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Revista Boliviana de Química

On-line version ISSN 0250-5460

Rev. Bol. Quim vol.25 no.1 La Paz Dec. 2008

 

EVALUACION DE LA FLORA EN EL VALLE DE ZONGO CONTRA LEISHMANIA Y CHAGAS

Sandra L. Ibáñez-Calero1, Grace Ruiz2, Rosaura de Michel3, Michel Sauvain4

1Instituto de Investigaciones Químicas (IIQ), Carrera de Ciencias Químicas, Universidad Mayor de San Andrés, (UMSA), La Paz- Bolivia.
2
Instituto de Investigaciones Fármaco-Bioquímico (IIFB, UMSA), La Paz- Bolivia.
3
Herbario Nacional de Bolivia (UMSA), La Paz- Bolivia.
4Unité Mixte de Recherche 152 (UMR- 152), Institut de Recherche pour le Développement (IRD) – Université Paul Sabatier (UPS), Toulouse, France.


Key Words: Native Flora, Zongo Valley, Bolivia, Leishmaniasis, Chagas’ disease

ABSTRACT

Tropical diseases caused by protozoos produce great suffering in developing countries and result in high morbidity and mortality rates. Among these illnesses, Leishmania and Chagas are of importance. Leishmania consists in a critical heath problem for the social and economical consequence that result. Due to these aspects, WHO has classified leishmaniasis, along with African tripanosomiasis and denge, within category 1 for the research of new prevention methods, diagnosis and treatment [1]. In addition, the same organization has classified Chagas disease as the third most important worldwide tropical illness due to its severity and mortality [2]. Botanical collects sort by altitude in the Valley of Zongo, Bolivia, have presented two species with important activities. The specie Bocconia integrifolia ( Papaveraceae) with un IC50 of 6 µg/ml against Chagas and 0.4 µg/ml against three strains of leishmania and the specie Liabum hastifolium (Compositae) with un IC50 of 10.4 µg/ml against three strains of leishmania./ Las enfermedades tropicales causadas por protozoos provocan un gran sufrimiento en los países en desarrollo, con elevados radios de morbilidad y mortalidad. Entre estas enfermedades se destacan la Leishmania y el Chagas. La leishmania constituye un grave problema de salud pública por las consecuencias sociales y económicas que conlleva. La OMS ha clasificado a la leishmaniasis, conjuntamente con la tripanosomiasis africana y el dengue, dentro de la categoría 1 para la investigación de nuevos métodos de prevención, diagnóstico y tratamiento [1]. A su vez, la misma organización ha clasificado a la enfermedad del Chagas como la tercera enfermedad tropical más importante a nivel mundial en cuanto a su severidad y mortalidad [2]. El presente trabajo busca especies vegetales con actividades frente a leishmania y chagas. Colectas altitudinales en el valle de Zongo, Bolivia, han presentado dos especies con importantes actividades. La especie Bocconia integrifolia ( Papaveraceae) con un IC50 de 6 µg/ml contra Chagas y 0.4 µg/ml contra tres sepas de leishmania y la especie Liabum hastifolium (Compositae) con un IC50 de 10.4 µg/ml contra tres sepas de leishmania.

Corresponding author: caleros@acelerate.com



INTRODUCCION

LEISHMANIASIS

La leishmaniasis es producida por la leishmania, parásito zoonótico, transmitido por la picadura de un insecto díptero de la familia phebotomidae. Por lo general una determinada especie de leishmania está asociada a una de las manifestaciones clínicas (leishmania cutánea, muco cutánea, cutánea difusa, viseral y cutáneas atípicas). En el nuevo mundo los agentes etiológicos de esta enfermedad son Leishmania L. mexicana, L. L. amazonensis, L .V. panamensis, L. V. guyanensis, L. V. peruviana, L. V. braziliensis, L. chagasi, L. L. donovani, L. L. infantum (chagasi)

