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Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría

On-line version ISSN 1024-0675

Rev. bol. ped. vol.42 no.3 La Paz Aug. 2003

 

ARTICULOS DEL CONO SUR - PARAGUAY

Huevos infectivos de toxocara, en arenas de plazas y parques de Asunción, Paraguay(1)

Toxocara eggs in squares and parks in the city of Asunción

Drs. Andrés Canese**, Rubén Dominguez*, Christian Otto*, Carlos Ocampos*, Estela Mendonca**.

* Cátedra de Microbiología, Facultad de Ciencias Médicas Universidad Nacional de Asunción. Edificio Kimball. Rodi 2253 entre Dr. Montero y Guillermo Arias. Asunción­Paraguay. Email: microb-med@sce.cnc.una.py TELEFAX: (021) 421380
** Laboratorio Canese. Gral. Díaz 970. Asunción-Paraguay. Email: acanese@sce.cnc.una.py TELEFAX: (012) 493295

(1) Artículo original de Paraguay. Publicado en Pediatría del Paraguay 2001; 72(3): 188-97 y que fue seleccionado para su reproducción en la VII Reunión de Editores de Revistas Pediátricas del Cono Sur. Uruguay 2002


Resumen

Los vermes del género Toxocara pertenecen a la familia Ascaridae, siendo los agentes patógenos más importantes para el hombre T. canis y T. cati, productores de larva migrante visceral (LMV). Las larvas de Toxocara fueron identificadas por primera vez por Beaver, en 1952, en una biopsia de hígado de un niño de 2 años, acompañado por hepatomegalia y eosinofilia. El cuadro de LMV ocurre principalmente en niños de 1 a 5 años, con una historia de consumo de suelos (geofagia), contaminados con heces de caninos o felinos infectados. Los hallazgos clínicos pueden incluir marcada eosinofilia, hepatomegalia, neumonitis transitoria e hipergammaglubulinemia.

Con el objeto de analizar la presencia de los huevos de estos helmintos en las plazas de la ciudad de Asunción, se tomaron muestras de suelo que contenían arena, en las cercanías de los juegos infantiles. Se sortearon aleatoriamente 51 plazas y parques, de un total de las 98 registrados en la Municipalidad de Asunción. Se halló la superficie de la zona que poseía arena, de las plazas sorteadas y se tomaron 2 muestras de 30 x 30 cm de superficie por 0,5 cm de profundidad, por cada 15 m2. Para el efecto fueron utilizados espátulas y frascos, previamente esterilizados. Se llenaron con agua los frascos y se agitaron fuertemente para obtener una buena emulsión, se filtraron las muestras y se procesaron por el método de flotación con sulfato de cinc al 33 %.

De los 51 sitios analizados, se encontraron huevos de Toxocara en 27 de ellos (53 %). Entre los parques más concurridos que presentaron huevos de Toxocara fueron el Parque Caballero y el de Ñu guazú.

La elevada prevalencia de huevos de Toxocara, encontrados en los suelos de plazas y parques públicos, indica el elevado riesgo para la salud de las personas, ya que los mismos son utilizados como áreas de recreación, especialmente por los niños, siendo ellos los que tienen más contacto con las arenas en las zonas de juego.

Palabras Claves:

Arch Pediatric Py 2001; 72(3): 188-97: Toxocara, toxocara canis, toxocara catis, helmitos.



Introducción

Las larvas de Toxocara fueron identificadas por primera vez en 1952, por Beaver, en una biopsia de hígado de un niño de dos años(1). Más tarde, otros autores, observaron larvas de este mismo parásito en las profundidades del cuerpo, acompañado por hepatomegalia y eosinofilia, por lo que este síndrome fue denominado larva migrante visceral (LMV); observándose que también esta patología puede ser causada por otros parásitos como Ancylostoma, Spirometra, Alaria y Gnathostoma; pero el causante principal son las larvas de Toxocara. Los vermes del género Toxocara pertenecen a la familia Ascaridae y existen varias especies dentro de dicho género, siendo las dos más importantes, para el hombre, Toxocara canis y Toxocara cati. El primero es un parásito de perros, zorros y lobos y el segundo de gatos y otros felinos(2). Las hembras expulsan muchos huevos con las heces de sus hospedadores habituales, los cuales en el suelo húmedo desarrollan en su interior las larvas infectivas, en algunas semanas dependiendo de la temperatura(3,4). Cuando los huevos infectivos son ingeridos por perros y gatos las larvas salen de los huevos en el intestino delgado, emigrando a través de la mucosa intestinal y por el torrente sanguíneo van hasta el hígado, luego a los pulmones, atraviesan los alvéolos y suben por el árbol bronquial hasta la tráquea y la laringe, siendo las larvas deglutidas; alcanzando su estado de maduración definitivo en el intestino delgado de estos animales(5,6).

