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Ecología en Bolivia

versão impressa ISSN 1605-2528versão On-line ISSN 2075-5023

Ecología en Bolivia v.38 n.2 La Paz out. 2003

 

EDITORIAL

 

Simón Rodríguez y el desarrollo de la ecología (y campos afines) en Bolivia

 

Simón Rodríguez and the development of ecology (and related fields) in Bolivia

 

 

Peter Feinsinger

 

Department of Biological Sciences
Northern Arizona University Flagstaff,
Arizona 86011, USA y
Wildlife Conservation Society
email: peter.feinsinger@nau.edu

 

 


Los estudios científicos realizados por los bolivianos en la ecología de campo, tanto básica como aplicada, muestran una historia corta por un lado y, por otro, una exponencial proliferación en la actualidad (vea la editorial de Mónica Moraes, vol. 27 no. 2). El correlativo más evidente y la causa más probable, es la eclosión súbita de una cohorte de ecólogos y biólogos de la conservación altamente motivados, dedicados y experimentados en trabajo de campo, mientras que la densidad de población de sus “padres académicos” nacionales es mucho menor y los “abuelos académicos” nacionales casi no existen. Eso y la naturaleza abierta y cooperativa de la gente boliviana brindan a la actual generación dos beneficios llamativos. Primero, por contraste con algunos países sudamericanos, en Bolivia se encuentra poco “sapismo” académico. [Si no les suena la palabra, piensen en el sapo grande (o, el gran sapo) imperando en su charco y defendiéndolo contra los demás sapos; y a la vez dominando a los sapitos (y las sapitas) del charco así como a los renacuajos de toda etapa de desarrollo]. Segundo, la baja frecuencia del sapismo más la alta frecuencia de los recién eclosionados, conduce al fomento de un altísimo nivel de interacción entre mentes abiertas, listas y fértiles; de una sinergia que resulta del aprendizaje colectivo y cooperativo; de las inspiraciones brillantes; de los descubrimientos de aproximaciones novedosas e innovadoras, es decir de la “libertad de pensar y hacer.”

No obstante, en la presente época del flujo instantáneo y abrumador de información, textos, trabajos técnicos, aproximaciones y «expertos» en su mayoría procedentes del hemisferio norte, existen amenazas al desarrollo autóctono y apropiado de las perspectivas bolivianas. En el año 1851, Simón Rodríguez, el viejo mentor de Simón Bolívar, escribió: “La sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en América [Latina], dos enemigos de la libertad de pensar”. Y unos 152 años después, esas palabras ¿tienen alguna relevancia?

El objetivo de esta editorial no es que se lance en las páginas de Ecología en Bolivia una polémica sociopolítica sobre la globalización y sobre el imperialismo intelectual – eso sería algo hipócrita, ya que sigo siendo norteamericano a pesar de varias décadas de experiencia en Latinoamérica. En lugar de ello, planteo que se reflexione sobre el desarrollo de la ecología en Bolivia y sus campos afines, tales como la conservación biológica, desde la perspectiva de Simón Rodríguez. ¿De dónde provienen los actuales marcos de referencia, la selección de lo que es importante para investigar, los acercamientos prácticos y lógicos en que ustedes desean fundamentar sus trabajos? ¿Confían más en la sabiduría (y, en los arreos de la prosperidad) del hemisferio norte, que en su propio juicio, sus propias habilidades de observar, cuestionar, indagar y reflexionar? ¿Creen Uds. que hay una relación netamente positiva (hasta un valor de R2 de 1,0) entre la sabiduría de la persona y el número de títulos que ha recibido? ¿Creen que lograr dominar las técnicas y tecnologías, las aproximaciones cuantitativas más sofisticadas, la bibliografía en inglés más amplia, el vocabulario más profesional y por eso más incomprensible al público en general, vale más que aplicar el sentido común y conocer la historia natural y la cultura local?

Aquí va un listado de unos puntos de partida más particulares, para sus reflexiones:

