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Tinkazos

versión On-line ISSN 1990-7451

Tinkazos v.16 n.34 La Paz feb. 2013

 

Experiencias  locales en adaptación al

cambio climático en Bolivia

Local experiences of adaptationtoclimatechange in Bolivia

 Freddy Tejada M.[1]

 T’inkazos, número 34, 2013, pp. 27-36, ISSN 1990-7451

Fecha de recepción: octubrede 2013

Fecha de aprobación: noviembre de 2013

Versión final: noviembre de 2013


Los impactos que provoca el cambio del clima en Bolivia están en la agenda social y política en estos últimos años y conocerlos es una necesidad. El autor plantea un estado de situación sobre el tema y comparte información respecto a acciones locales y otras que se vienen emprendiendo con el propósito de reducir en el país la vulnerabilidad por impacto del cambio climático.  

Palabras clave: adaptación al cambio climático / vulnerabilidad / análisis de vulnerabilidad / exposición a riesgos ambientales / factores de riesgo / zonas de riesgo 

Theimpactscausedbyclimatechange in Bolivia havebeenonthe social and political agenda in recentyears and weneedtoknowaboutthem. Theauthor of thisarticlesummarisesthecurrentstate of affairs and shares informationabout local initiatives and otheractionsthat are beingtakenwiththeaim of reducingvulnerabilitytotheeffects of climatechange in the country. 

Key words:climatechangeadaptation / vulnerability / analysis of vulnerability / exposuretoenvironmentalrisks / riskfactors / at-riskareas


INTRODUCCIÓN

Las poblaciones humanas dependen por completo de los ecosistemas terrestres y de los servicios que estos proporcionan, como los alimentos, el agua, la gestión de las enfermedades, la regulación del clima y otros (Reid et al., 2002). En los últimos 50 años los seres humanos han transformado los ecosistemas, más rápida y extensamente que en ningún otro periodo de la historia humana con el que se pueda comparar, en gran medida orientados por el objetivo de resolver rápidamente las demandas crecientes de alimentos, agua dulce, madera, fibra y combustible. Estas actividades antropogénicas han ejercido su incidencia sobre el comportamiento climático y las modificaciones de los ecosistemas, con sus potenciales consecuencias de manifestación del fenómeno climático.

El cambio climático como fenómeno de carácter global, nos induce a retos que la humanidad en su conjunto tiene que asumir para enfrentarlo. En lo particular, como país, es inequívoco que el cambio climático tiene consecuencias que generan una multiplicidad de efectos tanto económicos, sociales, como medioambientales y en los ecosistemas, de ahí resulta imperativo encontrar las mejores formas de reducir las vulnerabilidades, es decir, adaptarse sobre la base de producir información a escala local en torno a los impactos sectoriales y en grupos socioeconómicos específicos, de manera de capitalizar conocimientos que permitan trazar una senda de desarrollo y crecimiento económico considerando el cambio de clima.

Las ciudades y poblaciones en el país se han caracterizado por la frecuente presencia de deslizamientos, inundaciones y riadas, a lo que se suma las vulnerabilidades de los sistemas humanos que vienen en franco incremento por la falta de planificación de los flujos migratorios y asentamientos clandestinos en áreas de alto riesgo, los cuales acceden a la provisión de servicios básicos incompletos, por ejemplo servicios de agua potable, pero no alcantarillado, que incrementan aún más las vulnerabilidades no solo al cambio climático sino a otros tipos de amenazas, agudizando los riesgos.

Se conoce que los impactos del cambio climático tienen una distribución desigual, afectando de manera desproporcionada a los grupos humanos más sensibles que se encuentran en situación de pobreza rural o urbana, pueblos originarios, ancianos, mujeres, niños, lo que se hace evidente en el país, a pesar de las limitaciones en materia de base de datos  para el análisis del clima regional y local. Es importante impulsar e implementar políticas y estrategias de respuestas estructurales[2], con el objetivo de reducir la vulnerabilidad y promover la adaptación planificada.

