy en día el municipio de La Paz tiene una significativa afectación en sus recursos provenientes de las transferencias del Estado, limitando sus capacidades de inversión y postergando sus expectativas de desarrollo, por lo cual estamos en la obligación como Gobierno Municipal de buscar alternativas y políticas más eficientes que nos permitan cumplir con nuestros objetivos y metas de mediano y largo plazo.

Un aspecto fundamental que no debemos dejar de lado al momento de pensar en la población del municipio de La Paz, tiene que ver con la gran concentración de personas que se advierte en la ciudad producto de distintas actividades: comercio, servicios, administración pública, transporte, cooperación internacional, etc., convirtiendo a La Paz en un epicentro de actividad económica y política a nivel nacional.

Esta imagen del municipio nos obliga a reflexionar: ¿cómo vemos a La Paz en el futuro? Una pregunta compleja, pero que dio lugar a la formulación de nuestro Plan de Desarrollo Integral del Municipio denominado "La Paz 2040, La Paz que queremos", trabajo que fundamentalmente tiene el propósito de establecer una visión de desarrollo de largo plazo a la cual aspiramos llegar a través de la aplicación de un conjunto de políticas y estrategias, promovidas desde el GAMLP.

El Plan Integral La Paz 2040 tiene algunas particularidades que destacan su importancia ya que representa el tercer Plan de Desarrollo Municipal y el primer Plan de Ordenamiento Territorial en la historia del municipio de La Paz. Además se constituye en el primer plan municipal de largo plazo siendo así un referente a nivel nacional.

En el sentido más amplio, el modelo de desarrollo que se plantea para el 2040 pretende continuar la transformación del municipio, pero incorporando elementos que permitan reposicionar a La Paz como un municipio compacto e integrador, es decir concentrado en su área urbana pero articulado a su área rural; como un municipio policéntrico, que ha estructurado su dinámica territorial en varios espacios de actividad; como municipio en equilibrio, con el uso y ocupación del territorio; como un municipio corresponsable, en la interrelación entre gobierno y población; como un

municipio con desarrollo humano, seguro e intercultural; como un municipio sustentable y ecoproductivo, pero, fundamentalmente, como un municipio amigable e impulsor de su región metropolitana.

Para nosotros La Paz el 2040 debe ser un municipio con desarrollo humano pleno, un municipio seguro, un municipio intercultural, sustentable, ecoproductivo, basado en las potencialidades de nuestras áreas rurales, que además, dicho sea de paso, representan más del 90% de nuestro territorio como municipio.

En ese sentido, en "La Paz que queremos" al 2040 se estructura una red de visiones representada en seis ejes estratégicos: 1) La Paz sustentable y ecoeficiente; 2) La Paz protegida, segura y resiliente; 3) La Paz viva dinámica y ordenada; 4) La Paz feliz, intercultural e incluyente; 5) La Paz emprendedora, innovadora y próspera; y 6) La Paz autónoma, participativa y corresponsable. Cada uno de estos ejes, demarcan el camino hacia la implementación de las acciones desde la gestión municipal para afrontar grandes desafíos que se advierten en lo inmediato, producto del cambio climático, el crecimiento urbano acelerado, los riesgos naturales, la inseguridad y la posible escasez de recursos importantes como el agua. El Plan Integral La Paz 2040, se constituye en una política de estado a escala municipal, que esperamos pueda cumplir sus objetivos y metas independientemente de la gestión de gobierno, a través de la ejecución de la cartera de proyectos plasmada en el Programa Quinquenal de Inversiones y que anualmente se incorpora en el Programa Operativo Anual y en el Presupuesto del GAMLP.

En relación a la ejecución del Plan, es importante señalar un aspecto coyuntural que es gravitante para cumplir con las expectativas planteadas al 2040, me refiero al presupuesto y el efecto de las disminuciones en las transferencias del gobierno central que limitan la celeridad en la ejecución de los grandes proyectos del Plan. Efectivamente, mencionaba al principio que uno de los efectos adversos más importantes del Censo de Población de 2012 es la reducción de nuestros recursos, fundamentalmente por concepto de transferencias. Nuestro plan se basa en una programación financiera cuya proyección alcanza al 2040 con un promedio de inversión anual de más de 2.000 millones de bolivianos, financiados en un 90% con recursos fundamentalmente provenientes de tres fuentes que son las más importantes: las transferencias por concepto de coparticipación tributaria, las transferencias por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, y los recursos propios del GAMLP. El 10% de financiamiento del Plan corresponde a otras iniciativas de financiamiento externo que pueden ser créditos o donaciones, pero que deben ser concretadas a través de convenios y acuerdos de cooperación con organismos internacionales.

En relación a los recursos por transferencias de coparticipación tributaria, desde el año 2013 se tienen disminuciones significativas, que dan cuenta de una pérdida en promedio anual de Bs 57 millones, producto del factor de distribución obtenido a partir de los datos del CNPV 2012. Respecto a las transferencias por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, la pérdida desde la gestión 2013 alcanza a más de Bs 243 millones, fundamentalmente como resultado de la caída de los precios internacionales del petróleo, pero también por efecto del CNPV. En consecuencia, es ineludible la tarea desde el GAMLP para buscar alternativas de financiamiento, que garanticen la ejecución de los programas y proyectos, que a su vez permitirán el logro de los objetivos el Plan Integral La Paz 2040.

Sin embargo, pese a este panorama un tanto desalentador en términos financieros, en los últimos cinco años se ha trabajado mucho en diferentes ámbitos para dar cumplimiento al Plan Integral La Paz 2040, por ejemplo en lo que concierne a la prevención de los riesgos y de las emergencias, a través de la construcción de varias obras de estabilización, canalización y embovedados; se ha contribuido también en la mejora de la seguridad ciudadana con la construcción de módulos policiales, estaciones integrales y el equipamiento con vehículos e insumos para la Policía; en materia de salud se han realizado importantes inversiones con la construcción de hospitales de segundo nivel; lo mismo en educación, anualmente se realizan intervenciones para la construcción de bloques de aulas, el equipamiento con mobiliario escolar, la dotación del desayuno escolar y, por supuesto, el mantenimiento de las unidades educativas.

Lo mismo ocurre en el ámbito de la infraestructura urbana, como ejemplos podemos mencionar a las inversiones relacionadas con la construcción de los puentes Trillizos, y las obras que actualmente se encuentran en ejecución tales como el puente Gemelo de las Américas, el puente Ferrobeni, el puente Gutiérrez Guerra, los Barrios de Verdad, la construcción de áreas verdes y parques, así como los asfaltos y otras obras que también van a contribuir en la visión de desarrollo que construimos junto a la ciudadanía. Asimismo, no podemos dejar de lado probablemente la transformación más importante realizada por el GAMLP en el anterior periodo de gobierno del alcalde Revilla, la implementación de las tres rutas de nuestro bus PumaKatari, que sin duda alguna ha revolucionado el transporte masivo en La Paz, y por qué no decirlo, en Bolivia. Es importante reiterar el hecho de que estas acciones han sido realizadas con recursos propios del GAMLP y pese a las limitaciones señaladas anteriormente en relación a las transferencias del Estado y el acceso a fuentes de financiamiento externo.

A lo largo de su historia, el municipio de La Paz ha afrontado en varias ocasiones, condiciones adversas para alcanzar sus objetivos de desarrollo, sin embargo también ha tenido la fortaleza y la posibilidad, a través de su gobierno municipal, de manejar adecuadamente la gestión para responder ante tales dificultades. No nos olvidemos que antes del año 2000, el municipio de La Paz tenía una situación financiera muy compleja, no había capacidad crediticia y teníamos problemas serios de liquidez, y a esto, en el año 2002, se sumó la inundación del mes de febrero.

Sin embargo, en el periodo de Juan del Granado, entre los años 2000 y 2004, se recuperó toda la estabilidad financiera y se devolvió a la institución la capacidad crediticia y sobre todo la credibilidad en la gestión municipal que ha permitido iniciar la transformación del municipio de La Paz. En el periodo 2005 a 2010, efectivamente habían muchas capacidades para el acceso a créditos, por un tema coyuntural político favorable que ha permitido capitalizar una serie de recursos que por supuesto han sido bien aprovechados y nos han permitido lograr cumplir con muchos de los objetivos y compromisos con la ciudadanía.

