Para los autores de este artículo la invisibilidad es observada como una brecha en la calidad de la asistencia sanitaria, sin embargo, es un fenómeno que ha sido estudiado también en el campo de las ciencias sociales y referido en la literatura desde mucho tiempo atrás. Surge de la filosofía social crítica, de una categoría hermenéutica que se hace cargo de la interpretación de un fenómeno que implica la invisibilización pública de un sufrimiento social visible que deshace totalmente a la persona aumentando la injusticia social1.
Para Weisheimer la invisibilidad social es todo un proceso de no reconocimiento e indiferencia con relación a los sujetos de la sociedad, niega al otro el derecho de reconocimiento e identidad social2 .Este fenómeno suele presentarse en aquellos grupos que, por sus características se han hecho invisibles, tal es el caso citado de personas en extrema pobreza en África y Asia donde nacen y mueren sin dejar rastro en ningún registro legal o estadística oficial3.
Estudios publicados también discuten acerca de la importancia y las implicaciones de la invisibilidad como forma de discriminación en mujeres y hombres afroamericanos4-6 Otro grupo estudiado cómo socialmente invisible, son las trabajadoras sexuales tanto para la ley, como para la salud pública y la psicología7.
Los indígenas, las mujeres y los niños en desventaja son grupos que, a pesar de los avances científicos, el respaldo de organismos mundiales, las iniciativas y las alianzas internacionales siguen siendo invisibles para la salud pública dada la morbilidad y mortalidad que desde tiempos pasados y aun en pleno siglo XXI sigue existiendo8-10.
Los adultos mayores son un importante grupo de población que mientras en algunas culturas tienen asegurado un lugar de respeto y cuidado, en otros escenarios son invisibles porque están sin estar, y en la postura de Bourdin están presentes, pero no existen, y son violentados por agendas discriminatorias de lo que es visible y audible en la sociedad moderna11.
A este grupo social durante la vejez se les ha llegado a considerar como un mueble más dentro de los hogares, intensificándose su situación durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19 y Buitrago los cataloga como “cuasi-invisibles”12.
La complejidad de este fenómeno se deriva de diversas causas sociales y culturales, que derivan en maltrato psicológico por parte de la familia13,14.
Lo cierto es que la invisibilidad se presenta no solo en grupos vulnerables sino en diversos escenarios como la asistencia sanitaria donde el paciente es ignorado cuando se toman decisiones que le afectan sin siquiera consultarle, por su edad, enfermedad que padece, situación social, cronicidad de su padecimiento, posición hegemónica del médico, primacía de la tecnología sobre la persona o discriminación de algún tipo15.
En una revisión sistemática y meta-análisis de 52 estudios en 28 países del mundo, se observó que el maltrato de personas mayores afecta a uno de cada seis en todo el mundo, lo que equivale aproximadamente a 141 millones de personas16.
Entre los efectos que presenta el maltrato y la violencia en el adulto mayor, se encuentran años potenciales de vida perdida, discapacidad temporal o permanente, el impacto emocional que genera el sufrimiento y miedo que van dejando huellas en el camino de vida y que son imposibles de medir.
Un comunicado emitido por la OMS en 2017 reporta que el tipo de maltrato que más se presenta en los adultos mayores es el físico, el emocional o psicológico, patrimonial y negligencia o descuido. Hacen un llamado a los países del mundo a realizar estrategias y acciones sobre envejecimiento conforme a los Objetivos de Desarrollo Sostenible17.
Con base en las consideraciones anteriores, se ejecutó un estudio cualitativo basado en teoría fundamentada, con el objetivo de analizar las perspectivas del adulto mayor con respecto a las condiciones que intervienen en la invisibilidad.
Material y métodos
Se realizó una investigación cualitativa basada en teoría fundamentada, bajo el paradigma interpretativo. La población de estudio estuvo constituida por adultos mayores que acuden a un centro de salud y a una asociación civil en Tabasco, México. La información fue recabada durante el periodo abril 2019 a marzo 2020.
El muestreo fue no probabilístico a conveniencia del investigador, en el que se formaron dos grupos de cinco personas.
El escenario para el trabajo de campo fue la sala de usos múltiples del centro de salud y un local confortable donde se reúnen los adultos mayores, ambos libres de ruido, alejados del personal de salud y bajo un clima de confianza para que pudieran expresarse con libertad.
El proceso investigativo se desarrolló bajo la técnica de grupos focales (focus group), con la cual se buscó construir la teoría a partir de describir la realidad tal como la experimentan, valoran, perciben e interpretan los adultos mayores.18
Se diseñó una matriz de investigación y guía de entrevista con preguntas detonadoras acerca de las condiciones de invisibilidad en el ámbito de vida del adulto mayor, siendo validada y aprobada por expertos para elevar el rigor científico del estudio.
