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Punto Cero

versión impresa ISSN 1815-0276versión On-line ISSN 2224-8838

Punto Cero v.14 n.19 Cochabamba  2009

 

Charlas con cultura: Interacciones y reproducciones culturales a través del celular

Talks with culture: Interactions and cultural reproductions trough the cell phone

Andrea Alemán Andrade

Boliviana. Comunicadora Social titulada de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” (Cochabamba). Realiza estudios de Sociología en la Universidad Mayor de San Simón y consultorías para la Unidad de Comunicación de la Fundación PROINPA.

a.enred3@gmail.com


Resumen

Las interacciones a través del celular tienen formas propias de realizarse dependiendo de la cultura del usuario, y de otros factores como los sociales, generacionales, económicos y de género.

El presente artículo presenta un panorama sobre las diversas interacciones y reproducciones culturales presentes en la comunicación a través del celular por la población de Tolata (tercera sección de la provincia Germán Jordán) dentro de su vida cotidiana entre junio a diciembre del 20081.

Palabras clave: interacciones, reproducciones culturales, cultura, comunicación y celular.

Resumo

As interações a través do celular têm formas próprias de se - realizar dependendo da cultura do usuário, e de outros fatores como os sociais, generacionais econômicos e de gênero.

O presente artigo apresenta um panorama sobre as diversas interações e reproduções culturais presentes na comunicação a través do celular pela população de Tolata (Terceira Seção da Província Germán Jordán) dentro da sua vida cotidiana entre junho a dezembro de 2008

Palavras clave: interações, reproduções culturais, cultura, comunicação, celular.

Abstract

The interactions through the cell phone have their own forms of being depending of the user’s culture, and other factors such as social, generational, economic and gender.

This article presents an overview of the various interactions and cultural reproduction in communication through the cell phone in Tolata’s population (third section of the Germán Jordán province), into their daily lives from June to December of 2008.

Keywords: interactions, cultural reproductions, culture, communication and cell phone.


Introducción

La interacción, como en cualquier otro medio de comunicación, es la principal función del celular, pudiéndose desarrollar dos tipos de interacciones: la primera, con el mismo artefacto (juegos, música), y la segunda, interacciones con otra persona.

En el artículo se desarrollará el tema de la interacción con otra persona a través del celular, las cuales se asemejan bastante a una comunicación interpersonal ya que existe una relación en tiempo real y privacidad de expresión; y es que las interacciones no significan solamente una transmisión de mensajes, sino llegan a simbolizar transferir cierto espacio diferente con tan solo un contacto de voz, algún escrito o señales de silencio.

La cultura se muestra como un actor prioritario que contrasta entre su no estatismo y su capacidad de reproducción, lográndose una convivencia de ambos elementos. Así como se va reproduciendo, también se va modificando, pero esa reproducción llega a desenvolverse a través de procesos que, como indica Marcelo Guardia: “se expresan como signos susceptibles a comunicar y producir sentidos” (2003: 71).

En el ámbito boliviano, pocos estudios se han realizado al respecto. Si se habla de nuevas tecnologías, normalmente se toca el tema del Internet, aunque la Superintendencia de Telecomunicaciones en su libro 10 años de Revolución de las Telecomunicaciones mostró cómo incrementaron las líneas de móviles en el país y los efectos sociales que ello implicó. A nivel internacional, la temática va adquiriendo cada vez más importancia, haciendo énfasis en el tema Howard Rheingold y Zygmunt Bauman, que con su literatura demuestran los cambios que logran las tecnologías móviles en el cotidiano.

Bajo el interés de conocer más de fondo los cambios sociales y culturales que trajo el celular en la población rural, la investigación se realizó en Tolata (tercera sección de la provincia Germán Jordán) dentro de la vida cotidiana de su población entre junio a diciembre del 2008, puesto que es la cuarta provincia del departamento de Cochabamba (después de Cercado, Quillacollo y Chapare) con mayor número de hogares que tienen servicio telefónico fijo o móvil2 (INE 2005), pero además, está envuelta dentro de factores de migración, globalización y nuevas tecnologías que logran realizar interrelaciones propias en el pueblo.