El abordaje de la temática de adaptación al cambio climático precisa partir de lo que se entiende por vulnerabilidad al cambio climático, para posteriormente ingresar en lo que se denomina adaptación al cambio climático, es decir, una manera de responder a la presencia de modificaciones o alteraciones que se van presentando en los comportamientos de los climas en determinas zonas o regiones.

Varios autores han definido qué se entiende por vulnerabilidad al cambio climático, sin embargo, para los fines del presente artículo, se toma en consideración la acepción establecida por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUC)  a través del cuerpo científico como es el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, en inglés Intergovernmental Panel onClimateChange), que señala que: 

Vulnerabilidad es la medida en que un sistema es capaz o incapaz de afrontar los efectos negativos del cambio climático, incluso la variabilidad climática y los episodios extremos. La vulnerabilidad está en función del carácter, la magnitud y el índice de variación climática a que está expuesto un sistema, su sensibilidad y su capacidad de adaptación (IPCC-Cuarto Reporte 2007).

En consideración a esta definición, Bolivia en la década del 2000, a través de la instancia gubernamental oficial técnica designada para atender la problemática del cambio climático, desarrolló las primeras investigaciones y trabajos que han permitido visualizar en el contexto nacional, regiones que presentaban grados de vulnerabilidad por los efectos del cambio de clima. 

PLAN NACIONAL DEL CAMBIO CLIMÁTICO  

Ante la necesidad de afrontar los niveles de vulnerabilidad identificados en el país, el año 2005 surgió, con el apoyo del Gobierno del Reino de los Países Bajos, el Plan de Acción Quinquenal (PQ) del otrora Programa Nacional de Cambios Climáticos (PNCC). Se buscó que la sociedad boliviana asuma la presencia del fenómeno del cambio climático gracias al estímulo y apoyo ejercido por el PNCC, y se redujera la vulnerabilidad nacional al cambio climático gracias a las acciones guiadas por el PQ; asimismo, que sectores piloto de la sociedad boliviana apliquen adecuadamente medidas de adaptación con sinergias entre actores nacionales e internacionales; finalmente, establecer mecanismos, recursos y capacidades necesarias para responder efectivamente al cambio climático.

En el marco del Plan, se priorizó áreas críticas de intervención en el país, basándose en el análisis de parámetros temáticos, considerando la vulnerabilidad a riesgos climáticos (mapa de probabilidades de ocurrencia de helada, sequía e inundaciones), la correlación del cambio climático con el exacerbamiento en el deterioro físico de los recursos (mapas de desertificación y aridización) que impactan a los sistemas productivos y de subsistencia y por ende al desarrollo económico nacional. Dicho análisis permitió identificar sitios geográficos críticos que demandaban la implementación de proyectos de adaptación al cambio climático, como también discriminar y priorizar áreas que tuvieran capacidad natural para recuperarse (ver Mapa 1).

Las acciones emprendidas a través de la implementación de un número superior a 20 proyectos en zonas priorizadas de alta vulnerabilidad en el marco del Plan Quinquenal, permitieron desarrollar medidas locales de adaptación con un contenido de amplia participación de familias comunales beneficiarias, logrando atenuar las vulnerabilidades causadas por un clima rápidamente cambiante.

El análisis y la reflexión de las repercusiones de los cambios de clima sobre los ecosistemas, los sistemas productivos y las economías locales como regionales en el territorio nacional, exigieron en la década pasada, el diseño e implementación de acciones y/o procesos para prevenir, manejar y enfrentar las consecuencias de los eventos climáticos; bajo esta perspectiva, los proyectos que se desarrollaron en el marco del PQ contaron con el componente de adaptación, marcando con mucha notoriedad el manejo de los recursos hídricos, la conservación de suelos y la combinación de los conocimientos ancestrales con la ciencia, elementos que han servido de orientadores para ser configurados en los planes locales y regionales para adaptarse al fenómeno climático. 

