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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.26 La Paz  2005

 

Movimientos Sociales y Autonomías Regionales

 

Polarización del País entre el Movimiento Indígena y la Oligarquía Cruceña

 

 

Félix Patzi Paco1

 

 


 

 

1. ¿Después de Octubre qué?

El 18 de octubre de 2003, mientras una mult1tud de campesinos y trabajadores urbanos llevaban ~1 altar de! d1scurso de los dirigentes sindicales a Carlos Mesa corno un nuevo presidente, la clase media preparaba la lista de los ministros quienes aparentemente se sentían capaces de solucionar la crisis del país. Era un momento en que todos creían que realmente se estaba dando una alianza entre el movimiento indígena y la clase media. Por primera vez, la historia sería decidida por los protagonistas de Octubre.

Carlos Mesa, encantado por su popularidad, subió a la ciudad de El Alto para vivar, juntamente con los triunfadores de la lucha, que habían logrado la renuncia de Sánchez de Lazada. En ese escenario, el nuevo presidente se comprometió a hacer cumplir el nuevo programa nacional que consistía para los indígenas urbanos de El Alto en la nacionalización del gas y la Asamblea Constituyente. En la memoria colectiva quedó muy clara esa línea política, por eso los campesinos que habían llegado desde Oruro y Potosí para apoyar el movimiento de Octubre ahora retornaban a sus p ueblos e on 1 a e speranza d e h aber logrado u n f uturo m ejor para el país.

Pese al clima de optimismo, el fantasma del incumplimiento presidencial siempre estuvo presente en muchos escépticos pues no sería la primera vez que fueran engañados. La mentira fue la práctica y política de1os conquistadores para apaciguar la lucha en diferentes momentos históricos de la revuelta indígena. Por eso, la Confederación Sindícal Única de Trabajadores de Balivia dio tres meses de plazo para el cumplimiento de la Agenda de Octubre; y la Central Obrera Regional de El Alto también puso un límite, aunque un poco más extenso, al nuevo gobierno.

Para el país parecía iniciarse un nuevo ciclo que consistía en el fin del neoliberalismo económico y el cambio del sistema político. Sin embargo, para llevar adelante esta transformación se necesitaba no sólo un Gobierno decidido que ejecute la Agenda de Octubre, sino también un Parlamento que desde el Poder Legislativo apoyara incondicionalmente la esperanza del pueblo. Pero precisamente ese pueblo no tenía ni un Gobierno ni un Parlamento comprometidos con la Lucha de Gas. Carlos Mesa de inicio vaciló entre realmente llevar adelante su deber nacional diseñado por las bases o defender el interés de clase dominante; y sin duda optó por la defensa del capital, para ello rediseñó la Agenda de Octubre conforme a su libre interpretación respecto a: a) la nueva Ley de Hidrocarburos, b) el Referéndum sobre los recursos de gas y e) la Asamblea Constituyente.

Por otro lado, el pueblo enfrentaba a un Parlamento que no había cambiado un ápice pese a la Lucha de Octubre, por lo que desde ese lado no podía tener ningún tipo de esperanza; sino al contrario, a la hora de diseñar la unidad en base a los requerimientos populares, los parlamentarios siempre defendieron los intereses de la clase dominante. Así lo hicieron obstaculizando el juicio de responsabilidades a Gonzalo Sánchez de Lozada y, posteriormente, oponiéndose férreamente a la política de Nacionalización del Gas.

Hasta el Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales, se había embarcado en el tren del Gobierno para juntos trabajar a favor de la realización del Referéndum. Desde los pasillos del Parlamento, e1 propio Morales tergiversó el proyecto de nacionalización indicando que el Referéndum era la respuesta a la Lucha de Octubre, para que el pueblo pudiera decidir sobre el destino de los recursos de gas.

Entonces, desde diferentes instituciones del poder trabajaron para hacer creer a la población que el Referéndum era una democracia participativa y que con la realización de esta consulta en Bolivia se estaría dando un rompimiento del monopolio de decisión que tienen los partidos políticos. Así nuevamente fue engañada la población, confundiendo la democracia directa con el mecanismo de legitimación de la decisión de una élite sobre un tema específico a trav~s Referéndum. En el Referéndum el pueblo no decide ni mucho menos delibera sobre una política determinada, sino que un grupo de representantes -que pueden ser parte del gobierno o del propio Parlamento- son los que elaboran preguntas conforme a un interés de clase, con el objetivo de garantizar la legitimidad de la decisión. En ese sentido el Referéndum es totalmente opuesto a las prácticas de decisión política del movimiento indígena donde la deliberación es prerrogativa y derecho del pueblo y los representantes sólo son los ejecutores de la decisión colectiva.

Por lo tanto, las cinco preguntas2 elaboradas desde el Poder Ejecutivo, en colaboración con el MAS, en el Referéndum sobre el gas -llevado a cabo el 18 de junio de 2004- sirvieron para que el Gobierno de Carlos Mesa se considerará ganador por la respuestas favorables que obtuvo y ~ue contestaron con un SI a las cinco interrogantes planteadas . Para el Presidente, el Referéndum fue interpretado como un triunfo hacia las posiciones "nacionalizadoras" del gas. A partir de entonces, Mesa mostró su verdadera cara como defensor de1as transnacionales y con ello también traicionó el programa nacional y el interés popular que fueron propugnados por el movimiento social de Octubre.

Al día siguiente del Referéndum, Carlos Mesa, los comunicadores y los intelectuales de derecha alardeaban por su triunfo. Desde ese momento, y apoyado por los medios de comunicación, el Presidente no dejó de estigmatizar a Felipe Quispe, que es Secretario Ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores de Bolivia; a Roberto de la Cruz, que luchó como dirigente de la Central Obrera Regional de El Alto por la Nacionalización del Gas; y a Jaime Solares, Secretario Ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, calificándolos como extremistas y dañinos para el país. Mesa no dudó a partir de entonces en hacer alianza con las empresas transnacionales.

Sin duda, el Referéndum para el Gobierno no sólo fue usado como una política de apaciguamiento del movimiento social, sino sobre todo le sirvió para dividir a los dirigentes y conseguir el respaldo social para elaborar una Ley de Hidrocarburos que consiste en el 18 por ciento de regalías y 32 por ciento de impuestos hidrocarburíficos no deducibles. De esta manera el programa de Nacionalización del Gas del movimiento indígena urbano y rural fue traicionado. El Referéndum sirvió para engañar al pueblo y la población, frustrada, no tenía otro camino que reorganizarse para enfrentar nuevamente la lucha.

