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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.25 La Paz  2004

 

ARTICULO

 

La deuda externa y deuda ecológica

 

 

Lizet Cossio Villarroel l

 

 


 

 

La Deuda Externa

En las últimas décadas, los países de América Latina han sufrido la asfixiante presión de la deuda externa, debido al endeudamiento ilimitado que contrajeron los gobiernos ilegítimos de las décadas de los 70 y 80, caracterizados por "regímenes de fuerza que sometían a los pueblos por el terror"2 e incurrieron en errores y desaciertos en desmedro de la población. Estos fueron préstamos otorgados por organismos financieros que nunca llegaron al pueblo, pero favorecieron a sectores privilegiados de la elite dominante encaramados en el poder-3. Hasta 1990, Bolivia tenía compromisos contraídos por concepto de deuda externa pública con 135 bancos privados; fueron créditos para el fomento de las exportaciones y la explotación de los recursos naturales no renovables y renovables4•

El peso social y económico que sufren los países endeudados se ha convertido en una encrucijada por la exacción a los sectores más empobrecidos y, sobre todo, por la explotación desmedida de sus recursos naturales: ''La deuda externa viene a ser como una sangría institucionalizada y sus efectos repercuten, en forma implacable, sobre la calidad de vida de los sectores más pobres de la población"5•

En el marco de este análisis, los expertos afirman que la deuda externa está viciada de ilegalidad, tiene un sustrato de inmoralidad y es impagable. Gregario Iriarte afirma que el pago de la deuda externa condena a pueblos enteros a mayor pobreza y atraso, lo que es inequívocamente inmoral porque "el pueblo es quien la paga a través de la 'deuda social', en forma gravosa, inhumana y creciente, va pagando, sistemáticamente, los servicios de una deuda que ni la contrajo, ni se benefició, en lo más mínimo, con ella"6• De ahí que es inconcebible pensar que un niño(a) latinoamericano(a), al nacer ya lleva en sus espaldas una deuda de más de medio millar de dólares. Es paradójico aceptar esta realidad porque, en términos reales, miles de niños mueren de hambre y desnutrición', millones de niños(as) no tienen acceso a una educación digna8, a una vivienda con las mínimas condiciones de servicios básicos, ni tienen acceso a la salud9; y cuarta parte de los niños del mundo trabaja jornadas parciales o completas en situaciones de explotación. Esta situación muestra crudas y duras realidades del sector más vulnerable de la sociedad, sobre todo de los pafses endeudados. A esto se suma las grandes y profundas diferencias sociales existentes entre las clases privilegiadas y el pueblo10, con altos índices de analfabetismo". "Sin embargo, las sociedades toleran el cautiverio de la deuda externa, aún cuando su origen es distante a su cotidianidad"12•

Actualmente, los gobiernos de los países endeudados están severamente limitados por los acreedores y no pueden tomar sus propias decisiones, debido a las obligaciones impositivas de pago que asumieron a un alto costo de la sociedad civil. Por ese motivo, el Estado ofrece poca atención social, reduciendo los gastos para educación, salud, infraestructura caminera, servicios de agua potable y electricidad, particularmente en las áreas rurales y peri urbanos. "En la realidad de los hechos, el capital financiero globalizado, al operar como acreedor de los Estados, nada está arriesgando, toda vez que los prestamos están garantizados y, lejos de aplicarse en inversión productiva, la afectan"13•

Los créditos contraídos en dólares se sobrevaloran porque no se pueden pagar en divisas nacionales. Esto crea nuevos impuestos en la población, el aumento sistemático de las tarifas en los servicios públicos, el endeudamiento interno, pero también castiga el consumo de los bienes de primera necesidad, contrae el mercado interno, impide la diversificación productiva y el crecimiento del desempleo, la caída del valor de la moneda y, una vez más, sube el servicio de la deuda. Como resultado de ello, la distribución del ingreso nacional se hace críticamente regresiva aumentando, aún más, la deuda social con su estremecedora sucesión de calamidades, la incertidumbre y la inestabilidad económica, social y política. Frente al modelo neoliberal y globalizante, los países endeudados están imposibilitados de imponer sus. propias condiciones. Este abismo de desigualdad se ha profundizado con la presencia del capital transnacional, que divide las sociedades en dos realidades diferentes: el mundo de los ricos y el mundo de los pobres, países ricos y países pobres, creados por las profundas disparidades sociales, en las que se impone la injusticia social14•

La actitud deshonesta de los acreedores para con los países deudores es determinante, porque impone nuevos acuerdos y obligaciones a los países deudores al determinar los montos y asignaciones a pagar en el presupuesto nacional, pero a la vez orientan y dirigen el manejo de la economía de estos países, todos ellos productores y exportadores de materias primas, materia prima que vale menos que los productos elaborados que se adquiere de los países industrializados. Las relaciones de un comercio internacional injusto y desigual, da lugar a la transferencia de capitales del tercer mundo a los países industrializados15• Así, los países deudores "se encuentran atrapados dentro de un verdadero círculo vicioso: para pagar la deuda necesitan dinero y, para obtener nuevos dineros, necesitan endeudarse. A todo ello se suma el hecho de que los acreedores han incrementado unilateralmente la tasa de interés. Se configuran así, actos de usura condenados por los principios generales del Derecho, como lo recoge el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia"16•