siendo estos dos últimos potencialmente fatales. En humanos, la leishmaniasis causa parasitismo y patología importante en hígado, bazo y médula ósea [3, 4]. Según la OMS se estima que el 90,0% de los casos de leishmaniasis muco cutánea se presentan en Brasil, Bolivia y Perú; el 90,0% de los casos de leishmaniasis cutánea se encuentran en Afganistán, Brasil, Irán, Perú, Arabia Saudita y Siria y el 90% de la leishmaniasis viceral se dan en Bangladesh, Brasil, India, Nepal y Sudan [1]. Las infecciones de protozoos del genero Leishmania presentan un serio problema de salud, con 12 millones de casos a nivel mundial[5]. En Bolivia, aproximadamente 800,000 personas están en alto riesgo de infectarse y se han reportado 2438 casos de leishmania con una incidencia de 37.3 [6] . En Bolivia la leishmania se presenta como L. braziliensis, L. amazonosis, L, chagasi y L. laisoni. Las regiones endémicas de estas especies de leishmania son La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. En cada región se manifiesta una especie particular.

El principal tratamiento contra la leishmaniosis aún hoy en día, continúa siendo las inyecciones diarias intramusculares de antimoniales pentavalentes desarrolladas hace más de 50 años. En los casos más severos de lesiones mucosas, refractarias a éste tratamiento, se emplea la Anfotericina B. Los principales problemas en el uso de esas quimioterapias son los efectos severos (mialgia, pancreatitis, insuficiencia renal, neuropatía periférica, hepatotoxicidad, cardiotoxicidad). Además, existe también un creciente número de reportes de cepas resistentes a estas drogas. Otra droga que esta siendo utilizada es la pentamidina.

MAL DE CHAGAS

El mal de Chagas o la tripanosomiasis humana americana está causada por un protozoo flagelado denominado Tripanosoma cruzi cuyo transmisor es la vinchuca. El hombre y un gran número de especies de animales domésticos (perro, gato, roedores domésticos, cerdo) y animales salvajes constituyen el reservorio. De las aproximadamente 130 especies de triatomas, 6 son las que transmiten la enfermedad en más del 80% de los casos. Estas especies de vectores son: Triatoma infestans, T. brasiliensis, T. dimidiata, T. sordida, Panstrongylus megistus y Rhodnius prolixus. Las manifestaciones de la enfermedad van desde fiebre, dolor de cabeza, hinchazón de un ojo hasta problemas cardiacos, digestivos y nerviosos, dependiendo de la fase de la enfermedad. El mal de chagas puede ser fatal dependiendo de la fase de la infección. La OMS estima que existen 18 millones de personas infectadas con la enfermedad de Chagas y 100 millones más con riesgo de infectarse en 15 países latinoamericanos desde México a Argentina [7]. En Bolivia, la enfermedad de Chagas es de extrema gravedad. Cerca de 1.5 millones de bolivianos (especialmente en áreas rurales) están actualmente infectadas con Trypanosoma cruzi, causando cerca al 15% de muertes en personas entre 15 a 75 años. Los departamentos que presentan la mayor tasa de enfermedad de Chagas en Bolivia son Sucre y Tarija seguidos por el Departamento de Santa Cruz de la Sierra [8, 9]. La transmisión de la enfermedad del Chagas se debe a tres vías. La primera vía es la migración poblacional desde las zonas rurales a las urbanas y la segunda corresponde a la transmisión en trasfusiones. Según la OMS entre 1960 y 1989 la prevalecia de sangre infectada en los bancos de sangre de algunas ciudades de América del Sur varían de 1,7% en San Paulo (Brasil) a 53% en Santa Cruz (Bolivia), lo que muestra que la prevalencia de sangre infectada con

