INTRODUCCIÓN
El nuevo brote epidémico del virus SARS-COV-2 (Covid-19), constituye un problema de Salud Pública de gran magnitud en nuestro país, que ha infectado a la fecha a 464,167 personas, provocando 17,505 muertes [1]. Con su propagación indiscriminada, muchas poblaciones están experimentando consecuencias negativas [2], entre ellas las personas que viven con VIH, y sobre todo a aquellos que tienen otras comorbilidades subyacentes por las consecuencias negativas del Covid-19 que representa en ellos.
En Bolivia hasta el año 2020 existían 27,930 casos notificados de VIH/sida, el 19,3% de la totalidad de los casos se concentran en el departamento de Cochabamba, existiendo 5310 casos acumulados [3], de estos la mayoría es decir el 88% de casos se concentran en el municipio de Cochabamba [4], presentando promedio anual de incidencia de 487 casos por millón de habitantes entre los periodos 2014-2017, estando entre los más elevados en el país [5]. Si bien en Bolivia la prevalencia es baja, esta se ha ido incrementando entre personas de 15 a 49 años, grupo etario que significa el 52% de la población total de nuestro país, 0,15% es semejante a 1500 por millón de habitantes.[5]
Desde el primer seguimiento del brote global en diciembre de 2019, los investigadores han informado peores resultados para los pacientes con afecciones preexistentes como es el caso de la diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias subyacentes y cáncer. Sin embargo, existen pocos datos que exploran el efecto de la infección por SARS-CoV-2 [6], en nuestro país no existen datos que refieran el grado de afectación del Covid-19 en este grupo poblacional. Tanto así que el CDC (Centro de Control y Prevención de Enfermedades) indicó que las personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como es el caso de los ancianos y de las personas con el virus del VIH/sida (virus de inmunodeficiencia humana/ síndrome de inmunodeficiencia adquirida), tienen mayor riesgo de contraer Covid-19, así mismo mencionó que las personas que viven con VIH/sida con CD4 disminuido presentan mayores probabilidades de riesgos y complicaciones, creando temor a nivel mundial sobre todo en los países subdesarrollados. [7]
Al momento no hay evidencias que prueben que las personas que viven con VIH presenten mayor riesgo de adquirir el SARS-CoV-2 o de cursar un cuadro más grave de Covid-19 en caso de enfermar, en especial entre los pacientes que tienen el sistema inmunológico comprometido [8], pero por la evolución que ha tenido la enfermedad se han aumentado las cargas psicosociales derivadas del estrés y el aislamiento, así como el hecho de experimentar barreras adicionales que inhiben el acceso a la atención, que puede hacer que se vean más afectados en sus derechos [2]. De ahí surge la necesidad de conocer la percepción de riesgo y gravedad que tienen las personas con VIH ante el Covid-19; para facilitar el diseño de acciones de intervención que ayuden a enfrentar esta problemática.[9]
Desde la vertiente subjetiva la percepción de riesgo se relaciona con significaciones como creencia y actitud. Es un proceso cognitivo que se basa en la información de cada individuo acerca de cuestiones disparejos como contextos, otras personas, objetos, y que procesa organizándose un juicio o valor que determinará su comportamiento [9], y dar seguimiento a estas variables resulta fundamental para controlar la transmisión del nuevo coronavirus[10]. Un estudio desarrollado en Cuba asegura que una percepción de riesgo inadecuada ante el Covid-19, constituye un impedimento para desarrollar acciones de salud que eviten la propagación de esta enfermedad.[9]
El presente estudio tiene como objetivo determinar la percepción de riesgo ante la Covid-19 en pacientes que viven con VIH y que realizan controles en el Centro Departamental de Vigilancia, Información y Referencia (CDVIR) de la ciudad de Cochabamba.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio de tipo exploratorio, transversal, analítico, desde el enfoque cuantitativo con colecta de datos primarios obtenidos entre mayo y junio del 2021.
El universo para la selección de la muestra fue de 2000 pacientes que acuden a consulta al CDVIR Cochabamba y la muestra ascendió a 327 personas, el tamaño de muestra se determinó aplicando una fórmula de distribución normal Z con universo conocido a través del programa Epidat (Programa para análisis epidemiológico de datos) con una proporción esperada de 50%, un nivel de confianza de 95%.
