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Ecología en Bolivia

Print version ISSN 1605-2528On-line version ISSN 2075-5023

Ecología en Bolivia vol.45 no.1 La Paz Apr. 2010

 

Editorial

 

La conservación no tiene fronteras: El caso Madidi (Bolivia)

 

Conservation has no boundaries: the Madidi case (Bolivia)

 

 

Avecita Chicchón

 

Directora Ejecutiva Programa de Latinoamérica y el Caribe - Wildlife Conservation Society, 2300 Southern Boulevard, Bronx NY 10460 - USA, email: achicchon@wcs.org

 

 


El explorador británico de la Royal Geographic Society, Percy H. Fawcett, llegó a Bolivia por primera vez en 1906. El propósito de su viaje fue el de ayudar a definir la frontera con el Perú – bajo contrato con el gobierno boliviano -en la remota región de la selva donde el auge del caucho iba ya dejando huellas. Fawcett recorrió el Río Beni en ese primer viaje y en sus siguientes viajes exploró las nacientes de los ríos Heath, Tuichi, Madidi y Tambopata (Fawcett s/f). En sus relatos, Fawcett no deja de estar impresionado por la gran diversidad de plantas y animales que encuentra en sucamino, pero también describe la forma inhumana en que los caucheros maltrataban a los nativos del lugar. El caucho, como otros booms económicos, atrajo gente de fuera para explotar los recursosnaturales hasta su agotamiento pero una vez que el recurso ya no tenía importancia económica, la mayoría de forasteros dejaba el lugar mientras que la naturaleza y los pueblos originarios buscaban un nuevo balance después del impacto brutal. La frontera política con Perú está bien definida hoy y los lazos que estrechan los dos países se basan no sólo en una historia común de los pueblos originarios Ese’eja y Takana, sino también en la vasta naturaleza compartida entre la región Madidi y Tambopata. El caucho ya no tiene la importancia de antes, pero hay otros recursosnaturales como el gas y el petróleo que atraen la atención de nuevos agentes económicos. La gran diferencia es que hoy existen pueblos originarios fortalecidos y una red de aliados en la sociedad civil que proponen un desarrollo en base a una sociedad justa que respeta la naturaleza.

En 2009, la Wildlife Conservation Society (WCS) cumplió 10 años de trabajo sostenido por la conservación de la naturaleza y en apoyo a las poblaciones locales del Madidi (WCS 2009). Este hito es una buena oportunidad para reflexionar sobre lo que se ha podido lograr en estos últimos años y para trazar una ruta clara que permita seguir forjando un futuro con optimismo en el contexto del uso de recursos naturales frente al desafío del cambio climático y presiones económicas globales. Bajo el liderazgo de Lilian Painter y Robert Wallace, el equipo de WCS en Bolivia ha podido construir un programa efectivo en Madidi que articula las prioridades de conservación biológica con el imperativo de desarrollo de las comunidades locales, combinando el conocimiento científico occidental con el ancestral indígena y que además está basado en el establecimiento de alianzas entre instituciones públicas y privadas que podrían ser consideradas muy disímiles pero que tienen el objetivo común de manejar la naturaleza de manera sostenible. Desde la mirada del rango de ocupación del espacio de la fauna silvestre que no conoce fronteras políticas, en los últimos años el programa ha empezado a expandirse para incorporar actividades de conservación en la región de Tambopata en Perú, adyacente al Madidi (Para un resumen de esta región, ver MacQuarrie & Bärtschi 2001). Juntas, estas áreas en los Andes tropicales que van desde los 150-6.000 m sobre el nivel del mar, forman una gran región transfronteriza que alberga, muy probablemente, a la más alta biodiversidad de la tierra.

El interés moderno de conservar la región de las serranías de selva del norte de La Paz en Bolivia data por lo menos desde la década de 1980s, cuando los profesionales Percy Baptista y Carlos Murillo de la Universidad Mayor de San Andrés propusieron establecer áreas protegidas en la región (M. Baudoin, 2010, com. pers.). A finales de la misma década, Conservación Internacional estableció el programa RAP(Rapid Assessment Program) bajo la dirección de Ted Parker con el propósito de documentar la biodiversidad en áreas de importancia global de forma rápida y efectiva para recomendar su protección. Aquel equipo RAP original tenía cuatro miembros extraordinarios: Ted Parker (ornitología), AlGentry(botánica), RobinFoster (ecología) y Louise Emmons (mastozoología). Bajo la premisa que los Andes orientales podrían contener una alta diversidad biológica que todavía no estaba adecuadamente protegida, ellos analizaron dónde realizarían expediciones puntuales. No es casualidad, entonces, que el RAP identificara las nacientes del Madidi y el Tuichi como el enfoque de su primera expedición. Esta expedición fue acogida con entusiasmo por los colegas bolivianos del Instituto de Ecología y Herbario Nacional de Bolivia de la Universidad Mayor de San Andrés en La Paz y el Centro de Datos para la Conservación de Bolivia quienes participaron en esa histórica expedición realizada entre mayo y junio de 1990(CI1991).Como resultado principal, el RAP recomendó la creación de un área protegida permanente en la región de Madidi.

