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Punto Cero

versão impressa ISSN 1815-0276versão On-line ISSN 2224-8838

Punto Cero v.09 n.08 Cochabamba  2004

 

ENTREVISTA

"Aislar una parte del proceso de comunicación, es hacer una investigación parcial y acrítica"

José Marques de Melo

Una de la figuras más importantes de la investigación brasileña, latinoamericana y mundial es José Marques de Melo. Doctor en Comunicación Social, ha sido director de los postgrados más importantes del brasil, actualmente es coordinador del Curso de Pós-Graduación en Comunicación Social de la Universidad Metodista de S‹o Paulo (UMESP), y de la Cátedra UNESCO/UMESP para el Desarrollo Regional.


En esta entrevista, realizada por José Luis Aguirre, en la Universidad Metodista de Sao Paulo, el 18 de Octubre de 2000; el profesor Marques de Melo expone sus ideas sobre la investigación en América Latina y la llamada Escuela Latinoamericana de la Comunicación Social.

José Luis Aguirre.- Profesor Marques de Melo, bienvenido al Segundo Encuentro Nacional de Investigadores de la Comunicación en La Paz. Queremos conversar con usted acerca de sus ideas, si nos puede reflejar sobre la investigación de la comunicación en América Latina.

J osé Marques.- Es un honor para mí regresar a Bolivia aunque sea de un modo virtual y saludar a los investigadores, profesores y sobre todo a las nuevas generaciones profesionales inscritos en carreras de comunicación social en distintos lugares del país. J.L.A.- Muchísimas gracias por su saludo. Quisiéramos conversar sobre su experiencia en el conocimiento que tiene de una corriente que usted ha llamado La Escuela Latinoamericana de la Investigación.

En primera instancia ¿Qué es investigar la comunicación social para usted?

J.M.M. - Yo he dicho en varios de mis libros y lo repito siempre que investigar la comunicación es investigar los procesos comunicacionales, investigar un conjunto de actos, de actitudes, de comportamientos que van desde la formulación de un mensaje hasta su elaboración, difusión, recepción y su retransmisión por los medios electrónicos y también por los medios informales de comunicación. Y al mismo tiempo la posibilidad que tienen estos receptores, audiencias, estos públicos de expresar sus anhelos delante de los mensajes bien recibidos.

Investigar la comunicación es investigar un proceso, no es investigar el mensaje solo, no es investigar la recepción aislada, no es investigar la producción, aunque muchas veces tengamos que hacer recorte en los proyectos de investigación, nunca hay que perder de vista que hay un proceso, hay que comprender un proceso y cuando muchas veces los aislamos investigando solamente una parte del proceso, estamos haciendo una investigación parcial y acrítica.

J.L.A .- El punto de vista que pone el investigador de la comunicación puede direccionar ese conocimiento del proceso comunicacional.

J.M.M. - Toda investigación científica tiene que ser objetiva, tiene que ser demarcada por criterios capaces de validar los resultados y por lo tanto el investigador es alguien que no es despojado de intenciones, de ideas, de anhelos. La función de un investigador crítico es hacer una investigación lo más creíble posible.

Siempre que la ideología se impone como determinante del proceso investigativo, muchas veces la investigación pierde credibilidad o sea muchas veces tenemos que investigar la ideología que está implícita en los procesos comunicacionales. El investigador asume previamente un postulado ideológico y lo toma como la verdad. Muchas veces no está haciendo investigación, está haciendo la confirmación de la verdad que ya tiene previamente.

Investigar es intentar críticamente conocer la verdad y por lo tanto la verdad no se puede ver, mirar directamente sino a través de mediaciones que son instrumentos que utilizamos para conocer los hechos.

J.L.A. - Justamente el trabajo del conocimiento científico ha sido perfeccionado por Luis Ramiro Beltrán, un boliviano que también hace parte de un pensamiento crítico en el continente. Usted ha llamado a esta Escuela como la del Pensamiento Latinoamericano en Investigación de la Comunicación. ¿Qué caracteriza a la Escuela Latinoamericana de Investigación en la Comunicación?

