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Tinkazos

versión On-line ISSN 1990-7451

Tinkazos vol.18 no.37 La Paz jul. 2015

 

DIÁLOGO ACADÉMICO

 

Hitos en la historia de la industria boliviana

 

Milestones in the history of Bolivian industry

 

 

Alfredo Vicente Seoane Flores1
1 Economista, doctor en Ciencias del Desarrollo (CIDES-UMSA) y master en Economía y Política Internacional (CIDE, México). Actualmente es docente investigador del CIDES-UMSA. Correo eletrónico: aseoane_2000@yahoo.com. La Paz, Bolivia.
Fecha de recepción: mayo de 2015
Fecha de aprobación: junio de 2015
Versión final: junio de 2015

 

 


Resumen

Los efectos de la Primera Guerra Mundial y la crisis de los años 20 estimularon la inversión productiva y el crecimiento del sector industrial en Bolivia a inicios del siglo XX. La iniciativa privada apuntaló nuevos e importantes emprendimientos. A partir del Plan Bohan, el desarrollo productivo diversificado adquirió protagonismo en la agenda de la política pública en el país, con acciones que promovieron la integración del oriente, la diversificación de la producción agrícola y el desarrollo industrial. En este articuló se identifican y analizan los momentos relevantes de este proceso.

Palabras clave: industria /industria manufacturera / producción agrícola / Guerra del Chaco / Plan Bóhan / economía minera / economía boliviana / inversión


Abstract

The effects of the First World War and the crisis of the 1920s stimulated investment in production and the growth of industry in Bolivia at the start of the 2Oth century, when private initiative supported important new enterprises. With the Bohan Plan, the development of a diversified productive sector gained prominence in the country's public policy agenda, with actions to promote the integration of the Eastern lowlands, diversify farming and develop industry. This article identifies and analyses relevant moments in this process.

Key words: industry / manufacturing industry / agricultural production / Chaco War / Bohan Plan / mining economy / Bolivian economy / investment


 

 

INTRODUCCIÓN

Es usual decir que Bolivia no es un país industrializado, entendiendo con esto que no produce suficientes bienes y servicios usando tecnología maquinizada en fábricas. En efecto, el país tiene una economía escasamente industrializada porque su actividad manufacturera es mayoritariamente de base técnica artesanal, sus industrias de procesos no usan tecnología de punta y el tejido industrial es poco denso.

Sin embargo, cuando constatamos que el sector de la industria manufacturera es importante en la generación de empleo urbano y en el PIB, la relevancia del sector resalta, más aun si tomamos conciencia de la necesidad de elevar la productividad como medio ineludible para mejorar ingresos, lo que requiere uso de tecnología y desarrollo de la industria.

El concepto de industria manufacturera engloba a una cantidad considerable de actividades cuya base técnica es diversa: desde empresas tecnológicamente más o menos sofisticadas hasta talleres artesanales. La industria manufacturera tiene actualmente una importancia cuantitativa y cualitativa en la generación de empleó e ingresos ya que emplea alrededor del 16% de la población ocupada urbana (POU) -que representa el 11% de la población ocupada total (PO)- y produce cerca del 17% del PIB, con productividad superior a la agricultura, silvicultura, caza y pesca que ocupan a más del 30% de la PO y solo producen el 12% del PIB.

Cómo en todo proceso de crecimiento económico, las inversiones son el elemento dinamizador. Analizando el ciclo del PIB con el ciclo de la industria, se detecta que el acentuado gradó de dependencia de la economía boliviana respecto del desempeñó del sector extractivista no ha empujado la inversión en el sector industrial. Analizar los diferentes momentos de la inversión en el sector y los contextos que hicieron posible ese desempeñó tiene el propositó de identificar en el pasado histórico elementos que sirvan para el análisis de la actualidad.

En este articuló sobre la industria identificamos tres momentos o hitos históricos debido a la dinámica de inversiones y procesos que le dieron origen: i) la modernización inicial 1890-1920, ii) el salto cualitativo 1925-1935 y iii) la acción diversificadora que se inicia con el Plan Bóhan en 1942. Este ultimo evento da inicio a la participación activa del Estado en el desarrollo del país, a través de varios planes o estrategias de desarrollo que se plantean e implementan sucesivamente. Estos planes van a orientar las tendencias del pensamiento desarrollista boliviano, que no dejan de ser sino variaciones del Plan Bóhan.

Este articuló se desprende de la investigación/tesis doctoral "Industrialización tardía y progreso técnico: análisis del proyecto boliviano", realizada entre 2012 y 2014. El objetivo de la investigación fue analizar los logros y connotaciones teóricas e históricas de la dinámica de diversificación económica e industrialización trunca de Bolivia, abarcando el periodo de inicios del siglo XX al presente. En la investigación se trabajo con la metodología de la aproximación narrativa que consiste en analizar los elementos fundamentales de determinados procesos históricos que, en el casó de la formación de la industria nacional, son los relacionados con la inversión y las definiciones de políticas públicas hacia el sector industrial, destacando los elementos del contexto que tuvieron clara influencia.

 

1. ADVENIMIENTO DE LA MODERNIDAD Y SURGIMIENTO DE LA INDUSTRIA

La primera fase de crecimiento económico en Bolivia se inicio durante la segunda mitad del siglo XIX, con la reactivación y reinserción de la minería argentífera en los mercados internacionales. En este periodo es que se realizan inversiones que modernizan el panorama productivo de la actividad minera.

La modernización productiva para la obtención de la plata consistió en la aplicación de técnicas maquinizadas para la extracción de mineral, que se combinaron con la construcción de los ferrocarriles que conectaban a las minas con los puertos. Estos eventos permitieron la disminución sustancial de los costos de producción y de transporte del mineral, posibilitando economías de escala.

Juntó con la modernización tecnológica de las grandes compañías mineras del siglo XIX, que permitieron una fuerte expansión de la producción y los ingresos del país, aparecieron empresas modernas en otros rubros que empezaron a utilizar maquinaria y formas de organización capitalista en actividades tales como: generación de electricidad, ferrocarriles, fábricas de bebidas, entre otras que paulatinamente fueron cambiando el panorama productivo de base artesanal hacia un panorama de base técnica moderna, circunscrito a la región minera y ciudades vecinas, en un entornó sumamente atrasado.

Previamente abastecían el consumó del mercado internó de manufacturas, alimentos procesados y bebidas alcohólicas, factorías de pequeño tamaño, tecnología artesanal (no maquinizada) que se esforzaban por abrirse campo en circunscripciones locales. Rubros como bebidas, tejidos, materiales para la producción agrícola y minera eran la principal actividad manufacturera. La inexistente vinculación carretera o ferroviaria entre los distintos centros productores del país, determinó la incidencia prepónderantemente local de la oferta de manufacturas.

Ante la oleada modernizadora que ocurrió en el país a partir de la reactivación minera, y cuando los costos de transporte desde y hacia los puertos se redujeron significativamente, las mercancías importadas se abarataron y arrollaron la producción nacional artesanal.

