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Punto Cero

versão impressa ISSN 1815-0276versão On-line ISSN 2224-8838

Punto Cero v.16 n.22 Cochabamba  2011

 

 

 

Apuntes sobre Historia, simbolismos y relaciones de poder en la estructura urbana de la Cochabamba Bicentenaria

 

Notes on history, symbolisms and power relations in the urban structure of the Bicentennial Cochabamba

 

 

Rocío Zabaleta

Boliviana. Comunicadora social, docente de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Católica Boliviana "San Pablo" - Regional Cochabamba. La autora declara no tener conflicto de interés con las instituciones mencionadas en su artículo ni con la entidad editora de Punto Cero, la Universidad Católica Boliviana - Regional Cochabamba.

chiozab@yahoo.es

 

 


Resumen

El presente artículo resume una investigación realizada en torno a los doscientos años de la gesta libertaria en Cochabamba desde una perspectiva histórica, semiológica y social, en otras palabras, pretende acercarse a configurar la historia no contada ni aceptada de la ciudad y el uso de los espacios públicos de forma simbólica por los actores sociales que ha ejercido diferentes redes de poder a lo largo de los procesos, del último siglo principalmente, en función al uso de los espacios urbanos.

Palabras clave: Símbolos, políticas urbanas, historia, Cochabamba.


Abstract

This article summarizes the research of two hundred years of Cochabamba libertarían process from a historical perspective and social semiotic approach. Otherwise, this article intends to drawn the untold story set or accepted in the city and the use of symbolic public spaces for social actors who have held various power networks over the processes of the last century, according to the use of urban spaces.

Keywords: Symbols, urban policies, history, Cochabamba.


Résumé

Cet article résume une recherche sur les deux siècles de geste libertaire de Cochabamba, à partir d’une perspective historique, sociale et sémiotique. En d’autres termes, on esquisse une approche de l’histoire non racontée ou acceptée de la ville, ainsi que l’usage symbolique des espaces publics que les acteurs sociaux ont fait et qui a provoqué des divers réseaux de pouvoir dans les processus du siècle dernier, principalement, autour de l’utilisation des espaces urbains.

Mots-clés: Symboles, politiques urbaines, histoire, Cochabamba.


 

 

Cochabamba ha recordado en el 2010 los doscientos años de su gesta libertaria, lo contradictorio de este festejo es que, mientras otras ciudades de Bolivia y de Latinoamérica desarrollaban extensas agendas de actividades para enaltecer el bicentenario, en esta tierra no se ha sentido ningún trabajo institucional que pueda destacarse como un verdadero aporte para rememorar una fecha como ésta.

El dato mencionado líneas adelante nos lleva a reflexionar el por qué se produce una suerte de incapacidad colectiva de unir esfuerzos para hacer memorable la propuesta regional.... la respuesta está en la identidad cochabambina y su idiosincrasia.... incapaz de promover acciones unidas bajo una visión positiva de la tolerancia y la diferencia.

El presente artículo resume una investigación realizada en torno a los doscientos años de la gesta libertaria en Cochabamba desde una perspectiva histórica, semiológica y social. En otras palabras, pretende acercarse a configurar la historia no contada ni aceptada de la ciudad y el uso de los espacios públicos de forma simbólica por los actores sociales que han ejercido diferentes redes de poder a lo largo de los procesos, del último siglo principalmente, en función al uso de los espacios urbanos.

Por lo mencionado se concreta como objetivos del presente trabajo:

  • Analizar la evolución de los discursos sociales en torno a la apropiación de los espacios públicos.
  • Identificar los procesos históricos que han definido un rumbo distinto al uso del espacio público en Cochabamba

 

La ciudad Bicentenaria y sus formas de significación

En un previo artículo que abordaba el presente tema sin llegar a desarrollarlo completamente se encontraba una definición de los espacios urbanos desde una perspectiva semiológica y social. Es importante acudir a clarificar los conceptos desde los que abordaremos la problemática del manejo del territorio en la urbe bicentenaria y las relaciones de poder al interior de su dinámica cotidiana.

"Semiología es la ciencia que tiene por objeto de investigación todos los lenguajes posibles, su utilidad fundamental radica en hacer posible la descripción y análisis de la estructura sígnica de objetos, procesos o fenómenos en categorías de clases organizadas" (cf. SANTAELLA 1983).

Si abordamos el concepto de semiología, debemos, reiteradamente, defender en ella su capacidad de concebir como texto absolutamente todas los significantes y los sistemas de signos; es así que la ciudad puede ser leída como texto, las acciones sociales en los espacios urbanos también se conciben como textos y puede aplicarse metodologías de análisis a esos fenómenos que servirían para el análisis de textos.

