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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.25 La Paz  2004

 

ARTICULO

 

Un boleto al bloqueo:
Dinámicas de movilización en el movimiento sindical yungueño

 

 

Nelson Aguilar y Alisan Spedding
Instituto Mama Huaco/UMSA

 

 


 

El texto de esta ponencia consiste en la etnografía de dos bloqueos en Sud Yungas en los cuales hemos participado personalmente, en abril 2000 (Nelson Aguilar) y octubre 2003 (Alison Spedding). En años recientes, se ha escrito bastante sobre bloqueos a nivel periodístico en Bolivia y hay varias investigaciones en curso, así como interpretaciones de 'analistas' y otros intelectuales. Las investigaciones generalmente tienen como base entrevistas después de los hechos y las interpretaciones tienden más a representar la posición política del interpretante (casi siempre es el interpretante), partiendo de varias suposiciones a priori (tanto sobre la vida en las comunidades campesinas como sobre lo que es, o debe ser, un movimiento social) que un intento de evaluar los hechos de manera objetiva. Los periodistas, por definición, observan los hechos desde fuera (si es que logran acercarse siquiera a los sitios mismos). En adición, la enorme mayoría de los comentarios se concentra en las protestas ocurridas en el Altiplano, especialmente en Omasuyos y no en otras provincias, o alrededor de la ciudad de Cochabamba (particularmente con referencia a la 'Guerra del Agua' de 2000). Los participantes campesinos no tienen la costumbre de escribir sobre sus experiencias y, aunque la tuvieran, tienen motivos prácticos para no querer detallar su participación en una forma accesible a personas desvinculadas del ambiente social campesino, pues podría ser aprovechada por representantes de 'la repre' (la represión estatal en cualquiera de sus formas, legal, policíaca o militar). El movimiento cocalero, no obstante su militancia a partir de los años 1980, no atrae a los estudiosos y la atención periodística se centra en el Chapare. Un bloqueo en la carretera de Nor Yungas aísla al Alto Beni de La Paz, y por tanto es 'noticia', mientras en Sud Yungas 'sólo bloquean a sí mismos' y, por esa razón, raras veces importa a alguien fuera de la provincia.

La movilización campesina no es un espacio social independiente, sino parte orgánica de la organización sociopolítica del campesinado en general. Esta organización no nació ayer, por ello se puede decir que, para comprenderla, es imprescindible enmarcarla en la historia. Pero esa historia, tal como la viven, recuerdan y utilizan los y las campesinos/as, no es la misma que la historia académica, cuyas formas son las mismas no obstante la orientación de sus autores, desde derechistas y nacionalistas al estilo antiguo hasta los abanderados de la etnohistoria, la historia oral y/o la recuperación de la memoria colectiva. Las diferencias son de contenido, interpretación y técnicas de recopilación de datos, pero el marco filosófico respecto al pasado como concepto y objeto de estudio es el mismo (Spedding 2003). En contraste, la 'historia' campesina existe en el presente, no en el pasado. En primer lugar, existe

en sus restos, que siguen presentes en la actualidad, y en hechos actuales que evocan recue: _JOS o referencias al pasado. Tomamos como ejemplo el 'tiempo de la hacienda' o 'tiempo de los patrones' en los Yungas (la época anterior a 1953). El motivo más frecuente para referir al asint timpu es cuando alguna persona actúa 'como si fuera en tiempos de hacienda', y sirve para rechazar esos actos, implicando que no caben en el tiempo presente. También se mencion~. la hacienda cuando eventos de coyuntura sugieren que de alguna manera 'el regreso de los patrones', o sea, el reestablecimiento de ciertas condiciones sociales de ese tiempo. Esta fue la interpretación de algunos yungueños del intento del gobierno del Acuerdo Patriótico de imponer un nuevo sistema de impuestos a la tierra (decían que se iba a abolir la pequeña propiedad campesina y obligar a todos los que poseían menos que cierta extensión a buscar un 'patrón', dueño de una extensión grande que iba a tragar sus parcelas).1 Ambos aspectos se combinan cuando algunos descendientes de ex patrones se hacen presentes (como ha ocurrido en 2002-2003) con intenciones de reclamar las tierras que correspondían a sus antecesores según la Reforma Agraria, pero que habían sido abandonadas o transferidas sin plena legalidad a los campesinos en las décadas posteriores.2

En todo caso, el 'pasado' sirve como un contra-ejemplo, de algo que ya no se debe permitir, algo que no es válido; en ningún caso representa algo digno de ser recuperado. Cuando a veces se habla de costumbres campesinas que ya no son vigentes -mayormente se trata de prácticas festivas o rituales caídas en desuso a veces cultivos que ya no se siembra- tampoco se sugiere que se debe volver a hacer como antes, aunque los que evocan estos recuerdos pueden decir que las costumbres 'de antes'3 eran más 'bonitas' que las de ahora. En las raras ocasiones cuando se considera el 'tiempo de hacienda' de manera más reflexiva o analítica -ocasiones tampoco surgidas 'de la nada', o la mera curiosidad especulativa, sino por el hecho de haber conservado algún documento de entonces porque era de un familiar difunto, o porque alguien ha mencionado el tema porque un evento de coyuntura lo trae al caso- se comenta lo que se sabe o recuerda para destacar "¿Cómo es que se haigan dejao?" (cuando lo que se destaca es el tratamiento a los campesinos por parte de otros sectores sociales, p.e. las uniones conyugales obligatorias impuestas a viudos/as para que volvieran a cumplir con las obligaciones laborales que exigían la participación de un hombre y de una mujer, apenas a las ocho días después del deceso del cónyuge) o que "La gente de antes era bien malos [sic]" (cuando se destaca las relaciones violentas y autoritarias, sobre todo entre generaciones, que prevalecían en las familias campesinas). El mensaje es que ahora, la gente 'no se deja' (y no debe dejarse), y se permite que los/as hijos/as estudien, se diviertan, puedan ir a 'probar la suerte' en empleos citadinos, etc., en vez de tenerles amarrados al trabajo impago dentro de la unidad doméstica. Es claro que, dado que los que hablan no conocían la hacienda, no consideran la estructura social que obligaba a 'dejarse', sino parece que lo toman como un indicio de debilidad de carácter, o actitudes incorrectas, por parte de la 'gente de antes'; es decir, era un problema individual, o en todo caso, del campesinado en general, y no algo impuesto por la clase dominante y sus allegados (los patrones y Jos vecinos de pueblo, en los Yungas). Esto, a la vez, apunta a la importancia que se da a la organización campesina actual, que en Jos Yungas es encarnada y simbolizada por el sindicalismo, como Jo suelen denominar en las reuniones mensuales de los sindicatos de base en las comunidades.4

En los Yungas, no se puede hablar de 'dinámicas contradictorias entre ayllus y sindicatos'. En primer lugar, ni se conoce la palabra 'ayllu' (sólo figura en los padrones del siglo XIX, donde la comunidad originaria de Cuchumpaya, por ejemplo, se denomina 'Ayllu Cuchumpaya'). En el aymara yungueño, las comunidades originarias se denominaban kwmma, en oposición a las asinta. Hoy en día, dado que las asinta ya son ex haciendas, algunos denominan a las comunidades originarias 'ex comunidades' (cita de un dirigente de la comunidad originaria de Sanani, 1997). Si se pregunta, entonces, ¿qué son?, la respuesta es 'sindicatos'. Las ex haciendas tenían que conformar sindicatos como requisito para obtener sus títulos bajo la Reforma Agraria, y así liberarse de los patrones; esto sería un primer motivo para concebir 'el sindicalismo' como elemento imprescindible de la liberación campesina. En los Yungas no había muchas comunidades originarias (en Nor Yungas, sólo Milluwaya persistió como tal, más la 'comunidad Marka' en Jos alrededores del pueblo de Coroico, que era más una agrupación de 'sayañeros independientes' vinculados con el pueblo que una comunidad originaria como tal), pero esta etnografía se centra en el sector Chulumani, donde un bloque de seis comunidades originarias (algunas, no todas, colindantes con el pueblo)5 sobrevivió los ataques de la hacienda, y también se mantuvieron algunas otras, comoTajma, y Quilasi, Yarija, Manqha Loa y Jarapata en Chirca). Las comunidades originarias de Chulumani tardaron en adoptar el sindicalismo, y el citado dirigente (que tenía 67 años en 2002) había servido como jilaqata en su juventud, reemplazando a su padre ya anciano. Él, y otros activistas jóvenes de las comunidades, promovieron la organización de sindicatos a principios de la década de los 1960, porque se percibía que ésta era la forma de organización más pragmática para presentarse ante el gobierno central para conseguir beneficios (como caminos, item de profesor para la escuela, etc.) y también, para liberarse de la subordinación política: las autoridades originarias tenían que presentarse semanalmente ante el corregidor (o en el caso de Chulumani, el subprefecto, por ser capital de provincia) para 'dar parte' y recibir órdenes sobre cualquier trabajo público que había que realizar, que por supuesto era siempre un trabajo público en el pueblo,6 no en las comunidades. Se deshicieron de sus varas de mando (no se recuerda otros distintivos, como ponchos o chicotes) y no tienen intención alguna de recuperarlos.7

Los relatos de vecinos de pueblo, más integrados como militantes del MNR en los años 1950, señalan que la sindicalización en Sud Yungas era obra de sus semejantes de clase, incluso de algún ex patrón como Alvárez Plata de Sañuni en el sector Yanacachi (que llegó a ser Ministro de Agricultura del MNR). Pero en la memoria campesina, esto ha sido reconstruido como un proceso autónomo dentro del cual ellos buscaban a su propia liberación, y estos enemigos de clase han sido borrados totalmente del recuerdo. Antes de 1952, los vecinos tenían un célula del MNR en el pueblo, que se extendía a las comunidades originarias, donde se refugiaban cuando eran reprimidos por el gobierno de turno. Después de la Revolución, organizaron un Regimiento Campesino acantonado en Huancane, que se ocupó de amenazar (no se tiene referencias de escarmientos realizados) a las haciendas donde seguían 'sirviendo al patrón' para que se reformen de una vez.8 Hay rastros de esto en la memoria campesina, pero lo asimila a la fama de radicales y belicosos del sector Huancane (que se mantiene hasta hoy, y se demuestra en la práctica, como se observará en esta etnografía) y no lo vincula con las milicias organizadas por el MNR. No se logró organizar Comandos entre los campesinos que hayan persistido hasta el presente, ni siquiera reclutar a militantes fieles, como ocurrió en, por ejemplo, la provincia Bautista Saavedra. En las elecciones nacionales de 2002, se decía que la organización del MNR en Chulumani era enteramente de vecinos de pueblo, y sólo éstos (y sus allegados cercanos) asistieron a sus concentraciones de campaña. Consideramos que ha habido un 'olvido creativo' (Spedding 2003:386-389, errata 'Sagún' por 'Sañuni' p.387) que ha reconstruido el proceso de sindicalización en Sud Yungas como impulsado y asumido por los campesinos, y ha borrado la participación de otros sectores sociales y del oficialismo. Proponemos que esta acepción del sindicalismo como algo propio ha contribuido a la organización efectiva del campesinado yungueño para afrentar amenazas externas, específicamente los planes de erradicación de la coca.

