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Tinkazos

versión On-line ISSN 1990-7451

Tinkazos v.17 n.36 La Paz dic. 2014

 

DIÁLOGO ACADÉMICO

 

La planificación urbana y su impacto en la calidad de vida en Santa Cruz de la Sierra

 

Urban planning and its impact on the quality of life in Santa Cruz de la Sierra

 

 

Gabriela Gonzales Faria y Judith E. Serrano Serrano[1]

T’inkazos, número 36, 2014 pp. 45-66, ISSN 1990-7451     

 Fecha de recepción: agosto de 2014
Fecha de aprobación: septiembre de 2014
Versión final: octubre de 2014

 

 


¿Cómo se desarrolla la planificación urbana en Santa Cruz de la Sierra? ¿Cuáles son los niveles de calidad de vida de los cruceños?  Un estudio de jóvenes investigadoras visibiliza la realidad de una ciudad en la que se identifican avances pero también improvisaciones y saltos en el proceso de su planificación urbana. A esto se suman situaciones que reflejan realidades complejas y contradictorias que requieren de la atención no sólo de las autoridades municipales, sino, principalmente, de los ciudadanos.

Palabras clave: calidad de vida / ciudades / planificación urbana / condiciones de vida / necesidades básicas / desarrollo urbano / política urbana / urbanismo


How does urban planning take place in Santa Cruz de la Sierra? How good is the quality of life for people living in Santa Cruz? A study by young researchers shows the reality of the city, identifying some areas of progress but also improvisations and gaps in the urban planning process. Compounding this are situations reflecting complex and contradictory realities that need to be addressed, not only by the municipal authorities but also, and mainly, by citizens.

Key words: quality of life / cities / urban planning / living conditions / basic needs / urban development / urban policy / urban design 


 

 

INTRODUCCIÓN

El progreso de una ciudad se refleja en los índices de crecimiento económico y en los niveles de calidad de vida (CV) de sus habitantes. Alcanzar niveles adecuados de calidad de vida es una responsabilidad fundamental de la administración pública a partir de una oportuna y adecuada planificación urbana estratégica (PUE).

Santa Cruz de la Sierra es actualmente la ciudad con mayor movimiento económico del país; sin embargo, su capacidad para gestionar el factor humano es cuestionable, razón por la cual intentamos identificar las causas que contradicen o paralizan el diseño y la gestión urbana en detrimento de la armonía social y del desarrollo personal. Consideramos que existe una estrecha relación entre la planificación urbana y la calidad de vida, ya que la planificación urbana estratégica se encarga de diseñar una ciudad con base en las demandas y necesidades de la población y gestionarla, priorizando los problemas más complejos.

¿Es ésta la realidad de la planificación urbana estratégica de la ciudad de Santa Cruz? ¿Cómo se desarrolla la planificación urbana en Santa Cruz de la Sierra? ¿Cuáles son los niveles de calidad de vida de los cruceños? ¿Qué variables que definen la CV pueden ser intervenidas por la planificación urbana estratégica?

Con base en estas interrogantes, se realizó la investigación “La planificación urbana y su impacto en la calidad de vida en Santa Cruz de la Sierra”, en la que se recogieron datos tanto cualitativos como cuantitativos sobre los niveles de la actual calidad de vida en los distritos 4, 11 y 12 de la ciudad de Santa Cruz. La selección de estos distritos se realizó con base en las características económicas de la población, información que fue recogida en trabajos de investigación de instituciones como el Programa de Alivio a la Pobreza (PAP). Estos resultados fueron vinculados con los indicadores obtenidos para la PUE en los mismos distritos. De esta manera, fue posible identificar la relación entre el proceso de planificación urbana y la calidad de vida en Santa Cruz de la Sierra.

La investigación utiliza tres conceptos en su marco teórico -ciudad, planificación urbana y calidad de vida- desarrollados de tal forma que pueden aplicarse a la revisión de otros temas urbanos, puesto que son fundamentales para estudiar e interpretar el estado de lo urbano y de la calidad de vida, en este caso, en Santa Cruz de la Sierra. En primer lugar, está el medio en que se desarrollan la planificación urbana y la calidad de vida: la ciudad, como un sistema donde tienen lugar las actividades humanas, a lo que se añade la interpretación del derecho a la ciudad, donde debería primar el bien común (Aristóteles, 2002). En segundo lugar, se define la planificación urbana como una herramienta que, llevada a cabo eficientemente, permite el acceso a servicios, espacios y programas públicos a todos los vecinos para cubrir así sus necesidades humanas fundamentales, que es como definimos calidad de vida (Max-Neef, 1993), tercer concepto que compone el marco teórico. También analizamos la relación y el efecto que tiene la planificación urbana, sea estratégica o no, en la calidad de vida de los ciudadanos.

 

1. CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN: SANTA CRUZ DE LA SIERRA

Santa Cruz de la Sierra es el municipio de crecimiento urbano más rápido en Bolivia y el número 14 a nivel mundial (City Mayors, 2006)[2]. En esta ciudad todo crece a paso acelerado: su territorio, su población, su actividad productiva y laboral, entre otros aspectos. La urbe palpitante del presente es el resultado de un ciclo de vida desequilibrado e irregular, por lo que la sostenibilidad de ésta, la calidad de sus servicios, la oferta de su infraestructura pública, la desigualdad y el nivel de calidad de vida, entre otros temas, generan debates y discusiones entre los especialistas y ciudadanos, a la vez que el interés de inversores, empresarios y gobernantes.

A continuación, revisamos el ciclo de vida urbana y de calidad de vida en Santa Cruz para generar de esta manera un panorama de los últimos años -1998 a 2014- y comprender el contexto en el que se desarrolla su modelo de ordenamiento urbano. Para visualizar con claridad este ciclo, lo hemos ejemplificado como el ciclo de vida del pájaro “tiluchi”[3], dividido en cuatro etapas: el nacimiento del pájaro, su crecimiento, la construcción del nido por el pájaro ya joven y, finalmente, el nido terminado, pero desproporcionado, para el pájaro adulto y su familia.

Nació

Santa Cruz de la Sierra nació hace 453 años, cuando fue fundada el 26 de febrero de 1561, por el caudillo español Ñuflo de Chávez. Fue trasladada en tres ocasiones, siendo definitiva la tercera ubicación a orillas del río Piray, en el año 1595.