El incrementar los intereses de manera exagerada ha provocando un impacto en las economías débiles de los países endeudados, que reciben presiones económicas, acrecentando la pobreza y la desocupación. "Ello explica el por qué, después de haber pagado más del doble de la deuda contratada, ésta se ha visto multiplicada"17• Jacobo Schatan menciona el monto real de la deuda en millones de dólares: "Entre 1982 y hasta 1996, en 14 años, América Latina había pagado 739.900 millones de dólares, es decir más del doble de lo que debía en 1982 -unos 300.000 millones de dólares- y sin embargo seguía debiendo 607.230 millones de dólares"111• El mismo autor considera que la deuda externa está pagada: "Si calculamos solamente cuánto hemos cubierto en exceso de intereses, cuando además la banca internacional decidió por sí misma en 1982 subir los intereses del 6 al 20%, es posible demostrar que la deuda está pagada y en exceso. Para obtener estos fondos y enviarlos como pago de la deuda externa, nuestros países se ven obligados a exportar cada vez más, en condiciones de poca equidad comercial y, lo que es más grave, a costa de cualquier costo"19• En este contexto, Viviane Forrester considera que la deuda externa es la transferencia legal de capitales de un Estado endeudado 'a países acreedores' mediante el chantaje y la usura20•

Para los países en desarrollo, no sólo es la exacción de capitales, sino una agresión directa contra el patrimonio natural que nos queda como único recurso de vida y que está siendo aniquilado, pues la deuda externa apunta a la apropiación directa de estos recursos. Para Martínez Alier, "La obligación de pagar la deuda externa y sus intereses lleva a la depredación de la naturaleza"21• Pagar esta deuda e intereses, según el mismo autor, "es producir un excedente, que sale del empobrecimiento de los habitantes del país deudor y del abuso de la naturaleza". Los altos intereses generados por la deuda externa no pueden ser equiparables con la naturaleza, "la naturaleza no puede crecer a un tipo de interés del cuatro o cinco por ciento anual". Por otra parte, considera que los "recursos renovables tienen ritmo biológico de crecimiento que son más lentos que esos ritmos económicos impuestos desde afuera"22• En este sentido, la explotación desmedida de los recursos naturales "finitos" por los países del Norte es la transferencia directa de estos recursos para la capitalización de la economía del Norte.

Esta situación se refleja en la crisis económica y social de la Argentina, los movimientos sociales generados en Brasil, Colombia, Venezuela y otros países de América Latina. En el caso de Bolivia, la profunda crisis social y económica ha alcanzado niveles inimaginables de pobreza23 y la desocupación llega a más del l3% de la población económicamente activa. Las luchas sociales son intensas, el rechazo al sistema neoliberal vigente es la bandera de las protestas sociales. En Bolivia, por ejemplo, la guerra del agua24, la marcha de pueblos indígenas por tierra y territorio25, los acontecimientos suscitados en abril y septiembre del 2001, el bloqueo de caminos y los últimos acontecimientos de febrero26, son acciones claras que van en contra de las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos neoliberales, ante imposiciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y, sobre todo, la intromisión de la Embajada de los Estados Unidos en políticas internas del país.

La deuda externa de los países en desarrollo no sólo es la exacción de los recursos naturales renovables y no renovables, sino también la destrucción del medio ambiente, que provoca el deterioro ecológico y la degradación del ecosistema: "la deuda externa ha sido, en definitiva, el detonante de una situación de crecientes dificultades socioeconómicas y también ambientales"27• En este contexto, la realidad de los países Latinoamericanos en relación a la deuda externa es deprimente, injusta, e inhumanamente impagable, además de un atropello a la dignidad humana.

 

La deuda ecológica y el comercio desigual

La nueva corriente de pensamiento que surge en torno a la "deuda externa", es el tema de la cuantificación de la "deuda ecológica" de América Latina, tema que está siendo discutido por nuevos actores sociales, académicos, ONGs., y otros organismos internacionales que trabajan en esta nueva corriente de pensamiento Latinoamericano. Es importante asumir una conciencia colectiva y generalizada sobre el tema que se plantea. Se debe considerar "quién debe a quién" en los cinco siglos de explotación de los recursos naturales y humanos de América Latina, que se caracterizó por ser una región exportadora de materias primas, apropiadas gratuitamente a aprecios irrisorios por los países del Norte. En un artículo titulado "Lo que el Norte le debe al Sur", W. Pengue analiza el fenómeno de la deuda ecológica en relación a la deuda externa de los países endeudados, análisis que ha llevado al debate a muchos dentistas sociales.