El rechazo a las autoridades originarias y sus símbolos viene juntos con otros aspectos de la vida social en los Yungas, como el bilingüismo generalizado en castellano y aymara, el abandono de la vestimenta tradicional (los últimos vestigios del atuendo tradicional yungueño desaparecieron en la época de la Guerra del Chaco) y la mercantilización de la economía (generalizada ya mucho antes de la Guerra del Chaco), que, desde un punto de vista, pueden ser interpretados como un 'despojo' o 'pérdida' cultural en comparación con otras regiones aparentemente más 'tradicionalistas'. En Sud Yungas (y también, aunque al parecer en menor grado, en Nor Yungas, por razones que siguen sin aclarar), estos procesos van juntos con una debilidad en las barreras 'etnicas', o mejor dicho, una interpretación poco 'etnicizada' de las divisiones de clase. Sobre todo, los comunarios de las comunidades originarias se consideran los iguales de cualquier vecino en términos del manejo del idioma castellano, la ley nacional y los misterios del comercio, pero no por eso dejan de tener como identidad hegemónica la posición de campesino cocalero rico y desprecian la identidad de q'ara misti (como suelen denominar a los vecinos de pueblo, clase media citadina, etc., cuando aparece algún conflicto de interés o un trato social discriminatorio por parte de los así referidos). También se alaban (los varones) de haber sido 'siempre ciudadanos'. refiriendo específicamente al cumplimiento con el servicio militar. Aunque había, y hay, una estratificación interna de las comunidades, basada principalmente en la posesión de la tierra, la posesión parcelaria, vigente al menos desde el siglo XIX, significa que cada comunario/ a tenía su título de propiedad.9 Si tenía un problema legal, o quería comprar o vender un terreno, él o ella misma se ocupaba del trámite con algún tinterillo o notario del pueblo. En el caso de comunidades con título en pro-indiviso, cuando hay un problema legal, son las autoridades o apoderados de la comunidad quienes se ocupan del trámite, y la masa de comunarios, aunque por supuesto autorizan que Fulano sea el apoderado, quedan alejados del proceso jurídico en la práctica: una estratificación política más pronunciada, aunque la estratificación económica interior quizás sea menor.10

Es posible que la decisión de 'reconstuituir los ayllus' en, por ejemplo, la provincia Muñecas, tiene que ver con una estratificación local de clases donde los 'mistis' (vecinos de pueblo) insisten en seguir tratando a los comunarios/campesinos como 'indios', y por tanto destinados a servir y obedecer a ellos en todo contexto, no importa los cambios sociales. Algo parecido parece ser el caso en la provincia Bautista Saavedra. Dado que los campesinos no podían liberarse de su posición estamental de 'indios' no importa lo que hicieran, sería que han decido asumir este status de una forma militante y hacer de ello una arma para potenciar simbólicamente a su organización. Se tiene la impresión que la organización de 'ayllus', 'markas', etc. en esta provincia se calca en la organización y la jerarquía sindical, pero con un cambio de nombres y el uso de símbolos que ensalzan su afiliación 'originaria' o 'indígena': esto se desprende, por ejemplo, del dirigente Cosme Calla, que dice haber sido 'Mallku-Ejecuti vo de la provincia Muñecas', o sea, Mallku es sinónimo de Ejecutivo como cargo a nivel provincial de la organización campesina, y describe como cierto vecino de pueblo le quería llamar a su servicio por el mero hecho de ser un campesino casualmente presente en el pueblo, y cuando él no obedeció, le hizo detener con la policía. A la vez, se tiene referencias de otros lugares, como la provincia Aroma, donde algunas comunidades siguen con 'el sindicalismo' mientras otras han ido con 'lo originario', y parece que estas afiliaciones distintas representan una división y son una fuente de debilidad (en el sentido de la incapacidad de conformar acciones conjuntas) en la organización campesina. Faltan estudios empíricos de la situación de cada provincia -el peso relativo de ex haciendas y comunidades originarias, el proceso de sindicalización, otras divisiones sociales como por ejemplo orientaciones productivas diferenciadas y no complementarias, procesos de movilidad social y cultural, ¿qué más?- aclaren los procesos subyacentes en la aceptación de la "reconstitución de los ayllus', más allá de las declaraciones programáticas que se basan en los 'derechos de los pueblos indígenas' o asumen el lenguaje de instituciones internacionales como el Convenio 169 de la OIT.

En base a este resumen breve de una compleja problemática, proponemos que no existen, en realidad, 'dinámicas contradictorias entre ayllus y sindicatos'. 'Ayllu'y 'sindicato' son dos nombres alternativos para la organización campesina de base. En cuanto que parece haber 'contradicción' entre ellos (como puede ser el caso en la provincia Aroma), se debe a otros ejes de fractura entre comunidades y regiones, cuya naturaleza falta aclarar, y que pueden ser expresados y hasta agrandados por la adopción de nombres y posturas discursivas distintas, pero no son causados por ella. Estas divisiones tampoco pueden ser atribuidas a agentes externos, como 'los partidos políticos' (culpables favoritos hasta hace muy poco); donde no existen divisiones, un partido no les puede hace surgir de la nada. De la misma manera, la presencia de ONGs nacionales o internacionales que están dispuestas a ofrecer capacitación, financiamiento etc. a los que se prestan a asumir 'lo originario' (hace una década o más, 'el sindicalismo' era más bien el niño favorecido de ONGs como Qhana y otras) evidentemente facilita el desarrollo de esta tendencia entre los interesados, pero no es suficiente para provocarlo; en otros casos, esta 'ayuda' puede ser aceptada, con los correspondientes cambios de nombre y demás, por motivos pragmáticos (de la misma manera en que se coloca la bandera de X partido porque sus representantes van a otorgar algun donativo) mientras la organización campesina prosigue su propia dinámica. El hecho de llevar poncho y hablar en nombre de 'pueblos indígenas' o 'originarios' no garantiza automáticamente que se representa los intereses de las bases, como el discurso en nombre del pueblo o los obreros del sindicalismo tampoco garantizaba que uno era auténtica representante de los mismos.

Luego, con referencia específica a las movilizaciones campesinas: las supuestas 'técnicas de movilización comunal', en tanto que existen, no son algo limitado a las movilizaciones, sino se basan en la organización cotidiana y permanente de las comunidades, como por ejemplo la organización por turnos (ver infra). Algunas de estas técnicas, o tácticas, como el 'cerco a las ciudades', no son la expresión de una 'cultura insurrecional' esencialmente andina o indígena, sino una táctica militar universal que se aplica en donde sea que existen poblaciones nucleadas (pueblos, ciudades) que concentran los recursos económicos y políticos (no se les aplica cuando se trata de poblaciones dispersas: ver Descola 1993:293-326 sobre las tácticas de guerra entre los Achuar en la selva ecuatoriana). Algunos aspectos de las movilizaciones, como la toma de decisiones en base a 'asambleas' y no a través de un comando superior y una cadena de mando, son notables, pero no necesariamente representan una democracia perfectamente ideal, y menos un modelo que podría ser aplicado en niveles más amplios como remedio para la 'irresponsabilidad civil' (Gutiérrez 2001). Es más: el asambleismo es bastante ineficiente cuando se trata de situaciones que se podría llamar auténticamente 'militares'; hay motivos para que todos los los ejércitos del mundo, desde los romanos antiguos hasta los chinos de hoy, siempre funcionan en base a un grupo de comandantes y una cadena que trasmite sus órdenes, que tienen que ser acatados de inmediato por los subalternos, sin opción a discutir. La movilización trata de campesinos/as libres, que salen porque quieren salir, no importa las sanciones que hayan sido establecidas para los 'faltones'. Por tanto, cada decisión tiene que ser tomada a través de un debate que permite que los/as que tengan opiniones firmes al respecto puedan expresarlas, pero se sabe que si llega 'la repre', y si 'la repre' se demuestra dispuesta a reprimir (y no sólo a quedarse allí, para negociar o esperar una solución desde arriba) todo el mundo va escapar como mejor le parece; nadie propone un enfrentamiento de veras, intentando derrotar al enemigo en el campo de batalla.11 Hay un grado elevado de ritualización en los 'conflictos sociales' bolivianos, que tiene que ver con el número relativamente bajo de muertos y heridos que producen,12 y esta ritualización no se limita a las formas de enfrentarse entre contrincantes, sino abarca las actividades dentro del bando campesino mismo. Aunque, por supuesto, las movilizaciones siempre enarbolan un 'pliego petitorio' de demandas frente a las autoridades superiores, y su motivo expreso es conseguir la satisfacción de (al menos algunas de) ellas, buena parte de la práctica de la movilización se dirige a 'ellos mismos', es decir, tiene que ver con la organización campesina en si, a la vez que es una manera de articular o relacionar esa organización con otros sectores sociales y entidades políticas.

Ahora veremos cómo todo esto se expresa y se entreteje en dos casos concretos: el bloqueo de abril 2002 (Nelson Aguilar) y el de octubre 2003 (Alison Spedding). En un intento de recrear, o reflejar, la forma campesina de entender el pasado, hemos optado para relatar eventos en que hemos participado, con notas aclaratorias o de comentario que incluyen datos históricos de tipo más convencional, en vez de escribir un relato cronológico sobre la trayectoria histórica de los Yungas que eventualmente desemboca en las movilizaciones recientes. Aunque tenemos formación antropológica, ninguno de los dos tomó notas de campo mientras estábamos en los bloqueos, así que hemos escrito en base a lo que recordamos, a veces lo que vimos o escuchamos directamente, y otras veces lo que 'se decía' había ocurrido. Como cualquier informante, cuando se incorpora a un relato personal lo dicho por terceros, es porque se encuentra convincente - o conveniente para su posición personal - ese dicho, pero nos disculpamos de responder por su absoluta veracidad a través del colofón 'dicen/decían' (siwa, sasa six siwa en aymara); y también, puede ser que recordamos mal sobre algunos puntos. Los hechos de 2000 ya han sido objeto de varias reflexiones y análisis en conversación, y ahora se los ve bajo la luz de eventos posteriores; así que el relato presenta una versión más pulida y (posiblemente) sesgada que el de 2003, que es 'fresco' y no había sido «tderezado a través de anteriores presentaciones verbales. A la vez, Aguilar tiene conocimiento de larga data de la gente con quien fue al bloqueo, mientras Spedding fue con gente de un sector de que tiene conocimiento sólo superficial, lo que afecta la naturaleza de sus comentarios.

