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Revista Médica La Paz

versión On-line ISSN 1726-8958

Rev. Méd. La Paz vol.22 no.2 La Paz  2016

 

MISCELÁNEAS

 

CEREMONIA DE HOMENAJE EN CONMEMORACIÓN DE LAS BODAS DE ORO Y PLATA PROFESIONALES

 

 

Dr. Jorge Fernandez Dorado

 

 


El día 21 de septiembre del año en curso, se realizó un solemne acto en conmemoración al día del médico, oportunidad en el que se homenajeó a los médicos que cumplían su BODAS DE ORO Y DE PLATA de ejercicio profesional.

En dicho acto, el Presidente del Colegio Médico Departamental de La Paz, Dr. Luis Larrea García, inauguró el evento e impuso las medallas conmemorativas. En respuesta, el Dr. Jorge Fernández Dorado emitió las palabras de circunstancia en nombre de los profesionales que cumplieron 50 años de trabajo profesional, en los términos que se consignan a continuación:

El tiempo en su abrumador transcurso va marcando los puntos nodales de la biografía humana y las conmemoraciones son parte de la historia, sea esta personal o universal.

El día 21 de septiembre conmemoramos el día del médico boliviano, coincidiendo con el equinoccio de primavera en el hemisferio sur. Nuestro planeta en su viaje espacial se ubica de tal suerte que su ecuador está perpendicular a los rayos solares. Desde el momento de nuestra graduación, dimos 50 vueltas alrededor del sol. Es conmovedor pensar cómo el universo marca el paso de nuestra existencia, espacio y tiempo son expresiones de la materia y la vida una forma particular de la materia en movimiento. Diríase que medio siglo es mucho tiempo, considerando la brevedad de la vida, más qué puede importar el paso del tiempo si en su decurso el quehacer ha sido productivo.

El grupo de médicos que hoy festejamos nuestras bodas de oro es una muestra representativa de lo multifacético de nuestra profesión, pues encontrarán en él especialistas y generalistas. Psicólogos natos como los internistas y psiquiatras capaces de sondear el espacio interior, el campo virtual del psiquismo humano, en ocasiones escondido pero que hay que develarlo a través de la anamnesis y cuando la comunicación se hace difícil para indagar el mundo subjetivo del paciente, como sucede a menudo con niños y adultos mayores, son los pediatras y geriatras los encargados de salvar dichos escollos, gran habilidad la suya. También encontrarán orfebres y artistas, ¿no es un arte la habilidad quirúrgica de los cirujanos?.

Hay médicos con perfil político, político en el mejor sentido de la palabra, me refiero a los salubristas que no ven a la enfermedad como daño personal sino más bien en su contexto social y epidemiológico y, por tanto tienen una visión panorámica vinculada a la economía y la educación y por tanto al desarrollo humano.

Bien es cierto que todas estas habilidades y competencias no son exclusivas sino compartidas por todas las especialidades, pero también es evidente que entre unas y otras hay diferencias, y todas ellas tienen un denominador común, empatía, solidaridad y abnegación.. Estos son valores ligados a los genes culturales, están en el plano trascendente de la personalidad por encima de lo puramente biológico y psicológico, ese es el plano filosófico- axiológico, es decir el plano de los valores éticos, estéticos y religiosos.

Arte y valores sí, pero también ciencia y academismo. La actualización permanente, como en ninguna otra profesión, constituye parte de la cotidianidad. Tal es la velocidad con la que avanza el conocimiento. Nuevas moléculas farmacológicas, guías terapéuticas, criterios recientes para el diagnóstico y consensos que marcan el paso del progreso. La biología molecular avanza a pasos agigantados y nos permite comprender a la enfermedad a nivel de receptores de membrana, proteína G transductora de la información, enzimas amplificadoras, segundos mensajeros y, claro , los genes que transcriben mensajes milenarios en un código secreto que debe ser traducido para la síntesis de las proteínas estructurales y funcionales que moldearán al individuo.

Allí en el núcleo celular está la esencia misma de la personalidad, raza, sexo y predisposición a enfermedades y aún está inscrita la expectativa de vida. Que lejos hemos llegado, que abrumadora la información que debe acopiar el médico - por eso alguien dijo acertadamente -"el médico es un eterno estudiante".