El impacto del ferrocarril Antofagasta-Oruro que benefició grandemente la expansión de la producción de minerales, fue demoledor para la producción nacional de manufactura y agricultura puesto que redujo significativamente los precios de importación debido al costo hundido de vagones de ferrocarril que regresaban vacíos del mineral .

Al respecto Mitre (1981: 175) dice:

...era inminente que los vagones de ferrocarril que iban a la costa llenos de mineral debían traer algo en el camino de regreso [...] al finalizar el siglo, el ferrocarril le garantizaba al comercio chileno el aprovisionamiento de los mercados del sur del país [...] la reducción de los costos de transporte por ferrocarril permitió que una variada gama de productos agrícolas e industriales importados compitiesen con ventaja en un área geográfica más extensa. La producción local sufrió entonces los efectos de la desarticulación interna.

La modificación de precios, producto de las nuevas condiciones de transporte, implicaba que:

En 1890, una unidad de trigo, con el mismo preció en los mercados de Antofagasta, Moliendo y Cochabamba, una vez transportada desde esos puntos a la ciudad de La Paz, llegaba a costar en esta nueva plaza 3,98 si llegaba de Antofagasta, 4,25 de Moliendo y 5 pesos si provenía de Cochabamba" (Ibíd:. 176).

Respecto al azúcar, Rodríguez observa que con el medio de transporte nuevo: "a principios de siglo (XX), movilizar un quintal de azúcar granulada de remolacha desde Alemania hasta Oruro resultaba más barato que transportarla en petacas de cuero a lomo de muías desde Santa Cruz de la Sierra" (Rodríguez, 1999: 292).

Esto produjo la decadencia de varias actividades manufactureras y agrícolas que afectaron a regiones del interior del país. De ahí la idea ampliamente aceptada de que la decadencia de la producción manufacturera artesanal del siglo XIX se produjo debido a la construcción de los ferrocarriles y la apertura al comercio exterior. Esta percepción, si bien no es falsa, está mal enfocada puesto que no era posible ni deseable que el país continuara en la situación de atrasó, aislamiento y ajenó a los cambios tecno-productivos que ocurrían en el mundo.

Dicho embate hubiera sido menos destructivo o pernicioso si se hubieran desarrollado, en lo interno, capacidades productivas modernas de manera que se hubiera podido integrar el cambio tecnológico y organizacional, para atender un proceso de acumulación de capacidades productivas nuevas que se reflejaran en un incrementó de la productividad.

Asimismo, no es posible sostener que pese a tal embate nada de desarrollo de capacidades productivas ocurrió en el país; es un hecho comprobable que, dentro de ciertos límites, ese propositó de cambió se produjo concretándose el desarrollo de una industria manufacturera que incorporaba los avances tecnológicos de la modernidad prevaleciente.

Los mineros de la plata tuvieron cierto interés por invertir sus excedentes en actividades de diversificación e hicieron algunos intentos por desarrollar una incipiente transformación industrial.

En tornó a la figura de Aniceto Arce, empresario minero y presidente de la República (1889-1892) se puede encontrar el ejemplo de lo anteriormente afirmado. Según Ramiro Condarco (2002), Arce sería el "artífice de la extensión de la revolución industrial en Bolivia".

Se preocupó de establecer las normas generales que regulaban las exposiciones industriales [...] de despertar el interés capaz de contribuir al desarrollo de nuevas fuentes de riqueza en Bolivia [...] ocupándose de manera intensa de introducir en el país las innovaciones de la revolución industrial y de sembrar el territorio nacional de plantas exóticas, obras hidráulicas y de conservación de suelos, de caminos, de puentes, de proyectos ferrocarrileros, de hilos telegráficos, etc." (Condarco, 2002: 682).

Sin embargo, mientras que para algunos historiadores Arce es el iniciador de la revolución industrial boliviana, para otros es el personaje del siglo XIX que instaura la dominación minero-feudal y la penetración extranjera. Representativa de esta visión es la obra de Carlos Montenegro, Nacionalismo y coloniaje (2003), en la que sostiene:

Dicha política ferroviaria es uñó de los tantos frutos de la promiscuidad en que el liberalismo y el feudalismo suelen convivir en los modernos estados colonos, en los cuales, aun el más evolucionado capitalismo burgués emplea los medios feudales de la explotación y del dominio sobre las riquezas y el trabajo. Los ferrocarriles tecnificaron solamente la economía colonial, acelerando el ritmó con que se vaciaba de materias primas el país (...) Las funciones puramente extractoras del ferrocarril se oponían así a todo provecho que el país pudiera obtener" (2003: 207).

Montenegro hace la siguiente valoración del progreso técnico: "Esta esencia antinacional de la legislación, la cultura y el progreso técnico (sic), toma al cabo forma concreta en el terreno de los hechos, indicando, ya sin reservas, la plenitud material del predominio extranjero sobre la vida boliviana" (Ibíd).

La situación ideal para un desarrollo equilibrado, diferente al enclave, hubiera sido que las líneas férreas articulasen mejor el país y que los capitales emergentes de la actividad minera se hubieran invertido en mayor magnitud en la modernización y expansión de una diversificación productiva, que modernice la agricultura y desarrolle una verdadera industria, en un mercado internó cada vez más integrado y en crecimiento. Pero eso no sucedió ya que la economía minera se fue ligando cada vez más a la actividad de las casas comerciales importadoras, que al mismo tiempo rescataban el mineral (lo compraban y comercializaban internacional mente) e importaban los productos que la minería necesitaba. Para estas poderosas casas importadoras, la industria nacional no era un sócíó complementario sino un competidor. Además, por consideraciones de costos y beneficios, para la minería resultaba más barató el abastecimiento con productos importados que con productos de regiones alejadas del país.

A la plata le sigue inmediatamente la expansión de la producción del estaño, que se convirtió en el principal producto de exportación del país. Se inicio con ello un nuevo ciclo de auge exportador que se reflejó en importantes cambios.

En cuanto al mercado internó, el cambió del eje dinámico del país desde el sur hacia el norte, activado por el desplazamiento de la plata por el estaño como principal fuente de ingresos, con su efecto político que implicó el cambió de la sede de gobierno de Sucre a La Paz, determinó que las inversiones y los emprendimientós principales que estaban localizados en el sur, languidezcan y otros se dinamicen en el norte, con el eje La Paz - Oruro, desarrollando una nueva capacidad productiva.

 

2. EL SALTO CUALITATIVO DE LA INDUSTRIA EN LA DÉCADA DE LOS 20

Cómo resultado de la situación emergente de la Primera Guerra Mundial surgieron dificultades para abastecer con productos importados el mercado boliviano, no por una crisis de las exportaciones sino por una ruptura de los circuitos comerciales entre Europa y América Latina. Los mismos productores de minerales y otras materias primas como la goma y la quina, que vendían al exterior en cantidades crecientes, necesitaban alternativas para el abastecimiento de los insumos y elementos mecánicos y otros para el consumo de la masa trabajadora.

