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Punto Cero

versión impresa ISSN 1815-0276versión On-line ISSN 2224-8838

Punto Cero v.10 n.11 Cochabamba jul. 2005

 

En búsqueda de la paz en sitios mineros de Bolivia.

Una perspectiva comunicacional

Norma González

Argentina de origen, canadiense por adopción. Doctoranda en el Programa de doctorado conjunto

de las universidades de Québec en Montréal,de Montréal y Concordia.

Es instructora en temas de comunicación para el desarrollo, negociación y transformación de conflictos.

En Bolivia, trabaja sobre estos temas desde el año 1998.

norma.gonzalez@sympatico.ca


Resumen

Los conflictos sociales plantean desafíos a la intervención en comunicación para el desarrollo. Cuando esos conflictos son de larga data y se manifiestan de manera recurrente, a menudo de manera violenta, como suele suceder en los sitios mineros, es necesario conocer, reconocer y transformar los discursos y prácticas de abordaje de esos conflictos. El diálogo puede revelarse como la forma de comunicación más apropiada para investigar acerca de esos elementos culturales y para redefinirlos de manera participativa. En este artículo, se presentan las metodologías y los hallazgos de una investigación realizada con tal fin.

Palabras clave: Comunicación, conflictos sociales, sectores mineros.

Resumo

Os conflitos sociais trazem desafios à intervenção em comunicação para o desenvolvimento.

Quando esses conflitos são de longo prazo e se manifestam de maneira recorrente, amiúde de maneira violenta, como pode acontecer nos locais de mineração, é necessário conhecer, reconhecer e transformar os discursos e práticas de abordagem desses conflitos. O diálogo pode revelar-se como a forma de comunicação mais apropriada para investigar acerca desses elementos culturais e para redefini-los de maneira participativa. Neste artigo, se apresentam as metodologias e as decobertas de uma pesquisa realizada com este fim.

Palavras Chave: comunicação, conflitossociais, setores mineiros.

Abstract

Conflicts pose challenges to engagements in development communication. When conflicts express a long history of confrontations and they occur in a repetive way, also with violence, as they occur in mining communities, research may be relevant to understand and to change ressources and practices about conflict culture. Dialogue may be a better form of communication in order to study those cultural constructions and to learn about conflict transformation handling it autonomously, nonviolently, creatively with participation of everybody. The author presents in this article some methodologies and findings of her recent research work in Bolivia.

Key words: Communications, social conflicts, mining sectors.


La manera en que estudiamos la paz es ya la paz. Cualquier pretensión de tener el monopolio de la comprensión  de la realidad es violencia, agresión, en este caso violencia cultural”

Johan Galtung

INTRODUCCIÓN

La investigación que comentamos fue realizada en Bolivia entre los años 2002 y 2004 por un equipo interinstitucional compuesto por cuatro organizaciones bolivianas y una organización canadiense, con el fin identificar los recursos y prácticas socio culturales utilizados por los actores en los sitios mineros bolivianos, en los procesos de comunicación y relacionamiento con el Estado y con las empresas mineras, principalmente en situaciones de conflicto1. Investigaciones anteriores del Centro de investigaciones para el desarrollo internacional de Canadá, financiador del estudio, dan cuenta del impacto que tienen las percepciones de la comunidad sobre las relaciones entre los actores del desarrollo de la minería, Estado,empresa y los diversos grupos de la comunidad (LOAYZA, 2003: 39-85). Las experiencias de la autora en el sector minero demuestran además que estas percepciones surgen de una cultura que se fue construyendo a lo largo de la historia de las relaciones muchas veces conflictivas entre los actores de la minería. Todo lo cual hace pensar que para cambiar este contexto que condiciona el éxito de los nuevos proyectos mineros, y por extensión, de todo proyecto de desarrollo, se necesita que los actores y la sociedad en general conozcan /reconozcan /estén dispuestos a transformar los recursos y prácticas que suelen desplegarse durante los conflictos a fin de poder tratar éstos últimos de manera pacífica (LAROCQUE y GONZÁLEZ, 2001).

