EDITORIAL

Publicar, la forma más efectiva de existir en el mundo científico y académico

La calidad de las instituciones académicas, principalmente de las Universidades es reconocida ahora más que en el pasado, en gran medida por la producción de conocimiento, que se expresa principalmente en su visibilización a través de la publicación de resultados de la investigación científica en revistas de divulgación científica. Esta situación no solamente tiene impacto en los juicios de calidad que se tengan respecto a las instituciones académicas, sino que además son el espacio que permite la accesibilidad de los profesionales del campo o estudiantes a la información útil a sus propias actividades y quehaceres, que en última instancia podrán traducirse en beneficio de la población, entre ellos los pacientes. Bolivia es uno de los países con menos producción científica publicada en revistas científicas indexadas, ocupamos el lugar 16 sobre 20 países Latinoamericanos, solamente por delante de Guatemala, Barbados, Guadalupe y Nicaragua. Bolivia tiene alrededor de 1.500 publicaciones indexadas versus Brasil que es el país que más publica de Latinoamérica con más de 230.000 publicaciones y México que ocupa el segundo lugar con más de 95.000.

A pesar de ser la investigación, uno de los pilares fundamentales de la Universidad, con alguna frecuencia la producción científica se ha movido en torno de la ejecución de estudios de forma miscelánea en el marco de la elaboración de tesis de pre y postgrado por ejemplo, que no necesariamente siguen una línea de investigación y/o que luego de ser defendidas y publicadas, son olvidadas en algún estante. Por otra parte, muchos estudios se realizan porque se presenta una oportunidad y se accede a ella. Asimismo, otros tantos responden a la necesidad de presentar resultados que tienen como obligación los docentes investigadores y no precisamente porque estén involucrados plenamente en ciertas líneas de investigación.

En el marco de la docencia y práctica clínica, quirúrgica y de laboratorio, las ciencias médicas son un vasto campo que brinda oportunidades en el ejercicio para el desarrollo de investigaciones que puedan plasmarse luego en artículos publicados en revistas biomédicas científicas. Existen importantes resultados o hallazgos en la práctica clínica y quirúrgica o en la práctica de gabinete, laboratorio o de campo, que por el poco hábito de escribir de los profesionales no se traducen en publicaciones científicas y sencillamente quedarán en el futuro ignoradas o podrán estar enterados de estos aspectos solamente las personas más próximas al entorno de estos profesionales, pero indefectiblemente de una u otra forma harán parte del pernicioso “mundo del olvido”, porque lamentablemente, cuando algún investigador quiera trabajar sobre los mismos o similares tópicos, no podrán tener como referencias los anteriores hallazgos o resultados, porque simplemente “no existen”, porque como en tantas cosas en la investigación y en la ciencia “solo lo que se ve se anota”. Es así que, indistintamente de cuanto se haya recorrido en determinado conocimiento, al no estar visible este conocimiento en ninguna publicación, cualquier investigador que quiera abordar el tema, que realice el estudio, que obtenga resultados y que los publique, los publicará como resultados completamente inéditos y será el primero. Esto es algo que sucede cotidianamente en nuestro país, donde con mucha frecuencia tiene que venir alguien de afuera para “descubrir” algo (tal vez ya descubierto tiempo atrás), pero de lo que no existe evidencia documentada y estaremos agradecidos porque tal vez seamos co-autores de la publicación o al menos estaremos listados en los agradecimientos.

