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Punto Cero

versão impressa ISSN 1815-0276versão On-line ISSN 2224-8838

Punto Cero v.19 n.28 Cochabamba  2014

 

ARTÍCULO CIENTÍFICO

(Neo) nacionalismo y vida cotidiana.Migrantes bolivianos/as en la periferia de laciudad de La Plata, Argentina

(Neo) nationalism and everyday life. Bolivian migrants at theperiphery of the city of La Plata, Argentina

 

Federico Rodrigo

Argentino. Licenciado en Comunicación Social por la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UniversidadNacional de La Plata, Magíster en Sociología de la Cultura yAnálisis Cultural por el Instituto de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín y candidato a doctor por el Instituto de Desarrollo Económico ySocial (IDES). Prof. Adjunto Ordinario de la cátedra de Comunicación y Recepción de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Becario Doctoral Tipo I del Concejo Nacional de Investigaciones Científicas (CONICET). El autor declara no tener conflicto de intereses con Punto Cero ni con ningúnmiembro de su ComitÌ Editorial.

frodrigo@perio.unlp.edu.ar

RODRIGO, Federico (2014). “(Neo) nacionalismo y vida cotidiana. Migrantes bolivianos/as en la periferia de la ciudad de La Plata, Argentina”. Punto Cero, Año 19 – N° 28 – 1° Semestre 2014. Pp. 25-32 Universidad Católica Boliviana “San Pablo”. Cochabamba.

 


Resumen

En el presente artículo buscamos señalar modos de construir (y reconstruir) la adscripción nacional no reconocida por labibliografía sobre la temática. Así, remitiéndonos al trabajo de campo desarrollado por medio de una estrategia metodológicacualitativa que realizamos en una zona periférica de la ciudad de La Plata, damos cuenta de una bolivianidad que resultasignificativa en la vida cotidiana con “paisanos/as”, y no así en los espacios de interacción inter-cultural. Entonces, el procesode “incorporación migratorio” no sólo supone el ingreso (con diversos niveles de conflicto) a sistemas de relaciones ysignificados pre-instituidos, sino también la intervención sobre tales sistemas e incluso la generación de espacios asociadospero con características específicas. De esta manera, al colocar la pregunta acerca de las relaciones de poder en el centro delas preocupaciones por los modos en que los grupos sociales organizan simbólicamente la vida en común, nos inscribimos enel espacio teórico delacomunicación/cultura(Cf. SCHMUCLER,1984) en elque lasubjetividad y la vida cotidianase reconocencomo aspectos centrales de la conformación cultural (Cf. MARTÍN-BARBERO, 1987).

Palabras clave: Migración, vida cotidiana, nacionalismo.

 

Abstract

The article points out ways to build (and rebuild) the national affiliation not recognized by the literature on the subject. Thus, byreferring to field work developed through a qualitative methodological strategy implemented in a peripheral area of the city of LaPlata, we present a Bolivian identity is significant in everyday life with nationals and not in intercultural spaces of interaction.Then,the process of “migrant incorporation” involves not only the income(with varyinglevelsofconflict) to pre-instituted systemsof relationships and meanings but also the intervention on these systems and even the generation of associated spaces but withspecific characteristics. Thus, by placing the question of power relations at the center of concerns for the ways in which socialgroups symbolically organized community life, we signed in the theoretical space of communication / culture (Cf. SCHMUCLER, 1984) in which subjectivity and everyday life are recognized as central aspectsof cultural conformation (Cf. MARTÍN-BARBERO, 1987).

Key words: Migration, everyday life, nationalism.

 

Résumé

Dans cet article, on veut signaler les modes de construire (et de reconstruire) l’appartenance nationale qui n’a pas étÌ reconnuepour la bibliographie qui existe sur cette thématique. De cette façon, en nous penchant sur un travail de recherche développépar le biais d’unestratégie méthodologiquequantitative dans un quartier de banlieue de la ville deLaPlata, nous avons constatél’existence d´une Ö boliviennetÌ × (appartenance Ê la Bolivie), qui s’est montrée importante dans la vie quotidienne des Ö gensdu pays × d’origine et non pas dans les espaces d’interaction inter culturelle. Alors, les processus Ö d’incorporation migratoire »ne signifie pas uniquement l’entrée (avec des divers niveaux de conflit) dans des systèmes de rapports et signifiés préconstitués, mais aussi l’intervention sur ces systèmes et également la génération d’espaces associés, mais avec descaractéristiques spécifiques. Ainsi, quand on posa la question sur les rapports de pouvoir au centre des inquiétudes parlesquelles les groupes sociaux organisent symboliquement leur vie en commun, nous nous sommes penchés sur l’espacethéorique de la communication/culture (Cf. SCHMUCLER, 1984) dans lequel la subjectivitÌ et la vie quotidienne sereconnaissent comme des aspects centraux de la conformation culturelle (Cf. MARTÍN-BARBERO, 1987).