Hoy en día, se tiene muchas restricciones que nos dificultan la posibilidad de acceso a financiamiento externo ya sea a través de créditos o donaciones, fundamentalmente por razones de orden político, que agravan nuestra situación financiera que como mencioné antes viene de la mano de una disminución en las transferencias del Estado. Sin embargo, es muy importante señalar que existe el compromiso de las autoridades municipales de buscar alternativas de financiamiento para poder cumplir con las expectativas y necesidades de la población y alcanzar la visión de desarrollo de "La Paz que queremos", ciudad maravillosa y ciudad inteligente al 2040.

VÍCTOR HUGO CÁRDENAS
¿Por qué 2040?

MARCELO ARROYO

Queremos marcar un hito, un referente de largo plazo. Que la gente, el paceño, cuando piense en el futuro, piense en el 2040.

Respecto al año, la referencia corresponde a los 500 años de fundación de la ciudad de La Paz (2048), pero quisimos buscar un año que sea fácil de recordar para los paceños y por ello elegimos el 2040. Adicionalmente, es bueno mencionar que los grandes proyectos tienen periodos de maduración bastante largos y por supuesto trascienden a una gestión de gobierno en algunos casos. Varios de los grandes proyectos que hoy se encuentran ejecutados han atravesado diferentes gestiones antes de su ejecución, por ejemplo los puentes Trillizos, el propio Teleférico fueron concebidos muchos años atrás y estuvieron almacenados en nuestro Centro de Documentación Técnica hasta completar los estudios y contar con el financiamiento necesario para su ejecución. Por esta razón también los proyectos en el marco del Plan La Paz 2040 deben cumplir este ciclo y recién los veremos concluidos en el mediano o largo plazo.

SILVIA ESCOBAR

Una cuestión estratégica para el desarrollo urbano tiene que ver con la conformación del área metropolitana de La Paz. Es un desafío que se debería priorizar, porque la ciudad de La Paz, en su expansión, está avanzando hacia los municipios circundantes, Palca, Achocalla, Mecapaca, en un proceso que no está exento de tensiones y conflictos hasta de índole política, lo que incluye al municipio de El Alto.

Entonces, ¿qué se ha planteado en el Plan y cómo se estaría pensando avanzar en torno a ese imaginario de conformar un área metropolitana integrada?, ¿cómo vincularse para gestionar algunos servicios urbanos, para generar nuevas dinámicas productivas aprovechando esa enorme área rural circundante, que nadie la ve y que tú dices que representa el 90% del territorio de la ciudad de La Paz?, ¿cómo aprovecharla económicamente?

MARCELO ARROYO

La conformación del área metropolitana es un desafío que se remonta a nuestro "JAYMA" Plan de Desarrollo Municipal 2007-2011, en el cual se establece como una de las líneas estratégicas a "La Paz metropolitana y moderna", sin embargo pese a los avances, los estudios y aportes inclusive desde el ámbito académico, no se pudo concretar en acciones efectivas principalmente por un tema de voluntades ligadas más al ámbito político, y las pretensiones que tienen los municipios vecinos sobre la jurisdicción del municipio de La Paz. Ahí vemos por ejemplo las divergencias con Palca, Mecapaca, cuyas expectativas territoriales se superponen en gran medida a la jurisdicción del municipio de La Paz. Entonces es muy complicado poder construir un diálogo o un acuerdo, cuando hay este tipo de pretensiones. Sin embargo, en el Plan La Paz 2040 se han planteado tres escalas para poder trabajar en una estrategia de metropolización. La primera tiene que ver con una articulación hacia el Pacífico Norte, por otro lado hacia la Amazonia y el Valle, es decir tratar de trabajar regiones metropolitanas con los municipios vinculados a estos ejes, que permitan mejorar las condiciones de vida, de crecimiento, etc.

La segunda escala es el área metropolitana tal cual la conocemos, comúnmente con los ocho municipios que serían parte de ella: La Paz, El Alto, Achocalla, Viacha, Laja, Pucarani, Mecapaca, Palca, y, finalmente, la conurbación entre La Paz y El Alto, que hoy por hoy la vivimos. Todos tenemos la expectativa de poder llegar a más y mejores acuerdos sobre todo por el interés que ha mostrado la Gobernación del Departamento de La Paz de llevar adelante e impulsar la conformación de la región metropolitana de La Paz.

Los temas centrales que nos interesan resolver en torno a la región metropolitana tienen que ver con la gestión integral del agua, la gestión de residuos sólidos, el transporte, el desarrollo económico local, el habitat y vivienda también, y la seguridad ciudadana, que son los grandes temas y los grandes debates en torno a las posibilidades de conformar un área metropolitana. Cabalmente, y como una acción concreta, tenemos ahora creada una instancia específicamente dedicada a esta materia; desde junio de 2015 contamos con un Delegado Municipal para la Gestión Metropolitana y la Coordinación con la Gobernación, que es el encargado de traducir estas líneas generales en planes de acción, en proyectos, en una coordinación mucho más asertiva con el resto de municipios pero también con la Gobernación.

MOIRA ZUAZO

Me parece muy interesante el Plan que nos has presentado, pero lo que no veo es la mirada del horizonte de llegada, ¿cuál es el diagnóstico prospectivo?, ¿qué pasa en el espacio geográfico paceño el 2040? Mi impresión es que hacia el 2040 el gran desafío de La Paz es el climático, por un lado, y, por otro lado, el tema de lo que hará la Paz para alcanzar la meta global de llegar a cero carbono el 2030.

MARCELO ARROYO

El Plan 2040 lo que hace es situarnos primero en el contexto, es decir dónde estamos, qué problemas describe la gente hoy y cómo nos vemos hacia el 2040. Nosotros queremos que la gente vea el futuro en el 2040, es decir pensar que al 2040 hemos solucionado el problema del transporte, por ejemplo.

Entonces, esos elementos que tú señalas Moira, se han incorporado en los ejes de nuestro Plan de Desarrollo Municipal. El primer eje tiene que ver con una La Paz sustentable y ecoeficiente, donde se incorporan todos estos elementos del cambio climático, el equilibrio ambiental. En el eje dos, La Paz protegida, segura y resiliente, estamos buscando la seguridad en términos no solamente de riesgos, sino también en torno a la seguridad ciudadana y la seguridad alimentaria.

La Paz viva, dinámica y ordenada, tiene que ver con todo el tema de movilidad, de vivienda y habitat, en este marco corresponde abordar temas como el transporte masivo, los barrios de verdad y la construcción de las obras y proyectos estructurantes para la vida de la ciudad.

En el cuarto eje está el tema de La Paz feliz, intercultural, incluyente, aquí entran todos los aspectos vinculados al desarrollo humano integral, educación, salud, pero, fundamentalmente, estamos incorporando políticas de igualdad. También está el tema de deportes y las culturas por supuesto.

En el eje cinco, La Paz emprendedora, innovadora y próspera, lo que se busca es promover el emprendedurismo, la innovación y el desarrollo turístico. Ahora el municipio cuenta con una Agencia Municipal de Desarrollo Turístico de La Paz Maravillosa, porque no solo queremos que La Paz sea la puerta de ingreso a Bolivia, sino que La Paz sea destino turístico también. Consideramos que una de las ciudades maravilla del mundo tiene que ser un destino turístico.

Y, finalmente, en el eje seis, La Paz autónoma, participativa y corresponsable incorporamos los elementos para poder ejercer plenamente nuestra autonomía a partir de la elaboración, aprobación y promulgación de nuestra carta orgánica, de nuestras propuestas rumbo al pacto fiscal; está el tema de institucionalidad y de valor público. Está como un elemento central, la cultura ciudadana, la educación ciudadana, y también que La Paz sea una ciudad inteligente.

GODOFREDO SANDOVAL

Importante destacar la existencia de un horizonte de sostenibilidad del desarrollo urbano sobre el que, imagino, van a dar cuenta a través de indicadores, instrumentos de medición, de lo que en definitiva es la satisfacción de las necesidades de la población para que viva con dignidad, en equidad y en integración, que es, pienso, el horizonte central.

Pasando al segundo punto, vamos a dialogar sobre desarrollo productivo y empleo en la ciudad de La Paz; sobre la sostenibilidad del desarrollo urbano relacionada con aspectos socioeconómicos de la ciudad, con la generación y distribución de riqueza, y, sobre todo, con la generación de empleo.