 

Creció

“Los problemas urbanos durante los primeros tres siglos de vida [época colonial: siglos XVI a XVIII] estuvieron directamente relacionados con el aislamiento geográfico y al estancamiento económico de la ciudad” (Traverso, 2008: 54). Hasta el siglo XIX, Santa Cruz se había caracterizado por ser un municipio pobre, de lenta urbanización, carente de servicios básicos; su principal actividad había sido la producción agrícola y ganadera. A pesar de esta situación, “durante todo el siglo XIX, a partir de los primeros años republicanos, surgieron en Santa Cruz los primeros modernizadores, con visiones de desarrollo que estaban relacionadas con la vinculación ferrocarrilera y la integración de Santa Cruz y, por ende, del país, con el Atlántico” (Ibíd.: 13).

Así, se presentaron muchos proyectos en la línea moderna para la construcción de obras públicas e instalación de servicios básicos, necesidades imprescindibles para la población. Algunas de estas propuestas se postergaron por falta de recursos económicos hasta la llegada del siglo XX. “Se presentaron proyectos planificadores individuales y se crearon instituciones para concretar esos proyectos” (Ibíd.: 14). La sociedad civil se habría organizado en comités y llevado a cabo algunas obras, financiadas algunas veces con fondos privados, debido a la ausencia de apoyo del Estado.

Santa Cruz dio un salto y floreció velozmente en un periodo aproximado de cincuenta años, desde 1950 y 1960 a la actualidad. 

 


Ángel Blanco Canizares. Arreando ganado. Óleo, 2002. 

Planificó

El escenario de PU en Santa Cruz se desarrolló con atraso en referencia al contexto internacional y nacional, debido a las condiciones precarias que repasamos con anterioridad. A pesar de que Santa Cruz se planificó desde antes de la puesta en marcha del Plan Techint -en las décadas de 1960 y 1970-, no revisaremos esos planes previos[4], los cuales constituyen el periodo de “planificación olvidada”, según Traverso, quien declara que el Plan Techint “tomó como fuentes todos los planes” elaborados anteriormente (2008: 14).

Para iniciar la construcción de la ciudad, es decir, definir su trama urbana moderna y dotarla del equipamiento social e infraestructura urbana adecuados, el Comité de Obras Públicas (C.OO.PP.), presionado por el Comité Pro Santa Cruz, realizó una convocatoria internacional para obtener un plan regulador. Las propuestas recibidas fueron revisadas y aprobadas por el C.OO.PP., instancia que aprobó el Plan Techint y su esquema urbanístico radio-concéntrico, elaborado por la consultora “Techint”, de origen ítalo-brasilero, en 1967. La ejecución del plan fue llevada a cabo por el Consejo de la Oficina Técnica del Plan Regulador (OTPR), independiente del C.OO.PP. y creado específicamente para este fin, según Limpias (2010).

La socialización del proyecto habría sido amplia y participarían en la modificación de este Plan, profesionales locales y técnicos del exterior (Limpias, 2001). El autor añade que “esa experiencia colectiva, democrática y participativa, marcó también al proceso de su implementación posterior. Las tareas de consolidación del proyecto… obligaron a los cruceños de todos los sectores a encontrar coincidencias y superar sus diferencias”.

El proyecto final fue aprobado en 1969, según Limpias (2010). Este plan, indiscutiblemente, otorgó cualidades y características urbanas importantes para la ciudad, como ser: ordenación y la estructuración de unidades vecinales (U.V.)[5], la estructuración general de la ciudad y la determinación de zoneamientos y áreas verdes y rurales.

 

Explotó

“Convertir una aldea de polvo y barro en una ciudad moderna, tendría repercusiones sociales, económicas, culturales, tecnológicas y geopolíticas, que contribuirían decisivamente a transformar la realidad cruceña y boliviana” (Limpias, 2010). Los cambios en las dinámicas y procesos multidimensionales de esta ciudad derivaron en su crisis y descontrol, lo cual se refleja en tres hechos contemporáneos:

  • Posicionamiento económico y financiero de la ciudad en el marco nacional e internacional (dimensión económica e institucional).
  • Crecimiento explosivo de la población, asociado a las corrientes de migración (dimensión socio-cultural, económica e institucional).
  • Expansión descontrolada de la mancha urbana (dimensión socio-cultural, físico-espacial y ambiental, económica e institucional).

Estas transformaciones no pasaron desapercibidas en la escala nacional o las redes de ciudades en las que Santa Cruz de la Sierra está insertada. Al ser la ciudad más vital de Bolivia, sea ésta una ciudad global o no (Sassen, 2005), comparte retos y problemas constatados a escala global entre las ciudades que adoptaron el modelo de desarrollo competitivo, como ser: exclusión, migración, contaminación, formalidad vs. informalidad, desigualdad y segregación social, entre otros (Borja, 2007; Mattos, 2010). Se trata, sin duda, de una ciudad donde se habla mucho del modelo competitivo y poco del otro modelo -el sostenible-. ¿Es que acaso este último no presenta rivalidad para lo competitivo en nuestro contexto?

En los instrumentos oficiales de la PUE de Santa Cruz de la Sierra, se establecen objetivos, políticas y programas para un modelo urbano mixto, reconociendo la importancia de dos ciudades o dos versiones de una misma ciudad que son vitales para el funcionamiento de ésta: la Santa Cruz formal y la informal (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, 2005). Sobre esta dicotomía, Isabella Prado comenta que “Santa Cruz de la Sierra es una ciudad que proyecta una imagen de modernidad, riqueza, progreso y oportunidades. Si bien todo esto es cierto, no menos real es la creciente periferia cruceña, que convive y se cruza tangencialmente con esta realidad, sin llegar a ser parte de ella, más que como espectadora. Más allá de mostrarnos una desigualdad en la distribución del ingreso, nos descubre una ciudad contradictoria, con características de ciudad dual” (2008: 1).

La Santa Cruz de dos caras arrastra características urbanas de un pasado planificado eficientemente para su momento, pero ¿qué tan planificada es la realidad urbana en la que vivimos actualmente? Fernando Prado declara que la cotidianidad cruceña poco tiene ya de lo planificado, y lo que debería planificarse permanece sin resolverse, puesto que se siguen desarrollando planes urbanos de orden meramente “infraestructuritas” (1993). Más de medio siglo atrás quedaron los esfuerzos iniciados por los colectivos técnicos y sociales que dieron paso a la gran metamorfosis de Santa Cruz, pues los cambios socio-económicos de la década de 1970 se habrían profundizado con el paso del tiempo hasta la actualidad, al no haber sido tratados desde una visión más amplia e integral para la PU.