Motsclés: Migration, vie quotidienne, nationalisme.


Los estudios sobre la producción identitaria de los/as migrantes bolivianos/as en Argentina han dado cuenta de los procesos de auto y hetero-reconocimiento de las personas de esepaís y de las disputas (no sólo) simbólicas entre diferentes discursos, imágenes y colectivos -de migrantes y miembros de la “sociedad receptora”-en la definición de “lo que sea ser boliviano” (Cf. CAGGIANO, 2005) en los diferentes contextos de destino. En estos trabajos, entonces, la tensa y compleja trama que compone las formaciones discursivas de la bolivianidad aparece como un factor fundamental de la “incorporación” (GLICK SCHILLER et.al., 2006) de los/as migrantes.

En el presente artículo buscamos señalarmodos de construir (y reconstruir) la adscripción nacional no reconocidas por labibliografía sobre la temática (MARSHALL, yORLANSKY 1983; MUGARZA, 1985; BALÁN 1990; DANDLER y MADEIROS, 1991; BENENCIA y KARASIK, 1994; ARCHENTI yRINGUELET, 1997; HINOJOSA GORDONAvA, CORTEZ y PÉREZ CAUTIN1999; SALA 2000; BENENCIA, 1997 y 2006;GRIMSON 1999 y 2000; GAvAZZO, 2004;CAGGIANO 2005). Así, remitiéndonos al trabajo de campo que realizamos en Altos deSan Lorenzo, una zona periférica de la ciudadde La Plata2, damos cuenta de una bolivianidad que resulta significativa en las relaciones personales desarrolladas con “paisanos/as”, y no asÎ en los espacios deinteracción inter-cultural. Entonces, el procesode “incorporación” no sólo supone el ingreso(con diversos niveles de conflicto) a sistemasde relaciones y significados pre-instituidos,sino también la intervención sobre tales sistemas e incluso la generación de espaciosasociados pero con características específicas.

De esta manera, al colocar la pregunta acercade las relaciones de poder en el centro de laspreocupaciones por los modos en que losgrupos sociales organizan simbólicamente lavida en común, nos inscribimos en el espacioteórico de la comunicación/cultura (Cf.SCHMUCLER, 1984) en el que la subjetividady la vida cotidiana se reconocen como aspectos centrales de la conformación cultural(Cf. MARTÍN-BARBERO, 1987).

Abordaje metodológico

Entre abril de 2010 y marzo de 2012 nosacercamos a un comedor comunitario situado en Altos de San Lorenzo con el objetivo deanalizar los procesos de “incorporaciónmigrante” (GLICK SCHILLER et.al., 2006). Lapresencia cotidiana en el espacio y los testimonios recabados por medio de entrevistas semi estructuradas yconversaciones informales, evidenciaron la necesidad de integrar en el análisis las producciones identitarias que forman los arribados de Bolivia en el barrio.

Implementamos una estrategia metodológicacualitativa para construir la evidencia empírica,lo que implica realizar un acercamiento interpretativo a la realidad a fin de indagar elsignificado que los/as migrantes asignaban adiferentes aspectos de sus vidas (Cf. DENZIN y LINCOLN, 2005). De esta manera, realizamos 15 entrevistas y observaciones endiversas actividades, como jornadas de trabajoenel comedor comunitario yfiestas patronales.

El proceso de selección de los/asentrevistados/as se basÐ en criterios teóricos,experiencias de observación y expectativas enla potencialidad para proveer informacióndepositadas en las unidades seleccionadas(Cf. MARRADI, ARCHENTI y PIOvANI, 2010).Así, pudimos reconstruir no sólo los sentidosque le asignan a diferentes aspectos a sudevenir, sino también reconocer sus trayectorias migratorias y las principaleslógicas y espacios de socialización de los queparticipaban en su vida en destino.

