SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número33Evaluación de la fertilidad de los suelos para a producción sostenible de quinuaDe lo urbano a lo rural y viceversa índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Tinkazos

versión On-line ISSN 1990-7451

Tinkazos v.16 n.33 La Paz jun. 2013

 

SECCIÓN II: INVESTIGACIONES

 

Una mirada a los estudios del PIEB
Jóvenes: sujetos y objetos de investigación

 

A review of PIEB’s studies
Young people as the subjects and objects of research

 

 

Yuri F. Tórrez1

T’inkazos, número 33, 2013, pp. 113-128, ISSN 1990-7451

Fecha de recepción: octubre de 2012
Fecha de aprobación: febrero de 2013
Versión final: abril de 2013

 

 


Este artículo incluye un análisis de los principales aportes de las investigaciones promovidas por el PIEB sobre jóvenes. El autor afirma que los estudios establecieron conexiones con procesos de gran envergadura en el país operando como un “espejo académico” de la realidad. En su lectura identifica una “ruptura epistémica”, pues la aproximación a “nuevos objetos sociales/juveniles” requirió de la “invención” de estrategias teóricas/metodológicas ya que las tradicionales (de)mostraron ser insuficientes para estudiar las emergentes realidades juveniles.

Palabras clave: jóvenes / investigación / ciencia social  /culturas juveniles / política y democracia /ciudadanía / Bolivia / producciones bibliográficas


This article analyses the main contributions made by the research sponsored by PIEB on young people. The author finds that the studies have established connections with important processes taking place in the country, holding up an “academic mirror” to reality. The author’s reading identifies an “epistemic rupture,” as getting close to “new social/young research subjects” required the “invention” of theoretical/methodological strategies, since the traditional ones proved to be inadequate for studying the emerging realities of young people.

Key words: young people / research / social science / youth cultures / politics and democracy / citizenship / Bolivia / academic publications


 

 

En los últimos años, la problemática de los jóvenes en Bolivia ha despertado la atención de académicos e intelectuales y de centros de investigación social. Una de las instituciones pioneras en el tratamiento de temas relevantes sobre/de los jóvenes es el Programa Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB). El PIEB, a  través de convocatorias de investigación dirigidas exclusivamente a jóvenes, el apoyo a la ejecución de investigaciones sobre temas estratégicos para este sector en concursos nacionales o regionales, la publicación de estudios y la amplia difusión de resultados de investigación en seminarios, coloquios, talleres, medios de comunicación, ha aportado de manera significativa al conocimiento de la cuestión juvenil en Bolivia. Este aporte también ha incidido en la formación de jóvenes investigadores, a través del enfoque metodológico “investigar formando y formar investigando” que consiste en acompañar a las actividades implementadas en la línea investigativa con talleres, asesores, evaluadores en la búsqueda de cualificar los resultados de los estudios pero también con el propósito de formar “a los jóvenes en la práctica misma de la investigación, con el objetivo de promover un recambio generacional en investigación en ciencias sociales en Bolivia” (PIEB, 2004: 17).

Entre 1994 y 20122, el PIEB ha apoyado la realización de cerca de 40 estudios sobre la realidad de los jóvenes, y ha publicado 34 investigaciones. En este artículo se sistematiza y analiza los principales aportes de las investigaciones publicadas por el PIEB, las tendencias teórico metodológicas, los alcances geográficos, las temáticas y la relevancia social y académica emergente de estos estudios, partiendo de la idea que la cuestión juvenil es importante para el país y para el desarrollo de la investigación en el campo de las ciencias sociales en Bolivia, más aún si se toma en cuenta que de 10.6 millones de personas el 54% son menores de 25 años, lo que significa que la población mayoritaria de Bolivia es esencialmente joven3.

A partir de este corpus, que se constituye en un punto de referencia para futuras investigaciones, se sugieren algunos temas urgentes que quedan en la agenda por investigar sobre los jóvenes en Bolivia.

 

1. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO/CULTURAL EN BOLIVIA Y LA PROBLEMÁTICA JUVENIL

La presencia del PIEB en el contexto académico e intelectual boliviano se da en una coyuntura sociopolítica (1994-2013) signada por el auge del neoliberalismo (1995-2000) y su posterior cuestionamiento (2000-2005). En el primer caso, y desde el año 1985, en Bolivia emergió un proyecto estatal con pretensiones hegemónicas configurando un orden sociopolítico y económico asentado en dos pilares que por circunstancias históricas se complementaron en Bolivia: la democracia representativa, en lo político, y el neoliberalismo, en lo económico, configurando el orden democrático (neo)liberal. De igual manera, en el ámbito cultural se implementó la política multicultural4 con el afán de dar respuesta a la crisis emergente del Estado del 52. La aplicación del modelo económico neoliberal instaurado en el país a mediados de los ochenta redefinía los nuevos ejes ordenadores de la relación entre la sociedad y la economía. Entre sus efectos inmediatos, en el campo estrictamente económico, pero con una influencia política innegable, estuvo el fin de la omnipresencia del Estado en la escena empresarial en Bolivia proceso que culminó con la denominada capitalización. No es casual que uno de los puntos del iceberg de cuestionamiento al modelo neoliberal fue la privatización de las empresas estatales estratégicas, particularmente aquellas articuladas a los recursos energéticos. Desde la aplicación de la Nueva Política Económica (NPE) de corte neoliberal en 1985 se da la “transición democrática” en Bolivia. En rigor, la construcción del dispositivo discursivo en torno a la transición democrática boliviana no se puede comprender sin el contexto de las políticas de ajuste económico que signaron las relaciones sociopolíticas. Precisamente de esta relación -democratización, en lo político, y reforma neoliberal, en lo económico- deviene lo que a nivel genérico se denomina matriz democrática (neo)liberal en Bolivia. Este ciclo neoliberal produjo una crisis estatal asociada a otra crisis de larga duración referida al modelo del Nacionalismo Revolucionario (NR) con sus implicancias culturales en los procesos de homogeneización, que ha posibilitado la irrupción (o reconstitución) de las diversas identidades socioculturales en el país: generacionales, de género o étnicas, entre otras.

El agotamiento del modelo democrático (neo)liberal se expresó en una interpelación profunda de los movimientos sociales, particularmente indígenas. Al despuntar el siglo XXI, se registraron una serie de movilizaciones en Bolivia que tuvieron dos momentos decisivos: la denominada ‘guerra del agua’ en abril del año 2000 y la conocida ‘guerra del gas’ en octubre del año 2003. Este ciclo de protestas supera a una simple crisis política (o de gobernabilidad) para convertirse en una crisis estatal que supuso no solo un socavamiento del mapa político o un cuestionamiento al neoliberalismo; sino un trastrocamiento del (propio) mapa cognitivo para comprender en su complejidad este fenómeno político. Es así que la impronta de los denominados movimientos sociales en Bolivia que desembocó en la elección del primer presidente de origen indígena, representó un quiebre en el mismo sentido del Estado. Es decir, más allá de analizar con cierto exotismo la llegada de un indígena al poder, es importante analizar el accionar de los movimientos sociales, particularmente indígenas, que fue clave no solo para entender el devenir descolonizador del Estado Plurinacional concebido desde las (propias) entrañas de las organizaciones indígenas bolivianas; sino también para el despliegue político de estos movimientos en aras de constitucionalizar este horizonte estatal.