Luego de la puesta en marcha del Plan Techint, la OTPR desarrolló Planes Directores en los años 1972 y 1978. Sin embargo, en la década de 1980, poco se intervino en el crecimiento territorial y poblacional, muy distinto a la década de 1990, donde los esfuerzos que se llevaron a cabo -y fueron muchos, entre ellos el Plan Director 1995- estuvieron alineados a lo que se conoce hoy como el Plan Estratégico de Desarrollo Municipal (PDM), requisito establecido por la Ley de Municipalidades (Bolivia, Ministerio de Planificación del Desarrollo, 1999). El Plan Director de 1995 (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra. Oficina Técnica del Plan Regulador, 1995) constituye el plan más reciente, promotor de cualidades urbanas de las cuales la ciudad goza desde el año 1998 -cuando se empezaron a cosechar resultados de la puesta en marcha de éste- hasta el presente. Entre sus objetivos generales, estaban:

  • “Jerarquización del sistema vial urbano” en vías distribuidoras troncales, vías distribuidoras primarias: anillos y radiales, vías colectoras, vías locales y peatonales.
  • Reorganización de los escalones urbanos, sin modificar el orden de unidad básica como el barrio, que, una vez agrupados en cuatro, formarían una U.V. (80 a 100 hectáreas aprox.), luego 10 U.V. formarían un distrito (800 hectáreas en promedio), que es el nuevo elemento de estructuración urbana.
  • Descentralización del poder hacia las subalcaldías de los distritos.
  • Destinación del 35% de las áreas urbanizables para el municipio como áreas públicas.

Luego de la elaboración y puesta en marcha del Plan Ordenador de 1995, se han elaborado y aprobado otros documentos técnicos de planificación -mencionados brevemente con anterioridad-, como ser, el Plan de Desarrollo Municipal (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, 2008), que sería el único de los municipios bolivianos que incorpora nociones de PU en esta herramienta (CEDURE, 1999), y el Plan de Ordenamiento Territorial (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, 2005), de contenido meramente urbano. Estos constituyen un momento urbano más cercano, sin embargo, no estarán desvinculados de los aportes del Plan Ordenador 1995.

En la práctica urbana, las herramientas y los recursos financieros no son los únicos factores necesarios para la buena gestión de la PUE, pues es necesario un gobierno competente que gestione el presupuesto según los planes, conformando, por tanto, una triada: planes urbanos, medios económicos y voluntad política de parte de los gobernantes. ¿Cuántas de estas condiciones se cumplen en Santa Cruz? Fernando Prado resume algunas de las características del ejercicio urbano cruceño:

Tenemos una estructura de clase que frena las políticas populares para el desarrollo urbano y que desconoce la profundidad del problema urbano. Sin embargo, tenemos un potencial enorme en la población migrante que es la que alimenta la economía y que requeriría de políticas radicalmente distintas a las que se aplican hoy. Políticas que valoricen sobre todo a la gente, a la calidad de vida y a las actividades productivas y no a lo meramente estético (Antelo y Fuente, 1988: 12).

 

2. METODOLOGÍA DE TRABAJO

Para llevar a cabo esta investigación sobre el efecto de la planificación urbana en la calidad de vida, se procedió al diseño de una metodología específica para el entorno, la temática y cronograma de trabajo. Ésta se probó útil para la recolección de información trazada por el equipo de investigadoras.

La definición del problema giraba alrededor de una pregunta: ¿En Santa Cruz de la Sierra, desde el año 1998 al 2014, la PU ha favorecido las condiciones urbanas para el mejoramiento de la CV? Esta pregunta principal se refiere al objetivo trazado en el Plan Estratégico de Desarrollo Municipal (PDM) y está estructurada junto a dos hipótesis: en primer lugar, la PU incide directamente sobre la calidad de vida de los cruceños; y en segundo lugar, la PU en Santa Cruz de la Sierra no cumple con las fases según el PDM (Gobierno Municipal Autónomo de Santa Cruz de la Sierra, 2008) ni los principios básicos según Moya (1996).

Determinamos tres estrategias metodológicas para responder a la pregunta y comprobar las hipótesis.

 

2.1. Tres distritos

Debido a la organización territorial y gubernamental descentralizada en distritos -como se ha revisado anteriormente-, determinamos la investigación de tres distritos, cada uno representativo de una categoría de porcentaje de hogares pobres (Programa de Alivio a la Pobreza, 2002), para lograr de esta manera un panorama diverso de la ciudad. Es así que fueron seleccionados los siguientes distritos:

  • Distrito 11: 5 a 10% de hogares pobres.
  • Distrito 4: 15 a 20% de hogares pobres.
  • Distrito 12: 50 a 68% de hogares pobres.

2.2. Dos documentos y cuatro temas

Para determinar el ejercicio de la planificación urbana, se eligieron dos documentos técnicos que deberían componer la práctica de la planificación urbana: el Plan de Ordenamiento Urbano y Territorial (PLOT) (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, 2005) y el Plan de Desarrollo Municipal (PDM) (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, 2008), según se ha establecido previamente. Se estudiaron las cinco fases de la PU según el PDM con la ayuda de los cuatro principios de la PU, según Moya (1996), junto con cuatro temas convertidos en objetivos por el PLOT, por lo cual se decidió el uso de dos variables:

Planificación Urbana Estratégica

Estructuración espacial y los patrones de crecimiento (mancha urbana y densidad poblacional); áreas verdes; tráfico y transporte, específicamente el transporte público; educación.

Calidad de vida

Estudio de la capacidad que tiene el Gobierno Autónomo Municipal de satisfacer las necesidades humanas fundamentales (Max-Neef, 1993), a partir de sus actuaciones urbanas (Ver figura 1).

2.3. Instrumentos para la recolección de datos

Para el proceso de recolección de datos cualitativos, determinamos el uso de entrevistas semi-estructuradas, dirigidas a actores involucrados directamente en el proceso de planificación urbana estratégica, es decir: autoridades municipales y dirigentes vecinales.

