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Ecología en Bolivia

versión impresa ISSN 1605-2528versión On-line ISSN 2075-5023

Ecología en Bolivia vol.50 no.2 La Paz set. 2015

 

Artículo

 

Plantas medicinales comercializadas por las chifleras de La Paz y El Alto (Bolivia)

 

Medicinal plants marketed by chifleras of La Paz and El Alto cities (Bolivia)

 

 

Maida Justo-Chipana* & Mónica Moraes R.

Herbario Nacional de Bolivia, Instituto de Ecología, Carrera de Biología, Universidad Mayor de San Andrés, Casilla 10077 - Correo Central, La Paz, Bolivia
*Autora de correspondencia; maida_justo@hotmail.com

 

 


Resumen

En Bolivia se práctica la medicina tradicional por su alta diversidad cultural y biológica. Las plantas medicinales son comercializadas en La Paz y El Alto mediante puestos urbanos atendidos por mujeres (chifleras) de origen aymara. El objetivo fue documentar los conocimientos y usos de plantas medicinales en ambas ciudades (Dpto. La Paz). Se realizaron entrevistas semiestructuradas de julio-octubre en castellano y aymara en La Paz (18) y El Alto (19) con 28 preguntas. Se tomaron los siguientes datos: nombre común de la planta, tipo de dolencia tratada y formas de preparación del remedio, entre otras. Se identificaron 105 especímenes, 94 identificadas hasta especie, 11 hasta género y 10 indeterminadas en ambas ciudades. El 47% corresponde a especies nativas y 41 % a introducidas. Se registraron 31-40 familias de plantas con mayor número de especies en Asteraceae (24%), Lamiaceae (11%), Solanaceae (7%), Fabaceae-Papilionoideae y Brassicaceae (5%). Las especies de uso más frecuente para el tratamiento de dolencias de hombres (con el 40%) y mujeres (60%) y las especies con mayor valor de uso fueron Clinopodium bolivianum, Tripodanthus acutifolius y Baccharis latifolia, mientras siete especies son exclusivas para dolencias femeninas. Se reportó el uso de cinco estructuras morfológicas para contrarrestar de 27-53 dolencias, como hojas (41.64%), tallos (29.34%), flores (15.56%), raíz (5.34%), frutos (3.1%) y toda la planta (4.8%). Con estos aportes se ha relevado a mayor detalle la comparación de las plantas medicinales, dolencias tratadas y el uso por género entre ambas ciudades como base para otros estudios.

Palabras clave: Dolencias, Etnobotánica, Prácticas tradicionales.


Abstract

Due its both high cultural and biological diversity, in Bolivia the traditional medicine is practiced. Medicinal plants are sold in the cities of La Paz and El Alto, known as "chifleras", were women are in charge and mostly belong to an Aymaran origin. The focus of this study was to document the traditional knowledge and uses of medicinal plants marketed by the chifleras in both cities (Dpto. La Paz). During the dry season of 2013 semi-structured interviews both on Spanish and Aymara were carried out in La Paz (18) and El Alto (19) with 28 questions. Common names of plants, diseases treated, and preparation of the remedy were registered. As results, 105 specimens were identified, 94 to species, 11 to genus, and 10 remain indeterminate in both cities; the 52.7% are native and 47.3% introduced. In total were recorded from 31-40 plant families, the highest number of species was found in the Asteraceae (24%), Lamiaceae (11%), Solanaceae (7%), Brassicaceae, and Fabaceae-Papilionoideae (5%). The most frequently used species for both men (40%) and women (60%) were Clinopodium bolivianum (highest use value index 0.6), and Baccharis latifolia, Tripodanthus acutifolius, while seven species are exclusive for female ailments. Plant parts are used against 27-53 diseases and the most used are as follows: leaves (41.64%), stems (29.34%), flowers (15.56%), root (5.34%), fruits (3.1%), and the entire plant (4.8%). With this contribution it has increased mayor information that compare both cities on medicinal plants, treated diseases and use by gender as a basis for other studies.

Keywords: Diseases, Ethnobotany, Traditional practices.


 

 

Introducción

En Bolivia se han identificado varias prácticas de medicina tradicional, debido a la alta diversidad cultural y biológica (Vidaurre et al. 2006). Estos conocimientos tradicionales se mantienen en las culturas indígenas, que se encuentran dispersas en el Altiplano, los valles, la sabana beniana, el Chaco y los bosques tropicales (Boom 1987, Toledo 1995, Hinojosa et al. 1997). Según Estrella (1995) la medicina tradicional es un conjunto de conocimientos y prácticas que tiene como fundamento el saber médico ancestral de la población, que fue modificado a lo largo de los siglos por la influencia de la medicina occidental. Por tanto en Bolivia tiene como opción importante a la medicina tradicional para aliviar sus dolencias, que se utiliza en el área rural y periferie de distintas ciudades (Barrera 1982).

