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Ecología en Bolivia

versión impresa ISSN 1605-2528versión On-line ISSN 2075-5023

Ecología en Bolivia v.44 n.1 La Paz mayo 2009

 

Artículo

 

Dieta de oso andino en la región alta de Apolobamba y Madidi en el norte de La Paz, Bolivia

 

Spectacled bear diet in the Apolobamba and Madidi highlands in Northern of La Paz, Bolivia

 

 

Boris Ríos-Uzeda1, Gabriela Villalpando2, Oswaldo Palabral2 y Oscar Álvarez2

1Wildlife Conservation Society, Greater Madidi – Tambopata Landscape Conservation Program, Casilla 3-35181, San Miguel, la Paz, Bolivia, Tel/Fax: 591 2 2783181. Dirección actual: Fundación Amigos de la Naturaleza, km 7 ½ doble vía a La Guardia, Santa Cruz, Bolivia, Email: borisriosu@hotmail.com
2
Carrera de Biología, Facultad de Ciencias Puras y Naturales, Universidad Mayor de san Andrés, Calle 27 s/n Campus Universitario Cotacota, La Paz, Bolivia.

 

 


 

El oso andino o jucumari (Tremarctos ornatus) es una especie con una dieta omnívora (Peyton 1980, Suarez 1988, Paisley 2001). Su gran tamaño y los hábitats fríos y húmedos donde se distribuye (Peyton 1999, Ríos-Uzeda et al. 2005) pueden ser motivo de que esta especie aproveche una amplia variedad de ítems alimenticios, que le permitan compensar sus requerimientos energéticos para poder vivir en ese tipo de ambientes.

Al igual que otros vertebrados, tanto el comportamiento y movimiento de esta especie son determinados por la oferta de recursos alimenticios en ambientes en los que vive (Johnson 1980, Rosenzweig 1991, Lyons et al. 2003). Incluso se ha sugerido que el oso andino realiza movimientos estacionales durante el año, a lo largo de un gradiente ambiental desde los bosques de pie de monte hasta los pastizales altoandinos, aprovechando la variedad y disponibilidad estacional de recursos (Peyton 1980, Paisley 2001, Ríos-Uzeda et al. 2005).

A lo largo de su distribución se han identificado más de 55 especies de plantas y animales presentes en la dieta del oso de las que aprovecha diferentes partes desde frutos, flores, hojas, tubérculos, tallos hasta invertebrados y vertebrados (Peyton 1980, Suarez 1988, 1989, Goldstein & Salas 1993, Eulert 1995, Azurduy 2000, Rivadeneira 2001, Ríos-Uzeda et al. 2005, Rivadeneira-Canedo 2008). Por otro lado, también se alimenta de carne y existen reportes que indican a animales domésticos como parte de su dieta (Peyton 1980, Suarez 1989, Goldstein 1991, Azurduy 2000, Rivadeniera 2001, Rivadeneira-Canedo 2008).

Desde la década de los noventa se han documentado reportes de gente local sobre el ataque de oso andino a ganado doméstico, especialmente vacas (Bos taurus) y caballos (Equus caballus) (Goldstein 1991, Herrera et al. 1994, Paisley 2001, Goldstein 2002, A. Castellanos, com. pers. 2002). Esta situación crea conflictos con la gente local, quienes lo identifican como un animal dañino (Paisley 2001, Goldstein et al. 2006). Por otro lado, la frecuencia de este ítem es muy baja en las heces analizadas para esta especie (Azurduy 2000, Rivadeneira 2001). Otro conflicto con esta especie se genera por el consumo de cultivos, por ejemplo de maíz (Zea mays) o caña de azúcar (Saccharum officinarum) (Morales 2003).

Debido a que el jucumari necesita área grandes y ecológicamente diversas (Coppolillo et al. 2004, Gómez 2004, Ríos-Uzeda et al. 2005), es susceptible a cualquier alteración humana del hábitat (Peyton 1999, Gómez 2004). Además tiene un impacto sobre la estructura y función de estos ecosistemas (Paysley 2001, Gómez 2004). Estudios de su dieta ayudan a entender necesidades y preferencias alimenticias, además de brindar información para planear acciones para la conservación del oso andino y la biodiversidad asociada a él en el norte de La Paz. El presente trabajo constituye un aporte a la dieta y ecología de esta especie, siendo su objetivo el identificar los ítems consumidos por el oso en el norte de La Paz, evaluando los principales ítems consumidos y analizando posibles diferencias entre diferentes valles y años.