Pero por esta vez la clase media criolla y mestiza dejó de respaldar al movimiento social, se identificó o reencausó su identidad de origen con el Presidente de la República. Encontró en Carlos Mesa a1 portador de su proyecto social y defensor de su interés de clase. Mostró su verdadera cara que históricamente construyó u n i maginario negativo h acia el i ndígena y a p artir d e entonces la clase media se constituyó en la única base social del gobierno.

Desencantado por la traición a sus objetivos, el movimiento indígena retira su apoyo al gobierno de Carlos Mesa. Los indígenas una vez más se dan cuenta que mientras exista un gobierno criollo-mestizo siempre defenderá los intereses de su origen étnico, por eso prefirió organizarse para enfrentar nuevamente la lucha. En este juego de traición también involucraron al MAS y a Evo Morales por ser cómplices de la política llevada por el Presidente.

Pero el Gobierno tampoco encuentra el apoyo en la burguesía cruceña, debido a que Mesa, al fin y al cabo, fue presidente producto del movimiento social, y eso no les gustó a los oligarcas de Santa C ruz que s iempre a cusaron a M esa d e h aber d ado e 1 "golpe" a Gonzalo Sánchez de Lozada y vieron al mandatario como causante de un desplazamiento de poder. Sin embargo, la burguesía cruceña no se resigna a perder; de ahí que en junio de 2004 define su propia agenda consistente en el pedido de Autonomía departamental, para de esta manera recuperar el poder político a nivel regional.

A partir de entonces cada vez más se avizoraba la polarización del país entre el movimiento social integrado por los indígenas y el capital centrado en la oligarquía cruceña. Se perfilaban dos movimientos que no encontraban respaldo estatal, pero al mismo tiempo tampoco dejaban de sentirse representados. Se diseñaba un Estado que sin dubitar apoyaba la reproducción del capital transnacional pero que, paradójicamente no contaba con apoyo de la burguesía nacional. La constante ambigüedad en el discurso del presidente Mesa ocasionó eada vez mayor desencanto de parte de ambos movimientos.

Viendo que cada vez perdía más respaldo social, el Presidente intentó recuperar su popularidad dictando la Ley de Desmonopolización de Partidos, por la cual un representante nacional o municipal puede ser elegido no sólo a través de partidos políticos, sino también mediante agrupaciones ciudadanas o agrupaciones de pueblos indígenas. Con esta actitud, Mesa nuevamente hizo parecer su discurso como una respuesta positiva al pedido del movimiento social, hizo creer que la mencionada Ley implicaba la profundización de la democracia y, fundamentalmente, que recuperaba la práctica política del pueblo indígena.

Sin embargo, en los hechos, esta Ley significaba la profundización de la democracia liberal pues si bien eliminaba la elección de un candidato exclusivamente vía partido, aún conservaba el mismo sistema de representación que no reconoce la práctica política de la población indígena donde, primer lugar, no se elige representantes para la deliberación -puesto que ésta es ejercida directamente por el pueblo y el representante lo único que hace es ejecutar la decisión de esa colectividad-; y en segundo lugar, el representante no es nombrado mediante elección, sino que asume el cargo por turno y rotación. En este sentido, el modelo político indígena es negado por el sistema electoral, de ahí que la Ley de Desmonopolización de Partidos no recuperaba en ningún aspecto la práctica indígena en el modelo político societal, lo que en realidad era el pedido de la población indígena.

Aún más, dicha Ley había sido utilizada por la clase dominante para frenar el avance político del MAS y el MIP, ya que después de Octubre los partidos tradicionales -como el MNR, ADN, MIR que habían dominado por más de 20 años- perdieron representatividad y se vieron diezmados. Ante su debilidad, estos partidos desde el Parlamento vieron como única forma para disminuir el caudal de voto en las elecciones municipales de 2004 crear otras organizaciones políticas, como agrupaciones ciudadanas e indígenas. Y por otro lado, ésta era la única forma para que algunos líderes de los partidos tradicionales de derecha puedan participar en las elecciones municipales con cierto éxito, y de esta manera hacer nuevamente una línea común para enfrentar al movimiento social.

Sin duda, con esta medida el Gobierno políticamente logró fraccionar más al movimiento social, debido a que a partir de ese momento muchos dirigentes se dedicaron a conformar su agrupación ciudadana o indígena para participar en las elecciones municipales. En el campo, se profundizaron las redes clientelares y de compadrazgo sobre la base de pequeños grupos. Cada persona se sentía capaz de ejercer la representación y ser candidato a munícipe pues ya no necesitaba el aval político del jefe o dirigentes de un partido, inclusive cualquier disgusto con las instancias de dirección del partido dio lugar a que varias personas creasen s us p ropias a grupaciones e iudadanas o i ndígenas. Tres meses pasaron en la recolección de firmas para la obtención de personería jurídica.

De esta manera el movimiento social se distrajo de la Agenda Nacional que había diseñado en Octubre, y eso fue bien aprovechado por la clase dominante en su reorganización, ya que unos se dedicaron a recrear sus propias agrupaciones ciudadanas para desde allí apostar por el proyecto de defensa del capital y otros, como la burguesía cruceña, elaboraron el proyecto de Autonomía para, en torno a él, reagrupar a la población carente de noción histórica de su región.

Los resultados de las elecciones municipales, que se desarrollaron en diciembre de 2004, fueron funestos para el movimiento social, ya que en las principales ciudades ganaron los partidos y las agrupaciones ciudadanas de derecha4; o sea, que si bien desparecieron1os partidos tradicionales, 1os mismos líderes, que antes defendían a dichos partidos, ahora representaron a agrupaciones ciudadanas y resultaron ganadores en muchas regiones. De esta manera, el sistema liberal encontró la solución a su crisis mediante el relanzamiento de sus líderes tradicionales bajo una aparente eliminación de partidos tradicionales.

Así, el programa nacional impulsado por el movimiento social de Octubre no sólo fue traicionado por el Presidente de la República, sino también por la tergiversación y manipulación conforme al interés de la clase dominante. El proyecto de Nacionalización de los Hidrocarburos y la Asamblea Constituyente fue postergado por el Presidente que distrajo a la población con el Referéndum y a las Elecciones Municipales; ese tiempo fue suficiente para que la oligarquía dominante se reorganizara.

El resultado fue que el movimiento social, después del Referéndum y de las Elecciones Municipales, salió totalmente desgastado y dividido. Las pugnas internas y la competencia por el liderazgo profundizaron aún más su crisis. Inclusive líderes de Octubre -como Roberto de la Cruz, Felipe Quispe y otros-desaparecieron del escenario de discusión política. El MAS, pudiendo capitalizar el apoyo del movimiento social en la elaboración de un nuevo proyecto de sociedad para la Asamblea Constituyente, se enfrascó solamente en elaborar algunas consignas orientadas a la disputa del excedente de1os recursos del gas, con la propuesta de 50 por ciento de regalías para las transnacionales. Su discurso fue que lucharía por forzar a que la población apoye su propuesta, bajo el argumento que la nacionalización es imposible en el contexto de globalización.

