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Punto Cero

versión On-line ISSN 1815-0276

Punto Cero vol.23 no.37 Cochabamba dic. 2018

 

ARTÍCULO CIENTÍFICO

 

FUENTES DE REFERENCIALIDAD PARA LA SIGNIFICACIÓN, PISTAS PARA EL ABORDAJE DE LA COMPLEJIDAD DE LA RECEPCIÓN

 

Sources of referentiality for meaning, clues to address the complexity of reception

 

 

Marcelo Guardia Crespo

Boliviano. Comunicador social, docente universitario, de pre y postgrado en comunicación social, Universidad Católica Boliviana San Pablo, Cochabamba. Doctor en comunicación, derecho a la información y ética por la Universidad Complutense de Madrid, España.
guardia@ucbcba.edu.bo
El autor declara no tener conflicto de interés alguno con la revista Punto Cero

 

 


Resumen:

Propuesta de identificación de fuentes de referencialidad en los procesos de formación de opinión y conducta de las personas, considerando que la percepción se conforma en una compleja interacción de cuatro mundos: El micro social, el macro social, el mediático y el imaginado. Es un abordaje no idealista de la comunicación y sus procesos de significación. 

Palabras clave: Significación, mundo mediático, mundo imaginario, referencialidad, comunicación.


Summary:

Proposal to identify sources of referentiality in opinion and behavior formation processes of people. When the perception is shaped by a complex interaction of four worlds: the social micro, the social macro, the media and the imagined worlds. It is a non-idealistic approach to communication and the processes of meaning.

Key words: documentary film; enhancement of heritage; fine straw hat; UNESCO Representative List.


 

 

La Teoría de la Acción Comunicativa de J. Habermas (1998) contribuyó a que la comunicación como disciplina, proceso de interacción y producción de sentido, se convierta en escenario privilegiado para la comprensión de una sociedad cada vez más compleja, excluyente, globalizada y al mismo tiempo demandante de profesionales preparados técnica y éticamente para los desafíos que las violentas y veloces dinámicas culturales marcan el siglo XXI.

La disciplina de la comunicación social, entendida como el espacio multidimensional de comprensión de los procesos de significación, así como las demás disciplinas de las ciencias sociales, han flexibilizado sus límites teóricos y metodológicos para dar cuenta de que las dimensiones políticas, económicas, tecnológicas, ambientales, históricas, normativas y otras, de la realidad social; sean tomadas en cuenta para el análisis y comprensión de los procesos interactivos, y también para la intervención en los campos donde el derecho a la información y comunicación son satisfechos de manera incipiente.

Las últimas décadas están marcadas por dinámicas complejas y contrarias en las que, por un lado, la cultura de los Derechos Humanos se expande y por otro, los mecanismos de exclusión social se perfeccionan, reconfigurando las luchas sociales en un mundo veloz “dromocrático” (Trivinhos; 2007), cambiante, globalizado e hiperconectado, en el que los ciudadanos ejercitan una “condición comunicacional” (Orozco: 2011) que los inaugura como sujetos potencialmente comunicantes, que oscila entre un ejercicio altamente subjetivo e íntimo de su Libertad de Expresión y momentos de explosión política que suele poner en riesgo la estabilidad de poderes hegemónicos. La imaginación como “motor de la historia” (Arjun: 2001) se constituye en un factor clave para la comprensión y el ejercicio profesional en un momento de radical crisis del racionalismo de la modernidad occidental.

La incertidumbre, marcada por las violentas pugnas de poder político y económico mundiales, que se desarrollan sorprendente y asustadoramente en un escenario mundial que degrada el medio ambiente a un ritmo que parece irreversible; es otra de las marcas que desafían las posibilidades de la profesión.

Para ello, es importante comprender cómo se producen las cosmovisiones, las opiniones e interpretaciones de esa realidad, en una perspectiva holística y cómo esas construcciones inciden en la participación ciudadana en contextos diferenciados de democracia.