En el hombre, que no es su hospedador normal, las larvas infectivas del segundo estadio que se encuentran dentro de los huevos ingeridos, emergen en el intestino delgado, penetran posteriormente en la mucosa y son transportados por la sangre y los linfáticos generalmente al hígado y otros órganos como pulmones, cerebro y globo ocular(1). No siguen la trayectoria a través de los alvéolos y árbol bronquial, por lo que vagan por semanas y meses en estos órganos anteriormente citados, causando inflamación y estimulando la producción de granulomas eosinófilos por los lugares por donde van pasando(2,7,8).

Las manifestaciones clínicas y patológicas son el resultado de los daños mecánicos ocasionados por las larvas durante su activa migración por los tejidos y de la respuesta inmunológica estimulada por la presencia de las larvas en los tejidos(9,10). El cuadro de LMV ocurre principalmente en niños de 1 a 5 años con una historia de consumo de suelos (geofagia) contaminados con heces de caninos o felinos infectados. Los hallazgos clínicos pueden incluir marcada eosinofilia, hepatomegalia, neumonitis transitoria e hipergammaglobulinemia(3,11). La hepatomegalia, que por lo general se desarrolla a consecuencia de estos cambios inflamatorios es el hallazgo clínico principal, cuya prevalencia en niños varía desde 36%, en sus formas subclínicas a 87% en aquellos con una enfermedad clínica aparente. Sin embargo la hepatitis y la hepatomegalia pueden desarrollarse únicamente luego de repetidas exposiciones a este parásito(8).

El diagnóstico se establece generalmente sobre bases clínicas, con la triada: eosinofilia intensa, hepatomegalia e hiperglobulinemia. Las pruebas cutáneas y serológicas, con antígenos preparados de diversos nematodos ha dado resultados prometedores, aunque inseguros(1). La única forma de asegurar por completo el diagnóstico es recurriendo a la biopsia de la zona afectada(2). El diagnóstico diferencial puede incluir triquinosis, hepatitis, leucemia eosinófila, síndrome de Löeffler, eosinofilia familiar, tuberculosis miliar, asma, retinoblastoma, endoftalmitis e invasión por Capillaria hepatica adulta(1,12). Como tratamiento pueden usarse corticoides, para disminuir la reacción, pero hay quienes refieren resultados terapéuticos exitosos con el uso de la dietil carbamazina(13,2).

El objetivo de la búsqueda de huevos en las arenas de las plazas y parques, fue motivado por el hecho que estos lugares son muy utilizados como áreas de recreación en los distintos barrios de Asunción, y la presencia de huevos de Toxocara en dichos lugares representaría un riesgo de contraer la toxocariasis, principalmente para los niños, ya éstos al estar en mayor contacto con el suelo, mediante sus juegos, podrían llevar los huevos al interior del organismo y de esa manera infectarse. Como factor agravante de este riesgo está el elevado número de perros y gatos callejeros observados en la ciudad de Asunción.


Material y Método

Las muestras de suelo y arena fueron tomadas de 51 plazas de la ciudad de Asunción, elegidas en forma aleatoria. Se sortearon las plazas y parques de una lista de 98 predios brindado por la Municipalidad de Asunción. Se recogieron las muestras de suelo de los lugares que contenían arenas, principalmente cerca de los juegos infantiles, durante los meses de enero y febrero de 2000. En cada plaza se midió la superficie de la zona arenosa y se tomaron dos muestras por cada 15 m2, de un área de 30 x 30 cm por 0,5 cm de profundidad. Se colocó la arena en frascos de vidrio y se rotulaban(11,14). Una vez en el laboratorio, los frascos fueron llenados con agua, agitándolos hasta tener una buena emulsión, posteriormente se procedió a su filtración con un tamiz de cuatro capas de gasa en una frasco Erlenmeyer. Este filtrado se colocó en tubos cónicos plásticos de 15 ml y se centrifugaron durante 4 minutos en una centrífuga de cabezales móviles a 2.500 RPM. Se desechó el sobrenadante y se llenaron los tubos de nuevo con agua, volviéndose a centrifugar de igual forma. Se desechó el sobrenadante y se le agregó al sedimento una solución de sulfato de cinc al 33%, se agitó el tubo con la solución para emulsionar el sedimento y se llenaron los tubos con la solución, hasta el borde. Se centrifugaron de esta forma durante 4 minutos y 2.500 RPM. Una vez que había parado la centrifugación, con mucho cuidado se quitaron los tubos y se los colocaron en una gradilla. Se tomó la parte superior del sobrenadante de cada tubo con un asa bacteriológica y se la colocó en una lámina portaobjetos, para su observación posterior al microscopio(1).


Resultados

De las 51 plazas y parques analizados, se encontraron huevos de Toxocara en 27 de los mismos, lo que representa el 53%.