 

2. La reorganización de la oligarquía camba y sus características principales

Después de Octubre, la burguesía no sólo perdió a un Presidente que defendía e1 interés del capital transnacional, sino que eomo clase fue hecha an1cos; perdió el poder político, sus representantes en el Parlamento quedaron totalmente deslegitimizados y estuvieron a cada momento amenazados, por el movimiento social, de ser echados del Palacio Legislativo. Desde ese momento los parlamentarios de la derecha no sólo actuaron temerosamente para sacar cualquier Ley, sino que internamente se dividieron entre los que aún creían en sus líderes históricos y los que hábilmente se sentían capaces de reencausar los objetivos de sus partidos para adecuarse al nuevo contexto histórico. Pero en general, el panorama para ellos se pintaba rumbo a su real proceso de extinción.

Acorralados por esta situación, los miembros de la burguesía se refugiaron en sus empresas y desde allí, en principio, se dedicaron a fustigar todos los actos de movilización colectiva. Y desde Santa Cruz - que es el corazón del capitalismo de Bolivia a partir de los años 70 del pasado siglo - desempolvan la historia de las luchas de la descentralización. Recuerdan la época dorada de su tranquilidad, desde los años 40 hasta los 60, donde cambas, llamados mozos, se entregaban voluntariamente al paternalismo de los gamonales. Añoran aquel tiempo cuando el camba mozo llamado "cunumi" servía incondicionalmente a su patrón. Extrañan el servilismo indígena, como ejemplifica la siguiente conversación:

-Patrón... quiero diez pesos.

-Toma cinco... no necesitas más.

-Patrón... quiero cinco botellas de trago.

-A ver (dirigiéndose en voz alta a las cunumis encargadas de la despensa), vengan a llevar estas botellas y llénenlas de alcohol. (Catoira Marín Ricardo,2001:23).

La burguesía y los terratenientes cruceños, que hoy constituyen la oligarquía, a diferencia del resto de la burguesía boliviana estuvieron siempre a costumbrados a1a1 ealtad s ervil d el e amba, como dice Ricardo Catoira: "Si un compañero le hablaba de organizar un sindicato, al día siguiente el instigador recibía dos arrobas de guasca" (Catoira Ricardo, 1998: 24); por eso los gamonales no conocían una organización revolucionaria que afectara sus intereses. Las un1cas organizaciones que prevalecieron hasta los años 80 fueron las Mutuales y las Congregaciones religiosas; actualmente se organizan en fraternidades para la entrada de la fiesta de Carnaval como una política que sirvió para la construcción de identidad de la tradición cruceña. La clase trabajadora y la clase media, por lo tanto, tenían a los "señores del pueblo" como invitados en todas las fiestas para demostrar su lealtad y servilismo. Como anota Catoira: "En oportunidad de las fiestas de Carnaval, se distinguían tres tipo de comparsas: las decentes, las de medio pelo y las de los cambas. Las comparsas decentes -dice el autor- daban sus bailes en el Phalace Theatre y el ingreso para ver estos bailes si bien era gratuito, era muy controlado para que no se puedan filtrar personas de medio pelo o cambas. Para la gente de medio pelo el espacio social de baile era el local Alfredo Montero y para los cambas, el Lauro Correa (Catoira, lbid: 32-33). De esta manera en Santa Cruz se iban construyendo las fronteras étnicas o de clase.

Las relaciones matrimoniales de la élite cruceña se asemejaban a las de la nobleza española, donde hasta hoy priman las reglas de endogamia como una estrategia de conservación de su círculo social, que es la base fundamental para construir una sociedad de casta. Para demostrar el orgullo de su pureza de sangre, los burgueses hasta hoy abren las ventanas que dan a la calle para que el pueblo pueda admirar desde afuera dicha ceremonia.

La organización feudal del trabajo siempre hizo feliz a la élite de Santa Cruz. El oligarca gustaba de que le llamen "Patrón", así presumía de aristócrata; su ritmo de vida era pasar un tiempo en sus haciendas y otro en la ciudad. Hasta hoy, en las haciendas no faltan de 30 a 100 familias que viven en calidad de mozos, los mismos que trabajan a perpetuidad, inclusive sin reconocimiento salarial, y cuando muere el patrón son vendidos a otros patrones o pasan en calidad de herencia a sus familiares. La idea de tener un patrón rico aún no cambia en la clase trabajadora de Santa Cruz, que al parecer hasta en la actualidad no siente la necesidad de organizarse política o sindicalmente como clase. La única preocupación que sobresale en esa gente es el Carnaval y Semana Santa; por eso hoy la clase trabajadora es muy dócil y fácilmente manipulable por la élite cruceña para su incorporación al movimiento autonómico.

En la primera mitad del siglo XX, llegaron medio centenar de extranjeros de diversas nacionalidades; uno de los grupos más importantes fue el de los "turcos", denominativo puesto a los árabes. También, en orden de importancia, llegaron: alemanes -que habían huido del fascismo de Hitler-, italianos, japoneses y griegos. Por el hecho de ser extranjeros, estos inmigrantes fueron admirados p or 1 os e ruceños; p or e so e n s u t otalidad s e e asaron con las hijas de los hacendados. Así, los extranjeros no sólo pasaron rápidamente a formar parte de la élite dominante, sino que -sobre todo después de la Revolución del 52-económicamente lograron desplazar a 1 os descendientes de los españoles. A partir de entonces, se constituyó una clase dirigencial que ocupa los puestos claves en diferentes organizaciones de la sociedad civil y constituye actualmente la nueva oligarquía de Santa Cruz.

Es así que en 1950 -según Catoira- la nueva aristocracia decide fundar el Comité Pro Santa Cruz para defender los intereses de los terratenientes, constituyéndose como una organización creada para preservar la sumisión de los trabajadores y evitar la organización de este sector como una clase revolucionara. El Comité Cívico no sólo fue una organización que luchaba "para que nada cambie en Santa Cruz", sino era un grupo de aristócratas extranjeros que se oponían al progreso, ya que para ellos la modernización traía aparejada la liberación de los trabajadores y su derecho a todas las conquistas logradas, eso es precisamente lo que no entraba en la cabeza de esta gente. En este sentido, los trabajadores nunca pensaron constituirse en una clase - pese a tener todas las posibilidades para hacerlo- que podría revolucionar la agricultura terrateniente hasta transformarse en una industria agraria autónoma, capaz de competir en el mercado mundial.