Como partimos del análisis del comedorcomunitario, la mayor parte de nuestras entrevistadas fueron mujeres adultas (de unrango etario amplio) que se desempeñabanlaboralmente en los programas de políticasocial estatal que gestiona el espacio2. A su vez, aplicamos nuestro protocolo con cincovarones de entre treinta y cinco y cuarenta ycinco años que, al igual que las parejas de lasinformantes femeninas, trabajaban como obreros de la construcción.

La construcción de una trama social en el contexto de recepción

En Altos de San Lorenzo hemos observado el emplazamiento de cadenas migratorias que se inician en diferentes ciudades bolivianas. Personas provenientes de poblados del Departamento de Chuquisaca, de Cochabamba y de La Paz arriban a este barrioy pasan a ser eslabones de una red enexpansión. En este sentido, los vínculos pre-migratorios le dan densidad a un sistema derelaciones familiares y vecinales re-creado en un nuevo contexto.

A su vez, esta trama social también se compone de algunos nexos establecidos en el contexto de recepción. Encontramos que laconsolidación de un núcleo relativamente denso de familiares y amigos/as habilita laproducción de nuevos ámbitos de sociabilidad que permiten conectar a personas “conocidas por conocidos/as” o fortalecer los lazos existentes. Son muy variados los ejemplos de conformación de espacios de interacción relativamente estables, pero quisiéramos destacar dos.

Desde los primeros acercamientos al campo diferentes personas nos hablaron de la fiesta de San Severino3 como una particularidad de Altos de San Lorenzo y su bolivianidad. Esta festividad comenzÐ a celebrarse en los primeros años de la década de 2000 a travésde la iniciativa de un grupo familiar tarateño devoto de este santo. Desde entonces, cadaaño la fiesta se “pasa” a otros/as migrantes que dan continuidad al evento.

La masividad de la fiesta y sus lógicas de marcación y reconocimiento la vuelven una instancia de relevancia en la conformación y consolidación de las redes de sociabilidad queseasientanen el área.Asimismo, entorno asu realización se desarrollan otras actividades que también sostienen la trama relacional de Altos de San Lorenzo.

En el barrio existe un grupo de “Tinkus” que seconformÐ para participar de esta práctica. Através de vínculos con familiares y amigos/as que permanecen en Tarata y de viajes que realizan diferentes bolivianos/as asentados en Altos de San Lorenzo, este grupo accede a los trajes que utilizan y a los videos comerciales de dónde aprenden los pasos.

Así, en la medida en que la realización de la fiesta y las actividades a ella conectadas permiten “forjar y mantener relaciones sociales, económicas y políticas multi-enlazadas que unen a las sociedades de origen y asentamiento” (BASCH et al. 1994: 6) y crean campos sociales que cruzan las fronteras nacionales, constituyen un entramado de conexiones translocales.

Al mismo tiempo, este conjunto de prácticas son experimentadas por algunos sujetos como prioritariamente bolivianas, estableciendo una adscripción (neo)nacional relegando a unsegundo plano el vínculo con la localidad cochabambina. Natalia Gavazzo afirma que “la reproducción de ciertos bienes culturales de origen boliviano en el contexto migratorio (…) se construye sobre un nacionalismo nuevo y diferente al promovido en Bolivia” (GAvAZZO, 2004: 6-7) que emplaza en un marco deinterpretación nacional prácticas y elementosconcebidos como regionales en el país andino. En este sentido, el grupo de baile se aparece como expresión de esta “nueva bolivianidad” (GRIMSON, 1999 y GAvAZZO, 2004).

Por un lado, este santo es “patrono del Municipio de Tarata” y de aquella localidad provienen las parejas de “pasantes” y las familias vinculadas a los/as jóvenes que bailan “Tinku”. Pero, a su vez, sobre la calle donde se realiza la fiesta se asientan tres locales de comidas que sirven “platos típicos bolivianos”y, durante los días de la festividad, se montanpuestos de venta ambulante de CD´s y DvD´s de música –fundamentalmente contemporánea-“boliviana”.