Desde un punto de vista político, la emergencia de los jóvenes en los movimientos sociales, especialmente populares, que cuestionaron al orden democrático (neo)liberal, supuso una presencia activa, por ejemplo en la ‘guerra del agua’ o en la ‘guerra del gas’, puntos de inflexión importante para el decurso democrático boliviano. En el caso de los jóvenes, estos hechos marcaron nuevas prácticas y nuevos imaginarios políticos para visibilizar sus propias demandas generacionales de “ser escuchados” por las distintas instancias institucionales. Como dice Mario Yapu:

 …en los últimos años, Bolivia se caracteriza por la emergencia de los movimientos sociales indígenas que cuestionan al Estado mono-cultural, occidental, racista y excluyente. Estos movimientos indígenas son portadores de cambio de la estructura de la sociedad colonial: se busca modificar el espacio legítimo donde se producen las decisiones políticas, se rediseñan las condiciones socioeconómicas y étnicas de los sujetos políticos. Además, estos movimientos indígenas están encaramados en demandas que se circunscriben a los derechos ciudadanos diferenciados y a la reafirmación cultural y étnica (2007: 10).

En este contexto, por ejemplo, surgieron “varios movimientos juveniles articulados en torno a las demandas estructurales y específicas. Algunos estudios los han llamado emergencias de nuevos sujetos sociales, aunque han sido escasamente estudiados en la ciencia social. Quizá la característica común de este movimiento cultural y juvenil esté vinculada a las demandas específicas y estructurales” (Yapu, 2008: 10). De la misma manera, surgieron agrupaciones juveniles “elitistas” de un nuevo cuño, en oposición, por ejemplo, a las propuestas estatales que se estaban gestando desde el campo popular (Torrez et al., 2009). En todo caso, Rossana Reguillo (2000) caracterizaría a estas emergencias de culturas juveniles como “formas políticas de desencanto”.

Finalmente, desde un punto de vista sociocultural, los efectos de los procesos del modelo neoliberal y luego de la necesidad de una transformación estatal, en muchos casos reprodujeron aquellas diferencias sociales “generando y manteniendo estereotipos culturales que acentúan las desigualdades y las visiones discriminatorias” (Hinojosa, 2001: 7). Estas diferenciaciones o polarización sociocultural se acentuó significativamente con la transformación estatal que derivó en procesos de polarización sociopolítica que (re)activaron aquellas diferenciaciones sociales y raciales inclusive con un eco decisivo en los imaginarios y en las prácticas sociopolíticas de los jóvenes bolivianos.

 

2. CRISIS DE LAS CIENCIAS SOCIALES Y EL ESTUDIO DE/SOBRE LOS JÓVENES

Thomas S. Kuhn (1971) consideraba que el síntoma más revelador de una crisis es la proliferación de teorías, y que ésta termina una vez que la revolución ocurra y comience otro ciclo en el que el paradigma dominante podrá cubrir la explicación de un gran rango de fenómenos. Según varios autores, los paradigmas clásicos de las ciencias sociales, así como sus teorías y sus métodos, ya no bastan para analizar a la sociedad contemporánea ya que no generan respuestas creativas que contribuyan a solucionar los problemas que enfrenta ésta (Lander, 1997). Por lo tanto, como expresión de esta crisis, estos paradigmas han perdido su efectividad a la hora de definir y predecir tendencias o escenarios factibles de la sociedad. Ahora más que nunca en las ciencias sociales es posible encontrar gran cantidad de modelos de explicaciones concurrentes, complementarias, fragmentadas y especializadas. En rigor, la ciencia social en América Latina está atravesando por una crisis paradigmática que pone en entredicho la relación entre generación de conocimientos y su verdadera implicancia para la sociedad. Esta crisis de las ciencias sociales muestra que aquellos modelos teórico-metodológicos que antiguamente servían para la lectura de los procesos sociales y políticos hoy presentan grandes insuficiencias para el entendimiento de la realidad latinoamericana.

Otro síntoma de esta crisis paradigmática está articulado a aquella pretensión “objetiva” de las ciencias sociales que esgrimiendo un discurso científico y objetivo marcó una distancia “científica” con la realidad social. Ahora bien, esta visión “científica” (de)viene de aquellas escuelas tradicionales de la ciencia social moderna (positivismo, funcionalismo o marxismo) que se erigieron como las (pre)dominantes para la comprensión de la realidad sociopolítica y que hoy están en un proceso de crisis paradigmática evidente. Efectivamente, el derrumbe de los paradigmas teóricos que ofrecían explicaciones globales de la sociedad y la historia, pone en manifiesto la crisis teórica por la que atraviesa actualmente la ciencia social que a la vez se enfrenta a la posibilidad de reconstruir paradigmas teóricos de validez universal. Asimismo, las recientes dinámicas sociopolíticas, por ejemplo, la emergencia indígena en Bolivia, puso en entredicho la insuficiencia de estos paradigmas convencionales para el estudio de la realidad social, y también devela, como efecto colateral, la forma del abordaje a estas (nuevas) dinámicas sociopolíticas latinoamericanas.

Ahora bien, la problemática emergente de esta crisis paradigmática de las ciencias sociales, ¿qué efecto tiene en los estudios de/sobre los jóvenes publicados por el PIEB? Esto asumiendo al PIEB, institución propulsora de investigaciones en Bolivia, como uno de los espacios privilegiados para reflexionar sobre la perspectiva epistémica de las investigaciones relacionadas a la problemática juvenil. En un sentido amplio, la situación de los jóvenes como objeto de estudio se convierte en una  preocupación epistemológica frente a la necesidad de (re)pensar a la propia ciencia social boliviana articulada a las problemáticas actuales de la sociedad, por un lado y, por otro, para conectar con la reflexión de las propias dinámicas epistémicas (paradigmas, teorías y métodos) de los estudios sobre los jóvenes asociados a la realidad nacional.