El Comité Cívico nació como una organización excluyente, ya que sus componentes -como indica Catoira- son "crema y nata de la aristocracia cruceña", una aristocracia renuente al conocimiento y a la intelectualidad, que hace primar en su visión y habitus de reproducción las reglas de endogamia. De esta manera constituye y construye una sociedad de casta que fija su frontera a partir de la diferencia racial. En este sentido, la aristocracia cruceña practica el racismo expuesto a diferencia de otras regiones de Bolivia. En realidad, esta oligarquía no es regionalista sino que es extremadamente reaccionaria y abiertamente enemiga del camba, por quien siente odio, pero al mismo tiempo necesita para que trabaje de sol a sol y le permita generar un plusvalía absoluta, basada en la explotación de la fuerza de trabajo dócil y sumisa.

Hasta hoy el tronco de la élite cruceña siguen siendo los gamonales que se beneficiaron del regalo de grandes extensiones de tierra durante diferentes gobiernos (Víctor Paz Estensoro, René Barrientos, Hugo Banzer y Luis García Mesa). En realidad ninguna gestión gubernamental dejó de beneficiar a la oligarquía cruceña, que tuvo todas las facilidades para su constitución como burguesía nacional; por eso decir capitalismo cruceño significa decir Estado, porque esta clase fue, y sigue siendo, hechura del Estado y es la que realmente se benefició del centralismo. La oligarquía de Santa Cruz en su historia nunca luchó por el potenciamiento de su región, sino que sólo defendió su interés de clase dominante. Aparece como regionalista a partir de 1957 cuando diputado Virgilio Vega -un trabajador artesano sindicalista- presenta la Ley interpretativa exigiendo el 11 por ciento de regalías a partir de una Ley promulgada durante el Gobierno de Busch, en 1938, que fue archivada probablemente por desconocimiento o desinterés de la oligarquía cruceña de ese entonces.

Vega, en 1957, no encontró una organización cruceña de trabajadores que respaldara su lucha del pedido de regalías, ya que ésta simplemente no existía en esa época y -como dice Catoira- la Central Obrera Departamental (COD) sólo era el punto de referencia de la burguesía. Nunca el obrero cruceño tuvo rebeldía, por eso hasta ahora no ha comprendido la importancia de 1a organización, de ahí que inclusive la CODtenía dirigentes salidos de la propia aristocracia. Esta situación llevó a que Vega presentara su proyecto al Comité Cívico de Santa Cruz. La oligarquía cruceña, que también dirigía esta organización, se apropió del proyecto y le dio carácter político como una lucha regional que exigía el 11 por ciento de regalías. De esta manera se ganó la simpatía de todos los cambas, pero al mismo tiempo tenía adormecida la conciencia de los trabajadores para que éstos no se organizarán contra el gamonalismo; así, por ejemplo, evitó la llegada de la Reforma Agraria (distribución de tierras). El Comité Cívico s e p resentó e omo la única o rganización que defiende los intereses de los cruceños, por eso la organización de los trabajadores en Santa Cruz no tuvo una significación revolucionaria como en la parte del occidente de Bolivia.

Con esto, el feudalismo y el gamonalismo quedaron intactos, ya que a la clase trabajadora la mantuvieron distraída con luchas regionales en un momento de plena revolución en el occidente. Los oligarcas indujeron a la sociedad oriental a la obediencia y sumisión a los poderosos, por eso hasta ahora el camba -tal como dice Catoira- tiene complejo de clase y todo lo que ve en la burguesía, es atractivo para él. A esto, evidentemente, coadyuvó la testarudez del Dr. Hernán Siles que como Presidente de la República se resistió a promulgar la Ley, lo que para la oligarquía era muy bueno debido a que le permitía aparecer como verdadera defensora del sentimiento regional en una lucha contra el centralismo y contra el colla. En este sentido tiene razón Catoira cuando dice: "el pueblo cruceño pecó de ingenuo al saturarse de sentimiento regional, creyendo que la oligarquía de este pueblo era honesta y sincera, a la par cruceñista de verdad y sigue todavía pecando, pero ya no de ingenuo sino de opa, al considerar la Ley Vega como producto de las luchas cívicas". (Catoira, 2001:121)

El 11 por ciento de regalías petroleras que consiguió Santa Cruz con la lucha del pueblo sólo sirvió para que la oligarquía se distribuyera el monto entre las familias poderosas, para ello ocuparon puestos ejecutivos en Comités de obras públicas y la Corporación de Desarrollo, a través de estas instituciones embellecieron sus barrios residenciales como Equipetrol, Las Palmas y Rubarí. Y dejaron en el abandono y en la ignorancia al resto de los barrios y provincias, ya que para ellos el hombre decente sólo era el que pertenecía a la oligarquía, mientras los cambas siempre fueron considerados como "la nada de la historia".

Después de la lucha por el 11 por ciento de regalías, que fue usada por la oligarquía para adormecer la conciencia de clase y de etnia del pueblo cruceño, el Comité Cívico como organización tan solamente existió para organizar fraternidades en la fiesta del Carnaval y recepciones sociales del propio círculo social de élite. Respiraba tranquilidad en la reproducción de su patrimonio económico y por ello nunca descuidó el apoyo militante a todos los gobiernos militares y, en el periodo del auge del neoliberalismo (1985-2000) a parte de beneficiarse económicamente del Estado fue militante consecuentes de los partidos de derecha como Acción Democrática Nacionali!Sta (ADN), Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), monopolizaron todos los espacios de poder central, ocupando cargos ministeriales y sus reparticiones. Desde allí digitaron todas las leyes a favor de la reproducción de sus patrimonios. De esta manera, la burguesía cruceñase consolidó como la clase dominante hegemónica con el a poyo tanto de1os gobiernos dictatoriales como de los gobiernos democráticos.

La clase dominante concentrada en Santa Cruz después de 1970 convirtió al Estado en el mayor escándalo y vivero de las corrupciones. Unos se hicieron ricos comprando tierras a 0.1O centavos en el oriente boliviano y otros las recibieron como regalo durante 1 as d ictaduras, e s p or e so que mientras en e lo ccidente desapareció totalmente el latifundio, en Santa Cruz, Beni y Pando creció estrepitosamente. Santa Cruz es el caso más ilustrador (ver cuadro No.1)

Lo peor que hizo esta clase a pesar de recibir todo tipo de apoyo del Estado es que no pudo ni tuvo voluntad de transformar la economía agraria terrateniente, basada en la servidumbre, en una economía moderna y capitalista. En pleno siglo XXI, los oligarcas aún piensan que los títulos ejecutoriales de grandes extensiones de tierras, conseguidos a través de favores de funcionarios del Estado, sólo sirven de garantía para obtener préstamos de dinero que les permitan convertirse en socios de bancos y medios de comunicación. En otras palabras esta clase como estrategia de reproducción encontró la fórmula simple de vivir de las rentas del Estado y de la servidumbre indígena. Y como hemos visto el poder terrateniente pervivió prácticamente sin oposición de los trabajadores y se encontró de pronto con que era dueño y señor de buena parte del país. No tuvo que reformar nada, no luchó ni un ápice para ser una burguesía competitiva, tampoco necesitó sacrificarse, ya que los gobiernos, ya sean democráticos y dictatoriales, la convirtieron en su hechura e hicieron lo mismo, con más entusiasmo durante 20 años, los neoliberales que anularon todos los beneficios que había conseguido la clase trabajadora con a revolución de 1952.