No podemos olvidar la noción de que los espacios urbanos sólo adquieren sentido en función a las acciones sociales y simbólicas que se desarrollan en ellos, es así que una plaza en un barrio marginal sólo adquiere sentido en las apropiaciones y usos que los actores sociales realizan en él. Un ejemplo puede ser el hecho de que la plaza sea inaugurada con pompa política pero que después sean los jóvenes y los niños los que se apropian de ella o que la comunidad la convierte en un escenario de regocijo al hacerla escenario de sus fiestas populares y de sus formas de organización social y política.

También puede producirse la transformación simbólica de un escenario público, nacido o construido con una intencionalidad y transformado en su connotación por una acción colectiva, violenta o no, este fenómeno lo podemos identificar en el caso de los usos simbólicos de la plaza principal o del puente de Cala Cala en Cochabamba pues sus usos han variado constantemente en estos doscientos años de vida en "libertad" pero siempre dependiendo de la coyuntura social, política y económica de cada momento. Si en algún caso la plaza es un escenario para la fiesta y el regocijo como sucede en la noche final del año, en la mayor parte de los casos la plaza es el escenario de confrontación ideológica y de toma simbólica de la ciudad, tal y como sucedió con la "Guerra por el agua" durante el 2000 y cuyos actores fundamentales fueron los guerreros del agua, quienes se apropiaron de la plaza durante todo el conflicto, actores organizados callejeramente y legitimados sólo para la resolución de ese conflicto ciudadano.

Sin embargo, no puede perderse de vista que un análisis semiológico del espacio urbano debería incluir los tres niveles de análisis de signos fundamental que se expresan en: el nivel sintáctico, el semántico y el pragmático. Una aplicación de los tres niveles a la ciudad de Cochabamba incluiría en el nivel sintáctico, el mapeo específico de toda la ciudad y sus barriadas periféricas, su estructura por circunscripciones, su conformación por ejes de ordenamiento territorial, entre otros.

En el campo semántico un análisis pormenorizado nos llevaría al escenario de los significados y de los simbolismos, en este caso significa una investigación con una serie de técnicas que incluyan la alusión a lo histórico y a los significados latentes en el entorno, por zona y por edificación, requeriría el estudio arquitectónico, estético, social, ideológico y económico de determinados monumentos e inmuebles además de calles, para indagar sobre sus usos y los significados que éstos le atribuyen a cada uno de ellos.

Finalmente el análisis pragmático debería tomar en cuenta la investigación histórica, institucional, sociológica, de percepción ciudadana, de los movimientos sociales, de los actores ciudadanos y de sus relaciones con el espacio urbano, su recorrido debería llevar hacia las identidades construidas al interior de las relaciones del hombre con su ciudad.

Esos tres niveles deberían ser analizados en conjunto para realizar un verdadero estudio semiológico urbano y podrían dar lugar a la proyección de estrategias de desarrollo urbano con variantes de inclusión, apalancamiento de iniciativas productivas y sociales, fortalecimiento de ejercicio ciudadano además de ordenamiento territorial.

Sobre lo mencionado anteriormente se debe señalar que el aporte sustancial de lo semiológico puede aplicarse a diversos campos de la vida social, la semiología por sí sola debe verse como instrumento para acercarse a la realidad desde diferentes ópticas pero utilizada de manera integral, apoyada en otras ciencias sociales puede convertirse en un instrumento magnífico de diagnóstico para la planificación posterior.

En ese marco conceptual, que se ha iniciado en el campo semiológico, debemos señalar el concepto de espacio urbano, en el cual "la ciudad es un espacio donde ocurre todo tipo de actividades, tanto de producción como de intercambio, consumo y administración, y este espacio es producto de una determinada estructura social" (GONZALES 1999: 90).

La estructura social en el espacio urbano es la que determina los tipos de apropiación de los espacios públicos, sea para actividades de entretenimiento o para acciones políticas de construcción de hegemonía y lucha contra la subordinación.

La ciudad es un artefacto complejo creado por el hombre en su práctica social, esa práctica le atribuye uno o múltiples sentidos, todo ello depende del tipo de actor social que se apropia de un espacio o de la coyuntura histórica que define las relaciones a establecer con ese espacio, generalmente se atribuye dos usos constantes el de regocijo o el de resistencia.

La primera connotación que es la de regocijo tiene fuerte relación con la idiosincrasia regional, generalmente se usa ese espacio de la calle para el disfrute de los momentos de ocio o de la búsqueda de entretenimiento colectivo o grupal o, en el segundo sustantivo, el de resistencia, cuando el espacio público se convierte en escenario de confrontación social, política o ideológica para luchar contra la subordinación propia y la hegemonía de los "otros".

La idea anterior se expresa en un grafiti que señala la lucha por el territorio en condiciones de hegemonía, derecho por el cual se debe luchar para confirmarlo y legitimarlo.