Una primera constatación es que esta crisis paradigmática de las ciencias sociales tiene su eco en los estudios de/sobre jóvenes con una diversidad temática que desde una mirada interdisciplinaria se sustenta a la vez en perspectivas metodológicas distintas. Al respecto, Fernando Calderón decía: “Esta diversificación temática parece ratificar una tendencia a definir las preocupaciones de la investigación multidisciplinaria, más que por disciplinas, lo que ha fomentado un enfoque de investigación multidisciplinario” (Calderón en Hinojosa, 2001: 6). En este sentido, es muy compleja la “aplicación universal” de aquellos paradigmas racionales de la ciencia social moderna, a realidades, en este caso específico juveniles, tan diversas y diferenciadas.

Esta complejidad en las preocupaciones temáticas de los estudios sobre los jóvenes promovidos por el PIEB se confirma en lo siguiente: de cada tres investigaciones una está localizada en una zona periurbana, principalmente en la ciudad de El Alto. Efectivamente, estas zonas periurbanas se erigen en zonas (o territorios) donde convergen lo rural con lo urbano para la construcción de un tejido cultural con una incidencia decisiva para las construcciones identitarias. Efectivamente, el estudio sobre las identidades juveniles, particularmente en las zonas periurbanas, presenta un desafío para los investigadores. Al respecto, con relación a la indagación sobre las identidades juveniles alteñas, Jiovanny Samanamud da cuenta: “para entender la problemática política desde una ciudad como El Alto, no se puede eludir el hecho de que en esta ciudad no se desarrolla una sociedad occidental y que por su historia no puede ser pensada bajo estos parámetros” (2006: 95). Vale decir que aquellas teorías provenientes de los paradigmas racionales de la ciencia social moderna son insuficientes para abordar las subjetividades que se van desarrollando en estos territorios socioculturales complejos donde se forjan las identidades juveniles. Así, por ejemplo, las movidas socioculturales juveniles en la ciudad de El Alto alrededor de los grupos de hip hop (Samanamud, 2007; Mollericona, 2007) son expresiones que interpelan/desafían a los esquemas formales de la ciencia social convencional ya que están alejadas de la formalidad moderna, pues “son asumidas fuera de lo ‘político’, no significa que no se esté gestando un posible ‘horizonte hegemónico’ a partir de un fundamento no moderno” (Samanamud, 2007: 94).

En este contexto, la mayoría de los estudios sobre jóvenes se inscriben en el eje temático “identidades culturales” o en aquellas investigaciones asociadas a la “democracia y política”. Aparte de estas tendencias temáticas mayoritarias (“identidades culturales” y “democracia y política”) también existen pocas investigaciones relacionadas a la migración, al consumo de los medios de comunicación, la violencia juvenil, el problema del empleo o la globalización, particularmente con el uso de las Nuevas Tecnologías de Comunicación (NTC) que actualmente son parte de las preocupaciones cotidianas de los jóvenes. Muchos de estos procesos todavía no han sido tomados en cuenta de manera profunda de las inquietudes de la ciencia social boliviana.

Desde un análisis epistémico, las temáticas (pre)dominantes son estudiadas principalmente con una perspectiva sociocultural, y muchas de ellas están articuladas a la influencia de autores como Rossana Reguillo y Martín Hopenhayn que se preocuparon por teorizar/reflexionar sobre temas relacionados a las culturas juveniles y a sus procesos de edificación identitaria. Por su parte, Mario Margulis y  Marcelo Urresti (2000) sugieren la posibilidad de construir distintas maneras de ser joven de acuerdo a las condiciones culturales, sociales y económicas; que no existe una sola forma de ser joven, que hay diferentes voces y discursos con relación al origen social, el lugar donde vive y la generación a la que pertenece (Criado, 1998). Esta visión plural y diversa sobre los jóvenes se “acomoda” perfectamente a una sociedad abigarrada como la boliviana que se expresa, casi como un espejo sociológico, en la composición generacional de los jóvenes.

De la misma manera, los aportes de Pierre Bourdieu tienen un efecto decisivo en los estudios juveniles que se explica por la “moda intelectual” que suscita este autor francés hoy en las ciencias sociales latinoamericanas. En suma, la recurrencia a estos autores es un muestra elocuente de que las perspectivas teóricas en las indagaciones juveniles están abandonando a los autores clásicos de la sociología (Véase Emile Durkeim, Max Weber o Carlos Marx, por citar a los más representativos), para acudir en su “corpus teórico” a aquellos autores “especializados” en temas juveniles o a aquella sociología, por ejemplo, la bourdieana, que se asienta más bien en el análisis sobre temas específicos emergentes de la vida cotidiana o de la subjetividad social.

Otra muestra ilustrativa de la crisis de las teorías holísticas en las ciencias sociales está asociada al uso de la metodología cualitativa para el abordaje de la problemática juvenil. El paradigma funcionalista, por ejemplo, que se sustenta sobre todo en datos cuantitativos, ya no es usado por los investigadores; esto devela la crisis teórica/metodológica de los paradigmas tradicionales de la ciencia social. Algo similar sucede con el marxismo en sus diferentes vertientes; esta corriente que antiguamente ofrecía explicaciones globales de la sociedad y la historia es simplemente ignorada en los estudios de y sobre los jóvenes. Así, por ejemplo, en el estudio ¡Sin permiso! Imaginarios y realidades de los jóvenes orureños (2009) de Ángela Lara (coordinadora), cuando hablan de imaginarios, no necesariamente se refieren a las ideologías en el sentido marxista, sino a las proyecciones reales a un mundo imaginario.

Los estudios en torno a los jóvenes, hoy por hoy, son más específicos y, por lo tanto, no recurren a leyes generales para la explicación de esos nuevos fenómenos emergentes de la problemática juvenil vinculada a los problemas nacionales. En concordancia con esta mirada sobre la “cuestión juvenil” aparecen “nuevas” técnicas de investigación para abordar estas realidades. Así, en los estudios La noche es joven. Territorios juveniles en el centro paceño (2006) de Alejandro Barrientos (coordinador) o ¿Mentisán, paracetamol o wirawira? Jóvenes, salud e interculturalidad en los barrios mineros de Potosí (2006) de Ingrid Tapia (coordinadora) se aplicaron técnicas etnográficas.

Otra ruta para desentrañar esta crisis paradigmática está en los ejes temáticos privilegiados. Las mayores preocupaciones sobre el tema de los jóvenes están en torno a las “identidades culturales” y, sobre todo, en aquellas zonas, como se explicó anteriormente, periurbanas donde lo rural y lo urbano adquieren un matiz cultural peculiar. Ahora bien, esta caracterización propia para el abordaje configura un nuevo escenario para la ciencia social con relación al “tema-joven”. Como ilustra esta revisión de los estudios sobre jóvenes y la emergencia social de nuevas identidades juveniles y actores sociales, el campo de la investigación sobre los jóvenes es amplio. Las primeras investigaciones en el campo de la “política y democracia” estaban influidas por la corriente institucionalista cuyo enfoque teórico apuntaba al sistema político formal institucionalizado desde el Estado; no obstante, posteriores estudios dieron un giro epistémico importante. Como muestra están los estudios: Jóvenes y política en El Alto. La subjetividad de los Otros (Samanamud et al., 2007); Políticas públicas y percepciones estatales acerca de la juventud (La Paz y El Alto) (Iñiguez, 2007) o Jóvenes en los laberintos de la polarización (Tórrez et al., 2009) que priorizan en su enfoque epistémico metodologías cualitativas para dar cuenta de las dinámicas subjetivas que intervienen en los procesos identitarios de los jóvenes.