Bajo la dinámica señalada, se pueden destacar ciertas experiencias locales de adaptación, entre ellas: 

•  En el municipio de Yapacaní, provincia Ichilo (Santa Cruz), 81 familias de las localidades de Itili Alto, San Rafael, Avaroa, Cóndor y San Isidro han reducido los efectos de sequías, incorporando técnicas de riego en manejo de cultivos en predios familiares, mediante la construcción de tres pequeños atajados y/o reservorios de agua (cada uno con capacidad 30 m3) y aplicación de microrriego por goteo por tubería en cultivos de café, microrriego por goteo con botellas en cultivos de horticultura, así como capacitación en preparación de biofertilizantes y biocontroladores de plagas.

•  En el municipio de Totora, provincia Carrasco (Cochabamba), 60 familias de la localidad T´ika Pampa, con tecnologías agroecológicas de adaptación al cambio climático, han mejorado sus sistemas de producción familiar, mediante la construcción de dos atajados de 30.000 y 15.000 m3 de capacidad de almacenamiento y con revestimiento vegetal con sábila en los taludes y coronas de los atajados; establecimiento de 13.5 hectáreas de parcelas de cultivos con riego complementario (papa, cebolla, tomate, otros); y repoblamiento forestal (pino radiata y eucaliptos) de 6 hectáreas en microcuenca de escurrimiento y para protección de parcelas agrícolas; fortalecimiento de las organizaciones campesinas en el uso sostenible de suelos, sistema de riego y recursos naturales a través de la conformación de comités de agua y riego.

•  En el municipio de Comanche, provincia Pacajes (La Paz), 129 familias de las localidades de Comanche, Ballivián, Cantuyo, Rosas Pata, Tuli y KellaKella han reducido la degradación de praderas nativas y han aumentado la resistencia del ecosistema a través de técnicas de manejo y conservación de suelos e implementación de especies nativas (keñua y kiswara), recuperando 20 hectáreas de suelos degradados.

•  En el municipio de Curahuara de Carangas, provincia Sajama (Oruro), 119 familias de las localidades de Curahuara de Carangas, Viscachani, Viskohoko y Humaphusa han conservado suelos y han incrementado la disponibilidad de agua para la producción agrícola, mediante la implementación de masas boscosas con la incorporación de especies forestales (10 hectáreas) y las técnicas de captación y micro captación de agua de lluvia (zanjas de infiltración), control y prevención de la erosión; fortalecimiento de las capacidades comunales en forestación, uso y manejo sostenible del recurso hídrico.

Mapa 1

Áreas priorizadas de intervención con proyectos de adaptación al cambio climático  

Fuente: Plan Quinquenal. 

Resultado de las experiencias logradas en el marco del Plan de Acción Quinquenal del PNCC, surgieron iniciativas que han desatado el desarrollo de nuevos proyectos para diseñar y poner en marcha estrategias de adaptación para los sistemas de subsistencia humanos en comunidades locales vulnerables[3].

Por otra parte las experiencias alcanzadas para atender la vulnerabilidad en la salud humana, como fruto de los impactos del cambio climático, concibe que el fenómeno varía de acuerdo a las distintas zonas geográficas y cuyos parámetros climatológicos como temperatura, precipitación, humedad, velocidad del viento, etcétera, conforman un escenario particular, permitiendo la presencia de diferentes consecuencias de carácter sanitario.

En esta perspectiva, el sector salud, en sinergia con la unidad de salud del PNCC, llevaron a cabo la implementación de una estrategia de adaptación al cambio climático mediante la ejecución de la Atención Primaria Ambiental (APA) en la localidad de Moro Moro, tercera sección de la provincia de Vallegrande, logrando interesantes resultados de medidas adaptativas, tales como: construcción de sistemas de agua en 12 comunidades, conformación de comités de agua para optimización de los sistemas de agua, construcción de relleno municipal, conformación de equipos móviles de salud, mejoramiento de viviendas, reforestación de 72 hectáreas en cabeceras de vertientes de agua y zonas de recarga. El municipio de Moro Moro y sus comunidades se convirtieron en modelo para identificar riesgos y controlar con medidas que estén al alcance de sus posibilidades y sean compatibles con su cultura.