Siguiendo un tipo de investigación descriptiva, al tratar de detallar las características del objeto de estudio en su intento de conocerlo, trabajando las variables de forma independiente y una metodología cualitativa, la investigación fue elaborada en base a tres técnicas: la entrevista, observación y encuesta.

La entrevista y observación se trabajó con un muestreo no probabilístico intencional. Para la encuesta se aplicó un muestreo probabilístico. De los 1.513 habitantes de Tolata (pueblo) mayores a 15 años, se extrajo una muestra de 235 habitantes (15,5%), con un margen de error de 6%.

1. El idioma

El idioma es una de las principales formas de visualizar la cultura presente en las interacciones. Desde las encuestas se vio que el 67% de los tolateños comparte el quechua y el español al momento de conversar, siendo bilingües sin problema alguno.

El idioma es una reproducción cultural a través de las palabras. Íbico Rojas indica que el idioma no es “una realidad tan simple como un conglomerado o «conjunto de palabras», sino un todo orgánico. […] la lengua no es un hecho natural, sino cultural” (1997: 147).

El idioma siendo un hecho cultural también representa pensamiento, una cosmovisión y una lógica de organizar ideas. Este “todo orgánico” no sólo aporta a la expresión del ser humano, sino va llevando a cabo una reproducción cultural que ha pasado de generación en generación, y no erradicada por el celular.

La cultura es conducta compartida, no es algo idiosincrásico propio de un individuo, sino que es una conducta común a un conjunto más o menos amplio de personas. Y también es una conducta transmitida, ya que no es creada a partir de un punto cero por cada generación, sino que representa el legado social que se recibe del pasado. En toda cultura hay elementos de continuidad en las sucesivas generaciones (CÁCERES 2003: 37).

En Tolata, el quechua tanto como el español son partícipes de las charlas por telefonía móvil, sin importar el lugar al que se llame. Neysa Soto3 relata que normalmente el quechua es el idioma con el que los mayores comienzan una charla, y depende del “humor o el estado de ánimo de la otra persona para que le conteste en quechua o castellano. Cuando mi tía me habla en quechua, en quechua le contesto, y si me habla en castellano, también” (Entrevista a SOTO, 19/09/08).

El celular y las nuevas tecnologías son una forma más de reproducir la cultura. El teléfono móvil lleva el quechua a Estados Unidos, España y Argentina. Juana Coca por ejemplo, utiliza este idioma para comunicarse con sus hijos que viven en Estados Unidos. Aunque ella indica que el uso del idioma depende de la otra persona: “yo le saludo en quechua, si te contesta en castellano, tú tienes que hablar en castellano, si te contesta en quechua, yo también sigo hablando en quechua” (Entrevista a COCA, 23/10/08).

El quechua es más utilizado por las personas mayores que por los jóvenes. Por medio de la observación se apreció que los mayores normalmente mantienen charlas en su idioma madre. En cambio, los jóvenes comienzan la conversación en español, y según como se les responda, continúan en un determinado idioma y con un tono de voz particular, dependiendo de la persona con quien hablan.

La transferencia del idioma, marca una reproducción cultural más allá de las fronteras y barreras generacionales. El hecho de que el quechua vaya reproduciéndose, muestra la integración entre una cultura tradicional y las nuevas tecnologías. El celular permite de alguna manera mantener la personalidad (una cultura tradicional) y reproducirla.

2. Modismos y acentos

Los modismos y acentos son de posible transferencia a través del celular. El tipo de voz en las llamadas es un elemento primordial, y es que con un hola es posible comenzar una charla haciéndose reconocer sin la necesidad de presentarse.

Juana Coca comenta que su nieta4 habla cada semana a través del celular con sus primas de Santa Cruz, y el acento se le queda grabado. “Mi nieta también quiere hablar por celular. A la semana habla una vez por lo menos con sus primas de Santa Cruz y luego como cambita me está hablando. Puej, puej, dice” (Entrevista a COCA, 23/10/08).