Esta nueva revalorización del sentido social y político dentro de los espacios, prácticas y modos de relacionamiento juveniles pone en cuestionamiento aquella comprensión racional del ser o epísteme democrático de dichos sujetos, ya que se establece una diferencia entre lo políticamente alternativo y lo que es considerado formalmente como “democrático”. Una lectura para este giro epistémico es la crisis de interpretación de la corriente institucionalista de la ciencia política boliviana que se reflejó fundamentalmente en la ineficiencia (o inaplicabilidad) de aquellas categorías conceptuales/analíticas usadas para comprender el proceso de consolidación de la democracia representativa de cuño liberal. Este trastocamiento en los parámetros analíticos de la ciencia política impidió entrever, por ejemplo, la  propuesta descolonizadora y, en el caso de los jóvenes, los procesos identitarios con relación a nuevos procesos de ciudadanización política  ya que provenía de otro lugar que no corresponde al espacio de lo posible de la política y de la democracia occidental. Esta razón explica, por ejemplo, que el análisis “racional” institucional no fue suficiente para abarcar las complejidades socioculturales que se tejen en la subjetividad política de los jóvenes que se expresó en el curso de la ‘guerra del agua’ o la ‘guerra del gas’ que fueron respuestas a los modelos de exclusión que históricamente ha marcado el devenir de las luchas populares e indígenas en Bolivia con un efecto inmediato para la reconstitución estatal.

Desde ya, un tema emergente en las investigaciones sobre jóvenes es el de los modelos interpretativos holísticos que usaban convencionalmente las ciencias sociales de América Latina para la “aprensión de los objetos de estudio”. Ahora bien, la reflexión crítica sobre los estudios juveniles develó contradicciones epistémicas internas  y su punto neurálgico radicó en la construcción de un “modelo interpretativo” holístico; aunque el mismo podría servir para el “corpus teórico” de una corriente teórica insurgente, crítica o emancipadora, puede caer en el mismo error que se critica en la ciencia tradicional, es decir, en construir conceptos/teorías asumiendo como “verdaderos” y “universales” para estudiar la(s) realidad(es) sociopolítica culturales(s) de los jóvenes, sin reparar que Bolivia también acoge en su interior a heterogéneas y desiguales “formaciones diversas” y, en ese sentido, la validez de este discurso teórico está en un proceso de crisis articulado a su incapacidad de interpretación de las propias especificidades socioculturales que se expresa en los estudios sobre la situación de los jóvenes.

 

3. TEMÁTICAS Y PREOCUPACIONES JUVENILES

Con el propósito de rastrear las principales preocupaciones temáticas que emergen de las publicaciones auspiciadas por el PIEB de/sobre jóvenes se identificó dos ejes temáticos predominantes referidos a las “identidades juveniles” y “política y democracia”; y un tercer eje, como si fuera un “cajón de sastre”, donde se incluyen aquellas investigaciones diversas que no necesariamente se ajustan a los dos ejes temáticos mencionados anteriormente  (Ver Gráfico 1).

Gráfico 1
Ejes temáticos de las investigaciones PIEB de/sobre jóvenes
(Sobre 34 investigaciones publicadas)

Fuente: Fuente: Elaboración propia.

3.1. IDENTIDADES CULTURALES

Posiblemente, uno de los ejes temáticos (pre)dominantes en el campo de la investigación sobre los jóvenes es el de la (re)configuración cultural de las nuevas generaciones en un contexto signado por procesos de migración de las zonas rurales a los ámbitos urbanos, como se explicó anteriormente, y de alguna manera por los procesos de globalización que apuntan a nuevos consumos culturales con un efecto decisivo en los procesos identitarios juveniles.

El consumo cultural de las nuevas generaciones está marcado fundamentalmente por flujos migratorios de comunidades rurales aymaras hacia centros urbanos, particularmente en la ciudad de El Alto. Estos jóvenes plantean nuevas pautas de comportamiento y de consumo cultural (Guaygua et al., 2000) y van incorporando códigos de modernidad a su cosmovisión cultural previa con el propósito explícito de crear nuevos “objetos culturales” como la música, y, particularmente, el hip hop, que se ha convertido en una expresión de resistencia cultural y la reconfiguración de una nueva ciudadanía cultural (Mollericona, 2007). O, a la vez, los jóvenes orureños asumen valores que devienen de un proceso de globalización en curso combinando con aquellos valores de la tradición cultural o familiar y generando nuevos imaginarios sociales (Lara et al., 2009). O aquellos otros procesos de mutación cultural, por ejemplo, en los barrios periurbanos potosinos referidos a la medicina  tradicional y la medicina científica (Tapia et al., 2006). Otros efectos de la globalización están relacionados al uso de internet por parte de los jóvenes que radican en espacios periurbanos cochabambinos (Arratia et al., 2006).

Un tema descuidado por la ciencia social boliviana es el uso que los jóvenes le dan al ocio y a la reapropiación de los territorios/espacios nocturnos (Barrientos et al., 2006). Asimismo, esos territorios operan como “fronteras simbólicas” para la reafirmación de sus identidades a través de procesos de diferenciación social y racial con relación al “otro” joven (Rodríguez et al., 2009). De igual manera, los jóvenes denominados “jailones”, por la vía de sus consumos culturales en consonancia con su estatus socioeconómico van reconfigurando sus propias identidades culturales (López et al., 2006). Finalmente, están aquellas investigaciones que indagan sobre las (auto)percepciones de los jóvenes en los diferentes campos de su vida cotidiana desde el deporte hasta la música, pasando por su condición de género o étnica (Sandoval e Iñiguez, 2009a; Sandoval e Iñiguez, 2009b).

3.2. POLÍTICA Y DEMOCRACIA

En los últimos años, la democracia en Bolivia ha sufrido cambios trascendentales para su propio devenir marcando un nuevo horizonte estatal con efectos indudables en las nuevas visiones y configuraciones de las “ciudadanías políticas” de los jóvenes, no solo porque las nuevas generaciones juveniles, en muchos casos, fueron protagonistas de las movilizaciones sociopolíticas; sino que a posteriori los ecos de esas transformaciones se sintieron de manera más directa. En este contexto, uno de los ejes temáticos de las investigaciones de/sobre los jóvenes aborda la problemática sociopolítica.