Ahora en la región de Chaco y Oriente boliviano donde conviven la oligarquía terrateniente, los indígenas de tierras bajas y los campesinos colonizadores, están además los yacimientos de gas, que desde el desmantelamiento de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) en el periodo liberal (1985-2000) fueron transferidos a las empresas transnacionales para su exploración, explotación y su posterior comercialización. Lo importante de este proceso ha sido en que nuevamente la oligarquía cruceña se convierte en una clase intermediadora de las transnacionales, que -al estilo de la época de la plata y del estaño- pretende vender el gas como materia prima sin internalizar el excedente para el potenciamiento de la economía boliviana. En este sentido, como diría Zabaleta la captación del excedente sigue siendo ajena a la clase dominante5. De tal manera, la oligarquía cruceña mantiene su secular espíritu de la clase dominante en Bolivia que es incapaz de reunir en su seña ninguna de las condiciones subjetivas ni materiales para autotransformarse en una burguesía moderna, debido a que todos los patrones tienen una cultura de grado precapitalista. (Zabaleta: 1986, 17).

Esta actitud es mucho más arraigada en la burguesía cruceña por las características gamonales que aún mantiene como esencia de su reproducción de capital, su papel sigue siendo de mediador estatal o recaudador, produciendo -como dice Zabaleta- una supeditación jurídica pero jamás una supeditación real.

 

3. Las Autonomías y la polarización del país entre el movimiento social y la oligarquía camba

Es cierto, Bolivia desde el año 2000 sufre no sólo una crisis del modelo neoliberal implementado a partir de 1985, sino sobre todo una ruptura de colonialidad secularmente practicada desde la conquista española; es decir: una rebelión contra la estructura racial de la sociedad boliviana, que implica la exclusión, estigmatización y monopolio ejercido por los blancos de todos espacios sociales. En este sentido, es una crisis de paradigma, un vaciamiento de la ideología hegemónica dominante que en diferentes momentos históricos supo adecuarse sin perder su esencia eurocentrica. La ideología liberal de fines del siglo XIX, el nacionalismo durante la revolución de 1952 y la plurimulticulturalidad jurídica en el periodo neoliberal de fines del siglo XX, son ejemplos claros de este proceso.

Pero desde el 2000 la ideología comunal, entendida de manera general como la forma de apropiación colectiva de los recursos y la forma de decisión directa en el campo de poder se constituye en el pensamiento antagónico que moviliza a las multitudes indígenas rurales y urbanas que aparecen como la clase trabajadora de Bolivia.

Frente a esta situación en el año 2000 aparecen los primeros gérmenes de la Nación Camba, en el momento cuando el Movimiento sin Tierra (MST) toma masivamente las tierras en San Julián, Yapacaní y Santa Rosa del Sara, ubicadas en el departamento de Santa Cruz. Entonces el dirigente del Comité Pro Santa Cruz, Lorgio Paz, junto a los terratenientes exige la intervención del Estado bajo el lema de Defensa de la propiedad privada, respeto a la seguridad jurídica y el estado de derecho.

A partir de entonces, se apropian del concepto "camba" que tiene una connotación de discriminación y fue usado por los patrones, más conocidos como k'arayanas, para dirigirse a sus peones, comunis o servidumbre. Convierten a "lo camba" en un referente imaginario para construir una identidad opuesta al colla del occidente. El objetivo de esta conversión será anular la conciencia de los trabajadores como clase y crear la relación de estigmatización entre el indígena y el blanco. Sin duda, es la misma estrategia usada en 1957 cuando los gamonales, en plena Reforma Agraria, embaucaron a la población trabajadora de la ciudad y a los indígenas con la lucha regional del 11 por ciento de regalías, haciendo aparecer con ello que la lucha no era de clase sino de regiones: entre cambas y eolias. De esta manera preservaron las grandes extensiones de tierras cuya propiedad no fue modificada hasta hoy.

Por eso, viendo que el proyecto comunal como programa de nación protagonizado por el movimiento social avanzaba con posibilidades de constituirse en un proyecto hegemónico y antítesis directa al capital y a la estructura gamonal de Santa Cruz; el 22 de junio de 2004 la clase dominante cruceña se refugia en la propuesta de Autonomía como única estrategia para salvar o preservar la estructura gamonal de tierras. Por si esto no resultase deja latente la posibilidad de pedir su propia autodeterminación como nación independiente. Para que la Autonomía se convierta en un sentimiento colectivo de la población cruceña hábilmente se revive la discusión de Centralismo Vs. Regionalismo, como en 1957, cuando ocultaron inintencionadamente que los beneficiarios directos del centralismo eran los miembros de la propia oligarquía camba, ya que eran ellos los que estaban prácticamente más de 50 años en el poder central de Gobierno, y desde allí digitaban todos los beneficios de la centralización no a favor de la región ni mucho menos a favor de la población trabajadora de Santa Cruz, sino para potenciar la estructura de capital cruceña.

En esta lucha nuevamente el Comité Cívico Pro Santa Cruz será el protagonista de la historia de la defensa de capital, para ello el 22 de junio, la organización -a la cabeza de Rubén Costas-declara horario de tolerancia a partir de las 16:00 y obliga a los trabajadores a salir a las calles para marchar por la Autonomía. La oligarquía organiza esta movilización precisamente cuando la población campesina de Yacuiba6 inicia la marcha hacia la sede de gobierno para pedir la anulación de los acuerdos de explotación de San Alberto con las Petroleras.

Entonces Carlos Mesa, como Presidente de la República, aplaude el pedido de Autonomía y dice por la prensa que coincidía plenamente con su política de gobierno. Textualmente dijo: "celebro que el Comité Cívico Pro Santa Cruz, el pueblo cruceño y esta gestión de gobierno lleguemos a esa feliz coincidencia"7. Con todo ello, Mesa no sólo sellará la traición al Programa de Octubre protagonizado por los indígenas urbanos de la ciudad de El Alto, sino que alimentará que la lucha por la Autonomía se constituya en u na agenda a ntagónica a 1 p rograma nacional del m ovimiento social indígena.