La reproducción de modismos y acento no implica un viaje al extranjero, sino el acento se queda en uno por medio de las charlas telefónicas. Este es el caso de Neysa Soto, quien vivió toda su vida en Bolivia y sólo algunas vacaciones fue a visitar a su mamá en Argentina.

Ambas se comunican casi diariamente por medio de las llamadas (hasta tres horas por día), y cuando se la escucha hablar, ella no se desprende de los clásicos modismos argentinos de “che”, “vijte”, “”, utilizándolos con toda naturalidad.

Los modismos y acentos que son transmitidos a través de una conversación vía celular tienen el propósito del “entendimiento, es decir, pretenden logar algo en común por medio del mensaje que comparten” (FONSECA 2000: 4). Ambos también se van posicionando como un común entre las dos personas.

Néstor García Canclini (cf. 1999: 41) señala que las apropiaciones de bienes (modismos, acentos) son actos de distinción simbólica, integración y comunicación. El hecho de que los tolateños adquieran modismos de personas que viven en otros países, llega a significar más allá de un contacto constante, una integración con ellos. La reunión a la distancia.

Si bien el idioma parece extenderse fuera de las fronteras, los modismos tienen un proceso inverso, se internalizan. Estos últimos sutilmente llegan a Tolata y son adaptados en las expresiones de sus habitantes. Por ejemplo, un quechua bañado de acento gaucho o español no es de extrañarse, siendo esas formas híbridas pero especiales de voces, reproducidas con naturalidad a través del celular.

3. Expresiones móviles

Los tonos de voz son una forma más de comunicar a través del teléfono móvil. El cómo llegan las palabras al otro son importantes para darle un valor y lograr un mejor entendimiento del mensaje. La palabra no significa tanto por sí sola, necesita de un contexto ligado a emociones, las cuales producen diversas entonaciones de voz. Socorro Fonseca señala que la comunicación oral a través de la voz y recursos de expresividad como tonos de voces o entonaciones, colaboran en la interpretación del mensaje, además de complementarlo (Cf. 2000: 15).

Por el celular los tonos de voz, las muletillas, los modismos son compartidos y van creando nuevos códigos entre las dos personas que llevan la charla. La importancia del tono de voz es la transmisión de sentimientos o estados de ánimo, los cuales seguramente afectarán al otro que está tras el teléfono.

Mis amigas por ejemplo, no sé por qué, pero cuando hablan por celular, automáticamente cambian su tono de voz. Cuando hablan con su chico es diferente, cuando hablan con su mamá también (Entrevista a SOTO, 19/09/08).

El celular permite un contacto interpersonal con la otra persona, entonces cuando el teléfono suena se puede hallar cierta privacidad (retirarse del montón para contestar la llamada), pero sobre todo se comparte una charla casi con la misma facilidad como si estuviera frente a la otra persona.

Las palabras, los modismos, los códigos propios pueden reproducirse con toda facilidad a través de esta tecnología, con apertura a innovar nuevos códigos para una comunicación móvil.

Íbico Rojas plasma que todo depende del “desarrollo sociocultural de los hablantes” (1997: 171), es decir, que el cómo utilizar el tono de voz está en relación con el contexto comunicacional y el receptor.

Que la tecnología medie una comunicación no implica desprenderse de las expresiones frente a diversas situaciones. A veces este artefacto llega a ser el único medio de comunicación para los tolateños y sus parientes en el extranjero, por lo que no tienen más que hablar con la misma soltura que si estuvieran cara a cara.

“Cuando hablo con mi hija, si me hace renegar yo le grito igual, no me retengo” (Entrevista a COCA, 23/10/08). Coca utiliza el teléfono móvil para contactarse sobretodo con sus hijos que radican en el extranjero. Ese el único medio que les permite reunirse casi diariamente, sin necesidad de dejar su comercio ni que su hija espere que esté su mamá en casa para hablar con ella, por lo que no pueden ocultar emociones ni disimular ciertas expresiones frente a diversos momentos.