En La Paz estamos frente a una economía empresarial, moderna, globalizada y reducida; concentrada en servicios y comercio y muy poco en transformación productiva; una importante economía informal, popular, pobre, de baja productividad, que absorbe la mayor parte de mano de obra del empleo.

SILVIA ESCOBAR

La Paz vive un proceso de urbanización creciente pero sin industrialización, que es un rasgo característico que se ha mantenido en el tiempo, acentuado por el continuo deterioro del sector agropecuario circundante. Creo que para nadie ya es una novedad decir que la economía campesina del altiplano ha tenido un comportamiento poco dinámico y volátil en los últimos años, y de esa tendencia se nutre el crecimiento de la población de la ciudad y los municipios aledaños.

Ahora bien, La Paz no tiene ni una economía sostenible ni una capacidad de generación de empleo suficiente para ocupar a una creciente oferta laboral, que no solo se alimenta de la migración de su entorno rural sino también de la población que reside en El Alto y en otros municipios del área metropolitana. Partiendo de la economía, vemos que La Paz ha tenido un crecimiento que se ha ido normalizando al 5% anual y aunque es algo menor que el promedio del PIB nacional, al ser constante, está mostrando una cierta estabilidad en los últimos años; sin embargo, lo más importante a considerar es la composición de su producto por sectores de actividad económica.

De acuerdo con la información oficial, sin considerar las actividades agropecuarias, el 72% de la economía paceña ha pasado a depender del aporte de las actividades terciarias -administración pública, servicios financieros, otros servicios y el comercio-que no contribuyen de manera directa a la acumulación, aunque puedan estar creando algunas condiciones para ello. Tanto la incipiente industrialización como el paulatino debilitamiento del tejido productivo del municipio, que se refleja en la disminución de su aporte al producto, limitan cada vez más su papel como articulador del crecimiento local, cediendo el paso a todo tipo de actividades terciarias más rentables, pero menos productivas.

Como viene ocurriendo desde el siglo pasado, el sector terciario tiene un carácter tradicional con el predominio de los servicios al consumidor que se expanden por el aumento demográfico y no así por la incorporación tecnológica o la modernización de los procesos de trabajo y, por lo tanto, tienen menor potencialidad para generar articulaciones inter e intrasectoriales, capaces de otorgar un nuevo impulso al conjunto de la economía. Nuevamente, la bonanza económica de la última década no sirvió para estimular la inversión productiva y la mejora general de la productividad, ni para impulsar transformaciones estructurales en la matriz productiva, diversificando la producción y elevando la demanda de fuerza de trabajo calificada en el municipio, debido a la falta de políticas sectoriales orientadas por esta perspectiva.

Si bien la inversión pública en La Paz ha sido importante en los últimos años, es la más alta de todas las regiones, con cerca de un millón doscientos mil dólares, tiene un serio problema y es que depende en un alto porcentaje del presupuesto del gobierno central, que como se sabe, destina un porcentaje extremadamente bajo (menos del 10%) a los sectores productivos; ni qué decir de la inversión privada que ha sido muy modesta, como en el resto del país. Pero además, existe una fuerte tensión política en torno a este tema de la inversión, en general no son las gobernaciones ni los municipios los que definen el uso de la mayor parte de los recursos menos aún su destino donde lo productivo, dicho sea de paso, siempre tiene un lugar residual.

La inversión pública del gobierno central está destinada a infraestructura y megaobras que no han sido concertadas con los ámbitos subnacionales. En el caso de La Paz se dirige a proyectos extractivos (hidrocarburos) y agroindustriales (San Buenaventura) y escasamente a otros proyectos productivos con impacto directo sobre la economía de la ciudad. Por eso, cuando Marcelo dice que La Paz enfrenta restricciones para captar créditos y donaciones, es una cuestión preocupante, pero muestra en forma concreta que el municipio no tiene la autonomía necesaria para gestionar sus propios recursos, aun teniendo capacidad de pago como sucede actualmente.

Si a esto se suma la disminución reciente de los recursos del IDH para la inversión en el municipio, su rol en el potenciamiento económico productivo seguramente continuará siendo limitado. Además, hay que decirlo, no se puede pretender que el vacío que deja la falta de una política pública sectorial en este campo, sea subsanado con la implementación de políticas municipales.

Entretanto, la economía paceña mantiene por muchos años una balanza comercial deficitaria, importa mucho más de lo que exporta, y aquí se ve ampliamente reflejada la prioridad política dirigida a favorecer a la burguesía comercial y de servicios. Actualmente, con la caída de la demanda y los precios internacionales de las materias primas y los diferenciales en el tipo de cambio con los países vecinos, se está enfrentando un acelerado incremento de las importaciones que amenaza la sostenibilidad de la actividad productiva en la ciudad. Ya se observa cómo pequeñas y medianas empresas que hacen un uso intensivo de fuerza de trabajo están comenzando a perder mercados por la competencia de las importaciones legales y el contrabando, con un enorme impacto económico y social.

Además de estos temas económicos es importante destacar un rasgo estructural del aparato productivo paceño que no ha cambiado desde el año 1983, cuando por primera vez se hizo un censo de establecimientos económicos. El 90% de las unidades económicas ocupan a menos de cinco trabajadores, operan con muy baja productividad y ofrecen las peores condiciones laborales a sus trabajadores. Un censo de la alcaldía del año 2007 entrega una radiografía casi idéntica a la del 83. Entonces estamos frente a una economía mercantil capitalista extremadamente atrasada donde una miríada de pequeñas unidades económicas convive y se articula de manera subordinada a un estrato muy reducido de empresas del sector formal.

Bueno, con esta estructura la situación del empleo presenta características particulares en la ciudad. Lo que no quiere decir que sean únicas, porque son compartidas con las que se presentan en otras ciudades del país. Pero, antes de pasar a ese tema, quiero mencionar algo importante. A veces parece una ventaja que La Paz no crezca tanto como dicen los datos censales, en términos de una menor presión de la oferta laboral sobre el mercado de trabajo. Sin embargo, es muy difícil separar La Paz y El Alto en este análisis. Es una ficción. En términos de mercado laboral son dos ciudades totalmente integradas. Es más, para muchos trabajadores de El Alto el espacio para trabajar es La Paz. Hemos visto en algunos estudios que hemos estado realizando, que entre los jóvenes la expectativa es tener un trabajo en La Paz, y entonces el flujo, la movilidad urbana por razones de trabajo es elevada en ambas direcciones, pero especialmente desde El Alto a la ciudad de La Paz.

Volviendo al tema, como resultado de la configuración de su estructura económica, el empleo en La Paz está conformado en un 45% por empleo formal y el 53% por empleo informal. A esto se suma un 2% que corresponde a actividades domésticas realizadas en hogares particulares. Un hecho que diferencia a La Paz es que dentro del empleo formal, el 15% corresponde al aporte estatal (uno de cada tres), sobre todo por el crecimiento del empleo en la administración pública en los últimos años.

Y en el caso del sector informal, ha crecido más el empleo en el sector semiempresarial, conformado por pequeños talleres, pequeñas empresas, donde el titular es también un trabajador directo que contrata regularmente a un número reducido de trabajadores. Las empresas de este sector, han venido logrando ciertos niveles de acumulación de capital por efecto de un mayor acceso al crédito y el crecimiento del consumo de los hogares, lo que les ha permitido generar más empleos, aunque por lo general, sin derechos laborales. Es decir, a expensas de su calidad. El 40% del empleo informal corresponde a este segmento.

En cuanto al empleo por sectores de actividad, con un signo decreciente, solo el 22% corresponde a las actividades productivas, otro porcentaje similar está en el comercio y, como expresión de su peso en la estructura económica, más de la mitad se concentra en los servicios. Con la expansión de las relaciones capitalistas de producción, el 60% del empleo en La Paz ya es asalariado.