T. cruzi es más alta que la infectada por VIH y hepatitis B. La transmisión de madre a hijo es la tercera vía en importancia de la transmisión de la enfermedad de Chagas. Se estima que el 4% de los niños recién nacidos de madres chagásicas son infectados (aproximadamente 5.000 recién nacidos infectados al año) [10]. Se han ensayado numerosos fármacos para la enfermedad del chagas, pero, hasta ahora, ninguno ha resultado absolutamente eficaz. La terapia de la enfermedad de Chagas ha dependido de dos drogas nitro-heterocíclicas: el nifurtimox y el benznidazol. El nitrofurano nifurtimox fue introducido en la década de 1960, mientras que el nitroimidazol benznidazol fue lanzado en 1970. Se han reportado reacciones adversas al benznidazol con una frecuencia de entre el 4% y el 30%; éstas pueden ser dérmicas, gastrointestinales, neurológicas y osteomusculares (r Osorio 06). Otras drogas de diferente estructura molecular y que son usadas dependiendo la etapa de la infección son azoles, anfotericina B, allopurinol, primaquina, alqillisofosfolípidos, actinomicina D, acridinas, violeta de genciana…[11].

PRODUCTOS NATURALES

La leishmania, el chagas y la malaria son consideradas enfermedades huérfanas debido a que estas se encuentran en países subdesarrollados y no constituyen un interés para los países avanzados económicamente. Esta falta de interés ha provocado la búsqueda de alternativas terapéuticas de nuevas moléculas seguras, efectivas, económicas y fáciles de administrar. La naturaleza, con sus numerosas plantas, insectos, animales, microorganismos y organismos marinos, es una fuente potencial de tales sustancias, ya que contiene una sorprendente cantidad de moléculas con gran variedad de estructuras químicas y actividades farmacológicas. En el ecosistema marino, las exigencias ecológicas como la competencia por espacio y supervivencia han favorecido varios organismos invertebrados a seleccionar metabolitos únicos con impresionantes actividades biológicas. En los ecosistemas terrestres, los anfibios presentan un único y efectivo sistema de secreción capilar con una variedad de glándulas que producen un arsenal de compuestos bioactivos como los péptidos, alcaloides, aminas biogénicas y lípidos. Las plantas poseen una enorme variedad de compuestos activos derivados especialmente de su metabolismo secundario. Los venenos de víboras, arácnidos, insectos y plantas, constituidos especialmente por proteínas y péptidos, presentan importantes actividades biológicas. El 25% de los fármacos para la salud están constituidos por moléculas de origen vegetal y si a este porcentaje le sumamos aquellas moléculas diseñadas del conocimiento existente en productos naturales o moléculas descubiertas al usar un ensayo en el cual el compuesto esta diseñado para desplazar competitivamente al sustrato natural este porcentaje asciende al 52% [12].

Entre las plantas con actividad leishmanicida podemos destacar las familias Annonaceae y Apocynaceae. La mayoría de los compuestos activos aislados de estas familias son de tipo alcaloide aporfínico e indólico. Es importante destacar Rollinia rufinervis (Annonaceae) cuyo extracto de acetato de etilo presenta una actividad contra Leishmania chagasi a 0.095 µg/mL e Himatanthus sucuuba (Apocynaceae) con un IC50 = 0.9 µg/ml, similar a la droga de referencia Anfotericina B (IC50 = 1 µg/ml). La Tabla #1 presenta un resumen de las especies vegetales más importantes contra la leishmania reportadas en los últimos años. Entre las plantas con actividad tripanocida podemos desatacar las familias Fabaceae, Passifloraceae y Ancistrocladeae. La mayoría de los compuestos activos aislados de estas familias son alcaloides quinoleínicos. Es importante destacar Pasiflora incarnata (Passifloraceae) con un IC50 = 0.25 μg/ml contra las formas epimastigotes del parásito y Ancistrocladus tanzaniensi con un IC50 entre 1.5 a 1.8 µg/ml.


La Tabla #2 presenta un resumen de las especies vegetales más importantes contra el Chagas reportadas en los últimos años.

TABLA # 3. COLECTA DE ESPECIES EN EL VALLE DE ZONGO Y RESULTADOS BIOLOGICOS

TABLA # 4. EXTRACTOS DE ESPECIES COLECTADAS EN EL VALLE DE ZONGO CON IC50 INFERIOR A 25µg/ml

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