Levitt y Glick Schiller (2004) proponen diferenciar las “formas de ser” y de “pertenecer” de los sujetos en los campos sociales: mientras que las primeras refieren “a las relaciones y prácticas sociales existentes en la realidad”, las segundas apelan a “prácticas que actualizan o apuntan una identidad, que demuestran un contacto consciente con un grupo específico” (LEvITT y GLICK SCHILLER, 2004: 68). En este sentido, si bien buena parte de la organización de la fiesta y de las actividades asociadas a ella se desarrolla a partir de establecer conexiones con el Departamento de Cochabamba, muchos/as de los/as participantes del evento experimentan la celebración en clave (neo)nacional. Nuestros entrevistados, inclusive, cuando nos explicaban el “Tinku”,decían que realizaban “un baile típico deBolivia” que se exponía en las “fiestas que hacen los bolivianos”.

Estos ejemplos demuestran la producción de espacios de sociabilidad relativamente “institucionalizados” en la zona. Asu vez, otrosámbitos públicos aparecen destacados como instancias de encuentro. Santusa, una mujer oriunda de Mamanaca con una trayectoria migratoria que incluyÐ una instancia en SantaCruz de la Sierra, no tenía ningún tipo de conocidos cuando arribÐ a la ciudad de La Plata. Comentando esta situación, afirmaba:

-Poco a poco salgo a comprar las cosas paracocinar y ahÎ encontramos en supermercados.yo entraba y ya sabía que era una paisana. Porque me doy cuenta, en la cara se nota.Siempre andamos nosotros asÎ con zapatos y los argentinos andan con zapatillas y de eso,de los zapatos, ya conocemos. Y ahÎ nomássaludo, me saluda y ahÎ nomás conocimos,hablamos y preguntamos: “mira que yo tenía miedo de subir al micro” porque aquÎ ponemos moneda, pero en Cochabamba noØ Eso yotenía miedo también. La primera vez que subíal micro no sabía dónde poner las monedas. Y eso preguntÌ también.

Santusa destacaba los mecanismos que lepermitían identificar a una “paisana” entre las clientas del supermercado. Apelando a criterios de clasificación estético-corporales,mencionaba que allÎ tanto “la cara” como los “zapatos” son signos evidentes de la pertenencia nacional. En este sentido, la producción de estereotipos corporales señalada por Goffman (1970) como una dimensión clave de la comunicación “cara a cara” manifiesta su actualidad en la experiencia migratoria; actualidad también destacada en los estudios de la migración boliviana a Buenos Aires (Cf. GRIMSON, 1999).

Para Santusa, la soledad en el tránsito por el proceso de asentamiento en un nuevo contexto ha sido un factor relevante de su experiencia migratoria. Entonces, la producción de relaciones en espacios públicosque describía debe indagarse considerando la adaptación a las lógicas de la “sociedad receptora”. Ella decía que en sus interacciones con “paisanas” en el supermercado se “avisan” el nombre y la ciudad de procedencia, perotambién ciertas cuestiones de la vida diaria en el barrio que, por su carácter novedoso, les resulta dificultoso resolver: en este caso, el funcionamiento de las máquinas expendedoras de boletos de los transportes urbanos.

Entonces,¿quÌ significa, en estos contextos particulares, que los rasgos estético-corporales sean signo de bolivianidad? Consideramos que el relato evidencia labúsqueda de personas con una experienciacompartida, es decir, partícipes de la migración y las consecuencias que la misma implica. Los miedos, las incertidumbres y las complejidades de un nuevo marco social en el cual insertarse (el conjunto de elementos de lo que Grimson denominÐ los “códigos urbanos” y las estrategias para su dominio) aparecen en el horizonte conversacional de las mujeres que se encuentran casualmente en un comercio platense.

La sociabilidad boliviana en Altos de San Lorenzo

Lo expuesto da cuenta de la existencia de un sistema de sociabilidad barrial entre migrantes bolivianos/as. De esta manera, observamos que en Altos de San Lorenzo se replica unadinámica de producción de instancias y relaciones nacionalmente marcadas que ha sido destacada por numerosos especialistas (MUGARZA, 1985; BALÁN, 1990; BENENCIA y KARASIK, 1994; GRIMSON, 1999 y 2000; BENENCIA 2000, OIM-CEMLA, 2004; GAvAZZO, 2004; CAGGIANO 2005). Desde hace décadas, los estudiosos vienen sosteniendo que “entre los ámbitos más asociados a la sociabilidad boliviana común pueden mencionarse, además de los laborales, los grupos de pasanakuy, los presteríos, las fiestas con música y comida boliviana, la recordación de las fiestas nacionales, además de los encuentros e interacciones cotidianos entre paisanos” (BENENCIA y KARASIK, 1994: 288). Entonces, en este apartado buscamos profundizar la indagación del sentido que adquieren estos circuitos de sociabilidad nacionales.