Ahora bien, la precariedad del empleo y su intensificación a partir del uso flexible y desregulado de la fuerza laboral, incluso en el sector estatal, continúa siendo uno de los problemas sociales más acuciantes en La Paz. Medimos la calidad del empleo a través de un indicador compuesto por tres variables: una es la estabilidad laboral; otra, los salarios -mayores o menores al costo, al menos, de una canasta normativa alimentaria-, y la tercera es la cobertura de la seguridad social. Con este indicador, el 90% de los trabajadores tiene algún grado de precariedad laboral, y, de éstos, el 60% tiene un trabajo que no cumple con ninguno de estos criterios (es inestable, mal remunerado y sin derechos sociales), por lo tanto están en una situación de precariedad extrema. Con el tiempo, la precariedad se ha instalado en todos los sectores del mercado de trabajo, no es exclusiva del sector informal.

Estos datos recogidos en una encuesta de 3.000 hogares en La Paz, realizada por el municipio en 2012, confirman los hallazgos obtenidos con la encuesta de hogares del INE, excepto por la tasa de desempleo. La tasa de desempleo llegaba al 8% en el mes de julio de ese año, triplicando la que registra el INE.

El hecho es que entre 2006 y 2012 el ajuste en el mercado laboral de La Paz se ha dado principalmente por el lado de los salarios, se generaron más empleos pero remunerando cada vez menos a los trabajadores. A partir de 2013, ha comenzado un proceso donde el ajuste se está dando por el lado del empleo -se está despidiendo trabajadores- y también por el lado de los salarios. Las nuevas contrataciones se realizan con menores salarios. Estamos en los inicios de una nueva crisis y este proceso ya se había desatado antes. Por eso, no solo que el desempleo es elevado, sino que el 67% de los trabajadores tiene ingresos inferiores al promedio reportado por el INE para La Paz, que en 2013 era de Bs 2.200, considerando al sector público y privado en conjunto.

Esto nos remite al grado que alcanza la sobreexplotación del trabajo en esta ciudad y esto se verifica también a nivel macroeconómico. Con un número cada vez mayor de trabajadores asalariados, la parte del ingreso disponible del que se apropian los trabajadores ha disminuido en una década desde el 32% hasta el 24%, mientras ha aumentado notablemente la ganancia empresarial, pero también los impuestos al Estado.

Para concluir quiero hacer algunas reflexiones. Estamos aún en tiempos de bonanza económica, ¿cómo podrá ser en momentos de crisis? Y la crisis que se avecina no parece ser de corta duración. Hay un reacomodo político en el mundo, hay un reacomodo económico que amenaza con crear condiciones más adversas para la producción y el empleo en el país.

Si a esto se suma la precariedad laboral, este es un escenario bastante crítico para la ciudad. Entonces, no se puede dejar de preguntar: ¿qué papel puede jugar la política municipal para comenzar a revertir este estado de situación? Si uno revisa competencias, hace un seguimiento a lo avanzado en las áreas de promoción económica, en las áreas de promoción del empleo juvenil, etc., se encuentra con que los municipios al igual que las gobernaciones tienen capacidades muy limitadas para hacerlo.

Hace falta una interacción entre los niveles de gobierno, entre la política macro y las políticas regionales, sectoriales y municipales para comenzar a transformar la situación, apuntando a un modelo de desarrollo asentado en el fortalecimiento productivo, el desarrollo de las capacidades de la fuerza de trabajo y la distribución equitativa del ingreso. De lo contrario seguiremos asistiendo al aumento de la desigualdad social y la pobreza en el municipio de La Paz, cuya incidencia supera en mucho a la que se conoce en las cifras oficiales. Según un estudio del GAMLP realizado en 2012, la pobreza afecta al 33,8% de la población de la ciudad de La Paz, y de esta, el 14,8% se encuentra en situación de pobreza extrema.

VÍCTOR HUGO CÁRDENAS

Una pregunta: ¿cuál fue el impacto del doble aguinaldo?

SILVIA ESCOBAR

Lo que hace es generar más consumo a fin de año que es lo que interesa; concentrar pagos en un solo momento, siempre pensando en la economía. En condiciones de disminución en el ritmo de la actividad económica, está impactando en el retiro de personal y en algunos casos está agudizando las condiciones que llevan al cierre de las empresas. Desde junio de este año se han conocido innumerables denuncias de despido para evitar este pago.

Creo firmemente que el doble aguinaldo es una medida que hace justicia con los trabajadores en términos de nivelar de algún modo los bajos salarios que reciben. Lo que está mal es la forma cómo han tratado la medida del doble aguinaldo, con un contenido más bien político.

En su lugar tendría que haberse hecho un incremento salarial anual en un porcentaje cada año algo mayor, de manera de aumentar los salarios y sus beneficios complementarios que son pagados mensualmente. Pero políticamente conviene más anunciar que se paga doble aguinaldo, sabiendo que la mayoría de los trabajadores no lo va a recibir, especialmente en el gran número de pequeñas empresas en las que sus titulares apenas se diferencian de sus trabajadores con un poco de ganancia o el gran número de consultores en línea o por producto que trabajan para el Estado sin recibir ningún aguinaldo.

Con este tema del aguinaldo, este año se han retirado 58 mil empresas del registro de Fundempresa, es decir no han actualizado su registro, reduciendo de 140 mil a 80.000 en todo el país. La mayoría son empresas unipersonales, muy sensibles al tema de los impuestos, al doble aguinaldo, etc., y buscan resolver sus problemas pasando a la informalidad legal.

MOIRA ZUAZO

Ese dato que comentas me parece interesante, y no sé si puedes abundar al respecto. El 90% de las unidades económicas de La Paz tienen menos de cinco trabajadores ocupados, me imagino que eso significa ¿empleo precario?, ¿hay incentivos institucionales para que este porcentaje sea tan grande?, ¿qué significa en términos de la vida de esos trabajadores?

SILVIA ESCOBAR

Hay mucha precariedad laboral y precariedad social. No hemos tenido capacidad para promover formas asociativas, cooperativas de producción, que podría haber sido otro camino, para aumentar el tamaño y generar condiciones para el acceso al crédito, a la inversión, a la capacitación, etc., para mejorar la productividad y por esa vía las condiciones de trabajo.

He participado en la formulación de propuestas no solo de promoción sino de regulación de la actividad artesanal, de pequeños productores y otros, buscando impulsar formas asociativas de producción y la respuesta oficial siempre fue que no se quería volver al proteccionismo. Seguimos en un escenario en el que se considera que es el mercado el que tiene que resolver esos problemas. No ha cambiado mucho respecto a las concepciones neoliberales. Entonces este sueño de ir transformando esta economía capitalista en formas de cooperación y de asociación para mejorar las condiciones de producción, distribución y consumo, nunca ha tenido eco en la política pública lo que se expresa en la consolidación de un aparato productivo muy atrasado.

MARCELO ARROYO

¿Tú crees que los niveles de desempleo estén relacionados con que la demanda laboral de las empresas vaya dirigida a cierto tipo de destrezas, de aptitudes versus la oferta de las universidades en cuanto a las carreras?

SILVIA ESCOBAR

Hemos hecho dos encuestas de demanda laboral, pequeñas, no es nuestra tarea hacerlo, pero queremos conocer por qué hay tanto desempleo ilustrado como le llamamos, o por qué hay tanta rotación laboral entre los jóvenes. Acercándonos a las empresas vemos que por lo general -grande, mediana o pequeña- su demanda es fundamentalmente de mano de obra no calificada.

Cuando tú les preguntas en cuanto tiempo puede aprender un joven la tarea asignada, te dicen en diez días o en una semana. No hay demanda de mano de obra calificada, justamente porque tenemos empresas muy chatas, con procesos productivos y económicos nada complejos. Entonces su demanda transita por mano de obra que ha acabado la secundaria o está en los primeros cursos de la universidad.

El nicho para los trabajadores calificados sigue siendo el sector público y algunas grandes empresas, por ejemplo, las más dinámicas del sector financiero o las que prestan servicios a las empresas, aunque numéricamente son un número reducido. Entonces su capacidad para generar más empleos tiene un límite natural asociado con la pequenez del conjunto del aparato productivo formal.

No hay demanda de fuerza de trabajo técnica, ese es un descubrimiento que hemos hecho. Dicen ellos que prefieren competencias genéricas en la fuerza de trabajo, que sean buenas personas, que puedan dialogar con el público, que sean responsables; en cuanto a las habilidades técnicas, te dicen, "eso aprenden aquí".