En foros públicos desarrollados en los últimos años, los actores han expresado además la necesidad de establecer mejores formas de comunicación y relacionamiento entre todas las partes (ERAMIN, 1999).

Para conocer esos recursos y prácticas nos hemos preguntado ¿Cuáles son los recursos y prácticas que, en el contexto boliviano, podrían favorecer el mejoramiento de los procesos comunicacionales (interacción, educación y difusión narrativa), que permitan el tratamiento socio culturalmente apropiado de los conflictos entre los actores del sector minero para su desarrollo sostenible?

La metodología adoptada puso énfasis en el proceso dialógico de la investigación misma, practicando el diálogo como forma principal de comunicación en el equipo, entre las instituciones participantes y entre los investigadores y los sujetos de la investigación. Los métodos privilegiados provienen de la tradición de la investigación cualitativa, especialmente la etnometodología, la etnografía y la crítica. Los principales hallazgos surgen de cuatro estudios de caso: Amayapampa, Huanuni, San Cristóbal y Chuquiña-La Joya. Otro estudio brinda información relacionada con los recursos de capacitación disponibles en Bolivia y con las posibles vías de institucionalización de métodos apropiados de tratamiento de los conflictos.

1. OBJETO DE INVESTIGACIÓN

En el transcurso del proyecto, como sucede en investigaciones cualitativas en general, se tuvieron que realizar ajustes. Primero, en los objetivos del proyecto, luego en el uso de la terminología. El primero obedeció a la necesidad de llegar a una comprensión común del proyecto por parte del equipo, cuya composición fue cambiando a lo largo de los dos años. Los cambios de personal del equipo plantean desafíos a un proyecto de investigación y son, a la vez, una realidad constante en las organizaciones de desarrollo. Por lo tanto, si bien ello parece afectar la profundidad del análisis y la evaluación de los mejores recursos y prácticas, esto obliga en consecuencia a continuar el proceso en el curso de la diseminación, con los propios actores. Estos últimos son, en última instancia, los más indicados para modificar, mantener o transformar los recursos y prácticas de tratamiento de los conflictos. El estudio aporta, a lo sumo, las lecciones que retiró de su propia experiencia de equipo y recomendaciones a los actores basadas en los hallazgos del proyecto.

El cambio en la terminología obedeció al avance que experimentó el equipo en la reflexión sobre la teoría del conflicto durante los seminarios de capacitación. Allí se vio la necesidad, entre otros, de privilegiar la utilización del término genérico de tratamiento o de transformación de conflictos, en lugar de los más conocidos de resolución o de manejo. Se demostró que era necesario utilizar un marco teórico común, comprehensivo del desarrollo, del conflicto, de la paz y del diálogo. Por ende, se utilizó para la elaboración del marco conceptual el método Transcend creado por Johan Galtung (2002) y el enfoque de la negociación en base a principios (FISHER,URY y PATTON, 1985)

2. METODOLOGÍA

Como se trata de una investigación cualitativa, no se puede obviar en el reporte de investigación los detalles concernientes al autor y a su labor de construcción de los resultados. Por ello, el mismo da cuenta del proceso de “entrada” a los sitios, de los métodos de colecta, de la elaboración colectiva de cada uno de los casos y de la postura de los investigadores. El diseño inicial de este proyecto propusola utilización de un enfoque sistémico y la etnometodología, como manera de aproximarse a la problemática planteada y a los objetivos de investigación. Sin embargo, como la metodología cualitativa pone el énfasis en la flexibilidad del diseño inicial, esta propuesta fue adaptándose en cada caso, a los conocimientos de los investigadores y a las dimensiones privilegiadas por ellos (DESLAURIERS y KÉRISIT, 1997; MASON, 2002; QUIVY, 1995; ROBSON, 2002). De manera que se brindó al equipo capacitación sobre métodos cualitativos y se permitió que en cada caso el investigador adoptara las técnicas con las cuales estuviera más familiarizado.