Según Moraes et al. (1996) & Beck et al. (1999), se estima que el conocimiento de plantas medicinales para Bolivia se ha incrementado y que inicialmente se estimaba que existían 1.500 especies de plantas medicinales reconocidas esencialmente por los grupos étnicos. Actualmente, Giménez & Ibisch (2003) indicaron que se conocen alrededor de 3.000 especies en pueblos originarios, que representan el 13% de la diversidad. La cultura Kallawaya en los Andes del departamento de La Paz presenta más publicaciones sobre el conocimiento tradicional con aproximadamente 980 especies de plantas, incluidas las plantas introducidas (Girault 1987).

La venta a nivel urbano de esas plantas medicinales está a cargo de los llamados hierberos, hemolienteros, yerbateros y chifleras. En herboristerías de Argentina son atendidos por hierberos o yerbateros (Pochettino et al. 2008); en cinco mercados de Cusco (Perú) los comerciantes son considerados hemolienteros (Huamantupa et al. 2001); mientras que en ciudades de Bolivia se han constituido puestos de venta urbanos para comercializar plantas medicinales, atendidos mayormente por mujeres (Macía et al. 2005), en las ciudades de La Paz y El Alto se las denomina chifleras y en su mayoría son de origen aymara. Según (Loza 2008), son mujeres consagradas al mundo espiritual para interceder entre los seres y las fuerzas que configuran su espiritualidad y sentido transcendente; por lo que son las encargadas de diagnosticar el origen y causa de las dolencias, así como de definir el tratamiento adecuado que restablezca la salud humana (De Lucca et al. 1992). La gente acude a estos puestos de venta para la obtención de plantas medicinales curativas para la salud en función de su origen cultural (Araucaria 2004, FBE 2004).

En la presente investigación relacionada con otras publicaciones (Justo 2014, Justo & Moraes 2014a, b), se planteó el objetivo general de aportar con el registro de conocimientos y usos de las plantas medicinales comercializadas en las ciudades de La Paz y El Alto (Depto. La Paz, Bolivia), mientras que los específicos fueron: 1) Determinar las plantas medicinales en subcategorías y aplicaciones de ambas ciudades, 2) documentar la información de las especies de plantas medicinales comercializadas por las chifleras de forma bilingüe, 3) evaluar la frecuencia de uso de las plantas medicinales en la curación de dolencias de hombres y mujeres.

 

Métodos

En La Paz, los relevamientos se concentraron en las calles Santa Cruz y Linares que presentan concurrencia turística y más conocida como la "calle de las brujas", donde se encuentran las chifleras en 18 puestos permanentes, mientras que en El Alto las vendedoras con 19 se encuentran en la Ceja, entre la Avenida Raúl Salmon y la Calle # 1 en 19, totalizando 37 puestos de venta.

Este estudio fue realizado entre julio-octubre durante 2013 en cuatro etapas: 1. Visita previa, 2. Entrevistas y colecciones botánicas, 3. Identificación de especímenes botánicos y 4. Interpretación de datos. Esta investigación etnobotánica se basó en algunos componentes del protocolo de Paniagua et al. 2010. Se aplicaron entrevistas semi-estructuradas para registrar las especies de plantas medicinales, subcategorías medicinales, aplicaciones y estructuras utilizadas; además de comparar los datos entre ambas ciudades.

Visita previa: Antes de la aplicación de la entrevista semiestructurada del estudio, se realizó una vista previa a las chifleras de cada ciudad en junio 2013. Para efecto de presentar el alcance del proyecto, como parte integral de una tesis de licenciatura en biología de la Universidad Mayor de San Andrés, se comentó a cada vendedora los objetivos de la investigación prevista y que se compararía los resultados de la información relevada a las chifleras de ambas ciudades. Además se sondeó a cada vendedora sobre la participación voluntaria de ser parte de este estudio, en base al uso eficiente de tiempo para no perjudicar en la oportunidad de venta durante la entrevista en aymara y castellano. De hecho, el planteamiento de preguntas en aymara provocó una reacción positiva de respaldo al trabajo con ellas. Para la obtención de colecciones botánicas, se acordó en que se realizaría la compra de material vendido, como cualquier cliente pues se precisa la verificación científica de cada especie. Finalmente, se mencionó sobre las preguntas que se aplicarían y se solicitó su colaboración con la investigación en una lista de chifleras por ciudad.