El trabajo con los grupos se realizó bajo la dirección de un moderador (investigador), un relator y un asistente para manejo del audio y video. Bajo un ambiente propicio los adultos mayores expresaron de manera privada y libre sus opiniones. Se requirió del investigador un profundo entendimiento, observación y análisis del comportamiento humano y de cómo construyeron su propia realidad. El trabajo se orientó alrededor del tema de la invisibilidad formulado por el moderador, quien facilitó la diversidad de opiniones, propiciando que surgieran actitudes, sentimientos, creencias, experiencias y la interacción del grupo.
Se tomó nota de todo lo acontecido, desde la apariencia de las personas, gestos, movimientos y comportamientos; así como de las actividades efectuadas. La duración del trabajo con los grupos fue de aproximadamente 70 minutos, con dos rondas en promedio.
Para el procesamiento y análisis de los datos cualitativos se empleó el software MAXQDA 2018-2. Se tomaron en cuenta los argumentos expresados, cuidando en todo momento la integridad de los discursos, para después ser transcritos, analizados e interpretados cuidadosamente.
Se inició con un proceso deductivo, posteriormente inductivo, se ordenaron los segmentos narrativos, se realizaron grupos o familias de códigos. Esto permitió reducir el número de conceptos y delimitar la teoría a través de la construcción de las categorías.
Para efectos de garantizar la validez del estudio participaron expertos que aprobaron el diseño establecido y la guía de entrevista. Se obtuvieron tres categorías, se inspeccionó en todo momento el proceso de reducción o saturación de los discursos y la triangulación de la información recolectada de los adultos mayores para derivar en las conclusiones.
Los participantes asistieron de manera voluntaria, sin estar sometidos a ningún tipo de coacción, la asistencia fue motivada por el interés en el tema.
Se solicitó autorización por parte de las autoridades del centro de salud y de la Asociación civil. Se garantizó a los participantes la confidencialidad de la información, se solicitó autorización para grabación de audio y video; así como la firma de la carta de consentimiento bajo información, donde se les dio autonomía para retirarse libremente de la investigación.
Los audios, videos y la información obtenida fueron resguardados en un archivo protegido con contraseña, organizados por fechas e ID de los participantes creados a partir de las iniciales de sus nombres, e iniciales del centro de salud y la asociación civil.
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética e Investigación del centro de salud y se apegó a lo establecido en la Ley General de Salud en materia de investigación con seres humanos.
Resultados
Las categorías empleadas para analizar la invisibilidad del adulto mayor se describen en la Tabla 1.
Enfoque sobre la vejez y la familia
La perspectiva que tienen los adultos mayores acerca de la vejez se centra básicamente en lo que ellos consideran como la necesidad de atención de la familia hacia sus necesidades de afecto y apoyo. Expresan una sensación de inutilidad por llegar a la vejez debido a la disminución de sus funciones físicas. El maltrato lo reconocen dentro del núcleo familiar y saben diferenciar entre el maltrato físico y el maltrato verbal. La mayoría de las mujeres, de acuerdo con sus propias vivencias, manifestaron recibir maltrato verbal (malas palabras, insultos y humillaciones) y en menor medida maltrato físico (zarandeo). Exteriorizan a manera de queja que la mayoría de las veces comen solos. Respecto a la actitud de su familia ante alguna situación de enfermedad, expresaron que acuden solos a las consultas médicas. En cuanto a las actitudes que presentan cuando sienten que están siendo maltratados verbalmente, respondieron que en la mayoría de las veces se desahogan a través del llanto, tristeza y enojo. A la vez declararon que esperan de su familia comprensión y buen trato. De igual manera consideran que lo más importante en su vida es Dios (Tabla 2).
Enfoque sobre la asistencia sanitaria
La mayoría de los adultos mayores cataloga el servicio que reciben como regular porque no les dan sus medicamentos y tienen que esperar un largo tiempo para ser atendidos. Coincidieron en que no los escuchan durante la consulta, los regañan y esperan que los atiendan mejor, los comprendan y que el tratamiento sea efectivo (Tabla 3).
Enfoque sobre el entorno y la sociedad
Los participantes de ambos grupos describieron la invisibilidad a al referir que se sienten ignorados, despreciados, que no le importan a nadie, e incluso falta de respeto y maltrato por los jóvenes. Esperan de la sociedad una mejor situación, que haya tranquilidad y un cambio de actitud (Tabla 4).
Dependencia económica
Si bien algunos hijos sostienen económicamente a sus padres y a la existencia de programas gubernamentales de apoyo a senescentes, estos procuran obtener ingresos propios (productos de sus ventas u otras fuentes de trabajo) (Tabla 5).
Los elementos antes descritos están presentes en los tres ámbitos de invisibilidad que los adultos mayores identificaron: el entorno familiar, social y de la asistencia sanitaria (Figura 1).
Discusión
El Los resultados de este estudio muestran que las perspectivas que tienen los adultos mayores sobre las condiciones de invisibilidad se manifiestan a través de un tipo de maltrato basado en malas palabras, insultos, zarandeo y humillaciones por parte de familiares y sociedad en general. Un tipo de maltrato que no necesariamente llega a lo físico en la mayoría de los adultos mayores, sino que se enfoca principalmente en el ámbito de lo emocional, presentándose con mayor frecuencia en las mujeres que en los hombres. Estos resultados coinciden con estudios publicados donde el maltrato emocional predominó19 y el hecho de ser mujer se relaciona con un riesgo mayor de sufrir violencia20.