 

BLOQUEO DE ABRIL DE 2000

Ya pasaban más de tres semanas de bloqueos en el Altiplano y los yungueños todavía no se habían movido, aunque ya había la instrucción de la CSUTCB para el bloqueo nacional de caminos. La primera central en iniciar el bloqueo fue la de Huancane, en realidad 'un grupo de jóvenes' huancaneños más otros pocos de Huanca Pamapa del sector Chirca, más conocidos por alegres bochinchosos semi campesinos que se la pasan de manga en campeonatos, ampliados y elecciones, cuando no en otras cosas (como trifulcas en las fiestas o cosechando de noche en hueras ajenas) . Pero eso sí, son sinceros cocaleros en movilización. Algunos empiezan su carrera dirigencial como activistas de sus sindicatos de base y no se pierden detalle de los acontecimientos. Los más participan como informales estafetas de los dirigentes de las centrales y la federación, y a ellos les excita más la aventura que los tediosos debates sindicales. Todos son varones entre los 18 y los 35 años (y claro, casi todos solteros), que por alguna circunstancia no se sienten obligados al duro trabajo agrícola para mantener a sus familias; algunos son jornaleros ocasionales, ayudantes de oficios no campesinos o cuentapropistas que pasan la mayor parte del tiempo en los pueblos y sus alrededores en donde tienen familiares.

El primer día de bloqueo es siempre el más difícil, aunque en este caso todo debía haber salido bien, porque desde tiempo atrás se venia preparando las movilizaciones y los sindicatos de transportistas y comerciantes se habían comprometido a apoyar la movilización; incluso el municipio de Chulumani apoyaba a la movilización por debajo. Pero todos los que prometieron apoyar no estaban presentes en los primeros momentos del bloqueo y otra cosa es tener que enfrentarse a los transportistas y pasajeros que quieren pasar a toda costa. Según como cuentan, aquel primer día se reunió un grupo que no llegaba a las cincuenta personas, con los que pararon a los primeros vehículos pero más tarde cuando más carros y pasajeros se juntaron, éstos empezaron a corretear a los bloqueadores. Solo unos quince jóvenes huancaneños se atrincheraron en las alturas y a pedradas hicieron retroceder a los más de cien pasajeros. Tras varias horas de trifulca en que poco a poco se fueron reforzando con algunos campesinos de Huancane, Las Lomas, Huanca Pampa y Chirca, todos de la Central Huancane, se fue asegurando el bloqueo. Mientras los jóvenes huancaneños batallaban, los refuerzos se pusieron a tumbar árboles y cavar zanjas en la carretera para que los carros no pasen si los pasajeros acababan rebasando a los pocos bloqueadores. Al final del día grupos de campesinos de las demás centrales de la federación Chulumani ya se habían presentado en el lugar y los transportistas no tuvieron más remedio que retirarse.

Además de no ser un grupo plenamente 'aduto', la mayoría de estos aguerridos jóvenes tampoco son estrictamente campesinos, pues los campesinos a tiempo completo, se ocupan en los asuntos de sus comunidades y sus trabajos agrícolas, y al pueblo solo van para puntuales asuntos familiares, como vender coca, hacer mercado, un tramite o a un festejo, y en el caso de los más jóvenes van a dar un paseo y divertirse con los amigos pero no van a aburrirse a los ampliados: "para eso hay dirigentes" -saben decir. Es cierto, los campesinos asistentes a los ampliados son en su mayoría gente madura (hombres y mujeres) que más o menos se conoce entre si y los más jóvenes son cabezas de nuevas familias que se integran formalmente a la comunidad de adultos asumiendo los cargos más bajos y de servicio en su Sindicato Agrario13 (como los de vocales14 que en realidad son los ve corre y dile de los Secretarios generales de los Sindicatos comunales). Entre la gente joven que se ve en los ampliados suelen estar activistas de alguna persuasión izquierdista o populista, por lo general estudiantes universitarios de origen provinciano15 o jóvenes en proceso de descampesinización que se inician en la carrera sindical.

La COFECAY16 había logrado que todas las Federaciones de Nor y Sud Yungas organicen sus comités de movilizaciones en todos sus niveles, empezando desde las federaciones, centrales, sub centrales y sindicatos comunales. Estos se iban a encargar de organizar la logística y los relevos para el bloqueo. En un ampliado de emergencia de la Federación de Chulumani se organizó el Comité de Bloqueo17 en base a la representación de las centrales y sub centrales, en este caso la responsabilidad recayó sobre las centrales San Bartolomé y Huancané18• De ésta manera los dirigentes titulares de la federación se liberan de organizar la movilización para dedicarse a las negociaciones políticas con las otras federaciones y el gobierno. El comité de bloqueo a nivel de las Centrales y Sub Centrales lo asumían las directivas, aunque nominalmente se elegía a un compañero que no era parte de la gestión sindical. En los sindicatos de base como comité se nombraba al comunario más dispuesto o en su caso al secretario de relaciones o el de conflictos, pero no por eso el resto de la directiva estaba excusada de participar en las movilizaciones. Se espera y se les exige que estén presentes en el terreno de los bloqueos junto a sus bases.

En términos de organización los comités de bloqueo son instancias transitorias autónomas con referencia a las directivas sindicales en gestión, es decir no responden a los dirigentes sino a sus bases en asambleas y ampliados. Por motivos de seguridad, se afirma que los comités de bloqueo tienen que ser anónimos (aunque de todos modos se los conoce), esto en previsión de una posible represión gubernamental que buscara descabezar el movimiento campesino deteniendo a los dirigente; en tal caso los comités podrán seguir operando en la clandestinidad asumiendo provisionalmente la dirección sindical. En tanto que no se llegue a ese extremo sus funciones se limitan a organizar las acciones, el abastecimiento logístico; se constituye en una suerte de comando de operaciones formada por los comités de todas las federaciones presentes en el punto de bloqueo a cuya cabeza se pone la el comité de la federación 'dueñaa de casa'. En este caso el bloqueo se iba a instalar en la jurisdicción de la federación de Chulumani, y como dueños de casa les tocaba elegir el sitio más estratégico, fácil de defender, con un amplio espacio para realizar asambleas y levantar los campamentos en donde se instalaran los campesinos de cada central, con una fuente de agua cercana y que además sea un lugar fácil de evacuar en caso de que llegue la represión19• Los dueños de casa también tendrían que facilitar lo indispensable para asistir a los movilizados, como conseguir enormes ollas y otras cosas para instalar las cocinas comunales, ubicar casas para las despensas, etc.

Para ejecutar los bloqueos se dispuso que cada comunidad debía enviar un numero determinado de comunarios durante todo el tiempo que dure el bloqueo, la forma en que se pone en práctica es a través de los tumos o relevos que ahora se han dado por llamar 'mitas'. No parece que sea un sistemaexpresamente diseñado por los sindicatos contemporáneos sino una forma tradicional que espontáneamente se activa en momentos de confrontación. Cada federación establece un determinado número de comunarios movilizados por su federación y cada central cubre su cupo en proporción al numero de afiliados en cada uno de sus sindicatos comunales. Se exige que el mayor contingente sea de la federación dueña de casa porque para ellos es más fácil y barato abastecer y movilizar a los relevos. Las federaciones más distantes como las de Asunta o Inquisivi, pueden mandar contingentes menos numerosos.

En Chulumani se estableció tumos de 24 horas. Mi comunidad, Cuchumpaya20, debía mandar un grupo de 1O comunarios en cada tumo, por eso pude asistir como base en representación de mi abuela que está afiliada al sindicato. La participación resultaba obligatoria para los afiliados a ADEPCOCA21; aunque la Federación instruyó la movilización de todos los afiliados a los sindicatos comunales, de por si no tiene los medios de presión efectivos sobre todos ellos para asegurar su movilización22 pero ADEPCOCA si puede movilizar a sus afiliados. Todos los campesinos afiliados a su sindicato comunal son cocaleros pero no todos se afilian como socios a ADEPCOCA,23 pero como los que si lo están necesitan la 'orden comunal' para llevar su coca al Mercado de Villa Fátima; ofrece un efectivo 'gancho' a los sindicatos para forzar la participación de las bases en las movilizaciones; en las instructivas para la movilización se advierte con no dar 'la orden comunal' como sanción a los que no asistan a los bloqueos.

Pero con amenazas de sanción o sin ellas, había mucha gente dispuesta a salir aun teniendo que descuidar sus trabajos agrícolas24 y todos están absolutamente convencidos de que "hay que defender la coca." Cuando digo todos es todos; hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, sayañeros25 ricos, chiquiñeros26 y hasta jornaleros y utawawas27 (lo que no quiere decir que compartan los argumentos de los dirigentes de las federaciones y sus asesores). Habitualmente no se habla de la coca en términos políticos, pero en los días de movilización todo el mundo se ponía a conversar y debatir el tema con mejores argumentos que en los ampliados o las reuniones intelectuales. Las mujeres cuestionaban a los hombres que no se mostraban muy dispuestos y los animaban a participar; "todos sabemos vivir de la coca, hasta las mujeres estamos saliendo dejando nuestros trabajos y nuestras guaguas", en sus habladurías denunciaban a los cocaleros que seguían cosechando en plena movilización y a veces les amenazaban con decomisarles el matu (hoja verde sin secar): "dice que los de Huancané hasta mit'iña28 les habían quitado, igual hay que hacer aquí. ¿Cómo pues felices se van a estar cosechando cuando todos estamos peleando?"

En el bloqueo, todo el mundo escuchaba las radios locales, en especial Radio Yungas29 (siempre había alguien que llevaba consigo un radio portátil) que pasaba a cada momento noticias y declaraciones sobre el tema de conflicto, se escuchaban declaraciones, comunicados, avisos etc., de las federaciones y de los mismos sindicatos comunales o de cualquiera que quisiera transmitir algún mensaje. Había espacios radiales en los que el público común podía mandar mensajes de todo tipo, desde frívolos saludos de adolescentes, citaciones sindicales, invitaciones a fiestas familiares o comunales, denuncias y hasta proclamas políticas. Una noche escuché en la radio a una niña, de unos nueve años, del sector de Villa Barrientos, que mandaba saludos; "Quiero mandar un saludo a mi pap* Juan... que est* en el bloqueo con los de la comunidad... Aquí estamos con mi mama y mis hermanitos, estamos bien. Papito... estamos orgullosos de lo que estas defendiendo la coca, que sigues adelante y felicitaciones.

La mamá te está mandando encomienda con Don..." mensajes como estos se repetían todas noches, ora un hijo, una madre o en otra una esposa. "¡Oye... Marcelo...! ¡Tu mujer te est* hablando en la radio... ¿Dónde has puesto la llave? dice", a veces se burlaban del aludido al reconocer o creer reconocer una voz conocida en la radio. A veces cualquiera se ofrecía para ir a la radio (a la caseta radial más cercana) para llevar cualquier comunicado de su comunidad, pagando el mismo la tarifa, para aprovechar de lanzar sus propias consignas o denunciar a otras comunidades o sus vecinos que no estaban saliendo, o para criticar el mal desempeño de algún dirigente o a toda su Federación o a otra Federación rival.