En el Mapa 2, se ve la ubicación de algunos proyectos implementados en el territorio nacional en el marco del Plan Quinquenal. 

PROGRAMA DE REDUCCIÓN DE LA VULNERABILIDAD 

Las vivencias perceptivas de la población en su conjunto, y en particular de las instituciones públicas como privadas sobre las modificaciones que viene presentando en los últimos años el clima, han brindado espacios de discusión y reflexión  bajo diferentes perspectivas, generando la inquietud de conocer más ampliamente cómo los medios de vida están siendo afectados por el cambio climático. Para responder a la expectativa, la Liga de Defensa del Medio Ambiente (LIDEMA), toma la iniciativa y vuelca los mayores esfuerzos en contribuir al conocimiento de la dinámica y comportamiento que viene ejerciendo el cambio climático sobre los medios de vida, aportando a la comunidad con la publicación “Vulnerabilidad de los medios de vida ante el cambio climático en Bolivia” (2010), documento que se constituyó en la base para la construcción de su Programa de Reducción de la vulnerabilidad de los medios de vida ante el cambio climático en Bolivia (PRV) al interior de la institución. 

Mapa 2

Ubicación de los proyectos de adaptación, Plan Quinquenal 

Fuente: Elaboraciónpropia. 

Bajo este marco referencial, el Programa de Reducción de la Vulnerabilidad de LIDEMA, viene implementado Modelos Integrales de Intervención (MII) con el apoyo de sus instituciones miembro[4] en áreas rurales, donde los medios de vida de comunidades son vulnerables a los efectos adversos de los eventos climáticos.

Las experiencias de los procesos de ejecución de los modelos (MII) o proyectos por ámbito geográfico, permiten exponer las medidas locales que se vienen desarrollando para reducir los impactos del cambio climático en los medios de vida de las comunidades.

En este entendido, en la región del Altiplano y Valles, se destacan ciertas prácticas locales:  

•  30 familias de la comunidad de Rancho Rufino, Oruro, gestionan integralmente el recurso hídrico a través de la aplicación de técnicas ancestrales complementarias a la tecnología para cosecha de agua de lluvia con la construcción de atajados para producción agrícola y pecuaria e implementación de tanques y perforación de pozos para consumo humano. Garantizan la seguridad alimentaria, mediante el fortalecimiento de capacidades productivas con la producción de hortalizas en  micro huertos y la cría de lombrices en carpas solares, promoviendo la conservación y recuperación de la fertilidad de los suelos a través de plantaciones forestales y la aplicación del humus de lombriz al momento de las actividades agrícolas realizadas en las zonas.

•  248 familias de las comunidades Iquiaca Grande, Iquiaca Arriba e Iquiaca Baja, Pucarani, La Paz, realizan la gestión del agua y suelo, mediante el fortalecimiento organizacional para el manejo del recurso hídrico, implementando terrazas de formación lenta, cinturones de vegetación, zanjas de infiltración, siembra de pastos en aynocas[5] y manejo de agua; para suelos con la revegetación con especies nativas, terrazas de formación lenta, abonamiento a aynocas, control de cárcavas y manejo de suelos.

•  210 familias de 12 comunidades del municipio de Inquisivi, La Paz, fortalecen sus capacidades para el desarrollo de agroecosistemas familiares sustentables y resilientes, a través de  la conservación y manejo sustentable de los recursos naturales, reforestando con especies nativas y manejo de bosques nativos en áreas de recarga de agua; conservación y manejo ecológico de suelos agrícolas con aplicación de  fertilización orgánica (bio abonos) y construcción de terrazas de formación lenta; difusión de tecnologías de producción agroecológica con el mejoramiento de semillas y manejo de diversidad genética de cultivos nativos; control ecológico de plagas y enfermedades con uso de trampas y bio controladores; construcción de obras de cosecha de agua de vertientes y aducción para microrriego; establecimiento de huertos agroecológicos de hortalizas y frutales para seguridad alimentaria; fomento de la producción de miel de abeja y derivados bajo principios de cuidado y manejo de los bosques y vegetación nativa. 