Cuando uno pregunta en qué consiste la capacitación, te hablan de su curricula de capacitación, pero el tiempo que se capacita no pasa de una semana en el 80% de procesos registrados en las empresas. Entonces estamos frente a un tipo de desarrollo capitalista que limita toda posibilidad de mejorar el empleo, las condiciones laborales, y si la economía y el trabajo están así, los otros campos del desarrollo urbano se ponen también en cuestión.

GODOFREDO SANDOVAL

Vamos a transitar al otro tema del diálogo, la construcción de ciudadanía urbana que se concreta en el vecino popular, cuya identidad se modela con base en la forma de insertarse en la ciudad, en el modo de usar el espacio y de construir su barrio; en el modo de organizarse y luchar para alcanzar la satisfacción de sus necesidades. El vecino de las laderas, individual y colectivamente, heterogéneo y complejo, tiene una larga experiencia de deliberar, decidir y gestionar la resolución de sus problemas en su microterritorio, en su barrio. Actualmente, se encuentra reconfigurando su identidad local de vecino a ciudadano urbano y su pertenencia a la ciudad con base al paulatino ejercicio de sus derechos en los espacios y niveles de participación ciudadana promovidos, entre otros, por el municipio de La Paz. Adelante Moira con tu análisis sobre este tema.

MOIRA ZUAZO

Les voy a compartir una investigación que hemos hecho en la universidad y algunos otros elementos de dos investigaciones que están en camino.

¿Qué significa construcción de ciudadanía urbana en La Paz? La primera investigación que hemos hecho con la UMSA, compara dos barrios paceños: Obispo

Bosque Bajo, que es un Barrio de Verdad, que ha tenido alguna dificultad en la construcción de las obras, y el barrio de Miraflores.

Hemos tenido una muestra representativa tanto de Miraflores como de Obispo Bosque Bajo con entrevistas semiestructuradas en profundidad a diferentes vecinos. ¿Cuáles son las conclusiones de este estudio? La primera conclusión, que en realidad también la tenemos a la vista pero que es interesante analizarla desde los datos empíricos, es que La Paz es una ciudad de migrantes. Y pensando en La Paz y El Alto, podemos decir que estamos ante una ciudad de migrantes más joven, El Alto, y una ciudad de migrantes un poco más vieja, La Paz.

Una primera conclusión respecto al tema de ciudadanía, que fue interesante compartir con colegas de América Latina que estaban mirando Bogotá, Buenos Aires y otras ciudades, es que para entender los procesos de conformación de ciudadanía es importante mirar la especificidad. En la especificidad está el elemento que nos puede dar pautas de políticas públicas para incidir en los espacios.

¿Y cuál era la especificidad paceña a partir de este estudio sobre Barrios de Verdad? Que en el caso de La Paz, por la conformación geográfica de la ciudad y por los problemas específicos de La Paz, la pregunta de ciudadanía no es una pregunta general. La primera enseñanza es que debemos distinguir el sufrir la ciudad del pertenecer a la ciudad. Entre lo uno y lo otro observamos dos polos diferenciados. En el espacio de los que sufren la ciudad observas un bloqueo al desarrollo de pertenencia, observas la fuente de la desconfianza y la emergencia de una "ciudadanía salvaje".

El hecho de sufrir la ciudad, sufrir por transporte, sufrir por graderías en las laderas, por la dificultad de la abuela por lograr llegar al minibús que necesita para transportarse al hospital o al lugar que fuera, determina un imaginario en el conjunto familiar de prevalencia de la imagen de ausencia estatal, de olvido, de exclusión, de ausencia de pertenencia, y una emergencia de rebeldía. También constatamos la emergencia de un especiar. Especias la ciudad pero no perteneces. Esto era muy claro e interesante.

Las entrevistas comenzaban indagando la relación con la ciudad, pertenezco o no pertenezco, pero también entraban en el ámbito político, y ahí hay hallazgos interesantes, el primero de ellos es que en estos espacios urbanos, de laderas y percibidos como de exclusión, no olvidan una lealtad originaria con el Movimiento al Socialismo, una lealtad que tiene que ver con la figura del primer presidente indígena. Las entrevistas se hicieron a lo largo del tiempo, y lo que constatamos es que la incidencia de Barrios de Verdad lo que habría hecho es abrir un espacio para la conformación ciudadana que no necesariamente, ni automáticamente ni inmediatamente, significa transición de las lealtades políticas, sino que lo que se configura es un ciudadano crítico, que toma distancia.

Fue interesante ver los resultados políticos. En Obispo Bosque Bajo ganaba ligeramente el MAS después de la incidencia del programa; en cambio, en Miraflores, tu veías una configuración, en ese momento, por el Movimiento sin Miedo. Ganó el Movimiento sin Miedo, pero con un pequeño margen, y en Obispo Bosque Bajo ganó, pero con margen mucho más pequeño, el Movimiento al Socialismo, y en la evaluación entra el significado de las obras.

En un segundo nivel estaba algo que presentaba más coincidencia y consonancia con los colegas que estudiaban las otras ciudades de América Latina: la importancia de los espacios públicos, la importancia de la recuperación y de la recreación de los espacios públicos como espacios de encuentro ciudadano.

El desafío más importante era cortar aquella conformación de ausencia de pertenencia y eso también era interesante. Esa ausencia de pertenencia se traducía en el plano público, de la ciudad, más allá de mi zona, más allá de mi barrio; se traducía en una desconfianza como la moneda básica del intercambio social, que yo creo que eso también tiene un efecto en la economía. Cuando en una encuesta de apoyo se le preguntaba a la gente: ¿usted en quién confía cuando necesita ayuda? Había un porcentaje alto de gente que decía: confío en mis hermanos, confío en mis papas, y absolutamente en nadie más. Así, se percibía un tejido social que está desestructurado, partido.

Y el otro elemento que es interesante es que damos casi por descontado que en el espacio urbano estás en el espacio moderno, pero yo creo que esta es otra pregunta, y es una pregunta clave para pensarla precisamente desde los espacios urbanos. En el caso de La Paz, ¿hasta qué punto estamos en un espacio de modernidad? Yo diría que es otra cosa. Recién en una conversación, en un intercambio con colegas en Cochabamba, analizábamos una encuesta, y uno de los estudios que se presentaba mostraba con cifras, que en las tres ciudades del eje había un alto "consumo de modernidad" (celulares, televisión de pantalla plana y otros ítems), pero yo plantearía que el consumo de productos y servicios modernos no te hace moderno, además de que "ser moderno" no es necesariamente lo deseable.

Precisamente hablando del consumo de la nueva tecnología de comunicación que nos acerca y nos aisla al mismo tiempo, paso al otro tema que es un gran desafío actual que es el de la recuperación y recreación de los espacios públicos como espacios de encuentro ciudadano.

En una encuesta veíamos que los lugares donde se utiliza y se aprecia en mayor porcentaje los parques urbanos, estaban La Paz, Santa Cruz y Cochabamba en el último lugar. Indagando y conversando sobre el porqué, identificamos que el elemento clave en La Paz era la gratuidad de los parques. En el caso de Cochabamba están los espacios pero se usan menos porque en la mayoría se debe pagar. El otro elemento es que la recreación de los espacios públicos no solo tiene que ver con la existencia del espacio público sino con el encuentro de individuos en tanto ciudadanos, en tanto miembros y partícipes de lo público. Es acá donde emerge el espacio público como espacio de encuentro ciudadano, como espacio de empoderamiento político. Esto nos está poniendo el punto sobre la i en el sentido de que lo público debe invitar al empoderamiento ciudadano. Ahora, ¿cómo haces eso? Sobre este tema estamos diseñando una investigación sobre el PumaKatari.

Es interesante observar en este video que han puesto en el autobús PumaKatari, que hay precisamente eso, una invitación al empoderamiento, una invitación a la persona que está sentada, a reflejarse en los rostros, en las personas, en lo que está ocurriendo en la ciudad. Es como plantearle un espejo de lo que está ocurriendo en la ciudad, y para mí es muy interesante el resultado. Yo hago ese trayecto normalmente una vez a la semana y me llama la atención cómo se rompe aquello de lo que estaba hablando, es decir esa desconfianza como la moneda de intercambio social; es el único espacio en La Paz donde se rompe. Emerge otro tipo de diálogo, este diálogo que observas en ciudades grandes, la civilidad neutral, que es cómo tratas al otro que nunca lo vas a conocer pero que le das un status de igual de entrada, de igual y de respeto; el PumaKatari es en el único espacio que ocurre, que no lo vas a ver tampoco sorprendentemente en el teleférico y yo creo que tiene que ver con esta política comunicacional orientada al empoderamiento.