Leonardo de la Torre considera al celular un “vehículo afectivo que regular de información entrañable sobre los detalles de la vida en el extranjero” (2006: 117). El emitir sentimientos y emociones a través del celular es posible, no valen simulacros. El tono de voz lo dice todo, y un silencio también. Es por ello que la telefonía móvil, sin importar el tiempo y el espacio, conecta de forma entrañable a dos seres humanos.

El tono de voz está ligado a las expresiones, y éstas, dependiendo de las personas, el lugar y la situación, son completamente emitidas o se las trata de controlar. Hay situaciones y contextos en las que realmente es difícil decir ciertas palabras o lanzar tonos de voces fuertes.

El celular, una vez más dependiendo del uso que se le dé, puede llegar a ser utilizado para expresar tonos de voces y emociones o por el contrario, ocultarlos. Al ser la voz aquella que permite dibujar a la otra persona en la mente de uno, muchos pueden llegar a decir estoy bien frente a una situación no muy alegre, y actuar un tono de voz tranquilo, para cubrir sus verdaderas emociones.

Pero las palabras nunca están de más. Pedro Sempere señala que el teléfono móvil “representa también la multifuncionalidad. Es arma de […] Expresión de amor y cohesión familiar  (“¿Estás bien?”, “Ya he llegado”, “Te quiero”)” (2007: 330).

La palabra es el medio que el celular maneja para transmitir el mensaje, ya sea por las llamadas o los mensajes de texto. Sin palabras este artefacto no tuviera mucho sentido, puesto que a través de ella se logra la conversación, aunque no hay duda que el silencio también comunica.

4. Entre la privaciad y el control

Como se ha visto hasta el momento, hoy en día el celular no sólo se representa como un teléfono móvil, sino tiene más connotaciones por detrás. Es un artefacto que a través de su consumo, llega a ser un ícono de la movilidad social y el individualismo, y a la vez, de la interacción e interconexión a distancia. Pero hay más:

El celular es algo más que un simple teléfono: es un medio personal, para fines de comunicación individual, un espacio para jugar, un auténtico símbolo de identidad, con opción de comunicación anónima, donde se puede ampliar el ‘campo de la experiencia erótica’, creador de nuevas formas de escritura (entre el leguaje escrito y el hablado) (MUÑOZ s/f: 10).          

La individualidad del celular ocasiona una personalización del mismo. En la mayoría de los casos el celular es de uno, y no llega a ser compartido. Ello permite una privacidad en las comunicaciones que se realizan a través del mismo, pero por otro lado, el contacto directo con la persona a quien se busca. El hecho de que este artefacto sea individualizado, supone interacciones propias a través de este medio, lo que representa buscar maneras de hacer privadas las conversaciones con el otro.

El mensaje de texto es una buena alternativa para los jóvenes de interactuar a espaldas de sus padres. Así como con las llamadas telefónicas, los mensajes de texto también presentan señales de ciertos sentimientos profundos o del momento que llegan con las palabras. La palabra escrita u oral hace a la comunicación móvil.

[En este caso, lo jóvenes a través de los mensajes de texto también] expresan odio, cotillean, actúan de intermediarios y manifiestan deseos, aun cuando el remitente no se atreva a efectuar una llamada o en situaciones donde otros canales de comunicación son inadecuados. El mensaje de texto es la cara furtiva de la comunicación (Kasasniemien en RHEINGOLD 2004: 44)5.

Los mensajes de texto, que son normalmente aplicados por los jóvenes tienen tres razones de uso: 1) por el lado económico son más baratos que la llamada telefónica, y con un mensaje se puede llegar a expresar casi lo mismo que con una llamada de un minuto que implica saludo y despedida; 2) el tono de voz no delata un estado de ánimo específico o el ambiente en el que uno se encuentra y, 3) los mensajes de texto están fuera del conocimiento de usos de celular de los papás y se almacenan como recuerdos propios de los amigos en un buzón de mensajes.

