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Temas Sociales

Print version ISSN 0040-2915On-line version ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.42 La Paz May 2018

 

RESEÑAS


Bandidos y policías. La cuadrilla de Punata: una organización político-criminal en Cochabamba, 1890-1898
.

Santa Cruz de la Sierra: El País


Rodríguez García, Huáscar (2016).

 

 

Marcio Ramiro Aguilar Jurado
Correo electrónico: jorlubormaj@gmail.com

 

 


 

 

En junio de 2016, Huáscar Rodríguez García publica el libro Bandidos y policías. La cuadrilla dePunata: una organización político-criminal en Cochabamba, 1890-1898. El documento se adscribe a un conjunto de estudios históricos y sociológicos que el autor realiza sobre bandolerismo, política, caudillos, movimientos sindicales, entre otros. En este libro, Rodríguez se remonta más de cien años para ubicarse en la Cochabamba de la década de 1890, particularmente en las provincias de Punata y Tarata. Para la reconstrucción histórica y temática de su obra, el autor realiza una revisión de periódicos, folletos, informes y de los archivos judiciales de las provincias mencionadas.

El objetivo del autor es indagar sobre los nexos existentes entre el poder del gobierno conservador de aquella década y los protagonistas de una intensa criminalidad, la cuadrilla de Punata, para exponer el carácter violento de la actividad política. En la indagación son develadas una serie de relaciones clientelares en las que, a cambio de favores y privilegios, los miembros de la cuadrilla arremeten contra los opositores liberales. Los actos de criminalidad, que excepcionalmente no terminan en muerte, buscan asegurar la permanencia del poder conservador y se constituyen en una forma de hacer política. En medio de este escenario de violencia, el autor analiza la crisis institucional de la policía, de la penitenciaría y de las instancias locales de poder judicial. Además, Rodríguez reflexiona sobre el manejo particular de la información por parte de la prensa que, entre otras cosas, conduce a la opinión pública a

crear y magnificar una imagen escandalosa de la cuadrilla, infundiendo así una especie de paranoia generalizada.

La obra se divide en siete capítulos. En el primero, el autor realiza una descripción general de los miembros de la cuadrilla, destacando sus diferencias de procedencia social. Además, enfatiza el papel histórico de la institución policial en la política, resaltando sus mecanismos de violencia como un elemento más en las relaciones clientelares sostenidas por el gobierno. En el segundo capítulo, conocemos con mayor detalle a los principales líderes de la cuadrilla, los hermanos Crespo. El autor nos muestra que esta familia ocupaba un lugar ventajoso en la sociedad de Punata, pues los hermanos eran dueños de propiedades y algunos ejercían importantes cargos de autoridad en la región. En el capítulo siguiente, la atención es ocupada por el relato de los enfrentamientos entre la cuadrilla y los liberales, y por el uso de lealtades que los bandoleros utilizaban para salir impunes de los actos cometidos. En esta sección, conocemos también que muchas familias en Punata estaban divididas y confrontadas por la diferencia de filiación política de sus miembros.

En el cuarto capítulo, observamos cómo los crímenes de la cuadrilla se desplazan del ataque entre bandos a la búsqueda selectiva de determinados líderes opositores y cómo, muchas veces, las agresiones eran cometidas a personas ajenas por simple entretenimiento. Además, el autor muestra que el papel de la prensa en la lectura de los crímenes parecía apuntar a la justificación del acto policial. El siguiente capítulo revela la mayor de las brutalidades cometidas por los miembros de la cuadrilla, y que provoca una erosión en la impunidad del grupo. Por primera vez, las autoridades asumían medidas serias para detener a los bandoleros. El horror que despiertan en la sociedad genera una lectura particular en cierto sector liberal, que ve a los miembros de la cuadrilla de Punata como seres predestinados al arte de asesinar, lectura que era propia de la criminología positivista italiana, tan en boga en esos años y en los posteriores.