Una de las principales diferencias de la vida enAltos de San Lorenzo que destacan las personas entrevistadas estÉ dada, precisamente, por las posibilidades de socialización que esta trama de vínculos supone. La multiplicidad de espacios queconstituyen circuitos relacionales con “paisanos/as” es señalada como una característica del barrio que contrasta con susexperiencias en otras áreas de la Argentina.

Francisca, proveniente de una familia depequeños comerciantes de la ciudad de Sucre,explicaba las diferencias que encontraba entreSan Isidro y La Plata, las dos ciudades dondese asentÐ en el país de destino:

-Hay mucha diferencia. AllÉ en San Isidro ,por ejemplo, no nada. Ni me acordaba dealguna fecha en especial que se celebra allá

en Bolivia . AcÉ en Altos de San Lorenzo sí,se vive más, se recuerda más las fiestas. Compartimos las mismas tradiciones, lascostumbres (…) Aparte somos más solidariasentre conocidas. Que allÉ en San Isidro no, casi estuve todo encerrada en mi casa, nosalía mucho.

El recuerdo de su vida en San Isidro funciona en el relato como contrapunto, le permitegraficar el pasaje de una situación de relativoaislamiento a otra con una densidad de contactos que le posibilitan “salir de la casa”.Entonces, la trama relacional entre migrantesprovenientes de diferentes áreas de Bolivia,conjuntamente con las actividades que realizan, es lo que le permite -en sus palabras-“sentirse como en Bolivia”. Así, este sentimiento de pertenencia nacional se encuentra inescindiblemente asociado a la satisfacción que le provocan los vínculos inter-personales.

Este relato presenta claramente una caracterización del barrio que permanecelatente en el discurso de muchas personas dela zona: Altos de San Lorenzo es, para ellas,unbarrio de bolivianos/as. Muchosautoreshan destacado la importancia de las interaccionesque se generan en los espacios asÎ marcados, ya que “ofrecen un ámbito de cierta confianza, de recuerdos compartidos, de problemascomunes y también de formas de diversión” (GRIMSON, 1999: 34). Sin embargo,consideramos que la bibliografía se centrafundamentalmente en dos modos de configuración del espacio boliviano, los cualesocluyen –en diversos grados-el aspecto que aparece como central al considerar las dinámicas de comunicación interpersonal en lavida cotidiana.

Por un lado, aquellos trabajos que ligan la“sociabilidad boliviana” a la realización de eventos producidos por las organizaciones dela “colectividad”,sitúanespacio-temporalmente la bolivianidad restringiéndola a la periodicidadde las actividades de dichas asociaciones. No estamos objetando la evidente “marcación identitaria” que adquieren ciertos lugares encontextos específicos, sino que destacamosque en Altos de San Lorenzo el valor de estasociabilidad se vincula, fundamentalmente, con la vida diaria, con las interaccioneshabituales, las problemáticas domésticas y losdilemas que se les presentan a las personasen la producción y reproducción de sus rutinas.La bolivianidad, así, no sólo se destaca como construcción ritual, sino que se diluye (yconstituye) en el mismo tiempo de la vida.

Por el otro, consideramos que la bibliografíatiende a destacar a la “cultura” como un principio generador de campos de interacción.Los autores destacan la recreación yresignificación de los distintos sistemas deayuda mutua provenientes de la tradiciónandina que realizan los/as migrantes comoalgunas de las principales formas de producción de lazos entre bolivianos/as. Asimismo, cuando estos mecanismos no aparecen evidenciados, se recurre al señalamiento de las distancias culturales -extensas entre migrantes y miembros de la“sociedad receptora”, más estrechas entresujetos de una misma nacionalidad o región-como factor que explica la creación de redes yámbitos de socialización.