Las plazas y parques en los que se observaron los huevos de Toxocara (FIGURAS 2, y 3) fueron:

Plaza de Armas y Plaza Comuneros, Plaza Independencia, Plaza Uruguaya, Parque Caballero, Plaza Batallón 40, Plaza Naciones Unidas, Plaza Acosta Nú, Plaza Herminio Giménez, Plaza Julio C. Franco, Plaza 14 de Julio, Plaza Santa Ana, Plaza Mayor Infante Rivarola, Plaza Pedro Juan Caballero, Plaza Defensores del Chaco, Plaza Boquerón, Plaza Carmen de Lara Castro, Plaza Batallón Mcal. López, Plaza Isla de Capri, Plaza Manorá, Plaza Gral. Eugenio A. Garay, Plaza Luis A. Del Paraná, Plaza Nanawa, Plaza Darío Gómez Serrato, Plaza Tajy Poty y Plaza Mártires de la Policía; también dio positivo el parque Nú Guazú.

Las plazas y parques en donde no se observaron huevos de Toxocara fueron:

Plaza Dr. Francia, Plaza Bernardino Caballero, Plaza Mcal. López, Plaza Italia, el Parque Carlos A. López, Plaza de los Héroes, Plaza Patricio Escobar, Plaza de la Amistad, Plaza Club de Leones del Barrio San Vicente, Plaza San Isidro Labrador, Plaza Japón, Plaza Expopar, Plaza Manuel Ortíz Guerrero, Plaza Olímpica, Plaza de las Américas, Plaza Tte. César Maldonado, Plaza Dr. Emilio Cubas, Plaza Ma. Auxiliadora, Plaza 30 de Julio, Plaza Madres Paraguayas, Plaza Ycuá Francia, Plaza SN, Plaza de las Residentas, Plaza Mburucuyá. (TABLAS 1 y 2, FIGURA 1).

Discusión

La demostración de huevos de Toxocara en el suelo de la ciudad de Asunción está indicando la existencia de un problema potencial de salud pública. La población con mayor riesgo de contraer la toxocariasis es la de los niños menores de 12 años, sobre todo si juegan con tierra y en lugares donde hay perros y gatos que defecan en la tierra de juego. Si bien existen advertencias por parte de los padres en cuanto al contacto directo con las heces, el contacto con la tierra potencialmente infectada no representa una preocupación mayor(14,15).

No es de extrañar la presencia de huevos de Toxocara en la mayoría de los lugares públicos de esparcimiento y recreación ya que se pudo constatar la presencia de heces de animales en dichos sitios.

El hecho de que en algunas plazas y parques no se hayan observado huevos, no indica que esta sea la condición real de las mismas, sino que la cantidad relativa de los mismos es menor al límite inferior de detección de los métodos utilizado.

En Paraguay existe un estudio hecho en mercados municipales y barrios marginales, con un resultado positivo del 33% de los lugares estudiados(16). En otros países las cifras de lugares de recreación como parques, plazas y playas no son tan elevadas, en México por ejemplo es del 10% y en Londres del 8% de estos lugares con huevos de Toxocara(11,14,17). Llama la atención las elevadas cifras encontradas en el presente trabajo, del 53%; la cual se debe probablemente al escaso control de la transmisión de esta patología por parte de las autoridades, por la falta de costumbre higiénicas de la ciudadanía y por la excesiva cantidad de animales callejeros en la ciudad de Asunción.

Se deberían tomar medidas preventivas, las cuales deberán incluir la educación ciudadana y sobretodo la conciencia de las autoridades nacionales y municipales para el control de los animales callejeros, la limpieza frecuente de los lugares de juego de los niños y la prohibición de la presencia de animales en los lugares de recreo de los niños(11,14).

Al demostrarse la presencia de huevos de Toxocara en el suelo de la ciudad de Asunción y el hallazgo de esta elevada cifra, abre una brecha de interrogantes, sobre cual sería la cantidad de personas afectadas por la toxocariasis y cuales serían las patologías existentes.

La toxocariasis humana es una patología poco conocida en Paraguay y no existen publicaciones de casos en la bibliografía nacional(2,18).

A fin de delimitar mejor el problema de la transmisión potencial de la toxocariasis deben realizarse más investigaciones para determinar los lugares donde puedan existir huevos de Toxocara en el suelo y por lo tanto el riesgo de contagio para las personas. A partir de estos datos se deberían adoptar las medidas de control necesarias para disminuir la posibilidad de adquirir la enfermedad. Estas medidas incluyen la reducción del número de gatos y perros sin dueño o mal cuidados, prevención de la defecación de los animales en pavimentos o áreas públicas; exclusión de los perros de las áreas de recreación o parques frecuentados por la población infantil, promulgación de leyes o apoyo a las ya vigentes.


Agradecimientos

  • A la Municipalidad de Asunción, por habernos brindado los mapas para la ubicación de las plazas y parques de la ciudad.
  • Al Prof. Dr. Jorge Canese, de la Cátedra de Microbiología de la Facultad de Ciencias Médicas UNA, por la ayuda y los consejos brindados.
  • A la Dra. Juana O. de Canese, por la ayuda brindada en la realización del trabajo.


Referencias

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