En el capítulo seis, el autor relata la agudización de la crisis en la cuadrilla. No solo se producen diferencias y enfrentamientos entre sus miembros, sino que la mayoría son tomados presos. De la captura participan autoridades y personas civiles que habían sido víctimas de los bandoleros. El hecho muestra que el malestar generado entre la sociedad era tan grande, que personas ajenas se convertían en sus perseguidores. Pero la cárcel no dictamina el fin de la cuadrilla. Gracias a algunas redes clientelares aún vigentes, algunos de los reos consiguen quedar libres y otros, por la situación precaria de las cárceles, terminan fugándose. Ante la constante persecución, uno de los hermanos Crespo amenaza al presidente de la república con publicar información confidencial. El presidente, temiendo las consecuencias, decide liberal a los líderes de la cuadrilla que aún permanecían presos. El hecho es interpretado por el autor como una prueba de la magnitud del poder que detentaba la cuadrilla, pues podía poner en jaque al presidente y al Gobierno. Sin embargo, la liberación llega a escandalizar a la sociedad. Sobre las autoridades, caían críticas y demandas. Nadie podía ocultar las relaciones existentes entre el poder político y la cuadrilla.

El último capítulo relata el fin de los bandoleros. En un episodio particular, Macedonio Crespo, cabeza del grupo, es tomado prisionero y llevado a la cárcel, donde cumpliría una condena de quince años. El destino del resto de los principales líderes es distinto. Algunos mueren, otros desaparecen sin dejar rastro y un tal Atanacio Lara, iniciado como criminal de la cuadrilla y posteriormente distanciado del grupo, se convierte en una persona distinguida. Quedaría en los registros posteriores de la memoria como el autor del himno de Punata, insigne poeta y ganador de un concurso nacional de poesía.

Con Bandidos y policías, y a través del caso de la Cuadrilla de Punata, Rodríguez nos muestra que la violencia está presente en los distintos niveles de la política y que, consecuentemente, ejercer violencia es hacer política. La mirada que el autor ensaya sobre la época, la temática y los acontecimientos, consigue despegarse del terreno de los hechos para elaborar inducciones y conectar los hallazgos con una realidad más amplia. El seguimiento minucioso a la temida cuadrilla de Punata le permite al autor reflexionar sobre el estado de la institucionalidad y el poder, en un país precipitado por constantes conflictos. Sin embargo, una historia tan interesante y tan bien contada, podría entrar en un diálogo conceptual y comparativo que la enriquecería más. Esto me resulta conflictivo. Dos referencias a Foucault, una sobre las cárceles y otra sobre el uso de la información periodística, y algunas definiciones de los conceptos "bandidos" y "bandoleros" densifican el documento. La crónica puede ser un excelente recurso, como lo presenta esta obra. Lo extenso del trabajo es el seguimiento minucioso a los pasos de la temida cuadrilla de Punata. Tan pronto acontece un crimen, el autor llega para relatarlo.

Sin embargo, lo conflictivo es a la vez lo más destacable del trabajo. El autor consigue con éxito la reconstrucción detallada y exhaustiva de un sinfín de datos que, para cualquier investigador que haya revisado archivos de más de cien años, es un logro por demás complejo y loable. El trabajo de Rodríguez demuestra un minucioso trabajo de fuentes primarias de información para elaborar futuras investigaciones sobre el tema u otros relacionados con este. Justamente, otro aporte consiste en la temática abordada. Es notablemente importante la apertura que el autor estimula sobre un tipo de investigación que no es tan observada, aquella que pone los ojos en los personajes menos heroicos de la historia: villanos, criminales o gente de mala vida y de todo tipo. Con Rodríguez, descubrimos que tales personajes no pertenecen a los estratos bajos de la sociedad, sino a sectores privilegiados. Entre la cuadrilla de Punata, habían, entre otros: abogados, políticos, propietarios, poetas y músicos. En este sentido, el autor nos permite dar cuenta de personajes que no imaginaríamos como protagonistas de una parte de la historia social que nos pide ser investigada. En este sentido, quizá sea oportuno comentar un estudio de Arturo Posnansky en el que expone el caso de una señorita de clase alta de la ciudad de La Paz, llamada Polonia Mendez, que asesina cruelmente a su novio, o referir el dato encontrado en un documento de archivo, en el que un niño llamado Carlos Herrera es prontuariado más de veinte veces en un año, allá por 1916, a causa de distintos delitos. Con ambos ejemplos, y sobre todo con el que Rodríguez nos ofrece en su obra, podemos indagar en otras formas de mirar y analizar la historia.

 

Bibliografía

Posnansky, Arturo (1923). El caso de Polonia Mendez. Consideraciones antropológicas-psiquiátricas referentes a un crimen llamado pasional. La Paz: Velarde.         [ Links ]

Archivo Histórico de La Paz (1916). "Informe de la Jefatura de Policía sobre el menor Carlos Herrera". Archivo Histórico de La Paz. Fondo de la Prefectura. Caja 257.         [ Links ]

 

 

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