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Gaceta Médica Boliviana

versión impresa ISSN 1012-2966versión On-line ISSN 2227-3662

Gac Med Bol v.34 n.2 Cochabamba  2011

 

Cartas al editor

 

La urgente necesidad de la investigación como base para la evaluación científica de los programas de salud, y decisiones en salud

 

The urgent need for research as a base for scientific evaluation of health programs and health decisions

 

 


Sr. editor:

Como ampliamente se ha debatido, la investigación es una actividad profesional de alto nivel, asunto que cobra hoy aún más importancia, puesto que es considerada un indicador de la producción científica de las distintas instituciones, países, etc. Pero a pesar de este antecedente, el aporte de la producción científica en Latinoamérica a escala mundial es bajo, aunque en los últimos años ha tenido un notable aumento1. Y como se mencionó en una editorial2, los datos objetivos sobre la producción científica publicada de Bolivia que permita caracterizar y medir la información científica generada, es nula.

Publicar nuestras investigaciones es una piedra fundamental del desarrollo científico de nuestro país, puesto que la única forma de poder fortalecer e identificar puntos débiles del bienestar de la salud de nuestra población es a través de su estudio. Por ejemplo, los países con alta producción científica aplican los resultados de sus investigaciones para mejorar el bienestar de su población, generando programas y políticas de salud basados en sus resultados. En cambio en nuestro país, muchas políticas y programas de salud son elaborados por paneles de expertos, que suelen basarse como sustento científico en modelos exitosos aplicados en otros países, y a los que habitualmente se les considera incuestionables. Sin embargo, a pesar de muchos de estos programas de salud que han tenido éxito en poblaciones de otras regiones del mundo, aun no tenemos la certeza si tendrán el mismo éxito cuando son aplicadas, considerando las características de nuestra población. No es muy habitual realizar investigaciones encaminadas a evaluar los programas y políticas relacionados a la salud, para medir los resultados y el impacto de las intervenciones en las poblaciones en quienes se aplican las políticas y programas, a fin de conocer la efectividad real de la intervención. Basarse simplemente en las mejoras de los indicadores de salud para evaluar la efectividad de una intervención, puede no ser completamente concluyente y real, puesto que son susceptibles de ser manipulados, cuando por ejemplo, se enfatiza solo los indicadores positivos. Los indicadores de salud pueden "ser simplemente resultado de la evolución natural asociada a los cambios en la condición socioeconómica más que a un programa en particular"3.

Este problema se produce posiblemente a raíz de que existe una escasa lectura, incluso desconocimiento, de las investigaciones publicadas generadas en nuestro entorno, lo que se refleja en la escasa citación de trabajos publicados en las publicaciones periódicas, lo que empobrece la difusión de las mismas. En cambio, se citan en su gran mayoría trabajos publicados y elaborados en otros países con una realidad diferentes a la de nuestro entorno. Posiblemente por la subvaloración de las investigaciones y las revistas médicas que se realizan en nuestro país, calificándoles de bajo impacto. Los datos epidemiológicos sobre patologías de nuestra población son escasos, y los pocos que se tienen proceden de datos estadísticos de fuentes gubernamentales, pero no de investigaciones independientes publicadas en revistas arbitradas. Lo que dificulta conducir investigaciones para establecer la asociación de potenciales factores de riesgo que afecten a nuestra población.

Otro problema, son los fondos que se destinan a investigación, que a comparación de otros países latinoamericanos, es bajo. Muchas investigaciones realizadas en Bolivia, son en su mayor parte, financiadas por instituciones internacionales y redes de colaboración, orientadas en ciertas áreas que son de interés a dichos organismos, sin énfasis en los problemas de salud que competen al país, lo que se traduce en un escaso impacto en la salud. Sin embargo, este hecho no debería desmotivar el desarrollo de investigaciones como método de evaluación de las políticas y programas de salud.

En este contexto, la aplicación de la verdadera "medicina basada en la evidencia" queda relegada a un segundo plano, como modelo para la toma de decisiones. Sin embargo, se ha tenido un primer avance el año 2009, con el desarrollo del manual de "Agenda Nacional de Prioridades en Investigación en Salud"; que si bien, surge como respuesta a los cuestionamientos antes planteados, su difusión ha sido escasa y los resultados no han sido los esperados, puesto que no ha logrado traducirse en investigaciones publicadas en revistas arbitradas, relacionados a los temas establecidos como prioritarios. Esto responde posiblemente a la dificultad en la coordinación para generar este tipo de investigación. Debido a la ausencia, posiblemente, de una organización o institución oficial que sea la generadora de bases científicas de decisiones en salud, como es el National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) en el Reino Unido.

Por último, consideramos que se debería tener en agenda a corto plazo, la posibilidad de contar con una organización o institución gubernamental que permita en un principio encaminar y coordinar investigaciones, para luego generar bases científicas para las decisiones en salud y los distintos programas; a fin de no solo fundamentarse en bases políticas, sino en base al análisis de la mejor evidencia disponible fruto de la investigación nacional e internacional, para luego evaluar el impacto, evaluando críticamente los resultados para adaptar y mejorar continuamente los programas y políticas de salud. Que no siempre podrían dar resultados positivos, aspecto que llevaría a replantear los programas y rediseñarlos, si es preciso. De este modo se aplicaría de modo adecuado la medicina basada en evidencias, que por cierto, en otros países latinoamericanos se están considerando modelos para la aplicación de las “Evaluación Económicas en Salud”, para la gestión efectiva de sus recursos para programas de salud4,5, un avance más para diseñar un sistema de salud eficiente.

 

Gustavo A. Baumann-Pinto1,a, Zuan P. Copana-Olmos2,b

1Unidad de investigación, Departamento de Educación Médica y Planificación, Facultad de Medicina, Universidad Mayor de San Simón. Cochabamba, Bolivia.
2
Facultad de Medicina, Universidad Mayor de San Simón. Cochabamba, Bolivia.

aMédico; bEstudiante de medicina

Correspondencia a: Gustavo A. Baumann Pinto
Correo electrónico: gbaumann@med.umss.edu.bo

 

Referencias bibliográficas

1. Sancho R, Morillo F, De Filippo D, Gómez I, Fernández MT. Indicadores de colaboración científica inter-centros en los países de América Latina. Interciencia 2006;31(4):284-92.        [ Links ]

2. Eróstegui Revilla C, Pardo Ghetti E, Baumann-Pinto GA, Suarez Barrientos EL. Evaluación de la producción científica en Bolivia. Gac Med Bol 2011; 34(1): 5.

3. Soto A. Evaluación de intervenciones sanitarias y sociales: midiendo los resultados para orientar la toma de decisiones. Rev Perú Med Exp Salud Publica 2011; 28(3): 414-5.        [ Links ]

4. Mezones-Olguín E. Las evaluaciones económicas en salud: hacia un acercamiento entre la academia y la política. Rev Perú Med Exp Salud Publica 2011; 28(3): 410-3.        [ Links ]

5. Iglesias CP, Drummond MF, Rovira J. Health-care decision-making processes in Latin America: problems and prospects for the use of economic evaluation. Int J Technol Assess Health Care 2005; 21(1): 1-14.        [ Links ]

 

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