 

1. Los mundos de referencialidad 

La reflexión sobre la intersubjetividad de la Teoría de la Acción Comunicativa (Habermas 1998) como factor productor de significación, traducida o adaptada  como Teoría de Mediaciones para la Escuela Latinoamericana de la comunicación, nos ha permitido identificar los factores objetivos y subjetivos con los que cuenta el receptor la asimilación sintonizada, la resemantización o el rechazo, de la retórica de las industrias culturales y de otros sistemas de referencialidad que rodean a las personas.

Para comprender ese complejo de sistemas que proporcionen información y referencialidad a los ciudadanos, basados en investigaciones empíricas realizadas en proyectos de comunicación, cultura y medio ambiente,  sostenemos la hipótesis de que las percepciones de la realidad se construyen a partir de cuatro “mundos” en los cuales es posible identificar las lógicas de construcción de visiones de la realidad, que alimentan de manera complementaria, simultánea y también conflictiva, las percepciones que los ciudadanos tienen del contexto que los rodea.

Fuente: elaboración propia

Para comprender cómo los medios masivos interfieren en la percepción de la realidad, el norteamericano George Gerbner propuso a inicios de los años 70 la existencia de tres realidades paralelas (mundos) o indicadores: el mundo de la mídia, el imaginado por los tele espectadores y el real de los indicadores socio-económicos culturales (cf. Sá Martino; 2009: 195). Más recientemente, Rossana Reguillo (2011: 48) haciendo una reflexión sobre el rol de la universidad en la comprensión de la sociedad mexicana, desafía a imaginar “las relaciones entre el país imaginado, el real, el mediático, (y) el cotidiano diferencial”, que tomamos para este trabajo, recuperando el concepto de “mundos” de Gerbner, por tener una acepción más abierta y compleja.

Estos “mundos” proporcionan referencialidad a las personas quienes, en sus dinámicas culturales, construyen sus opiniones y percepciones sobre lo que les rodea y con lo que interactúan.

1.1 Mundo macro-social

Se trata del ámbito de lo público, de la organización de la sociedad en los campos económico, político, jurídico y social. Donde, idealmente, se desarrolla la democracia con todos sus componentes y sistemas participativos. Es el mundo del ejercicio de ciudadanía, es decir: satisfacción de derechos y cumplimiento de obligaciones.

La democracia requiere para su desarrollo de la participación de los ciudadanos en las instancias e instituciones que se han establecido para ello. Esa participación ha sido pensada como actos conscientes y lógicos basados en el conocimiento de la realidad.  Lo que supone que para que haya participación, el ciudadano debe estar debidamente informado. Es decir, debe conocer lo que ocurre en la administración pública y todos sus campos de acción. La participación es un derecho, así como lo es el estar bien informado para hacerlo. Y la forma ideal de estar informado es a través del periodismo que es una profesión que recibe el mandato para informar a la población respecto de lo público. Independientemente del sistema al que pertenecen, los medios de comunicación y su trabajo periodístico tienen la gran función social de mantener a la población informada de manera veraz y oportuna.

Sin embargo, la población en países como los nuestros es muy desinformada. Por un lado, la estratificación de la sociedad hace que algunos sectores tengan acceso a más información y de mayor calidad. Por otro, la ausencia de una cultura letrada impide que las personas tengan referentes suficientemente sólidos para contrarrestar las astucias el poder en cualquiera de sus formas. Ese panorama se agudiza aún más en sectores más pobres y por tanto, con menores condiciones de acceso a TIC y menores competencias cognitivas que les permitan relacionar la información que reciben con referentes adecuados.

Paralelamente, los niveles de informalidad y corrupción hacen que mucha información sea deliberadamente escondida por agentes contaminados, en transgresiones de carácter delictivo y clandestino. Las transacciones ilícitas son para beneficiar a personas y grupos fuera del alcance del conocimiento público. No son para ser conocidas.

Por eso el mundo macro-social no está al alcance de todos, aunque a momentos lo que parece verse a través de un vidrio catedral, se pone nítido, y sus consecuencias suelen ser demoledoras especialmente en el ámbito político.