Igual procedimiento se utilizó en el plano teórico. A partir de una formación básica se elaboró un marco conceptual común y los investigadores seleccionaron los conceptos más adecuados para el análisis e interpretación del material empírico correspondiente a su caso. Se ve entonces que cada caso fue abordado con una metodología semejante, a veces privilegiando la observación participante, otras veces utilizando entrevistas individuales o grupos focales, tratando de describir la realidad desde la óptica de los actores como lo hace la etnometodología.

El equipo se inspiró de la etnometodología para centrar su interés en las percepciones y explicaciones que los propios actores dan a sus prácticas (COULON, 1967). Por otra parte la etnografía permitió adoptar un método descriptivo de los recursos y prácticas de los actores. En algunos casos, el estudio de caso puede incluso ser considerado como auto etnográfico, ya que los investigadores son parte de la realidad que deseaban estudiar (VAN MAANEN, 1983).

El enfoque crítico es el más familiar a los miembros del equipo,si bien la concepción de la crítica varía entre los miembros del equipo. Algunos lo entienden más como crítica ideológica de los actores, sin que se explicite en la misma la postura del investigador. En todos los casos, la postura crítica condujo a examinar el material recogido en perspectiva socioeconómica e histórica, con un énfasis particular en las voces de los sectores marginados. Para tratar de disminuir los sesgos debidos al posicionamiento de los investigadores se fomentó a lo largo del proceso, la reflexividad y la autocrítica como procedimientos internos y en la relación con los sujetos de la investigación.

Todo el equipo utilizó para el análisis del material empírico, los conceptos de la negociación y de la transformación de conflictos. Como parte de la formación, los miembros del equipo se han reunido mensualmente en círculos de estudio. La agenda de estos círculos incluyó, entre otros, evaluaciones a medio camino de la experiencia de conversaciones públicas, la teoría del conflicto y la elaboración de una cartografía de los términos populares usados para designar situaciones de conflicto.

Fue particularmente instructivo para todos los participantes lo referido a las negociaciones de la “entrada” en cada comunidad, ya que las condiciones difíciles del terreno requirió de cada uno mucha creatividad y compromiso.

3. MARCO DE REFERENCIA

La literatura sobre los conflictos en los sitios mineros suele poner el acento en su carácter medioambiental o en las contradicciones de clase que oponen a trabajadores y dueños de empresas, estatales o privadas, nacionales o multinacionales. Vistos en perspectiva comunicacional y de construcción de la paz a través del diálogo, los conflictos en los sitios mineros expresan las numerosas brechas que existen en la sociedad: brechas de clase, de género, generacionales, entre el humano y la naturaleza, brechas culturales y étnicas (GALTUNG, 1996: 2000). Son, en gran parte, conflictos que nunca han sido tratados o que lo han sido por medios violentos.

A fin de mejorar la comprensión de dichos conflictos, este equipo propuso centrar su atención en sus aspectos culturales, más precisamente, en los recursos y prácticas que se utilizan actualmente para abordarlos. Cualquier iniciativa de cambio tiene que tomar estos recursos y prácticas como punto de partida, no para aceptarlos ni para erradicarlos sistemáticamente, sino para describirlos y analizarlos críticamente. Crítica significa aquí intentar comprender el objeto de estudio en profundidad, interpretar el material empírico dejando abierta esta interpretación a otras igualmente plausibles, contextualizarlo en un marco histórico y social más amplio, y por último, prever una etapa de “re definición transformativa”2  por los sujetos participantes, ya sea en procesos de educación o de concientización (ALVESSON y DEETZ, 2000).

La investigación introdujo una innovación importante al hacer uso de la radio como instrumento de investigación, lo cual permitió expandir el espacio de diálogo con los actores sociales durante la colecta de información y mientras se realizaba el análisis. De esta manera se construyó colectivamente un marco de referencia para estudiar los conflictos en los sitios mineros y sus abordajes por medios pacíficos. Este diálogo de saberes, informado por los resultados del estudio3, debe continuar abierto a la reacción de los públicos ante los cuales se presenten esos resultados.