 

"La plaza es nuestra" firman las palomas

"La ciudad, al comprender en sí la evolución social de diversas culturas urbanas contiene también la historia, es decir la acumulación de tradiciones, vivencias, objetivos y aspiraciones de las comunidades cuya vida circunscribe físicamente en su tiempo." (SEGRE 1995: 117)

El aporte de Segre nos permite entender que el espacio urbano es el conjunto articulador de la diversidad cultural, los procesos migratorios propios de todas las sociedades nos han llevado a la modificación de las circunstancias históricas, sociales y demográficas en cada tiempo, es así que ya no puede señalarse aspectos muy específicos como parte de la tradición "pura" de una región concreta. En el caso de Cochabamba, el configurarse como una tierra de albergue de corrientes migratorias diversas, también ha provocado que se experimente modalidades diversas de identificación y de formas de pertenecer a la identidad cochabambina.

En estos espacios deberían establecerse e identificarse las prácticas discursivas (Foucault) que se definen como práctica que forma sus objetos, pues se producen condiciones y circunstancias históricas para el desarrollo de un haz complejo de relaciones definidas por la acción de instituciones, procesos económicos y sociales, formas de comportamiento, sistemas de normas entre otras.

En ese escenario, la ciudad de Cochabamba ha desarrollado estrategias discursivas marcadas por las jerarquías sociales, ese fenómeno se ha trasladado al uso de los espacios públicos, un ejemplo de ello es la connotación que los cochabambinos tienen del espacio conocido como El Prado o el Paseo de la Alameda, escenario rural en el siglo XIX, donde empezaron a asentarse los primeros migrantes alemanes que llegaron a la región y que desarrollaron una economía productiva basada en la preparación artesanal de cerveza, comercializada en estancias de la zona y a la cual sólo podían llegar los "caballeros" de alto linaje, generalmente en carruajes con su servidumbre que debía esperarlos hasta el final de la velada.

Para reforzar ese uso elitista del paseo del prado se construyó el Arco de la Alameda, pretendiendo aludir al Arco del triunfo en París, ese arco se convirtió en un símbolo del status y de la selectividad social que caracterizaba a ese espacio público y que en la actualidad se mantiene pese al empuje territorial de los sectores populares que, a través del comercio, se ha apropiado de varios lugares antes vetados.

Foto 1

Haciendas señoriales donde se comercializaba cerveza

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Fuente: (ALARCON 1918).

Hoy, ese prado se caracteriza por ser un escenario de transición hacia la Zona Norte y mantiene su característica principal que es la comercialización de cerveza, diferentes locales han suplantado a las haciendas señoriales de los primeros inmigrantes alemanes y representan un espacio ineludible de búsqueda de entretenimiento grupal.

En este espacio también se desarrollan grandes manifestaciones culturales, artísticas, cívicas, de alguna forma todo lo importante a nivel regional debe tomar en cuenta al Prado como espacio público. Los desfiles por fechas cívicas, los homenajes a ciertos personajes, el paso de las fraternidades durante el carnaval, el paseo navideño de diciembre, son algunas actividades que han marcado la importancia ciudadana de este escenario.

Fotografía 2

Inicio del paseo de la Alameda a principios de siglo XX.

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Fuente: (ALARCON 1918).

En la fotografía precedente se muestra lo que posteriormente se denominó calle 25 de Mayo, el boceto de la Plaza Colón y al fondo la fila de árboles por los cuales se identificó al paseo de la alameda, significantes de tierra, distribución urbana caótica y sin planificación y la ausencia de grandes construcciones.

Fotografía 3

El paseo de la Alameda a inicios del siglo XXI.

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Fuente: Anónimo.

La fotografía tres es la muestra de la diferencia en la connotación simbólica del mismo espacio en tiempos y coyunturas diferentes, son cien años de diferencia entre una y otra fotografía pero se observa el uso comercial e inmobiliario que se le ha dado al lugar, lo que antes era un espacio periférico para el uso en tiempo de ocio de las clases altas ahora se ha convertido en un escenario de ejercicio de relaciones de poder económico, social y político. El poder que se trasladaba hacia la plaza principal en el anterior siglo ahora se lo ha trasladado hacia este espacio donde se ubican restaurantes de lujo, locales de entretenimiento diverso, oficinas, hotelería, finanzas, telecomunicaciones, entre otros.

Los significantes han cambiado, el desarrollo urbano ha traído diversos elementos significantes que determinan nuevos significados para nuevas generaciones: grandes avenidas, las gigantografías, los anuncios luminosos, la introducción de pantallas gigantes para hacer publicidad, el LCD, relojes troquelados en las esquinas, anuncios impresos, banners, mezclas diversas para promover un mundo de consumo en el cual las identidades son amorfas y globalizadas.

La bucólica realidad que se mostraba en la fotografía dos ha sido desplazada por las grandes construcciones de hormigón, cemento y ladrillo, atrás quedaron las construcciones antiguas de adobe y teja colonial, pero aún así el uso de antaño continúa un siglo después, aún es un lugar de definición de relaciones de poder en base a jerarquías sociales, difusas hoy pero que coexisten con el empuje de otros sectores.