No es solamente que esté el espacio físico sino que ese espacio físico tiene que invitarte al empoderamiento. Y de ahí salto a un otro punto que me parece muy importante: ¿cuál es el rol de la ciudadanía en una ciudad sostenible? Mi impresión es que estamos perdiendo la pista en Bolivia. En estas megaobras hay una inversión tan grande, pero no puede ser solamente la inversión, mi impresión es que esa ciudadanía juega un rol fundamental en la sostenibilidad de la ciudad, pero si y solo si estás partiendo del supuesto de que el ciudadano empoderado tiene un conjunto de necesidades, te exige un marco básico de sobrevivencia de partida y ahí hago el enlace con lo que tú planteabas Silvia, la base material está en el centro. Cuando estamos frente al ciudadano paceño estamos frente a un eufemismo porque es una mentira pensar que existe un ciudadano paceño a secas.

El ciudadano paceño es el ciudadano alteño-paceño, eso somos los paceños y en todos los planos, no solamente en el plano económico, en el plano del uso de servicios, en el del transporte público. En realidad El Alto-La Paz es una ciudad partida administrativamente pero los desafíos están planteados por estos grandes centros que en verdad son uno.

En una conferencia de ciudades de América Latina donde conversamos también sobre La Paz, un tema interesante era el contenido de la ciudad inteligente. La ciudad inteligente pasa por la transparencia de la administración municipal, pero va mucho más allá. La ciudad inteligente es poner la tecnología al servicio del empoderamiento ciudadano y eso te permite la emergencia de otros espacios y de otra fuerza social, pasa por la reconstitución del individuo.

Hoy el paceño-alteño está ejerciendo una "ciudadanía salvaje" en ese tránsito rápido rural-urbano, donde en una suerte de espacio de ausencia de normas ejerce una libertad salvaje haciendo lo que puede para sobrevivir, porque lo que no está prohibido está permitido, y como hay poca capacidad de prohibir, entonces está permitido más o menos todo. Sin embargo hoy observamos que empieza a restituirse esa posibilidad de generación de comunidad de respeto en base a normas que es lo que vemos muy puntualmente, pero que es una experiencia en nuestra ciudad, interesante para pensar en su generalización.

MARCELO ARROYO

Un par de preguntas: ¿por qué crees tú que se da este cambio de actitud hacia la cultura del respeto en el espacio físico que es el PumaKatari y por qué no ocurre en otros espacios públicos como el teleférico?, ¿a qué crees tú que se debe este cambio de actitud solamente en ese espacio?

MOIRA ZUAZO

Yo creo que esa es una pregunta clave y que va a ser el centro de nuestra investigación porque realmente el espacio del teleférico es espectacular pero sin mensaje, sin una pantalla que te permita reflejarte en este juego de espejos que es la ciudad.

El impacto que ha tenido el PumaKatari para mí ha sido bien interesante porque ya lo estás mirando en las dos ciudades gemelas que es una sola en verdad. Es decir, qué es lo que promueve la debacle política en El Alto, es el Puma. Hay otras cosas más, hay escándalos de corrupción, pero qué es lo que verdaderamente te pone en cuestión que es un ciudadano el alteño-paceño, un individuo que, de eso tenemos evidencia, participa políticamente en la hoyada, duerme en El Alto, participa en El Alto y está circulando, está viviendo así simultáneamente este espacio que en verdad es uno solo.

Entonces, no es solamente el espacio físico, ahí me parecía interesante el ejemplo de Cochabamba. Cochabamba con estos espacios físicos interesantes, estas megaobras que son más como Walt Disney, son espacios ¿para qué?, ¿dónde está el contenido en que estás pensando sostenibilidad, en que estás pensando 2040?, ¿estás pensando reencuentro con la naturaleza a través de este encuentro con la mecanicidad?

Me da la impresión que los parques han sido un acierto muy importante en la primera fase, pero ahora hay que saltar a otro nivel. Tiene que ser, tienen que convertirse, y ese es el gran reto, en espacios de encuentro y de empoderamiento ciudadano, y obviamente eso no es neutral, claro que de ahí saco cosas, no sé, como este movimiento que se opone al centro de experimentación nuclear, para mí es eso, la sensación de la ciudad, de los urbanos, de ser escuchados.

Una cosa interesante en los habitantes de los Barrios de Verdad era esa sensación de exclusión: "hemos sido olvidados". Pero contrariamente, su espacio de encuentro social, la casa comunal, les restituía esa sensación de comunidad, era el espacio para la fiesta, para el aprendizaje artístico para los jóvenes, para reuniones del barrio, era muy poco lo que se veía, la búsqueda y el encuentro después del corte que ha significado la transición rural-urbana.

SILVIA ESCOBAR

Esta sensación de desconfianza tiene que ver con temas de seguridad ciudadana. Hoy en día ya no sabes quién es el de tu lado, y los medios, cada vez más, van jugando un papel para que esa desconfianza hacia el otro sea un escollo en una interacción entre los ciudadanos. En el mismo barrio hay mucha gente que ya no se mira. Si llega un nuevo vecino va a tardar seis meses en encontrarse con el de al lado.

Entonces habría que vincular ese tema con el tema de la inseguridad ciudadana que también a su vez está relacionado con los temas de la generación de ingresos que tiene la gente en nuestra ciudad. Todo interactúa. Cuando tú ves esos episodios tan duros como linchamientos, es como si nos hubiéramos deshumanizado, son momentos que nos unen pero para destruir, no para construir.

MOIRA ZUAZO

Una cosa que me llama la atención y en realidad es una pregunta de una mirada de largo plazo, de una mirada arqueológica, es: ¿cuál era el sueño del 52? El sueño del 52 era este intento de construcción de Estado Nación en base a la homogenización, a la invisibilización de la diversidad, y la clave en ese proyecto, en ese imaginario, era el mestizo que debía constituirse en el pegamento social.

Cuando observamos las dinámicas urbanas lo que vemos es que lejos de ser el elemento que cohesione al conjunto social, lo desestructura e instala desconfianza, es un tejido social que necesita ser. Frente a esto están las identidades de zona, por ejemplo, pero esas identidades de zona para poder transmitirse a espacios públicos más generales en la ciudad requieren del acompañamiento en infraestructura social, en institucionalidad, que no ocurre. Son necesarios los espacios, pero espacios con contenido, pensados a través del arte. Otro estudio interesante sería el de las cebras, para darle contenido a esta idea de interculturalidad.

¿Cómo se construye interculturalidad? No se construye sola, de ahí que me parece absolutamente clave la pregunta sobre el mestizaje y la tematización, y la conversación sobre el tema, y la presencia de políticas públicas que estén trabajando en este ámbito. Porque eso no va a ocurrir automáticamente.

GODOFREDO SANDOVAL

Moira nos da pie para abordar el último tema del diálogo: La Paz, una ciudad pluricultural, diversa, con fuertes raíces rurales, aymarás, vivas.

Desde hace varias décadas estamos viviendo un proceso interesante, de construcción de una identidad pluricultural, colectiva, resultado del encuentro entre diferentes. Sin embargo, en el tiempo transcurrido de este siglo XXI, se han manifestado y se manifiestan aun actitudes de discriminación y de violencia simbólica entre aymarás y mestizos. Unas veces por distinción y diferencias en los modos de vida, otras promovidos por motivos políticos, y recientemente por la movilidad social y territorial de grupos aymarás, áltenos o paceños, en la relación que hace Moira, hacia espacios de clase media o de clase alta. Estoy pensando en el año 2000 cuando hubo un intento de cerco a la ciudad de La Paz a cargo del movimiento campesino aymara. Fue un momento de tensión social que no llegó a confrontaciones; tensión vivida por sectores sociales del centro y de la zona sur de la ciudad frente a una supuesta invasión de los campesinos, de los aymarás, a sus territorios pensando que se acababa la propiedad privada, que iban a usurpar una serie de bienes.