Todos los días debía estar presente un miembro de la directiva sindical en el lugar del bloqueo como cabeza de la comunidad y para levantar la lista de los asistentes en cada relevo; el Strio, General, el Actas, Relaciones, el Comunal de ADEPCOCA, o el Comité de bloqueos de la comunidad se alternaban para estar presentes en Inka Lacaya. Cada mañana los comunarios de turno salían de sus comunidades con el dirigente de turno. Cada comunario llevaba consigo su fiambre, una frazada, una linterna y un naylon para protegerse de la lluvia, y para recibir rancho un plato, taza y cuchara, además de su coca chinu.30 Como el pueblo no está muy lejos, a Chulumani llegaban a pie, allí se embarcaban en alguna movilidad para llegar hasta el punto de bloqueo; cada cual debía llevar dinero para pagar su pasaje de ida y vuelta (5 o 6 Bs) y para los 'helados'.31 Al bloqueo llegaban cerca de medio día y se tenían que quedar hasta el día siguiente, podían regresar solo después de llegar su relevo.

Las centrales más distantes contrataban camiones para llevar y traer a los relevos desde sus comunidades; claro que cada comunario tenia que pagar su pasaje, pero los 'solidarios' transportistas32 hacían un precio especial (una pequeña rebaja). No todos los comunarios pueden o quieren pagar su pasaje por lo que a veces su sindicato puede acceder a pagar paga su pasaje. Las federaciones más distantes (por ejemplo La Asunta que esta a más de 100 km del lugar del bloqueo), pagaban el transporte de sus afiliados, pero ellos tenían que hacer turnos de 48 horas.

Cada comunidad establece sus propios criterios para confeccionar las listas y turnos, pero por lo general se pide que el primer contingente lo forme gente joven y decidida, y no mujeres o ancianos porque se supone que este primer contingente va a tener que enfrentar la resistencia de los transportistas y pasajeros. Los siguientes contingentes llegarán a un ambiente más seguro y allí podrán ir mujeres y gel)te mayor que por ser respetables velarían por la buena conducta de los demás. Las listas se establecen en base a las UDs afiliadas al sindicato y los turnos por afinidad o lugar de residencia, los amigos se anotan para salir juntos en un turno o se señala a una zona para cada turno: "los de la zona tal salen tal día". De todos modos las listas son confeccionadas con anticipación para pasarlas a los dirigentes de la central quienes cada noche suelen pasar comunicados radiales (en Radio Yungas) en donde se anuncia públicamente los nombres de todos los enlistados para que cumplan su turno, señalando el lugar y la hora de concentración. "...los siguientes compañeros de la comunidad... deben salir al bloqueo el día.., deben esperar en el lugar de concentración al camión del Sr... Se recomienda no hacerse dejar, porque el carro tiene que recoger los relevos de otras comunidades. Nota: Cada comunario debe llevar Bs... para su pasaje de ida y vuelta hasta el lugar del bloqueo..."

En otras ocasiones estos comunicados suelen incluir la lista de los faltones ofreciéndoles la oportunidad de redimirse adscribiéndose al nuevo relevo. Por supuesto nadie quiere pasar la vergüenza de ser señalado como faltón y se esfuerzan por cumplir con su deber, pero siempre hay comunarios que por alguna razón no pueden o no quieren asistir a las movilizaciones. Algunos pagan un jornal de hombre como multa (Bs 30) o contratan a un minga para que vaya en su nombre, si no pueden entregaban provisiones para el consumo de los bloqueadores (gaseosas, cigarrillos, coca, víveres, etc.); claro que el monto de estos aportes sustitutos varía según los dirigentes lo consideren justo porque siempre suelen dispensar a las familias de ancianos sin jóvenes adultos que salgan por ellos. En Cuchumpaya había una familia acomodada, con grandes cocales y que además eran riscatiris. La jefa de esta familia no dejaba que su esposo o sus yernos pasen cargos en el sindicato y en esta ocasión tampoco estaba muy dispuesta a salir a los bloqueos; fue blanco de duras criticas ya que ella como gran cocalera y riscatiri se beneficiaria más de las conquistas del bloqueo. Temiendo otras represalias accedió a que su esposo asista a los tumos, además de mandar dos paquetes de gaseosas como aporte personal. El comité comunal de bloqueo recoge estos aportes bajo lista para pagar parte de los pasajes o víveres para los bloqueadores, estos recursos suelen ser centralizados a nivel de central porque a nivel de central se organizan las despensas y cocinas comunales, porque se sabe que los conflictos van a durar varios días o hasta semanas.

Como la movilización se había venido preparando desde varias semanas atrás, todas las organizaciones sociales y económicas de la provincia Su Yungas (sindicatos de transportistas, comerciantes, riskatiris, almaceneros, pensiones, panaderos, parroquias, profesionales e incluso los hoteleros y la Cooperativa de Ahorro y Crédito; claro, menos el ejercito33, la policía y la Sub Prefectura) habían manifestado su apoyo a los campesinos. Muchas de estas adhesic ¿s no se limitaban al apoyo moral. Los diferentes sindicatos de comerciantes de la feria de Chulumani se organizaban por calles o rubros para cocinar y llevar merienda y cena cada día hasta el punto del bloqueo, lo mismo hacían los tenderos. Me sorprendió que hasta las juntas de 'vecinos' del pueblo de Chulumani prepararan ollas populares. Los colegiales hacían colectas los profesionales y hoteleros (abogados y médicos) ponían víveres o dinero, los religiosos de la parroquia no se quedaban atrás en las colectas y ponían sus vehículos para transportar las contribuciones. Lo mismo pasaba en los otros pueblos de la provincia; la primera vez que yo he visto que todos los grupos sociales de la provincia se ponían abiertamente de lado de los campesinos, lo que muestra que la coca no solo es un problema de los productores sino que es más vital de las preocupaciones de la región cocalera. Hasta los gobiernos municipales de lrupana (que era oficialista, de la ADN) y La Asunta declararon públicamente su apoyo moral y material, poniendo víveres y gasolina para los transportes campesinos. Aunque el municipio de Chulumani no se manifestó, hizo llegar sus aportes al lugar del bloqueo.

Todas estas iniciativas eran espontáneas y autónomas y no el producto de negociaciones o presiones de las federaciones, en algunos casos explícitamente anunciaban que el aporte era para los cocaleros en general (claro, los de su sector) y no por apoyar a una gestión dirigencial en particular. Por un lado pone de manifiesto el grado de autonomía política que han alcanzado las organizaciones campesinas que ya no toleran la ingerencia de las viejas elites urbanas y de otros grupos no campesinos en los asuntos internos. Por otro lado, las diferentes gestiones dirigenciales de las federaciones campesinas son muy inestables por sus luchas faccionales y todas por definición son sospechosas de corrupción y oportunismo. Los del pueblo preferían llevar y entregar directamente el rancho a los campesinos, o si llevaban productos de consumo no inmediato (como azúcar, arroz, gaseosas, cigarrillos, etc.) lo entregaban bajo registro al comité de bloqueos para que éste los redistribuya entre las cocinas comunales de cada central.

La misma federación de Chulumani había entregado un monto de dinero para los gastos de la movilización al comité para que lo administre autónomamente; más tarde se le pediría una rendición de cunetas de todos los aportes recibidos. La federación por si misma no cuenta con muchos recursos económicos, pero su brazo económico, ADEPCOCA, sí. ADEPCOCA agrupa sólo a los productores de coca del departamento de La Paz,34 formalmente es autónoma frente a las federaciones y sus continuas disputas, pero dado que todos los cocaleros son campesinos afiliados a los sindicatos agrarios y solo con el aval sindical pueden ser admitidos en la Asociación, las Regionales de ADEPCOCA están estrechamente vinculadas a sus federaciones. Es decir, cada regional de ADEPCOCA responde a la posición política regionalista de cada federación. Para esta movilización, los ejecutivos de ADEPCOCA Regional Chulumani entregaron un monto de dinero al comité de bloqueos bajo la autorización y garantía de los ejecutivos de la Federación Sindical Única de FSUTCSY-TK, no sé si en calidad de préstamo o contribución a fondo perdido, pero el hecho es de que más tarde estas entregas de dinero son constantes motivos de controversias entre los dirigentes en ejercicio y sus detractores. Estos son los asuntos 'organicos' que se debaten internamente y se evita que en ellos se inmiscuyan personas ajenas a las organizaciones sindicales.

Los gremios solidarios del pueblo llegaban al bloqueo en camiones que ellos mismos contrataban y lo adornaban con banderas y carteles que los identificaba: "Asociación de comerciantes de la calle Lanza, Presente". A bordo, junto a los cacharros de cocina y los dirigentes gremiales, iba siempre un bullicioso grupo de colegiales que para anunciar su llegada reventaban petardos y se ponían a gritar consignas, -vivas al movimiento cocalero y mueras al gobierno-. Con el comité de bloqueos se coordinaba la distribución de las raciones con preferencia a los comunarios de las federaciones más distantes. Siempre después de mucho barullo se lograba imponer un poco de seriedad al jolgorio para que las filas no se apelotonen delante de las ollas. Cada uno recibía su ración en lo que podía, en platos, tasas, bolsas plásticas, etc. "¿Por qué no se traen plato? ¿En qué pues piensan recibirse? ¿En su oreja?" amonestaban las mujeres a los hombres jóvenes que correteaban buscando platos y desordenando las filas. El jaleo que se armaba a la hora del rancho no era por hambre sino por ganas de 'joda'. En algunas ocasiones la comida traída desde Chulumani alcanzaba para un 'repete', en este bloqueo no se pasó hambre pero más que un campesino se quejó: "No nos estamos alimentando bien... puro segundito no más nos están dando y eso un rato nomás llena la barriga. Lo que nos hace falta es caldito para que nos de fuerza... si aurita aparecen los soldados ¿con qué fuerza nos vamos a parar?" Al principio se distribuía platos de variados ingredientes (sajta de pollo, guisos de carne, etc., acompañados de arroz, fideos, papas, plátanos, etc) pero en la medida que el bloqueo se prolongaba y las despensas de la provincia se desabastecían, el rancho se hacia más monótono -un ají de fideos con apenas señas de carne y phuti, más tarde hasta los huevos para las tortillas empezaron a escasear-35• Con humor negro los campesinos de las comunidades decían "En Chulumani, carne ni para muestra hay, hasta uchP6 pelado como pollo están vendiendo". También las verduras se agotaban y sólo dos o tres productores de Chulumani seguían ofreciendo en el mercado, por el bloqueo los productores del sector Irupana y los comerciantes de La Paz ya no llegaban a los mercados de consumo.