Los signos urbanos no coinciden con las prácticas discursivas de los actores sociales, todo sitio donde se opera la reproducción de las relaciones sociales dominantes, ése es el centro urbano de Cochabamba, caracterizado por su vertiginoso ritmo y su espacio físico y arquitectónico inmutable al tiempo, no ha cambiado el casco viejo de Cochabamba pero si han cambiado su actividad económica y política, el centro es insuficiente para las necesidades de los nuevos actores que buscan legitimizarse en el espacio público, por ello es que hoy encontramos diversos tipos de ejes territoriales en el espacio urbano para expresar diferencia y sentar legitimidad..

 

Relaciones de poder, nuevos actores sociales

Las relaciones entre los términos: legitimidad, visibilización en el espacio público y el ejercicio de ciudadanía, tienen una estrecha relación con la evolución histórica y política en la ciudad de Cochabamba. Numerosos actores sociales y políticos se han asentado en este espacio buscando ser visibilizados en la agenda pública y ser legitimados en su reconocimiento como cochabambinos, una suerte de identidad ciudadana y de ejercicio de derechos.

Para analizar este aspecto deberíamos conceptual izar ciertos términos de importancia fundamental para este acápite, la concepción de actor o agente social y la cuestión de las relaciones de poder.

Qué puede definirse como el ejercicio de poder, pues prácticamente todas las formas de interacción del ser humano, son formas de posicionar una hegemonía sobre otras figuras o acciones, en la Cochabamba de hoy las acciones que buscan el ejercicio de poder y subordinación han ido cambiando progresivamente a lo largo de los últimos cien años.

Dentro del espacio urbano existe un manejo sistemático de las lógicas de poder que se expresan en la apropiación de los territorios, sea en forma estética, política o cultural, dentro de estos acontecimientos puede encontrarse:

El concepto de actor-sujeto, cuyos dos aspectos usamos indistintamente. Se trata de los portadores, con base material o cultural, de acción individual o colectiva que apelan a principios de estructuración, conservación o cambio de la sociedad, que tienen una cierta densidad histórica, que se definen en términos de identidad, alteridad y contexto, que se involucran en los proyectos y contraproyectos, y en los que hay una tensión nunca resuelta entre el sujeto o principio constitutivo y trascendente de una determinada acción histórica y la particularidad y materialidad del actor que lo invoca. No todo lo que se mueve o actua en una sociedad es un actor en el sentido sociológico del término, podríamos llamarlo simplemente agente. Tampoco todo lo que llamamos actor es siempre portador de una alta densidad histórica. ¿Cómo una determinada categoría social, demográfica, ocupacional, etaria, territorial, de género, etc. se convierte en actor-sujeto? Todo el problema de la sociología y la ciencia política radica en describir esto: cómo una situación material o categoría estructural se transforma en actor-sujeto y cómo los actores se constituyen e interactúan dentro de un contexto-histórico e institucional que ellos mismos contribuyen a producir y reproducir. (GARRETON 2007: 19)

La reproducción ciudadana del contexto-histórico e institucional de la que habla Manuel Garretón se expresa en Cochabamba a partir de las estrategias sociales (conscientes o no) de socialización de principios o de dogmas de clase que se expresan en la negación del lenguaje quechua, en la construcción de espacios arquitectónicos foráneos, en la búsqueda de la diferencias para los "suyos" y en la negación del problema colectivo.... Cochabamba raramente se siente interpelada por algún tipo de fenómeno que produzca una respuesta colectiva y unida.

Son muchos los ejemplos de este tipo de negación de la respuesta colectiva, los liderazgos sociales y políticos han sido casi invisibles o no han existido en los últimos años, no existe institucionalidad que pueda convocar al ciudadano, la representación política tampoco es trascendente quizá sólo el valor de la territorialidad es lo único que moviliza y que despierta el ansia de participación social.

Cochabamba es una sociedad "descreída" de su rol en la conformación del Estado plurinacional, no tiene un poder económico y productivo sólido, no ha desarrollado una industria pujante y no ha desarrollado estrategias de crecimiento del agro, en ese sentido se ha convertido en una ciudad de sectores migrantes que nunca fueron completamente aceptados en la estructura citadina y por ende nunca se involucraron de lleno en la identidad cochabambina, no existe un ansia de desarrollo sostenible y colectivo y para colmo la institucionalidad política y social no ha podido construir un discurso de integración y reconciliación.

Los actores-agentes sociales en Cochabamba están enfrentados, son diversos los motivos de este enfrentamiento: generacionales, raciales, étnicos, económicos, sociales, ideológicos, entre otros, no ha podido producirse en la región una acción que visibilice a los nuevos actores sociales y a sus demandas para poderlas materializar en políticas de desarrollo urbano, el resultado es que en el espacio urbano es donde los sectores sociales buscan su reconocimiento y su legitimación, no siempre con buenos resultados puesto que hoy la ciudad se ha dividido en sectores concretos cuyos límites no son físicos son ideológicos y económicos, culturales y sociales.