Por otro lado, se propuso una encuesta o cuestionario para recoger información sobre el grado de satisfacción de los vecinos que habitan los distritos estudiados, para registrar las repeticiones de ocurrencia, en este caso, de la variable calidad de vida. Según el número de habitantes por distrito, se tomó una muestra representativa y se realizaron encuestas de forma aleatoria. Los resultados demuestran el nivel de CV percibido por las personas encuestadas.

 

3. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN 

3.1. Niveles de calidad de vida en los distritos 4, 11 y 12

La satisfacción de las necesidades humanas fundamentales (NHF) no solo es percibida de forma subjetiva (cualitativa); incluye, de igual manera y al mismo nivel, indicadores objetivos (cuantitativos) que generan por sí mismos mayor posibilidad de satisfacción. A través de la operación de sistematización descrita anteriormente, se determinó el nivel de calidad de vida (CV), combinando ambos tipos de indicadores. Sin embargo, es relevante presentar los resultados logrados para cada indicador para luego conocer la sumatoria de éstos, resultante en el nivel de CV.     

Indicadores cualitativos

A partir de estos resultados se elaboró la categorización distrital en dos grupos:

Distritos satisfechos, independientes e indiferentes. Los habitantes de los distritos 4 y 11 coinciden sorprendentemente en casi todas las áreas evaluadas, ya que los habitantes de ambos distritos perciben que sus necesidades humanas fundamentales se encuentran en su mayoría satisfechas. Sin embargo, estos habitantes dependen en menor medida -en comparación con el Distrito 12- de los servicios públicos, como ser: salud, educación, transporte y áreas verdes.

Asimismo, estos distritos coinciden en las áreas de insatisfacción, dando para ello los niveles más altos de descontento por la poca o insuficiente gestión de actividades de carácter social y a la escasa infraestructura destinada a éstas. Por otro lado, llama la atención el bajo nivel de convocatoria existente en estos distritos en actividades de interés vecinal. 

Distrito insatisfecho, dependiente y participativo. El Distrito 12 cuenta con el mayor número de habitantes insatisfechos. El porcentaje de habitantes satisfechos (estos porcentajes no han sido presentados) no supera a la mayoría. Es considerado como el distrito que utiliza con mayor frecuencia los servicios públicos en comparación con los servicios privados, como ser: salud, educación, transporte y áreas verdes. Dependen en mayor medida de estos servicios y, al mismo tiempo, los consideran como insuficientes y/o ineficaces a la hora de satisfacer sus demandas. También afirman que las actividades y lugares de esparcimientos sociales son escasos. Otra característica de este distrito es su capacidad de organizarse para realizar actividades en beneficio de todos (Ver cuadros 1 y 2).

 

3.2. La planificación urbana “sin planes”

Posteriormente a la revisión de resultados cualitativos y cuantitativos de la CV, además del nivel de CV de cada distrito, es de gran importancia conocer el estado de la PU en Santa Cruz, puesto que ésta incide en la satisfacción de las NHF que componen la CV (Max-Neef, 1993).

Como se ha revisado anteriormente, la PU debe ejecutarse según las cinco fases trazadas por el PDM (Gobierno Municipal de Santa Cruz de la Sierra, 2008), las cuales integran el desarrollo de los cuatro principios de la PU establecidos por Moya (1996); la puesta en marcha de esta matriz se posibilita en la medida en que existan los tres componentes para la práctica urbana: un modelo de ordenamiento urbano, los fondos para financiarlo y un gobierno competente que lleve a cabo estos planes, estos programas y estas políticas (Ver figura 2).

Adaptación de los planes urbanos a las transformaciones de la ciudad

Santa Cruz de la Sierra, la ciudad de crecimiento urbano más rápido en Bolivia, sin contar con su crecimiento demográfico y las olas de migración que impacta en ambos datos, requiere con urgencia el seguimiento detallado de las fases de elaboración de aspiraciones seguida de la evaluación de resultados obtenidos, para determinar si la PU está realmente adaptándose a las transformaciones, de forma prioritaria y justa.

No obstante, el primer principio sobre la adaptación de la ciudad a las transformaciones multidimensionales y las dos fases con las que se relaciona -levantamiento o diagnóstico de necesidades y monitoreo y evaluación de los resultados logrados- no son desarrollados por el GAM de Santa Cruz. Esto se comprueba, en primer lugar, por las entrevistas realizadas a algunas autoridades municipales y, en segundo lugar, a través de la constatación de Isabella Prado Z. (2008) sobre el desarrollo polarizado de Santa Cruz, en el cual se identifica el funcionamiento de una ciudad dual: formal e informal, ambas adscritas al modelo de desarrollo urbano neoliberal o competitivo.

La percepción sobre la igualdad de derechos y obligaciones, fue medida a través de preguntas que conformaron la encuesta realizada en los tres distritos.

  • El Distrito 11 cuenta con el mayor número de entrevistados satisfechos con su vida en el momento actual: 63%, valor muy cercano al Distrito 4: 60%, mientras que en el Distrito 12 el número es 41%.
  • Los distritos 11 y 4 coinciden en el mayor y mismo porcentaje de entrevistados que perciben que poseen los mismos derechos y oportunidades que los demás ciudadanos de Santa Cruz: 83%. En cambio, el Distrito 12 tiene el valor más bajo: 74%.
  • El Distrito 11 cuenta con el mayor porcentaje de entrevistados satisfechos con vivir en Santa Cruz de la Sierra: 92%, seguido de cerca por el Distrito 4: 87%. En el Distrito 12, el número es 81%. Vale la pena mencionar que este territorio cuenta con una gran población migrante, comparado con los otros dos. Es, además, el único distrito que cuenta con entrevistados insatisfechos en relación con la misma pregunta.

Notamos que las mediciones positivas y negativas entre los distritos 4 y 11 se asemejan e incluso llegan a ser idénticas en algunas preguntas. Por tanto, en vez de revelar un término medio o escalonado entre el distrito “central” 11 y el “periurbano” 12, más bien, visualizamos las dos caras de la moneda, las situaciones duales. En el Distrito 12, que representa un distrito de la “corona periurbana”, los encuestados perciben de forma más negativa su vida en general y la desigualdad de derechos y oportunidades, comparado con los distritos 4 y 11.

