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Cuadernos Hospital de Clínicas

versión impresa ISSN 1562-6776

Cuad. - Hosp. Clín. vol.61 no.1 La Paz jul. 2020

 

EDITORIAL

 

Reseña histórica y panorama actual de la infección por coronavirus

 

Historical overview and current overview of coronavirus infection

 

 

Ac. Dr. Osear Vera Carrasco
Profesor Emérito de Pre y Postgrado de la Facultad de Medicina
Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) Especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva

 

 


 

 

Los virus en general, son parásitos intracelulares obligados que consisten en RNA o DNA con cubierta proteica llamada cápside, que necesitan enzimas y macromoléculas de la célula del huésped humano para su replicación. Esta su absoluta dependencia de las funciones metabólicas de las células del organismo constituye la principal dificultad para el desarrollo de la terapia antiviral o bloqueo de la actividad vírica sin lesionar el metabolismo celular, problema que no es de fácil solución. Carecen de pared y membranas celulares y no realizan procesos metabólicos. Su reproducción se sirve de múltiples mecanismos metabólicos del huésped, y pocos fármacos son lo suficientemente selectivos para impedir la reproducción vírica sin perjudicar al huésped. El tratamiento de las virosis se complica aún más porque los síntomas clínicos son tardíos, pues aparecen cuando la mayoría de las partículas víricas ya se han reproducido 1,2,3.

Los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como ocurre con el coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV). Un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano. Se pueden contagiar de los animales a las personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios exhaustivos al respecto, sabemos que el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano y que se ha producido transmisión del MERS-CoV del dromedario al ser humano. Además, se sabe que hay otros coronavirus circulando entre animales, que todavía no han infectado al ser humano4,5.

El 31 de diciembre de 2019, autoridades de Salud de Wuhan (provincia de Hubei, China) informaron sobre un conglomerado de 27 casos de neumonía de etiología desconocida con inicio de síntomas el 8 de diciembre, incluyendo siete casos graves, vinculados por la exposición común a un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la ciudad de Wuhan. El mercado fue cerrado el día 1 de enero de 2020. El 7 de enero de 2020, las autoridades chinas identificaron un nuevo virus de la familia Coronaviridae, como agente causante del brote. Fue denominado "nuevo coronavirus", 2019nCoV. La secuencia genética fue compartida por las autoridades chinas el 12 de enero 6,7.

La familia Coronaviridae consta de dos géneros, los Coronavirus y los Torovirus. Ambos géneros tienen un aspecto similar al microscopio electrónico y comparten estrategias de replicación parecidas (junto a los otros miembros del orden Nidovirales, incluidos los Arterivirus, que se subdividen en los géneros: Alfa coronavirus, beta coronavirus, gamma coronavirus y delta coronavirus). No obstante, difieren en el tamaño de su genoma de ARN y en las proteínas estructurales, así como en la morfología de sus nucleocápsides. Los coronavirus (CoV) son sobre todo patógenos respiratorios en el ser humano y hasta hace poco se consideraba que causaban enfermedades de las vías respiratorias superiores y probablemente también una proporción indeterminada de casos de diarrea viral. Afecta a las células epiteliales en el tracto respiratorio y gastrointestinal como objetivo primario, por lo que la eliminación viral es a través de estos sistemas y la transmisión puede ocurrir en diferentes rutas: fómites, aire o fecal-oral8,9.

Se tienen identificados 4 coronavirus capaces de infectar a los humanos, denominados coronavirus humanos comunes: Betacoronavirus, HCoV-OC43 y HCoV-HKU1; así como el Alfacoronavirus HCoV-229E que causan enfermedades leves a moderadas de las vías respiratorias superiores, pero también graves infecciones del tracto respiratorio en los grupos de edad más jóvenes y de mayor edad; mientras que el Alfacoronavirus HCoV-NL63 se considera una causa importante de (pseudo) crup y bronquiolitis en niños. Las infecciones en humanos con coronavirus comunes raramente o en un bajo porcentaje causan enfermedad grave 10,11,12.