Realizamos el presente trabajo en dos sitios de la región alta de Apolobamba y Madidi en el norte de La Paz, Bolivia: sector Laji-Sorapata (Lat. 14.92°, Long. 69.02°), que comprende dos valles ubicados en el Área Natural de Manejo Integrado Nacional (ANMIN) Apolobamba aledaños al área núcleo de esta área protegida y en el sector de Pelechuco, que comprende un complejo de tres valles: Tojoloque, Siete Lagunas y Pasto Grande (Lat. 14.73°, Long. 69.05°) ubicados al borde del ANMI Apolobamba y el ANMI PN Madidi.

Colectamos heces en dos sitios que corresponden al ecotono bosque nublado – páramo yungueño, que se encuentra entre 3.200 y 3.800 m y es el límite superior de los bosques montanos e inicio del piso altoandino (F. Zenteno, com. pers. 2008). La vegetación se caracteriza por la presencia de árboles de mediano porte como Nectandra cuneatocordata, Myrcine dependens, Weimannia fagaroides y Polylepis sericea; arbustos como Baccharis arbustifolia, Gautheria vaccinioides, bromelias de suelo como Puya atra y P. herzogi; y pastos como Festuca dolichophylla y Poa buchtienii (Ibisch et al. 2003, F. Zenteno, com. pers. 2008). La topografía corresponde a valles de Yungas con pendientes pronunciadas. El suelo es muy rocoso. El clima es hiperhúmedo con 2.500 -3.500 mm de precipitación al año y la presencia casi permanente de bancos de neblinas y lluvias vespertinas con una temperatura anual promedio de 10-14°C (Ibisch et al. 2003).

Realizamos las colectas de heces de manera oportunista desde agosto de 2000 hasta julio de 2004, principalmente durante la época seca de cada año (de mayo a octubre). Etiquetamos cada muestra según su procedencia; la depositamos en la Colección Boliviana de Fauna y secamos a la sombra un par de meses, luego agregamos sal común (cloruro de sodio) para evitar la proliferación de hongos y otros microorganismos.

Para la identificación de los ítems presentes en las heces colectadas seguimos el protocolo propuesto por Bodmer (1989, cit. en Naranjo 1995). Extrajimos de cada muestra fecal una muestra de 20 g, que fue desmenuzada sobre papel milimetrado y trazamos 10 líneas horizontales con una equidistancia de 1.6 cm. Posteriormente, computamos la presencia de ítems en cada muestra. Luego separamos cada ítem reconocible y lo pesamos en una balanza de precisión.

Para la identificación de los ítems a nivel microscópico seguimos a Nuñez (1999). Preparamos placas histológicas de cada tipo de ítem separado y las comparamos con placas de especies vegetales y animales conocidas, proporcionadas por el Herbario Nacional de Bolivia y la Colección Boliviana de Fauna, respectivamente.

Luego de obtener el número de ítems consumidos por el oso y el aporte de cada uno de ellos en relación al total, analizamos los datos para determinar diferencias en peso y número de ítems entre sitios y épocas. Para saber si existían diferencias en biomasa entre años y entre valles utilizamos el análisis de ANOVA no paramétrico de Friedman. Para saber si existía diferencia entre sitios y épocas utilizamos la prueba de pares pareados de Wilcoxon (Siegel & Castellan 1995). Se trabajó con un nivel de decisión (0) de 0.05.

En total evaluamos 45 muestras, de las cuales 37 correspondían al complejo Pasto Grande-Tojoloque. Las otras ocho correspondieron a otros dos valles en el sector Laji-Sorapata. En total identificamos ocho ítems como parte de la dieta de oso andino. Entre las especies vegetales encontradas, estuvieron presentes al menos dos especies de Bromeliaceae, aunque solo llegamos a reconocer el género; dos especies de Ericaceae, siendo Vaccinium floribundum la más frecuente; una de la familia Symplocaceae; y una de la familia Rosaceae. Las partes de las plantas más consumidas fueron tallos, hojas, frutos, flores y semillas; mientras que en los restos de animales, encontramos pelos y huesos de un micromamífero no identificado y de Equus sp.

En más del 60% de muestras hallamos más de un ítem alimenticio por muestra. La fibra de Bromeliaceae fue el ítem con mayor aporte de biomasa en las heces de los osos, tanto en 2000 (76.88%) como en 2001 (47.29%), siguiéndole en importancia las Ericaceae con 17.04% y 17.74%, respectivamente. Sin embargo, el año 2004 fueron las Ericaceae que más aportaron en biomasa con 60.19% seguidos por la fibra de las Bromeliaceae con 26.36%. El año 2000, el ítem menos frecuente fue Rosaceae con 8.57%, el año 2001 fue Symplocaceae con 0.5% y el año 2004 los micromamíferos con un 0.65% (Tabla 1).