Nuevamente es necesario destacar que nodesestimamos la importancia de esta dimensión en las lógicas de conformación derelaciones y grupalidades. Sin embargo, observamos que los procesos de reconocimiento recíproco que aparecen en lostestimonios se vinculan menos con la posibilidad de revalorizar o reconstruir símbolos y/o modos de asociación aprendidos en el terruño, que con la búsqueda de sobrellevar miedos, dificultades, expectativas yesperanzas desarrollados a partir de la vida endestino.

En concreto, observamos que aquello quepermite comulgar en el encuentro con con-nacionales se refiere a una experiencia de loactual antes que de lo tradicional o histórico.Como lo muestra la referencia a las fiestas quehacía Francisca, las “formas culturales” o “símbolos” aparecen como signos de una experiencia compartida: la migración bolivianahacia La Plata. Su puesta en acto se valoraprincipalmente por las posibilidades de socialización y de re-creación de la pertenencia migrante que habilita. La bolivianidad, desde esta perspectiva, se tornainseparable de la narración de experienciaspersonales, se carga de emociones,anécdotas, deseos y temores que emergen delas vivencias que las migrantes comparten consus “paisanos” en Altos de San Lorenzo. Los“atributos culturales”, entonces, adquierenvalor como elementos en estas esferas de interacción; en estos procesos son seleccionados y transformados en la construcción de una bolivianidad específica. En este sentido, un par de zapatosdeterminado puede resultar más relevantepara las migrantes de Altos de San Lorenzoque algunas de las “tradiciones aymaro-quechuas” destacadas por la bibliografía.

Por otro lado, es necesario reconocer queotras definiciones de “cultura” pueden aportarelementos interesantes al análisis de lo encontrado en Altos de San Lorenzo. Alfonso Hinojosa Gordonava (2010) parte de concebirla como el conjunto de códigos queorganizan la significación de la vida humana, que “se expresan y articulan en lo cotidiano apartir de una lógica, de una racionalidadparticular que da sentido a todos nuestrosactos” (HINOJOSA GORDONAvA, 2010: 19).Esta perspectiva, que se constituye paraseñalar la existencia de un habitus migratorioandino conformado en procesos de muy largaduración y reactualizados en las migracionestrasnacionales contemporáneas, sitúa la pregunta acerca de los modos en que laconstrucción de bolivianidad que observamosen nuestro trabajo de campo dialoga con lo expuesto por este autor.

Bolivianidad e “incorporación”

Los estudios sobre la producción identitaria de los/as migrantes bolivianos/as en Argentina han tendido a dar cuenta de los procesos de “etnización” en clave nacional o regional que realizan los sujetos. Alejandro Grimson sostiene que las dinámicas de clasificación de las alteridades internas en el “contexto de recepción” (su estudio se centra en la ciudad de Buenos Aires) operan como bolivianizadores de los/as migrantes al situarlos compulsivamente en esta posición.Su trabajo se basa en el análisis de los mecanismos de reapropiación y resignificación de esta adscripción que realizan diferentes sujetos, politizando de este modo las identificaciones disponibles en los “campos de interlocución” en los que se insertan (Cf. GRIMSON, 1999).

Sergio Caggiano, por su parte, señala que el asentamiento progresivo de una “colectividad” inmigrante, asÎ como las particularidades socio-históricas de los diferentes contextos locales de incorporación, conllevan transformaciones en el modo en el que tienen lugar las adscripciones. En la medida en que las redes de “paisanos/as” también se consolidan como elementos con niveles de reconocimiento relativamente extendidos en los “contextos de recepción”, “el reordenamiento producido puede consistir en una recreación de funcionamientos identitarios similares a los del lugar de origen” (CAGGIANO, 2005: 58). Caggiano, así, reintroduce la vigencia de las identidades regionales (en zonas de asentamiento específicas), que habían sido señalas como subordinadas a la “nacionalización” en el argumento de Grimson.

Para estos académicos, entonces, la tensa y compleja trama que compone las formaciones discursivas de la bolivianidad en Argentina resulta un factor fundamental de la incorporación de los/as migrantes.

Llegadosaestepuntoquisiéramosseñalarque el trabajo de campo evidencia que, para los/as migrantes de Altos de San Lorenzo, la producción de “lo boliviano” opera en los procesos de integración de un modo diferente.