En la región Amazónica-Chaco, destacan las siguientes prácticas locales: 

•  17 familias de la comunidad del Salao del municipio de El Torno, y 110 familias de la comunidad Sombrerito del municipio de Porongo, implementan sistemas agroforestales y viveros, a través  de la combinación secuencial en el tiempo de plantar especies arbóreas que crecen junto con cultivos agrícolas o forrajeros, proveyendo mayores beneficios para el uso de la tierra, el mantenimiento indefinido de la fertilidad del suelo, por el reciclaje de nutrientes en el sistema y la conservación del suelo, del agua y del medio ambiente. Asimismo, la producción de plantines para llevar a cabo el proceso de forestación con la construcción de viveros permitiendo prevenir y controlar los efectos de los depredadores y de enfermedades que dañan a las plántulas en su etapa de mayor vulnerabilidad. Gracias a que se les proporcionan los cuidados necesarios y las condiciones propicias para lograr un buen desarrollo, las plantas tienen mayores probabilidades de sobrevivencia y adaptación cuando se les trasplanta a su lugar definitivo.

•  380 familias de la comunidad del Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI) del municipio de San Ignacio de Moxos, Beni, revalorizan las tecnologías ancestrales del manejo hidráulico con la implementación de 16 sistemas integrados de camellones para establecer áreas agrícolas libres de inundaciones, mantener la humedad en época de sequía, mejorar permanentemente la fertilidad de los suelos, y, en consecuencia, diversificar y mejorar la producción agrícola, y, por tanto, la base alimenticia y nutricional de la población local. El sistema productivo en proceso de implementación en los camellones, para maximizar los rendimientos, contempla la asociación y rotación de cultivos, el manejo y conservación de suelos, manejo integrado de plagas y enfermedades, así como la producción de peces en los canales.

•  110 familias de la comunidad Media Luna del municipio de Uriondo, Tarija, realizan manejo eficiente del recurso hídrico y suelo, mediante la construcción de un atajado de tierra para cosecha de agua de lluvia con capacidad de almacenamiento de 8.300 m3 para brindar riego suplementario al vivero comunal, crear un microclima circundante que permite el desarrollo de diferentes especies vegetales especialmente arbóreas, además de brindar la posibilidad de contar con agua para el ganado menor de la zona e inclusive permitir el desarrollo piscícola. Asimismo, implementan sistemas de cosecha de agua por surcos truncados para 10 has de cultivo; implementan en parcelas familiares cortinas rompevientos vegetales y de malla; en proceso plantaciones forestales de protección en el área de aporte de la microcuenca de la comunidad Media Luna, para regular los flujos hídricos, disminuir las tasas de erosión hídrica y proteger el vivero forestal y la presa de almacenamiento de agua.

El Mapa 3 presenta información sobre la ubicación de las intervenciones que se vienen realizando con el Programa de Reducción de la Vulnerabilidad a los medios de vida de LIDEMA en el ámbito nacional.

Mapa 3

Municipios de intervención del Programa de Reducción de Vulnerabilidad  

Fuente: Elaboración propia.

Conclusiones 

De manera general las sequías y las inundaciones son los eventos de mayor incidencia en el país, con efectos sobre diversos medios de vida, los cuales, al ser afectados, no garantizan una mejor calidad de vida de las poblaciones y generan condiciones de alta insostenibilidad.

La relevancia del establecimiento de alianzas estratégicas público-privado permitirá a mediano plazo, el fortalecimiento de las acciones sinérgicas entre los distintos sectores, apuntando a un objetivo común como es la adaptación al cambio climático.

Experiencias validadas de construcción y reconstrucción de infraestructura productiva ancestral (terrazas de formación lenta, camellones), basada en el manejo del agua, se constituyen en medidas acertadas de adaptación que pueden ser replicadas.

La mejora de la seguridad alimentaria (autoabastecimiento), el autoempleo y los ingresos familiares en las comunidades, conducen a la disminución de las presiones y flujos migratorios.