Entrevistas y colecciones botánicas

En el presente trabajo se emplearon entrevistas semi-estructuradas en castellano y aymara con el objetivo de generar mayor confianza y obtener una información mucho más completa sobre las especies que son comercializadas por las chifleras. Las entrevistas fueron en tres fases (Anexo 1); desde una general hacia una específica, iniciando con el primer grupo con preguntas más generales. La respuesta de cada una varió en tiempo en relación a detalles y características de las plantas medicinales. Luego se completó con la segunda fase con respuestas más concretas y el tercer grupo de preguntas favoreció a la confirmación sobre las aplicaciones y tratamientos de las plantas a determinadas dolencias. La entrevista se basó en una guía de seis preguntas abiertas y cerradas para la primera etapa, siete para la segunda y 15 para la tercera, haciendo un total de 28 preguntas. Se entrevistó a 19 chifleras de El Alto durante julio-agosto y en La Paz (a 18), de septiembre-octubre 2013.

Se procuró que la entrevista fuera flexible (Alexiades 1996, Paniagua et al. 2010) y se aplicó la misma a todas las vendedoras de ambas ciudades. Los datos se los registró por escrito y solo en algunas ocasiones con grabaciones, ya que al ser grabadas dificultaba la entrevista y la confianza con la entrevistada.

Para el respaldo de cada entrevista se realizó una colección botánica según estándares de herborización, tomando en cuenta la siguiente información (Martín 1995): Nombre común de la planta, tipo de dolencia tratada con plantas y preparación del remedio. Estos especímenes fueron llevados al Herbario Nacional de Bolivia para su respectiva determinación taxonómica. El material herborizado fue prensado y secado en instalaciones del Herbario. La determinación taxonómica en lo posible fue realizada hasta el nivel de especie mediante el uso de claves dicotómicas para algunos casos y generalmente en función a la comparación con especímenes de la colección científica, debido al estado muchas veces estéril e incompleto de algunas muestras compradas. También se consultó con botánicos especialistas del Herbario.

 

Análisis de datos

Con los datos obtenidos en entrevistas se clasificaron las plantas medicinales registradas con el tipo de dolencia que curan, las partes de la planta utilizados, la dosificación, preparación, aplicación en dolencias de hombre/mujer y las denominaciones vernaculares y científicas para comparar en ambos sitios de estudio.

Se analizó la comparación del número de familias, la diferenciación del uso de las estructuras vegetales. Mientras que la comparación en la demanda según género de las plantas medicinales fue analizada mediante la prueba de t-student para muestras independientes. Además se catalogaron las recetas o preparados de las plantas medicinales según la clasificación de Vander (1990). También se verificó si las especies son introducidas o nativas de Bolivia en base al catálogo de plantas vasculares de Bolivia (Moller et al. 2014). Por último, se clasificaron las dolencias, siguiendo la categorización de Cook (1995), Macía et al. (2011) y Gruca et al. (2014) que agrupan a las afecciones en categorías mayores.

Índice de valor de uso de la especie (UVn)

Con los datos obtenidos en la primera fase de entrevista a las chifleras de La Paz y El Alto, se calculó el índice de valor de uso de la especie. Este índice muestra la importancia o valor cultural de una especie determinada para todos los informantes entrevistados quienes conocen la demanda de los usuarios, de acuerdo a las respuestas de registro en las encuestas (Philips & Gentry 1993), según la siguiente fórmula:

Donde, UVn = valor de uso de la especie n, que resulta de la sumatoria del uso de la especie para cada informante (∑U ni) entre el número total de informante (nt). El valor de uso fue promediado en base a los datos de todos los puestos por sitio.

 

Resultados

Plantas medicinales

Este estudio relevó un total de 44 familias y 105 especies de plantas vasculares (Pteridophyta y Angiospermae). Se encontró un total de 49 especies nativas (que representan el 47%), 43 introducidas (41%) y 13 indeterminadas (12%) (Anexo 2).

Chifleras entrevistadas

Durante el trabajo de campo se logró entrevistar a 37 chifleras de ambas ciudades, que representa el 92.5% de un total de 40 chifleras. En la ciudad de El Alto el número promedio total especies de plantas medicinales fue de 43 y en La Paz fue de 35. En ambas ciudades se identificaron 92 especies y 13 géneros, las familias más representativas por el mayor número de especies fueron: Asteraceae con el 23% del total de especies, Lamiaceae (9%), Solanaceae (7%), Fabaceae y Brassicaceae (5%).