Martínez Alier, por su parte, considera que se debe tomar en cuenta la Deuda Ecológica "a cuenta de la exportación mal pagada (sin internalización de costos sociales y ambientales, locales y globales) y a cuenta de los servicios ambientales proporcionados gratis"28• A esto se suma otras deudas. Por ejemplo, se debe tomar en cuenta el conocimiento exportado desde la América Latina sobre los recursos genéticos silvestres o agrícolas, "lo ha sido a un precio cero o muy barato, mientras que la absorción de dióxido de carbono por la nueva vegetación o en los océanos se viene realizando gratis, de manera que los ricos es como si nos hubiéramos arrojado derechos de propiedad sobre todos los sumideros de C02: la nueva vegetación, los océanos y la atmósfera. Puede pues reclamarse una deuda ecológica que el Norte debe al Sur, y que existe aunque no sea fácil cuantificarla en términos crematísticos"29•

Para la nueva corriente, la deuda ecológica es considerada como "aquella que ha venido siendo acumulada por el Norte, especialmente por los países más industrializados, hacia las naciones del Tercer Mundo, a través de la explotación de los recursos naturales por la venta subvaluada, la contaminación ambiental que es de "6.000 millones de toneladas de carbono por año"30, la utilización gratuita de sus recursos genéticos considerada como biopiratería, la apropiación de variedad vegetales y otros productos, la explotación de los bosques e hidrocarburos, etc., el intento de patentar la quinua, la chicha y el saber local "sobre variedades agrícolas y plantas medicinales". Para Martínez Alier, este es el "robo de la materia prima y tantas otras cosas". Es el abuso de "la libre ocupación ambiental para el depósito de los gases de efecto invernadero y otros residuos acumulados y eliminados por los países industrializados"31, generado por las grandes industrias, que a la vez generan "contaminación acústica y visual".

Para Martínez Alier, otro elemento de la deuda ecológica son los "pasivos ambientales", que es la contaminación generada por la explotación de los recursos naturales no renovables por las transnacionales, que destruye el medio ambiente y la biodiversidad, tal es el caso del oro negro (petróleo). En los países productores, este se explota en forma desmedida y se exporta muy barato, sin tomar en cuenta los impactos medio ambientales que se generan en el lugar. El oro verde que constituye el objeto de los nuevos contratos de bioprospección y que otros llaman biopiratería. El oro blanco de las centrales hidroeléctricas. El oro amarillo, en fin, productos que requieren mover grandes cantidades de materiales para obtener pocos granos y cuya amalgama se hace con mercurio, que contamina las aguas con sus residuos. El autor considera que la larga historia de la depredación de la naturaleza no es precisamente a causa de la presión de la población humana sobre los recursos naturales, sino de la presión de las exportaciones32•

Para cobrar la deuda ecológica, no sólo se debe reducir la explotación de los recursos naturales y medio ambientales sino también la explotación de la tierra, la producción agrícola con carácter de exportación, tal el caso de las regiones productoras ~e soya transgénica que tiene un carácter de exportación. Entre ellas se cuentan Brasil, Argentina y Bolivia, donde se ha presentado efectos negativos en la biodiversidad y aniquilado espacios agrícolas en miles de hectáreas, con consecuencias para la diversidad de la fauna, que se ha visto afectada por el mono cultivo y el uso desmedido de insumas químicos. La Argentina, como país exportador, "Sólo con sus principales cultivos -soja, trigo, maíz y girasol- el país exporta anualmente alrededor de 3.500.000 toneladas de nutrientes"33•

Esta explotación permite también el uso desproporcionado del "espacio vital", W. Pengue considera la "huella ecológica" que dejan los países desarrollados en la utilización de "mucho más territorio y recursos que los de su propia superficie: se sirven de unas 8 hectáreas por habitante, generando una huella ecológica sobre las economías más desprotegidas que se encuentran en el límite de su espacio vital, con menos de 2 hectáreas por persona"34•

Para Martínez Alier, el lenguaje de la deuda ecológica, sólo es sustentable cuando se habla de una "eco justicia", la "justicia ambiental", la "justicia ecológica". No se trata de mercantilizar la naturaleza de los países en desarrollo, "sino de usar el lenguaje de las ideas del 'pensamiento único' economicista que impera en los centros de poder del mundo, para plantear el tema de la deuda ecológica"35•

Frente a esta explotación desproporcionada de los recursos naturales y minerales no renovables de Latinoamérica, W. Pengue plantea que debe tomarse en cuenta la "deuda colonial": "A esta deuda generada por la sobre producción, el sobre consumo y la superproducción de desechos actuales y pasados de los países del Norte, debería sumárseles (¿por qué no?, al menos para tenerla en cuenta) la 'deuda colonial' por la extracción y usufructo de recursos naturales y minerales no reembolsados"36• El mismo autor considera que los "servicios ambientales, vitales para la estabilidad planetaria, no han sido hasta ahora reconocidos por las economías mundiales".

La presencia dominante de los países del Norte en América Latina, se debe recordar desde la memoria histórica, es decir, desde la "historia de la larga duración" por el sometimiento de cinco siglos de un colonialismo devastador, por la explotación de los recursos naturales y humanos a precios cero o ínfimos. También se debe tomar en cuenta los efectos negativos de estos hechos, que han dejado profundas secuelas en nuestras sociedades. La explotación se ha ido dando en sus diferentes facetas, con las mismas características de saqueo, pero en diferentes contextos sociales, es decir; desde la presencia colonial, la república y el actual sistema económico mundial que se impone, el nuevo imperio globalizador.