Otro momento donde también se expresaron actitudes de discriminación cultural y social, entre vecinos aymarás de los municipios colindantes, Palca, Mecapaca, Achocalla, y vecinos de la zona sur del municipio de La Paz, fue el año 2008 a raíz de la disputa de los límites territoriales. Y recientemente en enero de este año, a propósito de la presencia de familias de la ciudad de El Alto, vía teleférico, en el complejo de cines Megacenter de Irpavi, donde también se manifestaron actitudes de discriminación y con fuerte expresión de violencia simbólica, sobre todo por internet, por vecinos de esa zona. Víctor Hugo, con esas pautas, por favor, tu análisis.

VÍCTOR HUGO CÁRDENAS

Está de moda hablar de interculturalidad, pero creo que el contenido sigue siendo multicultural. Me explico. Lo pluri y lo multi tienen que ver con lo multicultural, la única diferencia es que una es de raíz griega y la otra de raíz latina, y se refieren a la heterogeneidad de facto que existe en la sociedad boliviana, en lengua, cultura, costumbres, etc.

La interculturalidad es algo no solo diferente sino superior, social, cultural y políticamente. Para La Paz, por ejemplo, se entiende como la construcción de una utopía identitaria paceña, plural a partir del desarrollo y de la síntesis creativa de la diversidad cultural de La Paz.

Es decir, no es la diversidad de facto, sino una diversidad construida desde ciertos intereses, y está afiliada a un proyecto de construcción democrática. Solo en un proyecto democrático puede darse plenamente una utopía intercultural; en un régimen no democrático es impensable.

A nivel político, en la Constitución están las tres democracias: la representativa, la participativa y la comunitaria. Esa es exactamente la visión multicultural porque es simplemente la yuxtaposición de tres democracias. En la Constitución no hay la apuesta por una democracia intercultural. Cuando en los setenta hablamos de estos temas, dijimos que la democracia liberal tiene virtudes pero también tiene defectos, lo mismo que la democracia aymara, la democracia guaraní, etc.

Antes no se hablaba de democracia entre los pueblos indígenas, era imposible. Hoy día hay estudios que demuestran que sí. Entonces la democracia intercultural sería la síntesis de las tradiciones democráticas, es decir una utopía construida.

El panorama se complica mucho más, me refiero a la última encuesta del profesor Michel Seligson cuando al hablar de autoidentificación y autopertenencia dice que el 66% de quienes se autoidentifican como mestizos a su vez dicen pertenecer a un pueblo indígena. Ahí nos movió el piso, pues ya no puedes pensar de forma aislada en quiénes son blancos, quiénes son mestizos, quiénes son afros. Por lo tanto esto nos abre una veta distinta a varios trabajos de investigación y simplemente quiero apuntar algo, yo creo que se debe separar por razones metodológicas la dimensión de la cultura de la dimensión de la identidad. No necesariamente se reduce el uno al otro. El tema de la identidad es una construcción esencialmente social y política, ideológica. A veces sube, a veces baja, es de conveniencia y de diversa naturaleza. Y voy respondiendo a las preguntas que Godo nos planteó.

¿Qué hemos avanzado? Yo diría que hemos avanzado en La Paz bastante en lo que llamaríamos convivencia multicultural, no intercultural. A qué me refiero. A que las migraciones de gente que vienen del campo a la ciudad, del interior del país a la ciudad, de gente del exterior a la ciudad de La Paz nos muestran espacios, formas, mecanismos, pautas de vivencia multicultural; nos toleramos, no nos matamos. Que hay tensiones, sí, pero no llegamos a meterle un tiro al otro como ocurre en otras sociedades. Son niveles de convivencia multicultural. Yo dudaría en afirmar que La Paz ha avanzado en la construcción de convivencia intercultural.

En ese proceso migratorio hay entidades que se fragmentan. La primera generación de migrantes mantiene la lealtad a la lengua, la segunda muy poca, y la tercera peor, se olvida. Entonces la ocupación espacial en la ciudad de La Paz tiene filiación rural pero poco a poco se va fragmentando. Hay Villa Pacajes I, Pacajes II, que reproducen esa relación de identidades en La Paz. Es interesante el proceso de reconstitución étnica y cultural. En este sentido, el pueblo más significativo para La Paz, es el pueblo afroboliviano que junto a los chaqueños van reconstituyendo sus identidades particulares.

A nivel de acción municipal yo quiero mencionar dos cositas, el tema del PumaKatari, (después podemos discutir si es Puma Katari o los dos juntos) y el de las cebras. Más allá de problemas de percepción cultural, el PumaKatari sin lugar a dudas es símbolo de la paceñidad como el Illimani, es sello propio y la gente se lo ha apropiado. Lo mismo las cebras; lo del PumaKatari con sello indígena, lo de las cebras no. Pero es parte de la identidad que La Paz está construyendo. Las cebras y la educación vial me parece una acción que apunta a un proceso de construcción de identidad; podemos mencionar varios otros, pero hay acciones que apuntan a esta construcción.

He visto textos educativos del municipio, textos complementarios que apuntan en el mismo sentido. ¿Cómo se podría ir, nos pregunta Godo, en esta temática de la construcción de una identidad pluricultural? Yo creo que primero, a través del municipio, es visibilizar los conflictos con distintas formas de discriminación, etnocentrismo, racismo, que aún existen. La Paz y Bolivia todavía somos sociedades coloniales. Y con colonial no solo quiero decir lo que sucedió siglos anteriores sino los criterios y comportamientos no democráticos persistentes donde la maña, la astucia, la fuerza valen más. Donde la ley responde al capricho del gobernante de turno.

Estos días Obama dijo: puedo ganar, las encuestas me apoyan, me gusta, he adquirido experiencia, pero nadie puede estar por encima de la Constitución, menos el Presidente, así que me voy. Esa es gente de formación democrática. Aquí no ocurre eso. Entonces yo creo que en este proceso de visibilizacion de conflictos, los municipios, las gobernaciones y el gobierno nacional deberían trabajar mucho más. El municipio de La Paz puede tener un rol muy importante a pesar de que el contexto nacional está dando señales negativas. Va contra esto, por ejemplo, esto de las "36 naciones", esta preferencia andinista, como si los pueblos de tierras bajas fuesen cualquier cosa. O ver a La Paz como la más importante y el resto de los departamentos ninguneados, y el tema del ama sua, ama Hulla también, porque no hay prueba fehaciente de que sean principios indígenas, más bien hay documentación para afirmar que son principios colonialistas ligados al Virrey Toledo. Pero ahora Naciones Unidas se los ha apropiado. Otra señal negativa y contradictoria es la visión de la madre tierra.

A nivel político se habla del pluralismo jurídico, del pluralismo político, creo que se podría avanzar mucho en esto en los macrodistritos, los distritos, pluralizando el sistema de elecciones y de gestión de los representantes vecinales. Se pueden hacer maravillas en ese tema, por ejemplo, los migrantes recién llegados aplican aquí el sistema del ayni exactamente igual que en el campo, aunque no con adobe sino con ladrillo pero se reproduce exactamente, o el muju, una de las instituciones de las microfinanzas entendido como el capital semilla que inicia un ahorro.

También la rutucha, un ritual de corte con dinero del primer cabello a las criaturas. El municipio puede reforzar estos procesos de recuperación identitaria, y el tema que Silvia tocaba, la tan cacareada economía plural: se puede hacer maravillas, y lamento mucho que la señal sea negativa, las pequeñas empresas, las empresas agropecuarias han sido marginalizadas totalmente.

El tema de las otras ciudades dentro de la ciudad de La Paz, son símbolos, con parroquias, con fiestas propias, tienen una dinámica pero no hay el apoyo de instituciones para fortalecer esas identidades. En un futuro municipio descentralizado tiene que haber instituciones, mecanismos óptimos. Yo estoy muy metido en la fiesta del Gran Poder. Una de mis tareas junto a los fundadores de la fraternidad es apoyar a las distintas filiales de mi fraternidad, a la filial de Villa Fátima, la filial de Cota Cota. Tanto los barrios como las fraternidades son mundos particulares, pequeñas ciudades, que tienen sus propias dinámicas. El municipio podría ayudar en un proceso de recuperación de símbolos identitarios.