Esta coyuntura de crisis internacional provocó una grave escasez y, al mismo tiempo, significó un estimuló para la producción nacional de manufacturas. Probablemente debido a ese factor y a la expulsión y huida de grupos humanos desde Europa hacia América, se localizaron en el país importantes inversiones y recursos humanos capacitados en labores industriales. La Breve historia de la industria nacional lo describe así:

El desafió (de abastecimiento de insumos y bienes de consumó), bien entendido por la iniciativa privada -la pública no tenía preocupaciones de esa naturaleza- movilizó esfuerzos financieros que se tradujeron en el establecimiento de empresas manufactureras diseñadas para reemplazar, por lo menos, una parte de bienes que no podía importarse [...]. Tal coyuntura sirvió para estimular empeños manufactureros: muchos planes fueron estudiados hacia el año 1920 cuando hombres de empresa privada efectuaron inversiones para instalar fábricas de mayor tamaño que las conocidas hasta entonces (CNI, 1981: 26).

El punto máximo del proceso de Inversiones que creó una nueva capacidad productiva se dio en la segunda década del siglo XX, hasta 1935, ya que fue el periodo en el que se produjeron inversiones significativas y los más Importantes emprendimlentos industriales. En esos años se produjo una verdadera oleada de inversiones, resultando instaladas, entre otras, las siguientes fábricas: "Fábrica de Tejidos Forno, Fábrica de Oxígeno, Tejidos de Punto, Molineras de Harina, Fábrica Domingo Soligno, Fábrica de Cemento Viacha, Calzados García, Tejidos de Algodón Said, Yarur y Cía., embotelladoras de refrescos, Fábrica de Calzados Zamora, Productos Alimenticios Dillman, Cervecería Taquiña" (CNI, 1981:27).

Un trabajo de la CEPAL sobre la situación de la economía boliviana, realizado en 1958, comparte el mismo criterio señalando que en la década de los 20 se fundaron algunas de las empresas que aún en 1958 eran las más importantes del sector. Careciendo de Información estadística sistemática, el estudió de la CEPAL recurre a una variable proxy de la acumulación de capital -como son las Importaciones de maquinaria y equipos para la producción manufacturera e industrial-, y muestra que en la segunda mitad de los años 20 se dio el índice más alto de Importaciones de maquinaria y equipos industriales ya que, con una base de 1925 = 100 llegó a su máxima expresión en 1928, cuando dicho numeró índice alcanza más de 400, decayendo un pócó en 1930 a 300 (CEPAL, 1958: 119).

Cómo se mencionó, en este periodo (1925 en adelante) la iniciativa pública estuvo ausente del esfuerzo para desarrollar la industria e instalar una capacidad productiva. En contraste, es muy notable el aporte de los inmigrantes que desarrollaron emprendimlentos con inversiones y conocimientos traídos desde el exterior. Las migraciones significaron un aporte emprendedor muy dinámico para la sociedad boliviana.

La información acerca de los montos precisos de Inversión y su composición, de acuerdó con la procedencia de los capitales, es difícil de obtener, pero claramente se puede deducir su importancia por el listado de empresas que presenta el acta de fundación de la Cámara de Fomento Industrial (CFI). Además, el aporte de los inmigrantes en cuanto al denominado know how (saber hacer manufactura e industria) fue fundamental para el florecimiento de la industria nacional.

En torno a la presencia de alemanes, León Bieber señala que:

Aunque primordialmente vinculados a la esfera comercial no faltaron alemanes que incursionaron en actividades empresariales [...] No faltaron aquellos que instalaron cervecerías, moliendas, fábricas de productos químicos, de carne y embutidos, de conservas, de licores, de papel y cueros, así como talleres de mecánica, dando con ello un decisivo impulso a la industria leve boliviana [...] Con su presencia el elemento semita de origen germano-austriaco reforzó la industria alemana en Bolivia, la metal mecánica, las manufacturas textiles, la gastronomía, la hotelerfa y lajoyerfa (Bieber, 2005).

Respecto a la migración italiana, se puede apreciar en el libro de Belmónte (2007), el rol que tuvieron en la creación de empresas como Figliózzi, la fábrica de pastas y golosinas La Estrella, las textileras Forno, la de refrescos Salvietti, la de jabones La Genóvesa, la empresa constructora y de material de construcción Aloisio, la fábrica de telares Mercurio; la fábrica de curtiembres Bólitrade y la fábrica Relux Vidrios, entre otras.

Un periódico publica un testimonió de Freddy Céspedes, sobre las fábricas Said, Forno, Volcán, Soligno, Fanase "que con sus fuertes pitos despertaban a la ciudad"; así, cambiaron el panorama de La Paz, y permitieron contar con productos de calidad aceptable.

La Fundición Volcán, famosa por sus trabajos milimétricos para piezas de maquinaria pesada en la minería [...], la Soligno competía con los mejores casimires ingleses [...], en la fábrica Forno trabajaban más de mil obreros y técnicos; sus frazadas y paños cubrían a los bolivianos [...] eran tiempos donde uno se sentía orgulloso de sus industrias (s.l.f).

En cuanto a la acumulación de capital, utilizando la variable proxy referida a las importaciones de maquinaria y equipó, el estudió de CEPAL menciona que de todo el periodo 1925 a 1955, el promedió de las importaciones realizadas en los años 1925-1930 supera en el doble al promedió anual de los años siguientes (CEPAL, 1958: 122).

En términos de inversión neta (IN), descontada la reposición de los bienes de capital consumidos, las relaciones anteriores son aún más contundentes. Según el cuadro 1, de estimaciones de 1925 a 1930, la IN representa casi el 50% de la IN realizada en el periodo de 1925 a 1955.

La conclusión obvia es que fueron las inversiones en los años 20 las que permitieron la conformación de una capacidad productiva significativa del sector industrial manufacturero boliviano en el siglo XX.

La historia de esos años muestra la gran deficiencia estatal en términos de recursos para desarrollar cualquier política pública, y menos una de fomento de la industria. Se sabe que la situación fiscal era precaria, tanto que los gobiernos buscaban desesperadamente recursos externos aceptando condiciones realmente onerosas, como el empréstito Stiefel-Nicolaus (Brockman, 2012) para así conseguir financiamiento para algunas acciones públicas.

El análisis de la balanza de pagos de aquellos años da cuenta, paradójicamente, que aunque el país tenía durante periodos prolongados superávit comercial (exportaciones mayores que importaciones), dadas las transferencias de utilidades al exterior que realizaban las empresas mineras, se transformaba en un déficit de la balanza de pagos y producía una fuerte restricción de divisas, generando escasez de recursos para financiar las importaciones que se necesitaban para la producción industrial.