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Los saberes externos que se ofrecieron para este estudio consisten en dos enfoques principales, uno para analizar la negociación y el otro para examinar el modo en que los actores suelen tratar los conflictos. Se entiende aquí que el conflicto implica no solamente un conjunto de contradicciones sino también actitudes y comportamientos que ayudan o dificultan el tratamiento de las contradicciones por medios pacíficos (GALTUNG, 2000).

El primer enfoque, el de la negociación basada en intereses o en principios, llamada también negociación razonada, ha sido ampliamente adaptado/difundido/ utilizado en los últimos años por la autora de este artículo. Los principales aportes de esta corriente de pensamiento son los siguientes:

1.     Un sistema de negociación en torno a siete elementos: dos de orden procesual y cinco referidos al contenido, fondo o substancia. La experiencia de esta autora demuestra que aún para personas acostumbradas a las negociaciones explícitas ha sido importante contar con una lista de elementos claves que guíen los procedimientos cuando llevan a cabo negociaciones complejas4.

2.     El énfasis en la comunicación y en su vínculo con las percepciones. La comunicación está entendida como interacciones bajo influencia de las percepciones, las que a su vez están influenciadas por factores de orden natural o cultural.

Las limitaciones de este enfoque deben también ser señalados porque en razón de ello se ha buscado complementarlo con otro. Este enfoque no pone suficientemente énfasis en los aspectos culturales de la negociación, lo cual es crucial en Bolivia debido a su carácter multiétnico y multicultural. Además, la experiencia de esta autora muestra que los conflictos de larga data requieren de otro tipo de análisis y tratamiento, ya que la negociación parece más constituir un punto de llegada que un punto de partida para su resolución (LAROCQUE y GONZÁLEZ, 2001). En otras palabras, tienen que ponerse en marcha otros procesos antes de llegara una negociación basada en la conciliación de intereses ya que a menudo los conflictos implican a muchos actores con muchos objetivos, además de estar marcados por muchos años de interacciones (comunicaciones) chenkosas5 entre ellos.

El segundo enfoque a disposición de los investigadores fue el del método Transcend de transformación de conflictos por medio del diálogo. Los principales aportes de este método son:

1.     Una teoría holística y coherente, de la violencia, del conflicto y de su transformación por medio del diálogo, incluyendo el concepto novedoso de transformación de conflictos, allí donde otros enfoques aluden a resolución (que a menudo no es posible en situaciones complejas), manejo (sugiriendo que hay que aprender a vivir con los conflictos en vez de tratarlos), o prevención (haciendo suponer que se deben evitar los conflictos o que ellos son siempre destructores).

2.     La óptica desde la cual la paz no se reduce a la ausencia de guerra o de violencia directa sino que requiere primeramente de la satisfacción de las necesidades básicas: sobrevivencia, bienestar, libertad y respeto a la identidad

3.     Un método blando, flexible, de tratamiento de los conflictos, accesible a todos los actores sociales y no sólo a expertos.     

3.1. La perspectiva comunicacional

Previo al trabajo de campo, se utilizó recursos y prácticas como principales conceptos operatorios o “categorías provisorias indicando en qué dirección mirar, sin fijar definitivamente la realidad ”6.Desde una perspectiva comunicacional toda actividad humana es proceso recurrente, reflexivo, en el curso del cual los recursos se expresan en prácticas; a partir de las cuales se mantienen o se (re)construyen los recursos (PEARCE, 1989). Esto puede ser representado por el siguiente gráfico:

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Fig. 1: Proceso de construcción de la realidad social, adoptado de Pearce.

Por ejemplo, los conocimientos que se tienen de las leyes y de la historia de la industria minera, la memoria de las relaciones con el Estado o con la empresa, la ideología sindical que se transmite de generación en generación, la definición del “modelo económico” desde el cual se promovió la reforma de la minería, constituyen recursos. Sabemos que ellos existen en la medida en que se expresan en prácticas tales como las de hablar de ello, repetirlo en las asambleas y reuniones, resistir con huelgas, bloqueos o manifestaciones.  Este conjunto de conocimientos funciona como una guía (aunque imperfecta o inexacta) de las interpretaciones y de las acciones de los actores. Llevando a cabo estas acciones se mantiene/refuerza o se reconstruye la realidad social del “conflicto”.