Por lo anteriormente señalado, los coronavirus (CoV) son una amplia familia de virus que pueden causar diversas afecciones desde el resfrió común hasta las enfermedades más graves como el coronavirus causante del Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el que ocasiona el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAG-CoV), -este último aparece durante el invierno de 2002-2003-, siendo estos especialmente patógenos respiratorios en el ser humano y hasta hace poco se consideraba que causaban enfermedades de las vías respiratorias superiores y probablemente también una proporción indeterminada de casos de diarrea viral. El brote se originó en el sur de China, probablemente por transmisión desde un mamífero pequeño, como la civeta del Himalaya (Paguma larvata) o el perro mapache (Nyctereutes procyonoides), al ser humano. Es probable que estos animales, enjaulados y sacrificados en mercados de comida exótica, fueran los huéspedes intermediarios de un virus procedente de los murciélagos de herradura chinos 13,14.

En consonancia con esto, el SRAG-CoV aislado en la civeta mostraba signos de adaptación rápida a este huésped intermediario. En retrospectiva, la aparición del SRAG concuerda con lo que se conoce sobre los coronavirus como grupo: son patógenos relevantes en los animales, en los que causan una amplia variedad de trastornos mediante diferentes mecanismos patogénicos, y se ha observado que mutan con frecuencia e infectan a nuevas especies.

En 1965, Tyrrell y Bynoe cultivaron un virus obtenido de la vía respiratoria de un niño con resfriado común mediante pases en cultivos de tráquea embrionaria humana. El medio de estos cultivos produjo de forma constante resfriado en voluntarios. No obstante, el agente implicado era sensible al éter, pero no estaba relacionado con ningún virus humano conocido. Más tarde, la microscopia electrónica de los líquidos obtenidos de cultivos de órganos infectados reveló la presencia de partículas similares al virus de la bronquitis infecciosa de los pollos. Más o menos al mismo tiempo, Hamre y Procknow obtuvieron un agente citopático en cultivos tisulares de estudiantes de medicina con resfriado. El virus prototipo fue denominado 229E y la microscopia electrónica reveló una morfología similar o idéntica 15,16.

Con técnicas similares a las empleadas por Tyrrell y Bynoe, Mclntosh y cois, detectaron varios agentes similares al virus de la bronquitis infecciosa procedentes de las vías respiratorias de seres humanos, cuyo prototipo fue denominado OC43 (OC es el acrónimo inglés de cultivo de órgano). Por esas fechas, se demostró que el virus de la hepatitis murina y el de la gastroenteritis transmisible porcina tenían la misma morfología en la microscopia electrónica. Muy poco tiempo después, se escogió el nombre coronavirus (el prefijo corona indica el aspecto similar a una corona de las proyecciones de superficie) para denominar a este nuevo general 17.

Además, mediante estudios de secuenciación y de antigenicidad, los coronavirus animales y humanos se dividieron en tres grupos: el grupo 1 comprende el coronavirus humano 229E (HCoV-229E) y varios coronavirus animales, el grupo 2 comprende el HCoV-OC43 y varios virus de animales estrechamente relacionados, como el coronavirus bovino y el virus de la hepatitis murina, y el grupo 3, que consta sólo de coronavirus de aves relacionados con el virus de la bronquitis infecciosa.

El SRAG se identificó por primera vez en la provincia de Guangdong de China en noviembre de 2002 y de ahí se propagó a Hong Kong, a continuación a países del sudeste asiático, Europa y Norteamérica, y finalmente a todo el mundo. Diferentes laboratorios identificaron un coronavirus en pacientes con SRAG de forma independiente y casi simultánea. La secuenciación demostró que presentaba una escasa relación con todos los coronavirus humanos o animales caracterizados

previamente. El brote de SRAG promovió una respuesta de salud pública rápida e intensa coordinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en julio de 2003 se había detenido la transmisión de la enfermedad en todo el mundo. No obstante, a pesar de este esfuerzo heroico hubo más de 8.000 casos y más de 750 muertes. Se considera que el SRAG-CoV pertenece al grupo 2 de coronavirus, aunque éste y los virus animales y de murciélagos más relacionados se incluyen ahora en el grupo 2b, mientras que los otros virus del grupo 2, como el HCoVOC43, se engloban en el grupo 18,19 .