De otra parte, los aportes al fisco desde la actividad minera, aunque eran con mucho los ingresos más importantes del Estado, representaban un porcentaje bajo respecto de los ingresos y las utilidades de las empresas mineras. Los grandes establecimientos mineros privados contaban con mayores recursos económicos que el mismo Estado. El resultado era una situación de extrema debilidad de este frente al poder minero, de manera que mendigaba recursos a los mineros a la vez que aplicaba fuertes presiones para recaudar impuestos de los otros sectores menos poderosos, como la industria manufacturera.

En lo que se refiere al tamaño del mercado interno como una limitante, pero considerado a su vez como la única alternativa para la emergente industria, dada la imposibilidad de tener emprendimientos para la exportación, la CNI menciona lo siguiente:

El mercado interno no permitía otro tipo de audacia que el diseñado de plantas manufactureras de limitada capacidad. Aquel estaba constituido por los centros urbanos y las clases medias en formación. El sector campesino, aútósúficiente en su desenvolvimiento, cultivaba sus alimentos, tejía telas para su vestimenta, confeccionaba sus ojotas. Lejos de la economía de mercado, no tenía función activa en él... (CNI, 1981: 27).

La crisis internacional que se inicio en 1929 con el cras/rde la Bolsa de Nueva York y que se extendió por el mundo enteró, tuvo efectos contractivos sobre la actividad minera, por la caída de los precios y los niveles de producción. Lógicamente esto se reflejó en la actividad productiva del país, con la caída de la demanda efectiva y la aparición de una alta desocupación debido al despido de obreros de las minas, que en parte pudieron ser absorbidos por la naciente industria.

2.1. LOS AÑOS 30: CRISIS INTERNACIONAL, GUERRA Y POST GUERRA DEL CHACO

En febrero de 1931 se fundó la Cámara de Fomentó Industrial (CFI), como resultado de la agremiación de las empresas fabriles que decidieron organizarse respondiendo a las necesidades propias del sector productivo pues hasta entonces habían pertenecido a la Cámara Nacional de Comerció. En ese marcó, surgieron propuestas e interpelaciones al Estado, respecto a una estrategia económica que contemple los intereses de la industria.

El acta de fundación de la Cámara de Fomentó Industrial (CFI) fue firmada por 39 empresas de diversos sectores de la actividad industrial y manufacturera, entre las que destacan: Cervecería Boliviana Nacional, Fábrica de Calzados y Curtiduría Recacochea, Litografía e Imprentas Unidas, Fábrica de Tejidos SAID y Fábrica de Tejidos de Puntó Yarur, Fábrica de Casimires Sucs, Textiles Forno, Lanificio Boliviano Soligno, Fábrica Stege, Sociedad Boliviana de Cementó, Bolivian Power, entre otras fábricas de diversó giró como: jabones, alcoholes, camisas, fideos y galletas, cerámica, gaseosas, muebles, maestranzas y fundiciones, molineras, imprentas y editoriales y frigoríficos (CNI, 1981: 30-31).

El conjunto de emprendimientós para la actividad industrial que enlista el acta fundacional de la CFI, muestra que ellos fueron encarados exclusivamente por la iniciativa privada y que muchos -probablemente los más importantes- fueron emprendidos por inmigrantes que aportaron capital y know how.

En cuanto a la capacidad prepositiva y de interpelación del nuevo empresariado, resultan muy interesantes las propuestas incluidas en el primer documento de la CFI, de junió de 1931, dirigido al gobierno y al conjunto del poder legislativo, donde se esboza un plan de desarrollo y modernización productiva para el país.

En dicho documentó se tiene un diagnosticó de la economía y se propone un plan quinquenal de desarrollo de la industria. En cuanto a la situación del país, el documentó señala que la economía se encontraba deprimida por la crisis mundial cuya causa profunda tenía que ver con la alta exposición a los vaivenes internacionales teniendo una economía extremadamente centrada en los minerales, así como la necesidad de atender el alto desempleo que causaba la misma, sobre todo en el sector minero. Consideraban que ello ameritaba la necesidad de apuntalar el desarrollo de una industria y una agricultura que den alternativas de diversificación y empleó.

De manera coincidente con el diagnostico, algunas de las recomendaciones que formuló la CFI al gobierno de la época, fueron:

1.  Mejorar la situación crediticia de las empresas, mediante la revisión de las leyes bancarias, para el sostenimiento del crédito a la actividad productiva.

2.  desarrollo de la infraestructura mediante obras públicas, mejorando la infraestructura caminera. Para el efecto, conseguir financiamientó y racionalizar el gastó publicó.

3. Fomentar la industrialización del país y la agricultura, diversificando la producción y logrando la disminución de las importaciones, reemplazandolas por producción nacional.

En tornó a estos tres aspectos, la CFI recomendó puntualmente medidas de aplicación inmediata y otras de desarrollo progresivo, que debían haberse traducido en leyes o decretos para el cumplimiento de metas de desarrollo industrial (Ibid).

Entre las primeras, destacan propuestas como la promulgación de una ley de protección a la industria, la creación del banco agrícola e industrial, plan de obras públicas y otras medidas para solucionar la desocupación. Entre las medidas de carácter progresivo se plantearon las siguientes: electrificación como base para la industrialización; fomentó de la agricultura, ganadería y silvicultura; desarrollo de sectores específicos de la industria y enseñanza técnica y de ingeniería.

En términos generales la actitud de los gobiernos de esa época, carentes de preocupaciones relacionadas con la transformación productiva, mejoramiento de la productividad y elevación del empleó, siempre ocupados en paliar la permanente insolvencia del erario publicó, llevaron a ignorar el planteamiento del sector industrial.

La actitud de los mineros exportadores, sector dominante en los ámbitos económico y político, y que controlaba los medios de comunicación y buena parte de la clase política, tampoco fue de apoyo o interés para impulsar el desarrollo industrial, de manera que "sin un gran concurso de capitales de inversión, que la minería pudó proporcionar a la industria y no lo hizo, tuvo ésta un dificultoso ascenso, muy significativo, sin embargo, en el progreso productivo y ocupacional, pero menos que el logrado en otros países" (Ibid.: 35).

Las medidas propuestas por la CFI para morigerar los efectos negativos de la crisis, eran atinadas según nuestro criterio, ya que fue el periodo y la oportunidad que aprovecharon los países vecinos impulsando más decididamente sus procesos de industrialización. El gobierno pócó hizo en ese aspecto, desoyendo el pedido empresarial.

Al contrario, la situación de disponibilidad de divisas y de restricciones fiscales se agravó por el inicio de la Guerra del Chaco, hecho que generó fuertes presiones sobre la economía nacional y ciertamente una aguda escasez de divisas para usos no bélicos. Este evento de emergencia nacional tuvo la virtud de promover la unidad nacional, presionar y estimular la dinamización y ampliación de la actividad industrial en Bolivia, hacia la mayor sustitución de importaciones, incrementando la capacidad utilizada en las plantas ya instaladas en los años previos.