Sin embargo,es posible que en un momento dado los actores produzcan cambios en sus patrones debido a ideas o experiencias innovadoras, nueva información o conductas que aumentan la autoestima. Esto podría modificar los recursos y enriquecer el “depósito” de conocimientos que los guíe la próxima vez que enfrenten conflictos. Ya se ha señalado el impacto que tiene el diálogo sobre ese proceso al respetarse la palabra de todos, liberase la creatividad y crearse una “reserva” de recursos propicios a la paz (GALTUNG, 2000).

Vista de esta manera, la construcción social de la realidad llamada conflicto no es una catástrofe natural sino el resultado de recursos y prácticas humanas. Las partes “cooperan”, operan juntas para crearlo, mantenerlo o resolverlo. Buscando saber cuáles son esos recursos y esas prácticas en los sitios mineros de Bolivia, el equipo de investigación partió de una serie de supuestos subyacentes que hace falta explicitar:

1.     Los actores mismos tienen que conocer/reconocer sus recursos si quieren mejorarlos y obtener mejores resultados;

2.     Los actores mismos tienen que decidir si quieren utilizar recursos externos y de qué manera;

3.     El mejoramiento del tratamiento de los conflictos será duradero solamente en la medida en que lo novedoso surja y se arraigue en los recursos/prácticas ya existentes;

4.     Si tiene que haber cambio, éste tiene que hacerse sin violencia, directa, estructural o simbólica, para no reproducir el sistema que genera tanto conflicto destructor y la violencia que lo acompaña.

3.2. En búsqueda de la institucionalización

La institucionalización de los métodos culturalmente apropiados de tratamiento pacífico de los conflictos, incluyendo la deliberación pública, la concertación y la utilización de otros métodos apropiados7, podría permitir la transformación de la cultura de todas las partes al privilegiar, por sus ventajas, el diálogo sostenible al enfrentamiento y las relaciones basadas en la fuerza (LEDERACH, 1994) y haciéndolo de manera apropiada8 (BONFIL BATALLA, 1987).  Esta evolución puede ocurrir primero en la familia, en la escuela, en los lugares de trabajo, antes que empiece a verse como norma en la sociedad (BERGER y LUCKMANN, 1986). Es importante recordar aquí la noción de “palancas de cambio”, utilizada para el tratamiento de los conflictos públicos por PEARCE y PEARCE (2000), para referirse a aquellos puntos de un sistema cultural o social particularmente propicios al cambio, que con un esfuerzo mínimo y sin apelar a procedimientos costosos, prolongados o violentos, provocan transformaciones en todo el sistema.

4. PRINCIPALES HALLAZGOS

Los principales hallazgos se refieren a las causas de conflictos, a las negociaciones, a la creación de capacidades de negociación y a las posibles vías de institucionalización de mejores métodos de tratamiento de los conflictos.

4.1. Las causas de conflictos

En los proyectos más recientes de relacionamiento, San Cristóbal y Chuquiña-La Joya, se observan problemas debidos a la forma en que se produjo la “entrada” de la empresa en la comunidad. La historia de casos traumáticos como los de Huanuni o Amayapampa influyen en el clima de desconfianza entre los actores de otros sitios. En este clima las acciones o prácticas de la empresa son a menudo interpretados como tendientes a mantener relaciones asimétricas que no favorecen a los actores comunitarios. Los actores locales se perciben como más débiles, sin un apoyo fuerte del Estado y con escasa información para tomar decisiones.

En Amayapampa, los actores sitúan las causas de los conflictos principalmente en las diferencias de intereses y en cómo ellas se tratan en la comunidad. Cuando se polarizan las relaciones en la comunidad, disminuyen las oportunidades de fortalecer los logros alcanzados por la empresa local constituída posteriormente a la masacre producida en 1996.

