OPINIÓN

Poder Kolla y metamorfosis del Ayllu

Por Fernando Untoja Ch.

La irrupción de cuestionamientos a la economía y la justicia comunitaria va ganando fuerza en la sociedad, los espacios donde con más fuerza se critica son los centros laborales y universitarios; la implementación de la CPE (ver justicia comunitaria) en lugares donde existen ayllus genera también contestaciones violentas contra el Estado. Y nadie del régimen parece tener las ideas claras para explicar este caos y la violencia de la justicia comunitaria.

A pesar de la contestación social, la frivolidad y el resentimiento indigenista de "dejar pensar" a los indígenas", el Colon colonizado sigue vendiendo la ideología de la decadencia socialista, presentan por su propaganda que Bolivia se está liberando de la dominación. Sin embargo, toda esta propaganda va demostrando la incapacidad para encontrar soluciones efectivas, cuando el caos ecológico y económico, acentúan la desigualdad social

La inoperancia y el fracaso global del sistema del régimen socialista han conducido a la pérdida de toda credibilidad en la ciencia de la economía política. Esta ciencia, como todas las ciencias positivas con fundamento en la metafísica tradicional, relega al hombre a la categoría de mera cosa funcional. Y con esto, han autorizado "científicamente" la transmutación del gobierno a una mera función económica. El control del Estado es presentado y justificado como redistribuidor del excedente, aunque no de recursos, pero en el fondo es un distribuidor de los desequilibrios y de miseria que él mismo produce.

Frente a esta concepción del Estado esclavizante, desde el Ayllu postulamos la economía en su sentido original, que restaura el papel del individuo como el único administrador de sus propiedades. El Estado esclavizante actúa como una administración usurpadora de las propiedades. Con la concepción del Ay11u, es posible desvelar y denunciar el escamoteo y el freno urdido por los neo-socialistas, contra las verdaderas aspiraciones del mundo kolla.

El retorno al Ayllu real, conduce a la liberación irreversible del mundo kolla de las tiránicas estructuras económicas que nos imponen los indigenistas. El individuo aymara es aquel que ha adoptado la firme resolución de regirse a sí mismo, sin sumisión a nada ni a nadie, excepto a la reglas de juego. La Concepción del Ayllu conduce a una revolución, pero no hacia fuera o simplemente política, sino hacia dentro, revolución en la práctica y la ética del individuo.

Es este individuo, el único con posibilidad de restablecer las reglas de juego en un mercado distorsionado por el Estado. Para comprender esta concepción proclamamos dos principios fundamentales del comercio: La plena Libertad de comerciar y la Equidad del trato comercial. El Ayllu es una economía de transacción natural, es una simultaneidad en el vivir, en un mundo donde las reglas de juego, la lógica de la propiedad común y la posesión privada son la base institucional.

En la actualidad esta lógica funciona como una relación combinada entre el comercio mercantil y el sistema de circulación natural; cierto con la dominancia del primero. En esta lógica, muchos aymaras se desplazan y ocupan espacios y redes de circulación casi en todo el país, convirtiendo a Bolivia en un espacio de tránsito de mercancías del Pacífico al Atlántico, del norte al sur. En esta nueva relación social, la acumulación comercial destruye las antiguas relaciones sociales de reproducción como el ayni y otras formas de cooperación.

Este proceso obliga a las economías no capitalistas a entrar en el juego de las relaciones capitalistas o estar fuera sin posibilidades de asumir un papel protagónico. Vivir en el Ayllu quiere decir estar en y con la transformación del medio social, y sólo allí la transformación de la comunidad y del individuo adquiere un sentido humano. Vivir en el Ayllu es cultivar la individualidad, sólo así el individuo y la familia explota su capacidad innovadora en beneficio de la sociedad. Toda esta capacidad innovadora se perdió con la des-estructuración socio-económica en el tiempo y fue acelerado por el indigenismo y las ONG.

Pero gracias al comercio, la economía del ayllu comienza a acumular en términos capitalísticos, lo que muestra una gran capacidad de adecuación a las reglas de juego del proceso económico. El conocimiento de esta lógica, nos sitúa en el compromiso entre la política y la economía y permite comprender el Ayllu en su proceso de metamorfosis en el que las formas de estructuración con el comercio, presentan cambios muy rápidos y en un tiempo también muy corto, tanto al nivel interno e internacional.

Todos saben que el comerciante kolla es aquel que atraviesa fronteras, el que trafica; y también es el explorador de los espacios de intercambio. El comercio condenado por Aristóteles en la Grecia antigua, es aceptado con una rapidez y ahora hace parte de la lógica de reproducción del Ayllu. El hombre del Ayllu ahora es mercader y el intercambio deja de ser ajeno al ayllu. En ese sentido la llamada economía comunitaria se convierte en obstáculo para la acumulación y la formación de verdaderos q'amiris.

El individuo comprende que vivir es situarse en la maquina económica, vive en ella y depende de ésta. El Ayllu durante la Colonia y la República como institución, se re-estructura al "margen" del poder colonial y del Estado, es en el comercio que se reconstituye el Ayllu como una maquinaria de absorción de mano de obra. Ésta permite una actualización y adecuación permanente a las exigencias de la innovación y la incursión en la economía mundial. Los hombres del Ayllu se encuentran en la relación triangular: mercader, asalariado y capitalista.