[Los jóvenes entre 14 a 20 años] han adoptado un medio que les permite comunicarse con sus amigos, fuera del ámbito controlado por los padres y profesores, en el momento de la vida en que se separan de la familia para consolidar su propia identidad como mientras de un grupo (RHEINGOLD 2004: 53).

Howard Rheingold desarrolla la idea de que “la misma tecnología puede utilizarse como arma de control social y como medio de resistencia” (2004: 24). En este caso el control de padres a hijos es a través de la llamada, y la resistencia se da al apagar el celular, o con la comunicación por mensajes de texto.

Luís Gálvez6 relata que antes llamaba o mensajeaba al celular de su chica de noche porque era muy tarde llamarla a su casa. “Ese tiempo hasta 100 Bs. gastaba en crédito por semana, cada noche charlábamos. Sus papás no sabían, así era mejor” (Entrevista a GÁLVEZ, 19/09/08).

A diferencia de los medios tradicionales, las nuevas tecnologías ofrecen mayores oportunidades y canales de comunicación que van entre lo escrito y lo oral. Por el nivel de conocimiento en cuanto a la escritura digital o el cómo utilizar la aplicación de mensaje de texto, en varios casos los papás o abuelos no logran participar ni controlar estas interacciones de los jóvenes.

Pero sobre esas formas de comunicarse fuera del conocimiento de los padres, Gálvez cuenta que no podía ir contra con el control que le hacía su mamá desde Estados Unidos, por lo que no le quedó más remedio que deshacerse de su celular.

Todos los días me llamaba, que dónde estás, que qué estás haciendo, que a qué hora llegas, que por qué apagas tu celular… tu hermana dice que nos has ido todo el día […].  Me aburrí y vendí mi celular, recién nomás. Ahora estoy más tranquilo (Entrevista a GÁLVEZ, 19/09/08).

Este control familiar, aunque muchas veces llega a causar pesadez y/o riñas, no es más que un producto de la preocupación de que los familiares de uno se encuentren bien. Así como los padres se preocupan por sus hijos, los hijos también llegan a velar porque sus familiares no tengan problema alguno.

Les llaman y les controlan. Hay veces que se hacen lío por eso. Por ejemplo, su mamá le quiere encubrir ¿no?, entonces [el papá del extranjero] le llama a su mamá y ella le dice: “está aquí, está lavando, está haciendo sus tareas…”. Le llama [luego] a la chica o al chico y le dice otra cosa, que ha ido con sus amigas a pasear, y ya no es lo mismo que le ha dicho la mamá, entonces les reta a las dos (Entrevista a SOTO, 19/01/09).

El hecho de estar lejos, de ser migrantes o hallarse en casa sin saber dónde está el hijo, el padre, la esposa, causa la necesidad de ubicar a aquella persona, y ello se logra por medio del celular. Este artefacto actúa también como un localizador.

Este control no es sólo entre las familias, también existen situaciones en las que desde el exterior las personas dejan encargados para que miren sus tierras o construyan sus casas, entonces la primera herramienta de trabajo, es un teléfono móvil.

Juana Coca cuenta que “desde allá le llaman al que queda encargado de la tierra constantemente, o para la construcción de la casa. Entonces mandan los planos, y luego por celular nomás controlan cómo se está haciendo. Fotos a veces sacan para mostrar” (Entrevista a COCA, 23/10/08).

En la práctica, el poder se ha vuelto verdaderamente extraterritorial, y ya no está atado, ni siquiera detenido, por la resistencia del espacio (el advenimiento de los teléfonos celulares puede funcionar como el definitivo “golpe fatal” a la dependencia del espacio: ni siquiera es necesario acceder a una boca telefónica para poder dar una orden y controlar sus efectos. Ya no importa donde pueda estar el que emite la orden, la distinción entre “cerca” y “lejos” o entre lo civilizado y lo salvaje, ha sido prácticamente cancelada) (BAUMAN 2005: 16).