En Huanuni, la cantidad de conflictos y el elevado nivel de violencia con que se expresan hacen difícil determinar las verdaderas causas de cada uno de ellos. En este caso parece más apropiado hablar de meta conflictos, es decir, de conflictos que han sido tratados sin éxito y que se van intrincando cada vez con mayor violencia, con pérdidas humanas importantes y con desperdicio de los numerosos recursos materiales y culturales de que dispone este sitio.

En este estudio en particular, se ponen en evidencia los numerosos recursos culturales provenientes en gran medida de la tradición sindical. Habiendo sido utilizados estos recursos para la resistencia contra la represión política o contra la explotación económica (Violencia estructural) se constata actualmente que ellos se han arraigado en el conjunto de la población y son utilizados de manera corriente, incluso en los conflictos intra comunitarios. La intervención del Estado no solamente es débil como en los otros sitios sino que los criterios de su legitimidad son cuestionados de manera permanente por los actores comunitarios. Paradójicamente, en este sitio es donde se mantiene con mayor perseverancia la iniciativa de promoción del diálogo como forma de encarar esos conflictos.

4.2. Las negociaciones

Si bien los estudios de casos ponen énfasis en las negociaciones entre la empresa y la comunidad como un bloque, ellos además dan voz a una multitud de otros actores, con intereses diferenciados. Algunos de esos actores esperan en realidad que la empresa subsane la ausencia de servicios que son de competencia del Estado. Otros deploran que la empresa, por medio de sus fundaciones, aplique políticas sociales que consideran asistencialistas y paternalistas. Al estar los servicios en el centro de las discusiones, los actores que no se benefician con ellos entienden que la empresa ejerce un control sobre las negociaciones ya de por sí desparejas por el peso de la ley como principal criterio de legitimidad y por el apoyo del Estado con su política de fomento de inversiones.

El tema de los criterios de legitimidad es recurrente en los estudios de caso. Las empresas y el Estado tienden a guiarse principalmente por las leyes. Pero las partes comunitarias muchas veces desconocen el contenido de las leyes, otras veces las cuestionan radicalmente porque no creen en la imparcialidad del Estado para su aplicación. Otro de los criterios utilizados por los actores del Estado y de las empresas son los criterios técnicos. Si bien parte de la sociedad civil acepta los criterios técnicos como legítimos aunque duden de su aplicación; los actores comunitarios argumentan principalmente en base a criterios culturales tendientes a mantener la cohesión social.

Las relaciones entre los actores parecen marcadas desde el principio por la desigualdad en términos de poder económico y de apoyo político del Estado. En este escenario, los negociadores comunitarios suelen mostrar un alto grado de autonomía para elaborar sus estrategias. Esto crea algunas tensiones. Tensiones entre los que participan de la mesa y los que quedan fuera. Tensiones en los propios participantes en el tiempo, ya que se dan cuenta que suelen comprometerse apresuradamente o sin la suficiente información. Tensiones en la propia comunidad, ya que los acuerdos tienen a veces carácter irreversible a pesar de no ser totalmente satisfactorios para todas las partes. Como estas tensiones no ceden fácilmente, los investigadores de caso tienden a subestimar en sus interpretaciones los aspectos positivos del proceso. Esto es, que líderes comunitarios o sindicales que protagonizan las negociaciones están también aprendiendo de las mismas y que el conjunto de actores se beneficiarían si tuvieran espacios para sacar lecciones de estos aprendizajes. Una prueba de ello es que las relaciones de trabajo, de concertación y de diálogo entre partes con intereses diferentes son todavía incipientes y que cuando se han producido en los sitios estudiados, los actores se muestran abiertos a lo novedoso de este proceso.