Modelo teórico de ordenación que determine la práctica urbana

Para gestionar la PU de una ciudad, es necesario contar con un modelo teórico de ordenación, que dicte la práctica urbana concreta y flexible -segundo principio básico según Moya (1996)-, además de los fondos económicos y competencias de parte de los gobernantes, para que lleven a cabo este modelo de planificación y las inversiones realizadas sean justificadas, como se ha comentado anteriormente. Estos tres componentes conforman un ciclo cerrado, así como las fases de la PU, puesto que, si no se cumple con un elemento, todo el ciclo de trabajo se ve comprometido. Este principio urbano involucra todas las fases de la PU, puesto que se compone de los documentos técnicos, como la puesta en marcha de éstos y el resultado logrado con el trabajo.

La fase de Diagnóstico de aspiraciones y valores de los vecinos se cumple en la elaboración del PDM y PLOT, pero no así en la programación anual de programas y proyectos (POA), pues no incluye el estudio de las evaluaciones de la gestión pasada para revisar si las aspiraciones fueron satisfechas o si necesitan ser actualizadas. Se debe “genera[r] una relación entre el territorio, los vecinos y qué necesitan, se traslada en la elaboración de un POA y un presupuesto, [pero] eso no se hace; lo que se hace es decidir en Gabinete [Municipal] (…) luego, se traslada a comunicar a los distritos”, es lo comentado por el concejal municipal.

Para la fase de Planificación se consultó a los entrevistados respecto del conocimiento, el dominio y la aplicación de los documentos técnicos; encontramos con que la mitad de las autoridades municipales no conocen a detalle el PLOT y el PDM; sin embargo, las autoridades de cargos altos dominan el contenido de los documentos, además del léxico que compone el ambiente laboral municipal.

En el Distrito 4, la autoridad municipal entrevistada considera que el PDM ya no estaría vigente, puesto que, según él, éste aplicaría solamente hasta el año 2010; además, cree que el documento no le serviría puesto que “ya lo [tiene] todo hecho, de[nl]e algo que no sepa [construir]” (Subalcalde del Distrito 4).


Ángel Blanco Canizares. Carretero. Óleo, 2002.

En el Distrito 11, el responsable por la Planificación Urbana del distrito está familiarizado con los documentos de forma “general”.

En el Distrito 12, el subalcalde comentó: “Alguna vez lo leí [el PDM], pero hace tiempo”.

Los documentos técnicos están, entonces, bajo la responsabilidad de los entes que más inciden en la gestión de la PU de los distritos cruceños; dos autoridades municipales revelan que se trata de la Oficialía Mayor de Obras Públicas (OMOP) y la Secretaría de Parques, Jardines y Obras para Equipamiento Social (SEPES), no así de la Oficialía Mayor de Planificación (OMPLA). Uno de los entrevistados denuncia: “El gran problema es que la actual gestión municipal, si bien es la que aprobó el PLOT el año 2005 como Ordenanza [Municipal, con el paso del tiempo], prácticamente archiva el PLOT y lo usa única y exclusivamente de manera referencial” (concejal municipal).

 Las obras, el sello municipal (Gobierno Autonómo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, 2011). Se trata, pues, de la única fase que cumple el GAM caracterizado por la visión “mega-obrista”, ampliamente discutida e investigada en Santa Cruz de la Sierra y otros municipios bolivianos, por organizaciones, como Desafío, Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB)[6], Centro de Estudios Urbanos  y Regionales (CEDURE), entre otros. Durante las entrevistas a los funcionarios municipales, percibimos este enfoque “infraestructurista” que distorsiona la definición de la PU, a través de comentarios como los siguientes:

-    “Ya lo tengo todo hecho… solo me falta asfaltar una calle” (Subalcalde del Distrito 4).

-    “Ya lo tenemos casi todo consolidado… acá en el distrito [11] lo tenemos todo diseñado” según este funcionario encargado de la planificación urbana de este distrito, quien añade que, desde su punto de vista, faltaría simplemente desarrollar el proyecto de pavimento articulado para beneficiar a los motorizados.

-    “Vamos viendo (…), aquí, ahorita, lo que necesitamos es un hospital, una biblioteca, ya yo he hecho una solicitud en el año que ha pasado”, es lo comentado por el subalcalde del Distrito 12.

Observamos que los funcionarios o autoridades municipales distritales perciben la labor urbana del GAM como una constructora de obras públicas, la cual no cesará de “construir la ciudad”, no solamente porque el territorio y la población crecen descontroladamente, sino porque refaccionan obras construidas recientemente, y es que siempre habrá mecanismos que justifiquen tibiamente la inversión en obras. Es, pues, un hecho que se destina la mayor parte del POA a obras de infraestructura urbana y equipamiento social.

La fase de Gestión de obras no se cumple, puesto que, al limitarse el GAM a las tareas de una empresa constructora municipal -que cuenta con cuatro años para construir la mayor cantidad de obras posibles-, no ejerce las competencias de gestionar el funcionamiento de estos edificios nuevos, como ser: los ítems para los profesionales, los mobiliarios necesarios, etc. “En definitiva, no se trabaja como se debiera”, comenta el concejal municipal, puesto que la pobre gestión municipal impacta negativamente en la ciudad y sus ciudadanos, ya que, luego de inaugurado el edificio sin haber sido gestionado, no es útil a la necesidad por la que se financió, dejando a la población en la misma situación en la que se encontraba previamente a la obra, representando así una mala ejecución de inversión de fondos. “Por eso es que hay reclamo (…) todo el año”, comenta otro funcionario municipal (concejal municipal), quien comparte un dato elaborado por su persona: “Entre agosto de 2010 y septiembre de 2012, el 60% de la infraestructura anunciada por la alcaldía municipal no funcionaba”.

La Evaluación de resultados tampoco se cumple, como se ha revisado en la primera fase, lo cual se evidencia en que “[seguimos] teniendo los mismos problemas estructurales. Eso significa que la calidad de vida del ciudadano no necesariamente ha mejorado a partir de la extensión de la infraestructura, porque tenemos infraestructura discontinua, inacabada y que no funciona”, según el concejal municipal, y es que no existe un mecanismo de evaluación del efecto de los planes y programas ejecutados en la CV.

