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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.42 La Paz mayo 2018

 

APORTES A LA INVESTIGACIÓN

 

Empoderamiento campesino con base étnica. Relaciones políticas CSUTCB-Gobierno

 

Peasant empowerment on the basis ethnic. The political relation between the CSUTCB and the Government

 

 

Abraham Leonardo Tito Herrera1
1 Licenciatura en Ciencias de la Educación (USB) y Licenciatura en Ciencias Políticas y Gestión Pública (UMSA). Especialista en Desarrollo Curricular (UNED-CEUB), Maestría en Educación Superior (UMRPSFXCH) y Maestría en Educación Intercultural Bilingüe (UMSS), email: atito_leo@hotmail.com.
Fecha de recepción: marzo de 2018 Fecha de aceptación: mayo de 2018

 

 


Resumen

Las relaciones políticas entre la CSUTCB y el gobierno del MAS se gestaron desde la crisis política de inicios del siglo XXI, cuyo punto de inflexión fue la Guerra del Gas (2003). Posteriormente el Pacto de Unidad (2004) afianzaría con mayor nitidez los vínculos de unidad político-sindical en pro de un proyecto de Estado Plurinacional, con base en una identidad étnico-cultural que desembocaría en el llamado proceso de cambio y del que se constituirían en férreos defensores pese a los desaciertos e improvisaciones en las políticas públicas, lo que ocasionaría desgaste institucional y pérdida de autonomía sindical. En épocas electorales, el voto consigna prevaleció frente al voto racional, debido a una actitud de adoctri-namiento sindical que restringió el derecho al disenso político-ideológico, por lo que el imaginario social cambió en ligera desventaja para el gobierno; ambos actores políticos necesitan evaluar sus comportamientos políticos para no perder legitimidad ante las bases indígena-campesinos y la propia sociedad civil.

Palabras claves: Movimientos sociales, organizaciones sindicales, empoderamiento indígena-campesino, proceso de cambio, democracia popular, ideología de la reciprocidad vinculante, políticas de gobierno.


Abstract

The political relations between the CSUTCB and the MAS government were gestated in the political crisis at the beginning of the 21st century, whose turning point was the Gas War (2003) and later the Pact of Unity (2004), which reinforced with greater clarity the links of political and peasant union unity in favor of the project of a Plurinational State based on an ethnic-cultural identity, resulting in the so called 'process of change'. The CSUTCB became its firm defenders, despite the errors and improvisations in public policies, which led to institutional exhaustion and the loss of union autonomy. In electoral contexts, the bloc vote prevailed over rational voting, due to an attitude of union indoctrination which limited the right to political and ideological dissent; hence, the social imaginary changed with a slight disadvantage for the government. Both these political actors need to evaluate their political conduct in order to avoid losing legitimacy with their indigenous and peasant grass roots and with civil society in general.

Keywords: Social movements, union organizations, indigenous-peasant empowerment, process of change, popular democracy, ideology of binding reciprocity, government policies.


 

 

Introducción

En el presente artículo se analiza el empoderamiento indígena-campesino representado por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y la naturaleza de las relaciones políticas con el gobierno del Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) durante las elecciones nacionales y las gestiones gubernamentales de 2006 a 2015. Para este propósito, el método inductivo-deductivo y analítico sirvieron de referentes en el diagnóstico; asimismo el análisis documental, histórico lógico, la entrevista y la observación permitieron comprender las características del objeto de estudio.

Los antecedentes organizativos de la CSUTCB datan de 1979, a la cabeza del líder campesino Genaro Flores, quien, en más de 17 años de conducción ejecutiva, logró consolidar las bases ideológicas y políticas de esta entidad matriz de los laboriegos del agro campesino. Sin duda, la identidad de la CSUTCB estaba definida por su condición étnico-cultural, ya que representaba a quechuas, aymaras y demás naciones indígenas de tierras bajas que buscaban ser escuchadas por los gobiernos de turno. En sus inicios, tenían como consigna la no contaminación con el sistema de partidos y muchos menos ser cooptados por los regímenes de gobierno nacional. La institucionalidad tenía como propósito mantener la unidad organizativa, la independencia político-organizativa, por ende, la neutralidad en sus acciones para no caer en males endémicos como la corrupción, el nepotismo y el clientelismo sindical. Esta forma de direccionamiento sindical tuvo su apogeo hasta el 2003. Posteriormente, con la crisis política del país, empezó a configurar un proyecto político para conquistar el poder político nacional en beneficio de los indígenas y campesinos. Después del 2006, la CSUTCB terminaría siendo cooptada por el MAS-IPSP: con ello, pasó a formar parte del bloque oficialista que sedujo a los dirigentes nacionales con promesas de mayor desarrollo y refundación del Estado con la participación de los denominados movimientos sociales.

Las relaciones políticas entre la CSUTCB y el gobierno del MAS-IPSP fueron la consecuencia de la poca atención a las demandas del sector indígena-campesino por los gobiernos neoliberales, el predominio de una élite gobernante que favorecía más al sector empresarial y la poca voluntad por reconocer los derechos de autogobierno de las naciones indígenas, por lo que germinó la idea de conquistar el poder político para el beneficio de las mayorías nacionales. La Guerra del Gas (2003) y posteriormente el Pacto de Unidad (2004) fueron escenarios de coordinación para las futuras transformaciones del Estado. El MAS-IPSP fue el partido político que mostró más apertura a los intereses reivindicativos del sector indígena-campesino, por lo que se afianzaron las relaciones políticas desde el 2006, hasta que posteriormente estos movimientos se convirtieron en defensores férreos del proceso de cambio y del presidente Evo Morales. Para los críticos y opositores al gobierno, la CSUTCB se puso al servicio del MAS-IPSP cuando desplegó la tarea de adoctrinar a las bases campesinas en pro de generar consensos en torno a las elecciones nacionales. Las características más sobresalientes serían: lealtad política, convicción de un gobierno indígena, resguardo del voto indígena y campesino, coordinación interna y garantía de la representación política en los diferentes niveles de gobierno en nombre de ensanchar la democracia, generar inclusión social y garantizar la transformación del Estado.

La ideología de la reciprocidad vinculante entre la CSUTCB y el MAS-IPSP no solo privilegió la demanda de políticas públicas para el desarrollo indígena-campesino, sino la sostenibilidad del propio gobierno más allá del 2019, por lo que ambos actores emprendieron campañas a favor de la repostulación del presidente Morales. En ese marco, es evidente que existe un sentido de apropiación y de pertenencia política entre la CSUTCB y el actual gobierno del MAS-IPSP; el carácter instrumental de los trabajadores campesinos e indígenas al proyecto gubernativo no hace más que poner en condición de ventaja al partido oficialista y con ello empoderar a los principales actores políticos. Esta última condición política genera malestar en el colectivo social, sumados los hechos de corrupción acaecidos en el ex FONDIOC y las constantes improvisaciones en la definición y ejecución de políticas públicas. Lo anterior desencadenó en un rechazo masivo en el referéndum consultivo del pasado 21 de febrero de 2016. El empoderamiento indianista mimetizado en el actual partido de gobierno, que a su vez expresa grandilocuencias por el respaldo de las organizaciones sociales, empezó a declinar progresivamente, toda vez que el imaginario social es de crítica constructiva al sindicalismo instrumental, al clientelismo político y al interés desmedido por conservar el poder político.

 

Antecedentes políticos y sindicales de la CSUTCB

La CSUTCB, cuando nace a la vida sindical en 1979, lo hace con propósitos reivindicativos de los derechos indígenas y campesinos vinculados al tema agrario: "(...) como instancia superior, generó y regeneró las movilizaciones de los labo-riegos del agro y de las ciudades" (Quispe Huanca, 2014: 1). Por lo que Felipe Quispe no duda en afirmar que esta entidad matriz fue la "voz y expresión de las mayorías nacionales, por lo que era apasionadamente indoblegable, indomable indómita e imposible de comprar y sobornar" (ibíd.); fue en sus inicios "(...) como una imilla del norte de Potosí, muy bonita, todos se enamoraban, desde la derechay la izquierda" (entrevista a Felipe Quispe, 07/12/2017). En esta misma línea de valoración de la CSUTCB, el ex dirigente nacional de esta entidad sindical, Sergio Tarqui, afirmó categóricamente:

La CSUTCB se funda a la cabeza de Genaro Flores, que fue un líder connotado en su época (después de la década de los cincuenta y setenta); en 1979 funda la CSUTCB con objetivos y pilares fundamentales reflejados en su estatuto y reglamentos. Entonces ¿cuál era el objetivo fundamental de la CSUTCB?, buscar el reconocimiento de los derechos campesinos y del sector indígena, toda vez que no eran reconocidos como sujetos humanos de derecho hasta antes de la vida republicana, incluso en la vida republicana por los años setenta. Entonces producto de este maltrato, tenían que organizarse como sindicato o como movimientos sociales, llamando a los Quechuas y Aymaras para movilizarse, a objeto de profundizar y lograr su liberación ante un imperio colonial que tenía sus raíces en los pizarris-tas y almagristas que se habían consolidado en los criollos republicanos. Entonces había que dignificar al indígena campesino. Por eso Genaro Flores junto a un grupo de dirigentes, logran consolidar la Federación Tupak Katari, después se convertiría en la CSUTCB; pero surge con independencia política, ideológica, cultural de las naciones originarias, con el objeto de evitar el manoseo de los grupos políticos de poder; es decir, para luchar por la dignificación de los trabajadores del agro (entrevista a Sergio Tarqui, 06/07/2017).