4.3. Las comunicaciones

Las comunicaciones son otro elemento clave de los procesos de negociación. En los estudios de caso se han señalado falencias, por ejemplo, en lo que se refiere a la circulación de la información, a las interacciones cara a cara, a incomprensiones por razones lingüísticas o culturales. El uso de la radio en la investigación, por su lado, puso el acento en la comunicación como proceso de construcción de “realidades sociales” tales como los conflictos, la violencia, el diálogo o la negociación. Estos términos suelen tener significados diferentes para miembros de diferentes culturas. Es posible que empresarios, funcionarios del Estado, comunarios o agentes de desarrollo se guíen por sus propios significados sin tomar en cuenta los de los demás. Esto da lugar a numerosos malentendidos, incomprensiones, interpretaciones que, como no son tratados en ningún espacio apropiado, se van arraigando y convirtiéndose en obstáculos serios para tratar los temas de fondo.

Las comunicaciones entre los actores suelen también estar afectadas por las diferencias en la concepción del tiempo. Funcionarios y empresarios pueden poner énfasis en la rapidez y la efectividad, mientras que ONGs y comunarios suelen estar más preocupados por las necesidades de concertación intracomunitaria, por la educación o por la conscientización, procesos que consumen más tiempo y son menos previsibles.

4.4. Los nuevos recursos

Un recurso nuevo elaborado durante este estudio proviene a la vez de aportes externos e internos. La teoría de la negociación y de transformación de conflictos no sólo ha sido en esta investigación un medio sino también un resultado. La reflexión teórica realizada por los investigadores, y el uso que hicieron de este conocimiento cobra mayor sentido cuando se considera que ellos mismos son actores en su medio y que este conocimiento nuevo podría servirles para re encuadrar los conflictos y sus métodos de abordaje. En la medida en que este conocimiento sea compartido durante la fase de diseminación, ello podría dar origen a nuevas y mejores prácticas del conjunto de los actores sociales que intervienen en los sitios mineros.

Sin embargo, la construcción de este conocimiento requiere, para arraigarse y legitimarse, llegar hasta los actores sociales implicados en los conflictos. La experiencia del equipo demuestra que más que transmisión mecánica hacen falta espaciosde diálogo y mayor apertura al aprendizaje de parte de las instituciones.

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El estudio referente a los recursos de capacitación demuestra la emergencia de un buen número de iniciativas de capacitación en tratamiento de conflictos. Sin embargo, se constata también que no ha existido mucha interacción entre ellas ni espacios para   compartir la información con respecto a metodologías, enfoques y resultados. A pesar de ello, la información recopilada podría tener influencia a dos niveles. Por un lado, podrían utilizarse como base para la formación de formadores entre los agentes de desarrollo ya que no existen programas estructurados de formación en el campo del tratamiento de los conflictos desde la óptica del desarrollo. Por otro lado, esta información podría ser utilizada por los programas gubernamentales de diálogo y concertación con la sociedad civil que empiezan a ponerse en marcha en Bolivia.

CONCLUSIÓN

Si bien este estudio tiene sus limitaciones, los hallazgos y el proceso que generó contribuyen al avance de conocimientos en los campos de la comunicación para el desarrollo y la construcción de la paz. Entre sus limitaciones señalamos el carácter descriptivo más que analítico de algunos de los estudios de caso y el manejo todavía dubitativo de un marco conceptual sistémico. Los hallazgos, sin embargo, confirman investigaciones anteriores y aportan información novedosa, lograda mediante un proceso innovador de comunicación utilizando la radio como instrumento de diálogo público. Este proceso investigativo, coherente y armónico con el proceso de formación y reflexión del mismo equipo, aporta lecciones sobre la construcción colectiva de conocimientos. Sería útil presentar estos resultados en foros relacionados con los recursos naturales o con la comunicación para el desarrollo a fin de ampliar el diálogo iniciado por los investigadores con los actores del ámbito local.

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Algunas de las implicancias de este estudio son:

1.     Los recursos y prácticas, como parte de un sistema cultural, está en constante cambio en los sitios mineros, que se acelera con la entrada de agentes externos y cobra múltiples matices cuando se trata de agentes particularmente influyentes como lo son la empresa o el Estado central. Rara vez estos cambios se producen sin generar conflictos. Aunque los conflictos no son negativos en sí mismos, si son tratados inadecuadamente pueden volverse destructores o resultar en otros conflictos, muchas veces violentos.