Se solicitó autorización del Servicio Departamental de Salud de Cochabamba para realizar la encuesta a los pacientes que acudieron a consulta al CDVIR entre los meses de mayo y junio del año 2021.
Se solicitó consentimiento informado explicándoles que la participación era voluntaria, confidencial y anónima, los participantes cumplieron con los siguientes criterios de inclusión:
Las variables de la investigación fueron: características sociodemográficas, grupo de riesgo, percepción de riesgo ante el Covid-19.
La percepción de riesgo ante el Covid-19 es una variable cualitativa nominal dicotómica, que permite recabar información de la sensación que tienen las personas acerca de la probabilidad y susceptibilidad de contraer el Covid-19, así como de la auto percepción de gravedad en caso de contraer Covid-19[10]. Para la evaluación de esta variable, se utilizaron 3 preguntas con 7 respuestas del 1 al 7 en la escala de Likert.
Probabilidad percibida | Se refiere a la impresión que tiene el paciente acerca de la probabilidad de contraer Covid-19. |
Susceptibilidad percibida | Se considera la sensación de susceptibilidad que tiene el paciente para contraer la enfermedad Covid-19. |
Gravedad percibida: | Se refiere a la percepción de la gravedad que tiene el paciente en caso de contraer la enfermedad. |
Nota. Elaboración propia.
Interpretación:
Para determinar la percepción de riesgo y gravedad autoevaluada se utilizó la encuesta "Covid-19: Orientación y Herramienta para hacer encuestas" desarrollada por la Organización Panamericana de la Salud [10], que permite categorizar los resultados y encontrar los potenciales patrones de comportamiento y de percepciones relacionadas con el riesgo y gravedad de la enfermedad, la misma fue validada por 3 expertos.
El cuestionario fue diseñado tomando como referencia el cuestionario diseñado por la Organización Panamericana de la Salud [10] considerando la operacionalización de las variables del estudio, se utilizaron preguntas de las secciones sociodemográficas, percepción de riesgo de Covid-19: probabilidad, susceptibilidad y gravedad percibida, que son fundamentales para la investigación.
El cuestionario se estructuró con 19 preguntas (15 cerradas y 4 abiertas), y estuvo organizado en los siguientes bloques: a) características sociodemográficas (edad, género, área de residencia, nivel de escolaridad); b) atención médica (medicación, enfermedades crónicas); c) infección de Covid-19 (padecimiento, fecha, sintomatología, prueba realizada) y la cuarta sección es la percepción de riesgo de Covid-19 (que incluyó tres elementos: probabilidad, susceptibilidad y gravedad con una puntuación total de 21), que se evaluó en una escala de 7 puntos de Likert. Se consideró como conocimiento adecuado los puntajes mayores o iguales a 15 puntos. La confiabilidad interna del cuestionario fue adecuada habiéndose obtenido un Alfa de Cronbach fue de 0,92.
La duración promedio del llenado de las encuestas fue de 10 minutos. Las respuestas fueron registradas, codificadas y almacenadas en una base de datos y se realizó el control de calidad de las encuestas digitadas.
Se evaluó la magnitud de la asociación entre percepción de riesgo al Covid-19 y los diferentes factores incluidos los demográficos, uso de medicación, comorbilidades, previa infección de Covid-19.
Para el análisis multivariable: se examinaron los datos usando la variable dependiente dicotómica (percepción de riesgo a Covid-19 adecuada vs percepción de riesgo a Covid-19 inadecuada) y se añadieron los 4 dominios uno a la vez para realizar modelos de regresión logística y se reportaron los resultados en Odds Ratios con 95% de Intervalo de Confianza. Se usó valores de estadística C para evaluar la capacidad de discriminación de cada dominio. El análisis de resultados fue realizado en el programa "R"
Esta investigación fue conducida de acuerdo con los principios éticos. La participación fue voluntaria, para lo cual se solicitó consentimiento informado. El análisis y la información obtenida en las entrevistas excluyen los nombres de los pacientes encuestados, garantizando el anonimato de los participantes.