1.2 Mundo micro-social

Es el mundo referencial de lo privado, desarrollado en la familia, la casa y el trabajo. Es el mundo que proporciona más referentes a las personas para que construyan su posición en el mundo. Es el proceso de socialización que viene de la tradición familiar, se reproduce en la vida cotidiana y se proyecta en el mundo de los deseos.

En este mundo, las personas viven experiencialmente una realidad que está fuertemente vinculada con el trabajo; porque es a través de él y sus beneficios materiales que se configuran las posiciones y las formas de tenencia de capital simbólico. El tipo de trabajo permite un nivel de vida con sus propias limitaciones y beneficios. La vivienda, la educación de los hijos, el consumo cultural, el acceso a servicios básicos, a la información, los actos y procesos de distinción; son factores que dependen del tipo de trabajo e ingresos económicos, así como se constituyen en fuertes factores de referencialidad y relacionamiento con los demás mundos y sectores sociales.

Esas condiciones sociales también hacen que las familias estén más o menos expuestas a problemas de vulnerabilidad social propios de la civilización contemporánea. El racismo, la violencia e inseguridad ciudadana, las formas de discriminación; son parte de este mundo que está estrechamente relacionado con el macro-social, por cuanto la estabilidad de este último incide directamente en el micro-social.

Las crisis del mundo macro se reflejan en el micro –social, a través de disminución del poder adquisitivo, inestabilidad, desempleo, migración, desintegración familiar, problemas de conducta en niños, etc.

1.3 Mundo imaginado

Es la dimensión subjetiva de la “realidad” que viven las personas. Está compuesta por los deseos, los sueños, las aspiraciones, la proyección de vida individual, familiar, regional, nacional. Tiene relación con la acumulación de poder y el status de los sujetos, así como con las formas diversas de religiosidad confesional y no-confesional.

La religiosidad confesional proporciona normativa y explicaciones mitológicas a las grandes preguntas existenciales de la humanidad. Genera importantes manifestaciones individuales y colectivas de gran riqueza comunicacional humana y simbólica, para sostener de manera sólida percepciones sobre los mundos macro y micro-sociales, además de los ambientales (naturaleza/universo). Se trata de la experiencia de la fe que hace parte de la vida de la intimidad de las personas, pero se conecta con interacciones sociales de larga tradición cultural.

La dimensión no-confesional permite a los humanos sacralizar ideas, persona, objetos transformándolos en sobrenaturales. El espectáculo, la política y los demás ámbitos de la cultura presentan frecuentemente manifestaciones de sacralización que chocan con los discursos argumentales y lógicos provenientes de los campos gestados por la modernidad, como la ciencia. Su presencia en la vida cotidiana de las personas y grupos humanos es indiscutible, inclusive en espacios en los que -paradójicamente- se la niega, como las corrientes materialistas autodenominadas ateas.

Otro tipo de imaginación es la generada por el deseo. La vida cotidiana o el mundo vivido de los ciudadanos permite experimentar ciertas satisfacciones, dependiendo del estrato social al que se pertenezca. Los más pobres viven más carencias que los pudientes, obviamente. Las diferencias sociales generan deseos tanto de movilidad social como de pertenencia. Esos deseos actúan como factores motivantes de cambio que demandan planificación y sobre todo acción hacia su logro.

Son sueños de superación en los ámbitos materiales y espirituales. Parten del mundo micro-social para apuntar hacia tiempos y espacios “mejores” de acuerdo con proyectos individuales, familiares y colectivos. La imaginación permite visualizar un futuro para proyectar el presente. Arjun Appadurai (2001) dice que es motor del cambio social y la historia.

El escenario más poderoso para el mundo imaginado es la fiesta, sea pública o privada. En ella se proyectan los deseos y los fantasmas de la vida cotidiana. La fantasía se mezcla con la transgresión e inversión de roles sociales. Se genera un tiempo y espacio donde las personas interactúan en clima libertad, en procesos interactivos más intensos  y rompiendo las jerarquías de la cotidianidad. Es el escenario privilegiado para la celebración de las identidades culturales.

