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Ecología en Bolivia

Print version ISSN 1605-2528On-line version ISSN 2075-5023

Ecología en Bolivia vol.43 no.2 La Paz Aug. 2008

 

Nota     

Distribución del solitario (Catagonus wagneri) en Bolivia
Geographic distribution of Chacoan peccary (Catagonus wagneri) in Bolivia

 

Leonardo Maffei, Rosa L. Cuéllar & Jorge Banegas

 

1,2 WCS-Bolivia, Casilla 6272, Tel/Fax: (5913) 3334513, Santa Cruz, Bolivia
1lmaffei@wcs.org, 2rcuellar@wcs.org
3Parque Nacional Kaa Iya, Calle Pocherena 122, Barrio Urbari, Santa Cruz, Bolivia

 


Catagonus wagneri es una especie de chancho silvestre de la familia Tayassuidae. Esta familia está actualmente restringida a las Américas y son parientes de los verdaderos chanchos de la familia Suiidae de Europa, Asia, África y algunas regiones de Oceanía. Los nombres comunes más utilizados para esta especie son: Solitario en Bolivia, Taguá en Paraguay y Quimilero en Argentina. El solitario era conocido solo como un fósil. Se creía estaba extinto hasta que Wetzel y sus colaboradores lo “redescubrieron” en el Chaco paraguayo en 1972 (Wetzel et al. 1975). Es la especie más grande de la familia Tayassuide. Pesa aproximadamente 34.5 kg (Eisenberg & Redford 1999) y tiene la distribución más restringida, comparada con las otras especies de chanchos silvestres, limitándose al Chaco seco en Bolivia, Paraguay y Argentina. Inicialmente, Mayer y Brandt (1982) reportaron, en base a encuestas con cazadores, que los solitarios estaban distribuidos en Bolivia en los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz pero sin ubicaciones precisas. Los primeros datos concretos de la presencia de Catagonus wagneri en Bolivia son de 1986 (Eisentraut 1986). También, Tello (1986) reportó observaciones del Solitario a 15 y a 30 km al oeste de Puerto Suarez en el Departamento de Santa Cruz, aunque estas observaciones no fueron confirmadas con especímenes recolectados. Taber (1991) confirmó la presencia del solitario en Tarija en 1989. La distribución del solitario en Bolivia fue resumida por Anderson (1997) en base a cinco animales colectados en museos, tres de los cuales solamente tenían datos precisos de procedencia (uno de Santa Cruz y dos de Tarija).

A través de un convenio entre Wildlife Conservation Society y la Capitanía del Alto y Bajo Isoso, establecimos a partir de 1996 un programa de monitoreo de la fauna en el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Kaa-Iya del Gran Chaco en Santa Cruz, Bolivia. Mediante este programa logramos implementar algunos estudios para explorar la presencia del solitario en el área. El objetivo principal de este artículo es ampliar los registros ya existentes del solitario para conocer la distribución potencial de esta especie en Bolivia y aportar datos sobre su comportamiento.

Los registros se realizaron en la zona de transición entre el Chaco y la Chiquitanía del Parque Kaa-Iya y sus alrededores en el departamento de Santa Cruz. Los estudios se limitaron a las zonas donde había acceso por camino de vehículos.

El bosque chaqueño (vegetación dominante de la zona) se caracteriza por ser una planicie con algunas serranías cubiertas por árboles deciduos y un dosel de 5-8 m. La precipitación media anual varía entre 500 y 800 mm con una temporada seca de 6-8 meses y una temperatura promedio de 26ºC. El bosque Chiquitano es un bosque semideciduo con un dosel entre 8 y 12 m y una precipitación media de 1.200 mm (Montes de Oca 1997; Navarro & Maldonado 2002).


La metodología aplicada para registrar la presencia de los solitarios fue la siguiente:

–      Observaciones directas. Realizadas durante nuestros recorridos por la zona y en el transcurso de censos en transectas lineales. Cuando se observaron solitarios se anotó la fecha, hora, el sitio de observación, las coordenadas y número de individuos observados.

–      Registros con trampas cámara. Se establecieron ocho campamentos de investigación donde se instalaron trampas cámara para el registro de fauna silvestre. Las trampas cámara (Camtrakker®) estaban instaladas entre 1 y 2 m de las sendas, caminos o salitrales donde los animales suelen visitar salitrales. Se armaron las trampas cámara a una altura entre 30 y 40 cm y fueron programadas para tomar fotos cada 3 minutos. Como las trampas cámara estuvieron activadas las 24 horas del día, asumimos que la probabilidad de detectar los animales no es sesgada por el horario. Con el registro de la hora en que el animal fue fotografiado, se elaboraron histogramas de actividad.