De la revisión (y sistematización) de las publicaciones sobre/de los jóvenes se puede ver que independientemente de la postura teórica asumida, una de las principales inquietudes es aquella referida a los procesos asociados a los valores democráticos (Tórrez et al., 2003) y a las nuevas formas de participación, particularmente en organizaciones juveniles donde se tejen las nuevas subjetividades en torno a la política y las propias visiones sobre  la democracia boliviana (Samanamud et al., 2007; Tórrez et al., 2009), particularmente en las ciudades donde se protagonizaron las principales movilizaciones sociales como la ‘guerra del agua’ (2000) y la ‘guerra del gas’ (2003) en Cochabamba y El Alto respectivamente. Estos acontecimientos, que pusieron en vilo a la propia democracia boliviana, luego se expresaron en el mundo juvenil, por un lado, en la gestación de nuevos liderazgos juveniles, especialmente en las zonas rurales (Quisbert et al., 2006), y, por otro lado, en la emergencia de nuevas demandas de los jóvenes por una mayor inclusión y participación en los espacios de decisión política a través de políticas públicas (Yapu, 2008; Íñiguez, 2007; Quisbert, 2007).

3.3. OTRAS TEMÁTICAS: INVESTIGACIÓN, VIOLENCIA, EMPLEO Y MIGRACIÓN

En las investigaciones de/sobre los jóvenes auspiciadas por el PIEB también figuran otros temas que expresan diversidad de preocupaciones en torno a los procesos investigativos de los jóvenes (Hinojosa, 2001; Tórrez, 2004; Yapu e Iñiquez, 2009), como de las propias inquietudes sobre/de los jóvenes en la sociedad; aunque en menor dimensión también aparecen estudios sobre la violencia relacionados a la criminalidad (Pacheco, 2003; Villamil et al., 2007), a los medios de comunicación sensacionalistas (Galvez et al., 2003) o la violencia de género (Moreno et al., 2007). Otro tema trabajado está referido a la inserción laboral de los/las jóvenes y sus efectos discriminadores (Vargas et al., 2006; Sandoval e Iñiguez, 2009b). Finalmente, el tema de los costos de la migración en los adolescentes (Ferrufino et al., 2007).

 

4. GEOGRAFÍA Y PREOCUPACIONES TEMÁTICAS JUVENILES

Una aproximación a la localización territorial donde se desarrollaron las investigaciones del PIEB permite identificar los espacios de las inquietudes investigativas. Una primera constatación es que la mayoría de las investigaciones se localiza en zonas geográficas determinadas. Hay una concentración en espacios locales/regionales (91%) y, en contraste, hay una minoría de estudios a nivel nacional o continental. Esta localización local/regional muestra que las indagaciones se concentran en temas que geográficamente tienen una directa relación con las problemáticas juveniles, por ejemplo, las identidades de los jóvenes.

Otra de las constataciones es que la mayoría de las investigaciones está centralizada en zonas urbanas o periurbanas. Es decir, la tendencia de que la mayoría de la población boliviana se concentra en las ciudades o centros urbanos se refleja en la “urbanización” de los estudios sobre los jóvenes (73%) a diferencia de las investigaciones rurales (6%) (Ver Gráfico 2). Ahora bien, esta mirada se matiza con el siguiente hecho: las exploraciones investigativas localizadas en barrios pobres, muchas veces conservan su fisonomía rural ya que estos barrios paulatinamente son constituidos por migrantes provenientes de las zonas rurales del país que van configurando un espacio preferido en los estudios sobre los jóvenes.

Gráfico 2
Localización rural/urbano

Fuente: Fuente: Elaboración propia.

En este contexto, los temas emergentes de la agenda de investigación sobre los jóvenes focalizados en las zonas urbanas de las ciudades bolivianas están vinculados a los procesos de construcción de las identidades culturales o políticas, por ejemplo, de los jóvenes denominados “jailones” que antes quedaban fuera de las preocupaciones investigativas. Las investigaciones auspiciadas por el PIEB sobre este tema ocupan un lugar privilegiado; de manera particular o comparativamente exploraron procesos de edificación identitaria. Así, por ejemplo, está Jailones. En torno a la identidad cultural de los jóvenes de la élite paceña (López et al., 2006) inclusive con dos ediciones; Vivir divididos. Fragmentación urbana y segmentación social  (Rodríguez et al., 2009) o Jóvenes en los laberintos de la polarización (Tórrez et al., 2009). Del mismo modo, una cuestión transversal a estas preocupaciones temáticas es la cuestión de la discriminación, la exclusión y el racismo que a partir de los procesos de polarización sociocultural ha marcado las relaciones sociopolíticas particularmente en un contexto caracterizado por la trasformación estatal.

Cuatro de cada diez investigaciones están concentradas en las zonas periurbanas de las ciudades. Este dato da cuenta de la relevancia adquirida por las zonas periurbanas en los últimos tiempos para la dinámica social y, por lo tanto, para el proceso investigativo. Ahora bien, esta tendencia geográfica de los estudios se explica, sobre todo, en los temas que están referidos a los procesos de construcción cultural que se gestan en estas zonas. Efectivamente, en las zonas periurbanas se erigen territorios socioculturales donde los jóvenes van (re)definiendo sus propias identidades inclusive asociadas a los procesos de globalización, es el caso de la investigación Jóvenes.com. Internet en los barrios populares de Cochabamba (Arratia et al., 2006), o los complejos tejidos socioculturales registrados por las investigaciones de Ser joven en El Alto. Rupturas y continuidades en la tradición cultural (Guaygua et al., 2000); Jóvenes hiphoppers aymaras en la ciudad de El Alto y sus luchas por una ciudadanía intercultural (Mollericona et al., 2007); La noche es joven. Territorios juveniles en el centro paceño (Barrientos et al., 2006)  que aborda la apropiación del espacio nocturno paceño de parte de los jóvenes; o la configuración de las identidades juveniles tanto de los sectores pobres como de los sectores de la clase alta que es el caso de los estudios Jailones. En torno a la identidad cultural de los jóvenes de la élite paceña de (López et al., 2005) o de Vivir divididos. Fragmentación urbana y segmentación social (Rodríguez et al., 2009). Y por último, está la cuestión de los imaginarios sociales a través del estudio ¡Sin permiso! Imaginarios y realidades de los jóvenes orureños (Lara et al., 2009). En suma, ya sea desde las elaboraciones teóricas, desde la producción, circulación y consumo de objetos culturales, o desde las relaciones de la juventud con la ciudad, con la escuela, con la política y con la violencia, o bien desde las nuevas formas de socialidad, de territorialización y de construcción y consumo de objetos culturales, los sistemas, formas y modos de adscripción e identificación son en última instancia el referente explorado preferido en el abordaje de hoy de/sobre los jóvenes. De igual manera, los estudios referidos a las construcciones políticas y a los nuevos procesos de ciudadanización de los jóvenes privilegian a las zonas periurbanas como lugares para la edificación de estas identidades políticas (Ver Gráfico 3).