Producto del conflicto bélico con el Paraguay empezó un cambió sustancial y se produjo un salto cuantitativo de la actividad industrial. Las empresas empezaron a trabajar más de un turnó e incluso a los tres turnos, cosa que no se había visto antes.

La coyuntura no pudo ser más grave debido a la recesión causada por la caída de los precios de los minerales en los mercados internacionales. Entonces se puso de manifiesto el hecho de que era urgente sustituir por producción nacional una serie de insumos necesarios para la actividad minera e industrial y para los abastecimientos militares. Este hecho dio impulso a una ampliación del pesó especificó de la industria en la economía.

Para el casó de la mano de obra, se priórizó su disponibilidad para el laboreó minero ya que ahí se generaban las divisas necesarias para la importación de productos. Así en las fábricas se notó la falta de brazos y empezó a emplearse mano de obra femenina en mayor y creciente proporción (Coordinadora de Historia, 1999).

El documentó de la CEPAL explica las consecuencias que esto tuvo para el país:

La Guerra del Chaco, que aparte de costar a Bolivia ingentes vidas y gastos, y una porción de su territorio, originó una profunda y prolongada crisis [...] El ansia de transformación económica y social de las nuevas generaciones políticas se enfrentó a la realidad ineludible de una nación empobrecida. [...] la necesidad 0 la impaciencia por actuar condujeron a medidas económicas audaces y se acentuó por casi todos los gobiernos el uso, ya crónico en Bolivia, de expedientes financieros peligrosos [...], el resultado fue la aparición de una situación inflacionaria que al acentuarse con el correr de los años, ha llegado a ser la más aguda que haya experimentado país americano alguno (CEPAL, 1958:5).

En cuanto se produjo el cese al fuego y el ejército se desmovilizó, el efecto sobre el empleó en la industria fue contrario ya que los excombatientes buscaban colocación laboral, desplazando a los trabajadores, especialmente mujeres. En ese marco, no se tuvo la "inteligencia" para aplicar políticas de elevación del gasto y así mantener un nivel de ocupación y de demanda agregada suficientes.

Debido a las fuertes erogaciones que representaba el esfuerzo de la guerra, el fisco se endeudó, y se aprobó la emisión inorgánica y la devaluación como forma de financiar sus gastos. Ante la aparición de tendencias inflacionarias y presiones sobre el tipo de cambió, el gobierno empezó a desplegar medidas de control de precios.

Al respecto, Querejazu señala ló siguiente:

Al suspender el servició de la deuda externa Bolivia perdió su crédito en el exterior. El gobierno financió la guerra con los recursos que pudo generar dentro del país [...]. La emisión de papel moneda aumentó de 38 millones en 1932 a 4.000 millones hasta 1935 [...]. Las compras de armamentos, la munición y otros materiales [...] se pagaron obligando a las empresas mineras a entregar un 50% de sus giros en el exterior, al cambió de 20 bolivianos por libra esterlina. El gobierno vendía estos giros 0 divisas al comercio importador a 40 y 50 bolivianos y desde enero de 1934 a 80 (Querejazu, 1998:186-187).

En cuanto al sistema de cambio de moneda extranjera, se tiene que:

Desde 1932 hasta noviembre de 1934, el cambio internacional de la moneda fue mantenido en Bs 20.26 por libra esterlina y Bs 4.15 por dólar americano. Pero se ló consideraba irreal, por lo que se ensayó una paridad de Bs 117.80 por libra, que en su inmediata aplicación provocó un vuelco desconcertante en la composición de los precios (CNI, 1981: 37).

Una devaluación de esa magnitud tuvo efectos inmediatos y graves sobre los precios y el encarecimiento del costo de vida, provocando una aguda escasez y un creciente descontento social. Pese a ello, el incremento en el PIB industrial que ocurrió en la década de 1930 fue espectacular, alcanzando un crecimiento promedió anual del PIB industrial de 49% entre 1934 a 1943, con un record en 1938, año en el que la industria creció a un 1 21.4% (CNI, 2006). Ver cuadro 2.

En términos reales, el PIB Industrial creció en un periodo de 16 anos en 39.4 veces, lo que tiene una enorme significación equivalente al despegue de un proceso de industrialización. Sin embargo, las Inversiones se estancaron y la capacidad Instalada del sector industrial no creció, ni mucho menos, al ritmó de los años 1925-1935.

Los 30 fue una década de graves tensiones políticas y escasez de divisas, agravada por la continuidad de la crisis internacional, que se resolvió recién al final de la Segunda Guerra Mundial.

La escasez de divisas provistas por el sector minero de exportación y su asignación controlada con fines de recaudación pública, constituyó una fuente generadora de dependencia, ¡ncertidumbre y restricción para el sector industrial, que al no tener exportaciones propias dependió para Importar maquinarla e insumos Industriales de las divisas asignadas por el ámbito publicó y generadas por el sector minero. Asimismo, existió una fuerte competencia proveniente del contrabando dada la ineficaz protección arancelaria.

Para la industria, la Inflación significaba presión para aumentos salariales, ya que la inflación y devaluación encarecían el costó de vida en moneda nacional, afectando a las relaciones productivas de manera que según la CNI, como consecuencia de la modificación cambiarla, "los salarios en la Industria Asociada se incrementaron en un 25% con referencia al año precedente, y la venta de artículos nacionales creció en un 13%" (CNI, 1981: 52-53).

En 1937, la CFI decidió el cambió de nombre a Cámara Nacional de Industrias (CNI). En 1939, la CNI hlzó publicó un dóssier preparado para llamar la atención sobre la alarmante situación de la economía nacional explicada por la desfavorable condición mónó-expórtadóra que generaba inestabilidad, la que se transmitía a los demás sectores, señalando que no era posible continuar con una dependencia de los precios externos del estaño y con las restricciones sobre el resto de la economía que ello acarreaba (PNUD, 2007: 158). Consideraba que el crecimiento de la actividad industrial y agrícola era la respuesta, ya que para el país representaban actividades que ahorraban divisas, generaban empleo y demandaban productos de otros sectores nacionales. En particular la industria manufacturera, decía el dossier, "favorece a la economía nacional, ahorrándole un 57% de divisas oro contra las importaciones de artículos similares"; es decir que debía procurarse la sustitución de importaciones.

Asimismo, según la CNI el aporte en impuestos de la industria que alcanzaba "alrededor de Bs 30 millones" y los gastos destinados a fabricación, salarios y sueldos, combustibles, etc., eran muestras claras de la importancia y trascendencia del crecimiento del sector para la economía nacional. También generando empleo, la industria significaba un gran aporte a la economía de muchas familias (Ibid.: 159).

Respaldada en ese diagnóstico, la CNI propuso la necesidad de fomentar y proteger a la industria, para que esta pueda desarrollarse a partir del mercado interno; protegerla mediante la elevación de aranceles y el combate al contrabando; fomentarla mediante la atracción de inversiones de empresas que produzcan y generen empleó, además de otras medidas como la adquisición preferente de bienes nacionales por parte del Estado y la creación de institutos para la formación técnica de los trabajadores.