Toca ahora pensar en los que sí publican, ¿Cuantos lo hacen porque realmente quieren mostrar al mundo sus aportes a la ciencia? y no más bien ¿Por simple vanidad, o por incrementar su calificación, o para conseguir fondos o para ser promovidos?. Los científicos deberían publicar para compartir con la comunidad científica informaciones que contribuyan con conocimiento a un determinado campo, deberían presentar resultados o métodos nuevos y originales, deberían reflexionar sobre resultados publicados y aportar con revisiones y actualizaciones de importancia. Es así que, siguiendo las palabras que Albert Einstein en el prólogo de la obra ¿A dónde va la ciencia? que otro premio Nobel, Max Planck, publicó en 1941, textualmente dice respecto a los hombres de ciencia: “Algunos hombres se dedican a la ciencia, pero no todos lo hacen por amor a la ciencia misma. Hay algunos que entran en su templo porque se les ofrece la oportunidad de desplegar sus talentos particulares. Para esta clase de hombres la ciencia es una especie de deporte en cuya práctica hallan un regocijo, lo mismo que el atleta se regocija con la ejecución de sus proezas musculares. Y hay otro tipo de hombres que penetran en el templo para ofrendar su masa cerebral con la esperanza de asegurarse un buen pago. Estos hombres son científicos tan sólo por la circunstancia fortuita que se presentó cuando elegían su carrera. Si las circunstancias hubieran sido diferentes podrían haber sido políticos o magníficos hombres de negocios.” ……“Pero olvidémonos de ellos. Y vamos a dirigir nuestras miradas a aquellos que merecieron el favor del ángel. En su mayor parte son gentes extrañas, taciturnas, solitarias. Pero a pesar de su mutua semejanza están muy lejos de ser iguales a los que nuestro hipotético ángel expulsó.” …… “¿Qué es lo que les ha conducido a dedicar sus vidas a la persecución de la ciencia? Difícil es responder a esta cuestión, y puede que jamás sea posible dar una respuesta categórica”. En el mismo prólogo haciendo alusión al autor de la obra menciona: ….“El estado mental que proporciona en este caso el poder impulsor es semejante al del devoto o al del amante. El esfuerzo largamente prolongado no es inspirado por un plan o propósito establecido. Su inspiración surge de un hambre del alma”.

De esta manera Albert Eistein hace alusión específica a los científicos; sin embargo, publicar no es privativo de estas personas, para ellos es fundamental que lo hagan con excelencia (es su razón de ser), habrán muchos que sin dedicar su vida plena a la ciencia podrá obtener resultados que puedan ser novedosos y tal vez extraordinarios, y ojalá por ser tan buenos, los puedan compartir con el mundo a través de una publicación científica, así habrán cumplido su objetivo, ¡aportar conocimiento para bien de todos!.

Es así que, desde hace algunos años, las posibilidades de acceder al conocimiento se han multiplicado de manera exponencial y el mundo ha tenido una de las más grandes revoluciones en el mundo de las telecomunicaciones desde que tenemos disponible el uso de Internet (década de los 80), donde con la ayuda de poderosos buscadores podemos identificar la gran mayoría de referencias bibliográficas sobre los temas que nos interesen, con frecuencia al menos los resúmenes y de forma cada vez más creciente, el acceso a artículos completos sin costo o acceso pagado, afortunadamente cada vez hay más revistas que permiten el acceso a artículos completos sin costo, porque si bien en el pasado, el factor de impacto de una revista sobre todo estaba marcado por el número de suscriptores, actualmente las consultas o descargas de los artículos por Internet, se constituye en un parámetro fundamental para subir el factor de impacto de una revista, tal es el caso por ejemplo, de la revista brasileña Memorias do Instituto Oswaldo Cruz, que subió considerablemente su factor de impacto desde que puso disponibles los artículos completos en la red a través del portal SciELO (Scientific Electronic Library Online, www.SciELO.org), que nace como una iniciativa de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (FAPESP), del Brasil y del Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud (BIREME), que implica el desarrollo de una metodología común para la preparación, almacenamiento, diseminación y evaluación de la literatura científica en formato electrónico. Bolivia forma parte de SciELO a través del sitio http://www.scielo.org.bo/, que incluye a 8 revistas nacionalesentre las que se encuentran 3 del área biomédica: Cuadernos del Hospital de Clínicas (Órgano Oficial de laFacultad de Medicina, Enfermería, Nutrición y Tecnología Médica), BIOFARBO (Órgano Oficial del Colegio de Bioquímica y Farmacia de Bolivia) y la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría.

Con todo lo anteriormente dicho, podemos ser autocríticos respecto a nuestro propia visibilidad y la visibilidad de nuestro país, podemos valorar lo que producimos pero no escribimos, podemos rescatar lo que tenemos por ahí olvidado y podemos aprovechar esa favorable coyuntura que nos da la tecnología para ser más visibles a través de la publicación de nuestros resultados mediante artículos completos impresos y en formato electrónico a través de la Red SciELO u otras alternativas existentes en una gran cantidad de revistas biomédicas. Convocamos así a todos los colegas y profesionales de las ciencias biológicas y biomédicas a presentar sus manuscritos para su publicación en la revista Cuadernos del Hospital de Clínicas en cuya estructura hemos hecho una serie de cambios para cumplir con mayor cabalidad los requisitos fundamentales para la publicación de Revistas Biomédicas, que ustedes podrán advertir en el presente número, como producto de cambios sustanciales en los procesos de edición y publicación.

Eddy Martínez Avendaño
EDITOR RESPONSABLE