 

500 años de explotación: "el Sur tiene la vaca y el Norte toma la leche"

La incorporación del Nuevo Mundo al primer orden económico mundial, se inicia con la llegada de Cristóbal Colón y Vasco de Gama. Desde entonces, América fue la fuente de explotación de riquezas naturales. En esta perspectiva histórica "colonial", es importante plantear la "Deuda Ecológica" y comprender el comercio desigual, de SOO AÑOS DE EXPLOTACIÓN y SAQUEO DE LOS RECURSOS NATURALES Y HUMANOS. En su libro "Las Venas Abiertas de América Latina", Eduardo Galeano menciona que "España tenía la vaca y otros tomaban la leche"; hoy en día podemos decir que "El Sur tiene la vaca y el Norte toma la leche". A partir de esta paradoja, es preciso recordar que la historia de la depredación y el saqueo de los recursos naturales y humanos de la América Latina y particularmente del Sur, nace con la conquista del Imperio Incaico por Pizarro y un puñado de españoles en 1532, que inician el saqueo desmedido de la riqueza existente, de este basto territorio: "la riqueza de oro, plata y piedras preciosas saqueadas por los españoles en el Perú superaron todos los más fantásticos ensueños nunca vistos"37•

Pero la historia de la América y de la Nueva Europa empieza a escribirse con el descubrimiento del Cerro Rico de Potosí en 1545 (hoy territorio Boliviano), hallazgo nunca visto en la historia de la humanidad, que cambió el rumbo de la historia del mundo. Algunos autores afirman que fue el "monstruo de riqueza cuerpo de tierra y alma de Plata abriendo su boca llamó al género humano"38, de explotadores y explotados; lugar donde quedaron reducidos a la nada más de 14 millones de indígenas, que concurrieron con sus brazos a las mitas mineras y el yanaconazgo, para la explotación de la plata39• Los indígenas fueron sometidos a los más cruentos trabajos de esclavitud, siendo aniquiladas poblaciones íntegras por hambre y explotación: "La ocupación europea del nuevo mundo provpcó en el siglo XVI, la mayor catástrofe demográfica de todos los tiempos. La esclavitud a su vez imprimió huellas indelebles en la composición étnica y la estratificación social de la población americana "40•

Población indígena que satisfacía los delirios de riqueza de los conquistadores; riqueza que terminó en Europa y en el Mediterráneo, para cubrir y decorar de plata y oro41 los altares de iglesias y palacios de la pirámide social, acentuada en la alta colonia europea. La plata de Potosí logró triunfos expansivos del imperio español, como la guerra de Lepanto contra los musulmanes y otras conquistas: "el cerro rico alimentó sustancialmente el desarrollo de Europa"42, de ahí que Potosí ganó el elogio universal de "Vale un Potosí''. No fue el indio Diego Huallpa quien descubrió el promontorio de Plata, "sino el mercantilismo europeo" el que inició la expansión del capital comercial: "Europa tenía sus brazos para alcanzar el mundo eterno". Desde entonces, la evolución histórica "debe soportar un crecimiento exógeno, de un comercio desigual y por saltos, introducido desde fuera"43•

Los tres siglos de explotación colonial de los recursos naturales y humanos y la destrucción del paisaje (bosques nativos) en manos de españoles, continuaron después del nacimiento de las Nuevas Repúblicas en la América. Hechos históricos diferentes, pero con el mismo sistema de explotación. La Guerra de la Independencia no fue otra cosa que la "captura del poder para la elite criolla dirigente, nacida del dominio español, interesada en la preservación de la estructura económica y social creada por el gobierno colonial"44• La administración de los nuevos Estados mantuvo la herencia colonial en el nuevo régimen de los gobiernos locales, que muy bien se vincularon a la economía dominante del Norte, como países exportadores de materias primas en todos los rubros. Por ejemplo, el caso de la Argentina del siglo XIX no fue más que el desarrollo de las ideas europeístas y racistas de Rivadavia, ligadas a la exterminación de los indígenas nativos de la Patagonia, que representaban un estorbo para el avance de los latifundistas ganaderos de ese país y la explotación de sus recursos naturales por las elites dominantes. Esta situación también se vio en Chile, con el exterminio de los nativos Mapuches por los nuevos habitantes.

En el Brasil, la cacería de las tribus exterminó a más de 90 de ellas, por intereses norte americanos asentados en la amazonía para la explotación de sus recursos naturales y la presencia nefasta de los Bandeirantes para los indígenas. Por otra parte, la fiebre del oro de Ouro Preto, la explotación de Minas Gerais, la explotación del café, algodón, caña de azúcar, llevaron a la muerte a millones de indígenas, bajo un sistema de esclavitud. Más aún, la esclavitud se acentuó con la importación de esclavos negros traídos del África "en el siglo XVII, 500.000 esclavos llegaron al Brasil"45• La esclavitud y producción del monocultivo no estaban separadas del centro de Europa.

En el caso de Bolivia, la oligarquía minero terrateniente ligada a la explotación y el comercio de los metales preciosos, se vinculó al dominio europeo desde la Colonia, dentro un régimen de esclavitud; posteriormente, a la fase expansiva de los intereses británicos que dominaban la industria del estaño en el siglo XIX y XX. Así también, la explotación de la clase indígena y la explotación de la tierra fueron los antecedentes que alimentaron el saqueo de los recursos naturales y humanos, manejado por una casta criolla ligada al poder político y económico y vinculada a los intereses transnacionales. Tal es ef caso de Simón l. Patiño, conocido como el Barón del estaño mundial, que en su mayor auge controlaba el precio internacional de este mineral.

