El aguilucho langostero (Buteo swainsoni) es un migrante boreal cuya distribución reproductiva abarca desde Canadá hasta el norte de México (Bierregaard 1994, England et al. 1997, Márquez et al. 2005, Watson 2021). En su área de cría, el aguilucho langostero ocupa estepas, pastizales y terrenos agrícolas construyendo sus nidos en árboles o postes del tendido eléctrico (Sarasola et al. 2007). Su tamaño de puesta varía entre 1 y 4 huevos. Debido a su amplio rango de distribución, la fenología reproductiva del aguilucho langostero es geográficamente variable, ocupando territorios reproductivos de entre 3 y 5 meses durante el verano en América del Norte (England et al. 1997,Watson 2021).
En el invierno boreal, el aguilucho langostero migra al extremo meridional de América del Sur, cubriendo una ruta migratoria de aproximadamente 10.000-13.000 km (Márquez et al. 2005, Bechard et al. 2007, Kochert et al. 2011, Watson 2021). Durante el verano austral, se establece en la Región Pampeana de Argentina, principalmente en las áreas agrícolas de las provincias del centro del país (La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos) (Woodbridge et al. 1995, Sarasola et al. 2007). Aunque esta es su principal área de distribución austral, es común observar también grupos de aguiluchos langosteros en otras provincias del oeste y noreste de Argentina y en áreas del sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia (Sarasola et al. 2007). En Bolivia, arriba al país a principios de primavera (Sep-Nov) y permanece hasta finales de verano (Feb-Mar) y siempre ha sido observado en vuelo (Herzog et al. 2016).
El viaje migratorio hacia las áreas de invernada comienza a fines de septiembre y principios de octubre, demorando en promedio 51 días para llegar, a un ritmo de 188 km/día para completar 13.504 km hasta las áreas donde permanece durante el verano austral (Fuller et al. 1998, Bechard et al. 2007). Existen pocos registros del aguilucho langostero alimentándose durante su migración en sus áreas no reproductivas. En Bolivia fue registrado en áreas cercanas a Villa Montes, especialmente en la Serranía del Aguaragüe, en bandadas en pleno vuelo (Martínez et al. 2011). El presente registro es el primero de esta especie depredando langostas en Bolivia y el más meridional (austral) para el país.
El 12 de febrero de 2020 a las 13:45 h una bandada de 250-280 aguiluchos langosteros fue observada en pleno vuelo (Fig. 1a) en las cercanías de la laguna La Vertiente (21°19’S, 63°17’O, 340 m), cerca de la ciudad de Villa Montes, al noreste del departamento de Tarija, Bolivia. La vegetación del área es un bosque seco del bioma del Chaco dominada por matorrales espinosos de caraguatá (Bromelia hieronymi) y garabatá (Bromelia serra), con abundantes cactáceas (Harrisia guelichii, Cereus dayamii, Neoraimondia herzogiana, Ruprechtia triflora, Cleistocactus dependens, Pereskia sacharosa, Izozogia nellii). El bosque tiene una altura de 8-15 m con especies típicas como mistol (Ziziphus mistol), soto (Schinopsis quebracho-colorado), chañar (Geoffroea decorticans), tusca (Acacia aroma), garrancho negro (Acaciapolyphylla), sacha pera (Capparis tweediana) y algarrobo (Prosopis alba).
La mayoría de los individuos observados tenía el plumaje adulto de la forma pálida o clara según Herzog et al. (2016). El plumaje era gris oscuro por encima, blanco por debajo con una notoria banda pectoral ancha marrón colorado, vientre y región anal blanca, cola listada finamente de negro y fondo blanco con borde caudal blanco. El interior de las alas era blanco en contraste con las rémiges oscuras, las patas y la base del pico amarillo, con la punta ganchuda de color gris oscuro. Era notoria la frente y la parte delantera del cuello (garganta) de color blanco. También se observaron algunos individuos de colores intermedios, similares a individuos de fase clara pero con cantidades variables de café en sus partes inferiores bajas (Fig. 1b).
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Fotos: Omar Martínez.
Figura 1. a. Una bandada numerosa de aguilucho langostero (Buteo swainsoni) en pleno vuelo en el sur de Bolivia. b. Detalle de un individuo en plumaje claro.