El tema de los procesos políticos de lucha y cambio social de los actores sociales se recubre con el de los Movimientos Sociales, definidos como acciones colectivas con alguna estabilidad en el tiempo y algún nivel de organización, orientadas al cambio o conservación de la sociedad o de alguna esfera de ella.

La idea de movimiento social tiende a oscilar entre dos polos teóricos. Uno es la visión de una acción colectiva que responde a tensiones o contradicciones específicas y que se orienta a resolver esa contradicción específica. El otro es la visión del movimiento social como portador de un sentido de la historia y la encarnación y agente fundamental del cambio social. Ambos polos pueden ser vistos como dos dimensiones de los movimientos sociales. Por un lado, el Movimiento Social (mayúsculas, singular) orientado al nivel historico-estructural cíe una determinada sociedad y definiendo su conflicto central. Por otro lado, movimientos sociales (plural, minúsculas), que son actores concretos que se mueven en los campos de los mundos de la vida, organizacional o institucional, orientados hacia metas específicas y con relaciones problemáticas, que se definen en cada sociedad y momento, con el Movimiento Social central. (GARRETON 2007: 20).

Al analizar procesos sociales y políticos, hay que recordar que algunos períodos históricos pueden estar caracterizados por la ausencia de movimientos sociales. Además, los movimientos sociales son un tipo de acción colectiva y no el único, que deben ser distinguidos al menos de otras dos formas de acción colectiva importantes en sociedades en cambio, como son las demandas y las movilizaciones.

Fotografía 4

Enfrentamientos en Zona Central durante abril del 2000 "Guerra del Agua"

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Fuente: Los Tiempos.

 

Fotografía 5

Enfrentamientos entre ciudadanos en enero del 2007 "Guerra por la Prefectura"

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Fuente: Los Tiempos.

En las fotografías precedentes y en los datos sobre los dos conflictos sociales encontramos la irrupción de nuevos agentes sociales, intempestivos, no organizados pero sí aglutinados por causas comunes que incidían en su calidad de vida pero que posteriormente desaparecen como movimiento.

Debe señalarse que durante estos procesos de alteridad en el espacio urbano, la calle se convirtió en el escenario de ejercicio ciudadano de protección de los derechos colectivos, con diferentes elementos constitutivos pero con un impacto fundamental para entender el ordenamiento social y político además de urbanístico de hoy.

Sin embargo, para comprender la afirmación anterior en su contexto de desarrollo deberíamos trabajar una cronología breve de los principales hechos históricos que han cambiado el entorno de la ciudad de Cochabamba

 

A manera de contexto

Cochabamba es una ciudad fundada el 1 de enero de 1574 por Sebastián Barba de Padilla, por orden del Virrey Francisco de Toledo, con el nombre de Villa de Oropeza, encontrándose por primera vez el nombre actual el 5 de agosto de 1783, su nombre proviene de una voz quechua cuyo significado es lago pantanoso.

Ciudad de élite agraria, con grandes espacios de consumo y entretenimiento además de otros espacios de simbolización del status social de cada sector

 

Hechos históricos fundamentales

  • Configuración de una estructura urbanística desordenada e improvisada, generalmente basada en el uso ilegal de la tierra.
  • Guerra del Chaco, genera en Cochabamba de la idea de que la nación es algo más que el entorno del valle, permite configurar un nuevo panorama comercial y político para la región.
  • Surgimiento de burguesía comercial urbana, producto de los constantes conflictos con la organización campesina en el campo, muchos terratenientes empiezan actividades comerciales en la región, sobre todo en el campo de textiles y boticas, además de comidas. Lo llamativo de este surgimiento es que se configura como una burguesía sin capacidad de planificación, ni ansias de crecimiento, no explora los mercados de otros departamentos y se estancan en pequeñas inversiones que heredan a sus descendientes.
  • Redes de poder clasistas y racistas hasta 1950, la región se caracterizó por presentar una élite agraria con posturas conservadoras hasta después de la guerra del chaco, pues asumían su poder sobre la tierra como algo heredado que no debía cambiarse.

La región estaba desintegrada en términos económicos, geográficos, sociales y culturales, las catorce provincias se comunicaban débilmente por caminos casi impracticables ,la circulación de productos era precaria y costosa y afectaba al valor de la tierra, pocos terratenientes poseían tractores, camiones y maquinaria agrícola, no mejoraban sus instalaciones (cf. GORDILLO 2007: 15).