Sus apelaciones a este topoi resultan más explicativas de aspectos de sus relaciones personales que un intento de consolidación de un colectivo desde el cual interactuar con las instituciones y sujetos de la sociedad de destino.

Las personas entrevistadas afirman experimentar, en diferentes marcos situacionales del “contexto de recepción”, unapresión discriminatoria que las rechaza enfunción de su origen nacional. En diversasesferas de interacción se mantienen, según sus relatos, criterios de clasificación yjerarquización social que definen a “lo(s) boliviano(s)” negativizando esta posición identitaria. Sin embargo, a pesar de estefuncionamiento de la economía simbólica de las adscripciones, no hayamos en los testimonios procesos de inversión o reformulación valorativa de “lo boliviano” quemotiven una reapropiación de la posición comoestrategia de vinculación con actores estatalesdel contexto de recepción. Por el contrario, laoperatividad positiva de esta categoría sedesarrolla en un sendero paralelo que nointerpela o responde a las descalificacionesmencionadas. De esta manera, desde el puntode vista de la “incorporación”, la identidadnacional es enunciada prioritariamente comoemergente de los procesos de socializaciónmencionados, es decir, con valor en una “incorporación” a las redes de migrantes delpaís andino asentados/as en esta zona de laArgentina.

BenedictAndersonafirmaquela “nación” esun tipo de artefacto cultural capaz de construir“comunidades imaginadas” que, más allÉ de laimposibilidad de contacto y reconocimientopersonal recíproco entre la totalidad de susintegrantes, “se concibe siempre como uncompañerismo profundo, horizontal” (ANDERSON, 2000: 25). Si bien esta dimensión imaginadade lanaciónes la que lespermite experimentar a los/as migrantes deAltos de San Lorenzo la identificación común de la “colectividad”, actualizando periódicamente este constructo al asumirsedándole vida a un barrio de bolivianos/as,observamos que sus intercambios simbólicoscotidianos y el reconocimiento personal recíproco resultan fundamentales en la producción de esta bolivianidad específica. Es decir, la operatividad de estas construccionessimbólicas no resultan uniformes para elconjunto de sujetos que adscriben a ellas. Laimaginación de la comunidad genera un sentido de pertenencia común, pero estaafiliación (auto o hetero-motivada) no significaque se apele a ella de manera homogénea.

Entonces, encontramos que estas relacionestambién convierten a los ámbitos de socialización barrial en espacios donde se constituye una “incorporación” a un conjunto de redes en las cuales se desarrollan procesos de intercambio simbólico que no siempre se corresponden con los promovidos por diferentes agentes que conforman sus contextos de intervención. En este sentido, el proceso de “incorporación” no sólo supone el ingreso (con diversos niveles de conflicto) a sistemas de relaciones y significados pre-instituidos por las instituciones de destino, sinotambién la intervención sobre tales sistemas e incluso la generación de espacios asociadospero con características específicas.

Notas

1 La ciudad de La Plata cuenta con una población total cercanaa los 800.000 habitantes, 5! de ellos nacidos en el territorio boliviano (INDEC, 2010). Si bien se registran datosanteriores, la presencia sistemática de esta migración datade la década de 1960 (Cf. ARCHENTI, 1997). Mientras queen las décadas siguientes se habría dado un aumentorelativo (Cf. CAGGIANO, 2005: 55).

2 No contamos con el espacio para exponer aquÎ la divisiónsexualdel trabajo que reconocimos enlosmatrimoniosentremigrantes bolivianos en Altos de San Lorenzo, peroqueremos dejar constancia de que, para este grupo de personas, sólo las mujeres pueden incorporarse a actividades de este tipo.

3 San Severino es patrono del Municipio de Tarata: en Altos deSan Lorenzo, al igual que en la localidad boliviana, lacelebración de su festividad se realiza el último domingo denoviembre.

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Recepción: 20 de marzo de 2014

Aprobación: 20 de abril de 2014

RODRIGO, Federico (2014). “(Neo) nacionalismo y vida cotidiana. Migrantes bolivianos/as en la periferia de la ciudad de La Plata, Argentina”. Punto Cero, Año 19 – N° 28 – 1° Semestre 2014. Pp.2532. Universidad Católica Boliviana “San Pablo”. Cochabamba.

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