Dolencias tratadas con especies de plantas medicinales

Se registraron 15 categorías de dolencias para ambas ciudades, que son tratadas con plantas medicinales. Estas categorías son: sistema músculo-esquelético, circulatorio, digestivo, sanguíneo, endócrino, urogenital, nervioso, sensorial, metabólico, respiratorio, desórdenes culturales, embarazo/nacimiento, infecciones, desórdenes no especificados y desórdenes de la piel/tejidos subcutáneo (Anexo 2).

En ambas ciudades se registraron 56 dolencias, que son tratados con mezclas de 105 especies de plantas medicinales (Tabla 1).

En la mayoría de las mezclas de plantas medicinales, que contrarrestan dolencias, se tiene a Clinopodium bolivianum con 14, Baccharis latifolia en 11 y Tripodanthus acutifolius en nueve. Mientras las que están en menor número son: Schinus molle, Lepechinia sp. y Melissa officinalis que se utilizan exclusivamente para tratar una sola dolencia. Por ejemplo para dolencias del sistema sanguíneo, la combinación de diferentes especies es aplicada para distintos tratamientos (Fig. 1) como la artritis con Schinus molle, Matricaria recutita, Brassica rapa, Clinopodium bolivianum. Rosmarinus officinalis, Piper elongatum y Ruta chalepensis; presión alta con Baccharis latifolia, Baccharis genistelloides, Grindelia boliviana, Taraxacum officinale, Matthiola incana, Buddleja coriácea, Equisetum giganteum, Ephedra americana y Erodium cicutarium.

O en el caso de desórdenes no especificados (Fig. 2), para el ánimo con Rosmarinus officinalis, Xanthium spinosum, Perezia coerulescens y Otholobium pubescens; epilepsia, con Ruta chalepensis, Brassica rapa, Citrus x sinensis, Cantua flexuosa, Clinopodium bolivianum, Mutisia acuminata y Lampaya castellani.

 

Estructuras morfológicas de las plantas utilizadas en la curación de dolencias

Casi todas las partes de las plantas medicinales se utilizan para la curación de dolencias. Las partes de la planta más utilizados en El Alto son las hojas con un porcentaje del 42%, tallo (31%), flor (11%), raíz (4%), fruto (2%) y toda la planta (10%), son similares los resultados obtenidos en la ciudad de La Paz. Estas estructuras morfológicas son utilizadas para tratamientos de 53 dolencias para El Alto que están en 10 categorías y 27 dolencias y ocho categorías para La Paz.

Las dolencias de las categorías gastrointestinales, sistema urogenital, músculo-esquelético y desórdenes no especificados, usan una mayor proporción de hojas y tallos para los tratamientos. Las dolencias de las diez categorías que requieren un mayor y un menor número de las cinco estructuras morfológicas fueron dolor de estómago, dolor menstrual, reumatismo, artritis, dolor de cabeza, k'arisiri (extracción de la grasa del cuerpo), várices, presión alta, dolores de post-parto y la de menor número es diarrea, hemorragia, dolor de muela y dolor de oído. Las dolencias que requieren una mayor proporción de frutos y flores fueron: para que hablen los niños (1-3 años), jaira milla (quiste senobial), relajante y estrés.

Preparación y administración de remedios obtenidos de plantas medicinales

Para la preparación de los remedios a partir de plantas medicinales, se tienen 10 formas diferentes. La preparación que más se utiliza para el tratamiento de las dolencias es la decocción o mate caliente (31%), seguido por la infusión (24%), baño húmedo (13%), cataplasma (11%), compresas (frías a calientes) (8%), baño de vapor (6%), macerados (3%), jugos (3%) y enjuagues (1%).

Uso de especies medicinales según género

Se identificó un total de 105 especies en ambas ciudades (Figs. 3-4). Se observó mayor uso de diez especies para contrarrestar dolencias de hombres y mujeres. Algunos de estos son: Clinopodium bolivianum, Rosmarinus officinalis, Baccharis latifolia y Brassica rapa. Mientras que las de menor uso fueron: Grindelia boliviana, Sambucus sp., Allium sp. y Abutilon sp. El promedio total del uso de plantas medicinales por las mujeres es de 13 (60%) y 9 (40%) para los hombres (Anexo 3).