J.M.M. - Bueno, la Escuela Latinoamericana de Investigación en la Comunicación es una Escuela que empezó construyéndose en los 50, en los 70. Ha tenido su mayor impacto y difusión en los 80 y, a mi juicio, sigue vigente porque buena parte de estos miembros de la Escuela Latinoamericana de la Investigación de la Comunicación son personas, entidades, instituciones que siguen produciendo. Luis Ramiro Beltrán es tal vez el símbolo más evidente de la primera generación de esta escuela, como también lo es Antonio Pasquali, Como fueran algunos que ya no están viviendo con nosotros, Paulo Freire, aunque Paulo Freire ha sido más un investigador de los procesos educacionales que propiamente comunicacionales, aunque su visión educacional es una visión comunicacional: el diálogo, desde su punto de vista.

Entonces esta corriente de investigación es una corriente que tiene una característica muy nítida. En primer lugar, es una corriente crítica pero que tiene el pie en la tierra, en la realidad, que une la criticidad con el pragmatismo, o sea investiga críticamente los procesos con rigor científico, pero buscando aplicaciones para transformar nuestra realidad. Entonces cuando hablo de transformar la realidad, significa aportar elementos nuevos para mejorar la calidad de la comunicación en nuestro continente. En ese sentido la investigación hecha por la Escuela Latinoamericana de la Investigación de la Comunicación ha intentado mezclar las dos tradiciones científicas vigentes en la primera mitad del siglo XXI. La corriente más pragmática cuantitativa norteamericana y la corriente más cualitativa llamaríamos más crítica, más cercana a los procesos no netamente estadísticos de la tradición europea.

Los latinoamericanos rompieron estas fronteras y trataron de mezclar ambas cosas, porque en la tradición científica hay que buscar métodos distintos para conocer la realidad.

La característica principal de la Escuela Latinoamericana de la Investigación de la Comunicación fue justamente ser una escuela que no se ha entregado a la tarea de solamente hacer investigaciones para el mercado, en el sentido de solucionar problemas de las empresas, ni tampoco quedarse alejado del mundo concreto, como muchas veces algunos europeos han intentado hacer, intentando no mezclarse con la realidad. Los latinoamericanos buscamos temas de investigación, objetos de investigación que tenían interés para nuestras sociedades y comunidades. Por lo tanto, ha hecho investigación para transformar la realidad, para intervenir en la realidad. Este sería el comportamiento, la actitud de la Escuela Latinoamericana de la Investigación de la Comunicación.

J.L.A. - Justamente el pensamiento de los primeros investigadores de la comunicación, como los postulados del profesor Everett Rogers habían sido publicados desde un plano inminentemente académico por ejemplo por Luis Ramiro Beltrán. ¿Usted considera que esta criticidad ha tenido también la posibilidad de dar un nuevo horizonte a la práctica de la comunicación fuera de las fronteras del continente latinoamericano?. ¿Ha impactado el pensamiento crítico también en otros campos como en Europa o Norte América?.

J.M.M. - Yo creo que Everett Rogers es uno de los mejores, por ejemplo para entender cómo los científicos, que son verdaderos productores de conocimiento, tratan de asimilar la crítica hecha por sus colegas de la academia. En el caso de Everett Rogers, que es un científico de la mejor calidad que tenemos en la comunidad científica comunicacional, él ha aprendido mucho con sus alumnos, con sus compañeros, por ejemplo la crítica que Luis Ramiro Beltrán como otros, han hecho a sus planteamientos. El ha tenido la humildad de incorporar toda esa criticidad y mejorar la formulación de sus ideas, de sus planteamientos. Hace poco nos encontramos en la ciudad de Acapulco en el Congreso International Comunication Asociation y al ir yo he visto de cerca esta actitud siempre humilde de Everett Rogers, de aprender con la comunidad y mejorar la formulación de sus ideas. Eso es ser un intelectual crítico o sea, muchas veces, nosotros disponemos de instrumentales teóricos o metodológicos que son insuficientes para rescatar los hechos que estamos investigando y la crítica de los colegas es indispensable no solamente para legitimar la investigación que hacemos, sino para hacer avanzar esta investigación y en ese sentido es la contribución de Beltrán, Luis Ramiro Beltrán, particularmente para Everett Rogers.

Yo me acuerdo, por ejemplo, que en su libro "Difusión de Innovaciones" incorpora muchos de los planteos que habían sido hechos por Beltrán en sus tiempos todavía de Michigan State University y también por otros colegas de América Latina.

Everett Rogers empezó investigando la América Latina sin muchas veces conocer directamente la cultura de América Latina, pero teniendo la mediación de sus alumnos y siempre que la investigación planteaba resultados que no eran aceptables para aplicarlos a la realidad, él ha hecho muchas reediciones en su trayectoria.