RESULTADOS
El instrumento fue completado por 327 pacientes, el 71% (N: 233) fue del sexo masculino, 75% (N: 246) estaban comprendidos entre 18 y 40 años de edad, el 56% (N: 183) incluye a personas con nivel educativo alcanzado hasta secundaria. El 80% (N: 263) residía en área urbana, el 92% dijo tomar sus antirretrovirales regularmente, solo 13% refirió padecer comorbilidades y tan solo 17% refirió haber padecido de Covid-19 desde el inicio de la pandemia. Se encontró asociación estadísticamente significativa entre la percepción del riesgo y la edad (p=0,001), el nivel de escolaridad (p=0,05), presencia de comorbilidad (p=0,0006). Tomando en cuenta la razón de momios ajustadas a la percepción adecuada de riesgo a Covid-19 en las personas que tienen VIH en comparación con las personas con mala percepción de riesgo y teniendo en cuenta para las asociaciones individuales de los 4 dominios de interés. Aquellos pacientes con formación educativa alcanzada hasta primaria y secundaria tienen 5% menos miedo o percepción de riesgo y de gravedad ante el Covid-19 en comparación de los que tienen formación universitaria, las personas con comorbilidades tienen 4,6 veces mejor percepción de riesgo que los que no presentan enfermedad de base. Las personas menores de 30 años se asociaron a sentir menor percepción de riesgo comparado a los otros grupos de edad. Finalmente, las personas que toman Antirretrovirales tienen 3 veces mejor percepción de riesgo, en comparación de los que no toman antirretrovirales ajustado a nivel de escolaridad, presencia de comorbilidades y edad.
TOTAL (N:327) | Con percepción de riesgo ante el Covid-19 adecuada (N= 200) | Con percepción de riesgo de Covid-19 inadecuada (N=127) | ||||
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No | % | No | % | No | % | |
Edad | ||||||
18-30 | 126 | 38% | 61 | 48% | 65 | 52% |
31-40 | 120 | 37% | 84 | 70% | 36 | 30% |
41-50 | 36 | 11% | 22 | 61% | 14 | 39% |
51-70 | 45 | 14% | 33 | 73% | 12 | 27% |
Sexo | ||||||
Hombre | 233 | 71% | 144 | 62% | 89 | 38% |
Mujer | 94 | 29% | 56 | 60% | 38 | 40% |
Nivel de escolaridad | ||||||
Sin educación-Primaria | 56 | 17% | 30 | 54% | 26 | 46% |
Secundaria | 127 | 39% | 71 | 56% | 56 | 44% |
Técnico | 38 | 12% | 23 | 60% | 15 | 40% |
Universitario | 106 | 32% | 76 | 72% | 30 | 28% |
Área de residencia | ||||||
Urbana | 263 | 80% | 166 | 63% | 97 | 37% |
Rural | 64 | 20% | 30 | 47% | 34 | 53% |
Uso de ARV | ||||||
Si | 300 | 92% | 188 | 63% | 112 | 37% |
No | 27 | 8% | 12 | 44% | 15 | 56% |
Presencia de comorbilidades | ||||||
Si | 43 | 13% | 37 | 86% | 6 | 14% |
No | 284 | 87% | 163 | 57% | 121 | 43% |
Previa infección de Covid-19 | ||||||
Si, prueba positiva | 39 | 12% | 25 | 64% | 14 | 36% |
Si, sin prueba | 17 | 5% | 9 | 53% | 8 | 47% |
No | 211 | 64% | 127 | 60% | 84 | 40% |
No, prueba negativa | 42 | 13% | 27 | 64% | 15 | 36% |
No sabe | 18 | 5% | 12 | 67% | 6 | 33% |
Nota. Elaboración propia.