Grafico 1 Mapa de Cochabamba

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El fraccionamiento y mercadeo de las tierras generó un amplio y complejo sistema de propiedad donde coexistían indígenas propietarios de grandes extensiones, piqueros y mestizos con muchas tierras, colonos e indígenas sin tierra y hacendados que tenían una posición predominante en el seno de la sociedad rural y urbana. Las barreras de casta diseñadas en el periodo colonial y que funcionaban eficazmente en occidente y oriente, eran, en cambio, muy tenues en la región de Cochabamba, ello enervaba a las élites porque les demostraba cuán frágil era su posición de dominio en la estructura social y, por eso, se encerraban excluyendo no sólo a las clases subalternas bajo un rígido mecanismo de diferenciación étnica , sino también a las familias de los terratenientes provinciales que eran menospreciados y segregados. (GORDILLO 2007: 15).

Cabe destacar que en la sociedad cochabambina se valoraba de forma simbólica la pertenencia a clubes sociales, los cuales realizaban un estricto control de las características sociales y étnicas de cada familia, pues la aceptación en el club generaba una serie de relaciones sociales, financieras y políticas que podían reforzar su permanencia de clase, en ese sentido sólo seis de cada diez familias de la élite agraria eran aceptados en estas organizaciones.

Un caso llamativo fue el del multimillonario minero Simón I. Patiño que pretendió ser aceptado en la "alta sociedad" cochabambina adquiriendo grandes extensiones de tierra agrícola y construyendo el Palacio de Portales además del Banco Mercantil, aún así fue negada su afiliación por no encontrarse entre las élites socialmente reconocidas de la sociedad, de alguna manera, se afirma que el poder económico no debía incidir en la legitimación social de ciertos sectores considerados populares e "ignorantes".

  • Reforma agraria 1952 y la Revolución Nacional

La toma del poder por Movimiento Nacionalista Revolucionario en 1952 ocasionó que en Cochabamba terminara por instituirse la distribución de tierras desde el Estado y mediante el sindicato campesino, aspecto que expulsó definitivamente a las élites criollas del campo y las llevó a la ciudad. En el campo se prohibió la tenencia de tierras en propietarios que no fueran campesinos, ese detalle determinó que la inversión privada jamás retornó al agro en la región.

A nivel nacional se promovió acciones fundamentales para el desarrollo de occidente, principalmente de La Paz con el apoyo de su industrialización y creación de un sector privado protegido por el gobierno y en el caso del oriente "con la creación de una clase terrateniente beneficiada con el mantenimiento de sus propiedades y con créditos financieros" (GORDILLO 2007: 19).

Para Cochabamba no existió un proyecto de la Revolución Nacional, se permitió que los sindicatos fueran los poseedores de las tierras y que los terratenientes fueran "desarraigados de sus tierras y que se instaurase un tipo de vida cotidiana sin respeto por la ley y el orden, que poco a poco fue moldeando una particular cultura social y política en la región sin identidad definida, sino con resultados híbridos que se van produciendo en cada coyuntura convulsionada" (GORDILLO 2007: 20).

Ese punto observado por Gordillo se verifica aún hoy en el espacio Cochabambino, la identidad sin definición, sin características reales e identificables, la falta de una idiosincrasia cochabambina que se vehiculiza en todos los aspectos.

Las instituciones económicas como la propiedad de bienes, los mercados de trabajo y las relaciones de cambio de la moneda fueron afectadas y deterioraron la estabilidad de la economía regional. La producción rural y urbana en el departamento se realizó sin contexto social y político vacío de toda institucionalidad, sin ley ni orden que condujera el comportamiento ciudadano. (GORDILLO 2007: 21).

En definitiva, la Revolución Nacional produjo en Cochabamba fenómenos que perduran en el tiempo y que paulatinamente han caracterizado la forma de actuar y pensar del ciudadano común a nivel regional.

  • Olvido de la década de 1970

Los gobiernos militares durante la década de los setenta significaron para Cochabamba la marginación de cualquier proyecto de desarrollo nacional, la expansión industrial y agrícola se llevó adelante en tierras del oriente y para la ciudad capital del departamento significó crecer de forma lenta hasta llegar a conformar una mancha urbana que une diferentes poblaciones una con otra pero sin una planificación concreta ni un manejo urbanístico y arquitectónico planificado y consensuado.

Los sindicatos campesinos reprimidos por los gobiernos militares de la época comenzaron a perder influencia y el valor de la tierra agraria fue disminuyendo producto de la producción pobre e individual de los propietarios hasta que estos decidieron vender sus tierras para migrar hacia los centros urbanos.

El déficit habitacional comenzó a sentirse durante este periodo en el que la tierra sub urbana perdió su característica agraria y se convirtió en la periferia de la ciudad que actualmente está circundada por barrios marginales de migrantes de las áreas rurales y de otros departamentos del país.

  • Las corrientes migratorias -irrupción de los relocalizados- asentamiento en espacios sub-urbanos

Durante el retorno a la democracia se produjeron fenómenos importantes como es el de la hiperinflación, la implantación de la Nueva Política Económica (NPE), el decreto 21060, la relocalización de los sectores mineros y la migración paulatina de ciudad en ciudad y hacia el exterior del país.