Más critica era la escasez de combustible para los vehículos que transportaban a los relevos; aunque durante el tiempo que duró el bloqueo no se paralizaron los servicios de transportes, incluso el trafico de pasajeros era más fluido de lo habitual. Todos los días cientos de pasajeros se movían entre el bloqueo y las más distantes comunidades de la provincia. Chulumani, como el centro comercial más importante de la provincia, era el epicentro de toda la movilización campesina. Allí coincidían los transportes de relevos, todos abarrotados de pasajeros con banderas, wiphalas y letreros que identifican sus lugares de origen. Auque la plaza se veía tan vacía como cualquier día a media semana, el canto rebosaba de gente y vehículos de todo tipo entraban y salían del pueblo. Muchos campesinos llegaban a Chulumani a pie o en transportes ínter-comunales, con productos para vender (enanos, gualusas, etc.), también coca que seguían comprando los riscatiris, no faltaban los que querían viajar hasta La Paz o los que desde la ciudad se dirigían a sus comunidades. En la tranca, aparte de los carros contratados por los sindicatos, había muchos minibuses, flotas y camionetas esperando pasajeros. "Ya sale, ya sale... Al bloqueo ya sale..."

En el bloqueo se concentraban cerca de dos mil campesinos que todos los días eran reemplazados por nuevos relevos. Cerca de medio día siempre se realizaba una asamblea en el lugar del bloqueo para recibir o emitir nuevas instrucciones o debatir los últimos acontecimientos. En estas reuniones participaban los que recién llegaban y los que ya habían cumplido su tumo. En una ocasión se concentro muchísima más gente para realizar un ampliado en el lugar del bloqueo y estaban presentes la mayoría de los ejecutivos de las federaciones que no estaban en la comisión negociadora en La Paz. Se decía que iba a bajar una comisión negociadora del gobierno pero en su lugar solo bajaron algunos representantes de la COFECAY y ADEPCOCA Departamental (la comisión negociadora campesina) junto a unos reporteros de la prensa y la TV de la ciudad, para ofrecer un informe sobre el desarrollo de las negociaciones y consensuar un nuevo voto resolutivo. En esa ocasión los periodistas citadinos se sorprendieron al ver a más de seis mil campesinos en pie de lucha reunidos en un solo lugar y que además trataban con mucha dureza a sus propios dirigentes, amenazando rebasarlos exigiendo mediadas más radicales. No podían percibir que aquella hostilidad se debía al faccionalismo regionaP' que enfrenta entre si a las federaciones cocaleras pero lo que no impide la movilización general de las bases en contra de una amenaza externa común, las políticas estatales anti-coca.38 Sud Yungas presenta un panorama mucho más faccionalizado que Nor Yungas,39 dado que hay cuatro Federaciones, Chulumani, Irupana40, Choque Chaca - La Asunta y la Federación de Chamaca que no tiene un estatus orgánico bien definido. Chulumani e Irupana están dentro de la zona tradicional pero las dividen rivalidades históricas,41 Chulmani es enteramente cocalera, en Irupana los productores cocaleros no representan la totalidad del campesinado pero eso no impide que su federación se sume a las movilizaciones cocaleras, incluso superando en radicalismo a los chulumaneños. La Federación de Choque Chaca-La Asunta reúne a todos los sindicatos del Sector de Adentro (La zona de 'colonización'), menos Chamaca42, los asunteños son los más combativos y su federación la vanguardia cocalera de los últimos años y no dudan en salir a bloquear hasta donde sea necesario por muy lejos que les resulte para asegurarse que toda la provincia se sume a las movilizaciones. Dentro de la misma Federación de Chulumani se dan fuertes pugnas entre las centrales, la más radical y activista es la Central Huancane43 seguida de la central Tagma,44 los huancaneños se ponen a la cabeza de cualquier bochinche. Por eso, el primer día de bloqueos los jóvenes huancaneños y algunos de Chirca eran los únicos que se lanzaron a iniciar el bloqueo. En el 2000 el ejecutivo de la Federación Chulumani era un dirigente de la Central Ocobaya, una persona mayor de carácter mesurado no dado a discursos incendiarios o a debates acalorados sino a reflexiones bien argumentadas en aymara. Los de Huancane y Tajma lo acusaban de manso e indeciso, se quedaba callado e indiferente frente a las críticas de los dirigentes de las otras federaciones. Todo un contraste en comparación con el ejecutivo de la Federación de Irupana, joven, de hablar impetuoso, casi mitinero. Los dirigentes de Asunta no eran tan demagogos pero muy ácidos y contundentes en sus intervenciones.

Las otras federaciones criticaban a Chulumani por solo querer bloquear cómodamente en 'la puerta de sus casas' mientras las otras hacen enormes sacrificios viajando largas distancias y dejando sus familias y trabajos. También dicen que eso de bloquear en la puerta de la casa es costumbre del altiplano y no de los yungueños, pero eso se debe a las condiciones topográficas. En los yungas no se practican bloqueos esporádicos y dispersos, sino son masivos y permanentes. Hay pocos lugares adecuados para un bloqueo en la carr~tera troncal y por lo general estos lugares están en zonas poco habitadas, por lo que hasta los de Chulumani tienen que viajar varios kilómetros. Entre tanto todas las carreteras del interior de la provincia semantienen despejadas para permitir el transporte de relevos y abastecimientos. En alguna ocasión una central en el sector de Villa Remedios, decidió bloquear en su sector en vez de salir a donde todos, lo que lograron fue bloquear a los contingentes de bloqueadores que salían del Sector de Adentro (Asunta, Callisaya, Chamaca). "Entre bloqueadores nos estamos bloqueando" decían y los de adentro los obligaron a salir hasta el bloqueo principal.

En todos los ampliados previos se había dispuesto que ningún productor debía sacar coca al Merca~o de Villa Fátima y se advertía con decomisar cualquier bulto que se intente pasar de contrabando por los puntos de bloqueo. Los asunteños decían que hasta el último momento los chulumaneños seguían cosechando su coca para vender antes de que no se pueda y que por eso no querían apurarse en salir a bloquear "Mientras nosotros nos estamos sacrificando, los de arriba feliz están sacando su coca". Por eso presionaban a la Federación de Chulumani para que empezaran de una vez. Además sospechaban que los bloqueadores de la zona tradicional se hacían de la vista gorda y dejaban pasar la coca de su sector y solo la presencia de ellos podía garantizar la vigilancia y el estricto cumplimiento de las resoluciones sindicales. Por eso ellos eran los que más insistían en adelantar el emplazamiento del bloqueo hasta un punto donde todas las zonas cocaleras puedan ser firmemente controladas. Todos los días había largos e infructuosos debates en tomo a este tema, donde además se ponía en juego cual de las federaciones era la más radical.

En la mañana del segundo día de bloqueo, cuando había llegado el grueso del contingente asunteño y el de Irupana, se produjo un acalorado debate en el que se criticó a la federación local por haber instalado el bloqueo en la 'puerta de su casa' por pura comodidad y cobardía. Exigían que el bloqueo se adelantara por lo menos hasta la Florida (Cruce a Yanacachi); los más osados pedían llegar hasta Unduavi. Como los ejecutivos de las federaciones no estaban presentes y las bases de Chulumani ponían cara de palo, el primer contingente de molestos asunteños decidió marchar hasta Puente Villa. Algunos de Irupana los siguieron pero el resto se quedó en Inca Lacaya. Para la mañana siguiente todos los asunteños ya se habían regresado calladamente al bloqueo principal, después de darse cuenta de que no tenia sentido quedarse en Puente Villa cuando ya habían pequeños bloqueos cerca de la Florida y en el camino a Ncr Yungas que cortaban toda salida a La Paz y que en caso de llegar la represión era mejor estar concentrados en un solo lugar defendible, y ese lugar era donde estaban los chulumaneños. Además en Puente Villa no podrían recibir refuerzos ni provisiones porque ya se habían abierto profundas zanjas en el camino para asegurar el bloqueo de Inca Lacaya. Los de Chulumani decían que en Puente Villa la gente preferiría bañarse y tirarse de panza en la playa del río en vez de estar en atenta vigilia de la carretera, además con las tiendas del pueblito a mano serian inevitables las escandalosas borracheras que acabarían desprestigiando el bloqueo, y que por todo eso era mejor estar en un lugar desierto.

Notablemente en este bloqueo no se veía las borracheras tan temidas por los 'respetables' y 'decentes' vecinos de pueblo. "La alevosa y alcoholizada indiada alzada, presta a cualquier desmán" no es un oscuro discurso colonial, sino un vivo prejuicio raCista que comparte toda la elite boliviana contemporánea frente a cualquier movilización campesina y popular. Los dirigentes decían a cada momento que el movimiento buscaba justas reivindicaciones y que no era una ocasión ordinaria para una farra, se había dispuesto que los policías sindicales también debieran impedirlas. Pero no se puede decir que era un bloqueo seco. "Todos sabemos servirnos pero aquí no tenemos que hacernos ver mal", "Ustedes ya son mayores y no vamos a estarJes controlando como a guaguas, pueden servirse para el frió pero no hay que propasarse. Aquí hay señoras y gente mayor de respeto y no se les puede hacer pasar mala noche..." era como los dirigentes recomendaban a las animadas bases concentradas en Inca Lacaya. Claro que habían los decididamente empeñados en servirse; a ellos se les ordenó retirarse a un lugar apartado para no molestar a los demás (hasta las tiendas de Chajro, a unos dos kilómetros más abajo) y se les advirtió de que no debían presentarse borrachos en el bloqueo porque de hacerlo serian castigados. A unos jóvenes que pese a las advertencias habían pasado una bulliciosa velada no muy lejos, al día siguiente los agarraron los policías sindicales, y se pidió a los campesinos más mayores presentes a que les den wasca mientras los reflexionaban. Todo esto se hacia en un lugar apartado, lejos de los curiosos para no poner en vergüenza a los castigados y solo lo supe por comentarios. Varios días después, el propio 'Comité de Bloqueos' (es decir su presidente) fue sorprendido farreando de amanecida junto a otros dirigentes en la tienda de Charro. Esto causo mucha indignación: "Cómo pues, él tiene que dar ejemplo" y los propios comunarios de su sindicato que ya lo conocían de díscolo pidieron que se le de el doble de azotes que a los demás.