Los planes y programas aprobados en el POA se presentan en pro del mejoramiento de la CV, objetivo que se repite en todos los proyectos, pero la CV no ha sido operacionalizada por el GAM, para trazar medidas específicas y estratégicas que logren alcanzar este objetivo, y evaluarlo, según la especialista en psicología social Isabella Prado Z. Sin embargo, otro de los funcionarios entrevistados -Director de Planificación Institucional del GAMSC- afirmó que la evaluación de los proyectos ejecutados se presenta anualmente en un documento llamado Informe Anual de Gestión (IAG); nos indicó, además, que éste se puede consultar en la página web oficial del GAM.

Efectivamente, a la fecha, se encuentran los IAG de las gestiones 2011 y 2012, no el de la gestión 2013. Éstos se componen principalmente de tablas de división de fondos por programas, la ejecución de estos fondos y fotos de las inauguraciones de obras. Sin embargo, este informe, de índole financiera, no da parte del mejoramiento o no de la CV, del impacto de los programas en el desarrollo humano o la utilización verdadera de estas obras.

 

La participación en una planificación incluyente y solidaria

El cumplimiento de esta condición, determinada por Moya (1996), implica la participación de los distintos agentes sociales, como ser gestores públicos, profesionales o técnicos, empresarios y ciudadanos, principio que fue también tratado por Aristóteles (2002) anteriormente, al comentar sobre el beneficio del “pensamiento alineado”. A partir de ciertas preguntas que conforman la encuesta realizada a los vecinos de los distritos 4, 11 y 12, y también las entrevistas realizadas a las autoridades municipales, encontramos que coexisten en la ciudad de Santa Cruz cuatro categorías de participación, cada una compuesta por un tipo de participante (Ver gráfico 2).

El fomento de la gestión urbana por medio de actuaciones estratégicas

A través de un caso concreto, polémico y reciente -sucedió en el año 2013-, exponemos que este principio de la PU no sólo no es cumplido por parte del Gobierno Autónomo Municipal (GAM), sino que éste propone medidas contrarias a los programas urbanísticos establecidos para atender un macroproblema en particular: la expansión descontrolada de la mancha urbana y la baja densidad poblacional.

Las situaciones que componen este caso se originaron antes del 27 de mayo de 2013, pero fue en esta fecha que el GAM aprobó la Ordenanza Municipal 046/2013, ejecutada por la Oficialía Mayor de Planificación (OMPLA), que determinaba la ampliación del radio urbano establecido en el año 2003 de 38.596 hectáreas, hasta 63.684,03 hectáreas, un incremento del 68%. El objetivo de esta acción era incorporar dentro del radio urbano a 70 barrios que se encontraban en situación ilegal; así, sus habitantes obtendrían el derecho propietario sobre sus viviendas, pagarían impuestos de bien inmueble y demandarían las redes de servicios básicos y de equipamiento social e infraestructura urbana, según Ruiz (2013). Esta ordenanza se aprobó en pro de la ley de Regularización del Derecho Propietario sobre Bienes Inmuebles Urbanos destinados a Vivienda N° 247/2012 (Bolivia, Ministerio de Planificación, 2012), la cual regulariza predios de vivienda constituidos mínimamente desde hace cinco años.

Una vez hecha pública la O.M. 046/2013, fue rápidamente discutida, debido a los efectos nefastos que generaría para Santa Cruz de la Sierra, por agrupaciones técnicas e individuos especializados, quienes, organizados, elaboraron demandas al GAM, que se demostró incompetente con la tarea de planificar y llevar a cabo medidas estratégicas prioritarias, además de irresponsable con la sostenibilidad, que es vital para la ciudad y los cruceños.

A casi un año de aprobada la O.M. 046/2013, evidenciamos que sigue pendiente la aprobación del nuevo Código de Urbanismo y Obras (CUO), que suma más seis años de espera Respecto a la actualización del PLOT -el futuro POUT-, se elaboraron los términos de referencia, pero el trabajo de actualización aún no fue iniciado. Observamos, de esta manera, que el GAM de Santa Cruz de la Sierra no cumple con el cuarto principio de la PU, debido a que fomenta prácticas urbanas que no son estratégicas ni prioritarias.

 

3.3. Logros de la planificación urbana estratégica en los distritos 4, 11 y 12

Se presenta un análisis comparativo de los tres distritos a partir de los hallazgos obtenidos en relación con los objetivos alcanzados, propuestos por el PLOT. Estos resultados dan cuenta del nivel de calidad de vida que experimentan los vecinos de los distritos estudiados, ya que el tratamiento que se da a estos macroproblemas afecta directamente a la satisfacción o no de las necesidades humanas fundamentales, como fueron gráficamente vinculadas en los anteriores apartados, como ser: subsistencia, entendimiento, ocio, afecto, protección, participación, creación, identificación y libertad, las mismas que se encuentran vinculadas entre sí y pueden estar presentes en más de un macroproblema, a la vez.

El crecimiento disperso de la mancha urbana no es un problema en sí mismo; el verdadero problema son las consecuencias que acarrea a los habitantes ubicados en este contexto. Santa Cruz de la Sierra, debido a la constante migración, ha crecido de manera rápida y descontrolada, agudizando las dificultades de ordenamiento urbano ya existentes. Estos asentamientos legales e ilegales fuera de la mancha urbana no cuentan con todos los servicios básicos ni con muchos otros servicios públicos, debido justamente a la distancia que los separa del resto de la población.

Esta falta de atención o atención tardía por parte de las autoridades municipales, a través de planes y proyectos urbanos, se manifiesta en los niveles de calidad de vida. Así, el Distrito 12 es el único de los tres que se encuentra en el límite de la mancha urbana, y en el que, como consecuencia, sólo el 15% de los habitantes cuenta con todos los servicios básicos.

El transporte público es el principal medio que utiliza, en su mayoría, la población de los tres distritos, para trasladarse tanto a sus lugares de trabajo como a colegios, universidades y otros. Este servicio no responde a las exigencias de la población de ninguno de los tres distritos, pero sobre todo de los habitantes del Distrito 12, quienes utilizan con mayor frecuencia este servicio y son los que menos conformes se encuentran con el mismo.

El área de educación si bien es un tema de interés para el gobierno municipal, todavía presenta problemas sin resolver. Tal es el caso de la dotación de bibliotecas. Actualmente, no existe relación entre el funcionamiento de éstas y el número de habitantes según los estándares universales. Existe el mismo número de bibliotecas para los tres distritos, siendo que el Distrito 12 posee mayor número de habitantes.