Es importante recordar también que ninguno de los países latinoamericanos escapó a la explotación de sus recursos naturales y humanos dentro un sistema colonialista que impera desde la presencia de los países del Norte en América. Particularmente la población centroamericana fue completamente diezmada en los primeros 30 años de colonialismo español.

Es importante considerar este esbozo histórico de la América, a partir de su inserción en el orden de la economía mundial, que se da desde los circuitos de intercambio y producción del monopolio mercantil occidental, desde la Colonia hasta hoy. Con el neoliberalismo y la globalización, se ha acentuando el intercambio desigual claramente expresado en la apropiación de los recursos naturales, sobre todo en la degradación del medio ambiente y el espacio geográfico. De esta manipulación y degradación de los recursos naturales, la clase dominante encaramada en el poder es cómplice, al velar los intereses del imperialismo del Norte. Burócratas políticos manejan el aparato económico, político e ideológico de los países Latinoamericanos en desmedro de la población, manipulados desde los países del Norte que imponen su voluntad a través del Banco Mundial y el FMI, mediante las políticas de compensación y la llamada "cooperación para el desarrollo", imposiciones que mueve a protestas sociales generalizadas.

En este espectro social, "la lucha por la justicia social, es sistemáticamente arrebatada a los más, por las organizaciones y líderes de una nueva burguesía. Las oligarquías 'señoriales' de remoto y reciente origen plebeyo que terminan renovando vínculos y tratos con el imperiali~mo"46• En este contexto, la mayoría de los líderes latinoamericanos socava los propios intereses nacionales. En el caso de Bolivia, la clase política dominante ha terminado como funcionaria de organismos internacionales como el Banco Mundial, FMI o de empresas transnacionales, apoy-~ndo políticas que afectan a los intereses nacionales, como la capitalización de las empresas nacionales, que es una nueva forma de succionar recursos naturales y favorecer la fuga de capitales económicos y humanos.

 

La deuda ecológica con Bolivia

Nuestra atención se cent¡:_ará en el caso de Bolivia, que fue el territorio que más saqueos ha sufrido a lo largo de su historia, por la explotación de sus recursos naturales y humanos: (mineralógicos, forestales, hidrocarburíferos, hidrológicos, animales, etc.). Este saqueo se inicia con el descubrimiento y la explotación de las minas de plata del Cerro Rico de Potosí, en 1545, y continuó con la explotación de otros recursos no renovables como el estaño, oro, cobre, zinc, bismuto, piedras preciosas, etc., y recursos renovables, como bosques nativos y animales de diferentes especies. La explotación de estos recursos fue paralela al genocidio de los indígenas, que fueron sometidos a trabajos inhumanos en calidad de esclavos en las mitas mineras y las mitas coqueras, indígenas que generalmente no volvían a sus lugares de origen.

Bolivia fue el país que más agresiones bélicas ha sufrido de sus países vecinos, incentivados e impulsados por intereses transnacionales, que llevaron a la dolorosa pérdida de la mitad del territorio con que nació a la vida independiente47• La explotación de sus recursos naturales como el guano y el salitre, manejada por intereses ingleses, provocó la Guerra del Pacífico (1879) con Chile y la apropiación de muchos recursos naturales. Ello significó para Bolivia la pérdida del Litoral y su enclaustramiento total, lo que dejó huellas irreversibles en su desarrollo económico, social y geopolítico. A esta agresión se sumó la construcción del ferrocarril desde Chile hasta territorio boliviano, por empresas inglesas. La construcción sólo favoreció a la exportación de Jos minerales destinados a Europa y Norte América, particularmente a Inglaterra. Pero, a la vez, provocó la depredación de miles de hectáreas de bosques nativos, materia prima que estaba orientada a la construcción de la vía férrea.

Otra contienda bélica que sufrió Bolivia fue la Guerra del Acre (1902-1903, en la parte amazónica), generada por intereses extranjeros, entre ellos ingleses y brasileños, con la finalidad de apropiarse de la explotación de la goma. El "gomerang del Oriente" que, a fines del siglo XIX, era el polo de atracción para muchos aventureros extranjeros. La actividad prometía un enriquecimiento inmediato y de dimensiones insospechadas para los británicos, pero a un alto costo humano, el de los peones indígenas que fueron capturados y llevados a los siringueros como prisioneros y vendidos como esclavos.

Una de las guerras más cruentas que enfrentó Bolivia fue la Guerra del Chaco o "Guerra del Petróleo" (1932-1935), agresión bélica provocada por el Paraguay e incentivada por intereses norteamericanos e ingleses. En este periodo, el petróleo era explotado por empresas norteamericanas como la Standar Oil, que buscaba controlar Jos yacimientos petrolíferos de la parte chaqueña de Bolivia (que supuestamente se creía). La contienda fue comandada por militares alemanes y americanos, en desmedro de los intereses nacionales. A ella asistieron más de 70.000 soldados bolivianos, en defensa del "oro negro", en las candentes arenas del Chaco, donde perecieron 60.000 soldados de hambre y de sed. Esta guerra fue considerada una agresión injusta y con resultados nefastos para ambos países, sobre todo por la pérdida de vidas humanas.