Las primeras nociones organizativas de la CSUTCB están muy vinculadas con la independencia política e ideológica, lo que significa su distanciamiento de la élite gobernante por un temor a constituirse en brazo operativo del sistema político y con ello sufrir fracturas como movimiento sindical en favor del sector indígena-campesino. Por esto, "Genaro Flores, sin darse cuenta, decía que la CSUTCB sería independiente, pero no puede ser, porque la institución forma parte de una estructura estatal que viene de occidente, se impone con la colonia y posteriormente en la república; entonces hace parte de ese órgano" (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017). Según Untoja, la conformación de sindicatos no es ajena al aparato ideológico del Estado, a la lógica de reproducción del poder, porque este imprime y reproduce instituciones políticas liberales, por lo que la mentada independencia sería aparente.

Pese a los propósitos fundacionales de la CSUTCB, hoy la Confederación cambió de dirección radicalmente, alejándose notoriamente de los ideales kataristas y de la visión de Genaro Flores, acercándose más bien a los ideales del actual partido de gobierno (entrevista a Iván Zabaleta, 11/08/2017). Si la visión de los movimientos sociales denota "(...) un tipo de acción colectiva, que intencional-mente busca modificar los sistemas sociales establecidos o defender algún interés material (...)" (García Linera, Chávez y Costas, 2010: 21), más bien la realidad demuestra que la CSUTCB busca su complementariedad con el gobierno del presidente Evo Morales, mermando sustancialmente su capacidad inventiva y transformadora del orden social; más bien asumió un rol de adoctrinamiento a las bases campesinas en favor del gobierno.

Identidad política y jerarquía de mando en la CSUTCB

La identidad política y jerarquía de mando en la CSUTCB está definida en su Estatuto Orgánico, donde la relación de mando se configura bajo los siguientes criterios: "a) Sindicatos agrarios, comunidades campesinas y/u originarias, b) Subcentrales agrarias, c) Centrales agrarias, d) Federaciones provinciales o centrales provinciales, e) Federaciones regionales y f) Federaciones departamentales" (CSUTCB, 2014: 25-26). En la interpretación de Peralta, tanto las bases como los dirigentes conocen esta dinámica organizativa, por lo que "(...) ningún secretario de provincia puede pasar por encima del secretario ejecutivo nacional; entonces toda aprobación política surge desde abajo y nada se puede hacer sin consultar al que está jerárquicamente encima del otro, eso es natural en las organizaciones sindicales" (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017).

Sin embargo, pese a existir esta relación de mando, existen asambleas y cabildos donde se reúnen las bases junto a los dirigentes para tomar decisiones que atingen a la organización y al país. Por ejemplo, la elección de candidatos a alcaldes, concejales, diputados, senadores y asambleístas pasa por una decisión colectiva y los dirigentes se convierten en portavoces y defensores de esas decisiones:

Los dirigentes o secretarios generales no toman decisiones personales, son las bases las que toman determinaciones, cualquier decisión debe ser consultada a las bases, y desde abajo surgen las propuestas de aprobación o reprobación a los ministros, esa consulta a las bases fortalece el proceso de cambio. Ningún secretario de provincia puede pasar por encima del secretario ejecutivo nacional; entonces toda aprobación política surge desde abajo y nada puede hacerse sin consultar al que esta jerárquicamente encima del otro, eso es natural en las organizaciones sindicales (entrevista a Félix Cárdenas, 31/07/2017).

En la opinión de Untoja, esta relación de mando ya no tendría la misma regularidad, porque los dirigentes de la confederación se alejaron de sus competencias sindicales; más bien se han convertido en

(...) una especie de agitadores, de espías, matones; antes no era así, por lo menos reclamaban y lograban pequeñas cosas; pero ahora no. Son mercenarios, son empleados del gobierno, por tanto reciben la mejor atención posible. Los dirigentes de la confederación se han convertido en una especie de inteligencia en las comunidades, están viendo cómo identificar a los que no piensan igual y alinearlos a las doctrinas del gobierno (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017).

Por todo lo expresado, inferimos que, sobre la relación de mando, si bien queda determinada en el Estatuto Orgánico de la CSUTCB, el privilegio del poder decisional queda circunscrito a la dirigencia nacional; las bases indígenas y campesinas asumen un rol pasivo y de respaldo a las determinaciones de la cúpula nacional sin ejercer el derecho democrático al disenso. En la opinión de Felipe Quispe, el carácter revolucionario de la máxima entidad matriz de los trabajadores campesinos perdió fuerza y protagonismo sindical, no por falta de legitimidad sino porque los dirigentes "(...) carecen de una preparación política ideológica, ni siquiera intelectualmente estuvieron preparados" (Quispe Huanca, 2014: 3); los efectos de esta condición son la cooptación sindical y la pérdida de autonomía de la CSUTCB, habida cuenta de que el entrismo partidario que protagonizaron los dirigentes campesinos e indígenas desestabilizó el enclave revolucionario de la indómita organización matriz de los trabajadores campesinos de Bolivia.

Deuda histórica y pacto de unidad con el Gobierno

Es muy generalizada la noción de exclusión, discriminación y marginamiento hacia los pueblos indígena-campesinos, por lo que los procesos reivindicativos comulgados desde los movimientos sociales en general y la CSUTCB en particular han tenido como fundamento en sus reclamos la supuesta deuda histórica de los gobiernos:

Se dice que mucho se favorece a la clase indígena; ¿entonces cuando se pagará esa deuda histórica con estos sectores?, que no solamente han dado su sangre en los diferentes conflictos bélicos, sino también dieron su sudor para la construcción y mantención de esta nación. Hay que recordar que durante mucho tiempo el tributo indígena fue el sostén económico de este país, pero a cambio ¿qué recibieron de parte de los gobiernos republicanos y neoliberales?, prácticamente nada, o migajas y lentejuelas. Por eso pienso que estos sectores deberían ser favorecidos con las políticas públicas (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017).

La falta de voluntad política en los diferentes gobiernos nacionales y locales sería la detonante para impulsar medidas de protesta que van desde bloqueos de caminos, paros, marchas, hasta protestas y otras medidas, pese a que este sector habría cumplido sus obligaciones de ciudadanía y demostrar lealtad política al Estado. En esta misma perspectiva de análisis, el Viceministro Cárdenas expresa lo siguiente:

Durante mucho tiempo los movimientos indígenas siempre fueron excluidos de todas las políticas públicas. En la época de Barrientos [Presidente de Bolivia], pese a que él hablaba quechua, demagógicamente se acercaba a los sectores quechuas, les hablaba en quechua; pero no había cosas sustanciales para cambiar mínimamente sus condiciones de vida (entrevista a Félix Cárdenas, 31/07/2017).

Por otro lado, Fernando Untoja, como Sergio Tarqui, coinciden en señalar que los movimientos sociales en Bolivia siempre fueron relegados de las políticas de desarrollo impulsados por el gobierno central; precisamente esta condición impulsó a Genaro Flores a fundar la Federación Tupak Katari y con ello dignificar al sector indígena y campesino; "(...) toda vez que no eran reconocidos como sujetos humanos de derecho hasta antes de la vida republicana, incluso en la vida republicana por los años setenta" (entrevista a Sergio Tarqui, 06/07/2017). Pero también dignificarse significaba, en el criterio de Tarqui, no contaminarse con los partidos políticos, sean de izquierda, centro o derecha. Entonces bajo este contexto ideológico se fundó la CSUTCB.

Ya por el año 2004, como consecuencia de la poca atención a las demandas del sector indígena-campesino, emerge el Pacto de Unidad suscrito en la ciudad de Santa Cruz por cinco organizaciones nacionales: "(...) la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (CSCIB), Confederación Nacional de Mujeres Campesina Indígena Originarias de Bolivia Bartolina Sisa (CNM-CIOB-BS), Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) y Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ)" (Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, 2015: 4). En opinión del Viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, el pacto de unidad sería el espacio donde los movimientos sociales, incluida la CSUTCB, conforman un bloque de unidad para ensanchar la democracia en Bolivia; aunque también reconoce que la Guerra del Gas —17 de octubre de 2003— marcaría el inicio de la alianza política entre la CSUTCB y el MAS, toda vez que el gobierno de Sánchez de Lozada no atendía las demandas urgentes de la población y del sector indígena-campesino en particular.