Otro tema importante es la arquitectura, la apropiación de los espacios. Por ejemplo, no me gusta la llamada arquitectura chola de El Alto como símbolo de lo propio, hay mucho que discutir. Moira me provocó un comentario que lo menciono rápidamente. En esa investigación sería interesante ver esta relación a lo par: alto - bajo, arriba -abajo. La relación con la hoyada se define por oposición a El Alto, y El Alto también por oposición a la hoyada, pero habría que ver qué tipo de simetría era originalmente: ¿no será que ahora es asimétrico? UMSA versus UPEA, PumaKatari versus Sariri. El alteño se siente un poco alterno y contradictorio respecto a La Paz, y a veces las reacciones vienen y van.

La gastronomía es otro mundo donde se puede hacer maravillosos proyectos como empezó a realizar Perú, más allá de las complicaciones generadas por el proceso de globalización. Aquí se puede hacer maravillas, hay muchas fuentes gastronómicas no aprovechadas todavía. Gustu y otras iniciativas gastronómicas están en esto y pueden llegar lejos.

Y en cuanto a las illas que había en la ciudad de La Paz, se podría recuperar sitios sagrados que aún persisten, medio clandestinos; lo único que se destaca es la curva del diablo en la autopista, pero no se destacan los otros sitios sagrados que hay y que el municipio puede recuperar.

¿Cuál es el horizonte donde se puede apuntar? Yo no creo en una La Paz solo como ciudad indígena, ni solo afro o solo mestiza. La ciudad está marcada por esos elementos. Sus habitantes son de aquí, del interior del país y del exterior. Puede ser una ciudad intercultural orientada a la construcción de una identidad paceña pero como una síntesis creativa a partir de su diversidad cultural: mestiza con la cueca y el castellano, indígena con el siku y la moseñada, afroboliviana con la saya, chaqueña con la chacarera. Esta sinfonía intercultural aparece en la entrada universitaria, en el Gran Poder y en las fiestas barriales. También la gente de afuera, sus lenguas, sus culturas, son parte de esta identidad paceña pero articulada a una sociedad globalizada del conocimiento pero sin perder esta identidad local y regional.

MOIRA ZUAZO

Víctor Hugo, en el caso del Gran Poder las fraternidades tienen una identidad de pertenencia tan fuerte, tan sólida, y siempre me he preguntado por qué no hacen un puente a la comunidad más grande, por ejemplo, estoy pensando en la ciudad de Nueva York, con el grupo de empresarios X, para tener el nombre del grupo de empresarios X que aporta con una estatua, y así inscribir el nombre de la fraternidad en la geografía, en la estructura de la ciudad. Esto porque nosotros convivimos como paceños de espaldas a la ciudad, no hay una apropiación. Me imagino que tal vez tiene que ver con esta desconfianza. ¿Cómo ves este tema? Porque estamos hablando de una alta identidad de pertenencia a la fraternidad.

VÍCTOR HUGO CÁRDENAS

La apertura hacia el exterior está iniciándose, y es un proceso muy interesante. Las fraternidades más importantes tienen filiales en varios países, nosotros como Fraternidad Señorial Illimani tenemos en Buenos Aires, en Sao Paulo, en Valencia, en Suiza, y más países. Hay que cumplir ciertos requisitos, porque después se distorsiona, meten la pata, y pagas los platos rotos. No hay normas pero se están cuidando. En general, a las festividades, no solo del Gran Poder, otras también, si algo les falta es la explicitación de una política identitaria. Por ejemplo, en el Gran Poder el ganador reciente fue una morenada cuyo disfraz está basado en los muchachos de Eliot Ness. Más allá de simpatías o antipatías con los gringos o contra Eliot Ness, conviene afinar el análisis de los elementos identitarios de raíz propia o ajena, sus complementaciones y sus roces.

En algunas cosas se ha avanzado, por ejemplo, en la prohibición de figuras como el Chapulín Colorado, la prohibición del quirquincho y el uso de plumas en el tema ambiental. Sin embargo, aún no se desarrollaron políticas identitarias explícitas. Y el municipio en esas festividades no siempre tiene mucho eco, se relacionan para que les autoricen a cerrar la calle, usar el derecho de vía y energía eléctrica pero no para temas importantes como el diseño de vestimentas. Se puede trabajar con los compositores, mejorar las letras y la música, se puede hacer maravillas, pero no hay una relación estrecha, como se dice es un campo virgen, no trabajado.

Ahora hay fraternidades, muy pocas, que tienen unidades que reflexionan y discuten estos temas. La nuestra tiene una unidad especializada que promueve la búsqueda de nuevos trajes para nuestros guías, varones y mujeres, en lo posible diseños antiguos. Cada año presentamos novedades. Para la última entrada del Gran Poder, la Junta de Pasantes usaron disfraces tradicionales diseñados por Elvira Espejo, indígena qaqachaka. El jurado no logró comprenderlo ni valorarlo porque esperaban diseños paceños y no de Oruro ni Potosí, aunque recientemente otra entidad del Estado lo valoró y reconoció. El municipio puede hacer muchísimo.

MARCELO ARROYO

Víctor Hugo, el año pasado se puso mucho énfasis en "La Paz, ciudad maravillosa", y toda esta movilización que ha involucrado a diferentes niveles de gobierno, afinidad de muchas instituciones y demás; este podría ser un espacio para promover esta identidad, para promover esta cultura, estas políticas identitarias, ahora que hemos logrado el reto, somos una de las ciudades maravillosas, y en este esquema es la oportunidad para mostrar también estas identidades. Y en este camino hay documentos interesantes, está el tema de Los Imperdonables, que recupera aquellos elementos que identifican al paceño, por ejemplo la salteña, o la marraqueta o el buñuelo, y así sucesivamente. ¿En este contexto de "La Paz, ciudad maravillosa", desde su perspectiva, podría ser una oportunidad interesante para posicionar estas identidades?

VÍCTOR HUGO CÁRDENAS

Yo creo que sí, de hecho ya está sucediendo. Hay una fraternidad Los Fanáticos, se dividieron y la nueva fraternidad optó después por llamarse "La Paz maravillosa". Sin embargo, falta asumir el desafío de construir una ciudad maravillosa e intercultural, más allá de sus dificultades, porque La Paz además de tener cosas maravillosas tiene problemas. Debemos mitigar y disminuir los problemas como el desorden, descontrol de residuos sólidos, agresividad de conductores públicos y privados, mejorar las señalizaciones. A nivel simbólico debemos destacar lugares sagrados y de significación histórica, destacar también empresarios, escritores y personalidades exitosas.

SILVIA ESCOBAR

Estaba pensando cómo articular este tema con el tema del turismo. Todo está desarticulado, y falta crear oportunidades para promover desarrollo, en este ámbito. Yo creo que La Paz es la que más ha abandonado el tema turismo, desde sus municipios, desde su gobernación. Lo que tenemos es turismo de rebalse. Turismo que llega al lago, sale a Cusco, La Paz. La gastronomía me parece, la interculturalidad, la excelencia, la vivimos, está en nuestras abuelas y todo lo que recogemos, yo creo que tendríamos que apostar a esta industria sin chimeneas con mucha creatividad, con mucha innovación, con menos costo, yo creo que podría ser un elemento como crear una línea de desarrollo. En la escasez a veces empieza el ingenio, no es cierto, en función de esto y aprovechando lo que ahora se muestra tanto al mundo "La Paz maravillosa", con sus teleféricos y sus buses PumaKatari, empezar a reconstruir. En eso si ha habido mucha habilidad en la alcaldía, con los slogan, con ponerle una identidad paceña a las cosas, ese es un recorrido que hay que seguir potenciando y de paso la gente también se apropia más de su ciudad, me parece que por ahí hay una veta. En situaciones de crisis hay oportunidades, por ahí puede haber una oportunidad interesante.

GODOFREDO SANDOVAL

Hemos llegado al final del diálogo. Nuestro punto de partida fue reflexionar, desde distintas experiencias y disciplinas, la factibilidad de la sostenibilidad del desarrollo de la ciudad. El panorama a futuro parece alentador por las interesantes proyecciones de continuidad de proyectos y planes del gobierno municipal, aunque con reducción de presupuesto; por las potencialidades del vecino-ciudadano urbano para contribuir con su participación y gestión en la continuidad del proceso de desarrollo urbano; y por los avances en la convivencia multicultural entre la heterogénea población paceña. Queda pendiente superar el rezago del aparato productivo urbano paceño mejorando la capacidad productiva y generando iniciativas de producción y empleo; de ese modo, contribuir al desarrollo sostenible de la ciudad.

 

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