No hubo variación en el aporte de cada ítem en peso en un mismo sitio entre años (n=6; F=3.6; df=4; p=0.463), ni entre épocas (n= 6; Z= 1.54; p=0.248). Sin embargo, existió variación en cuando a la importancia relativa del peso de los ítems hallados cuando comparamos el complejo Pasto Grande-Tojoloque con Laji-Sorapata (n= 6; Z= 1.991; p= 0.046) (Tabla 1). No obstante, esta diferencia entre sitios no se mantiene cuando se evalúa la frecuencia y no el peso de Bromeliaceae o Ericaceae encontradas en las muestras (n=6; Z=0.67; p=0.5).

Para el complejo Pasto Grande – Tojoloque, durante el primer año no se halló ningún ítem de origen animal, mientras que sí en el segundo con la presencia de pelos de Equus sp. como el tercer ítem en peso para este complejo. Mientras que en el sector Laji-Sorapata no se hallaron ítems de origen animal.

El número de ítems alimenticios hallados en las heces del oso es muy similar a otros trabajos. Por ejemplo, Azurduy (2000) identificó un total de 11 ítems a lo largo de un año de colecta. Rivadeneira (2001) identificó nueve ítems, dos especies adicionales a este estudio (Symplocos cf. cernua y Nectandra cf. cuneatocordata), solo durante la época seca (abril a octubre). Tanto Peyton (1980) como Azurduy (2000), hallaron que existe cierta diferencia en los ítems consumidos en época seca y época húmeda.

En este estudio, en el ecotono bosque-páramo de Apolobamba las bromelias del género Puya constituyen en biomasa el principal alimento del oso en época seca. Rivadeneira (2001) en el complejo Pasto Grande-Tojoloque también identificó a las Bromeliaceae como el principal ítem encontrado en las heces de osos. Estudios en otras partes de Bolivia (Eulert 1995, Azurduy 2000), Perú (Peyton 1980) y Venezuela (Goldstein & Salas 1993) igualmente reportan que las especies pertenecientes a la familia Bromeliaceae son los ítems más frecuentemente encontrados en las heces del oso andino. En términos de biomasa la familia Ericaceae constituye el segundo ítem en importancia para el oso. Sin embargo, en frecuencia su importancia es igual a las bromelias y la mayor fibrosidad de éstas puede explicar esta diferencia. De estas plantas, se encontraron diferentes partes como flores, tallos, hojas y principalmente frutos, que también fueron identificadas para las demás familias (Rosaceae y Symplocaceae). Peyton (1980) y Azurduy (2000) también citan la ingesta de muchas partes de las plantas por el oso, pero que los frutos constituyen la parte principal consumida. En este estudio se evidenció la presencia de semillas pertenecientes a tres especies (Vaccinium floribundum, Gaultheria vaccinioides y Rubus sp.).

La ingesta de materia animal fue mínima. En pocas muestras se identificaron restos animales y solamente en el complejo Pasto Grande-Tojoloque, al igual que Rivadeneira (2001), las heces con restos animales constituyeron menos del 10% de las muestras analizadas. Estudios de otras regiones sugieren que la ingesta de restos animales constituye apenas un 5% de la dieta del oso (Peyton 1983 cit. en Rivadeneira 2001, Azurduy 2000). Trabajos como los de Goldstein (1991) y Goldstein et al. (2006) reportan ataques de oso a animales domésticos, pero aún no está claro si eso constituye parte del comportamiento innato de esta especie; si son eventos aislados o si al ser un animal oportunista y omnívoro, ocasionalmente puede ser carroñero, especialmente en regiones donde la ingesta proteica es muy baja (Paisley 2001).

Es preciso continuar con estudios más intensivos sobre la dieta del oso debido a que se carece de datos completos y continuos que cubran todos los meses y estaciones del año, principalmente en época húmeda. Una cobertura en época húmeda permitiría informar si el oso hace un uso estacional de hábitats a causa de la disponibilidad de alimentos, lo cual es importante para informar los planes de conservación de esta especie. Para finalizar podemos concluir que Bromeliaceae y Ericaceae constituyen los ítems más consumidos por el oso andino en la zona de estudio y que al tenerse una frecuencia baja de restos animales, la ingesta de proteína animal solo es complementaria a la dieta vegetariana.

 

Agradecimientos

Este trabajo forma parte de las actividades del Programa de Conservación del Gran Paisaje Madidi-Tambopata de Wildlife Conservation Society, financiado por USAID Global y la Fundación Moore. Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad de los autores y no necesariamente reflejan aquella de los financiadores. Agradecemos a la Dirección General de Biodiversidad (DGB), Servicio Nacional de Áreas Protegidas, Colección Boliviana de Fauna y al Herbario Nacional de Bolivia. Herminio Ticona colaboró en el trabajo de campo, Robert Wallace y Enzo Aliaga dieron valiosos comentarios a la primera versión de este manuscrito.

 

Referencias

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Nota recibida en: Agosto de 2008.
Manejado por: Lilian Painter.
Aceptado en: Mayo de 2009.

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