Yo creo que el momento fundante es la Guerra del Gas, porque la CSUTCB juntamente con el pueblo asume la defensa del gas. Es ahí donde se inician los vínculos políticos y sindicales, a partir de ahí se inician acciones de coordinación entre el instrumento político del MAS y la CSUTCB que culmina con el pacto por la unidad, donde el gobierno asume que el sustento político para este proceso de cambio son los movimientos sociales. En un primer momento no hay una relación orgánica, sino es el pueblo que junto a las organizaciones sociales salen en defensa y lucha por los recursos naturales, poco a poco van creando acciones orgánicas de coordinación (entrevista a Félix Cárdenas, 31/07/2017).

Posteriormente el Pacto de Unidad será la base sindical y política de la Coordinadora Nacional por el Cambio (CONALCAM), cuya constitución, el 22 de enero de 2007, asume la responsabilidad de defender la democracia y la unidad del Estado frente a posiciones radicales de la media luna; más adelante será el motor de defensa del proceso de cambio. En ese sentido, Walter Medrano afirma:

La lucha por ser reconocidos, por buscar justicia, igualdad y mayor oportunidad, eso para nosotros no había antes del 2006, quienes conformaron el pacto de unidad pensaron en nuevos espacios de decisión política. Todas las protestas que se dieron fueron para mejorar la situación del sector indígena campesinos, nunca para empeorar. Por eso la CSUTCB está al lado del gobierno, para garantizar el proceso de cambio y para luchar por más igualdad y más apoyo de las instituciones a los pequeños productores agrícolas (entrevista a Walter Medrano, 05/07/2017).

Como se puede comprender, el pacto de unidad con la participación de la CSUTCB asume fundamentalmente una posición política de lucha a escala nacional, antes que ahondar la reivindicación propia como sector indígena campesino. De haberse gestado en el seno de gobiernos dictatoriales, donde "(...) había un móvil político para luchar contra la opresión del gobierno; pero después, la confederación peleó por cosas pequeñas, por un par de tractores, etc." (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017). Esto demuestra que la CSUTCB, con el pacto de unidad, perdió el norte ideológico como sector; más bien progresivamente se sumó a los intereses del partido gobernante, y con ello al denominado proceso de cambio.

 

Características de una relación política con proyección estratégica

El desgaste político de los gobiernos neoliberales a finales del siglo XX germinó la idea de conquistar el poder político para los indígenas, campesinos y sectores populares; la guerra del gas y posteriormente el pacto de unidad fueron escenarios de coordinación y proyección político sindical, en aras de refundar el Estado republicano vigente desde 1825. Esta coyuntura crítica será el hito histórico para la alianza política entre la CSUTCB y el MAS-IPSP, cuyo líder, Evo Morales, gracias a la Federación de Cocaleros del Trópico de Cochabamba, formaba parte de la CSUTCB; para las elecciones generales del 2005, el ideal de un gobierno con ascendencia indígena para los indígenas y campesinos había logrado irradiarse en la subjetividad colectiva sindical; por esta razón, según el diputado nacional Santo Paredes, el apoyo a Evo Morales fue mayoritario.

En todas las organizaciones, indígenas y campesinos dieron su apoyo al presidente [refiriéndose a Evo Morales] porque él supo reconocer y valorar a los pueblos indígenas. Por eso mismo, los pueblos indígenas han mostrado su apoyo al presidente en todas las elecciones; entonces es importante hacer conocer el reconocimiento a los pueblos indígenas y de cómo el gobierno debe velar por este sector (entrevista a Santos Paredes, 15/08/2017).

La CSUTCB, al atribuirse protagonismo del proceso de cambio, expresa su deseo de seguir fortaleciendo el vínculo político con el gobierno del MAS; pese a que son conscientes de que en el proceso se dieron problemas de corrupción, carencia de proyectos de impacto para el sector agrario, minifundio, desatención a los pequeños productores (entrevista a Wálter Medrano, 05/07/2017). Pese a esta condición, el XVI Congreso Ordinario Campesino, llevado a cabo del 24 al 26 de junio de 2017 en Potosí, por unanimidad resolvió apoyar al presidente Morales con una nueva re postulación en 2019 y así profundizar el proceso de cambio (Yapuchura, 2017: 8).

La CSUTCB como operador sindical del MAS-IPSP en periodos electorales

La CSUTCB que viene después de Rufo Calle, para Sergio Tarqui, "(...) no vale nada, porque en consciencia, en espíritu, hasta en objetivos, lo han contaminado, lo han mezclado con la izquierda y con el socialismo" (entrevista a Sergio Tarqui, 06/07/2017). Esto ayuda a comprender que priman más los intereses políticos que la vida sindical; en ese marco, todo el aparato institucional de la CSUTCB se pone al servicio del Movimiento al Socialismo y, con ello, la cadena de mando permite adoctrinar a las bases para generar consensos en torno a las elecciones nacionales. Por esto, las características más sobresalientes serían: lealtad política, convicción de un gobierno indígena, resguardo del voto indígena y campesino, coordinación interna y garantizar representación política en los diferentes niveles de gobierno. Según Zabaleta, esto es posible porque (...) las organizaciones, en realidad se han convertido en entes para políticos, para estatales, vicarios, sirvientes del esquema político gobernante. En todo caso más parecerían instancias operativas del partido de gobierno, las cuales se encargan de llevar a cabo una serie de directivas en términos políticos; básicamente en términos de sujetar a sus miembros, la base política y no hay una perspectiva reivindicativa. Más bien como instancias paramilitares y policiales para controlar a las bases y tenerlos alineados al gobierno en las elecciones. Por ejemplo, en este problema del TIPNIS hay instancias sindicales, departamentales, locales que están muy ligadas al gobierno; antes de reivindicarse figuran como plataformas políticas para hacer eco de las políticas del gobierno (entrevista a Iván Zabaleta, 11/08/2017).

El imaginario de un gobierno indígena y campesino para dar respuestas de desarrollo con políticas públicas favorables a este sector se va difuminando progresivamente; los criollos y mestizos según Tarqui han desplazado de las esferas de decisión políticas a los profesionales indígenas; por ello afirma lo siguiente "(...) el problema es que no han gobernado el Estado los aymaras, quechuas y guaraníes como cultura; tenemos un gobierno turista, Evo Morales no maneja el país, sino cubanos, venezolanos vía Álvaro García Linera y la casta criolla" (entrevista a Sergio Tarqui, 06/07/2017). Si esta última afirmación es cierta, los ideales políticos emergentes del Vivir Bien, la descolonización, la interculturalidad y el comunitarismo de base indígena que fueron el sustento del nuevo Estado Plurinacional están siendo relegados por visiones foráneas como el chavismo venezolano y el comunismo cubano.

Las funciones encubiertas de la CSUTCB en apoyo a la gestión del MAS-IPSP

La pública declaración de apoyo institucional como CSUTCB al gobierno del MAS en las diferentes elecciones nacionales (2005, 2009 y 2014) tiene su argumento legítimo en la siguiente expresión:

Siempre hubo decisión orgánica para postular a nuestro presidente, nadie puede postularse en este proyecto político a su manera y decisión unilateral; sino las organizaciones sociales proyectan a un compañero, sea para alcalde, gobernador o presidente. Esa es la línea y nosotros apoyamos y trabajamos como organización (entrevista a Teodoro Mamani, 27/07/2017).

Como existe el consenso suficiente para apoyar la candidatura del MAS en los comicios nacionales, la consigna derivada desde los movimientos sociales es contundente y se cierran filas a la disidencia política y se actúa de manera orgánica para respaldar con el voto a los candidatos del llamado proceso de cambio. El voto duro, entonces, estaría conformado por una gran mayoría de clase social indígena-campesina; más allá de los desaciertos e improvisaciones en las políticas públicas, prevalece el compromiso recíproco entre comunidad y Estado en términos del modelo de relación, un tanto asimétrica, entre ayllu y Estado que Tristan Platt analizó a finales del siglo XX (Platt, 2016: 22).

A través de las campañas, teníamos la obligación de movilizarnos y trabajar por la postulación de nuestro hermano presidente Evo Morales, como le dije, es nuestro líder y es nuestra obligación apoyarlo. Además porque es un mandato desde nuestras bases el apoyarlo en cada elección y por eso el apoyo se hace efectivo con el voto (entrevista a Mario Castillo, 05/07/2017).