  • El marco conceptual y el marco cuantitativo de la ecología básica ¿de dónde provienen? ¿Son inmutables, representan la verdad? ¿No es posible que mañana nos riamos sobre las «verdades» de la ecología de hoy, tanto como nos reímos hoy de ciertas «leyes» del pasado, como la de la comunidad como organismo o la que sostiene importancia abrumadora de la competencia interespecífica ? ¿Quiénes son Lotka, Volterra, Gause, Clements, Braun-Blanquet, Odum y Margalef?, ¿Cuán grande (les diría, enorme) han sido y siguen siendo las influencias de esos autores en los marcos actuales de la ecología, cuánta experiencia tuvieron en el campo boliviano (o, en unos casos, en cualquier campo)? ¿Qué derecho tienen sus esquemas de ser obedecidos ciega o inconscientemente por los ecólogos bolivianos? ¿Cuántos textos básicos o avanzados para las materias de ecología se han escrito desde una perspectiva boliviana (o, sudamericana) fresca y objetiva?
  • Gracias a Uds. unos cuantos marcos conceptuales y prácticos sobre biología de la conservación en Bolivia sí provienen de la «lectura» propia de los paisajes y las culturas de Bolivia o, por lo menos, de otras regiones sudamericanas. No obstante, ¿no es posible que una de las prioridades y prácticas de la conservación tengan más relevancia en la zona templada del norte—si es que tienen alta importancia en alguna región - que en las realidades de Bolivia? La genética de la conservación, la conservación ex situ o la reintroducción de algunos ejemplares de especies carismáticas, ¿deberían ser una prioridad en Bolivia o hay otras prioridades más urgentes (y menos costosas) que tendrían que ver con la dinámica de las poblaciones existentes y los paisajes que habitan?
  • Las técnicas y tecnologías sofisticadas y norteñas que a menudo se aplican en los trabajos de conservación ¿son herramientas útiles o tienden a volverse fines en sí? O ¿son maletas en el sentido que se piensa que no pueden adelantarse más sin su aporte? ¿Son las técnicas y tecnologías importadas tan necesarias como suficientes para realizar los estudios en la conservación biológica? ¿No podría ser tanto necesario como suficiente, en muchos casos, llevar a cabo un estudio de campo que tenga un diseño objetivo y riguroso y que use principalmente las herramientas sensoriales (ojos, cerebro y orejas … más las patas)?
  • Hablando de lo necesario y suficiente ¿cuán necesario y suficiente es la aplicación de las pruebas estadísticas a sus datos? ¿Sienten Uds. un gran alivio (y orgullo) por poder rechazar la hipótesis nula a nivel de Pde 0.05 y se deprimen hasta el punto de hacerse abogados en vez de ecólogos por sacar un valor dePde 0.050000001? El culto al 0.05 ¿de dónde proviene y qué sentido tiene? ¿Dónde y en cuál contexto teórico práctico nacieron las tradiciones de la inferencia estadística que todavía se siguen a ciegas? ¿Creen que los datos de estudios de campo cumplen con todos o siquiera con algunos de los supuestos de la matemática de la prueba estadística que se está utilizando? ¿Qué será más realista y valioso, un estudio bien diseñado y bien realizado con miles de datos que muestren un patrón llamativo y obvio al que no se aplica ninguna prueba estadística o un estudio mal diseñado y realizado con unos pocos datos algo cuestionables, en que el profesor le exigió al alumno que aplicara una prueba estadística a los datos, los cuales no cumplieron bien con los supuestos, resultando en un valor de P de 0.0499999? ¿Es esto la culpa del profesor o es tal vez otro ejemplo de la advertencia de don Simón? ¿Quién le convenció al profesor que se debe mostrar un análisis de la estadística inferencial para que el trabajo – cualquiera que fuese la calidad de su diseño y realización - sea verdaderamente «científico»?

Ojalá que Uds. no traten de encajar sus preguntas, investigaciones, resultados y aplicaciones en los marcos de moda, dondequiera que se originen, sin cuestionar la relevancia de los marcos a los bichos, plantas, interacciones, paisajes, culturas y usos de los recursos naturales de Bolivia. Y ojalá que tengan la confianza en sí mism@s de poder desarrollar y aplicar las ideas autóctonas, para romper los esquemas. Por favor, no se entienda que se deba echar al basurero todos los acercamientos que llegan del norte. Hay muchos cerebros capaces y muchas ideas lindas por todos lados. Pero sí los desafío para que evalúen críticamente todos los esquemas que vienen del norte (u otro entorno de cualquier latitud), que desechen lo inapropiado y usen lo apropiado, ajustándolo a las realidades locales. Esta editorial no es de ninguna forma una crítica a Uds., sino es un “grito de guerra”. Ustedes ya están en el medio de la ruta por las razones que se mencionó al principio. Les costará mil veces menos que a los compañeros argentinos o venezolanos por ejemplo, al romper los esquemas y establecer su independencia de la “sabiduría y prosperidad” del norte. Como campeones de la ecología en Bolivia y lectores de Ecología en Bolivia, no olviden ni la cita anterior de Simón Rodríguez ni (también de 1851):

 

“La América [Latina] no debe imitar servilmente, sino ser original”.

 

 

 

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