Con la aparición del SRAG y la identificación del SRAG-CoV, el campo del HCoV ha adquirido de repente una gran actividad. Se han diseñado métodos moleculares sensibles para detectar virus idénticos o muy relacionados con el HCoV-229E y el HCoV-OC43 en las vías respiratorias y se han descubierto dos especies nuevas, NL63 yHKU120-22. El HCoV-NL63 fue descubierto de modo independiente por tres grupos, dos en Holanda y, algo más tarde, el tercero en New Haven, Connecticut. En los tres casos, las muestras positivas eran de lactantes y niños con enfermedad respiratoria. El HCoV-HKU1 fue descubierto en Hong Kong en un adulto con enfermedad respiratoria. Estas dos nuevas cepas de HCoV se han detectado después en todo el mundo y parece que su patogenia es similar a la del HCoV-229E y HCoV-OC43, con la posible excepción de que el NL63 está presente con más frecuencia en niños con laringotraqueítis 20,21,22.

El "COVID-19", un nuevo virus de la familia Coronaviridae ya señalado anteriormente, como un nuevo virus de la familia Coronaviridae y causante de neumonía, el mismo continuó con su dispersión e incremento progresivo y creciente en número de casos a nivel internacional. A la fecha nos permite construir algunas recomendaciones para el manejo de los pacientes que desarrollan insuficiencia respiratoria aguda (IRA) y disfunción orgánica múltiple en casos graves. Estas recomendaciones se centran en el manejo y tratamiento farmacológico de la IRA en la infección por coronavirus y deben ser aplicadas junto a las recomendaciones del Ministerio de Salud y especialistas en el área como Infectología, Neumología, Medicina interna, Terapia intensiva y Epidemiología, y de acuerdo a los protocolos propios de actuación de cada especialidad, y en los casos graves los correspondientes a las Unidades de Cuidados Intensivos, particularmente los relacionados con sedación y manejo hemodinámico, medidas adicionales que tienen relación con el manejo de enfermería y aquellas tendientes a reducir la transmisión nosocomial del virus 22,23,24.

La importancia de esta infección viral como problema de salud pública, reside en la morbilidad de un gran número de personas afectadas en periodos cortos y en la mortalidad directa por agravamiento de otras enfermedades. La epidemiología permite estudiar de forma integral las características del virus, del huésped, población susceptible y factores del estado de vida que determina el riesgo de adquirir la infección; mediante el método epidemiológico el cual: 1) amplia los conocimientos de la enfermedad viral; 2) incorpora formas de control efectivos; 3) analiza la interacción del virus con factores ambientales, así como con la susceptibilidad del huésped; 4) amplia el conocimiento de mecanismos de transmisión y 5) evalúa, diseña y analiza ensayos de vacuna y terapéutica antiviral25.

En este contexto, y en consideración al panorama actual de la infección por el Coronavirus Covid-19, considerada como una pandemia a nivel mundial y que afecta a nuestro país, es de urgente necesidad la implementación y ejecución de un Plan Nacional de Respuesta frente a esta patología, para lo cual todos los niveles de atención medica de 1er, 2do y tercer nivel deberán contar con un Protocolo de Manejo de actuación o manejo clínico y cumplir con lo establecido en un Manual de bioseguridad correspondiente, que conducirá a definir un ambiente de trabajo más seguro, conllevando al fortalecimiento de la atención de calidad en los servicios de salud, a la creación de una nueva cultura organizacional altamente comprometida en su auto cuidado, que contribuya a la protección del medio ambiente, y sobre todo a precautelar, proteger y mantener la vida del personal de salud en forma digna y productiva .

Por todo lo anteriormente señalado, cabe recordar que las diversas actividades que desarrolla el personal de salud conllevan a la no exposición de factores de riesgo infeccioso y no infeccioso, que demandan el uso de medidas de bioseguridad, considerando que los límites entre lo accidental y lo prevenible pasan por el cumplimiento de normas mínimas de protección, hoy en día consideradas universales.

 

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