La mayoría de los discursos de los adultos mayores respecto a su sentir cuando son maltratados dentro del ámbito familiar, coinciden en que a través del llanto y del enojo se desahogan, pero sienten tristeza. Estos resultados concuerdan con estudios donde prevalece el maltrato psicológico infringido por hijos o esposo en mujeres adultas de la tercera edad21.
La perspectiva que tienen los adultos mayores respecto a la vejez y la familia denota negligencia y descuido por sus familiares, a través de dejarlos solos la mayor parte del tiempo, incluyendo el abandono a la hora de comer, datos similares se observaron en un estudio con grupos focales donde la relación soledad, aburrimiento e inactividad estuvieron presentes en las personas mayores22. Al respecto, es necesario realizar intervenciones que fortalezcan el sentido de comunidad para la prevención del abuso23.
Los adultos mayores expresaron el deseo de ser considerados dentro del ámbito familiar hasta sus últimos días, que les brinden atención, buen trato y la ayuda necesaria durante su vejez. Resultados de estudio en Chile coinciden en que los entrevistados anhelan ser cuidados en sus hogares por su familia24.
Cuando se les lanzó la pregunta detonadora acerca de lo más importante en su vida, la mayoría de los participantes respondió que Dios. La espiritualidad es la dimensión que da sentido a la vida de las personas y que resulta elemental para hacer frente a la vejez, la enfermedad y la muerte. Estudios coinciden que es un recurso que otorga un poder superior al anciano y sensación de protección y fuerza para superar situaciones difíciles. De tal manera que sus experiencias de vida estén llenas de una relación espiritual y religiosa que dé sentido y plenitud a su existencia de una manera equilibrada y tranquila25.
La espiritualidad como característica humana permite encontrar un significado, propósito y trascendencia en la relación con el yo, familia y todo aquello que lo rodea. La dimensión biopsicosocial-espiritual se encuentra estrechamente relacionada con el historial clínico del paciente y considera la necesidad de contar con médicos que tengan sentido de cuidado y compasión. Lo anterior pone en evidencia la necesidad de formar médicos con una visión de integralidad planteando nuevos desafíos educativos respecto a programas que incluyan la dimensión de espiritualidad26,27.
El fenómeno de invisibilidad en el ámbito sanitario se observó en lo relacionado con la organización de los servicios, al esperar tiempos prolongados para ser atendidos, el surtimiento inoportuno de sus medicamentos y no sentirse escuchados por el médico, lo que puede traducirse hasta cierto punto en negligencia médica. Situación que ha sido reprobada por organismos internacionales de salud que actúan en favor de los adultos mayores y se ha reportado en estudios que abordan el tema de maltrato por los prestadores de servicios de salud28-30.
Estudios previos señalan que la invisibilidad del paciente en el primer nivel de atención está asociada a la vejez y se da por parte de los médicos, siendo más evidente en enfermedades como el VIH/Sida31.
Visibilizar el maltrato al adulto mayor en el ámbito institucional es el primer paso para reconocer, tratar y prevenir su aparición32.
La perspectiva del entorno y la sociedad pone en evidencia que la actitud de las nuevas generaciones es carente de respeto, pues el anciano se siente ignorado, despreciado y maltratado. Los participantes expresaron la existencia de una brecha generacional que les afecta, y manifestaron sentirse distantes de los jóvenes, dato reportado en estudios donde los adultos mayores se sienten distantes y alienados del resto de la sociedad33. Las conductas discriminatorias impulsadas por las emociones y estereotipos también llegan a provocar desprecio y daño al adulto mayor34.
Aunado a la problemática observada de desconexión social, las restricciones derivadas de la pandemia COVID-19 han afectado a este grupo aumentando la soledad, el aislamiento y con ello los efectos negativos en su salud física y mental. Siendo las relaciones sociales positivas determinantes para favorecer el estado de salud y la calidad de vida de las personas mayores35.
Los hallazgos de esta investigación tienen implicaciones teóricas que propician la toma de decisiones a nivel de la familia, gobierno, sistemas de salud; así como el desarrollo de políticas y acciones de una sociedad incluyente que visibilice y privilegie los derechos de las personas mayores.
Conclusiones
La invisibilidad es un desafío y una prioridad, ya que produce una herida psicológica y moral que debe detectarse oportunamente para lograr un envejecimiento exitoso. El maltrato es una de las manifestaciones de la invisibilidad que sufren los adultos mayores en tres ámbitos de su vida: el núcleo familiar, la sociedad y la asistencia sanitaria.
Los aportes del estudio radican en exponer aquellas necesidades ignoradas o desatendidas que los gerontes expresan, Las instituciones sociales y de salud deben asumir el reto de responder a esta problemática poco visualizada. Se recomienda para futuros estudios considerar población indígena.