Dos décadas después de este conflicto bélico, se desató la Revolución Nacional del 52, hecho histórico que ha marcado profundamente el devenir de la historia boliviana y de los movimientos sociales reivindicatorios, suceso que cambió la estructura social, política y económica del país, protagonizada porel pueblo. Cuatro años después, el gobierno del MNR permite la incorporación de Bolivia al sistema financiero de la economía mundial, a través de convenios con el Banco mundial y el FMI. A partir de ello, Bolivia se somete a las determinaciones drásticas de estos organismos financieros, liderados por Estados Unidos, a cambio de la exportación de minerales e hidrocarburos y la intromisión estadounidense en políticas internas del país, que generó los sucesivos golpes de Estado y posteriormente apoyó a la democmcia "representativa". Desde entonces, Bolivia se hizo más dependiente de la política Norteamericana en todos los niveles; es decir, las políticas impositivas de los Estados Unidos manipulan a los gobiernos de turno para que respondan a sus intereses económicos, en desmedro de los intereses nacionales.

La exacción de los recursos naturales no renovables y renovables del territorio boliviano se ha mantenido a lo largo de estos años, debido a la política neoliberal, implementada por el gobierno del MNR, que incorpora definitivamente al país en un sistema dominante y globalizador. Las nuevas políticas permiten la implementación de la CAPITALIZACIÓN en las empresas nacionales del control del capital extranjero. La más importante fue la capitalización de los recursos hidrocarburíferos del país y la explotación desmedida de los mismos, hechos que fueron muy desventajosos para el país48• Con estas medidas, Bolivia ha perdido el control sobre estos recursos, en desmedro del país. Sin embargo, la explotación de estos recursos por las transnacionales provoca daños cuantiosos al medio ambiente generando extemalidades que no son cuantificadas ni tomadas en cuenta, pese al daño ecológico que provocan. Por ejemplo, el tendido del gasoducto Bolivia-Brasil provocó la per:dida y destrucción de la biodiversidad en miles de hectáreas por el espacio ocupado por el gasoducto, es decir; desde la planta de tratamiento de gas, se descampó el bosque nativo en miles de hectáreas. Se ocupó un espacio entre 20 a 25 metros de ancho, en cientos de kilómetros. Si cuantificáramos ese espacio, en cientos de miles de hectáreas se ha destruido la flora y la fauna de la región; incluso ha sido afectada la salud de los pueblos nativos. Es decir, con esta construcción, muchos pueblos indígenas fueron relegados de sus lugares d~ origen. Para W. Pengue, esta situación sería una muestra de la "huella ecológica" que generan las empresas transnacionales.

Pero aún más, la degradación del medio ambiente por estas empresas transnacionales se f!Centúa con el derrame de petróleo crudo, suscitado en varias regiones, que afecta zonas agrícolas y la pérdida de la biodiversidad (flora y fauna), y que sin embargo no han sido reconocidos por el daño ecológico generado. Tenemos el ejemplo de derrame de petróleo en el río Desaguadero (Dep. Oruro), que provocó la muerte de una diversidad de peces, animales silvestres y otros.

Por otra parte, la explotación de los minerales en los centros de explotación, genera también cuantiosas "extemaHdades", que no son reconocidas por las empresas explotadoras. Tal es el caso de la expresa minera COMSUR y otras (propiedad del ex presidente de la República), que contaminan las aguas de los ríos más importante de la región, provocando un desequilibrio ecológico y, sobre todo, afectando la salud de las personas, no solo por el consumo del agua contaminada con residuos tóxicos sino también por su efecto en et cultivo de productos agrícolas.

Si consideramos la explotación de los bosques nativos de la parte amazónica, esta es profundamente depredadora, debido a la tala indiscriminada de árboles para la extracción de la madera. El Gobierno es cómplice de esta actividad al entregar en concesión entre 1000 y más has. a empresas privadas nacionales y extranjeras orientadas a la exportación de la madera; la mayoría de estos propiétarios fue favorecida por los jerarcas políticos de los gobiernos de tumo. Ellos no dejan beneficio alguno para el lugar. Las comunidades indígenas han sido relegadas y expulsadas de sus lugares de origen por el avance de estas empresas madereras, situación que llevó a los indígenas a la marcha histórica del "m~:>Vimiento sin tierra". La explotación de la madera genera la tala indiscriminada de árboles y la desaparición de miles de hectáreas de bosques. En un informe del reten de tránsito de Colomi, se menciona que por día salen de las selvas tropicales entre 25 y 30 camiones con troncos, que llevan entre 5 y 6 árboles maderables cada uno.