Aunque la prioridad en el respaldo de la CSUTCB es Evo Morales, candidato presidencial, detrás de esa figura caudillista se benefician los candidatos a vicepresidencia, senaturía y diputaciones plurinominales. Si bien la democracia mantiene sus principios de "(...) libertad, igualdad y funcionamiento legítimo y correcto de sus instituciones y mecanismos" (Morlino, 2014: 39-40), no precisamente mejora la calidad de la democracia en Bolivia, toda vez que la libertad de expresión y decisión del voto en las urnas electorales se ve fuertemente condicionada en el sector indígena-campesino, a tal punto que el voto racional es sustituido por el voto consigna en favor del MAS-IPSP, por lo que es evidente el rol instrumental de la CSUTCB ante los intereses del gobierno del presidente Evo Morales.

 

Transformaciones políticas en el "proceso de cambio"

El proceso de cambio, un slogan político introducido por el gobierno de Evo Morales, forma parte de las medidas estructurales de transformación del Estado; en la opinión del Viceministro de Descolonización, "El proceso de cambio es de los pueblos indígenas, de las organizaciones sociales, del sector campesino, desde que el gobierno llegó al poder, siempre han sido celosos y vigilantes del proceso de cambio" (entrevista a Félix Cárdenas, 31/07/2017). Asimismo señala que el proceso de cambio tuvo el respaldo con el voto y la unidad de los sectores indígenas y campesinos: "(...) podríamos decir que el proceso de cambio es el resultado de la acción política de las organizaciones y por eso no desmayarán en defenderlas ante los neoliberales, que no comparten con la visión del actual gobierno" (ibíd.).

En la misma línea de pensamiento favorable al proceso de cambio, el dirigente nacional de la CSUTCB afirmó que los cambios son reales, "(...) no será total pero sí estamos en proceso de cambio y cumplir con los proyectos. Hubo muchos avances y en esta situación continuará, porque los anteriores gobiernos no hicieron nada para el sector campesino, hoy el presidente llegó a todos los rincones del país" (entrevista a Teodoro Mamani, 27/07/2017). Pero el mentado proceso de cambio estuvo acompañado por una coordinación y apoyo desde las instituciones públicas, en el marco de un acercamiento interinstitucional con las bases campesinas e indígenas, condición que no fue efectiva en los gobiernos neoliberales (entrevista a Walter Medrano, 05/07/2017).

Quien no es partidario de estas apreciaciones muy afines al gobierno de turno es Fernando Untoja, que parte de la siguiente interrogante: ¿en este proceso de cambio mejoró la economía en el país?; sí, pero no por la nacionalización, sino que gracias a Gonzalo Sánchez de Lozada hubo inversión privada, inversión extranjera directa; "(...) es la única vez que hubo inversión directa en la perforación de pozos y eso es lo que cosechó Evo Morales. Esta condición dio lugar a las reservas internacionales, si no no hubiera habido los resultados. Si hubo ingresos, obvio que hay que hacer algo como el proyecto del teleférico, rutas camineras; pero mucha plata mal utilizada en tonteras" (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017).

Si bien el proceso de cambio trajo una oleada de cambios en el país, su importancia ha sido "promocionada por el gobierno por la necesidad de superar el colonialismo interno y lograr que los pueblos indígenas puedan autodeterminarse según sus usos y costumbres, sin la necesidad de adaptarse a la matriz cultural e institucional criollo-mestiza" (Cunha Filho, 2015: 137-153).

De la democracia liberal a la democracia popular

La democracia liberal está "cargada de valores como justicia, igualdad, seguridad y decencia, que sustenta el concepto de ciudadanía" (Dahl, 2012: 9). Si la democracia conlleva un equilibrio de formas de vida, la pluralidad de horizontes civilizatorios, en Bolivia ha tenido un importante crecimiento político, toda vez que '(...) las mujeres de pollera que antes no tenían participación en la política hoy tienen una activa participación, te cuentan de sus propuestas y de su apoyo al proceso de cambio. Eso es democratización, la gente puede hablar, especialmente los movimientos indígenas, hay un empoderamiento" (entrevista a Félix Cárdenas, 31/07/2017). Antes de la recuperación de la democracia (1982), Bolivia soñaba con una democracia directa y representativa, donde la participación, el consenso y el disenso sean permeados por la tolerancia y la inclusión social.

Ya en la entrada al siglo XXI, la democracia liberal, común denominador del viejo Estado republicano, sufre fracturas como resultado de la emergencia de movimientos sociales bajo el Pacto de Unidad, donde todos los movimientos sociales, incluida la CSUTCB, forman parte de este bloque: "(...) yo creo que es importante porque la democracia se ensancha, no es como en la época neoliberal o republicana, donde los partidos políticos determinaban las cuestiones relativas a las políticas públicas. De ahora en adelante, la democracia tomará en cuenta a los movimientos sociales para hacer política, para construir democracia" (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017). Esta condición demuestra cómo la democracia que tuvo su apogeo con los partidos políticos transita hacia el protagonismo con los movimientos sociales; el propio presidente Morales es la expresión de la cohesión de los mismos. Como la configuración del gobierno nacional desde el 2006 tiene un respaldo sindical, en la opinión de Peralta, el Presidente busca fortalecer el vínculo comunicacional a través de consultas sobre políticas de gestión.

El Gobierno siempre consulta a los niveles dirigenciales, a veces el presidente pasa por encima del gabinete y directamente consulta con los movimientos sociales para plantear determinadas políticas públicas, acciones gubernamentales. Eso es importante en cuanto la democracia ya no es la misma de antes, donde los partidos políticos, una élite pensante y dominante definía los destinos del país, por lo que ceo que estamos viviendo procesos de democratización política, en el sentido de que la libertad política para los movimientos sociales permite su inclusión para definir políticas públicas, quizá no sea en todas las políticas públicas o en todas las acciones gubernamentales, pero sí o sí hay acciones de coordinación y consulta, eso es importante para la democracia (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017).

Una forma de comportamiento democrático promovido desde los movimientos sociales tiene que ver con la masiva participación de los sectores campesinos e indígenas en los comicios electorales; en las elecciones del 6 de diciembre de 2015, Evo Morales Ayma, representante de los indígenas, originarios y campesinos, gana contundentemente los comicios electorales con el 53,7% de los votos. Esta realidad política no hace más que mostrar el interés popular por transitar hacia la democracia popular, donde la institucionalidad construida en los periodos liberales es sometida a fuertes tensiones por su disfuncionalidad con la diversidad sociocultural y étnica.

Inclusión social y presencia racial en la administración del Estado

La inclusión social entendida desde las esferas del Estado Plurinacional tiene que ver con el reconocimiento de la diversidad étnico-cultural del país; donde está presente la "(...) diversidad de lenguas, culturas, tradiciones históricas y formas de organización y de trabajo" (Albó y Barrios, 2007: 68-69). En la opinión de Félix Cárdenas, esta inclusión social se hace efectiva con la asunción al poder político de Evo Morales como primer presidente indígena del Estado boliviano, cuya representación simboliza el carácter pluricultural y multicultural del país. Si antes del 2006, la presencia indígena, originaria y campesina era incipiente y una dádiva del sistema político, posterior a los cambios estructurales acaecidos con la Asamblea Constituyente (2007-2008), la representación política se diversifica, "(...) la democracia se ensancha" (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017). En ese sentido, la inclusión social trasciende el plano teórico-normativo, se materializa la diversidad cultural y política con mayor ímpetu después de la promulgación de la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional2. Sin embargo, esta inclusión social no es únicamente a nivel normativo-legal, sino también a nivel del propio sistema político que genera mayores espacios para la participación indígena, originaria y campesina en asuntos de decisión política.

Si bien las condiciones de inclusión social son más efectivas, el riesgo de caer en el extremo de exclusión invertida es inminente si acaso no se toman las consideraciones de la democracia moderna. Quizá por no entender correctamente los principios democráticos se incurre en afirmaciones como:

(...) yo creo que falta dar ese paso sustancial, de racializar el Estado Plurinacional, por lo que entraría más gente indígena con otra mentalidad de gobernar, porque no olvidemos que los sectores indígenas tienen otro estilo de pensamiento, otra forma de analizar las cosas y por ende otra cultura. Eso enriquecería la problemática del país y ayudaría a que la solución sea de mejor manera, más efectiva; porque cuanto mayores voces de culturas escuchemos, mejor puede ser la solución a un determinado problema (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017).

La transformación de la sociedad y el Estado boliviano no pasa exclusivamente por el cambio de actores políticos y de gestores de la administración pública, tiene que ver con la voluntad colectiva en asimilar nuevos valores y principios de convivencia intercultural. En los albores del siglo XXI, la intolerancia, la discriminación y el racismo sucumben ante la democracia plural participativa, por lo que opiniones como la del dirigente de la CSUTCB, Mario Castillo, solo dañan la imagen institucional, cuando afirma que "(...) quienes no están con nosotros es nomás de la derecha, no hay dónde perderse o tener miedo. Aunque existen otros dirigentes que trabajan para la derecha, traicionan a las bases, a su misma clase y sangre" (entrevista a Mario Castillo, 05/07/2017).