La relocalización de los sectores mineros fue el fenómeno que transformó la estructura social en Cochabamba, modificó el espacio urbano y las prácticas culturales, como sector se posicionaron de espacios periurbanos con función agrícola y construyeron un movimiento legítimo pero sin la legalidad sobre la tierra, los gobiernos regionales fueron incapaces de ofrecer una solución habitacional a las corriente migratorias que buscaron asilo en Cochabamba, sin acceso a servicios básicos, con construcciones precarias, sin reconocimiento y aceptación social los recién llegados se impusieron en una ciudad que no los aceptaba

  • La economía informal y la transformación del rostro cochabambino

En el mismo contexto se produce el surgimiento avasallador de la economía informal, precisamente a manos de este nuevo sector migrante que al no tener espacios productivos legales en el municipio deciden insertarse en los sectores contrabandistas y comenzar microempresas informales que provocan una nueva dinámica económica a nivel regional.

Esos sectores fueron afianzando su estrategia de sobrevivencia en base a la liberalización de la economía, generando espacios en la ampliación de la plaza de los mercados populares desde los cuales empezó a aglutinarse en gremios y sindicatos, figura similar a la de los sindicatos mineros y campesinos.

El impacto de la economía informal no se expresaba en número confiables y estadísticas pero la industria y empresa legalmente establecida fue afectada por el empuje de esos sectores migrantes, de alguna manera la reacción de la sociedad cochabambina a la llegada de estos sectores fue la de no aceptación por características étnicas, raciales y culturales.

El asentamiento de estos sectores, si bien se realizó en los anillos periféricos, en realidad se produjo con fuerza en los espacios de los mercados Calatayud, San Antonio, La Paz, Miami, etc., definiéndose un nuevo fenómeno que era la convivencia familiar en espacios reducidos de metro y medio en el cual asentaban su proyección económica y familiar.

Los rituales empezaron a cambiar en relación las fiestas y a las prácticas sociales y culturales, se hizo común observar: prácticas andinas para santos, festividades, presteríos, danzas, estética ciudadana, entre otras.

La apropiación territorial de estos nuevos actores sociales se produjo en el casco central y zona sur, creando una populosa urbe que aún se debate entre legitimidad y legalidad por su apropiación de la tierra y por su necesidad de ser reconocida como parte de la estructura social en Cochabamba.

Las nuevas generaciones de estos migrantes relocalizados, ciudadanos nacidos en Cochabamba, continúan con la estrategia de sus progenitores pero en condiciones económicas saneadas, se han dedicado a recibir instrucción pero aún consideran que no han sido completamente aceptadas por el entorno urbano, por sus características sociales, sus prácticas, sus apellidos y en definitiva, por una suerte de discriminación étnica.

A nosotros no nos dejan entrar en los locales de los niños bien, para nosotros están las bailantas, las discotecas de la zona sur, nos ven en un buen carro creen que es robado y nos exigen identificación, si eso no es racismo yo no sé qué puede ser, he nacido aquí, mi carnet dice cochabambino pero ¿De qué me sirve este papel si no me asegura nada? (entrevista en profundidad a Brandon Choque 14 I 10)

Analistas sociales coinciden en que la estructura racista de las élites regionales aún mantiene sus características de reconocimiento y pertenencia, de ahí que los sectores migrantes aún no pueden considerarse completamente reconocidos y legítimos en esta tierra,

El discurso social y la práctica discursiva se asentaba el nosotros vs. los otros, la pertenencia y la no pertenencia, aspectos que traían raíces históricas-urbanas difusas y perdidas en el tiempo y que siguen reproduciéndose en la actualidad.

Uno de los efectos de la revolución del 1952 fue el desarraigo y desplazamiento de la clase terrateniente de las estructuras de poder político, social, simbólico y económico y la sustitución en estas estructuras por diversos grupos de clase media y sectores populares que se acomodaron en posiciones de poder ya no basadas en la propiedad territorial sino en el manejo del conocimiento con la profesionalización de las nuevas generaciones y con el desarrollo de economías urbanas que transformaron los anteriores patrones de acumulación y generación de riqueza (GORDILLO 2007: 133).

De acuerdo a la cita, uno de los resultados que se experimenta desde 1952 es la ampliación de los sectores medios y la ampliación y fortalecimiento "y proyección económica de importantes conglomerados sociales dedicados al comercio en los mercados de abasto en calles y ferias, a la prestación de servicios de diversa índole" (GORDILLO 2007: 134).

También es necesario indicar que parte de esos sectores de relocalizados que prefirieron migrar hacia sectores del oriente del departamento, concretamente el caso del Chapare para dedicarse labores de producción de la hoja de coca y que fortalecieron el movimiento político y social cuya organización ha permitido la investidura del primer presidente indígena en Bolivia.

Los nuevos agentes sociales políticos y económicos han sido denominados emergentes y son: los comerciantes, los regantes, los transportistas y las élites dedicadas al sector de la construcción, nuevos grupos que ejercen estrategias de hegemonía de acuerdo a la coyuntura regional pero que no han podido articularse como clase social.