A esto se suma las políticas de erradicación de la coca, que han traído también muchos conflictos sociales entre productores y gobierno, con resultados nefastos para el país. Esta situación ha sido determinante en las relaciones bilaterales con los EEUU, por la dependencia política y económica del país. Se trata de un tema delicado y complicado para la estabilidad nacional que, a lo largo de las últimas décadas, ha provocado la pérdida de decenas de vidas de campesinos productores y el ejército. El ser país productor de hoja de coca, se ha convertido para Boli via en un estigma. Ello ha llevado a Bolivia a una dependencia total y a la intromisión de los Estados Unidos en la política interna del país, atropellando así la soberanía nacional. Hildebrando Vélez Galeano considera las deudas del narcotráfico porque "los países productores de coca son países que viven en la miseria y el subdesarrollo, que tienen exclusión inestabilidad del régimen es un argumento que facilita a Estados Unidos y a Europa el discurso de que sienten amenazada su seguridad nacional y que por tanto están legítimamente habilitados para desarrollar acciones de control y de intervención directa, humanitaria o velada para evitarlo. Esta ignominiosa persecución que padecen nuestros pueblos constituye una deuda de los seguidores del modelo prohibicionista, que orienta la lucha antidroga"49•

 

Conclusiones

Este proceso acumulativo de la degradación de nuestras riquezas en América Latina debe hacernos comprender los hechos históricos que nos traen a la memoria las injusticias cometidas por los países del Norte en contra de los países del Sur. La preocupación por la situación actual no puede, en consecuencia, ignorar un acercamiento a nuestro pasado histórico, a una historia colectiva, anónima y sin rostro. Este pásado histórico nos permite conocer y recordar el saqueo indiscriminado de los recursos naturales y humanos de América Latina. Y esta situación nos debe llevar a la reflexión y, si es preciso, a abordar los desafíos presentes. En cinco siglos de colonialismo, se ha formado una nueva realidad: "lo que ha creado los aluviones del occidente".

Desde nuestras preocupaciones actuales de verdad y solidaridad, en una perspectiva de futuro y esperanza, se debe plantear la "DEUDA ECOLÓGICA" y la "DEUDA del capital HUMANO". El presente adquiere densidad cuando se nutre con la memoria de un itinerario, cuando se tiene el coraje de identificar los problemas no resueltos que, por eso mismo, se tragan vorazmente muchos esfuerzos actuales. La mirada histórica en este contexto, debe darse en función de la situación presente y de nuestra solidaridad con los pueblos asolados por la pobreza, la injusticia y las desigualdades sociales, fruto de la deuda externa. La vid_a, como decía Kierkegaard, "sólo puede ser entendida mirando hacia atrás aunque debe ser vi vida mirando hacia delante". En esta perspectiva debemos considerar la "deuda ecológica" y la "deuda humana" que nos toca cobrar. Es importante hacerse eco de la deuda que el Norte tiene con el Sur. Como plantea W. Pengue, lo que el Norte le debe al Sur. Gregorio Iriarte pregunta: ¿Quién debe a quién? Para Martínez Alier, la "deuda ecológica es sinónimo de justicia ecológica", es el derecho que nos corresponde de reclamar al Norte para el Sur por la pérdida del patrimonio natural de Latinoamérica y la amenaza que se cierne sobre nuestras soCiedades. Para cuantificar la deuda ecológica, debemos tomar en cuenta también los conflictos sociales, la aniquilación de los pueblos indígenas, lás guerras provocadas por intereses extranjeros en su afán por controlar los recursos naturales (en el caso de Bolivia, la Guerra del Pacífico, la Guerra del Acre, La Guerra del Chaco y los saqueos desmedidos de sus recursos naturales y humanos). Sobre esta base, se debe cuantificar la deuda ecológica, no sólo en términos económicos sino también en términos sociales, culturales y políticos. Esta estrategia de lucha, debe concebirse desde todas las instancias sociales de reivindicación frente a la constante agresión de los países del Norte hacia el Sur.

 

Notas

1     Licenciada en sociología de la UMSS y maestrante en Agroecologfa en AGRUCO-UMSS de Cochabamba.

2    P. Gregario Iriartc, Análisis Crítico de la Realidad, 14" ed., 2002, p.132.

3    En gran medida, estos préstamos fueron orientados al desarrollo agroindustrial del oriente boliviano, concentrando la tierra en manos de una nueva elite dominante.

4    Fernando Baptista Gumucio, "La deuda Externa de Bolivia" En: Revista Bolivia Pensamiento. Político, Económico Relaciones internacionales, 1990.

5    Ibid.

6    P. Gregario Iriarte, op. cit., p. 123

7    El año 1987, 1a desnutrición en países del tercer mundo causó 14.000.000 de muertes infantiles. Informe del Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 1987. P. Gregario Iriarte, op. cit., p. 106.

8    En los países más pobres, la tasa de escolaridad se ha reducido en un 8%. Informe del Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 1987, citado por Iriarte, op. cit.

9    Cada semana mueren 250.000 niños con enfermedades que podrían ser evitadas. Informe del Fondo de la Organización de las Naciones Unidad para la Infancia (UNICEF) 1987, citado por Iriarte, op. cit.

10   En Bolivia, sólo el 8% de la población vive en mejores condiciones que el resto de la población (CENSO Nacional, 2001)

11   960 millones de personas mayores de 15 años de edad son analfabetos en el mundo, mientras 130 millones de niños. de 6 a 11 años, nunca asistieron a la escuela. Informe de la Organización de las Naciones Unidas para la educación, 1998.