–      Encuestas. Se realizaron encuestas no estructuradas a cazadores y ganaderos de la zona, para conseguir información histórica sobre la presencia de solitarios. Los reportes de cacería fueron más confiables que los avistamientos de animales vivos, ya que los cazadores identificaron con mayor seguridad a los solitarios. En otros casos observamos los cráneos.

–      Registros de cacería. En el sudeste del departamento de Santa Cruz viven los indígenas Guaraní-Isoseños, quienes representan la mayor población humana asentada en el área. En Isoso se desarrolla un programa de auto-monitoreo de cacería, donde cazadores voluntarios registran sus animales cazados, apoyados por parabiólogos y monitores entrenados en el monitoreo de fauna.

Entre 1996 y 2007 (excepto en 2001 y 2002) se monitoreó de forma casi permanente 11 de las 23 comunidades existentes. Así se consiguió información de los solitarios cazados, lugar, fecha y hora de cacería; y esporádicamente el sexo y el peso. Se registraron 22 eventos de cacería de solitario, con un total de 26 individuos cazados en 10 años (en tres ocasiones cazaron más de un animal). En estas comunidades, 2/3 (0.66) de los cazadores activos aportan con datos, según los registros mensuales de la actividad de todos los hombres de la comunidad (indicando quiénes cazan y registran datos de cacería, quiénes cazan y no registran, y quiénes no cazan). Asumiendo que las actividades de uso de la fauna son semejantes en las otras comunidades sin registros de cacería, estimamos que en Isoso se habrían cazado 82 solitarios durante el periodo de estudio, en un área de cacería de 3.200 km2 aproximadamente (χ = 8.2 solitarios/año). Cuellar (2003) reportó que la cacería que practican en los puestos ganaderos del área, representa al menos la mitad de la cacería de las comunidades, por lo que la cantidad de solitarios cazados es aún mayor, lo cual podría estar influyendo de forma significativa en la viabilidad de la especie.

Los registros de cacería fueron entre las 7:00 y 16:00 horas. Los horarios donde los cazadores encontraron más solitarios fueron entre 10:00 y 11:00 y a las 16:00 (Fig. 1).

Se identificó el sexo de 24 solitarios cazados. De éstos, 13 fueron machos y 11 hembras. Se observaron de forma directa 19 solitarios y registramos cinco observaciones de huellas, mediante censos en transectos y durante nuestros recorridos en el área. Todas estas observaciones fueron realizadas solamente en horas diurnas, pero como el personal generalmente entra al campo de día, este dato no refleja fielmente la actividad de la especie. Sin embargo, coinciden con los registros de actividad realizados a través de las trampas cámara.


Figura 1. Actividad de los solitarios obtenidos con trampas cámara (n=49) y registros de cacería (n=17) en el Parque Nacional Kaa Iya y el Isoso entre 1997 y 2007.


En las 19 observaciones directas se contó el número de individuos. Las tropas tuvieron un promedio de 2.6 individuos (rango: 1-7). En cuatro ocasiones los individuos se observaron solitarios. Observamos crías en cinco ocasiones, entre octubre y diciembre. Taber et al. (1994) reportaron un promedio de grupos de 4.5 individuos (rango: 2-8) y Mayer y Brandt (1982) grupos promedio de 3.8 individuos. Debido a que las observaciones se realizaron en caminos de la zona chaqueña, es probable que solo se hayan visualizado solo algunos individuos y que los grupos sean mayores que nuestras estimaciones. Por otra parte, en toda el área de estudio se registraron indicios de cacería, por lo que las tropas pueden haber sido disminuidas por la presión de caza.

De los ocho campamentos de investigación donde se efectuaron estudios con trampas cámara, en cuatro no se registraron solitarios. En total se obtuvieron 66 fotografías de solitarios entre agosto de 2005 y enero de 2007. De éstas, 49 marcaron la hora en que el animal fue fotografiado: 6 fueron tomadas en la noche y 43 en el día (Fig. 1). Este comportamiento diurnocoincide con los los datos de Taber et al. (1994) quienes reportaron la actividad de los solitarios desde las 5:00 hasta las 20:00 horas. En general, los solitarios parecen tener un comportamiento mayormente diurno.