Así, el entonces Presidente mostró su verdadero rostro y pensamiento, claro la población indígena hubiera sido ingenua en creer que un descendiente de sangre y estirpe española apueste por el pueblo. Pero más allá, está el hecho que Carlos de Mesa no sólo apoyaba a la preservación del capital y estructura gamonal de Santa Cruz, sino además apostó por la continuidad de la colonialidad e n 1 a e structuración d el p aís, ya q ue 1 a p olarización del país desde el año 2000 -aparte de la pugna por los intereses económicos como expresión de la lucha de clases- es también la confrontación étnica entre los blancos descendientes de varios orígenes que monopolizan el dominio del capital y los indígenas que históricamente fueron excluidos de las oportunidades a mayor prestigio social y acceso al capital. Si hay capitalistas de origen indígena es gracias a su esfuerzo persona pues nunca se beneficiaron en nada del centralismo y no formaron parte de la estructura del Estado como la burguesía criolla-mestiza; es por eso que la burguesía indígena no es una clase dominante y siempre fue considerada como la extemalidad ¡legítima de la estructura de la dominación.

Por lo tanto, después de junio 2004, se consolidan los líderes de la Autonomía cruceña, encabezados fundamentalmente por los terratenientes, agroindustríales y banqueros8 en su mayoría de origen extranjero y con fines de preservar su patrimonio económico hasta habían planteado la independencia nacional de la Nación Camba que según este grupo estaría compuesta por los Departamentos de Santa Cruz, Beni, Tarija y Pando, o sea toda la parte del oriente, Chaco y Amazonia de Solivia (ver Mapa No. 1).

La Autonomía aquí no surgió como en otros países para terminar con la discriminación de los pueblos históricamente subordinados, sino como opción de los poderosos para preservar su capital frente a la amenaza de comunalización de la economía y la política. En este sentido, la clase dominante cruceña definirá a la Autonomía, desde una visión patrimonial, tal como sigue: "Serán de dominio originario del Departamento, la región o la nación que corresponda, todos los recursos naturales que contenga el suelo y el subsuelo. Toda la concesión de los mismos a empresas nacionales o extranjeras deberá ser aprobada, previamente por las instancias legislativas y ejecutivas a nivel departamental o regional" (www.nación camba.org). Orientados a la preservación del poder terrateniente dirán que "que el gobierno del departamento, por vía de su Poder Legislativo, evaluará, aprobará o rechazará, todos los planes de colonización que por iniciativa del gobierno central, gobierno extranjero, asociaciones o entidades públicas o privadas nacionales o extranjeras, presenten a su consideración" (lbid).

Precisamente estas propuestas de Autonomía, opuestas a la Agenda de Octubre de 2003, fueron presentadas el 28 de enero 2005 por la clase dominante a la cabeza de Comité Pro Santa Cruz a través de una convocatoria al cabildo. Para esta circunstancia aprovechó la movilización del pueblo trabajador que luchaba contra el alza de hidrocarburos que el gobierno de Mesa había decretado. En esa ocasión el poder cruceño hábilmente se sumó a la demanda del pueblo de dejar sin efecto el decreto de alza precios de los hidrocarburos.

En enero de 2005 nuevamente el pueblo boliviano en general emprende una movilización y otra vez a la cabeza de los indígenas de la ciudad de El Alto, dirigidos por Abel Mamani en calidad de presidente de la Federación de Junta de Vecinos. Se pide la anulación del decreto que incrementa los precios de los hidrocarburos con un paro cívico para anular el contrato con Aguas del lllimani9. En esta lucha la fuerza social de El Alto doblega al gobierno de Mesa para que emita el decreto la rescisión de contrato. Sin duda este era un nuevo triunfo de la ciudad de El Alto y, una derrota para la oligarquía camba que defiende a toda costa el interés del capital transnacional. Por eso, la clase dominante en enero 2005 no tenía otro camino que alejarse de la lucha del pueblo para seriamente organizar un movimiento autonómico como único mecanismo que le permita no ser despojada del poder y sobre todo de los recursos que detenta.

Para que aparezca legítimo el pedido de Autonomía, en el cabildo del 28 de enero de 2005, la clase dominante usó los recursos de sus empresas y el apoyo de las transnacionales para pagar, regalar eamisetas y banderas de eolor verde y blanco a 1 pueblo cruceño. De esta manera, como respuesta al movimiento social de El Alto también obligarán al Gobierno de Carlos de Mesa a emitir un Decreto Supremo que contemple la elección de prefectos por votación directa en cada departamento y el Referéndum Autonómico antes de la realización de la Asamblea Constituyente. Entonces, primarán en el escenario nacional dos proyectos societales: la Autonomía de la oligarquía que defiende el interés del capital y la Asamblea Constituyente que se convierte én el sueño de transformación total de la sociedad del movimiento social.

La clase dominante cruceña se esforzará por hacer creer que el pedido del Referéndum Autonómico es la lucha del movimiento regional y ocultará a toda costa las disconformidades internas respecto a este planteamiento, y sobre todo tratará de eliminar aquellas voces que se manifiesten o se adhieran al proyecto de la Asamblea C onstituyente. Eso m uestra quenoesunm ovimiento unitario regional. Principalmente los indígenas de tierras bajas, los colonizadores de origen aymara y quechua y los habitantes de los barrios marginales, que en su esencia son también indígenas eolias, constituyen el potencial movimiento que fragmenta al movimiento autonómico de la Nación Camba patronal. De ahí que incluso mientras la oligarquía hace su cabildo en Santa Cruz, en enero, los guaraníes hacen su propio cabildo en Kuruyuki donde exigen la nacionalización de los hidrocarburos y la creación del décimo departamento del Gran Chaco Boliviano que, conforme a ellos, sería la meta de reconstitución del territorio originario guaraní constituido por las provincias: Cordillera, del departamento Santa Cruz, Hernando Siles y Luís Calvo, de Chuquisaca, y Gran Chaco y O'conor de Tarija.

Esta reconstitución del Territorio Indígena como postulado de la refundación de Bolivia, al igual que las propuestas de los indígenas de tierras altas, debe ser debatida en la Asamblea Constituyente, de ahí que estos sectores apuestan en la lucha nacional por la Constituyente. La creación del décimo departamento en base a la forma de organización indígena sin duda despojaría de los recursos hidrocarburíficos y las tierras - por lo tanto del poder- a la oligarquía cruceña y la demanda de la Autonomía se convertiría ya no en pretexto para defender los intereses de capital, sino rescataría su verdadera esencia de liberación de las poblaciones históricamente subordinadas y sometidas a los grupos de poder local, regional y nacional.