Los sistemas de ocupación del territorio y los planes reguladores del crecimiento urbano en las principales ciudades, se hacen más vulnerables toda vez que los comportamientos de precipitaciones intensas se hacen más recurrentes, incrementando el nivel de exposición.

Las experiencias muestran que el cambio de clima tiene fuerte incidencia en la salud, exacerbando enfermedades y limitando las capacidades humanas en las diferentes regiones, lo cual viene aparejado con el incremento de las migraciones poblacionales, aspecto que las políticas públicas deben considerar al momento del desarrollo de planes y estrategias.

Se percibe que las intervenciones en materia de reducción de la vulnerabilidad al cambio climático, surgen simplemente en base a un interés espontáneo y no a una planificación que permita encarar los temas de manera más sistematizada tanto en las gobernaciones como en los municipios.

Con la finalidad de garantizar experiencias y alentar un proceso de “aprender haciendo”, que paulatinamente irá generando frutos, se precisa inducir a las instituciones en todos los niveles territoriales a planificar de manera estratégica sus acciones en materia de cambio climático, a fin  de superar el gran vacío de políticas nacionales, que está permitiendo que se den intervenciones sin ningún horizonte y a partir de una demanda no estructurada.

Es importante subrayar la relevancia de los procesos de fortalecimiento de comunidades y sus organizaciones tradicionales, con el apoyo a capacidades de control en sistemas productivos de sus territorios.

Si bien los esfuerzos de las intervenciones son puntuales, se requiere de mayores escalas en sinergia con municipios y gobernaciones, de manera que los impactos de las mismas sean más notorios y que los propios actores perciban con mayor fuerza las tareas de reducción de la vulnerabilidad en sus medios de vida.


BIBLIOGRAFÍA

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Arana, Ivar; García, Magalí; Aparicio, Marilyn y Cabrera, Marcelo 2007 Mecanismo Nacional de Adaptación al Cambio Climático. La Paz: OGP Internacional.        [ Links ]

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Paz, Oscar; Pinto, MariaRenée; Zaballa, Mauricio et al.2009 “Segunda Comunicación Nacional del Estado Plurinacional de Bolivia ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático”. La Paz: Ministerio de Medio Ambiente y Agua – Programa Nacional de Cambios Climáticos.        [ Links ]

Reid, W.; Money, A.; Cooper, A.; Capistrano, D. et al. 2002 “Informe síntesis. Borrador final Evaluación de los Ecosistemas del Milenio”. En: www.unep.org/maweb/documents/document.439.aspx.pd.        [ Links ]

Tejada, Freddy; Beltrán,Ivy y Cainzo, Roberto 2007 “Memoria de proyectos: Programa Nacional de Cambios Climáticos2006/2007”. La Paz: Ministerio de Planificación del Desarrollo; Programa Nacional de Cambios Climáticos.        [ Links ]

   

Daniela Rico. Numius 3. Tinta china sobrepapel, 2006. 



[1]Ingeniero Industrial, con especialidad en Evaluación de Impacto Ambiental, experto en Cambio Climático; miembro del grupo Editor Revisor de Inventarios de GEI, volumen 2, Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, 2008). Coordinador Regional Altiplano y Valles PRV-LIDEMA. Correo electrónico: tejada_freddy@yahoo.com. La Paz-Bolivia. 

[2]El Mecanismo Nacional de Adaptación al Cambio Climático (MNACC) delinea 5 programas sectoriales de adaptación y 2 programas transversales.

[3]Vulnerabilidad y adaptación al cambio climático en Bolivia, resultado de un proceso de investigación participativo en las regiones del lago Titicaca y los valles cruceños.

[4]Organizaciones no gubernamentales que se encuentran asociadas a LIDEMA.

[5]Se entiende como el área o superficie donde se planifica la producción con el manejo y la tenencia de las tierras cultivadas y de pastoreo. En el caso particular la Aynoka se encuentra delimitada entre dos terrazas de formación lenta o takanas.

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