El poder de los padres frente a los hijos, de los hijos con sus padres de los migrantes con sus responsables de tierras y construcciones, se baña del deseo de saber que todo está bien y que uno, esté donde esté, participa en su tierra y sabe qué ocurre ahí.

Es fundamental para los migrantes el hacer acto de presencia, y eso sólo es posible a través de la telefonía móvil. Éste es el único medio que encuentra al otro en cualquier lugar de improviso. Lo pilla en su cotidiano, y eso hace que participe de una forma inesperada y verdadera en la vida, realidad y tiempo del otro.

5. El silencio

El silencio es el estado imperceptible que más ruido hace. El no pronunciar no implica una no-comunicación. El hecho de mantenerse callado, es emitir un mensaje que llega a tener un significado. Y aún con el celular en medio, el silencio no deja de ser una forma de decir.

El silencio desde el celular se da a través de tres maneras: 1) apagando el celular por motivos de trabajo, descanso, intimidad, estado anímico, 2) apagar selectivamente para no atender la llamada de una persona en especial (llamadas filtradas) (Cf. OTERO 2001), o 3) llamar con número privado.

Estas tres formas de guardar silencio, o en todo caso de esconderse de quien llama puede llegar a causar enojo o preocupación por el receptor. Juana Coca, por ejemplo, cuenta que sus hijos se enojan con ella cuando apaga su celular, ya que ellos quieren que éste esté siempre prendido (Entrevista a COCA, 23/10/08).

Uno no puede desprenderse del celular porque si lo hace, es como si se desprendiera de de su familia o personas que requieren de uno en ese momento. El teléfono móvil llega a ser una prolongación del cuerpo humano, a tal punto que se vuelve esencial que esté activado, tanto para uno mismo como para los demás.

[…] El silencio existe. Está ahí como el revés silencioso del discurso. No se agota, por el contrario, se manifiesta y salva al discurso de quedar ahogado, de ser ininteligible y más aún, carga cada significante de nuevos significados. Ahí reside todo su secreto: en la intermitencia de una presencia. Solo adquiere su poder al precio de no ser dicho (LACUNZA 2006: 61).

El silencio precipita la necesidad de una explicación: suposiciones, sospechas, conjeturas, deseos, temores. Si cada signo implica otros signos, el silencio puede ocultar otros silencios. Nadie es dueño de la última palabra, tampoco del último silencio. La producción de sentidos en el silencio se multiplica (2006: 61).

Esta forma de comunicación por el celular trae tantas connotaciones y suposiciones, que llegan a veces a alterar al que anda buscando el por qué del silencio. Aunque el mantenerse en silencio por el celular con los demás es una alternativa para conservar privacidad dentro del contexto físico en el que uno se halla, ello termina en un reclamo por los otros. Es un deber tener encendido el celular, caso contrario causa preocupación y ansiedad de saber qué pasa o pasó con la persona.

Otra forma de esconderse de los demás es la llamada con número privado. Esta llega a ser, en el caso de los jóvenes, una alternativa para bromear, molestar a otros o entrar en juegos de enamoramiento.

Neysa Soto (Entrevista a SOTO, 19/01/09) entre risas, relata la aventura que tuvieron sus amigas a través del celular y una serie de llamadas ocultando su identidad. El proceso de las llamadas se convertía en el juego de chat, donde uno puede llegar a decir que es alguien, mientras en realidad es otra persona.

El número privado conserva en el anonimato la identidad de uno, desde una timbrada en este estado oculto, se causa la incertidumbre de quién puede ser. El ocultar quien uno es, es una forma de aparecer en escena, sin ser reconocido, de llamar y hablar sin voz propia, y con ello sin darse cuenta, uno ingresa en procesos de la multi identidad que permite la tecnología del Internet.

El silencio a través del celular, así como cualquier otro silencio, también comunica. El silencio no sólo implica soledad como en las formas poéticas, sino connota ganas de privacidad o de disimular una identidad, ello con el fin de realizar acciones en las que el nombre de uno no aparezca envuelto.