La Nación Camba patronal sabe muy bien de estos peligros, por eso teme y se opone a la realización de la Asamblea Constituyente. Para ellos la Constituyente sería el mejor escenario para formalizar la balcanización del territorio creando nuevos departamentos sobre las zonas que contienen recursos naturales, como el petróleo en el Chaco, que es un espacio vital para la reproducción del capital. Por otro lado, califican a la Constituyente como una respuesta desesperada para satisfacer las demandas utópicas de sectores ultra indigenistas del altiplano boliviano y -dicen- que allí se intentará, por la razón o por la fuerza, aprobar una Constitución acorde con un proyecto político etnonacional, que busca la restitución del Tahuantinsuyo o para crear un poder fáctico, obrero, originario, campesino y popular que -según ellos-sería inaplicable en Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando.

En este sentido, los oligarcas plantean la independencia nacional de los cruceños como ideal para defender el gamonalismo y el capital. Pero -como dice Sergio Antelo- en consideración a que existe una larga tradición de intercambios mutuos, aunque conflictivos, conduce a ceder determinados espacios y así aceptarían la creación de un Estado Libre Asociado con Bolivia con goce de plena soberanía. Esto significaría desarrollar el capitalismo sin interferencias del modelo comunal del occidente y que, para estar presentes en el territorio, todos los bolivianos se acojan a esa cultura del capital.

En este contexto, la Agenda de Octubre y la de Enero significa la polarización entre el movimiento social centrado en los trabajadores indígenas y los representantes del capital que constantemente intentan cambiar la correlación de fuerza para la imposición de su hegemonía. En marzo 2005 por ejemplo, cuando nuevamente el movimiento social decide bloquear los caminos para pedir la aprobación del proyecto de Ley de Hidrocarburos con 50 por ciento de regalías para el Estado Nacional, la Nación Camba patronal presionó con la demanda de Elecciones Prefecturales inmediatas, 1agrando un Decreto que dispondría la realización de estos comicios el 12 de agosto 2005; sin embargo el movimiento social logra, por su parte, hacer retroceder el pedido del Referéndum Autonómico.

Pese a que el Gobierno siempre se mostró a favor de la reproducción del capital, no inspiraba confianza de la élite cruceña, ni mucho menos del Poder Legislativo; al contrario cada vez aprovechaban la mínima oportunidad para avanzar en los proyectos de ley que beneficien a la oligarquía cruceña, ya que la mayoría de los parlamentarios de la antigua coalición de gobierno de Sánchez de Lazada se sentían identificados con el movimiento autonómico de la Nación Camba patronal. Pero el Gobierno también había perdido toda su credibilidad frente la pueblo por traicionar la Agenda de Octubre y el único sostén social que había encontrado estaba en la clase media blanca que se identificaban no con un proyecto de sociedad, ya que Mesa no lo tuvo desde que asumió el Gobierno, sino tan solamente por su solidaridad étnica con quien la representaba.

En este sentido, el Estado en manos del gobierno de Carlos Mesa parecía un ente que flotaba por encima de los dos proyectos y que, de hecho, no representaba a nadie, pues no encontró respaldo ni sostén social. Para salir de esta situación, el Ejecutivo usó varios mecanismos, desde la renuncia al cargo presidencial, el 6 de marzo, cuando Mesa encontró nuevamente la solidaridad de la clase media, una clase que tampoco se identificaba militantemente con ninguno de los proyectos. El mandatario intentó, después que el Parlamento rechazara su renuncia, armar un pacto oligárquico con los parlamentarios de la antigua megacoalición para llevar adelante la aprobación de la Ley de Hidrocarburos que rechazaba el 50 por ciento de regalías, el Referéndum Autonómico, la Elección de Prefectos y la Asamblea Constituyente, pero tampoco pudo concretar este proyecto, encontrando como respuesta el pacto del movimiento social. Por lo tanto, fueron vanos los intentos de Mesa por conjuncionar las dos Agendas; y ni siquiera el anunció de adelantar las Elecciones Generales tuvo respaldo de la sociedad y mucho menos del Poder Legislativo. Día que pasaba, el Presidente perdía legitimidad y quedaba aislado, hasta que nadie escuchó cuando convocó al cumbre de pacto social a todos los sectores políticos y del movimiento social.

La culminación de esta etapa de gobierno terminaría con el movimiento de mayo y junio de 2005 que comienza, el 16 de mayo con una marcha protagonizada por el MAS, desde Caracalla hacia la ciudad de La Paz, exigiendo el 50 por ciento de regalías hidrocarburíferas. Pero el 23 de mayo El Alto reedita el paro cívico y rebasa las consignas del MAS con el pedido de la Nacionalización, la Asamblea Constituyente y el rechazo al Referéndum Autonómico. Esta vez, como en octubre de 2003, La Paz fue eercada por tres semanas. Las barricadas, 1as marchas multitudinarias en las calles de la sede de gobierno protagonizadas por los vecinos de El Alto, por los Cooperativistas Mineros y por los campesinos nuevamente hicieron temblar al centro de la burocracia y la aristocracia paceña. La única variante de Octubre fue en que por esta vez, además de enfrentarse con la represión en las calles alrededor de la Plaza Murillo y San Francisco, la protesta marchó por los barrios residenciales, como Obrajes y la Zona Sur, y todos los días paralizó a la clase media y la propia clase dominante. Eso hizo que la clase media se organizara en asambleas para defender sus propiedades en una actitud cada vez más decadente ya que es la mayor víctima del desempleo que vive el país desde la implementación del neoliberalismo, sólo su prejuicio étnico de superioridad racial hizo que no se sume al movimiento social indígena, y en vez de luchar pasó todos los días insultando y estigmatizando a los marchistas de "indios flojos". En respuesta, les hacían sacar los todos los varones la corbata, debido a que históricamente esta prenda simbolizó el poder y la administración burocrática.

Para la segunda semana del conflicto las consignas de Nacionalización y Asamblea Constituyente se hicieron nacionales, no sólo La Paz estaba cercada sino también la ciudad de Santa Cruz, únicamente Panda estaba libre del bloqueo de caminos. Esta vez la oligarquía camba no pudo mostrar el planteamiento de Autonomía como propuesta regional de todos, sino que diferentes voces surgieron para adherirse al movimiento. E1 desencanto de los pobres de Santa Cruz fue mayor cuando de manera descarada el Comité Cívico usó como el brazo armado a la Juventud Cruceñista para reprimir y golpear a todos los movimientos y protestas que surgieron en Santa Cruz en favor de la nacionalización. "Autonomía caraja" esas fueron las palabras constantemente usadas por la Juventud Cruceñista para ejercitar la represión. Pero el movimiento social tampoco fue capaz de elaborar un programa de nación para transformar el país desde todas sus estructuras, peor aún no encontró un líder hegemónico capaz de llevar adelante el sueño de transformación societal. Evo Morales hubiera sido la persona indicada, pero sus afanes electorales hicieron que no se convirtiera en una persona de la historia de la revolución nacional.