Cómo se puede ver en el cuadró 2, el PIB de la industria se fue ralentizandó y perdiendo dinamismo desde fines de la década de los años 30. Asimismo, el cuadró sobre la inversión neta que presentamos páginas atrás, muestra que el efecto sobre la misma es que a partir de 1934 escasamente la inversión neta superó las inversiones de reposición, lo que se agudizó más aun en los años siguientes.

Las políticas aplicadas por los sucesivos gobiernos post Guerra del Chaco asumieron una posición contraria al propositó de ampliar la inversión industrial. Claramente la política impositiva fue el tema de mayor confrontación entre ambos actores, ya que según los industriales estos "llegan a sobrepasar el límite impositivo que puede soportar la industria con la consecuencia de una enorme gravitación sobre el consumidor"; tasas impositivas que en vez de disminuir aumentan creando un régimen tributario muy pesado (Ibid.: ABO).

A finales de la década de los 30 y principios de los 40, iniciada la Segunda Guerra Mundial, los industriales plantearon la necesidad de políticas para favorecer la compra de producción nacional, la capacitación de la mano de obra y su tecnificación mediante la creación de facultades de ingeniería y crédito para la producción, con una urgente mayor articulación del país mediante la construcción de vías camineras.

 

3. LA DIVERSIFICACIÚN: DÉCADA DE LOS 40 Y PLAN BOHAN

respecto a la dinámica industrial que se da en los años 40, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial, el estudio de la CEPAL dice:

Después de crecer con gran rapidez desde la crisis de comienzos de los años treinta hasta la preguerra y luego durante la guerra misma, el volumen de producción industrial se ha mostrado prácticamente estacionario (...) estos hechos sugieren que el problema inmediato de la industria boliviana no radica tanto en la expansión de la capacidad productiva como en reacóndiciónar una capacidad ya existente y en eliminar aquellos factores que impiden su buen aprovechamiento (CEPAL, 1958: 111).

Según la Breve historia de la industria nacional (CNI, 1981) una serie de obstáculos y restricciones que enfrentaba la industria dieron como resultado el estancamiento en la dinámica de crecimiento del sector. Entre estos obstáculos se puede mencionar la restricción de divisas y el efecto inflacionario de la devaluación, la liberalización de las importaciones, las compras públicas que subestimaban la producción nacional, las deficiencias en el abastecimiento de energía y otros insumos, los elevados impuestos a las utilidades y, sobre todo, a la actividad empresarial manufacturera en general y la ausencia de una política pública clara respecto al desarrollo industrial (CNI, 2006).

Asimismo, el predominio en el pensamiento económico de la teoría de la ventaja comparativa, planteando la positiva especialización en la producción natural abundante de minerales y el comercio de estos, descalificando como artificios contra económicos el fomentar una industria y protegerla para su desarrollo, implicaba una incomprensión del rol importante que pudiera desempeñar la industria en la generación de empleó y el ahorró de divisas, por ejemplo, con la sustitución de importaciones.

Rodríguez Ostria ilustra estas opiniones de la siguiente manera:

...para la oligarquía minera, la industria (sóbre)vivía a costa de las divisas baratas que desviaba injustamente de la exportación de minerales y no gracias a su propia fuerza y empuje tecnológico y empresarial. Los accionistas de las grandes casas comerciales coincidían puntó a puntó con esta visión. todos parecían decir llanamente: 'Qué sentido tiene producir internamente mercancías malas y caras si se las puede importar en mejores condiciones' (1999: 296).

Paralelamente empieza a manifestarse una posición crítica de la situación imperante, expresada por líderes jóvenes y partidos nuevos y contrarios al poder "minero-feudal", que consideraban que el país estaba siendo despojado de sus recursos. En una intervención en el Parlamentó en 1940, el diputado Víctor Paz E. decía:

¿Qué ocurre con nuestra balanza de pagos? Hasta los hombres de la calle saben hoy que tenemos una balanza comercial extraordinariamente favorable; en el último año hemos exportado por valor de sesenta millones de dólares [...] y hemos importado por un valor de treinta millones de dólares [...] Repetidas veces he señalado las causas para este absurdo fenómeno [...] viene de que el valor de nuestras exportaciones, en mínima parte disponible para el país no obstante ser el fruto del trabajo social de sus hjjos, va a radicarse en el extranjero a título de dividendos del 27, 30 y 36% que acusan las compañías mineras y otras que explotan las riquezas o servicios públicos de Bolivia (Paz, 2003: 43).

La reflexión sobre las necesidades de la economía nacional era también planteada de manera clara:

.. .para fortalecer la economía nacional [...] es necesario diversificar la producción boliviana. Este planteamiento implica una política proteccionista y de industrialización fomentada por el Estado, en oposición a la tesis de los que quieren que Bolivia sea exclusivamente un país minero y que importe todos los productos alimenticios y las manufacturas que requiere para su vida (Paz, 2003: 20).

En ese ambiente del debate es que el país se convirtió en aliado de los Estados Unidos y declaró la guerra al eje Alemania-ltalia-Japón durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces se envió al país, como parte de la cooperación de los Estados Unidos con sus aliados, la misión técnica encabezada por el economista Mervin Bóhan y compuesta por expertos del desarrollo de la agricultura, la infraestructura caminera y la industria, que planteaban una estrategia diversificadóra y de sustitución de importaciones.

El propositó de esta estrategia era crear una infraestructura de comunicaciones que permita una expansión y di versificación de la producción agrícola y un mayor gradó de autóabasteci miento, con la posibilidad posterior del desarrollo de exportaciones de productos agrícolas tropicales. También contemplaba la necesidad de mejorar la producción minera y petrolera con mejores métodos para el tratamiento de minerales de baja ley, la fundición de estaño y la construcción de refinerías.

En su diagnosticó mencionaba que la minería representaba el 94% del valor de las exportaciones en 1940, pero solo empleaba directamente a una cantidad de empleados que con sus familias no pasaban del 7% de la población. En cambió la agricultura proporcionaba los medios de vida a 2/3 de la población, con la característica de que esencialmente era una actividad de subsistencia, con muy baja productividad y muy pócó excedente para el comerció. Esto determinaba que casi el 50% de las importaciones del país sean productos agrícolas.

El diagnóstico mencionaba que potencialmente Bolivia podía producir "prácticamente todos los productos agrícolas y en cantidades ilimitadas, pero no puede encontrar mercados para esos productos fuera de Bolivia". Entonces la producción agrícola de Bolivia debía ser adaptada al consumo interno y su expansión dependería del aumentó de la población y de su consumó per cápita.

Sobre la manufactura, señalaba que el pequeño tamaño del mercado internó desalentaba la posibilidad de que se pueda producir una expansión, considerando adiciónalmente la dificultad para exportar; por ello los pócós productos producidos mediante procesos simples, dependían solamente del mercado internó y requerían que este se amplíe.