Gráfico 3
Localización regional

Fuente: Fuente: Elaboración propia.

Ahora bien, otro dato llamativo que necesita escudriñarse está referido a las regiones (departamentos) o ciudades donde se desarrollaron las investigaciones del PIEB (Ver Gráfico 3). El 48% de los estudios está concentrado en La Paz y El Alto. En rigor, de ocho estudios alteños, seis de ellos se inscriben en el eje temático “política y democracia” que (de)muestra con elocuencia la importancia que adquirió esta ciudad para la configuración de las identidades políticas de los jóvenes en movilizaciones, organizaciones juveniles, reivindicaciones sociales o en demandas de políticas públicas. Los dos estudios restantes se inscriben en el eje temático “identidades culturales” que muestran a El Alto como un territorio donde se construyen nuevas lógicas culturales que se explican por su condición de ser una ciudad emergente y sometida a una presión demográfica constante, particularmente proveniente de las áreas rurales que la convirtieron, como se explicó anteriormente, en una ciudad en la que la simbiosis de lo urbano y lo rural se conjuga simultáneamente con un impacto decisivo, por ejemplo, para la configuración de las identidades socioculturales de los jóvenes alteños. Como dice Germán Guaygua: “La ciudad de El Alto es un espacio donde se articulan tradiciones y modernidades” (2000: 13) y, en ese sentido, “el habitus campesino con las nuevas prácticas sociales y culturales alrededor de las cuales las pautas de comportamiento juveniles se van modificando y refuncionalizando. Y constituyen la base para la conformación de identidades juveniles” (Guaygua et al., 2000: 122).

En el caso de la ciudad de La Paz, otra de las ciudades con más estudios sobre los jóvenes, la mayoría de las investigaciones (cuatro publicaciones) están asociadas a la temática de las “identidades culturales” que expresa la demanda de los investigadores por indagar sobre los procesos de configuración cultural no solo en los jóvenes provenientes de las zonas periurbanas, sino también en los jóvenes venidos de los sectores elitistas en los que intervienen, por ejemplo, el consumo cultural asociado a los procesos de globalización que se convierten en elementos claves para los procesos de (re)configuración de las identidades socioculturales de los jóvenes. También existen investigaciones que giran en torno a la temática “política y democracia” que refleja los ecos de las movilizaciones sociopolíticas y los procesos de transformación estatal en curso que tiene a la sede de gobierno como su principal epicentro político con un efecto en los estudios juveniles.

En el caso de Santa Cruz, las cuatro investigaciones promovidas y publicadas por el PIEB sobre los jóvenes se inscriben en diferentes ejes temáticos: desde las identidades culturales, la democracia y la política, el empleo de los jóvenes hasta el consumo de los medios de comunicación sensacionalista. De igual manera sucede con las cuatro investigaciones juveniles en Cochabamba que se insertan en los ejes temáticos de identidades culturales, democracia y política o migración, que  expresan los procesos de (auto)exclusión, la acción de los jóvenes en el campo político y la migración que son elementos decisivos de la nueva reconfiguración regional con su efecto en el tema generacional. Por último, están libros editados por el PIEB con el propósito de identificar y compartir con la comunidad las tendencias investigativas de quienes se presentaron en las Convocatorias Nacionales de Investigación para Jóvenes. Esta información expresa, a su vez, las preocupaciones de los jóvenes sobre la realidad social.

Un hallazgo de esta revisión de los estudios juveniles auspiciados por el PIEB es que la mayoría (63%) se concentra en el eje troncal (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) en desmedro de otras regiones del país: Potosí, Oruro, Beni y Tarija son regiones/departamentos con una sola investigación. No hay investigaciones específicas sobre la realidad juvenil en Sucre o Pando. Por último, hay pocas investigaciones con alcance nacional, posiblemente por las dificultades financieras y logísticas que implica abarcar este tipo de estudios comparativos.

 

5. INVESTIGACIÓN JUVENIL Y SU CONTRIBUCIÓN Y SU CONTRIBUCIÓN AL DEBATE

En este acápite se analiza el aporte del PIEB para el estudio y la problematización/reflexión de la realidad juvenil en Bolivia. En lo que sigue, se destacará, en primer lugar, las indicaciones epistemológicas, es decir, la forma de abordar teórica/metodológicamente el tema juvenil y, en segundo lugar, se subraya los aportes sociales emergentes de las investigaciones y la manera cómo dialogaron con la coyuntura.

Con relación al primer aspecto, el epistemológico, es importante ponderar que las investigaciones auspiciadas/publicadas por el PIEB resultaron verdaderos desafíos investigativos. La aproximación a “nuevos objetos sociales/juveniles” implicó la “invención” de nuevas estrategias teórico/metodológicas ya que las tradicionales -vinculadas, por ejemplo, al positivismo o al marxismo-, (de)mostraron sus insuficiencias epistémicas para estudiar las emergentes realidades juveniles.

En este contexto, para explicar lo juvenil es necesario estudiar lo no juvenil y las interrelaciones que entre estos campos se crean. En efecto, la tendencia de las investigaciones juveniles al asumir las problemáticas de configuración identitaria cultural o política, no significó una descontextualización de aquellos factores estructurales que hacen a la realidad y más bien respondieron a aquellas lógicas de la reconfiguración del poder a consecuencia de los procesos societales en curso y de sus implicancias socioculturales, en este caso específico, referidas a las dinámicas identitarias de los jóvenes. De allí que los estudios establecieron conexiones con procesos de gran envergadura socio histórica para el mismo decurso político boliviano, como fue el caso de la ‘guerra del agua’ o la ‘guerra del gas’, que, a su vez, ejercieron una influencia decisiva no solo en las nuevas narrativas juveniles, sino también en las complejas configuraciones culturales y políticas. Esto se reflejó, por ejemplo, en la concentración temática mayoritaria de los estudios de/sobre los jóvenes que operó como un “espejo académico” de la realidad sociopolítica. Aunque muchas veces esta tendencia temática se explica también por algunas “modas teóricas” en los ámbitos académicos como los Estudios culturales, que en sus diferentes versiones están ocupados por estudiar, sobre todo, los procesos de edificación identitaria de los jóvenes que están construyendo sus propios mundos; a la vez, y aquí viene la paradoja, son reflejo de los mundos adultos. De allí que la convergencia de las pulsaciones sociopolíticas de un momento constitutivo (dixit Zavaleta) con la irrupción de un enfoque teórico (el de los Estudios culturales, en este caso específico) posibilitó una nueva propuesta investigativa para el abordaje de la realidad juvenil y de las vinculaciones intrínsecas dadas entre la teoría y la realidad.