Las áreas públicas es una de las preocupaciones principales al planificar los espacios urbanos, ya que, una vez distribuidos, será difícil redistribuirlos. Nuevamente, se percibe una desproporción en la distribución de estos espacios públicos en el nivel distrital. Los distritos 4 y 11 cuentan con un porcentaje mayor al establecido por el Código de Urbanismo y Obra (Gobierno Municipal Santa Cruz de la Sierra, 1991), el cual divide este porcentaje en infraestructura pública (10%), vías (18%) y áreas verdes (7%). El Distrito 12 es el único que cuenta con el porcentaje de áreas públicas exigido (35%), pero con una distribución desproporcionada de éstas, dándole un porcentaje mayor a la vía pública (32%) en detrimento de las infraestructuras públicas (2%) y áreas verdes (2%).

 

4. CUATRO CONCLUSIONES

La ciudad potencializa el desarrollo del ser humano, en todas las dimensiones, tanto de forma individual como colectiva, pues ésta ofrece oportunidades para satisfacer las necesidades humanas fundamentales (Max-Neef, 1993) presentes en todas las personas, la suma de las cuales conforma la calidad de vida. La planificación urbana, vital para el funcionamiento óptimo de la ciudad, los subsistemas que la conforman, y hasta la participación de ésta en la red de ciudades globales-locales (Borja y Castells, 1998), está legislada por el Estado; ese es el caso de los municipios bolivianos. Sin embargo, esta medida normativa no garantiza la correcta administración de la planificación urbana y, por ende, un nivel de calidad de vida adecuado.

Santa Cruz, ciudad global, neoliberal, joven, dual y en proceso de “generización”, integra estilos urbanos modernos y extranjeros, alberga a propios y a extraños. Es, pues, una población dividida entre ciudadanos satisfechos y postergados, producto de las improvisaciones y saltos en el proceso de su planificación urbana. A esto se suman situaciones y componentes urbanos que reflejan realidades complejas y contradictorias que requieren de la atención no sólo de las autoridades municipales, sino, y principalmente, de sus ciudadanos.

Si bien esta investigación recoge los niveles actuales de CV de los ciudadanos de los distritos 4, 11 y 12 de la ciudad de Santa Cruz, no fue posible, como se planteó en un inicio, trazar una correlación directa entre estos niveles de CV con la PUE local, ya que ésta última no completa las fases necesarias para su ejercicio.

 

4.1. Relación causa-efecto: planificación urbana sin planes y calidad de vida

Como manifiesta Mejía, la planeación urbana puede constituirse en una herramienta que fomente el desarrollo integral de la persona, siendo una planificación oportuna y eficiente (1994: 88). Éste no es el caso de la PUE cruceña, ya que, al no cumplir con las fases necesarias y/o los principios básicos para su puesta en marcha, no puede ser considerada como tal. De ahí el título “planificación sin planes”, para explicar el absurdo de una planificación que no cumple con su ciclo vital.

Los niveles de calidad de vida constatados[7] en los tres distritos estudiados son, sin duda, un efecto de la inexistente planificación urbana en Santa Cruz, ya que no se siguen planes ni a corto ni a largo plazo que resuelvan las necesidades de los ciudadanos; por tanto, éstos no lograrán niveles de desarrollo personal adecuados, traducidos en niveles de CV.

Sin embargo, la diferencia encontrada en cuanto a los niveles de CV para estos tres distritos responde, en algunos casos, a elementos de la planificación. Siendo los distritos 4 y 11 los que poseen un porcentaje mayor de desarrollo urbano, éstos obtienen el nivel más alto en calidad de vida, a diferencia del Distrito 12, donde el número de habitantes satisfechos no alcanza la mayoría, al mismo tiempo que cuenta con menor desarrollo urbano. Los datos antes mencionados son el resultado de una encuesta aplicada en los distritos 4, 11 y 12 para captar la percepción de los vecinos en cuanto a la satisfacción de sus necesidades humanas fundamentales. Los resultados demostraron una mayor similitud entre los distritos 4 y 11 y marcadas diferencias de ambos con el Distrito 12.

Por otra parte, llama la atención que a pesar de la alta ejecución de obras de infraestructura y equipamiento, al igual que una mayor disposición de servicios básicos, en los distritos 4 y 11, éstos no alcanzaron un nivel  alto de calidad de vida, lo que demuestra que la PUE necesita de planes y de un ejercicio completo para poder satisfacer las necesidades humanas fundamentales de la población (Ver cuadro 3).

4.2. Relación causa-efecto: a menor planificación, mayor participación

Es importante reconocer que la participación ciudadana, en el afán de suplir las carencias de los planes locales, específicamente en el Distrito 12, intenta, a través del activismo social, generar espacios de desarrollo y bienestar común, además del apoyo necesario para asegurar los resultados de sus demandas sectoriales. Pero, al no existir carencias, las personas no ven necesario agruparse -por lo que constituyen la categorización de participantes o vecinos “tutti”[8]-, lo cual se comprueba en los distritos con mayor desarrollo urbano, como ser: 4 y 11.

Si bien esta participación vecinal que caracteriza a los habitantes del Distrito 12 es consecuencia de una deficiente gestión municipal, de ser dirigida estratégicamente, podría convertir al distrito en un referente de diseño urbano participativo, donde sus habitantes serían “neo- participantes”, por ende, entendidos en temas urbanos y comprometidos con el mejoramiento de su distrito y la ciudad.

Cabe destacar que, a pesar de ser el distrito con el mayor porcentaje de vecinos insatisfechos con la actual gestión municipal, los vecinos del Distrito 12, estos “neoparticipantes”, conforman el distrito que ve con más optimismo el futuro, efecto que puede resultar de la gratificación de haber logrado mejorías para su territorio y del sentimiento de apropiación del mismo. Otra de las hipótesis plantea que el haber salido de un entorno menos satisfactorio, como es el caso de los migrantes que habitan sobre todo en este distrito, perciben su actual entorno como mucho más próspero.

Estas conclusiones e interrogantes evidencian la importancia de la participación de todos los ciudadanos en el diseño de todas las dimensiones de su ciudad o, en el caso contrario, ante la ausencia de este principio de la PU, podría desencadenarse próximamente la revolución urbana ante las contradicciones de la ciudad y las desigualdades e injusticias que suceden en ésta (Sassen, 2010).