En las fiestas, las personas exponen imágenes fantásticas extraídas de su pasado para conectarlas con el presente y proyectarlas con el futuro del deseo. Las grandes fiestas patronales, los carnavales y las celebraciones comunitarias son excelentes escenarios para la proyección del mundo imaginado.

1.4 Mundo mediático

Es el espacio cultural generado en torno a los medios de comunicación, especialmente masivos. Se compone por medios privados, públicos, comunitarios, religiosos y otros. Los privados son los de mayor alcance, consumo e incidencia en la vida cotidiana, así como en los procesos cognitivos de las sociedades globalizadas contemporáneas. Su lógica de funcionamiento se desarrolla con poderosas  mediaciones económicas y políticas.

Los medios públicos tienen mayor incidencia en la mediación política, porque frecuentemente se convierten en dispositivos de propaganda gubernamental.

En todos los tipos de medios, la programación de contenidos corresponde a líneas programáticas y editoriales condicionadas o definidas por esos factores.

Aunque tradicionalmente se les atribuye funciones de información, entretenimiento y educación. Ésta última no es asumida formalmente por el lado de los emisores ni por el lado de las audiencias. Lo que en los hechos ocurre, son interesantes procesos de autoeducación, que carecen de la dimensión de enseñanza pero acaban proporcionando importantes gratificaciones en los públicos, por tanto, de aprendizaje no planificado.

Conectado con este mundo está el de las redes sociales. Hace parte o existe gracias a la red internet, cuyas lógicas no se ordenan por el Derecho a la Información, como en el caso de los medios masivos, sino solamente por la Libertad de Expresión. Las redes sociales no son medios de comunicación como los masivos, son simplemente conexiones digitales entre personas o instituciones. Por tanto, no se les puede exigir el cumplimiento de roles (“decir la verdad”) como en el caso de los medios. Es un espacio virtual donde ocurren procesos de producción de significado y de construcción de opinión pública. Por ello, el afán obsesivo, vano, de los poderes por controlarlo.

Las redes son el campo privilegiado para la explosión de subjetividades (emociones, sentimientos, etc.) que la modernidad racionalista ha despreciado sistemáticamente para su proyecto de progreso. Las interacciones en las redes sociales ocurren en un clima libertad, ambiente lúdico, crítica política, humor popular y proyección de deseos. Permite la conexión de multitudes inteligentes que construyen percepciones de la realidad.

La Libertad de Expresión, se expresa frecuentemente sin límites, aunque en determinados momentos sirve para la articulación política de movimientos sociales que los utilizan para sus luchas y conquistas (Rheingold: 2004). 

 

2. Escenarios profesionales y de investigación

La investigación en comunicación y ciencias sociales y en particular de los estudios de audiencias tiene nuevos desafíos de comprensión de todos estos mundos, con mirada comprometida con el desarrollo social democrático. Es importante fortalecer la conexión de los proyectos individuales y sociales con la cultura de los Derechos Humanos y la Cultura de Paz.

Los campos de ejercicio profesional no pueden dejar de lado el componente técnico y ético de la comunicación. Desde el periodismo, hasta la comunicación corporativa y la publicitaria, pasando por la comunicación para el desarrollo o la educativa, demandan mayor rigor en la investigación de datos veraces necesarios para el fortalecimiento de las diversas democracias que se construyen en nuestros países.

Por otro lado, también es relevante el fortalecimiento de las competencias investigativas que contribuirán a la producción de conocimiento y comprensión de los problemas sociales, de modo que las estrategias de intervención informativa o educativa (planificación de la comunicación) tengan relevancia social y puedan incidir efectivamente en la construcción de sociedades menos violentas, sin exclusión, más democráticas y pacíficas.

Estudios de audiencia

El gran desafío para los estudios de recepción y/o audiencia es incorporar en los abordajes teóricos y metodológicos, elementos de esta complejidad cultural, como un elemento imprescindible para la comprensión de los procesos de significación generados a partir el mundo mediático, junto, paralelamente, o en oposición a él.

 

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