Durante los primeros años de la década de los 1990s, la Dirección Nacional de Áreas Protegidas y Vida Silvestre con apoyo de CI y EcoBolivia principalmente, se concentraron en conseguir un consenso para la creación de unidades de protección en la región de Madidi y para promover alternativas de desarrollo sostenible. Gracias a un trabajo de consultoría convocado por el gobierno de Bolivia en que participaron expertos bolivianos, se elaboró la primera propuesta para crear un área protegida con opciones de conservación y aprovechamiento. El Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado de Madidi fueron creados en septiembre de 1995 y durante ese mismo año se empezó a consolidar el albergue turístico Chalalán, manejado por los comunarios de San José de Uchupiamonas (Departamento de La Paz) y CI. Ahora Chalalán está completamente en manos de los comunarios y se ha convertido en un modelo de ecoturismo a nivel mundial. El camino para llegar a ese punto no fue fácil pero gracias al ahínco de los lugareños, con el apoyo de muchos profesionales, la visión deconciliar conservación con desarrollo a través del ecoturismo es una realidad. A fines de los 90s, cabe destacar la gran labor de Juan Pablo Arceque cuando estuvo a cargo de CI en Bolivia logró concertar con las empresas madereras para que dejaran de explotar las concesiones que amenazaban a las áreas protegidas. Gracias al incansable Juan Pablo se salvó la integridad de la región.

Trabajar en las áreas protegidas para lograr conservación es importante pero no es suficiente. Las áreas protegidas no son islas. Ellas son parte de un rompecabezas territorial que recibe influencias de los procesos sociales y naturales que ocurren fuera de sus límites. Además, pocas veces las áreas protegidas cumplen con cubrir toda el área que las especies de fauna necesitan para sobrevivir, cumpliendo su rol ecológico natural. Consciente de estas condiciones,WCS ha concentrado sus esfuerzos durante la última década en desarrollar alianzas con actores sociales locales para lograr la conservación a nivel de un paisaje amplio, más allá de los límites del área protegida, promoviendo las condiciones necesarias para llegar a una sociedad justa y equitativa. Así, no sólo se ha logrado la documentación de nuevas especies para el paisaje, incluyendo la descripción de un nuevo mono para la ciencia(el lucachi: Callicebus aureipalatii), la recuperación de la población silvestre de fauna después del impacto de la cacería relacionada a la actividad maderera, la reducción de la pérdida de animales domésticos por depredación de carnívoros altoandinos y la reducción en un 77% de la pérdida de camélidos por enfermedades, sino que también el equipo se ha enfocado en trabajar con las poblaciones locales para apoyar el saneamiento y gestión territorial indígena. La capacitación de los pobladores locales en gestión territorial indígena usando sistemas de información geográfica para facilitar la planificación, el desarrollo de iniciativas de generación de ingresos en base al uso sostenible de recursos naturales, el apoyo a iniciativas de ecoturismo y la creación de un fondo fiduciario para financiar la gestión del área protegida han sido algunas de las herramientas que se han implementado en la región. Actualmente, la región de Madidi es un mosaico con unidades diferentes de uso territorial pero todas con el propósito de establecer un desarrollo basado en la conservación.

Creo que podemos estar satisfechos con lo logrado, pero todavía hay mucho por hacer. El trabajo debe seguir a diferentes niveles para poder prevenir la destruccióny responder a las presiones de cambio que el paisaje no pueda soportar. Una agenda de investigación en Madidi debe apuntar a integrar la conservación de sistemas de agua dulce con la conservación de los sistemas ecológicos terrestres. La migración de los bagres que desovan en las fuentes de los ríos amazónicos no ha sido documentado ni protegido adecuadamente – la construcción de represas podría alterar este delicado balance y terminar con una fuente de alimento importante para las poblaciones locales. Sin duda, el desarrollo de hidrocarburos podrá ser una alternativa para la región de Madidi-Tambopata en Bolivia y Perú, lo importante será que éste se realice dentro del marco de una planificación territorial que tome en cuenta la conservación de procesos ecológicos esenciales y los derechos de los pueblos originarios; para ello, será necesario trabajar en protocolos de monitoreo biológico y social. Finalmente, el impacto del cambio climático que puede causar la migración de poblaciones humanas desplazadas por la escasez de recursos naturales será el desafío más grande que nuestra sociedad enfrentará en la próxima década. Sólo el trabajo conjunto desde las ciencias sociales, naturales y tecnológicas, aunada a la voluntad política nacional podrá responder a este gran desafío global.

La sed de exploración en el espíritu de Fawcett persiste por descubrir lo desconocido. El noruego Lars Hafskjold que vivió varios años en San José de Uchupiamonas y contribuyó con sus conocimientos agronómicos al desarrollo de la comunidad, salió en 1997 a buscar a los míticos Toromonas en la frontera entre Perú y Bolivia, pero nunca regresó y quedó como un símbolo de entrega al Madidi. El Madidi todavía tiene muchos secretos en sus selvas y montañas que faltan descubrir. Tenemos la tarea colectiva de conservar el Madidi por su importancia biológica y cultural para Bolivia y el mundo. Y también por la memoria de aquellos que nos dejaron pero lucharon por su integridad. Gracias eternas, Juan Pablo.

 

Referencias

CI (Conservation International). 1991. Abiological assessment of the Alto Madidi region and adjacent areas of northwest Bolivia May 18 – June 15, 1990. RAPWorking Paper (1): 1-108.

Fawcett, Percy H. s/f. Las expediciones del Coronel Fawcett. Compilado por Brian Fawcett. Líbreria Editorial Argos, Barcelona. 369 p.        [ Links ]

MacQuarrie, K. & A. Bärtschi. 2001. Where the Andes meet the Amazon. Peru and Bolivia’s Bahuaja-Sonene and Madidi National Parks. Jordi Blassi, Barcelona. 336 p.

WCS (Wildlife Conservation Society ). 2009. Programa Gran Paisaje Madidi-Tambopata. 10 años de compromiso con su conservación y sus pueblos. La Paz. 36 p.         [ Links ]

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