Asimismo, señalaba que el petróleo ofrece brillantes perspectivas: "Se cree que Bolivia no solo tiene suficiente petróleo para abastecer sus propias necesidades pero que será capaz de crear mercados para la exportación, substanciales desde el punto de vista de la economía boliviana" generando mayor exportación y captación de divisas.

En cuanto a la situación de la deuda externa y su financiamientó, se sostenía que las dificultades para el servició de la deuda que surgieron a raíz de la Guerra del Cñacó y posteriores años, se habian revertido durante la Segunda Guerra Mundial. Bolivia necesitaba, empero, financiar nuevos proyectos de inversión que incrementen exportaciones y/o sustituyan importaciones. Por lo tanto necesitaba un financiamientó actual, nuevo, que financiando inversiones genere capacidad de pagó de la deuda a futuro.

En ese marcó, el denominado Plan Bóñan definió desarrollar un programa de fomentó para alcanzar una economía más diversificada y estable, a partir de las siguientes acciones:

1.  Trazó de un sistema caminero, conectando a centros productores y consumidores.

2.   Fomentó de la producción de azúcar, arroz, ganado, trigo y otros cereales, productos de lecñería, grasas y aceites comestibles, algodón y lana, y establecimiento de plantas de procesos industriales.

3.   Construcción de obras para irrigación de cultives.

4.   desarrollo de los campos petroleros probados, exploración de nuevas áreas y desarrollo de infraestructura para la exportación de ñidrocarburos.

Para desarrollar esas acciones, el Plan Bohan vino acompañado de un crédito de 88 millones de dólares, para la construcción de la carretera Cochabamba - Santa Cruz y de otros proyectos de la Corporación Boliviana de Fomentó (CBF).

Una de las medidas más ¡mpactantes para el desarrollo productivo en general y de la Industria en particular fue la creación de la Corporación Boliviana de Fomentó (CBF) que se consideraba debería complementar a las agencias existentes como Banco Minero, Banco Central y Banco Agrícola. Su objetivo debería ser alentar la compra por Intereses privados de proyectos empresariales prósperos establecidos por esta Corporación, para que no se convirtiera en una organización de Inversión en lugar de fomentó.

En cuanto a la propuesta de la Cámara Nacional de Industria, de la creación de un banco de crédito Industrial, la Misión Económica de los Estados Unidos pensaba que no era prioritario en ese momento, debido a la existencia de necesidades más vitales, además de las dificultades para Importar maquinarla y equipó resultante de la economía de guerra existente en los países Industrializados. Se consideraba más Importante utilizar la capacidad Instalada existente y posteriormente buscar la expansión de esta, ya que en esa coyuntura la desocupación de capacidad Instalada era el asuntó que hacía problemática la expansión Industrial.

En síntesis, el principal eje en la reflexión de la economía boliviana que planteó el Informe de la Comisión giró en tornó a la necesidad del desarrollo de una agricultura diversificada, que atienda adecuadamente las necesidades del consumó nacional y vaya creando potencialidad para exportar. Asimismo, y considerando que uñó de los principales problemas para la producción era la desvlnculaclón entre las diferentes reglones y entre los distritos productores y consumidores, el desarrollo de Infraestructura de comunicaciones se consideraba prioritario.

Para esta propuesta resultó claró que el Impulsó para la dlverslflcaclón económica, en ese momento, debía venir desde la agricultura y no solamente por el hecho de que la población era mayórltarlamente agrícola, empleada en labores de muy baja productividad.

El planteamiento inicial de participación de la empresa pública en la actividad industrial, se concebía como elemento coyuntural para impulsar la subsiguiente participación de la empresa privada y la diversificación de la producción nacional para incrementar el abastecimiento de bienes de consumó del país, manteniendo al sector minero exportador como el generador de las divisas para la importación, pero disminuyendo la necesidad de las mismas.

Para la diversificación de la producción se priorizaron obras de infraestructura caminera e impulsó al desarrollo de la agróindustria, con el propositó de incorporar regiones pócó desarrolladas pero de gran potencial para la producción de alimentos en el oriente boliviano.

La Comisión Bóhan argumentaba que si se permitía e inducía el desarrollo agrícola mediante vinculación vial a las zonas con potencial productivo, riego y educación e investigación para mejorar la productividad en este sector, "se anticipa que una gran parte de tales artículos como azúcar, arroz, carne, madera, frutas y varios productos tropicales pueden producirse aquí dentro de pocos años" (GTZ, 2009: 269) lo que efectivamente se consiguió en los años venideros.

Hacia fines de la década de los 40, con el gobierno de Enrique Hertzóg, se adoptó una serie de medidas para impulsar el desarrollo del sector industrial y se instituyó la Junta de Fomentó Industrial, por iniciativa y cabildeó de los industriales organizados en la CNI.

A través de un memorándum, los industriales agrupados en la CNI llevaron al gobierno de Hertzog un proyecto de decreto que planteaba la creación de la escuela industrial y la Junta de Fomentó Industrial, propuesta que se convirtió en decretó en 1948. Además establecía diversos tipos de protección arancelaria, liberación de impuestos de importación para maquinaria, tarifas preferenciales del transporte ferrocarrilero, concesión de divisas a cambió oficial y facilidades crediticias, entre otras. También se disponía que las empresas destinen el 2,5% de sus utilidades para las escuelas industriales, así como para dar tratamiento preferencial a la producción industrial boliviana en las adquisiciones públicas.

Otro decretó creó la Junta de Fomentó Industrial con representación privada y pública como "entidad encargada de planear y coordinar el desarrollo industrial del país y prestar al Estado asesóramientó técnico para la buena orientación de la política industrial" (Ibid:. 57).

Lamentablemente ambos decretos no se pusieron en práctica, debido a la convulsión política que determinó la renuncia de Hertzóg, revelando la precariedad en que se desenvolvía la institúciónalidad del país. Se debe destacar que las anteriores dos disposiciones contienen los rasgos más característicos de una política industrial, como la que se aplicaba en países que lograron avances en la industrialización como México ó Argentina.

La Breve historia de la industria nacional (CNI, 1981) lo refleja en los siguientes términos:

Parecía que con esas dos disposiciones legales se había llegado a un punto de arranque para emprender, sobre bases firmes, una acción de desarrollo industrial. Esa esperanza resultó ilusoria. La agitación política, siempre prevaleciente en la colectividad, desembocó en hechos subversivos y una guerra civil. La renuncia del presidente Hertzóg sirvió para presentar otro semblante político u otras preocupaciones (CNI, 1981: 57.)

 

4. EL NACIONALISMO Y EL PLAN BOHAN

En lo sustantivo, el Plan Bohan refleja el planteamiento de la Economía del Desarrollo como propuesta dominante de la teoría económica desde los círculos académicos de los Estados Unidos. Los elementos planteados en dicho plan son los que se adoptaron en los programas de desarrollo e industrialización en América Latina que la CEPAL difundió bajo una perspectiva propia de los países subdesarrolladós.