La administración del Estado, por su carácter nacional en la administración pública, no puede ni debe practicar la intolerancia, la discriminación y el racismo con quienes no comparten sus criterios de gestión gubernamental y de proyección política. La riqueza de la democracia no está únicamente en la pluralidad de culturas y su reconocimiento, sino en la capacidad de conciliar perspectivas y prácticas políticas interculturales, como señala la propia constitución política del Estado: "(...) Bolivia es un Estado Unitario Social y de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías" (Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, 2009: 3). Si antes del 2009, los signos de racismo y discriminación eran evidentes, la nueva estructura sociopolítica y jurídica del país cierra filas a este mal endémico que causó zozobra en la historia de Bolivia y condujo a una estratificación social a partir de las características fenotípicas de la población. Las expresiones como: kolla, camba, chapaco, indio, campesino, q'ara, karai, entre otros apelativos, no hacen más que profundizar la intolerancia en la cultura societal boliviana; si el actual gobierno se puso como objetivo erradicar todo vestigio de desigualdad social, entender la gestión administrativa y gubernamental únicamente desde los actores indígenas y campesinos es practicar la discriminación y el racismo a la inversa. Una sociedad política multicultural, antes que ver la diversidad de contextos culturales como un obstáculo, debe asumir la misma como un desafío e inspiración de una nueva sociedad entramada en valores y principios interculturales que ayuden a una convivencia en pro de fortalecer la democracia comunitaria e intercultural.

Compromisos sindicales y lealtad político-partidaria

El compromiso sindical y la lealtad política hacia el actual gobierno de turno tienen que ver más con el respaldo electoral que a la propia gestión gubernamental. En opinión del Diputado Nacional Santos Paredes, existe plena conformidad por la gestión del presidente Morales, su condición indígena representa la voz de las minorías nacionales (entrevista a Santos Paredes, 15/08/2017). En esta misma línea, el segundo ejecutivo de la CSUTCB, Teodoro Mamani, afirma que "(...) el presidente es nuestro líder del país, del Estado Plurinacional, a él no podemos traicionarle" (entrevista a Teodoro Mamani, 27/07/2017). En ese marco, hay una decisión orgánica para postular al presidente Morales y las organizaciones sociales solo buscan representación política en los diferentes escenarios políticos (alcaldías, gobernaciones y cargos nacionales), señaló Mamani. Consciente de esta predisposición sindical, las autoridades nacionales del órgano ejecutivo ven como favorable la lealtad política de la CSUTCB, por lo que Félix Cárdenas sostiene que

(...) en todas las elecciones en las que participó el hermano presidente Evo Morales, siempre ha sostenido que el voto indígena es el voto duro del proceso de cambio. Cuando se elige el 2006 a Evo Morales Ayma como presidente del Estado, seguro cada uno de nosotros nos hemos visto frente al espejo y nos dimos cuenta de quiénes somos en realidad. Ese hecho fue un paso de descolonización, nunca antes en la historia de nuestro país se había elegido como presidente a uno de raíz indígena. Entonces esto ha provocado en los movimientos indígenas una cierta lealtad al presidente, que se ha reflejado en una alta participación electoral. Evidentemente, todo proceso de cambio y de transformación social tiene sus luces y sombras; sin embargo, a pesar de esto, los movimientos sociales, incluyendo a la CSUTCB, siempre han demostrado lealtad política e ideológica en favor del proceso de cambio (entrevista a Félix Cárdenas, 31/07/2017).

No cabe duda de que, para el oficialismo nacional, el escenario político más apropiado para buscar respaldo electoral es la palestra de las organizaciones sociales, que actúan como grupos de interés por conservar el poder político gubernamental. Si antes del 2006 ya se hablaba de pluralidad de culturas, de un reconocimiento a la diversidad política y cultural, los pueblos indígenas y campesinos no formaban parte de las decisiones políticas (comentario de Gabriela Montaño3, 12/10/2017). Aparentemente hoy sí las decisiones pasarían por la consciencia de los pueblos indígenas y campesinos, pero no en sentido de prospección democrática desde la cosmovisión indígena, sino con propósitos instrumentales a la élite gobernante; por ejemplo, el 2006, el primer gabinete del presidente Morales se conformó con "16 ministros integrado, en su mayoría, por indígenas, campesinos, dirigentes sindicales y activistas sociales, casi todos ellos de izquierda, entre los cuales hay cuatro mujeres" (Elías, 2006: 2). Esta última condición ejecutiva del nivel central de gobierno progresivamente fue resquebrajándose y cediendo paso a los actores políticos de clase media, profesionistas en su mayoría. Por ello un reportaje del matutino Página Siete afirmaba que "En 11 años de gobierno de Evo Morales, las polleras y los ponchos no pudieron ganar espacios con relación a las corbatas en los equipos ministeriales" (Layme, 2017: 1). Pese a esta condición representativa adversa a los indígenas y campesinos, se mantiene incólume la noción de apoyo incondicional al actual gobierno, por lo que Zabaleta afirma categóricamente:

Pareciera que hay una visión fatalista, en el sentido de decir que no hay otra salida y que debemos adaptarnos a lo que pasa, pareciera como un destino que se hubiera instalado en el país y del cual es difícil salir, es como si el mundo se hubiera contraído y que es difícil salir o como si fuera el fin del mundo. Esta visión ha sido trabajada mucho desde el gobierno y que ha sido propagada por las organizaciones sociales o sindicales únicamente, por lo que esta misión está predominando en todos los partidarios del gobierno (entrevista a Iván Zabaleta, 11/08/2017).

La férrea decisión por seguir manteniendo en el poder al gobierno de turno tiene bases etnoculturales y de raigambre popular, por lo que las opiniones y acciones contrarias al interés de las organizaciones sociales y del propio gobierno son asociadas con el neoliberalismo y la derecha conservadora. "Si alguien ataca o habla mal para el gobierno, estas instancias (en referencia a las organizaciones sociales) están atentas para reprimir" (ibíd.). En esa línea de reacción casi intolerante a la pluralidad de perspectivas políticas, la visión del Estado Plurinacional asume una identidad predominantemente indígena sobre lo criollo mestizo convirtiéndose el escenario político en un campo de lucha desigual y con fuertes resquicios de ejercicio de poder indígena-campesino frente a la clase social criollo mestiza.

 

La ideología de la reciprocidad vinculante

Las organizaciones sociales afines al partido gobernante no solo buscan una nueva condición política para reproducir sus ideales de reivindicación cultural, buscan asegurar la continuidad del gobierno para garantizar las medidas estructurales implementadas a partir de la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado (2009), con ello, asegurar la voz de las "minorías nacionales y grupos étnicos" (Kymlicka, 2016).

Identidad cultural y clientelismo político

La CSUTCB es la "(...) máxima organización natural e histórica que representa al conjunto de las naciones y pueblos indígena originario campesinos de todo el Estado Plurinacional donde surgieron las luchas históricas, en la búsqueda de la liberación del Estado colonialista y republicano" (CSUTCB, 2014: 22). Así la identidad cultural de esta instancia sindical, en la opinión de Cárdenas, muestra una base de raíz indígena con fuerte arraigo en la visión política e ideológica de las cosmovisiones indígenas.

Los principios rectores de la CSUTCB son: respeto a la unidad e integridad, respeto a los derechos fundamentales y garantías constitucionales, Vivir Bien, libre determinación, prohibición de discriminación, lealtad, disciplina y valores como: ama suwa (no seas ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama qhuella (no seas flojo) (ibíd.). A este respecto, Teodoro Mamani señala que la ideología cultural de los pueblos indígenas es compatible con el MAS, toda vez que los partidos políticos de derecha nunca atendieron las justas demandas del sector indígena campesino.

La identidad cultural de la CSUTCB, al comulgar la filosofía de las naciones indígenas, se rige por el principio del Vivir Bien, donde prevalece la unidad entre el hombre y la naturaleza. Para Fernando Huanacuni, Vivir Bien significa: "vida en plenitud, vida armoniosa, vida en equilibrio", toda vez que las naciones indígena originario campesinos, se rigen por el "paradigma comunitario de la cultura de la vida" (Huanacuni, 2015: 83). Detrás de esta concepción antropológica del vivir bien, hay toda una cosmovisión que se desarrolla en contrasentido a los paradigmas científicos occidentales, la noción de vida es mucho más compleja y abarca hasta a los seres inanimados y espirituales que están en constante interacción con el hombre. La CSUTCB, por su pertenencia étnica y cultural, intenta reproducir esta filosofía de vida en su carrera institucional; pero al perder su autonomía organizacional, se va asimilando al modelo político e ideológico reproducido en esferas gubernamentales. Por esto Untoja afirma que hoy la CSUTCB es "(...) alienante, enajenador, opresivo, divisor de las relaciones de la comunidad, sobre todo está en contra del poder rotatorio de los ayllus" (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017). Esta última afirmación no hace más que poner en tela de juicio el rol institucional de la CSUTCB, sus principios y objetivos iniciales contenidos en el Estatuto Orgánico. Según Sergio Tarqui, uno de los propósitos fue buscar el reconocimiento de los derechos campesinos y del sector indígena ante el Estado en pro de su dignificación como sujeto de derecho pleno. Sin embargo, estos antecedentes fundacionales quedaron seriamente afectados por la actual gestión sindical "(...) los objetivos genuinos de la CSUTCB han sido pisoteados, se han trapeado; mientras en nuestras provincias la gente humilde está mal, están sufriendo" (entrevista a Sergio Tarqui, 06/07/2017).

Las causas de la degeneración política e ideológica de la CSUTCB serían atribuidas al clientelismo político, toda vez que "(...) ahora hasta los hijos de los dirigentes están recomendados en las instituciones públicas, se están peleando por los cargos, unos quieren ser alcaldes, otros concejales; ahorita están peleándose por esos cargos" (ibíd.). Esta condición de lucha por el poder político ha comprometido seriamente a la entidad rectora de los trabajadores campesinos, por lo que Sergio Tarqui afirma que "(...) esta CSUTCB que viene después de Rufo Calle, para nosotros no vale nada, porque en consciencia, en espíritu, hasta en objetivos, lo contaminaron, lo mezclaron con la izquierda, con el socialismo" (ibíd.).

Tampoco es de extrañar esta última declaración, toda vez que la máxima entidad matriz de los trabajadores campesinos de Bolivia siempre hizo pública su inclinación política en favor del presidente Evo Morales. En el último XVI Congreso Ordinario Nacional de la CSUTCB, que se celebró en la ciudad de Potosí, del 24 al 26 de junio de 2017, la nueva directiva sindical asumió el reto de reunifi-car al movimiento campesino; pero también de trabajar por la repostulación de Evo Morales para los comicios electorales del 2019 (Yapuchura, 2017: 8). Si el clientelismo político compromete favores e intereses de tipo laboral y remunerativo, es correlacional el apoyo entre la CSUCTB y el gobierno de turno, por lo que se justifica la reciprocidad política entre ambos actores institucionales. Los propósitos fundacionales de la CSUTCB en la época de Genaro Flores, como el de no tener ningún vínculo o alianza sindical con el sistema de partidos políticos, queda solamente en buenas intenciones. Hoy más bien se va construyendo una identidad sindical campesina pro gobierno, antiimperialista, anticapitalista, antineoliberal, pero con alto contenido reivindicativo.

Demandas de las bases, proyectos de desarrollo y aval sindical

Las bases campesinas e indígenas adscritas al proyecto sindical de la CSUTCB no solo buscan mejores condiciones de vida, sino mayores oportunidades de desarrollo y de involucramiento en asuntos públicos, aunque para el analista político Fernando Untoja, estos sectores "(...) nunca tuvieron la capacidad de plantear estrategias de desarrollo, porque no es su función" (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017). Entendemos que, en relación con las políticas públicas y proyectos de desarrollo, al ser una atribución del gobierno central, su formulación es competencia directa de este nivel de gobierno, por lo que la sociedad civil, más allá de las buenas intenciones, solo podrá elevar propuestas y sugerencias. Según Peralta, actualmente las organizaciones sociales no solo esperan la dádiva de los gobiernos de turno sino que están preparadas para elevar propuestas de proyectos de desarrollo. Por ejemplo:

(...) cuando el presidente visita a las comunidades, siempre pide propuesta de proyectos, y los hermanos indígenas y campesinos siempre están elevando sus proyectos al hermano presidente, pero no tenemos un registro o seguimiento a esas propuestas, si sabemos que la CSUTCB siempre está entregando diseño de proyectos, como la ruta de Tupak Katari, para su atención (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017).

Esta condición denota confianza y seguridad por la gestión gubernativa del presidente Morales y con ello la posibilidad de generar proyectos pertinentes a la demanda del sector indígena campesino. En esta misma línea de pensamiento, el diputado nacional Santos Paredes señala que sí existen las posibilidades y condiciones para desarrollar más proyectos de inversión pública en áreas como: carreteras, escuelas, hospitales, incentivo al turismo y a la producción. En el plano sociocultural, los avances también son considerables por el sustento político-ideológico del Estado Plurinacional.

En mi segunda gestión como presidente de la comisión de pueblos indígenas, estamos preparando un proyecto de ley para que se respete los usos y costumbres, vivencia y la cultura. Todos tenemos derecho a la vida, nadie puede discriminar; por eso en este proyecto de ley que estamos preparando con la consulta a los ministerios y las bases permitirá fortalecer más a los pueblos indígenas. Pero necesitamos apoyo, ojalá usted se sume igual al proyecto y nos colabore como parte de la UMSA (entrevista a Santos Paredes, 15/10/2017).

Según las autoridades del oficialismo, el gobierno "(...) está dando el apoyo con proyectos de salud, educación y deporte; por eso se está construyendo infraestructura para todos estos sectores" (ibídem). Sin embargo, los resultados en materia de inversión y gasto público no tienen origen únicamente en la benevolencia del actual gobierno de turno, sino en los precios internacionales por la venta de los recursos hidrocarburíferos y minerales, lo que demuestra que Bolivia sigue siendo un país exportador de materia prima y con alta dependencia del mercado internacional. Esta lectura es compartida por políticos e ideólogos como Fernando Untoja, quien sostiene lo siguiente:

En el gobierno no existe una estrategia de desarrollo; si hay tecnócratas en el gobierno, no se necesita consultar a las bases si necesitan canchas o no. Hay un vacío de programa de gobierno y de estrategias de desarrollo, ese vacío lo cubren supuestamente consultando a las bases. Me pregunto qué podrá decir el campesino sobre políticas públicas, nada; eso no es hacer política (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017).

Si los actores políticos y la propia sociedad civil muestran la misma percepción sobre la gestión pública de 2006 en adelante, es coherente la desaprobación a la iniciativa de repostulación del presidente Morales el pasado 21 de febrero de 2016, donde el 51% de los electores rechazó en las urnas la posible continuidad del actual gobierno del MAS. Quienes forman parte de las políticas de gestión gubernamental emprendidas desde 2006 entienden que "(...) las bases han organizado esta política y nunca se cansarán, la organización nunca se va a perder. Las bases sostendrán a este instrumento político y no podemos traicionar (...) por eso debemos seguir junto al presidente más allá del 2019" (entrevista a Mario Castillo Fernández, 05/07/2017). Esta convicción sindical no hace más que demostrar la firme alianza entre la CSUTCB y el gobierno del MAS; con ello, confirmar la pérdida de identidad apolítica que proyectó el ex líder extinto Genaro Flores.

Está claro que existe un sentido de apropiación y de pertenencia política entre la CSUTCB y el actual gobierno del MAS; el carácter instrumental de los trabajadores campesinos e indígenas al proyecto gubernativo no hace más que poner en condición de ventaja al partido oficialista y con ello empoderar a los principales actores políticos, que, más allá de las buenas intenciones de gestión pública, buscan perpetrarse en el poder político sin medir las consecuencias normativas en desmedro de la calidad de la democracia reinstaurada en Bolivia desde 1982.

 

Imaginario social en torno a las políticas de gobierno

Desde que el MAS asume la conducción del gobierno (2006), el imaginario social estaba cargado de esperanza y expectativa por una nueva visión de país y con ello la deconstrucción de la sociedad civil y política en pro de un Estado incluyente, multicultural y democrático. Un claro ejemplo de esta prospección social es la victoria del MAS en 2005; con el 53,7% de los votos, logra conquistar el poder político y con ello asumir el gobierno nacional para concretar las transformacio-nales estructurales que demandaba la sociedad en general. Sin duda, fue una etapa de transición del Estado colonial republicano al Estado Plurinacional comunitario; más allá de los intereses de la oligarquía reprimida en las regiones, primó el interés de la cultura popular, con ello, el proyecto de Estado y sociedad plural y multicultural. Sin embargo, después del 2015, esta solidez político-ideológica empezará a debilitarse progresivamente.

La visión de la corrupción en la sociedad urbana

Hablar de la corrupción en Bolivia no es ninguna novedad, por lo que la legislación nacional intentó frenar esta ilícita actividad sin resultados contundentes. La Ley N° 004 del 31 de marzo de 2010 señala que la corrupción es el "requerimiento o la aceptación, el ofrecimiento u otorgamiento directo o indirecto, de un servidor público, de una persona natural o jurídica, nacional o extranjera, de cualquier objeto de valor pecuniario u otros beneficios como dádivas, favores, promesas o ventajas para sí mismo o para otra persona o entidad, a cambio de la acción u omisión de cualquier acto que afecte a los intereses del Estado" (Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, 2010: 2).

Pese a existir restricciones normativas y slogans desde el gobierno como: "cero tolerancia a la corrupción", es difícil erradicar este mal endémico en la administración pública, por lo que el oficialismo reconoce la existencia de hechos de corrupción y se atribuye la misma a la falta de conocimiento de los procedimientos administrativos.

Mucha gente dice: han entrado los indígenas al poder y ese es el resultado; pero es una primera experiencia, cuántas experiencias de corrupción habrán tenido los gobiernos neoliberales y republicanos, ¿qué podemos esperar de hermanos indígenas que por primera vez ingresaron a la administración pública? (entrevista a Justino Peralta, 31/07/2017).

Lo acontecido en el ex Fondo de Desarrollo Indígena Originario Campesino (FONDIOC) desde el 2013 desató una oleada de críticas al gobierno del MAS; no solo la oposición denunció el desfalco millonario al ex Fondo Indígena, sino la propia población censuró el hecho de corrupción, pero asociado a la mala gestión gubernamental. El estudio de la fundación Pazos Kanki, a la cabeza del politólogo Diego Ayo, revela un desfalco de 182,7 millones de dólares; esta cifra muestra la aparente irresponsabilidad en la administración de los recursos públicos, por lo que Ayo afirma: "La tesis central del estudio es que hemos tenido un modelo de gestión pública nefasto, la corrupción solamente es el último desemboque, la última gota que rebalsa el vaso, pero el vaso ya está lleno de ineficiencia absoluta" (Página Siete, 2016: 1). Otras fuentes, como la oposición, bajo la iniciativa del diputado Rafael Quispe, sostienen que la cifra asciende a más de 4 mil millones de bolivianos, equivalentes a poco más de 450 millones de dólares. En ese marco de análisis, el ex vicepresidente de la República de Bolivia, Víctor Hugo Cárdenas, calificó el hecho como la "corrupción del siglo" considerando la magnitud del mismo y los más de un centenar de involucrados entre asambleístas nacionales, ministros de Estado, directores ejecutivos, dirigentes y ex dirigentes sindicales. Pese a esta condición adversa para el gobierno, todavía existen argumentos de minimización de los hechos. El propio presidente del Estado Plurinacional salió a la defensa y sostuvo que la corrupción asciende a poco más de 2 millones de dólares y que en gobiernos neoliberales del Estado republicano, la corrupción tuvo mayor incidencia en la gestión pública. Sea cual fuere la naturaleza de la corrupción, lo cierto es que su expresión en esta nueva coyuntura societal sacudió el subconsciente del colectivo social, por lo que el conducto de rechazo y desestimación a la gestión gubernamental fue los resultados del referéndum consultivo (2016) para la repostulación del señor Evo Morales a la presidencia en 2019.

Las críticas al sindicalismo instrumental de un gobierno indigenista

La sociedad civil boliviana, por su naturaleza multicultural y plurilingüe, presenta diferentes formas de organización social y política. Esta condición permitió configurar escenarios políticos de reivindicación ante los gobiernos de turno, asimismo la capacidad de provocar transformaciones en el orden social y político instituido desde la Colonia. Cuando la CSUTCB nace a la vida pública con Genaro Flores, asume el firme compromiso de hacer prevalecer los derechos del sector campesino e indígena, pero sin contaminarse con el sistema de partidos políticos; sin embargo, después de la crisis política del 2003, cambia radicalmente esta noción política. Es más, el sector dirigencial asume una postura convergente al MAS, por lo que Untoja no duda en afirmar que los dirigentes

"(...) se alinearon al gobierno porque reciben buenos tratos, cargos públicos, senaturías, diputaciones, concejalías y otros cargos públicos, pero a cambio deben trabajar en las bases imponiendo una visión de adoctrinamiento, de lealtad al MAS.

Estos dirigentes, prácticamente son operadores del gobierno, reciben beneficios y poco les interesan los objetivos iniciales con el que nació la CSUTCB a finales de los años setenta" (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017).

En esta misma línea de análisis, el ex dirigente de la CSUTCB Sergio Tarqui, sostiene que "la CSUTCB que viene después de Rufo Calle, para nosotros no vale nada, porque en consciencia, en espíritu, hasta en objetivos, lo han contaminado, lo han mezclado con la izquierda, con el socialismo" (entrevista a Sergio Tarqui, 06/07/2017). Después de que Evo Morales llega a la presidencia (2006), uno de los propósitos del Gobierno era mantener alianzas y compromisos con todas las organizaciones sociales, entre ellos, la CSUTCB, toda vez que las bases sindicales, por una condición de identidad cultural y sentido de pertenencia, defenderían a toda costa el llamado proceso de cambio. Entonces detrás del interés sindical estaba el interés político para garantizar la gobernabilidad en tiempos de transición del Estado Republicano al Estado Plurinacional, lo que significaba actuar más allá de la ética sindical fundamentalista y asumir una perspectiva crítica y de transformación de la Estructura funcional del Estado. Sin duda la CSUTCB, imbuida de esta última consigna política, enarboló los ideales del actual partido de gobierno y con ello fracturó el cemento ideológico acuñado desde Genaro Flores.

Esta forma de vida sindical implantada desde el 2006, no es del agrado de la mayoría de sus miembros o afiliados, como tampoco del colectivo social; pero la hábil maniobra dirigencial, en la opinión de Untoja, logra un adoctrinamiento eficiente gracias a las amenazas y a nombre del proceso de cambio (entrevista a Fernando Untoja, 03/07/2017). Esta forma de imponer criterios de acción sindical tiene sus orígenes en la forma organizativa del propio partido de gobierno, ya que

En el MAS no hay democracia, solo pequeñas asambleas donde se deciden pequeñas cosas, pero si no es del interés de la élite gobernante, se corta la decisión; mira, ¿acaso en el Parlamento debaten los masistas?, ¡no!, solo levantan la mano y porque hay dictadura, los dirigentes que están ahí como diputados, senadores solo están protegiendo sus bolsillos, porque si fueran disidentes y objetarán al gobierno, serían cambiados; pero como no quieren dejar el cargo, prefieren seguir mamando la leche del Estado (entrevista a Sergio Tarqui, 06/07/2017).

En ese contexto sociopolítico, es evidente la subordinación de la CSUTCB al gobierno del MAS, con el paliativo del simbolismo indígena y la ascensión al poder político de una clase social otrora excluida, discriminada y sometida a decisiones de las mayorías políticas. Es como si los actores sindicales —entre ellos de la CSUTCB— asumieran plena consciencia de que la conquista del poder político es histórica, irreplicable y transmoderna; por lo que existe una convicción a nivel de dirigentes por preservar a toda costa el gobierno del MAS, sin que ello implique fractura sindical y transgresión a la democracia. En esta proyección política, la imagen del presidente Evo Morales es aparentemente fundamental, ya que lograría sintetizar el proyecto de desarrollo de los sectores indígenas, campesinos y populares; por ello, el segundo secretario Ejecutivo de la CSUTCB no duda en afirmar que "nuestro presidente es nuestro líder del país, del Estado Plurinacional, a él no podemos traicionarle" (entrevista a Teodoro Mamani, 27/07/2017).

Sin embargo, a poco más de once años de gobierno y con la transformación estructural del Estado, el grueso de la población comparte los criterios disidentes de la oposición y con ello exige el cumplimiento de la Constitución Política del Estado sobre los plazos en el ejercicio del poder político. El argumento más frecuente es el respeto a los principios democráticos, a la institucionalidad del sistema político instaurado desde el retorno a la vida democrática en 1982. El mensaje es bastante claro, la defensa de la democracia en Bolivia, lo que significa crítica al sindicalismo instrumental, a toda iniciativa que busque la perpetuidad del gobierno y a los actores del oficialismo que, por la continuidad ininterrumpida en la administración pública, en varios casos, se aventuran en hechos de corrupción. Es una condición duramente cuestionada por la sociedad civil y que tuvo como una de sus expresiones formales el referéndum consultivo del 21 de febrero de 2016.

 

Conclusiones

La investigación desarrollada sobre la gestión de gobierno de Evo Morales de 2006 a 2015 en alianza con las organizaciones indígenas y campesinas, asumió como dimensiones de análisis la naturaleza de la gestión de gobierno y gestión de políticas públicas, por lo que es necesario resaltar algunas ideas principales a modo de conclusión.

1. La interacción política entre la CSUTCB y el gobierno del MAS-IPSP comprendido en las gestiones gubernamentales de 2006 a 2015, tuvo como causa común la identidad étnico-cultural, intereses reivindicativos en materia político-ideológico, refundación y transformación del Estado republicano para la emergencia del Estado Plurinacional de Bolivia, inclusión y participación

social en la administración pública del Estado, mejorar la producción y la economía del Estado, descolonizar e interculturalizar el Estado, promover la cosmovisión indígena originaria campesina y fortalecer la unidad del Estado. Esta condición definió las relaciones políticas de carácter transaccional, marcadas por la cooptación y el clientelismo sindical.

2.   Las relaciones políticas entre la CSUTCB y el gobierno del MAS-IPSP en épocas electorales (2005, 2009 y 2014) se caracterizaron por una alta reciprocidad institucional y sentido de pertenencia al proyecto político-ideológico del MAS; como consecuencia, se desplegó un andamiaje político de adoctrinamiento a las bases indígenas y campesinas, intolerancia ante la divergencia de criterios políticos y campañas electorales abiertas en favor de los candidatos del MAS-IPSP. Todas estas acciones políticas emprendidas conscientemente por la CSUTCB dieron lugar a la pérdida de autonomía sindical toda vez que los dirigentes nacionales prestaron apoyo incondicional y absoluto a la candidatura presidencial de Evo Morales.

3.   La interacción y las relaciones políticas entre la CSUTCB y el gobierno del MAS-IPSP durante las gestiones sindicales (2006 a 2015) estuvieron marcadas por un fuerte discurso de gobierno de los movimientos sociales, de un empoderamiento sindical en la toma de decisiones gubernativas; sin embargo, el escenario político en los hechos mostró un servilismo instrumental al proyecto de gobierno de Evo Morales, por lo que inferimos la existencia de una relación vertical, unidireccional, de mando y obediencia que se justifica en nombre de la descolonización, liberación de los pueblos o naciones indígenas del sistema capitalista en pro de una sociedad incluyente e intercultural. Esta condición social demuestra que los detentores del poder político no están en las organizaciones sociales como la CSUTCB, sino en las altas esferas del gobierno nacional (órgano ejecutivo y legislativo), cuya capacidad de exhorto influye en la estructura de los movimientos sociales.

4.   La participación política de la CSUTCB en la definición, implementación y evaluación de políticas públicas durante el gobierno del MAS-IPSP de 2006 a 2015 fue híbrida; por un lado, resaltó el conducto sindical y organizacional de la CSUTCB; por otro lado, la mimetización en el partido de gobierno como militante y como dirigente sindical simultáneamente. Pero la mentada participación, más que ser propositiva, es protocolar, porque existe un desconocimiento técnico-metodológico de los estándares de planificación y el deseo inusitado por concretar los principios de descolonización, interculturalidad y socialismo comunitario como enfoques del nuevo Estado Pluri-nacional de Bolivia. Esta forma particular de encarar la planificación, con propósitos de corto y mediano plazo, en el marco de problemas y respuestas coyunturales, hace que se deje a un lado los criterios de eficiencia y eficacia en la gestión de políticas públicas.

5.   El llamado proceso de cambio, un slogan que intentó mostrar los beneficios derivados de la gestión gubernativa del presidente Evo Morales, fue enar-bolado y defendido sistemáticamente por las organizaciones sociales, en especial por la CSUTCB, entidad matriz que no vaciló en adoptar los ideales y principios socio-organizativos del proceso de cambio. Del 2006 al 2015, las acciones sindicales y la participación política de la CSUTCB tuvieron como consigna la defensa del proceso de cambio, la implementación de todas las acciones gubernativas conducentes a la transformación del carácter colonial del Estado republicano. En definitiva, el proceso de cambio tuvo su fortaleza en la CSUTCB, en la voz activa de sus dirigentes y en la continuidad del gobierno de Evo Morales. Esta condición ha merecido una dura crítica de la oposición con adjetivos calificativos como: "los dirigentes son unos pongos políticos", "la CSUTCB después de Rufo Calle no vale nada" porque perdió su identidad sindical al ser cooptado por el MAS-IPSP.

6.   La CSUTCB como instancia organizativa del sector indígena-campesino nació a la luz pública en 1979 a la cabeza de Genaro Flores, siendo su principal consigna la defensa de los intereses de la actividad agrícola y pecuaria, la dotación de tierras productivas para el sector y financiamiento a los proyectos agrícolas. En sus inicios, la CSUTCB, por su identidad étnica, tenía como consigna evitar la influencia del sistema de partidos con el propósito de no ser asimilados por el sistema político y caer involuntariamente en hechos irregulares como la corrupción, el nepotismo, el clientelismo sindical y la atrofia en su poder organizativo. Sin embargo, la saludable acción político sindical de la CSUTCB duró solo hasta la gestión de Felipe Quispe (2006); toda vez que con "(...) su ofensiva comunitaria, era capaz de provocar la caída de cualquier gobierno de los blanco-mestizos" (Quispe Huanca, 2014: 1), como los gobiernos de Hugo Banzer (2001), Gonzalo Sánchez de Lozada (2003) y Carlos Mesa Gisbert (2005), que perecieron por la presión de la CSUTCB. Después del 2006, cuando el MAS-IPSP logra conquistar el poder político, la CSUTCB se convertirá en operador sindical del gobierno, en instrumento de represión y adoctrinamiento a las bases campesinas e indígenas, por ende, en un fuerte aliado político de Evo Morales. Por esto, las relaciones políticas entre la CSUTCB y el gobierno del MAS-IPSP definieron la naturaleza del nuevo orden sociopolítico y la emergencia del Estado Plurinacional como horizonte civilizatorio, de convivencia intercultural y comunitaria.

7.   La unidad indeleble entre el MAS-IPSP y la CSUTCB se ha tejido a partir de su marcador étnico más relevante: la ideología de la reciprocidad vinculante, con su contenido en principios como la unidad e integridad, respeto a los derechos fundamentales y garantías constitucionales, Vivir Bien, libre determinación, prohibición de discriminación, lealtad, disciplina y valores como: ama suwa (no seas ladrón), ama llulla (no seas mentiroso) y ama qhuella (no seas flojo), alimentaron el discurso político del gobierno y la conformidad del bloque indígena campesino. Producto de esta reciprocidad, el clientelismo político y la cooptación sindical al MAS de los principales dirigentes de la CSUTCB naturalizaron la nueva identidad síndicopartidaria, por lo que los mismos dirigentes sindicales no dudan en afirmar que el MAS es de las organizaciones sociales, el instrumento político que hace posible la representación indígena y campesina en el sistema político, por lo que la frontera política entre el MAS-IPSP y la CSUTCB es cada vez más difusa e indivisible.

8.   El imaginario social en torno a las políticas de gobierno del MAS-IPSP en alianza con la CSUTCB, en principio, fue emotivo y esperanzador; la prospección política sobre la base de la cosmovisión indígena, pese a una minúscula oposición de los sectores conservadores, mostraba indicios de estabilidad política y una posibilidad de superar la crisis orgánica acaecida en los años 2000 (Guerra del Agua) a 2005 (caída del gobierno de Mesa). La transformación estructural del Estado no logró homogeneizar el imaginario social y tampoco compactar la unidad del país sobre la base de la pluralidad y la multiculturalidad; sin embargo, las diferencias quedaron comprimidas al campo político, es decir, al órgano legislativo y deliberativo de los diferentes niveles de gobierno. En el resto de las instituciones públicas y privadas es evidente la convergencia de perspectivas ideológicas —a favor o en contra de las políticas de gobierno—, aunque las voces disonantes al gobierno del MAS fueron incrementándose progresivamente después de la segunda gestión gubernativa, sobre todo con los hechos de corrupción acaecidos en el ex FONDIOC, el empoderamiento desmedido del gobierno, el intento sistemático de sobrepasar los límites de la Constitución Política del Estado respecto a la reelección permitida y la centralización de la gestión pública que otorga mayor capacidad de control al gobierno nacional. Todas estas acciones políticas fueron desgastando la fortaleza del Gobierno a tal punto que el imaginario social quedó parcialmente inclinado en el bloque opositor, pese al trabajo sistemático de adoctrinamiento desplegado por la CSUTCB en sus bases; hecho político más ejemplificador de esta tendencia es el resultado del referéndum consultivo del 21 de febrero de 2016, cuyo contenido de fondo era la modificación del artículo 168 de la CPE; sin embargo, más del 51 % de los electores votaron por la opción "no" a la modificación del citado artículo; con ello, prevaleció la negativa al cuarto mandato del presidente Evo Morales y sus políticas de gestión gubernamental.

 

Notas

2 La Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional fue aprobada mediante Referéndum del 25 de enero de 2009 y promulgada el 07 de febrero de 2009.

3 El comentario fue registrado el 12/10/2017, en una entrevista pública realizada por la red de noticias UNITEL a la presidenta de la Cámara de Diputados.

 

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