12   Patricia Adams, Deudas odiosas, citado por W. Pengue, "Lo que el Norte le debe al Sur". Publicado en Le Monde Diplomatique.

13   Revista Ecología Política, Cuaderno de Debate Internacional, No 14. La deuda externa y el fin del milenio. Encuentro Internacional por una estrategia común, 1997, p. 131

14   Bolivia está considerada como uno de los dos países más pobres de Latinoamérica y con altos índices corrupción (CEDIB 2002).

15   Gregario Iriarte, op. cit., p. 123

16   Revista Ecología Política, Cuaderno de Debate Internacional, No 14. La deuda externa y el fin del milenio, Encuentro Internacional por una estrategia común, 1997, p. 131

17   Ibid.

18   Citado por Walter Pengue, "Lo que el Norte le debe al Sur", comercio desigual y deuda ecológica. La crisis Argentina: La deuda Externa,... 6.

19   Ibid.

20   Viviane Forrester, El horror económico. Fondo de Cultura Económica, México, 1997, 2" ed.

21   J. Martínez Alier, "Deuda externa y deuda ecológica" En: Revista Del Sur, No. 74.

22   lbid.

23   El 61% del total de la población es pobre. El 81,7 % de los pobres vive en el área rural y el 49.5 % de los pobres en el área urbana. Gregario Iriarte, Análisis crítico de la realidad Nacional, 2002, p. 314.

24   Fue un movimiento generalizado de la población, por los incrementos realizados en un 400% en las tarifas del agua por la empresa Aguas del Tunar(

25   Los Pueblos Indígenas del Oriente se desplazaron desde sus lugares de origen en una marcha histórica que llegó a la sede de gobierno después de recorrer más de 600 kilómetros. La marcha se generó por el derecho de las poblaciones indígenas a la tierra, por haber sido relegadas y despojadas de sus tierras por las empresas transnacionales que se apropiaron de sus recursos forestales para la explotación de la madera.

26   El pueblo reaccionó frente al "impuestazo" implementado por el gobierno. La medida tuvo que ser derogada.

27   Alberto Acosta, "La deuda externa acrecienta la deuda ecológica" En: Revista Ecología Política, No. 14.

28   Joan Martfnez Alier, Deuda Externa y Deuda Ecológica.

29   lbid.

30   Joan Martínez Alier, La exigencia del Sur: reconocer la deuda ecológica. Censat Agua Viva, Colombia, 2001.

31   Aurora Donoso, "Deuda Externa", citado por W. Pengue, "Lo que el Norte le debe al Sur".

32   Martínez Alier, Deuda externa y deuda ecológica. Desarrollo Humano, la economía ecológica. CESU-UMSS, 1998.

33   W. Pengue "Lo que el Norte le debe al Sur".

34   Ibid.

35   Martínez Alier, "Una exigencia del Sur: reconocer la deuda ecológica", 2001.

36   W. Pengue "Lo que el Norte le debe al Sur".

37   Conde de Canilleros, Tres testigos de la conquista del Perú. 1964, 3" ed., p. 23.

38   René Zavaleta Mercado, La formación de la Conciencia Nacional. 1990, p. 27.

39   A finales del siglo XVI, Potosí produjo el 70% del total de plata; en 1590 la producción total de Potosí se estimó en 1.000.000 de pesos de plata. Sempat Assadourian, Carlos Bonilla, Heráclito, Mitre Antonio y Tristan Platt, Minería y Espacio en los Andes, siglos XVI-XX. IEP, Perú. Entre 1503 y 1660, los Archivos de Sevilla dan cuenta de la extracción de metales preciosos: unos 185.000 kilogramos de oro 16.000.000 obtenidos a costo cero.

40   Aldo Ferrer, Historia de la globalización. 1996, p. 151.

41   A finales del siglo XVI, Potosí produjo el 70% del total de plata, en 1590 la producción total de Potosí se estimó en /.000.000 de pesos de plata. Carlos Sempat Assadourian, Heraclio Bonilla, Antonio Mitre y Tristan Platt, Minería y Espacio en los Andes, siglo XVI-XX. IEP, Perú. Entre 1503 y 1660, los Archivos de Sevilla dan cuenta de la extracción de metales preciosos: unos 185.000 kilogramos de oro 16.000.000 obtenidos a costo cero.

42   Eduardo Galeano, op. cit.

43   lbid.

44   Lofsstron W., Las Nuevas Repúblicas. 1983, p. 49.

45   Stanley J. y Bárbara H. Stein, La Herencia Colonial de América Latina. 2000, p. 44

46 Pablo Gonzáles Casanova, Imperialismo y liberalismo. Nuevo México, 1995.

47 Bolivia nació con una superficie de 2070.507 Km2., actualmente cuenta con una superficie de 1098.581 Km2.

48 Antes de la capitalización, Bolivia percibía un ingreso de 350 millones de dólares, sólo por la venta de sus hidrocarburos; actualmente, las transnacionales explotan diez veces más este recurso y el país sólo percibe 90 millones. CEDIB, 2002.

49 Hildebrando Vélez Galeano, "La deuda del Narcotráfico" En: Una exigencia del Sur: reconocer la deuda ecológica. CENSAT Agua Viva. Colombia 2001.

 

 

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