En base a todos los datos obtenidos con las trampas cámara en los campamentos de investigación, las observaciones eventuales, registros de cacería y datos proporcionados por Anderson (1997), se pudo determinar que los solitarios están distribuidos en el sudeste del país, limitados a las zonas con bosque chaqueño en relativo buen estado de conservación. La distribución del solitario se limita a las provincias de Gran Chaco (Tarija), la parte central de Cordillera (Santa Cruz) y presumimos que existen en la provincia Luis Calvo (Chuquisaca) dado que es una franja de unión entre los registros de Tarija y Santa Cruz (Fig. 2). Sin embargo, esto último debe ser confirmado ya que no hay ningún registro documentado en este lugar.

Recientemente Rosario Arispe, a través de entrevistas con cazadores, registró solitarios en dos sitios al Este de la distribución reportada


Figura 2. Distribución del solitario (Catagonus wagneri) en Bolivia.


en este informe (representado en cuadrados en la figura 2). Sin embargo, estos datos no están siendo considerados para aumentar el rango de distribución de la especie ya que no se cuenta con especimenes o estudios sistemáticos que confirmen la presencia.

situación del solitario en Bolivia

Catagonus wagneri es considerada una especie “en peligro” de acuerdo a la UICN. Las pequeñas poblaciones de esta especie en el Chaco boliviano están bien dispersas y necesitan acciones urgentes de conservación para asegurar su supervivencia. La mayor amenaza para la especie es la cacería de subsistencia

practicada por la gente local y la gente de zonas aledañas. Una segunda amenaza es la disminución de su hábitat. Si bien el Parque Kaa Iya conserva hábitats en estado relativamente bueno, lo cual favorece la subsistencia de la especie, en algunas zonas como Isoso el hábitat ha sido modificado para la producción de ganado bovino y caprino.

Agradecimientos

Este trabajo fue realizado gracias al apoyo financiero de WCS, USAID, GasTransboliviano y Fundación PUMA. El Parque Kaa Iya del Gran Chaco proveyó de permisos de trabajo y apoyo logístico en el trabajo de campo. Los


parabiólogos, monitores de cacería y cazadores de Isoso aportaron con valiosa información de cacería. Andrew Taber y Renzo Vargas revisaron este artículo y dieron valiosos comentarios y sugerencias.

 

Referencias

1.- Anderson, S. 1997. Mammals of Bolivia, taxonomy and distribution. Bulletin of the American Museum of Natural History (231): 1-656.        [ Links ]

2.- Cuéllar, R.L. 2003. Cacería en comunidades y en puestos ganaderos del Territorio Comunitario de Origen de Isoso. Wildlife Conservation Society, Informe Técnico 101, Santa Cruz. 10 p.        [ Links ]

3.- Eisenberg, J.F. & K.H. Redford. 1999. Mammals of Neotropics – the Central Neotropics. Volume 3, The University of Chicago Press, Chicago y Londres. 609 p.        [ Links ]

4.- Eisentraut, M. 1986. Über das Vorkommen des Chaco-Pekari, Catagonus wagneri, in Bolivian. Bonn. Zool. Beitr. 37(1):43-47.        [ Links ]

5.- Mayer, J.J. & P.N. Brandt. 1982. Identity, distribution and natural history of the peccaries, Tayassuidae. Pp 433-455. En Mares, M. A. & H. H. Genoways (eds.). Mammalian Biology in South America. Pymatuning Laboratorio de Ecología. Universidad de Pittsburg, Pittsburg.         [ Links ]

6.- Montes de Oca, I. 1997. Geografía y recursos naturales de Bolivia. Edobol, La Paz. 614 p.        [ Links ]

7.- Navarro, G. y M. Maldonado. 2002. Geografía ecológica de Bolivia. Vegetación y ambientes acuáticos. Fundación Simón I. Patiño. Cochabamba. 719 p.        [ Links ]

8.- Taber, A.B., Doncaster, C.P, Neris, N.N. & F. Colman. 1994. Ranking behaviour and activity patterns of two sympatric peccaries, Catagonus wagneri and Tayassu tajacu, in the Paraguayan Chaco. Mammalia 58(1): 61-71.        [ Links ]

9.- Taber, A. B. 1991. The status and conservation of the Chacoan peccary in Paraguay. Oryx 25(3): 147-155.        [ Links ]

10.- Tello, J. L. 1986. The situation of the wild cats (Felidae) in Bolivia -- including notes on other wildlife species and on general aspects of the conservation and utilization of natural resources. Report prepared for the CITES Secretariat, Gland. 67 p.        [ Links ]

11.- Wetzel, R.M., Dubois, R.E., Martin, R.L. & P. Myers. 1975. Catagonus, an ‘extinct’ peccary, alive in Paraguay. Science 189: 379-381.        [ Links ]

 

 

Artículo recibido en: Enero de 2008.

Manejado por: Luis F. Aguirre.

Aceptado en: Mayo de 2008.

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