Pero no todo es abnegación y sacrificio y academismo, también hay creatividad en el quehacer médico, no debemos olvidar al médico emprendedor y al médico empresario. René Favaloro, el gran cardio-cirujano argentino, luego de egresar de la facultad de medicina de la ciudad de La Plata, fue enviado a cumplir el año de provincia a una aldea perdida llamada Jacinto Araoz, en la provincia de La Pampa. Cuando llegó preguntó dónde se encontraba el hospital. No hay hospital fue la respuesta. Bueno pues, donde está el consultorio, tampoco hay consultorio se le dijo. Se puso en acción, visitó las comunidades aledañas dando charlas sobre planificación familiar, puericultura e higiene, pese a las dificultades linguisticas, pues habían inmigrantes ruso-alemanes. Empezó a atender partos a domicilio y así poco a poco se fue ganando a la comunidad no solo de la región, sino de la vecina república de Chile. Los recursos de esa proficua actividad los invirtió en una maternidad que luego evolucionó a un modesto hospital, pero que contaba con quirófano y equipo de Rayos X. Un buen día decidió partir a los Estados Unidos en busca de la especialidad. El hospitalito de su propiedad lo donó al Estado, no exigió ni promovió una convulsión social para su construcción, él lo hizo con sus propias manos. Aquí cabe, por pertinente, la célebre frase se John F. Kennedy "no preguntes qué hace el país por tí, sino más bien qué puedes hacer tú por tu país"

Favaloro se fue a la Cleaveland Clinic, allí brilló haciendo trasplantes de corazón e inventó el by pass aorto-coronario utilizando segmentos de vena safena, se hizo famoso y en su momento de gloria decidió volver a la Argentina pues se sentía en deuda con su pueblo. Le ofrecieron un millón de dólares anuales para quedarse en los Estados Unidos, rechazó la oferta y volvió a Buenos Aires. Fecundo fue su trabajo en la Argentina, operó sin cesar, creo la fundación que lleva su nombre, formó gente. Por desgracia contrajo grandes deudas que no pudo responder por la crisis argentina. Se pegó un tiro en el corazón. Sus cenizas están esparcidas, por disposición suya, en Jacinto Araoz.

¿No es ese un médico emprendedor que genera fuentes de trabajo, que convierte ilusiones en realidades, que no lo espera todo de los poderes públicos?

Pero hay otro tipo de médicos, los ideólogos y entre ellos encontramos a otro médico paradigmático, esta vez nuestro, nuestro Jaime Mendoza, de él me ocupé en un artículo publicado en la Revista "Cuadernos" órgano oficial de la Facultad de Medicina de la UMSA. Permítanme transcribir algunos párrafos:

Nació en Sucre, la "tibia, dulce y sedante ciudad" y bajo su "cielo azul que pareciera lavado por los ángeles", según sus propias palabras. Dotado de una sensibilidad social muy fina, durante sus primeras armas como médico de provincia fue impactado por la vida de los mineros, denunciando a la silico-tuberculosis como a la gran asesina, secuela y sustrato, como paradoja de grandes fortunas amasadas a su sombra.

Caminó como peregrino por las estribaciones y por la mismísima Cordillera Oriental de los Andes y, fascinado, admiró sus altas cumbres coronadas por nieve impoluta. De esas cavilaciones surgirían dos grandes tesis: "La Ruta Diagonal" y "El Macizo Andino". La Ruta Diagonal concibe a los andes orientales cortados afortunadamente por un tajo oblicuo que desciende por una suave escalinata de granito, conectando al Altiplano con el Chaco. Nunca más oportuna su concepción caminera pues fue planteada antes de la guerra. Mendoza - sin embargo - concebía la disputa con el Paraguay en términos pacíficos, resumida por su célebre frase: "hay que pisar fuerte en el Chaco", atribuida al presidente Salamanca, pero aceptada por el ex mandatario como originalmente mendocina. ¿Qué significaba pisar fuerte en el -Chaco? Una gran ruta que conecte los puertos del Pacífico, La Paz, Oruro, los centros mineros, Potosí y Sucre con el chaco boreal, llevando agricultores, ganaderos, comerciantes, médicos, hospitales, maestros y escuelas, ocupando el espacio chaqueño, pisando con la fuerza laboral el abandonado suelo patrio.

Jaime Mendoza dirigió al Manicomio Nacional Pacheco, Institución creada con recursos del presidente Gregorio Pacheco. Al flamante Director Mendoza, relata en sus apuntes, le causó un impacto psicológico descubrir a locos y locas encadenados a los muros de un semi sótano del hospital y de cuyas grietas rezumaban inmundicias "como pus por los vericuetos de una herida"; allí estaban condenados los enfermos mentales, despojados no solo de la razón, sino también de sus derechos y de la más mínima conmiseración humana, ahí estaban esos hombres de mirada perdida y esas mujeres desgreñadas "que acaso en un tiempo suscitaron el amor por su belleza", según su propia descripción. Liberó de las cadenas a los alienados y formuló otra tesis: "El Trípode Psíquico" correlacionando los pisos neurológicos que hoy conocemos como el tallo cerebral, sistema límbico e hipotálamo y corteza cerebral, correlacionándolos con las funciones vitales, instintivas, emotivas e intelectuales, respectivamente, y todo en un lenguaje exquisito tan poco común hoy en el escrito médico. Se adelantó en sus ideas a muchos extranjeros y acaso se acercó al Ello, Yo y Super yo de Sigmund Freud.