Los policías sindicales se escogían entre los más 'vivos' (astutos) y se pedía a cada central nombrar a dos jóvenes, estos se organizaban con el comité y con los otros jóvenes huancaneños que desde el primer día estaban en el bloqueo, todos ya los conocían y en torno a ellos se armaba un grupo compacto de jóvenes combatientes de todas las centrales y federaciones que se quedaban más días que sus turnos asignados. Los últimos días del bloqueo se hablaba de una inminente intervención policial, el grupo de jóvenes tenían más reuniones reservadas con el comité y los dirigentes de las federaciones para preparar medidas de defensa más efectivas, se toma por sentado que la mayoría de los bloqueadores va a escapar en los primeros momentos de la represión y por eso se tenia que amar un grupo de choque pero en sigilo para no levantar sospechas y temores. Los dirigentes ordenaban que todos los hombres presentes se 'armen' de palos y flechas (tira ligas); en los yungas no se conocen las qurawas (hondas) y cuando alguien hizo aparecer una, sólo dos comunarios sabían como usarla. En las noches al pasar por los campamentos, los dirigentes decían; "¿Cómo van ha estar durmiendo como en sus casas? ¿Acaso quieren que los soldados les hagan despertar a patadas? Hay que dormir con las abarcas puestas y con un ojo abierto para saltar rapidito. Carajo, hay que estar atentos." En una ocasión, un joven de Cuchumpaya se presentó en el bloqueo con un viejo mauser, cuando los dirigentes lo vieron lo retearon duramente y lo mandaron de regreso; se lo consideraba un exceso y que eso serviría para justificar un violento 'escarmiento' de los soldados; "con qué les vamos a responder, nos van a balear como a saris (un enorme roedor silvestre parecido a los conejillos de indias)". Todos están concientes estas masivas movilizaciones se desarrollan dentro de limites y esperan que la policía actué dentro de esos limites de la 'vilencia ritualizada'. Si la violencia se desborda, los campesinos van a llevar la peor parte.45

Todos los medios días y en las noches se daban acaloradas discusiones en las asambleas. Los cocaleros de Nor Yungas, que bloqueaban en Yolosa, cerca de Coroico (camino al Alto Beni), habían pedido auxilio a Sud Yungas porque los transportistas cambas los estaban rebasando y la situación era realmente peluda en ese lugar. Ya había salido un contingente de asunteños y huancaneños a reforzar a la Federación de Nor Yungas y en camino, muchos coripateños y arpatenos se unieron. A la entrada de Coroico (Cruz Loma), los vecinos coroiqueños46 a la cabeza de la Cámara Hotelera habían serrado el paso a los refuerzos Nor Yungueños desde el día anterior, y también habían ordenaron a todos los negocios y gremios del pueblo turístico a no vender ni ofrecer ningún tipo de apoyo a los cocaleros y exigían al gobierno una enérgica y ejemplar acción militar. Cuando llegaron los camiones asunteños, espantaron a dinamitazos a los bloqueadores anticampesinos. Todo esto se supo a través de los despachos de los reporteros populares de Radio Yungas.

Ese día, después de casi una semana, se levanto parcial mente el bloqueo de lnka Lacaya y la mayoría de los campesinos regresaron a sus comunidades. Pero temprano al día siguiente, una caravana de camiones contratados por la Federación partía de Chulumani rumbo a Yolosa, los campesinos que se habían quedado en los puntos de bloqueo, habían tapado las zanjas, retintdo los troncos y limpiado los derrumbes provocados para dar paso a los transportes campesinos. En Puente Villa, Coripata y Arpata otros camiones esperaban a los sud yungueños. Habían muchos bloqueos por salvar en el trayecto, a las 3:30 pm ya estábamos cruzando las calles de Coroico (los vecinos se habían encerrado en sus casas); los camiones no pudieron pasar un gran derrumbe un poco más arriba de Yolosa, por lo que todos los campesinos avanzaban a marcha forzada para llegar hasta más arriba a San José de Chicalulo en donde en ese momento se estaba desarrollando un enfrentamiento con la policía. Desde lejos donde estábamos, se podía ver como las columnas de policías y soldados intentaban rodear, por más arriba en la montaña, a los campesinos reunidos en Chicalulo. Pero otra columna de campesinos, que había subido por la cuchilla del cerro, aparecía por encima de ellos arrojando dinamita y una lluvia de piedras.

Mas tarde en San José de Chicalulu a eso de las 5:30, un Vice Ministro y otros representantes del gobierno se reunían con la mediación del párroco de Coroico con los dirigentes cocaleros. Cerca a !a media noche después de reparar la carretera, los primeros camiones varados empezaban a cruzar el bloqueo rumbo a La Paz.

 

Conclusiones

A demás de asistir y perder jornadas trabajo, el comunario movilizado paga de su propio bolsillo buena parte de los costos de su movilización; no importa todas las presiones, nada lo obligaría a salir y manifestarse ovejunamente si no quisiera hacerlo47• Salen por que tienen la voluntad de hacerlo, y si su organización y sus dirigentes (sea sindicato, ayllu, partido o lo que fuere) expresan esa voluntad, los respaldan. No hay dinámicas contradictorias en las movilizaciones campesinas, sólo las hay en las interpretaciones ideologizadas de las vanguardias de escritorio. Las comunidades se organizan y movilizan como siempre lo han hecho, según sus intereses y las circunstancias de su tiempo. Esa puede ser su tradición48 de lucha, pero las luchas no se han quedado ancladas en el pasado.

 

BLOQUEO DE OCTUBRE DE 2003

El bloqueo tenía que arrancar el lunes 6 de octubre; eso se había resuelto en ampliados de las diversas Federaciones, y los transportistas también estaban de acuerdo. Pero al entrar a Chulumani el jueves 2 de octubre, encontramos con bloqueadores ya instalados en Puente Villa. No eran más que treinta personas (entre hombres y mujeres), y apenas había una fila simbólica de piedras cruzando el camino en el punto donde se divide entre la carretera de Sud Yungas y la que entra a Coripata, más una wiphala al lado. La mayoría estaba ocupada boleando coca y discutiendo qué iban a hacer, bajo un galpón de calamina al lado del camino. Después de debatir un rato con el chofer del bus, y advertir que podrían entrar, pero que no iban a permitir la salida, los bloqueadores nos dejaron pasar, indicando que al llegar aTagmael chofer debía comunicar a los sindicatos el orden de mandar turnos de 15 bloqueadores por comunidad.49 Llegando a mi comunidad, pregunté porqué se había adelantado la movilización. "Dicen que por allí van a levantar ya los bloqueos en el Altiplano, y Yungas siempre entramos tarde, por eso." Resultó que la anticipación fue encabezada por dos sectores: Huancané, el sector más radical de la llamada Federación Provincial de Sud Yungas, que en realidad incluye sólo a Chulumani y Yanacachi,50 y la parte de Nor Yungas que sigue a Miguel Mamani de Coripata, anterior Ejecutivo Provincial, que había rehusado a aceptar su reemplazo por un nuevo Ejecutivo del sector Coroico.51 Había bloqueos en tres lugares: Puente Villa, una avanzada en San Cristóbal, a unas dos horas a pie de Unduavi (que se ha debido establecer después de que nosotros pasamos) y en Santa Barbara. Éste iba a ser el lugar más conflictivo, porque bloquea la carretera de Nor Yungas que conduce a Caranavi y el Alto Beni. Los otros dos bloquean sólo la carretera a Sud Yungas.

Los huancaneños estaban saliendo en turnos de 48 horas a Santa Bárbara, con llamadas por radio al 'turno que corresponde' para presentarse en la plaza de Huancane donde las movilidades les iban a recoger. Los de Chulumani estaban yendo en turnos de 24 horas a Puente Villa, y en los primeros días, sólo la comunidad de Chimasi estaba saliendo. Ellos incluso hacían leer por radio la lista de nombres de las diez personas que tenían que salir en cada turno. Los de Huancane se limitaron a convocar a los del turno correspondiente, sin más detalles, pero enfatizando que se iba a decomisar el carnet de productor de coca de los incumplidos 'sin derecho a devolución', y los nuevos (los que podrían solicitar afiliación a ADEPCOCA en el futuro) no iban a ser aceptados si no constataron su participación en el bloqueo. La Federación de Irupana hizo transmitir una convocatoria para el primer turno que tenía que salir el domingo, con instrucciones que incluyeron "llevar armas de autodefensa, como ser machetes, palos, hondas y flechas". Todas las demás comunidades ya tenían nombrados sus grupos en orden de turnos,52 para salir a partir del lunes. En mi comunidad (Takipata, sector Chulumani) decidían movilizarse a partir del sábado,53 en base a una reunión comunal el viernes en la noche (que no tenía asistencia completa, había sido planificado antes sólo para solucionar un problema entre el profesor y un comunario que le había pegado alegando que pegó a su nieta, y después de tratar eso se pasó a hablar del bloqueo), no debido a órdenes 'desde arriba'; había un ampliado del sector Chulumani el sábado en la mañana, pero yo no fui - estaba secando mi coca que coseché el viernes - y no nos enteramos qué decisiones habrán tomado. El Reportero Popular de la comunidad (en realidad este 'cargo' de Radio Yungas ya no existe como tal, pero él sigue considerándose así) habló por la radio en la mañana, indicando que el primer grupo tenía que salir al bloqueo en ese momento, el segundo el domingo y a~í sucesivamente, pero sin nombrar a los integrantes ni hacer otro anuncio después. La mayoría de las comunidades no hicieron uso de la radio, sino es de suponer que se comunicaron internamente por vía personal.

Mi intención había sido salir el domingo a La Paz. Bueno, domingo por la mañana subí a Chulumani (constaté que los riskatiris seguían comprando coca, dijeron en Bs 420 el cesto de 30 libras, aunque no había salida; el mercado estaba vacío, como había estado durante unas dos semanas desde que los comerciantes altplánicos en carne seca y salada, pescado y queso dejaron de venir debido a sus bloqueos, pero la actividad comercial en otros lugares y rubros era normal, con bastante verdura e incluso queso, traído desde Lambata a través de Irupana). Esperé en el Tránsito hasta conseguir una movilidad que me lleve hasta el bloqueo. Al mediodía logré hacerme alzar en una de los cuatro flotas que llegaron de la Federación de Irupana, la del Subcentral Santa Ana, que incluso tenía algunos asientos vacíos. De hecho, algunos de los otros asientos eran ocupados por gente con intenciones de seguir hasta La Paz y no de bloquear. Los cuatro buses eran de la empresa 24 de Agosto,54 que había hecho un contrato de llevar a los bloqueadores ida y vuelta al bloqueo para cumplir un turno de 24 horas, con un pasaje de Bs 15 para el viaje redondo; incluso había emitido boletos que decían en el espacio para el destino, 'Bloqueo'. Las movilidades se identificaban desde lejos como 'del bloqueo' porque cada una tenía una wiphala amarrada adelante, más un cartel tras la parabrisas con el nombre del Subcentral: Chicaloma, Santa Ana, Río La Banda, e Irupana misma. Les encabezaba la movilidad de Chicaloma, la más llena, hasta el punto de llevar a varias personas en la parilla, y con una mayor participación de jóvenes.55 Además, les acompañaba un jeep con un alto mastil con la bandera nacional. Resultó ser la movilidad del Alcalde de Irupana, el mismo adenista que acompañó la delegación irupaneña cuando fueron a negociar con Guillermo Fortún y otros ministros en 2001, después de la expulsión de la Fuerza de Tarea Conjunta (Huanca 2001). Las flotas llegaron haciendo reventar petardos, que volvieron a hacer cada vez que pararon o partieron en el viaje, o cuando se tomó alguna decisión en asamblea. Todos se pararon un buen rato en el Tránsito de Chulumani, para almorzar, o al menos tomar fresco y comer tucumanas. Luego partimos dl'rección al bloqueo.