Un efecto colateral de esta ruptura epistemológica en los estudios juveniles auspiciados y promovidos por el PIEB está referido a una nueva concepción de estudiar a los jóvenes que, muchas veces, estaba signada por aquella visión adultocentrista que los observaba como sujetos “irracionales”, “violentos” o “inmaduros”, visión que luego se reproducía en el campo de las ciencias sociales y, específicamente, en las investigaciones de/sobre los jóvenes. La forma de ver a los jóvenes como un “problema” se va superando, posiblemente porque muchas de las investigaciones del PIEB fueron abordadas desde los propios jóvenes y esta condición generacional (ese locus de enunciación) fue determinante y constituye un avance significativo. Este viraje en la mirada epistémica permite ver a los jóvenes como agentes políticos o portadores de  visiones para la transformación estatal  y también como depositarios de una herencia cultural a la que le otorgan nuevas significaciones en el marco de un proceso dinámico de construcciones identitarias marcado por la globalización, por procesos culturales y políticos locales como el fenómeno migratorio o por procesos de transformación estatal con implicancias ciertas para la cotidianidad sociocultural y la práctica y accionar político de los jóvenes.

La segunda dimensión es aquella vinculada a la relevancia social. En rigor, los estudios de/sobre los jóvenes auspiciados por el PIEB responden en el grueso al momento político y social determinado inicialmente por la implementación de reformas estructurales de signo neoliberal, y, luego, por un proceso de transformación estatal signado por el accionar sociopolítico de los movimientos sociales, particularmente indígenas. Ahora bien, esta realidad tiene una incidencia directa en la problemática juvenil porque reproduce aquellas pulsaciones sociales coyunturales caracterizadas por su diversidad y su complejidad y se expresa en el campo de la investigación social concentrada en determinados ejes temáticos como la configuración identitaria juvenil o en la acción política de los jóvenes. Varias investigaciones de distintas maneras pusieron en evidencia los procesos de exclusión o segregación.

En este contexto, los estudios relacionados a los procesos de intercambio cultural producidos por la emergencia de nuevos actores en espacios sociales donde se está plasmando las nuevas identidades juveniles, tanto en espacios periurbanos o elitistas, que antes eran soslayados por la ciencia social y por el propio Estado, fueron visibilizados en investigaciones que, entre otras cosas, dan cuenta del abigarramiento juvenil que a su modo expresa la diversidad sociocultural de Bolivia.

Otro dato complementario pero que tiene una trascendencia significativa para entrever estas problemáticas juveniles está relacionada con la política y capacidad del PIEB de socializar los resultados de las investigaciones entre diferentes públicos (sujetos de investigación, operadores de políticas públicas, academia, instituciones vinculadas a los temas, medios de comunicación) para incidir en políticas públicas, contribuir al debate sobre los diferentes temas, cualificar el abordaje de los problemas con datos resultado de los estudios, y, así, superar el destino de los estantes de las bibliotecas donde muchas investigaciones terminan. En este contexto, el proceso de socialización no solo sirvió para la reflexión de los propios jóvenes; sino también tuvo su incidencia en operadores institucionales dedicados a la elaboración de políticas públicas orientadas a la problemática juvenil. Aquí quizás radica una de las principales contribuciones no solo académica sino social del PIEB a este tema que antes estaba condenado al olvido y gracias a estas investigaciones se ha puesto en evidencia en el campo académico e intelectual de Bolivia, e inclusive se ha instalado en la agenda de las decisiones estatales.

 

6. VACÍOS Y AGENDAS PARA LA INVESTIGACIÓN SOBRE LO JUVENIL

La cuestión de lo “juvenil” como objeto de estudio o epistemológico en las ciencias sociales de Bolivia, está marcada actualmente por los procesos de transformación estatal en curso que de alguna manera visibilizan los derroteros a seguir.

Desde el punto de vista territorial, existe la necesidad de traspasar las fronteras del eje troncal, particularmente de las ciudades de La Paz y El Alto, para abarcar otras regiones y departamentos; amerita indagar sobre los procesos de reconfiguración juvenil y su incidencia en los diferentes campos de la acción social, cultural y política. Vinculada a este último punto está la necesidad de plantear investigaciones comparativas a nivel regional con el afán de examinar las tendencias y las diferencias que hay en los procesos juveniles, sobre todo, en un país como Bolivia, caracterizado por su diversidad sociocultural.

Respecto a los temas, si bien algunos, como la problemática de la delincuencia, persisten en la agenda de preocupaciones relacionada a los jóvenes, se debe asumir como un desafío teórico metodológico para las investigaciones evitar retornar a la mirada adultocentrista. Otra cuestión similar sucede con el tema laboral que se ha constituido en una preocupación de las nuevas generaciones. Requiere de una atención urgente de las ciencias sociales el uso de las nuevas tecnologías en comunicación que, hoy por hoy, están (re)definiendo las identidades juveniles ya que son parte de su consumo cotidiano.

Otra cuestión, transversal en varios estudios, pero que necesita profundizarse, está referida a las acciones de discriminación e intolerancia que han impregnado las relaciones sociales con un efecto inmediato sobre los jóvenes. Si bien su referencia nos obliga a una mirada histórica que llega a la misma constitución colonial de Bolivia, en los últimos años se ha acentuado mucho más amén a los procesos de polarización sociopolítica.

Otra veta investigativa son los temas de género. En rigor, aquellos temas referidos a la igualdad de la mujer también permean las diferentes investigaciones que dan cuenta de una mirada no solo generacional, sino también de género. Más allá del posicionamiento de este tema en las prioridades de la agenda investigativa, posiblemente esta preocupación referida a la igualdad y equidad de la mujer se explica también porque los estudios auspiciados por el PIEB buscan cuidar la cuestión de género en la composición de los equipos de investigación.

En este punteo de temas que requieren investigarse no pueden faltar las estéticas, desde aquellas que devienen de una “cultura culta” hasta las manifestaciones emergentes de las propias vivencias de los jóvenes que van reconfigurando un mundo juvenil que muchos denominan undergraund. Las visiones ilustradas de la ciencia social han descuidado o han visto con desdén estas manifestaciones artísticas/estéticas que quizás, a su manera, van tejiendo las nuevas subjetividades sociales y también políticas de los jóvenes. Por último, se necesita trabajar en investigaciones que articulen la relación de los jóvenes con los medios de comunicación superando esa visión de asumir a estos actores como meros consumidores de los productos mediáticos, para transitar a la forma que los mass media están representando la problemática juvenil ya que por allí posiblemente discurren estereotipos de diferente índole.