Se experimenta actualmente una relación importante entre las actividades comerciales y las del trasporte público como las principales actividades de la población inmigrante del Altiplano, de igual manera ante una ausencia de liderazgos fuertes o de una clase dirigente en la región las relaciones de poder se han fragmentado y no muestran capacidad para organizar proyectos colectivos para la conducción social.

Esa incapacidad regional de articularse colectivamente es uno de los elementos que provocó un festejo del bicentenario completamente marginal y reduccionista en la participación ciudadana, no existieron liderazgos que permitan romper la confrontación social y política que caracteriza a este pueblo y por ende, ninguna acción pudo convocar e interpelar a toda la ciudadanía.

Cochabamba es una sociedad en permanente conflicto de grupos de interés, sin identidad ni proyección histórica común y su devenir siempre está sujeto a la inestabilidad institucional, a las presiones de los movimientos sociales y políticos y al acentuado individualismo que impide la posibilidad de crear visiones de futuro, metas de interés colectivo y acuerdos sociales de vida cotidiana. (GORDILLO 2007: 134)

  • "Guerra por el Agua" y la "Prefectura"

La expresión del conflicto estalló en dos ocasiones con fuerza avasalladora, la primera durante la confrontación regional contra el gobierno del entonces Presidente Hugo Banzer Suárez por la privatización de la compañía de agua durante abril de 2000, conocida como la "Guerra del Agua"; la segunda estalla en enero de 2007 cuando sectores campesinos y cocaleros del departamento cercan la ciudad para exigir la renuncia del prefecto Manfred Reyes Villa, el motivo es el apoyo de esa autoridad a la autonomía de Santa Cruz pero existe instrucción política de derrocarlo como el verdadero argumento, en este conflicto se produce la quema de la prefectura y el enfrentamiento brutal entre campesinos y cocaleros con ciudadanos que pretendían defender el territorio urbano.

Ambos enfrentamientos dejan saldos de muertos y heridos; el primero en base al enfrentamiento contra el poder institucional en defensa de un derecho básico y el segundo deriva en un enfrentamiento entre la misma sociedad civil, pero en un conflicto esencialmente territorial, motivo por el cual ha merecido la atención de numerosos estudios

Por la importancia de este último conflicto se realiza una cronología de los hechos desde diciembre 2006 hasta enero del 2007, tabla que perfila cómo aconteció el desarrollo y resolución del conflicto que afectó profundamente las formas de concebir la apropiación simbólica de los territorios en la ciudad de Cochabamba.

Tabla 1 Cronología Guerra por la Prefectura

Tras este conflicto social la ciudad desnudó sus falencias históricas a nivel de los liderazgos regionales, sin una estrategia de pacificación (imposible institucionalmente) quedó paralizada por la violencia del enfrentamiento. Siglos de rencillas raciales e ideológicas se plasmaron en esa instancia, las divisiones de clase y la tergiversación política generó una respuesta violenta entre pares sin que las institucionalidades como la policía o la Alcaldía, ni la iglesia pudieran evitar el desenlace.

Este fenómeno muestra la compleja distribución actual de las redes de poder en el espacio urbano cochabambino, difuso, ambiguo y completamente atomizado, fragmentado y débil. Simbólicamente, los agentes sociales se han apropiado de los espacios territoriales, marcando sus límites y separaciones de forma muy tangible y gráfica pero sin liderazgos sólidos que puedan articular una propuesta de ideas en común.

En ese marco sería necesario articular una propuesta institucional que cambie las relaciones estructurales entre sectores para hacerlos parte de una estrategia de desarrollo local basada en la idea de la reconciliación ciudadana.

Ese fue el elemento clave que faltó al cochabambino en el festejo de los doscientos años del grito libertario, analizar qué estábamos festejando como cochabambinos y que debíamos perdonarnos como ciudadanos de esta tierra, lamentablemente enfrascados en las lides políticas y en la cooptación e improvisación en el poder político las instituciones fueron incapaces de hacer una lectura culpable de la historia de Cochabamba.

En el marco de una política regional debía señalarse el fin de los mitos de Cochabamba , el Granero de Bolivia o la Ciudad Jardín para mostrar una sociedad en busca de su reencuentro entre iguales, basada en la aceptación y tolerancia a la diferencia, el slogan de esta fiesta no debía ser Cochabamba doscientos la ciudad del bicentenario debió ser.

  • Cochabamba. La sociedad del re-encuentro-la diversidad sin sometimientos- Doscientos años con los brazos abiertos.

Las significaciones han cambiado, los discursos también, no son los mismos actores sociales los que conforman el que hacer cotidiano de Cochabamba y han surgido nuevas prácticas dominantes y nuevos sectores deseosos de ser identificados, reconocidos y legitimados.

 

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Enviado: 22 de junio de 2011

Aceptado: 18 de agosto de 2011.

 

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