DISCUSIÓN
Debido al incremento de casos y a la mortalidad ocasionada por la enfermedad Covid-19 en todo el mundo, se hace necesario entender la percepción pública del riesgo que tienen las personas; por la experiencia de pandemias pasadas se conoce que el logro de las políticas para disminuir la transmisión de una enfermedad altamente infecciosa depende, de gran manera, de la percepción que tienen las personas respecto a los factores de riesgo personales y sociales. [11]
En relación con la percepción de riesgo, estudios realizados en la población general en China y España encontraron que la mayoría de la población encuestada manifestaron tener miedo al contagio [9], en Paraguay la percepción de riesgo en la población general fue regular (promedio de 12)[11]; contradictoriamente los resultados de una investigación realizada en Cuba mostraron que la mayoría de las personas encuestadas manifestaron no tener miedo a enfermar y consideraron baja la posibilidad de ser infectados con Covid-19, lo que resalta la necesidad de trabajar ulteriormente en los aspectos psicológicos que influyen en el autocuidado y que están relacionadas con el cumplimiento de las medidas de seguridad para evitar el contagio. [9]
De acuerdo a lo que asegura Ozamiz en los desastres biológicos, es común la aparición de sentimientos de miedo, incertidumbre, y estigmatización; de ahí la importancia de llevar a cabo intervenciones médicas y de salud mental adecuadas, donde es necesario conocer la situación psicológica del grupo poblacional sobre el que se quiere actuar, ya que cada grupo puede percibir el riesgo de manera diferente [9] como es el caso de las personas que viven con VIH.
Los resultados de la regresión lineal multivariable revelaron diferencias estadísticamente significativa entre los puntajes de percepción de riesgo entre los grupos de edad más jóvenes y mayores, algo que coincide con un estudio realizado en la población en general en Argentina, donde encontraron que la mayor parte de los encuestados consideraron al brote de Covid-19 como una enfermedad grave o hasta extremadamente grave para la salud pública. En el estudio realizado en la Argentina encontraron una correlación positiva entre la edad del encuestado y su percepción del riesgo de Coronavirus como una amenaza para su propia salud (encontraron que a mayor edad existe mayor percepción de riesgo personal). [9]
Modelo 1 OR (95% IC) | Modelo 2 OR (95% IC) | Modelo 3 OR (95% IC) | Modelo 4 OR (95% IC) | |
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Nivel de escolaridad | ||||
Sin estudios | 0,39 (0,08-1,76) | 0,32 (0,06-1,53) | 0,31 (0,05-1,61) | 0,27 (0,04-1,46) |
Secundaria | 0,50 (0,28-0,86) | 0,52 (0,29-0,90) | 0,51 (0,28-0,90) | 0,52 (0,28-0,92) |
Primaria | 0,46 (0,22-0,95) | 0,46 (0,22-0,96) | 0,37 (0,17-0,80) | 0,36 (0,16-0,79) |
Técnico | 0,60 (0,27-1,32) | 0,56 (0,25-1,27) | 0,46 (0,20-1,05) | 0,41 (0,18-0,95) |
Universitario (RG) | ||||
Comorbilidades | ||||
Si | 4,60 (1,99-12,5) | 4,55 (1,93-12,58) | 5,45 (2,24-15,64) | |
No (RG) | ||||
Edad | ||||
31-40 años | 0,69 (0,29-1,54) | 0,73 (0,31-1,64) | ||
41-50 años | 0,51 (0,19-1,37) | 0,48 (0,18-1,30) | ||
Menores de 30 años | 0,27 (0,12-0,60) | 0,28 (0,12-0,62) | ||
Mayores de 50 años (RG) | ||||
Uso de ARV | ||||
Si | 3,01 (1,23-7,74) | |||
No (RG) | 0,58 | 0,63 | 0,69 | 0,71 |
Nota. Elaboración propia en base a encuestas desarrolladas en el CDVIR, Cochabamba-2021
CONCLUSIÓN
El miedo puede manifestarse en distintas conductas dependiendo a la capacidad o no de enfrentar una amenaza que tienen las personas. El miedo produce cambios en el comportamiento de las personas, por una parte podría producir en las personas un sentido de eficacia, o por el contrario, podría generar respuestas defensivas. El llamado "sesgo de optimismo" donde la personas creen que tienen menos probabilidades de que las cosas malas les puedan ocurrir, puede traer como resultado la subestimación de la posibilidad de contraer la enfermedad [9] como sucede en este caso particular como es el Covid-19, dando como resultados que la persona no asuma las medidas de prevención y de autocuidado frente a esta enfermedad, esto se hace más necesario examinar entre las personas que viven con VIH, sobre todo entre los más jóvenes y con menor nivel de escolaridad.