Frank Arbelo. La gran pelea. Grafito, tinta china y color digital, 2012.

 

NOTAS

1 PhD en Estudios Culturales Latinoamericanos, Magister en Ciencias Políticas, sociólogo y comunicador social. Profesor universitario en pre y postgrado. Coordinador del Área de Investigación del Centro Cuarto Intermedio (CCI). Actualmente cursa una beca de investigación por el Centro Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y es investigador asociado al ALBA-Cultural en Cochabamba. Correo electrónico: yuritorrez@yahoo.es. Cochabamba-Bolivia.

2 Aunque la creación del PIEB data de 1994, las publicaciones referidas a los jóvenes aparecen el año 2000.

3 El dato se desprende del informe presentado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés).

4 Esta visión multiculturalista hace alusión a cómo las políticas neoliberales generadas desde los centros del capitalismo multinacional  van retomando el discurso estatal de la diversidad cultural para que sea incorporada en las políticas públicas del Tercer Mundo y de América Latina en particular (Zizek, 1998).

BIBLIOGRAFÍA

Arratia, Orlando; Uberhuaga, Patricia y García, Mariela
2006 Jóvenes.com. Internet en los barrios populares de Cochabamba. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Barrientos, Alejandro; Benavides, Maya y Serrano, Mariana
2006 La noche es joven. Territorios juveniles en el centro paceño. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Ferrufino, Celia; Ferrufino, Magda y Pereira, Carlos
2008 Los costos de la emigración. La Paz:UMSS/PIEB.
        [ Links ]

Galvez, José Luis et al.
2003 Sensacionalismo, valores y jóvenes. El discurso de los periódicos bolivianos en la crónica roja. La Paz: CEDURE/UGRM/PIEB.
        [ Links ]

Guaygua, Germán; Riveros, Ángel y Quisbert, Máximo
2000 Ser joven en El Alto. Rupturas y continuidades en la tradición cultural. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Hinojosa, Alfonso
2001 Miradas de jóvenes. Temas de investigación de la Segunda Convocatoria Nacional. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Iñiguez, Erick
2007 Políticas públicas y percepciones estatales acerca de la Juventud (La Paz y El Alto).La Paz: IBASE/UPIEB.
        [ Links ]

Kuhn, Thomas S.
1971 La estructura de las revoluciones científicas. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
        [ Links ]

Lander, Edgardo
1997 “Las ciencias sociales en el atolladero. América Latina en tiempos postmodernos”. En: Nueva Sociedad 150. Caracas: Nueva Sociedad.

Lara, Ángela; García Dennis y Villca, Javier
2009 ¡Sin Permiso! Imaginarios y realidades de los jóvenes orureños. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

López, Alex; Jemio, Ronal y Chuquimia, Edwin
2006 En torno a la identidad cultural de los jóvenes de la élite paceña. 2da. ed. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Margulis, Mario y Urresti, Marcelo
2000 “La construcción social de la condición de la juventud”. En: Cubides, Humberto (ed.). Viviendo a toda. Jóvenes, territorios culturales y nuevas sensibilidades. México: Nuevo Mundo.

Méndez, Ana y Pérez, Renán
2007 Organizaciones juveniles en El Alto. Reconstrucción de identidades colectivas. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Mollericona, Juan
2007 Jóvenes hiphoppers aymaras en la ciudad de El Alto y sus luchas por una ciudadanía intercultural. La Paz: IBASE/UPIEB.
        [ Links ]

Moreno, Antonio; Moreno, Ismael y Colomo, María
2007 Violencia a niñas y adolescentes en las calles de El Alto. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Programa de Investigación Estratégica en Bolivia
2004 Bolivia: su gente, sus problemas y esperanzas. Memoria PIEB 1994-2004. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Quisbert, Máximo
2007 Demanda de formación de maestros y métodos de lucha de los jóvenes en El Alto. La Paz: IBASE/UPIEB.
        [ Links ]

Quisbert, Máximo; Callisaya, Florencia y Velasco, Pedro
2006 Líderes indígenas. Jóvenes aymaras en cargos de responsabilidad comunitaria. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Reguillo, Rossana
2012 Culturas juveniles. Políticas del desencanto. México: Siglo XX.
        [ Links ]

Rodríguez, Gustavo et al.
2009 Vivir divididos. Fragmentación urbana y segmentación social. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Samanamud, Jiovanny; Cárdenas, Cleverth y Prieto, Patrisia
2006 “La configuración de redes sociales en la dinámica de la precariedad económica y laboral”. En: Revista T’inkazos 14. La Paz. PIEB. pp. 81-102.
2007 Jóvenes y política en El Alto. La subjetividad de los Otros. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Sandoval, Dunia e Iñiguez, Erick
2009a Asociación civil de arte, cultura y deporte San Isidro. La Paz: IBASE/UPIEB.

2009b Jóvenes auténticamente guardieños para la renovación (Jaguar). La Paz: IBASE/UPIEB.        [ Links ]         [ Links ]

Tapia, Ingrid; Royder, Ricardo y Cruz, Teodora
2006 ¿Mentisan, paracetamol o wirawira? Jóvenes, salud e interculturalidad en los barrios mineros de Potosí. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Tórrez, Yuri
2004 Jóvenes vs jóvenes. Temas de investigación de la Tercera Convocatoria Nacional. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Tórrez, Yuri et al.
2003 Los Jóvenes en democracia. La cultura política de la juventud cochabambina. La Paz: PIEB.

2009 Jóvenes en los laberintos de la polarización. Agrupaciones juveniles, identidad política, violencia, racismo y democracia en Bolivia. La Paz: CCI/PLURAL/PNUD/PIEB.        [ Links ]         [ Links ]

Vargas, Cynthia; Arias, Ana y Edgley, Jesús
2006 La profesión es todo la profesión es nada. Los jóvenes benianos con relación al valor de su profesión e inserción laboral. La Paz: PIEB.
        [ Links ]

Villamil, Jaime
2007 El termómetro de la criminalidad en el departamento de Tarija. La Paz: UAJMS/PIEB.
        [ Links ]

Yapu, Mario
2008 Jóvenes aymaras, sus movimientos, demandas y políticas públicas.La Paz: IBASE/UPIEB.
        [ Links ]

Yapu, Mario;  Iñiquez, Erick
2009 Grupos focales, sus antecedentes, fundamentos y prácticas. La Paz: IBASE/UPIEB.
        [ Links ]

Zizek, Slavoj
2000 “Multiculturalismo, o la lógica cultural del capitalismo multinacional”.En: Jameson y Zizek. Estudios culturales. Reflexiones sobre el multiculturalismo. Barcelona: Paidos.

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons