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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.42 La Paz mayo 2018

 

INVESTIGACIÓN

 

Las élites de la uva en la región de Luribay

 

The elite of the grape in the Luribay region

 

 

Gumercindo Flores Quispe1
1Boliviano. Licenciado en sociología, Universidad Mayor de San Andrés. Investigador contratado por el Instituto de Investigaciones Sociológicas “Mauricio Lefebvre”, carrera de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, UMSA. Correo electrónico: gfloresq9@gmail.com
Fecha de recepción: febrero de 2018 Fecha de aceptación: abril de 2018

 

 


Resumen

Este artículo presenta los resultados de la investigación "Producción de uva en Luribay: apropiación de cultivo de uva de los ex colonos, élite emergente y diferenciación social". Formada por los viticultores, la nueva élite económica emergente del valle comenzó a diferenciarse de los campesinos dedicados a cultivos anuales como maíz y otros situados en comunidades periféricas, entre 1953 y 1979, y a estigmatizar como inferiores a sus similares. Me refiero a los ex colonos de comunidades céntricas y periféricas de Luribay.

Palabras claves: Luribay, campesinos, élite, renovación de cultivo, especialización en uva, diferenciación social


Abstract

This article presents the results of the investigation 'Grape production in Luribay: appropriation of grape cultivation by ex serf tenants, emerging elite and social differentiation'. Members of the new emergent economic elite in the valley, composed of vine growers, began to differentiate themselves from the peasants dedicated to annual crops such as maize and others, located in peripheral communities, between 1953 and 1979, and to stigmatize their former peers as inferior. This refers to the former serf tenants in central and peripheral communities in Luribay.

Key words: Luribay, peasants, élite, renewal of cultivation, specialization in grape, social differentiation


 

 

Introducción

Luribay es la primera sección de la provincia Loayza. Se encuentra a 17° 04' de Latitud Sur y a 67° 40' de longitud Oeste del meridiano de Greenwich. Está ubicada al Sur de la provincia Loayza. Limita al Norte con la Quinta Sección Cairoma; al Noroeste, con la segunda sección Sapahaqui; al Este, con la cuarta Sección Malla y la tercera Sección Yaco; al Sur, con la provincia Aroma. Luribay posee una superficie territorial de aproximadamente 475 km2 (Municipalidad de Luribay, 1999).

La topografía de Luribay es accidentada en un 90% y solo un 10% es plana (Municipalidad de Luribay, 1999). Las montañas son altas, con cimas delgadas y con pendientes quebradas, las serranías atraviesan al valle como desprendimientos discontinuos de la Cordillera de Tres Cruces, sobre 5.000 msnm, que mantiene con aguas cristalinas a los tres ríos de Luribay: el río Porvenir desciende de Ma-llajach'uma, de la codillera Tres Cruces; el río Chincha desciende de Atoroma, Cordillera de Tres Cruces; el río Luribay baja de la masa glacial de las lagunas ubicadas en la zona Monte Blanco, que son: "Huallatani, Huaynacota, Chojñacota y Altarani" (Miranda, 2003:16). En los márgenes de los tres ríos están dispersas las 46 comunidades del valle de Luribay, agrupadas en las Sub Centrales de Taucarasi, Cayarapu, Cachualla, Cuty, Achocara, Anquioma, Azambo, Poroma, Porvenir y parte de la Sub Central de Sacani Castilloma. El nivel valle de las comunidades mencionadas se encuentra ubicado a una altura de 2.300-3.200 msnm.

En la región de Luribay, situada en el departamento de La Paz, en la época de la hacienda, estaban establecidas dos clases sociales bien definidas: los colonos y los patrones mestizos. Los últimos eran los dueños absolutos de las tierras de las haciendas, ellos se dedicaban a la administración del proceso productivo de la propiedad. Al contrario, los colonos vivían de su fuerza de trabajo, aportando directamente a las haciendas con su mano de obra en producción agrícola, pecuaria y en servicios domésticos a las familias de los patrones; en recompensa,los patrones les cedían pequeñas parcelas erosionadas denominadas sayañas, de baja productividad, ubicadas en los cantos de las chacras principales. Los colonos en cualquier momento podían ser desalojados de las sayañas por sus patrones, cuando dejaban de trabajar para los dueños de la hacienda. Las sayañas eran destinadas para la reproducción de las unidades domésticas colonas, con el objetivo de asegurar y preservar la mano de obra para las haciendas.

Con la Ley de Reforma Agraria de 1953, las ex-haciendas se convirtieron en comunidades bajo el dominio de los ex colonos o también denominados sayañeros, organizados en sindicatos agrarios, que fueran facultados por la Normativa del Estado boliviano, difundida con el lema: "la tierra es de quien la trabaja". Con dicha ley, los ex colonos definitivamente se despojaron del poder feudal al cual estaban sometidos, y se les abría una gran esperanza: lograr la emancipación definitiva como clase para planificar libremente su futuro económico, qué productos cultivar y cuánto cultivar en sus sayañas. Una parte de los campesinos se guió por la demanda del mercado de cultivo de uva; especialmente las comunidades próximas al Pueblo de Luribay masificaban las variedades de vid, con una plantación sistemática de viña baja y algo de viña alta, y de manera muy secundaria introdujeron algo de otros cultivos perennes, como durazno, pera, manzana, higo, pacay y granada. Por otra parte, los ex colonos de las comunidades periféricas también empezaron a interesarse en el cultivo de uva. Así, poco a poco, comenzó a generalizarse la plantación de viñas en la mayoría de las comunidades hasta la década de los años setenta. Con eso comenzó a surgir la diferenciación campesina mediante la producción de uva; al mismo tiempo, se vaticinaba la emergencia de una nueva élite viticultora compuesta por un grupo de campesinos ricos de la región de Luribay.

El presente trabajo pretende explicar la apropiación del cultivo de uva por parte de los ex colonos de la región de Luribay, la consecuente diferenciación social campesina y el surgimiento de la élite campesina viticultora que se originó entre las décadas de 1950 a 1970 en el valle de Luribay de la provincia Loayza del departamento de La Paz.

La metodología cualitativa aplicada fue de información recolectada mediante entrevistas semiestructuradas y estructuradas a los comunarios entre los años 2005 y 2008. La población entrevistada es de 10 personas, con énfasis en personas mayores de 60 años; son ellos quienes formaron parte de la denominada época de oro de la producción de uva en Luribay. Además de la recolección de fuentes primarias, las entrevistas realizadas, se consultó fuentes secundarias.

 

Estado del arte

Las primeras cepas de uva llegaron a Bolivia en pepitas del Continente europeo, por la costa de océano Pacífico, en el decenio de 1550, estas fueron propagadas por los conquistadores y religiosos españoles por la multiplicación que hicieron en plantines. Los primeros viñedos fueron plantados sistemáticamente en los terrenos que estaban por debajo de 2.600 msnm; las huertas rápidamente se consolidaron en el valle de Luribay, provincia Loayza, del departamento de La Paz (Gade, 2005: 79). Pronto los viñedos empezaron a generar grandes vendimias de uva. Sebill corroboró la existencia de cantidades de derivados de uva en las haciendas de Luribay, como en el caso de Anquioma: para el año 1601 "(...) las cosechas son de 800 botijas de vino, 30 quintales de pasas (uva deshidratada)" (1989: 8).

A continuación, pasamos al análisis de la teoría de la economía campesina. Urioste señala lo siguiente: "Los campesinos están ahora obligados por sus necesidades a participar en dos tipos de economía, por un lado, un parcial autoabastecimiento alimenticio, y por otro, una economía de mercado (...)" (1976: 17). Esta visión es clásica cuando se aprecia la producción campesina de autosubsistencia de cultivos anuales tradicionales estudiada en las comunidades altiplánicas de norte de La Paz. Pero esta teoría no se adecua tanto a la economía viticultora de valle de Luribay. En la región de nuestro estudio, se desarrolló el cultivo de uva que es comercial, los mismos campesinos entraron al mercado vendiendo su producto y al mismo tiempo consumiéndolo (productos agrícolas e industriales).

Según Orlando Plaza, la economía campesina coadyuva a comprender el funcionamiento del trabajo agrícola familiar, elementos de la dinámica y tendencias transformadoras en vinculación con la sociedad mayor (Plaza, 1087). El autor amplía su horizonte de análisis, al explicar cómo los campesinos, con su producción agrícola, se vinculan al mercado de las ciudades capitales. Esta afirmación se puede contrastar con el modo como los campesinos viticultores de Luribay entraron a la especialización de producción de uva y de esa manera coparon el mercado de La Paz.

En otras regiones del Continente, específicamente para el caso colombiano, "el mercado ha reorientado la lógica campesina, hacia una lógica de especialización mercantil" (Bernal, 1991: 192). Esta visión concuerda con la época de oro (décadas de los sesenta y setenta del siglo XX) de producción de uva en Luribay. La producción de uva de esta región cubría la demanda del mercado paceño. De esa manera, los comunarios luribayeños entraron a la dinámica de mercado, vendiendo uva en el mercado y al mismo tiempo adquiriendo los víveres (productos agrícolas) y los productos industriales para su autoconsumo familiar. Asimismo, fue necesaria una creciente demanda de agroquímicos para el proceso productivo de uva. Los campesinos productores de uva se perfilaban como la nueva élite emergente de Luribay y así empezaban a disputarle el poder local a la élite tradicional mestiza y decadente.

En nuestro medio académico, algunos estudios sobre la élite campesina, la asumen como élite campesina progresista, es decir, "élite emergente surgida de las capas superiores del campesinado de las comunidades y vinculada con la organización campesina y el comercio de la coca" (Spedding, 2013: 22) en Chulumani, Sud Yungas, donde los productores de coca son la nueva élite emergente en las últimas dos décadas. Esta élite desplazó a la élite tradicional de vecinos del Pueblo de Luribay2, en su mayoría descendientes de los patrones. Al hacer un paralelo con Luribay, el inicio de la emergencia de la élite campesina fue precipitado. Después de la Reforma Agraria de 1953, se generaron cambios estructurales en la producción agrícola. Los ex patrones de las haciendas vendieron sus propiedades y otros dejaron en calidad de arriendo a sus mismos ex colonos. Además, los ex patrones no tenían la cultura del labrado de la tierra. En la producción agrícola de la hacienda, solo participaban como administradores y mandamases de los colonos. La mano de obra de los colonos generaba plusvalía de la producción de la tierra. A falta de mano de obra colona, en su mayoría, los ex patrones abandonaron y fueron migrando a la ciudad de La Paz, al interior del país y finalmente al exterior del país.

Con la migración, la mayoría de las familias de los patrones en la región de Luribay, los ex colonos, fueron apropiándose del cultivo de la uva. De esa manera, incursionaron en el rubro de la uva consolidándolo, guiados por la demanda del mercado. Al mismo tiempo, copaban el mercado. De esa forma, la clase colona de Luribay se convirtió en una élite emergente, entendiendo la élite como "grupos detentadores de grados de poder e influencia que les permiten imponer sus decisiones sobre otros grupos" (Spedding, 2013: 19). Los ex colonos productores de uva de Luribay llegaron a consolidarse como élite económica, pero en ese periodo no incidieron mucho en la política local. La política local era controlada por la clase de los ex patrones medio acomodados y pequeños ex patrones que todavía vivían en la región, manteniéndose en cargos políticos designados por el Gobierno departamental y el Gobierno nacional.

 

Apropiación campesina del cultivo de uva post 1952

En el periodo de la hacienda, el cultivo de uva y otros cultivos perennes fue exclusivo de los patrones de Luribay. Al contrario, los colonos solo estaban ocupados en los cultivos anuales como maíz, trigo, algo de ají, papa, camote, etc. Los cambios fueron generados en Luribay por la Reforma Agraria de 1953, como menciona Clark: "Los campesinos empezaron pronto a cultivar productos que antes fueron exclusivos de la hacienda" (citado en Paz, 1989: 28).

En el valle de Luribay, luego del proceso de la Revolución Nacional de 1952 y la Reforma Agraria de 1953, empezó a masificarse la plantación de uva; las huertas se consolidaron rápidamente en casi todas las extensiones de las parcelas campesinas, especialmente en las comunidades próximas al pueblo de Luribay o capital de la provincia Loayza. Para mediados de la década de 1970, las huertas de uva se fueron irradiando a las comunidades alejadas del Pueblo, como las siguientes Sub Centrales: Cuty, Cachualla, Q'arayapu, Anquioma y otros.

Mientras tanto, en las comunidades intermedias entre el pueblo de Luribay y las comunidades periféricas próximas al nivel de la cabecera de valle de la misma región, estaban retrasados en la plantación de uva, como la comunidad de Azambo, ubicada en la unión de los ríos Chincha y Porvenir. A finales de 1960, los habitantes de esas comunidades aún estaban dedicados a cultivos anuales como: maíz, trigo, papa, camote, y otros. Luego, a principios de la década de 1970, iniciaron la plantación sistemática de uva. Hasta esos años, todavía estaban en la diversificación de cultivos anuales y perennes. Las huertas de uva recién se consolidaron hasta mediados de la década de los años setenta.

Y en las comunidades periféricas, los que se encontraban en los últimos rincones del valle de Luribay eran la Sub Central Porvenir ubicada en el río del mismo nombre, y la Sub Central Poroma ubicada en el río Luribay, las dos situadas en la parte superior de los mismos ríos colindantes al nivel de cabecera de valle. Estas comunidades aún se dedicaban a cultivos anuales de maíz, trigo, papa, complementados con algo de cultivos perennes. Como en la comunidad de Porvenir, las viviendas estaban ubicadas en el nivel del valle, con acceso al nivel ecológico de cabecera de valle. En la cabecera de valle, aprovechaban la producción a secano. Su ciclo productivo giraba en torno a 15 aynoqas. Porvenir es una comunidad extensa en términos de territorio y de esa manera tenía mayor número de aynoqas. En estas aynoqas se cultivaba papa, oca, papaliza, isaño, cebada, trigo y haba.

Hacia finales de la década de 1970, en el nivel valle de la comunidad de Porvenir empezaron a consolidarse las huertas de uva; de esa manera, entraron a la dinámica de cultivos perennes incluidas otras comunidades periféricas. Lo contrario sucedía en las comunidades céntricas al pueblo de Luribay, pues empezaron a manifestarse los insectos de la filoxera, haciendo decaer a la producción de uva. En las comunidades periféricas, también tropezaban con un gran obstáculo: la falta de caminos carreteros para la vinculación entre el Pueblo y las comunidades periféricas de Luribay. Los tramos eran largos, de 5 a 7 horas de caminata entre el Pueblo y las comunidades periféricas. El transporte de cargas de uva se realizaba en muías hasta el Pueblo de Luribay. Luego eran embarcados en camiones con destino a las ciudades de La Paz y otras.

Además, los campesinos de las comunidades periféricas tenían otras opciones de mercado para la comercialización de uva, preferentemente en las ferias locales. Las distancias eran casi similares entre el Pueblo y las ferias locales. Esta última fue la primera opción para el mercadeo de uva. En esas décadas, había dos ferias importantes en la provincia Loayza vinculadas a la producción minera, la feria semanal del campamento minero de Viloco (Araca) y la feria semanal de la comunidad de Tablachaca (Yaco).

En la década de 1970, en general, la mayoría de las comunidades del valle de Luribay entraron a la dinámica de mercado con la producción de uva. Con la consolidación de la producción de uva, los luribayeños cubrían el mercado paceño, orureño y parte de Cochabamba. En casos excepcionales, trasladaban la uva de Luribay a la destiladora de San Pedro-Camargo del departamento de Chuquisaca.

 

Especialización en producción de uva

Con la especialización en cultivo de uva en las comunidades céntricas al Pueblo de Luribay, las unidades familiares, habían mejorado notablemente sus ingresos monetarios por la venta de uva en el mercado del departamento de La Paz. Al mismo tiempo, fueron inducidos a un mayor consumismo del mercado entre productos agrícolas, productos industriales y agroquímicos para la producción de vid, encabezada por un grupo de comunarios viticultores que se concentraban en las comunidades céntricas al Pueblo de Luribay. Ellos estaban formando la facción de campesinos ricos del valle.

Según algunas personas adultas de la tercera edad que fueron jóvenes solteros en las décadas de 1960 y 1970, se percibía lo siguiente: "no se sentía el gasto de dinero en compra de bebidas alcohólicas para las farras, cerveza, y además vino y singani". Estos últimos eran elaborados por los mismos comunarios de la región (entrevista a comunarios de Achocara, agosto de 2008).

En la misma época, los jóvenes luribayeños estaban radiantes, se inspiraban al componer algunas canciones rústicas para el desahogo de sus vidas, como el caso de la canción de Elizabeth en ritmo de kullawa. Con este ritmo, la compuso un joven del Pueblo de Luribay que pretendía a una profesora llamada Elizabeth, que trabajaba en el colegio del Pueblo. La hermosa dama no le daba importancia al pretendiente. De ahí que el pretendiente, decepcionado, se iba a la puerta de la vivienda de la profesora, muchas veces en estado etílico, en donde se desahogaba cantando y acompañado de las melodías de su guitarra, diciendo: "Elizabeth, Elizabeth". La misma composición rudimentaria fue arreglada por un artista reconocido de La Paz; la canción tuvo éxito en su momento. En las fiestas patronales de Luribay, los grupos orquestales de ciudad de La Paz rescataban algunas composiciones rudimentarias de los jóvenes luribayeños (entrevista a Honorio Condori, 20 de mayo 2008). Las melodías arregladas se difundían y muchos ritmos "pegaban" en las fiestas paceñas.

La élite económica campesina emergente de Luribay fue fruto de la época de oro de producción de uva. Y el medio para difundir el poder económico de las unidades familiares eran las famosas fiestas patronales; estas eran suntuosas, tenían animación de grupos orquestales de renombre del momento. En estas actividades festivas, participaba gran parte de la élite viticultora de la región.

En la misma época de oro de producción de vid, había subido bastante el ego de los jóvenes luribayeños. Este tipo de comportamientos festivos eran expresados con altanería en medio y frente a los jóvenes de otras regiones del altiplano y de los valles de otras regiones del departamento de La Paz. Las jóvenes o cholitas de otras regiones eran relegadas, las preferidas eran las hermosas jovencitas de la misma región; así, prevalecían las uniones conyugales entre las familias de viticultores (entrevista a Rosendo Mamani, 18 noviembre 2007).

Además, en la misma época, fue notable la subida del nivel de vida de los campesinos viticultores. Era conocido el consumo de diversos productos del mercado; así lo comenta don Melquíades Poma, de la comunidad Calvario-Mirafiores; en cada viaje a La Paz, algunas comunarios adquirían una pierna de carne vacuna para su consumo. El viaje con el comercio de uva se realizaba una o dos veces a la semana (entrevista en marzo de 2019).

Y otras opiniones de los propios luribayeños sobre sus ganancias de venta de uva eran que, en su mayoría, gastaban dinero en gran parte organizando fiestas patronales y fiestas familiares. En algunos casos extremos, decían que "había dinero hasta para botar" (entrevista a Lázaro Flores, comunario de Cuty, 12 de julio de 2010). Muchos pensaban que el auge de la producción de uva iba a durar para siempre. Otros se dedicaban solo a gastar plata. Pocas unidades familiares tomaron la previsión de ahorrar e invertir, comprándose lotes de terrenos y casas en la ciudad de La Paz, en los alrededores del mercado Rodríguez. Posteriormente, el precio de dichos bienes inmuebles se disparó, y actualmente estos espacios se han convertido en muy comerciales. La inversión a futuro a la cual apostaron algunos luribayeños les dio resultado.

Los que no invirtieron adecuadamente las ganancias obtenidas por el comercio de la uva se relegaron, acomodándose en villas más alejadas, como Munaypata, la Portada, y Alto Ch'ijini. Otros lo hicieron en las villas alejadas a la Ceja, en la ciudad de El Alto. Mencionamos el caso de intento de compra de un terreno y una casa, de don Gerardo Sarmiento, comunario de Peña Colorada: a mediados de la década de 1970, acumuló plata para comprar un manzano de terreno y una casa en la calle Illampu de la ciudad de La Paz. Con su esposa, había acordado comprar el manzano de lotes de terreno con una casa. Pero, en el intento se desanimaron. Ese rato pensaban que, aumentando más ahorros, podían comprar un terreno en mejor lugar y con una buena casa. En ese vaivén, uno de sus primos, de la comunidad Anquioma, empezó a pedirle préstamos de dinero para comprar un camión. Al principio, don Gerardo no quería prestarle y también lo consultó con su padre, quien era de la misma opinión. Como el préstamo de dinero casi siempre terminaba en problemas, más bien le recomendaba que se compre una casa en la ciudad de La Paz, para llegar y pasar algunas noches, durante la temporada de vendimia de uva, en los viajes que realizaba a esa ciudad con cargas de frutas. El primo y su mujer seguían rogándoles que le preste, a pesar de que él se negaba. Pero, en una ocasión se aprovechó de que estaba mareado, era en una fiesta de la Virgen del Carmen, en el Pueblo de Luribay. Don Gerardo estaba con su esposa y les rogó a ambos hasta hacerlos aceptar. En ese momento, ellos pensaron que les iba a devolver el préstamo de dinero y además era familiar suyo, por lo que hicieron el préstamo con más confianza (entrevista 16 de julio de 2017).

Después de un año, don Gerardo Sarmiento acudió a cobrar la deuda. El primo le decía que no tenía todavía el dinero y que se lo iba a devolver después de que lo reúna. Siempre le pedía que lo espere un tiempo. También le argumentaba que le iba mal con su camión. Así pasaron como cuatro años desde el préstamo que había hecho. De repente, comenzó a cambiar la situación productiva de la uva. Apareció la filoxera3 en su viña y, por ende, empezó a bajar la producción de uva. Entonces, se desconcertó don Gerardo, porque la producción de uva bajó bastante, estaba cerrándose el ciclo de auge de la uva. Don Gerardo seguía insistiendo en recuperar la deuda del primo, pero este nunca le devolvía. Ya desesperado, con la llegada de la crisis profunda, empezaba a secarse totalmente la huerta de uva. Además era ya inminente el inicio de la reactivación del insecto de la filoxera en la viña del primo, en Anquioma. Con esto, don Gerardo perdió definitivamente las esperanzas de cobrar la deuda. De ahí que don Gerardo se animó a comprar por lo menos un medio lote de terreno en la zona Los Andes, detrás del Cementerio General. Como tenía algo de dinero guardado y faltaba un monto pequeño, acudió a su padre para el préstamo de ese monto. De esa manera, logró completar el monto de ese medio lote de terreno, a finales de la década de 1970.

Este testimonio refleja la vida cotidiana de la época. No todos los productores aprovecharon en invertir los ingresos sustanciosos de la uva. Muy pocos aprovecharon al menos para comprar bienes inmuebles en la sede de Gobierno, que hoy les permiten pernoctar durante la temporada de la cosecha de uva. En suma, los campesinos de Luribay tuvieron éxito con el cultivo de uva, especialmente en las décadas de 1960 y 1970, también denominada la época de oro de producción de uva. De esas unidades familiares, muchas se dedicaron a gastar las ganancias pasando prestes de las fiestas patronales, a vivir el momento consumiendo diversos productos del mercado. Muy pocas unidades familiares invirtieron las ganancias, previendo el futuro económico de los hijos, comprando bienes inmuebles en la urbe paceña en el entorno del mercado Rodríguez, donde los bienes inmuebles se han vuelto muy comerciales y sus precios se han disparado.

 

Emergencia de la élite económica campesina

En el proceso de la Reforma Agraria, se generó una férrea lucha entre colonos y patrones mistis (mestizos). Los patrones no querían dejar los privilegios que tenían durante el sistema de hacienda, querían seguir dominando a los colonos con actos hostiles, aplicando los castigos psicológicos y físicos a los que estaban acostumbrados, en las actividades agropecuarias y en el servicio doméstico. Bajo ese sistema, los colonos debían estar, durante las 24 horas del día, atentos a cualquiera necesidad de los patrones. Asimismo, las autoridades políticas se parcializaban con los patrones mistis, como el alcalde de Luribay, que actuaba a favor de los patrones exigiendo tranquilidad a los colonos. Como en los valles de Cochabamba, las autoridades jurídicas pedían a los colonos "abandonar las actitudes de hostilidad hacia los patrones y cumplir sus deberes con normalidad" (Gordillo, 2000: 47). Las autoridades jurídicas, que estaban parcializadas con las familias mistis, tenían el dominio de la provincia Loayza. Por ello, las sanciones de la Ley se inclinaban hacia los colonos favoreciendo directamente a los patrones mestizos. Esto dio lugar a que muchas veces los patrones fueran liberados de las atrocidades cometidas contra los colonos.

Finalmente, los campesinos se impusieron a los patrones y salieron triunfantes de esa contienda, desplazando de este modo al régimen de la hacienda. Los colonos quedaron libres para planificar su destino económico, para saber qué productos cultivar y cuánto producir. Desde entonces, muchos de ellos apostaron por el cultivo de la vid. Al mismo tiempo, los ex colonos se apropiaron de cultivos perennes que habían pertenecido a los mestizos, lo cual asociaban con ascenso social, y que dio lugar a que se genere diferenciación social entre los mismos campesinos luribayeños.

A lo largo de la historia, los colonos habían sido subordinados y segregados por los patrones, lo que todavía estaba presente en las mentes de los viticultores campesinos aun cuando ya eran ex colonos. La represión acumulada de los campesinos ricos explosionaba hacia los campesinos de las comunidades periféricas, que persistían con cultivos anuales similares a los de la época de hacienda. En el imaginario de los primeros viticultores, ellos se percibían como los progresistas y con status social superior, colocándose a nivel del grupo de mestizos que vivían todavía en la región. Este nuevo grupo de campesinos ricos de la región se ponía frente a los campesinos supuestamente pobres que persistían con la producción tradicional en las comunidades periféricas del valle de Luribay. Es decir, a medida que más comunidades se incorporaban al cultivo de uva, y ellos paralelamente ascendían a un status social superior, automáticamente se diferenciaban de los campesinos dedicados a cultivos anuales y a la vez se creaba en la región la dicotomía entre comunidades del centro y comunidades periféricas.

El comportamiento social de los primeros productores de uva notoriamente cambió su forma de vida; estos productores asumieron algunas actitudes de los ex patrones, como, por ejemplo, los patrones del consumo de víveres. Algunos testimonios dan cuenta de que se incrementó el consumo de carne vacuna por parte de los campesinos viticultores. Antes, estos mismos productores, cuando estaban dedicados a cultivos anuales, no compraban carne, solo trocaban ch'arkhi (carne deshidratada) con maíz de los caseros o de gente de altiplano. Los vallunos tradicionales solían criar animales de corral como conejos y gallinas; en casos excepcionales, como fechas especiales y fiestas patronales, se carneaba algo de ganado caprino y ovino.

Los recursos económicos obtenidos por la venta de uva, en estas nuevas condiciones, dieron lugar a que los comunarios los gasten "como locos" (testimonios de comunarios). Los ex comunarios se apropiaron de las técnicas de la transformación de uva a vinos y singanis que tenían los ex patrones de las haciendas. Asimismo, pasaban suntuosas fiestas patronales con gastos dispendiosos, induciendo al consumo de cerveza, vinos y singanis, otrora bebidas tradicionales de los campesinos ricos. Además, para amenizar las fiestas patronales, contrataban grupos musicales exitosos del momento.

Algunas personas recuerdan pasajes de la juventud y de la época de oro de producción de uva, en los siguientes términos: "(...) había tanta uva que suelen echarse a perder, no había cómo sacar a La Paz, sabe faltar canastas para empacar y mano de obra" (entrevista a Asencio Chipana, julio de 2008). Además, la dificultad que atravesaban los luribayeños, por un lado, la falta de caminos carreteros, y, por otro lado, el poco mantenimiento de los caminos carreteros, para el caso de quienes podían acceder a estos, era un problema; era muy tortuoso el tránsito de camiones entre La Paz y Luribay. Por esto, muchas unidades domésticas se dedicaban a transformar la uva en vinos y singanis.

Los jóvenes en la época de oro de uva se mostraban muy orgullosos ante sus similares de otras regiones, como Río Abajo, de la provincia Murillo, y Sorata, de la provincia Larecaja; a los campesinos del altiplano los denominaban 'pata jaqi' (gente de altiplano), con cierto tono diferenciador. Los altiplaneños que frecuentaban al valle de Luribay, procedentes de las provincias Aroma, Pacajes, Ingavi y Curaguara de Carangas (Oruro), llevaban productos como chuño, ch'arki y papa para trocarlos con frutas. Algunos de ellos se quedaban semanas o meses para trabajar como jornaleros en las actividades productivas de uva como el cusupi (desyerbe) y la cosecha.

Los jóvenes adinerados se farreaban y solían rotar por las comunidades. De esas épocas nos comentaba don Donato Tunque: "pareciera que es cuento, pero es verdad, había dinero hasta como para limpiarse y para botar las ganancias de la venta de uva. De ahí en la juventud con los paisanos sabemos ser muy altaneros, atenidos a la plata" (entrevista a Donato Tunque, agosto de 2004, Pueblo de Luribay). Además, en esa época, "la mayoría de los jóvenes, para casarse, se buscaban parejas del mismo valle, no querían mujer del altiplano" (entrevista a Mariano Luque, julio de 2004). El nivel ecológico era diferenciador entre gente del altiplano pata jaqi y gente del valle denominada qirwa jaqi (gente del valle) en el sur del departamento de La Paz.

Don Jacinto Vásquez de Achuqara, que se refiere a los primeros sayañeros productores de uva, comenta que su suegro, Manuel Ramírez, había sido uno de los primeros sayañeros que plantó uva; su huerta tenía una extensión aproximada de una hectárea y media, el viejo era malo, se comportaba parecido al patrón de la hacienda, era bien altanero e humillador, atenido a su plata. Continúa explicando lo siguiente:

Mi padre era sayañero, me regaló una parte, pero quedó pequeño el terreno. Al principio ese mi suegro me sonó con palo, me botó de su casa. Después de ocultas me lo he llevado a mi enamorada porque estaba esperando familia, si no habría esperado familia, le he dejado así. Después me decía: "muerto de hambre, flojo", otras cosas irreproducibles. Además, me decía: "cómo piensas mantener a la mujer". Después era tanta la rabia sé pegar harto a mi mujer, sé hacer pagar esas humillaciones a su hija (entrevista a Jacinto Vásquez, 20 de julio de 2005, Pueblo de Luribay).

El comportamiento de la élite emergente de comunarios viticultores en general mostraba su altivez; ellos se creían musus (descendientes de los patrones que no trabajan directamente la tierra, solo contratan mink 'as o jornales)4. Esto muestra cómo se creaban los supuestos patrones ex colonos, en un nuevo estilo post Reforma Agraria de 1953, en parte, copiado según el modelo de la indolencia de los ex patrones mestizos.

Don Manuel Ramírez fue colono de la hacienda. Comenta que había sufrido duros sometimientos forzados de sus patrones, había sido obligado a cumplir trabajos agropecuarios y servicios domésticos en la casa de la hacienda para toda la familia de los ex patrones. Recibió malos tratos y vio mutiladas sus aspiraciones. En parte, su personalidad fue endurecida y a la vez se volvió posesivo en su comportamiento social, expresado en la relación con su familia, hijos y yernos, y ante los campesinos ajenos que supuestamente eran sus inferiores.

Quienes disfrutaron más años del auge de la uva fueron los comunarios de la Sub Central Achuqara; en mismo sector, surgió la nueva élite emergente de campesinos ricos, y sus relaciones sociales eran con los musus del Pueblo. Ellos empezaron a imitar la vestimenta del misti: zapato, saco y sombrero. También copiaron algunos hábitos de los ex patrones mistis, como no trabajar la tierra, contratar jornaleros o mink'as (jornaleros con remuneración en dinero o en especie) para los chonteos de viña, desyerbes y cosechas. Muchas veces, a los hijos les delegaban los trabajos de labrado de la tierra; los hijos, con mink'as, cumplían los chonteos (primer roturado de tierra en las huertas de uva después del ciclo de descanso de las plantas). Por su parte, los jefes de las unidades domésticas solo controlaban el trabajo. Las mujeres de las unidades domésticas se dedicaban a las labores domésticas, como lavar la ropa, preparar comida y atender al marido. A la muerte de la jefa de la unidad doméstica, esas tareas eran asumidas por las nueras, quienes se hacían cargo de atender al viudo, lavando ropa y preparando los alimentos. Los hijos varones estaban obligados a recoger al viudo de sus farras (borracheras), las bebidas alcohólicas eran compartidas con los viticultores y con los musus (descendientes de los patrones que no trabajan directamente la tierra, solo contratan jornaleros para el labrado de tierra) del Pueblo. Para las reuniones sociales, el lugar preferido era la plaza del Pueblo; ese espacio representaba simbólicamente el centro de poder político de la provincia Loayza; en el pasado, desde ese lugar, los patrones mistis ejercieron el poder feudal a los colonos por varios siglos, durante la Colonia, la República hasta concluir su dominio con la Ley de Reforma Agraria de 1953.

La élite emergente viticultora campesina del valle de Luribay alcanzó a ser élite económica de Luribay en las décadas de 1960 y 1970. Con esto, empezó a diferenciarse del resto de la población campesina de las comunidades intermedias y alejadas de Luribay. Como viticultores progresistas, percibían al resto de ex colonos que se mantenían con una producción anual, como inferiores en la producción agrícola. Además empezaron a vincularse con la descendencia de los mistis que se había quedado en la región. Con eso se percibían como parte de los tradicionales patrones mistis, copiando algunos estilos de vida, como gastar dispendiosamente dinero en las fiestas o vestir al estilo de los patrones tradicionales. Además, tenían poder de mando sobre sus subalternos, como en su propio hogar, y sobre los campesinos dedicados a cultivos anuales.

 

A manera de conclusión

Los ex colonos de las comunidades del valle de Luribay lograron apropiarse del cultivo de uva, producto principal que era monopolizado por los ex patrones de la hacienda antes de la Revolución de 1952. Las primeras comunidades que se ubicaban en el entorno del Pueblo fueron las que iniciaron la introducción de uva. En esas parcelas campesinas, se dieron resultados sorprendentes, y se llegó hasta la especialización del cultivo de uva destinado netamente al mercado en su estado natural como fruta y transformado en vino y singani.

Los campesinos de Luribay se diferenciaron entre los agricultores dedicados a cultivos anuales y los que se dedicaban a los cultivos perennes. Los que se mantenían con cultivos anuales eran vistos como tradicionales de la economía campesina. Los viticultores especializados se veían como campesinos progresistas, basados en los cultivos perennes de los patrones en la producción de uva, que habían ingresado a la dinámica de mercado. Con el comercio de la uva y de las ganancias, entraron a la lógica de mercado. De esta manera, se convirtieron en consumidores del mercado de productos agrícolas y pecuarios, de vestimentas y de insumos agrícolas.

El campo político en Luribay había sido incidido por la élite económica campesina. En ese proceso, tuvieron sus altibajos por el "bajón" de la producción de uva a finales de la década de 1970. Para los ex colonos o campesinos, fue un gran avance en su historia subir su nivel económico y social en el valle. De esta manera, los productores campesinos emergentes lograron desplazar a la élite tradicional descendiente de los patrones mistis.

El primer ciclo de los productores de uva empezó a cerrarse a finales de la década de 1970, con el inicio de la crisis de uva. La élite emergente campesina retrocedió cediendo los espacios de poder ganado, entregándolo a los descendientes de los patrones mestizos. Los ex colonos campesinos tuvieron que esperar dos décadas para que se reactive su economía campesina y, de esa manera, desterrar definitivamente a la élite mestiza de la provincia Loayza.

 

Notas

1 Boliviano. Licenciado en sociología, Universidad Mayor de San Andrés. Investigador contratado por el Instituto de Investigaciones Sociológicas “Mauricio Lefebvre”, carrera de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, UMSA. Correo electrónico: gfloresq9@gmail.com

2 En el presente artículo, distingo el municipio de Luribay del pueblo del mismo nombre designándolo como Pueblo, pueblo de Luribay o capital de la provincia Loayza.

3 Son insectos subterráneos que ataca desde las raíces de la planta de uva.

4 Los pequeños ex patrones que todavía vivían en el Pueblo no trabajaban directamente la tierra, ellos más bien contrataban peones, y otros trabajaban como artesanos en cualquiera de los siguientes oficios: sombrerero, herrero, panadero, tinterillo o abogado sin título, etc.

 

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