Presentación

 

Tengo el honor de dirigir un número de T’inkazos cuando el calendario nos recuerda que el Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB) cumple dos décadas de fructífera y creativa labor de impulso a la investigación estratégica en el país. Este número reafirma esa vocación estratégica porque tiene como eje central de indagación y cavilación la cuestión de la nación, un tema que orientó -entre 2013 y 2014- la realización de ocho investigaciones en el marco de una convocatoria titulada, precisamente, “La nación boliviana en tiempos del Estado Plurinacional”. Su objetivo fue auscultar la presencia -recurrente o episódica- y la influencia -conservadora o transformadora- de este tópico (la nación) en la configuración del nuevo modelo estatal (plurinacional), así como en la mutación de las relaciones entre economía, cultura, territorio, política y sociedad, y, también, en las nuevas rutas de la inserción de Bolivia en el orden global.
En esa veta, cuatro investigadores de otros tantos equipos fueron invitados a un Diálogo académico para intercambiar criterios sobre los múltiples usos y sentidos de lo nacional a partir de los hallazgos de sus pesquisas: Wilder Molina, Violeta Montellano, Daniel Moreno y Vincent Nicolas. Otros cuatro coordinadores de equipos de investigación colaboraron con artículos que sintetizan el debate sobre el tema desde diversas aristas de su especialidad: Gustavo Fernández Saavedra, Fernando García Yapur, Hugo Celso Felipe Mansilla y Yuri Tórrez.
Vale la pena resaltar la pertinencia de la convocatoria del PIEB porque el tema de la nación -vinculada a la identidad: ¿quiénes somos?, al poder: ¿cuál es el rol del Estado? o a la democracia: ¿podemos vivir juntos?- mantiene su actualidad aquí y allende, pese a las aseveraciones acerca del fin del Estado Nacional como manifestación del colapso del proyecto de la modernidad (occidental, y sus matices locales). Además, esta temática -como identidad social, ideología estatal, comunidad política, entre otros aspectos- adquirió mayor importancia en el curso del proceso constituyente y es innegable su vigencia en el debate público y en la discursividad política a medida que se va erigiendo el nuevo modelo de Estado cuya definición -precisamente “plurinacional”- denota la actualidad de la cuestión.
En la sección de Investigaciones se presentan un par de trabajos de académicos franceses cuyas miradas se concentran en la realidad social boliviana. Claude Le Gouill complementa y alimenta el debate sobre el katarismo a partir de contrastar la experiencia potosina con la paceña indagando, entre otras cosas, el papel del proceso de reconstitución de los ayllus. Pascale Absi aborda un tópico de margen y frontera en las ciencias sociales, los prostíbulos, para poner de relieve las contradicciones entre normas y prácticas, entre la reglamentación y su materialización institucional en específicos ámbitos sociales.
La siguiente sección, dedicada a Artículos, contiene dos textos de diversa catadura. Clayton M. Cunha, politólogo brasilero, analiza el “proceso de cambio” boliviano comparando los avatares de las dos gestiones de gobierno bajo el mando de Evo Morales. Por su parte, María Eugenia Choque, experta en historia andina, evalúa la producción intelectual publicada por el PIEB en libros que contienen tópicos vinculados a la temática de género en sus múltiples facetas.
La sección Miradas presta atención a las revistas bolivianas que difunden estudios y ensayos en ciencias sociales y humanas. En este número se presenta Temas Sociales, revista de la carrera de Sociología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), merced a la colaboración de René Pereira, director del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la universidad pública de La Paz.
Finalmente, en Comentarios y Reseñas se presentan tres textos que se refieren a tareas realizadas por comunidades intelectuales que se forjaron en torno a labores impulsadas por el PIEB a partir de convocatorias de investigación de carácter regional. En este caso se trata de esfuerzos cruceños y tarijeños que se traducen en una serie de libros, una compilación y una revista. Así, Paula Peña Hasbún comenta media docena de investigaciones publicadas en el marco de una convocatoria dirigida a investigadores de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) y que forma parte de un esfuerzo interinstitucional para ejecutar una agenda regional de investigación. En esa veta, Martha Paz reseña un libro colectivo sobre la ciudad de Santa Cruz de la Sierra que recoge ponencias presentadas en las Jornadas Cruceñas de Investigación en Ciencias Sociales, una labor impulsada por el grupo Jatupeando que promueve una serie de publicaciones denominada Investigacruz. Por su parte, desde el sur -como le gusta enfatizar-, Karina Olarte reseña el primer número de una revista que contiene los documentos que alimentaron un ciclo de coloquios realizado en Tarija en 2013 para abordar temas relevantes de la problemática regional, una iniciativa promovida por el grupo InvestigaSur de Tarija.
Otros tres libros tuvieron lectores acuciosos que proporcionan juicios acerca de sus aportes. Carlos Villagómez reseña un libro sobre el mestizaje destacando su importancia para reflexionar en torno al campo artístico y cultural; Oscar Alba Salazar aborda una publicación dedicada al derecho internacional como una práctica que exige considerar la combinación de medios diplomáticos y jurídicos; y Carlos H. Cordero Carraffa evalúa un libro con diversos estudios sobre derechos políticos de los migrantes y comportamiento electoral de bolivianos en el exterior, resaltando la importancia del tema para el decurso de las elecciones, por ende, de la democracia.
Acompañan las páginas de este número algunas muestras de la obra pictórica de Gustavo Lara, un justo homenaje a su talento y una demostración de nuestro pesar por su fallecimiento.
Esta presentación debe concluir, necesariamente, con un reconocimiento a la labor de Godofredo Sandoval, director ejecutivo del PIEB, por su lucidez y tenacidad que explican el buen andar de esta institución durante dos décadas; y también al trabajo editorial de Nadia Gutiérrez sin cuyo talento y empeño profesional sería impensable la calidad de T’inkazos.

 

Fernando Mayorga
Director