La bandada volaba a gran altura (aproximadamente 150200 m), pero a menudo algunos individuos descendían a baja altura (20-30 m) en vuelos en círculos, intentando localizar y capturar langostas sudamericanas (Schistocerca cancellata). Aparentemente, los aguiluchos langosteros se habían concentrado en ese sitio debido a la alta abundancia de langostas que había resultado de una irrupción poblacional iniciada un par de semanas antes. Al menos una docena de aguiluchos langosteros cazaban langostas desde una percha en árboles grandes y emergentes al arribar al lugar; sin embargo, cuando se los estuvo observando alrededor de una hora, empezaron a volar y a capturar insectos en el aire en vuelos en picada, tal como fue descripto por Márquez et al. (2005). Este comportamiento ha sido denominado forrajeo oportunista en ruta (Kirkley 2017, Watson 2021). Al menos una treintena de individuos intentaban capturar langostas y entre 10-12 individuos fueron observados capturando insectos en pleno vuelo, mientras el resto volaba a gran altura. En el área, las langostas sudamericanas se encontraban distribuidas en los diferentes estratos del bosque y al borde de los caminos.
La bandada estaba retornando hacia sus áreas reproductivas en el Hemisferio Norte, ya que la fecha de observación coincide con las más tempranas de migración hacia el norte (13 Feb a 26 Mar, Kochert et al. 2011; 1 Feb a 8 Mar, Airola et al. 2019; 23 Feb, Watson 2021). Estas partidas tempranas también han sido documentadas por England et al. (1997) y Goldstein et al. (1999). El consumo de langostas está dentro de los hábitos alimenticios del aguilucho langostero en sus áreas de invernada en el Hemisferio Sur (Johnson et al. 1987, Márquez et al. 2005, Sarasola et al. 2007). En esas áreas se alimenta exclusivamente de insectos, principalmente ortópteros, odonatos, coleópteros y lepidópteros (Jaramillo 1993, Rudolph & Fisher 1993, Serracín Araujo & Tiranti 1996, Goldstein et al. 1999, 2000, Canavelli et al. 2001, Sarasola & Negro 2005). Su estadía en sus áreas de invernada, durante el verano austral, coincide con la mayor emergencia poblacional de insectos. La dieta en sus áreas de invernada difiere considerablemente de la de sus áreas reproductivas, donde depreda principalmente pequeños vertebrados, incluyendo aves, conejos, ardillas, murciélagos y reptiles (Bierregard 1994, England et al. 1997).
El modo en que los aguiluchos langosteros localizaron y capturaron a las langostas coincidió con la estrategia de caza descripta por otros autores (Sarasola & Negro 2005): los individuos localizaron a sus presas mientras planeaban aprovechando las corrientes térmicas. Sus intentos de captura fueron más recurrentes cuando la temperatura alcanzó 38°C. En el área de estudio (21°S) el aguilucho langostero realiza paradas permaneciendo entre 3 y 9 días para alimentarse de langostas sudamericanas (Kochert et al. 2011, Watson 2021). El consumo de insectos también parece ser una fuente alternativa de alimento en otras rapaces migratorias en América del Sur, como el aguilucho andino (Buteo albigula) durante su viaje de retorno hacia las áreas de invernada entre el centro y norte de América del Sur (Pavez 2000, Trejo et al. 2006) o el aguilucho común (Geranoaetus polyosoma) mientras realiza migraciones a las estepas de la Patagonia (Travaini et al. 2012).
Con relación a la langosta sudamericana, considerada históricamente como la plaga agrícola más grave de la región austral de América del Sur (Gastón 1969, Medina et al. 2017), tiene una amplia distribución geográfica de casi 4.000.000 km2, incluyendo Argentina, Uruguay, Paraguay, el sur de Brasil, el sudoeste de Bolivia y el centro-norte de Chile (Medina et al. 2017). El área de brote, que da origen a las explosiones poblacionales, ocupa solo 120.000 km2 en Argentina (Waloff & Pedgley 1986, Hunter & Cosenzo 1990). Después de seis décadas de actividad limitada de las langostas sudamericanas, con solo tres brotes pequeños en 1961, 1989 y 2010, se produjo un aumento poblacional importante que comenzó en 2015 y que continúa actualmente alcanzando un nivel de plaga que amenaza la producción agropecuaria de varios países de América del Sur (Medina et al. 2017). En Bolivia, esta plaga viene afectando el sureste del país desde enero de 2017, en los departamentos de Santa Cruz (municipios de Cabezas, Charagua, El Torno y Boyuibe), Chuquisaca y Tarija (Chambilla 2017). En estas condiciones, el aguilucho langostero es un potencial regulador de esta plaga en su área de invernada.