 

Trece especies se utilizan para tratar dolencias femeninas en la categoría de las urogenitales, algunas de éstas fueron: Lupinus bogotensis, Ephedra americana, E. rupestris, Tagetes multiflora y Ambrosia arborescens que sirven para tratar quistes de la matriz, retraso menstrual, regla blanca y dolores menstruales. Se registró el mayor uso de cinco especies por hombres y mujeres en La Paz para tratar diferentes dolencias: Rosmarinus officinalis, Tripodanthus acutifolius, Senecio canescens, Tagetes terniflora y Baccharis latifolia. Las especies menos utilizadas fueron Brassica rapa, Schinus molle y Melissa officinalis. Se tiene un promedio total de uso de plantas medicinales por las mujeres de 11.5 (52%) que es mayor al de los hombres de 10.7 (48%).

Analizando con la prueba estadística t-student para dos poblaciones independientes, se obtuvo las pruebas de normalidad para los datos en ambos casos: El Alto con t194=-6.059 y p=0.001 lo que indica que hay una diferencia significativa en el consumo de especies medicinales por ambos géneros; y para La Paz fue de t130=-3.44 y p=0.001.

Valor de uso de la especie

El valor de uso de las especies de La Paz y El Alto oscila entre (0.5-15.5) y las especies con mayor valor de uso de ambas ciudades están en un rango de (6.4-15.5) (Anexo 3) , k'oa (Clinopodium bolivianum), jamillo (Tripodanthus acutifolius), chillca o chill'ca (Baccharis latifolia), wira wira (Gnaphalium cheiranthifolium), Rosmarinus officinalis (Romero) y cola de caballo macho (Equisetum giganteum) y cola de caballo hembra (Ephedra americana) en la mayoría de los puestos. El resto de las especies presenta menor valor de uso.

 

Discusión

Familias de plantas medicinales

En el presente estudio se determinó un total de 44 familias y 105 especies, la familia más representativa por el número de especies en ambas ciudades fue Asteraceae (24; 28%), que coincide con estudios, como el de Macía et al. (2005), Cerón (2006), Huamantupa et al. (2011), Apaza (2008) y Quiroga (2012). En cambio se reportaron menos especies que las 129 registradas por Macía et al. (2005) sobre plantas medicinales en las ciudades de La Paz y El Alto.

En cuanto a su procedencia, en el presente estudio predomina el uso de las especies medicinales nativas con el 47% sobre las introducidas (41%). Resultados similares se reportaron en Macía et al. (2005) con 63.6% (nativas) y 36.4% (introducidas). En los mercados de la ciudad de Cusco también predominaron las especies nativas con 83% y 17% introducidas (Huamantupa et al. 2011).

Dolencias tratadas con especies medicinales

En el presente estudio se enfatiza en la aplicación de mezclas de especies para el tratamiento de dolencias: mezclas de 46-92 especies de plantas medicinales (Anexo 2). Las dolencias más afectadas son las del sistema músculo-esquelético (13.2%) y esto coincide con el 20.9% registrado por Macía et al. (2005) y con el 87.5% por Apaza (2008). Las registradas en el sistema gastro-intestinal (14.7%) en este estudio respaldan a los hallazgos de Apaza (2008) con 59.4% y Arrázola et al. (2002), quienes documentaron un 26%.

Preparación y administración de remedios obtenidos de plantas medicinales

Para la preparación de los remedios naturales a partir de plantas medicinales se registraron 10 formas diferentes de preparación. En el presente estudio, la forma más común de preparación del recurso fitoterapéutico es el mate o decocción (31%), coincidiendo con otro trabajo como el de Bourdy et al. (2004) que también tuvo mayor importancia en la decocción (23%), cataplasma (9%) y baños (8%); y en el estudio de Macía et al. (2005) se registró a la decocción (47.5%) e infusión (28.7%). Según las chifleras por lo general los preparados son en mates o decocción debido a las partes duras de la planta y las más suaves son preparados en infusión; además muchas de estas formas de suministro van combinadas entre varias especies.

Uso de especies medicinales por género

Con relación al conocimiento de plantas y dolencias en la medicina tradicional, los resultados del presente estudio muestran que el 56% de las mujeres que adquiere las especies medicinales de las chifleras de ambas ciudades poseen un conocimiento mayor en relación a los hombres (44%). Esto difiere de Aguirre (2006), donde el conocimiento del uso las plantas medicinales fue mayor por los hombres que en mujeres. Milliken & Alberts (1996) afirmaron que las mujeres utilizan principalmente las plantas medicinales, por tanto conocen más de la medicina popular, porque se ocupan del cuidado de salud de la familia. En cambio Toledo (1995) y Jiménez (1998) afirman que normalmente, el uso de las plantas medicinales por las mujeres es superior que los hombres y sus conocimientos son más específicos (Kainer & Duryea 1992).