Recomendaría promover campañas de comunicación social en los sitios mineros no para difundir sólo la visión de una de las partes, sino en forma de conversaciones públicas que contribuyan a re enmarcar los conflictos, crear múltiples opciones de solución a los problemas más urgentes y mostrar en los hechos la viabilidad del diálogo entre quienes defienden intereses diversos. Las radios educativas y comunitarias son recursos valiosos para este fin, como se demuestra en este estudio.

2.     La comunicación dialógica, democrática, abierta y horizontal contribuye a fortalecer la autonomía de los individuos aunque cree también inseguridad o temor a expresarse, a tomar decisiones, a ser objeto de críticas y de ataques en un medio que teme perder su cohesión. Este miedo suele originar reacciones de violencia, tanto directa como estructural o cultural, poniendo en riesgo tanto los acuerdos obtenidos como los posibles acuerdos futuros.

Recomendaría que las empresas, las ONGs y las instituciones busquen formas concretas y sostenidas de establecer o reconstruir la confianza entre los actores, y que ello no se reduzcan a compensaciones económicas que puedan tener un efecto contraproducente.

3.     Todavia no son las instituciones sino lo individuos los que se apropian de los conocimientos sobre mejores métodos de tratamiento de los conflictos. Es posible, sin embargo,que ellos “naveguen” en la red de instituciones afines, ofreciendo sus capacidades a quienes puedan emplearles. La capacidad instalada no reside entonces en una institución sino en la red de organizaciones afines, en la medida en que los individuos continúen motivados para poner en práctica lo aprendido.

Recomendaría que investigaciones o capacitaciones futuras se realicen en conjunto, con individuos claves de cada institución, Estado, empresa u ONGs. Un enfoque sistémico permite ver las instituciones como partes de un conjunto que funciona con una lógica diferente a una organización cerrada y piramidal. Los equipos, grupos o personas, en la medida en que adquieran una capacidad de negociación y de transformación de conflictos, serán   potenciales nodos que aumentan la capacidad de una red para intervenir en el tratamiento de los conflictos sociales, generando cultura democrática en sus propias instituciones.

 

Notas

1. Realizado con el financiamiento del programa Minga del Centro de investigaciones para el desarrollo internacional (CRDI) de Canad á, participaron en el estudioCECI, SECRAD, CAE P, CEPA y RadioP ío XII. La autora fue coordinadora del equipo de investigación pero las opiniones vertidas aquí son de su responsabilidad exclusiva.

2. Las tres etapas de la investigación crítica propuesta por estos autores son: comprensión, crítica y redefinición transformativa. Esta última etapa se realiza con los actores sociales y no tratando de imponer definiciones o interpretaciones, desde afuera.

3. Esto coincide con lo que Germán Mariño, desde la perspectiva de la educaciónde adultos, denomina “negociación de significados”.

4. Este método es el resultadode la sistematizaci ón de miles de casos estudiados por el proyecto Harvard de Negociación, referencia obligada en el tema hasta la fecha.

5. Chenko es el vocablo indígena popular utilizadoen algunas comunidades mineras para significar conflicto.

6. Según Geertz, la tarea del investigador cualitativo es la de interpretar los conceptos salidos del terreno para darles una forma, que ella sí, se inscribe en la tradición científica. (Poupart et al, 1997:111)

7. Es decir, recursos externos, pero usados por decisión propia y no por imposición de agentes externos.

8. Bonfil Batalla (1987:89-100) clasifica los distintos resultados en términos culturales de la intervención con recursos externos. Recursos culturales propios + control propio = Cultura autónoma; Recursos culturales propios + control ajeno = Cultura enajenada; Recursos culturales ajenos + control propio = Cultura apropiada; Recursos culturales ajenos + control ajeno = Cultura impuesta.

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