En lo interno, los esfuerzos de los gobiernos por contener la insurgencia de los sectores populares, sin los urgentes cambios políticos y saboteando las expresiones democráticas del pueblo, dieron lugar a una confrontación abierta que se inicio con la guerra civil de 1949, continuó con las elecciones de 1951, desconociendo el triunfó del MNR, y culminó en la insurrección popular de abril de 1952, que logró modificar radicalmente la política nacional, dando paso a un proceso de transformaciones profundas.

La implementación del Plan Bóhan fue lenta y con discontinuidades emergentes de la disputa política. Las nacionalizaciones del petróleo y de las minas generaron problemas pero estos fueron resueltos, por ejemplo con el pagó de la indemnización a la Standard Oil con un préstamo de los Estados Unidos que a su vez permitió la aprobación del financiamientó que acompañó al Plan. La nacionalización de las minas y la indemnización a las empresas cobijadas como residentes en los Estados Unidos, se resolvió con el apoyó financiero y de cooperación técnica de este país.

El plan de la Revolución Nacional, el Plan Triangular, el Plan Decenal y los siguientes siguieron en lo sustancial las orientaciones que proveía el Plan Bohan: diversificación, integración caminera, marcha al oriente, colonización y desarrollo de agroindustria. La aparición del póló de desarrollo cruceñó, que hoy es una realidad, tiene relación con esas políticas aplicadas en el periodo del nacionalismo que va desde los años 40 hasta fines de los 70.

En lo referido al sector industrial, el tipo de proyectos e inversiones que recibieron financiamiento, permitieron al país superar la situación de dependencia respecto a importaciones de alimentos y otros productos esenciales, logrando la sustitución de importaciones en el rubro, lo que representó un gran alivió para la situación estructural de escasez de divisas que durante largó tiempo caracterizó a la economía de Bolivia. La agróindustria y la producción de alimentos se convirtieron en los sectores más dinámicos, además de la refinación de petróleo y de productos derivados, así como la fundición de minerales.

En ese proceso:

La CBF alcanzó preeminencia e inicio una serie de obras, particularmente en el área industrial y en el oriente de Bolivia, que alcanzarían a concretarse, en su mayor parte, en el periodo de gobiernos militares [...]. Hacia 1975 la CBF estaba constituida por un conglomerado de 17 empresas, donde predominaban las del sector de la industria del azúcar, con más del 75% del valor agregado total [de la empresa] (Arze Cuadros, 2002: 206).

Esto, además de la fabricación de productos lácteos (6,3%), metalurgia (3,1%), laminadora de goma (1,7%), fábrica de bicicletas (1,5%), y otras de menor magnitud.

La CBF estableció empresas en varias regiones y departamentos del país, buscando un desarrollo más diversificado y extendido:

...estableció el ingenio azucarero de Guabirá en Santa Cruz, se instaló la fábrica de cemento de Sucre, nació la Planta Industrializadora de Leche de Cochabamba, se instaló la laminadora de goma en Riberalta, surgieron los ingenios azucareros de Bermejo y muchas otras empresas que se dispersaron a lo largo de todo el territorio nacional (Giménez, 1988: 21).

La apelación a que el sector privado aporte capital y se asocie en emprendimientos industriales como los del azúcar tendrá resultados en dicha industria pero no así en otras. La CBF se estableció como una institución cuya finalidad era realizar inversiones y otorgar préstamos orientados a desarrollar el sector industrial manufacturero, ¡mplementandó proyectos que serían transferidos, después de un tiempo de maduración de la inversión, al sector privado.

Además de esa función, la CBF se dedicó a la construcción de carreteras -la carretera Cochabamba, Santa Cruz- y al desarrollo agrícola -represas de Angostura y Tacagua y la creación del Banco Agrícola- con la actividad azucarera cómo la más importante de sus actividades industriales.

 

COMENTARIOS FINALES

En los inicios del siglo XX aparecieron personajes pioneros y las primeras industrias en Bolivia. Pero los efectos de la Primera Guerra Mundial y la crisis de los años 20 en Europa -determinantes para la interrupción de los flujos de importación- fueron el estimuló definitivo para conformar una dinámica espontánea de inversión productiva, capaz de abastecer el mercado internó. Esta dinámica llegó a su momento estelar entre 1925 y 1932, con la fase más importante de crecimiento del stock de capital.

La Guerra del Chaco es otro acontecimiento histórico que elevó significativamente la producción, y esto a pesar de las graves restricciones de divisas y recursos públicos. Durante la postguerra, la absoluta despreocupación de las autoridades y los gobiernos por la suerte de la industria fue ostensible. Durante aquel periodo, la industria nacional apenas logró sobrevivir a las vicisitudes de la política pública, más preocupada en cobrar impuestos al sector que en brindarle las condiciones mínimas para su desarrollo.

Recién en la década del 40, a partir de la alianza con los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y la llegada de la misión Bóhan, la búsqueda del desarrollo productivo diversificado adquirió relevancia en la agenda pública. Con el Plan Bóhan se inicio un importantísimo proceso de diversificación productiva. Este proyecto, además de fomentar la marcha al Oriente -para desarrollar una agricultura empresarial productora de alimentos- impulsó a otros sectores de la industria mediante la CBF. Asimismo, promovió la producción y refinación de hidrocarburos y derivados. Nó es menos importante la construcción de infraestructura vial, energética, de riego y de comunicaciones que impulsó en el país.

Los procesos históricos subsiguientes mostraron cúán pertinentes eran dicho Plan y su enfoque. Sin embargo, los vaivenes de la realidad política y social de Bolivia de la primera mitad del siglo XX influyeron para que sus resultados tardaran tanto tiempo en plasmarse plenamente.

Pese a las virtudes de las políticas de diversificación e industrialización y debido el persistente empeñó del sector industrial por sobrevivir en condiciones sumamente cambiantes y muchas veces adversas, las políticas públicas de transformación productiva y de fomentó del sector industrial han sido escasas, incluso cuando el país ha atravesado periodos de bonanza y de capacidad incrementada de inversiones las cuales no se manifestaron hacia el sector productivo no tradicional.

Por eso ahora, el sector industrial manufacturero tiene una importancia decreciente en la generación del PIB, frente al pujante crecimiento del comerció y los servicios, mayormente en condición de informalidad y expandiendo el empleo precario y de baja productividad.

 

NOTAS

2 El concepto de costo hundido indica que el componente principal del costo ya ha sido asumido y no aumentaría significativamente por actividades adicionales.

3 Economista, doctor en Ciencias del Desarrollo (Cl DES-UMSA) y master en Economía y Política Internacional (Cl DE, México). Actualmente es docente investigador del Cl DES-UMSA. Correo eletrónico: aseoane_2000@yahoo.com. La Paz, Bolivia.

 

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