Valor de uso de las plantas medicinales comercializadas

Los resultados de valor de uso mostraron que las especies de La Paz y El Alto oscilan entre (0.5-15.5). Este rango difiere del registrado por Apaza (2008) para especies andinas medicinales, quien registró un menor intervalo del valor de uso de 0.2-2.5. Entre especies con valor de uso menor figuran dos ejemplos clásicos de plantas medicinales utilizadas: 2.2 para Matricaria recutita (manzanilla) y Taraxacum officinale (diente de león) con 1.2, mientras que Fuentes et al. (2013) en México las reportaron con 0.42 y 0.2, respectivamente. Para el caso de la mentha (Mentha x piperita) figuró entre las especies con menor valor (0.8) y casi concuerda con 1, registrado en el estudio de Giraldo et al. (2009).

 

Conclusiones

Se determinaron 15 categorías de uso y aplicaciones de 105 especies de plantas medicinales expendidas por vendedoras (chifleras) de La Paz y El Alto. Se cuenta con una lista completa que incluye nombres en castellano y aymara; las especies con mayor valor de uso fue Clinopodium bolivianum (muña o k'oa) con 0.1- 0.6 en La Paz y El Alto, respectivamente; mientras que la familia con más especies utilizadas en la medicina tradicional fue Asteraceae. Estas plantas medicinales son utilizadas para tratar 56 dolencias en 14 categorías, 13 son utilizadas en dolencias femeninas y 92 para la curación de otras alteraciones fisiológicas en hombres y mujeres.

Los órganos vegetales más utilizadas para la preparación de los remedios por las chifleras de ambas ciudades son hojas (38.5%) y tallos (24.5%). La preparación más común es mediante mate e infusión.

 

Agradecimientos

Este trabajo incluye información parcial de la tesis de biología por MJC en 2014. El Instituto de Ecología de la Universidad Mayor de San Andrés financió la realización del trabajo realizado. A las vendedoras (chifleras) de La Paz y El Alto, por compartir sus conocimientos de las especies medicinales que comercializan, ya que sin ellas este trabajo no se hubiera realizado y al Herbario Nacional de Bolivia de la Universidad Mayor de San Andrés. Agradecemos a los revisores anónimos y al Dr. Manuel Macía por sus sugerencias que mejoraron la versión final del presente trabajo.

 

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Artículo recibido en: 2 abril 2015.

Manejado por: Manuel J. Macía.

Aceptado en: 15 agosto 2015.

 

Anexo 1. Entrevistas semi-estructuradas, para la obtención de información del uso de las plantas medicinales por chifleras de La Paz y El Alto.

Primera etapa (Castellano)

1.  ¿Cómo obtiene las plantas que vende?

2.  ¿Cuántas plantas tiene aproximadamente para vender?

3.  ¿Varía el número de plantas en época seca y húmeda?

4.  ¿Qué especies son utilizadas para enfermedades de hombres y mujeres?..........................

Y ¿cuáles son las más preferidas por ellos?

5.  ¿Cómo distinguen entre plantas amargas o dulces?....................Cuáles son sus efectos?

 

Segunda etapa (Castellano)

1.   ¿Cuál es (son) el nombre común de esta planta?..................¿A qué lengua corresponde cada nombre?

2.  ¿El uso de esta planta a lo largo de los últimos 8 años: Se mantiene igual: Ha incrementado: ..............Ha disminuido:...........................¿Por qué?..........

3.  ¿Para qué enfermedad frecuentemente se usa esta planta?

4.  ¿Cómo reconoce que esta planta es la indicada para dicho remedio o si se puede confundir con otra?

5.  ¿Qué partes de la planta son utilizadas?

6.  ¿Cómo es la receta que se prepara para curar?

7.  ¿Mezclan esta planta con otras plantas? Si: ....., No: ......, No sabe:...............................

Mencione a esas plantas?.......................................¿Para qué?..........................................

8.  ¿Conoce si esta planta debe ser tomada en determinada hora o cuidando otras condiciones?

 

Anexo 2. Categorización de las dolencias citados por las chifleras de La Paz y El Alto, según criterios de Cook (1995) y adaptado a zonas tropicales por Macía et al. (2011).

 

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