En Puente Villa había más piedras, y gente mayormente echada en la sombra, boleando coca o conversando. Los buses pararon, sus pasajeros bajaron, y los bloqueadores (chulumaneños) salieron a decirles que deberían ir a Santa Bárbara porque la cosa estaba 'caliente' allí y se necesitaba gente. El jueves 2 en la noche, movilidades de Caranavi56 habían intentado pasar por el lecho del río para evadir el bloqueo, había habido enfrentamientos con un herido yungueño, y el bloqueo se dividió en dos, uno más arriba en San José de Chicalulu (donde bloquearon en abril 2000) y otro más abajo controlando el puente por donde se va a Caranavi. Los irupaneños hicieron una breve asamblea al iado del camino y decidieron seguir hasta La Florida (el cruce de Yanacachi); levantaron las piedras, y los demás los dejaron pasar (para volver a colocar las piedras en seguida). Seguimos viaje, alzando algunas personas en el camino, mayormente mujeres, más dos hombres viejos cargados con manteles que decían haber partido de Huiri Lanza a pie a las cuatro de la mañana. Estos últimos tenúm pinta de bloqueadores, pero tanto ellos como las mujeres se .esfumaron cuando al fin se llegó a Ichhu (ver infra), por tanto se dedujo que estaban yendo a La Paz. Pero cua~do llegamos a La Florida, 'no había nada' - es decir, sólo los pobladores del lugar, y unos cuantos pasajeros varados con pinta de citadinos. Se montó otro debate, protagonizado en su mayoría por los de Chicaloma, encabezados por una mujer que aparentemente era la dueña de la flota, pero que tenía opiniones políticas muy fuertes sobre muchos temas aparte de la operación del transporte. Los demás se quedaban en sus flotas, o sino intentaban comprar pan de la tienda. Se dijo que de todos modos, no se podía bloquear en La Florida, porque el cruce tiene casas alrededor 'y si hay represión, puede afectar a las casas'. En este momento apareció un minibus, llegando de La Paz. Al parecer era un minibus de Irupana, y además se decía que su chofer/dueño, que lo manejaba, tenía un cargo en ADEPCOCA, que hacía más vergonzoso el hecho de estar rompiendo el bloqueo. Algunos irupaneños acusaron a él y sus pasajeros de haber ido a vender coca, discutieron ferozmente con ellos y punzaron las llantas del minibus, dejándolo inhabilitado para moverse. Otros se limitaron a mirar y decir "Pobre minibus."

Entonces la caravana partió otra vez, pero sólo hasta un lugar cerca de Sacambaya, donde la flota de Chicaloma, aprovechando de estar primera, se paró atravesada en el camino, obligando las demás a parar. Varios pasajeros bajaron y volvieron a debatir. El Alcalde, mientras tanto, se echó a dormir sobre una manta en el suelo. "Está de eh'aki," decían todos. El tema central era si iban a continuar hasta San Cristóbal o no, y cuánto más de pasaje deberían pagar en caso de seguir hasta este lugar, o sino hasta dónde iban a ir. El contrato era para ir ida y vuelta 'al bloqueo', pero no se habían precisado exactamente dónde iba a ser 'el bloqueo'. Se acusaba a los que apoyaron ir a San Cristóbal de ser 'pasajeros por La Paz', mientras otros argumentaron que era de ir a Santa Bárbara (aunque en Puente Villa nadie había apoyado eso). Algunos decían "Están borrachos en allí [San Cristóbal]", como un argumento p(,lra no subir, porque no habría manera de entenderse con gente borracha. Se reclamaba una intervención más efectiva del Ejecutivo de la Federación, quien eventualmente sacó un chicote de su maletín y lo cruzó en su pecho.57 Al fin se levantaron y prosiguieron, hasta un recodo en el camino con una pampa al lado, antes de llegar a Pichu. Allí la flota de Chicaloma volvió a trancar el camino y otra vez, a la asamblea (o a dormir, en el caso del Alcalde). Algunos pasajeros de La Paz adivinaron el eventual resultado, agarraron sus bultos y partieron adelante, antes de que se les pudiera impedir.

En un principio el tema era sí o no iban a aumentar Bs 2, o sino cuánto, para ir hasta San Cristobal; volvió a aparecer la idea de ir a Santa Bárbara; la dueña de la flota argumentó que era de bloquear allí mismo (Ichhu se llama el lugar, me dijeron; ciertamente había bastante paja por allí) porque era un poco ancho y se podía correr cerro arriba en caso de que llegara 'la repre:, lo que no se puede hacer en San Cristóbal que es una garganta estrecha con peñas a ambos lados. "¿Si llega la gasificación, dónde se van a ir? ¿Acaso se van a meter al río?" Resultó que Ichhu es un lugar establecido de bloqueos. Es bastante estratégico; aparte de la pampa - infrecuente en todo el trecho de la carretera desde Puente Villa hasta San Cristóbal, mayormente es puro barranco y peña arriba y abajo de la ruta - tiene un arroyo con agua fresca que cruza debajo del camino. Por ser un recodo, no se le ve hasta dar la vuelta, pero saliendo apenas cien metros en dirección a La Paz, se puede ver la carretera entrando y saliendo por una buena distancia en ambas direcciones, permitiendo que se observa cualquier movilidad o persona que esté viniendo mucho antes de que ellos pudieron ver la masa de bloqueadores.

Arriba del camino hay un par de. casas de campesinos (cuyos habitantes no se hacían notar para nada, aparte de dos escolares que salieron de allí el lunes en la mañana) y debajo, en media bajada hacia el río, hay un criadero de chanchos y una casa estilo citadino. Se decía que era propiedad de un militar, que había protestando en anteriores ocasiones por lo que se cortaba árboles y hacía otras cosas - "Hasta había sido prohibido hacer baño aquí''58 - pero si había gente allí, tampoco se hacían notar. En la pampa misma, había una construcción de ladrillo de un piso, aparentemente abandonada. En tanto que el debate se prolongaba, la gente empezaba a dar por sentado que se iban a quedar y 6e repartían por el espacio, arrancando brazadas de paja y tendiéndoles para dormir encima, cortando palos y con ellos armando carpas cubiertas por naylones rojos o azules.

Cuando al fin se resolvió definitivamente pasar la noche en lchhu, y después de un breve aguacero que hizo que todos se cobijaron como podían, esta actividad se generalizó, dando el aspecto de un día de campo o un grupo de excursionistas. Se despachó una comisión de dirigentes, incluyendo la de la Federación de Mujeres (quien, se dijo, había ido a las negociaciones previas en La Paz en lugar del Ejecutivo 'de varones) en el jeep del Alcalde (con su chofer, pero sin él) para ir hasta San Cristóbal y comunicar la decisión a los que estaban bloqueando allí. Mientras tanto, la gente, bajo la dirección de los encargados del Comité de Bloqueos, sacaba de los buzones de las flotas enormes ollas y bolsas de víveres. Subcentral Irupana hasta tenía una cocina a gas, pero resultó que se había olvidado la garrafa, así que tenían que juntar piedras para un fogón y recoger leña de los alrededores como los demás. Otros se quedaron en las flotas, con la intención de hacerse de varios asientos para dormir adentro, o se dedicaron a comer los fiambres que habían traído consigo. Yo compartí mi fiambre con mi compañero de asiento, un joven que dijo "Sé estar semanas en los bloqueos" pero luego partió discretamente hacia La Paz, porque ahora era universitario y no quiso perder sus clases. Se nombraron pares de jóvenes de cada Sub central para ir por la carretera arriba y abajo, haciendo guardia en tumos de 2 horas.

La comisión volvió y anunció que una flota iba a ir a traer a la gente de San Cristóbal. El Ejecutivo de Irupana (a quien la dueña de la flota había tratado de 'sin cojones' por su falta de decisión) impuso su autoridad expulsando del vehículo algunas personas que decían que querían ir a San Cristóbal, con el argumento que eran en realidad pasajeros para La Paz. Cuando la flota volvió, lanzando petardos y rebalsando de gente incluso en la parilla, ya estaba anocheciendo y se estaba sirviendo chocolate. Resultó que los bloqueadores en San Cristóbal era un solo piquete, bastante numeroso, procedente de Colopampa sectorTagma, que ya estaban por cumplir un tumo de 48 horas. Se vanagloriaban de su acción solitaria, mofándose de los de Chulumani en Puente Villa - "Están bloqueando en la puerta de sus casas" - a la vez que era evidente que varios habían estado tomando. Otros decían que ellos dejaron pasar movilidades después de cobrarles (es cierto que ese día en la madrugada, salieron movilidades con los residentes de Tagma cuya fiesta es el 4 de octubre, y ya sabían que iban a pasar pagando, según me dijo una vecina de Tajma que tiene una pensión en Chulumani). Esta competencia en el radicalismo (quienes han salido más antes, con más gente, han estado más tiempo, mas disciplinados y organizados, han sido más fuertes en enfrentarse a chóferes y pasajeros que quieren pasar...) es constante en los bloqueos, y de hecho es uno de los motivos más fuertes para que X o Y sector o comunidad se anima a salir, sobre todo frente a sus rivales tradicionales. Los de Colopampa extendieron un par de enormes lonas, carpas de camión, sobre la carretera y se sentaron, a bolear, charlar, dormir, y en algunos casos seguir tomando, mientras algunas mujeres se pusieron a cocinar. Me llamaron a recibir coca (una mujer encargada lo sacaba de todo un taki; supongo que trataba de coca decomisada porque nadie maneja coca en takis excepto cuando lo están llevando al Mercado de Villa Fátima) porque entre ellos estaba un conocido mío de Sanani (colindante con Takipata) que se ha casado en Colopampa. Ya era noche cerrada. Los irupaneños, después de terminar su chocolate, se reunieron alrededor de su Ejecutivo montado en una camioneta (que había aparecido de abajo, más un taxi blanco con un papel de la Federación autorizando su circulación) para hacer otra asamblea.59

Se decía que 'el Ministro' iba a bajar el día lunes a Santa Bárbara a negociar, y era de ira allí para hacer escuchar la voz de Irupana. "Aquí nadie nos da bola, ni prensa no hay." El Ejecutivo leyó el pliego petitorio que los dirigentes yungueños habían presentado al gobierno en La Paz la semana antes, que combinaba demandas sectoriales, como el asfaltado del cam:.1o Unduavi-Chulumani (prometido hace años, nunca iniciado), no a un mercado de coca para los colonizadores (razón porqué los yungueños se habían negado a participar en el bloqueo protagonizado por los de Caranavi unas semanas antes), respeto de por vida de los hijos y de los nietos del cultivo de coca en las zonas tradicionales, y luego la derogación de la Ley de Seguridad Ciu'dadana, no al ALCA y no a la venta del gas. Algunos decían que el gas era la demanda nacional y debía figurar primero.60 Otros decían que tenían que mantener el bloqueo en Sud Yungas, porque si todos iban a Santa Bárbara, iban a sacar coca por allí. Aunque el Mercado de Villa Fátima estaba cerrado por orden de ADEPCOCA, se decía que algunos que habían evadido los bloqueadores estaban vendiendo coca 'en la calle' en Bs1.500 el taki. Otros dudaban que el Ministro realmente iba a bajar.61