Conclusiones

El celular ha ingresado a la cultura de Tolata al momento de poder ser un medio que transfiera su cultura tradicional y se adecue a la forma de vida de la gente, tomando en cuenta por ejemplo la oralidad propia de las culturas bolivianas.

Desde los indicadores de género, el celular para la mujer es un objeto de control, ya que a través de este objeto el padre o esposo ve lo que la mujer realiza, dónde, cuándo. El control de cierta forma va ligado a una cultura machista, lo cual de cierta manera, también es parte de organizaciones familiares tradicionales.

Por otro lado, dentro de la brecha generacional, los jóvenes no sólo realizan las llamadas dentro de los usos que dan a este artefacto, se abren además a los mensajes de texto. Las nuevas formas de expresión de los jóvenes son a través de escrituras propias o códigos que pueden ser simplemente compartidos entre ellos. El mensaje de texto es una puerta a la privacidad de los mismos, ya que las llamadas telefónicas dibujan al celular como símbolo de control paterno y materno.

No importa en qué país vivan los padres o la hora del día, por medio del celular ellos pueden -o intentan- saber cómo va la vida de sus hijos. Este caso también es inverso, los hijos que viven en el extranjero, controlan y cuidan a sus padres que viven en Tolata por medio del celular. Como muchas veces no pueden ubicarlos en un teléfono fijo, obligan a sus padres a tener el celular en bolsillo para localizarlos en cualquier momento, sin importar cuánto llegue a ser el monto de dinero invertido con las llamadas.

La reproducción del quechua es una de las cuestiones más valiosas que se realizan con las llamadas. El quechua ingresa a espacios ajenos al pueblo y, tanto jóvenes como mayores pueden comunicarse a través de este idioma con sus migrantes. Como indicaron los entrevistados, si a uno le contestan en quechua, en quechua se pone a hablar.

Así como la palabra oral o escrita comunica, el uso del silencio por medio del celular es otra forma de decir algo. El mantener al celular a pagado, el no contestar llamadas o el número privado, son formas de conservar ciertas privacidades que el móvil no permite en su plan de localizador.

Con la sola frecuencia de las llamadas telefónicas ya se van notando transformaciones comunicacionales que manifiestan cómo las NTIC intervienen en la cultura de un pueblo; y a través del consumo cultural del celular se ha ido integrando este medio a la cultura del pueblo, de tal forma de que ya no es una cuestión externa ni ajena el llevar un celular en mano, sino es algo casi normal.

Notas:

1.  El presente artículo nace de la tesis de licenciatura “Recorridos en voz y texto: El consumo cultural del celular por la población del municipio de Tolata (Provincia Germán Jordán) entre junio a diciembre del 2008”.

2.  Esta provincia presenta un 17,28% de hogares con instalaciones telefónicas, de los Municipio de Cliza tiene un 18,64% de hogares con teléfonos activos, Toco 6,76% y Tolata tiene un 28,25%, convirtiéndola en el sexto municipio cochabambino con mayor porcentaje de hogares con  teléfonos fijos y móviles.

3.  Neysa Soto es el nombre ficticio de una de las entrevistadas, puesto que no quiso que se revelara su verdadero nombre. Ella es una joven tolateña que se halla en el rango de edad de 15 a 19 años.

4.  La nieta de Juana Coca es una niña de tres años de edad que ya sabe hablar casi con fluidez y acompaña en todas sus actividades a su abuelita, puesto que su mamá radica en Estados Unidos.

5.  Howard Rheingold en su libro Multitudes Inteligentes cita a la finlandesa Eija-Liisa Kasasiemi que realizó una tesis doctoral sobre la cultura del mensaje de texto entre adolescentes de Finlandia.

6.  Luís Gálvez es el nombre ficticio de uno de los entrevistados, puesto que no quiso que se revelara su verdadero nombre. Él es un joven tolateño que se halla en el rango de edad de 15 a 19 años.

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Recepción: 19/08/2009


Aprobación: 17/12/2009

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