 

4.3. Relación causa-efecto: a menor poder de adquisición, menor satisfacción

Otro vínculo interesante es el que se establece entre la capacidad económica y el grado de satisfacción. En este caso, los distritos 4 y 11 son los que gozan de una mayor capacidad económica y, al mismo tiempo, poseen los niveles más altos de calidad de vida. Consecuentemente, el Distrito 12 posee una menor capacidad económica y una menor calidad de vida.

Es necesario tomar en cuenta que los distritos más satisfechos con los servicios de educación, transporte y salud son los que con menos frecuencia los utilizan, debido, en gran medida, a la posibilidad que poseen de optar por servicios privados gracias a su poder adquisitivo y no así a la calidad del servicio que proporciona el sector público. Esto se comprueba en el Distrito 12, donde se utilizan estos servicios en mayor medida y, al mismo tiempo, sus habitantes son los que menos satisfechos se encuentran.

 

4.4. Juego de palabras: planificación urbana

La planificación urbana en Santa Cruz de la Sierra es entendida como la acción o construcción de obras de infraestructura urbana y equipamiento social -tercera fase de la PU-, en vez de un ciclo de trabajo compuesto de cinco fases. Esta percepción parecida entre un concepto y el otro es vendida y comprada entre el gobierno autónomo municipal, los participantes oficiales y los participantes “tutti”. Los participantes técnicos están en desacuerdo con esta relación de sinónimos, por motivos expuestos con anterioridad, al igual que los “neoparticipantes”.

Los distritos con mayores niveles de calidad de vida no alcanzan al 70% de su población con las necesidades fundamentales satisfechas, lo que significa que más del 30% no se encuentra satisfecha, pese a considerarse como distritos consolidados, debido a los grandes avances urbanos, como ser servicios básicos, infraestructuras y equipamiento además de otros servicios públicos. Esto puede ser producto de una mala interpretación de las necesidades humanas al momento de diseñar la ciudad. Si bien la distribución de espacios destinados a infraestructura social así como su mantenimiento son tan importantes como los programas de desarrollo humano para los que han sido creados, la necesidad de éste último es expresada reiteradamente por los habitantes de los distritos 4, 11 y 12, quienes, en algunos casos, poseen la infraestructura o equipamiento requeridos, pero no las herramientas para su aprovechamiento.

Este retraso en la planificación de la ciudad es percibido por los ciudadanos como un pésimo desempeño del gobierno local, dado que no responde a las demandas de la población. Por otra parte, llama fuertemente la atención cómo los resultados para los tres distritos indican un mayor déficit en los campos humanos y socio-culturales.

Santa Cruz de la Sierra, tal como otras ciudades globales y no globales, se evidencia encaminada en un modelo de desarrollo insostenible, que amenaza la existencia de la ciudad, ergo, de sus habitantes. Es por esto que consideramos que es un huevo podrido, es decir, que se encuentra en la cuarta era de las ciudades. Un huevo podrido no pasa desapercibido por su olor y apariencia; con el paso del tiempo sigue descomponiéndose, atrae insectos, eventualmente se biodegrada y deja de existir, no sin antes causar malestar a las personas que lo rodean, impregnando un poco de su olor en ellas. Para conocer su estado de putrefacción, sugerimos el uso de la relación causa-efecto entre la planificación urbana y la calidad de vida establecida a lo largo de este trabajo de investigación, ya que los niveles de calidad de vida proporcionan información y relaciones claras, para evaluar los procesos de acción urbana -en lugar de planificación urbana- y, al mismo tiempo, propone líneas de acción de acuerdo con las necesidades de los habitantes de tres distritos que revelan las dos caras de la ciudad (Ver imagen 1).

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Notas

[1]   Gabriela Gonzales Faria es arquitecta, máster en Arquitectura Avanzada, investigadora y docente universitaria. Coordinó la investigación “La planificación urbana y su impacto en la calidad de vida en Santa Cruz de la Sierra” desarrollada junto a  Judith Serrano en el marco de la Convocatoria del PIEB: “Transformaciones económicas, socioculturales e institucionales de Santa Cruz: 1998-2012”, ejecutada entre 2013 y 2014; correo electrónico: hogarand@gmail.com. Actualmente reside en Bogotá D.C. Judith E. Serrano Serrano es psicóloga e investigadora; correo electrónico: pazzcualina@hotmail.com. Santa Cruz, Bolivia.

[2]   Ranking internacional de ciudades y áreas urbanas de crecimiento asumido más rápido del 2006 al 2020 (City Mayors, 2006).

[3]   De la especie “Furnarius rufus”, de la familia “Furnariidae”, llamado popularmente “hornero”, por la forma de horno que tiene su nido. Este pájaro fue elegido para representar a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra debido a su popularidad en el oriente boliviano por sus dotes de constructor, por lo que representa a cabalidad la relación que exploramos sobre la construcción de una ciudad basada en las necesidades de sus habitantes, como lo hace el pájaro tiluchi con su nido.

[4]   Para estudios sobre la planificación urbana anterior al Plan Techint, sugerimos revisar el trabajo elaborado por Traverso (2008).

[5]   Las U.V. eran una idea urbana inteligente y estratégica de gran importancia en el Plan, según Limpias (2010), pues, al ser habitadas por 5.000 a 7.000 habitantes, dotadas de “equipamiento primario al centro” (Prado S., Seleme y Prado Z., 2005: 155), generaban las condiciones favorables para la convivencia urbana. Estarían determinadas áreas peatonales al centro de cada U.V., además de áreas verdes. Se habría planificado también la zonificación para lotes residenciales unifamiliares, así como para residencias multifamiliares. El equipamiento social a implementarse en cada U.V. sería: grupos escolar y jardín de infantes, centro comunal o social, templo y centro comercial.

[6]   Sugerimos la revisión de la publicación del Centro de Documentación e Información Bolivia (2011) para conocer a profundidad la temática de presupuestos urbanos en las ciudades de Santa Cruz de la Sierra, La Paz, El Alto y Cochabamba.

[7]   El equipo de investigación determinó para categorizar los niveles de calidad de vida medidos: 0 a 25% es CV baja, 26 a 50% es CV media-baja, 51 a 71% es CV media-alta, y 76 a 100% es CV alta.

[8]   Este término, originario del idioma italiano significa “cada” o “todos”. En Santa Cruz se utiliza popularmente para referirse al colmo de algo: es la “tutti”; o a la ignorancia absoluta en algún tema: estaba “tutti”.

 

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