Frente a esta situación, el 6 de junio a Carlos Mesa no le quedó otro camino que renunciar a la Presidencia de la República. Con ello,. el movimiento social no encuentra un interlocutor con quien viabilizar sus demandas. La renuncia presidencial jurídicamente significaba la articulación de la clase dominante a la cabeza de Vaca Diez quien debía asumir la Presidente por sucesión constitucional. Hasta el 7 de junio parecía cantarse la victoria de la oligarquía cruceña, ya que para Vaca Diez hubiera como mandatario sido fácil en primer lugar montar la mayoría parlamentaria en torno a la propuesta de la Nación Camba patronal. Es por eso que el movimiento social desde la renuncia de Mesa centró su atención para que Vaca Diez, en calidad de Presidente de la Cámara de Senadores, y Mario Cossio, Presidente de Cámara de Diputados renuncien a su aspiración presidencial, ya que ambos representaban a los intereses de la nación oligárquica de Santa Cruz.

Todos los sectores movilizados empezaron a elaborar la consigna de adelantamiento de las elecciones generales pese a que para ello no había una predisposición política de ambos legisladores, mas al contrario en un franco desafió al movimiento social Vaca Diez convocó a la sesión del Congreso a realizarse en la ciudad de Sucre. Viendo esta situación los campesinos liderados por Román Loayza deciden marchar hacia la Capital, los mineros de Oruro y Potosí harán lo propio con el único objetivo de impedir que Vaca Diez asuma la Presidencia. Así, el 9 de junio de 2005 por la tarde intenta sesionar el congreso sin lograrlo debido a que no habrían consensuado suficiente cantidad de votos para Hermando Vaca Diez sea elegido. Mientras tanto se suman más personas a la movilización, en La Paz se escuchan voces que han de perseguir a los diputados hasta donde huyan; más tarde los mineros son reprimidos en Yotala (población a ocho kilómetros de la ciudad de Sucre), donde a las 16:00 muere un minero. Enterados de tal situación, los campesinos ordenan eerrar todas las salidas de Sucre y, de paso, el aeropuerto Juana Azurduy de Padilla deja de operar. La población gritaba: "Muera el Parlamento", y todos clamaban por el adelantamiento de las Elecciones Generales. En ese tiempo, los parlamentarios trataron de huir, algunos se disfrazaron para no ser reconocidos, otros se desmayaron por el susto de amenaza de linchamiento. En esta situación a las 21: 00, Vaca Diez y Cossio anuncian su renuncia a la Presidencia y convocan al Congreso para las 22:40 a una sesión donde se elige a Eduardo Rodríguez como nuevo Presidente de Bolivia.

La renuncia de Mesa y la elección de Rodríguez como presidente si bien no significó el triunfo del movimiento social, fue muy importante para hacer retroceder el avance del proyecto del Referéndum Autonómico y sobre todo para lograr el adelantamiento de las Elecciones que cambiarán el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo, ya que el actual Parlamento como resabio del gobierno de Sánchez de Lozada es la podredumbre de la derecha reaccionaria que metió al país al borde una quiebra total. Sin duda no fue un triunfo revolucionario ni fue un avance en el cumplimiento de las demandas de Nacionalización de hidrocarburos y convocatoria a Asamblea Constituyente. En este sentido, no fue superada la polaridad de ambos proyectos d-nación que continúan latentes y, con seguridad, se activarán pronto.

Notas

1Felix Patzi y Director del Instituto Sociologicas

2 Las cinco preguntas son las siguientes. 1) ¿Está usted de acuerdo con abrogar la Ley de Hidrocarburos 1689 promulgada por Sánchez de Lozada?, 2) ¿Está de acuerdo con la recuperación de la propiedad de todos los hidrocarburos en boca de pozo para el Estado boliviano?, 3) ¿Está usted de acuerdo con refundar YPFI1 recuperando la propiedad estatal de las acciones (que están) en las capitalizadas...?, 4) ¿Está de acuerdo con la política del presidente Mesa de usar el gas como recurso estratégico para una salida útil y soberana al Pacífico? y 5) ¿Está usted de acuerdo con que Bolivia: exporte gas en el marco de una política nacional que cuhra el consumo de gas de los bolivianos; fomente la industrialización del gas en el territorio nacional?

3 Los resultados en el Referéndum fueron los siguientes: en la primera pregunta ganó el SI con 66 por ciento frente al NO que tuvo 37 por ciento. En la pregunta 2 por el SI votó el 71 por ciento y por el NO 6 por ciento. En la pregunta 3. por el SI, 67 por ciento y por el NO, 10 por ciento. En la pregunta 4 por el SI, 39 por ciento y por el NO, 32 por ciento y en la pregunta 5 por el SI, 44 por ciento y por el NO, 27 por ciento.

4 l.os resultado de las elecciones municipales de diciembre 2004 fueron los siguentes :En la ciudad del Alto ganó las elecciones .Jose Luis Paredes. obteniendo 8 de los 11 concejales. En Santa Cruz ganaron Roberto Fernandez y Perez Fernandez En Cochabamba "Chali" Terceros En Potosi nuevamente gano Rene Juaquino.En la ciudad de La Paz fue reelecto Juan de granado.Solo en la provincias el Mas obtuvo el mayor voto electoral .

5 Zabaleta Mecado René, Lo nacional popular en Bolivia, Siglo XXI, México, 1986, p. l7

6 Yacuiba, es una población de Tarija donde se encuentra gran parte de los yacimientos de gas natural

7 Periódico La Razón, 22 de junio de 2004

8 Aguas del Illimani es una empresa transnacional que se había adjudicado la administración del agua potable y el sistema de alcantarillado de las ciudades de La Paz y el Alto.

 

Bibliografía

CATOIRA MARIN, Ricardo 2001 Las Luchas Sociales en Santa Cruz. Editorial Universitaria. Santa Cruz - Bolivia        [ Links ]

PATZI PACO, Felix 1999 Insurgencia y sumisión, movimiento indígena eampesino, 1983 - 1999. Muela del Diablo. La Paz Bolivia

ZABALETA MERCADO, René 1986 Lo nacional popular en Bolivia. Siglo XXI. México        [ Links ]

 

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