Senador de la República y polígrafo: "Memorias de un Estudiante" y "Memorias de un Médico", entre otros escritos; se consagra como eximio novelista en "Por las Tierras de Potosí", clásico de la literatura nacional.

Que estrechas resultan estas cuartillas para trazar, aunque fuese a grandes rasgos, tan polifacética personalidad, como fecunda vida. Acaso el denominador común fue su incesante búsqueda de la verdad que configura al explorador que indaga y descubre en la orografía, en el psiquismo, en la sociedad y en la historia los veneros del alma nacional.

El ciclo biológico del insigne repúblico se extinguió a los 75 años. Las honras fúnebres fueron solemnes, bajo una garúa que inspiró a un orador: "Pareciera - dijo - que el cielo, acongojado, sumara sus copiosas lágrimas a las nuestras".

¿Y el médico investigador? No nos olvidemos de él: Médicos generadores del conocimiento, investigadores que escudriñan la realidad y la ponen a nuestro alcance. Patarroyo, el conocido médico investigador colombiano solía repetir que destinar el 1% del presupuesto general de la nación a la investigación le devolvería con creces recursos al Estado. Vivimos la era del conocimiento, fuente inagotable de riqueza. Así lo han entendido los países del primer mundo que investigan sin cesar, crean nuevas tecnologías, fabrican equipos cada vez más sofisticados. El solo mencionar a la imagenología,: tomografía axial computarizada, tomografía de emisión de positrones, tomografía óptica coherente, resonancia magnética nuclear, fibrogastroscopía y broncoscopía. El ultra sonido ha sido convertido en imágenes, me refiero a la ecografía modo M, bidimensional, asociada al doppler codificado en color y el eco tridimensional, nos causan asombro, pues a la par que hacen avanzar a la medicina generan inmensas riquezas a los proveedores de equipos Para qué hablar de los fármacos y de las grandes empresas industriales que introducen anualmente nuevas moléculas a nivel planetario, generando fabulosas ganancias. La riqueza no es por lo visto el petróleo, ni el gas ni el oro, sino la tecnología que descubre, procesa y utiliza esas materias primas dándoles valor agregado. La verdadera riqueza no está bajo tierra, sino debajo de la bóveda craneal.

Hablemos del médico de hospital, si bien el estereotipo solo considera su misión asistencial, en realidad esa misión es mucho más amplia, pues tiene que ver con la promoción, prevención y rehabilitación de la salud, investigación y docencia, sí, docencia, como clave estratégica del avance en pos de la salud, así lo entendió la OMS y entre las grandes estrategias que diseño en Alma Ata, bajo el lema: "Salud para todos en el año 2000", la integración docente asistencial fue una de ellas. Esa meta de salud 16 años después aún no se ha conseguido, pero la estrategia sigue vigente. La enseñanza en el ámbito hospitalario no es un acto de buena voluntad, esa es una obligación, es parte del trabajo del médico, a este propósito habrá que recordar la sentencia de Ignacio Chavez, gran mexicano y maestro por antonomasia: "el médico que no enseña y es avaro con su ciencia, cuando muera, corre el riesgo de que juntamente con el cuerpo se le pudra el alma".

Hoy, hemos venido a festejar nuestras Bodas de Oro, cada uno de nosotros tendría una historia que contar, de éxitos y fracasos - como suele ser la vida - anécdotas, experiencias, críticas, sugerencia. Ese conjunto de historias, como las de Favaloro y Mendoza, salvando modestamente las distancias, serían altamente ilustrativas, que pena que no sea posible acceder a ellas.. Para terminar, digamos como el General Marzana luego de la heroica batalla de Boquerón: "solo cumplimos nuestro deber".

El Colegio Médico, nuestro ente matriz, ha querido homenajearnos y sin falsas modestias, orgullosos, aceptamos ese homenaje, lo brindamos a nuestra patria, a nuestras familias, a la humanidad toda, pero particularísimamente, a la humanidad doliente.

Muchas gracias

 

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