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Tinkazos

versión On-line ISSN 1990-7451

Tinkazos v.14 n.29 La Paz jun. 2011

 

ASUR: La importancia de su permanencia

ASUR: The importance of its continuing existence

María Luisa Soux[1]

 


Uno de los principios más importantes del pensamiento andino es su visión sobre la historia. Este principio, conocido como naira pacha, dice que el ser humano se halla siempre de cara hacia el pasado, al que conoce; sin embargo, esto no implica una falta de perspectiva frente al futuro, ya que es precisamente esta posición la que le permite una proyección hacia adelante. Este principio muestra una diferencia sustancial con el pensamiento occidental que ubica al ser humano siempre de cara al porvenir, es decir, a lo desconocido.

Es importante hacer esta reflexión en relación al trabajo realizado por la Fundación ASUR y por su directora Verónica Cereceda, porque es precisamente el naira pacha el que impregna el proyecto de recuperación de la memoria textil de los pueblos Jalq´a y Tarabuco.

El proyecto de arte indígena ASUR se apoya fundamentalmente en un trabajo compartido con las comunidades; no es, por lo tanto, un proyecto asistencialista y menos un proyecto comercial. Como relata Verónica en la entrevista, las decisiones son tomadas por las mismas comunidades, y esto desde el inicio del proyecto, lo que implica una forma de trabajo que se basa en el respeto a las decisiones de los involucrados.

El proyecto contempla varios aspectos que van desde una necesaria y profunda investigación de las características socioeconómicas de las comunidades, de sus formas de organización, de su propia cosmovisión y memoria, hasta el trabajo técnico de comercialización y elaboración de presupuestos. A grandes rasgos podemos decir que el proyecto de ASUR trabaja en cuatro áreas igual de importantes: la investigación, la capacitación, la comercialización y el Museo de Arte Indígena ASUR.

Ha sido a través de la investigación participativa que las y los integrantes del proyecto, provenientes inicialmente de los grupos Jalq´a y Tarabuco en el área rural de Chuquisaca, lograron rescatar los diseños y las técnicas de sus abuelos y abuelas. A partir de este rescate se empezó a trabajar en el mejoramiento de técnicas y diseños, habiendo logrado resultados de altísima calidad, a través de cursos de capacitación permanentes. Como resultado de estos logros se pudo abrir el área de comercialización, que ha significado un aporte importante en la generación de recursos, sobre todo para las mujeres de estas comunidades. Finalmente surgió el Museo de Arte Indígena ASUR, con el objetivo de recoger las mejores muestras del trabajo realizado como patrimonio de este arte, al mismo tiempo de generar una especie de archivo del proyecto.

En los últimos años el trabajo textil de ASUR se ha diversificado con la elaboración de prendas de marroquinería, cerámica y joyería, aunque no ha dejado de tener su centro principal en el trabajo textil. Igualmente, ASUR ha emprendido el mismo trabajo con las comunidades de Calcha y Tinquipaya, esta vez de Potosí. De esta manera, ha logrado que nuevos pueblos con una memoria importante sobre su actividad en la elaboración de textiles, puedan reflexionar sobre la misma, rescatar sus técnicas y diseños tradicionales y utilizarlos para el desarrollo de sus comunidades, en zonas deprimidas del departamento.

Este no ha sido un trabajo fácil ayer ni lo es tampoco hoy. Desde el inicio de ASUR, cuando Verónica Cereceda y su esposo Gabriel Martínez decidieron dedicar su vida al rescate de la memoria de estos pueblos, hasta hoy, cuando el proyecto se enfrenta a problemas derivados precisamente de su éxito, se tuvo que ir superando muchos obstáculos. Al principio, la desconfianza de los participantes que veían al proyecto como un ofrecimiento de desarrollo más que no se cumpliría; luego, un largo proceso de mejoramiento de la técnica y los diseños; y, finalmente, un aprendizaje compartido que implicó en todo momento la toma de decisiones en consenso. Todos estos retos fueron superados.

Hoy ASUR se enfrenta a la pérdida del inmueble donde se ubicó gran parte del proyecto. A pesar de todo, estamos seguros que este problema también será resuelto en poco tiempo. Las áreas de investigación y capacitación han continuado, se ha logrado abrir una nueva tienda en los espacios del centro de capacitación en la zona de La Recoleta, y, próximamente, se instalará, en el mismo lugar, un nuevo Museo de Arte Indígena. Allí, los comunarios de Jalq’a, Tarabuco, Calcha y Tinquipaya podrán mostrar nuevamente su visión del naira pacha, es decir que, recogiendo sus propias experiencias y visiones del pasado, pueden proyectarse hacia un futuro mejor tanto en el aspecto económico como en el fortalecimiento de su identidad.



[1]Historiadora, Secretaria Ejecutiva de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia. Correo electrónico: mlsoux@yahoo.es

 

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