J.L.A. - En nuestro continente podemos decir todavía que hay un futuro que trabajar con esta perspectiva latinoamericana de esta criticidad que se compromete con la realidad y el cambio social. Hay futuro para esto en un concierto que cada vez nos habla de condiciones más mecánicas, más formadas, más orientadas al mercado.

J.M.M. - Hay que decir una cosa desde luego. El mercado hace parte de la realidad, no hay que hablar de una realidad sin mercado, nosotros vivimos en una sociedad capitalista y el capitalismo se está adelantando en muchos de nuestros países que todavía no se quedaron en etapas, no llamaría pre-capitalistas, pero etapas del capitalismo salvaje, entonces hay que considerarlo capitalismo y el mercado como parte de nuestra realidad, no hay que olvidar este hecho que muchas veces, muchos colegas míos hablan de criticidad y eliminan una parte importante de la realidad que es la circulación de las mercaderías y la comunicación hace parte de este sistema más amplio de circulación conocimiento, mercadería-conocimiento, divertimiento información para venta, entonces yo creo que es fundamental seguir adelante intentando transformar esta realidad pero considerando que la realidad incluye al mercado no solamente al Estado, incluye también la sociedad civil.

Hay que buscar en nuestros planteamientos de investigación esta conexión entre el Estado, como un espacio de representación colectiva organizado demográficamente entre el mercado que empuja a la sociedad civil a los hechos cotidianos y sobre todo teniendo el protagonismo de la sociedad civil.

Yo veo la comunicación masiva, la comunicación grupal, la comunicación alternativa como procesos que articulan. Y si las nuevas generaciones no tienen en consideración esta complejidad del proceso, muchas veces no pueden actuar como investigadores críticos pero principalmente como productores de conocimiento, de ser capaces de transformar esa realidad y el hecho fundamental para eso es la sintonía con las demandas colectivas, que muchas veces hablar de criticidad sin tener en cuenta el estado en el que muchas veces está el pueblo en una comunidad, en una región, en un país, es eludir la realidad.

J.L.A. - Y, ¿Cúales son los retos que usted considera, asume el que forma a los comunicadores y a los investigadores de la comunicación?, ¿Cómo hacer este trabajo de sensibilización, si es posible comunicar a los estudiantes para que nuevamente se pongan de cara a cada una de las limitaciones que vive su pueblo?, ¿Cómo hacer este trabajo desde los formadores?.

J.M.M. - Ese trabajo tiene que ver, en gran parte, en el nivel teórico, con el rescate del pensamiento comunicacional latinoamericano y muchas veces vivimos en un continente que olvida que hay ideas comunicacionales producidas aquí desde hace 50 años y que muchas veces en algunos programas de pre-grado, pos-grado y de estudios más avanzados son alejados de los programas y de las discusiones temáticas en las clases. Yo creo que tenemos que seguir internacionales, universales en el sentido de conocer, discutir las ideas producidas en las regiones metropolitanas, en París, New York o en cualquier otro sitio donde se produce conocimiento comunicacional, pero básicamente hay que tomar en consideración lo que han producido Luis Ramiro Beltrán, Pascuali, Freire, Kaplún y tantos otros colegas que han legado a las nuevas generaciones un pensamiento que es valorado con mucha intensidad en las Universidades extranjeras de varias partes del mundo.

Lo que muchas veces temo es que si esas nuevas generaciones no parten del conocimiento producido de las ideas aquí generadas en el continente por investigadores que han vivido situaciones que muchas veces se repiten históricamente, no tenían condiciones de enfrentar, transformarla y el legado principal de la Escuela Latinoamericana es la utopía de mezclar la criticidad con el pragmatismo o sea, pensar la transformación, pero la transformación posible, la transformación capaz de ser aplicada por los medios de comunicación, sean masivos, sean comunitarios.

J.L.A. - Estamos en condiciones de pensar que la Escuela Latinoamericana de Investigación de Comunicación puede aportar al concierto mundial que entiende a la comunicación como proceso, estamos en la posibilidad de recuperar esas banderas abiertas desde los años 60 y 70, hablando de una comunicación realmente crítica.

J.M.M.- Quiero darle dos ejemplos. Hace cinco años yo he sido invitado para dictar la conferencia inaugural del encuentro anual de los científicos de la comunicación de Australia y cuando me hicieron la invitación yo sabía que tenía intereses por -tal vez-lo que sería más bien lo exótico de la imagen latinoamericana como un continente marcado por diferencias culturales que les interesaba conocer y pregunté concretamente a mis colegas australianos, ¿qué significación tenía mi intervención en este encuentro? y ellos me decían "estamos observando desde lejos cómo América Latina ha intentado ser el puente entre Europa y Norte América y por lo tanto es una experiencia que puede ser trasladada también a Australia, que Australia también buscaba su propia vía".

O sea el mundo nos mira, nos observa. El mundo de alguna manera nos reproduce críticamente.

Segundo, hace unos pocos años yo he sido premiado con un premio que la Universidad de Texas anualmente brinda a los científicos de la comunicación. Yo he tenido el honor de ser el primer latinoamericano en recibir este premio. Y cuando terminé mi presentación agradeciendo y explicando un poco qué es la Escuela Latinoamericana de la Investigación de la Comunicación, cuáles son las tendencias del pensamiento latino en comunicación.

Me emocioné cuando Wienner que todavía vive, el viejito personalmente vino a saludarme y decirme "Yo veo ahora que lo que estamos haciendo en América del Norte es reproducir el camino Norteamericano combinando la cantidad con la calidad, combinando la criticidad con el pragmatismo, combinando las diferencias culturales con las tendencias hegemónicas. O sea son dos indicaciones que me parecen claros para estimular a las nuevas generaciones, o sea tenemos un pensamiento muy rico que no es solamente rescatar sino hacerlo avanzar, porque las condiciones en que trabajaron muchos de nuestros colegas en los 60, 70, 80, han cambiado radicalmente. A mi juicio es misión de esta nueva generación que trabaja investigando, produciendo comunicación en el siglo XXI. Reactualizar estos paradigmas, mantener esta criticidad siempre junto con el pragmatismo, porque todavía tenemos una deuda con América Latina, porque América Latina avanzó mucho en el pensamiento comunicacional. Produce comunicación de buena calidad que es exportada a varias partes del mundo. Pero, todavía seguimos en un continente con mucha exclusión cultural y en donde todavía hay una distancia entre los que saben, los que conocen, los que se divierten. Y mayorías que todavía no tienen derecho a la información, a la comunicación. Yo sé que el problema no se resuelve aisladamente en el mundo de la comunicación, que es un problema de la sociedad, pero es una cuestión sobre la cual los jóvenes investigadores tienen que prestar atención y asumir el compromiso de servir al conjunto de la sociedad, incluso a los excluidos comunicacionalmente.

J.L.A.- Para cerrar, simplemente pedirle a usted al dirigirse a los profesores de comunicación que también nos estarán viendo y a los muchos estudiantes de estas ciencias de comunicación en Bolivia reunidos en La Paz pueda simplemente decirles qué espera usted de ellos de aquí para este nuevo siglo. Qué diría José Marques de Melo con todo el peso que tiene, un maestro de la investigación de la comunicación de nuestro continente, ¿qué les puede pedir tanto a estos maestros como a estos estudiantes?.

J.M.M. - Como pueden ver, yo sigo sin controlar el peso y eso tal vez sea alguna cosa que pueda servir irónicamente como un puente para hablar de las nuevas generaciones, o sea yo espero que los nuevos profesores, investigadores estudiantes de la comunicación sigan siendo latinoamericanos, sigan siendo latinoamericanos inmersos en una sociedad de cultura mundial, no hay que intentar aislarlos de este concierto de naciones que hoy caracteriza el mundo globalizado, pero principalmente preservando nuestras raíces culturales, buscando articular las diferencias que hay entre pueblos, comunidades y regiones y sobre todo con una comprensión de que el mundo fue hecho para ser bien vivido con confort para todos y hay que garantizar eso no solamente en el plano material, también en el plano intelectual y espiritual. Yo estoy desarrollando desde hace tiempo en la cátedra UNESCO de la Universidad Metodista de San Pablo un proyecto amplio que es de rescate del pensamiento comunicacional latinoamericano.

Los invito, sobre todo a los que no conocen, a buscar más información sobre por ejemplo la revista que editamos trimestralmente que es la Web llamada "Pensamiento Comunicacional Latinoamericano", con artículos en castellano, en portugués, en las dos lenguas y ahí yo ofrezco cada tres meses informaciones de reflexiones, de teorías de metodologías que pueden ayudar a estos nuevos jóvenes profesores investigadores a aplicar este conocimiento que ha sido el legado de la Escuela Latinoamericana teniendo como símbolo principalmente a Beltrán.

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