En un momento, los guardias volvieron diciendo que unos camiones estaban viniendo desde abajo, y había movimientos de ir a impedir su paso, pero resultaron ser de Yanacachi viniendo a plegarse al bloqueo. Había propuestas de dividirse, una tercera parte para quedar en lchhu, y los demás a Santa Bárbara, pero intervino la dueña de la flota diciendo que en ese caso, había que pagar sí o sí, "La flota no camina con agua, ¿quién va pagar la gasolina?" Alguien dijo que las flotas debían llevarles como sea sin cobrar nada encima del pasaje concertado, pero fue callado a gritos por otros asistentes, a la vez que muchos decían que apenas habían traído unos cinco pesos, o nada, en efectivo, y no podían pagar, que la Federación debían firmar un compromiso de cancelar la gasolina a la empresa después. Otros gritaron "¡Que pague la Alcaldía!" pero fue tomado como un chiste. El mismo Alcalde y sus acompañantes (todos blancones como el, con pinta de vecinos de pueblo) no tomaron parte en éste ni en ningún otro de los debates.62 Los de Yanacachi decían que estaban dispuestos a tomar a su cargo el bloqueo de Sud Yungas si los demás querían ir a Nor Yungas. También se hablaba de los relevos, que iban a salir lunes en la mañana dirección a San Cristóbal y no les iban a encontrar si irían a otro lado. En caso de ir a Santa Bárbara, aún había que decidir si era de subir hasta Unduavi y entrar por la ruta de Nor Yungas - probablemente más corta desde el lugar donde se encontraban, a la vez que el Ejecutivo insistió que si eso iba a ser la opción, de ninguna manera tenían que parar en el cruce donde la carretera de Sud Yungas se une con la de Nor Yungas, a poca distancia de la tranca de Unduavi, porque no tenían que permitir que pasajeros para La Paz aprovecharían de tal giro - o si era de volver a Puente Viiia e ir por Coripata y Arapata, que se suponía 'más vuelta' y por tanto, más gasto de gasolina, pero tenía la ventaja de poder dejar encargos en Puente Viiia, tanto para los relevos como para informar a la dirigencia provincial. Ya era más que las once de la noche. Al fin, se declaró un cuarto intermedio, para pasar la noche en Ichhu y decidir en la mañana qué hacer.

Durante todo este tiempo, pequeños grupos de pasajeros a pie iban pasando con dirección a La Paz, tratando de aprovechar de la oscuridad y el griterío para pasar desapercibidos. Parece que algunas movilidades estaban haciendo 'trasbordo', es decir, cubriendo los trechos de camino entre uno y otro punto de bloqueo, cuidándose de dejar los pasajeros a cierta distancia para que los bloqueadores no vieran su vehículo y anotaran la placa. Los de Colopampa gritaron pero no se movieron para detenerles, incluso cuando alguno tenía un bulto tan grande que parecía contener coca. Otras veces, bloqueadores se pararon en su delante y les convencieron a quedarse a dormir. Yo mismo hice esto con una señora que Ilegó cuando se había disuelto la asamblea y la gente estaba echada en las carpas de camión, o sino en sus vivacs improvisados, algunos durmiendo y otros boleando y conversando. Del lado de La Paz Ilegó un profesor de Yarija, que había bajado desde la ciudad en bicicleta; cuando los jóvenes guardias le detuvieron, se dirigió a mi como si yo tuviera alguna importancia, explicando que ayer había salido a La Paz para ver a sus hijos y ahora tenía que volver a su escuela.63 "Quédate un par de horas, de allí puedes seguir." De hecho, esto es habitual en los bloqueos en Yungas: te quedas un rato en el bloqueo y luego puedes seguir, siempre que no estás llevando coca en cantidad (en ese caso, la coca es decomisada y los bloqueadores lo apropian para su boleo; yo mismo estaba llevando seis libras de coca de mi propia cosecha, para mi uso, pero una cantidad así se disimula dentro del q'ipi habitual y no es objeto de decomiso). Es decir, se consiente en el paso de 'pasajeros sueltos' que no llevan más que pertenencias personales y, se supone, tienen motivos apremiantes para emprender la caminata. Los guardias interceptaron a un grupo de bmTachos viniendo desde arriba, pero resultaron ser jóvenes de una comunidad que habían ido a jugar fútbol y luego compartieron "una pequeña cervezación".

Yo pasé la noche en compañía de unas mujeres~ activistas de la Federación de Mujeres de Irupana. Cuando llegó unas personas de Llojeta (en un 'trasbordo' que aparte de ellos, traía pasajeros para La Paz), se aprovecharon para hablar con la mujer que se unió a nosotras sobre cómo las mujeres tienen que organizarse y cómo podía contactarse con ellas para visitar a su comunidad y organizar a las mujeres. También apareció pusi tunka,65 gracias a la Subcentral Santa Ana, 'para calentarse', aunque no se marearon como algunos de Colopampa. Discutieron con la de Llojeta sobre la manera en que su Subcentral se relaciona más con Chulumani que con Irupana, donde formalmente pertenece, y hasta se había unido en ADEPCOCA con Río Blanco, parte de Huancane que busca independizarse de su capital de sector; ella decía que el hecho es que las movilidades de Chulumani hacen servicio regular a Llojeta, mientras no hay manera de trasladarse fácilmente a Irupana. Hablábamos de las demandas; nadie estaba convencido de que 'el Ministro', en caso de presentarse, iba a resolver algo con los yungueños, y menos la cuestión del gas, aunque hubiera estado en primer lugar. En todo caso, el pliego petitorio suscitaba menos interés que los asuntos internos de la organización campesina. Era una noche agradable, con luna, y después del chapucero de la tarde, nada de lluvia, por suerte. Nos dormimos pasado la una de la madrugada.

Cerca del amanecer había un alboroto, diciendo que movilidades estaban viniendo de abajo, pero parecía una alarma falsa; de todos modos, por las cinco y media había que levantarse sí o si, ir a lavar la cara y peinarse en el río e ir a hacer baño por la carretera (el día antes, se anunció que era prohibido hacer baño allí cerca, era de ír lejos, pero no todos obedecían; no quiero pensar en cómo hubiera quedado el luar después de varios días de bloqueo, y menos en las condiciones sanitarias de Chicalulu con cientos de bloqueadores durante una semana o más) mientras se preparaba el junt'uma66 y algunas mujeres empezaban a cocinar para el almuerzo. Uno de Colopampa estaba andando tan borracho al amanecer que ni veía lo que estaba en su delante. Más rato estaba echado, vomitando, mientras otro le sostenía la cabeza para que no vomite sobre la frazada. Uno le decía "¿Porqué manejas trabajador?" y otro "Tiempo yastá contigo ¿no?" "Sí," decía el que estaba asistiendo al borracho. "Tres años yastá en mi cerca, se haiga acostumbrao."67 Mientras tanto, otra vez se hizo una asamblea por parte de la Federación de Irupana. Ahora el tema era más centrado en la cuestión de Santa Bárbara. Yo, pero, tenía una importante entrega de trabajos por parte de mis alumnos de la Carrera de Sociología el día miércoles, y decidí partir a pie hacía La Paz, razonando que llegaría a tiempo aunque tuviera que hacer todo caminando. Mientras me alistaba, los de Chicaloma iban a hacer una asamblea aparte, y a las 0800 volvieron anunciando que ellos sí iban a ir a Santa Bárbara, por la ruta de Puente Villa-Coripata. Yo no sabía que se había decidido suspender la dicha entrega por la huelga de administrativos en la UMSA, sino hubiera pensado en acompañarles. Estaban reventando petardos y subiendo a su bus cuando yo salí en la otra dirección.

Caminé dos horas hasta Velo de la Novia, donde hice un descanso al iado de las pensiones que habitualmente atienden a los pasajeros. Estaban ofreciendo café y algún plato improvisado a los que pasaron a pie. Dos cholitas de una pensión opinaron con cierto.tono de goce que 'la policía ya iba a llegar', más en base a la esperanza de quitarse de encima el paro a su negocio que por tener información confiable al respecto (según sé, 'la repre' en cualquier forma no llegó a Sud Yungas esta vez). De allí, pasé San Cristóbal, que estaba lleno de piedras, con varias otras personas que me dieron alcance en Velo, entre ellos cinco jóvenes que habían estado lavando oro en el Río Cajones al iado de Asunta, y la señora que yo había hecho quedaren Ichhu la noche antes. Justamente llegando a Tres Marías, apareció una flota -de la misma empresa 24 de Agosto que había proporcionado las flotas para el bloqueo. El ayudante hizo señas que iba a volver. Se paró y bajaron algunas personas, luego volvió a avanzar; parece que los pasajeros habrán levantado las piedras para pasar hasta más abajo. Cuando eventualmente volvió, se paró en Tres Marías. Apuramos en subir, pero no pareció ni el chofer ni el ayudante, y llegaba más y más gente, llenaron la flota y subieron a la parilla. Llegó el chofer, pero no el ayudante. Algunos decían que los bloqueadores (wluqiri, un neologismo en aymara) ya estaban subiendo a San Cristóbal y si nos encontraron, no iban a dejar partir al bus los de Chulumani; (esto era cierto, llegaron poco tiempo después y rearmaron el bloqueo en San Cristóbal). Los últimos caminantes que llegaron reconocieron que no había cabida para más pasajeros y se echaron al lado del camino, para esperar otra movilidad de trasbordo, o sino seguir a pie cuando se cansaran de esperar. Al fin llegó el ayuco, y el bus partió. Apenas subió hasta Unduavi, y se paró antes de la tranca para que bajasen Jos de la parilla;68un joven les contó, y resultaron ser 17 personas (entre ellas, 2 ancianas), que junto con los sentados y los apretados en el pasillo central, hubieron sumido como 60 pasajeros. El bus ya estaba sobrecalentado y apenas pudo subir la Cumbre, para llegar al fin a La Paz.

Los reportajes mediáticos sobre los bloqueos yungueños, es cierto, sólo mencionaron el bloqueo en Nor Yungas, y allí enfocaron las pérdidas y los sufrimientos de las comerciantes, los pasajeros y hasta el ganado procedente del Alto Beni y varados allí. No había reportajes que enfocaron las posiciones de los cocaleros. Cuando entraron a la segunda semanq de bloqueo, es de suponer que todos los productos habrán podrido y los pasajeros se habrán ido a pie, y además ya no había gasolina con que salir aunque sin bloqueos; entonces, parece que los bloqueadores (incluyendo Jos contingentes de Asunta, que habían ido al iado de Nor Yungas) decidieron marchar a La Paz. Al pasar por Unduavi, destrozaron la caseta de control de DIGECO, pero no tomaron las instalaciones más sólidas de UMOPAR, donde DIGECO volvió a funcionar normalmente después del 17 de octubre. Llegaron a la ciudad alrededor del lunes 13 de octubre, para participar en las manifestaciones urbanas que culminaron en la fuga y dimisión (en ese orden) del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada el viernes 17 de octubre.

 

NOTAS

1      Es interesante que estas referencias generalmente surgen de personas (a veces maduras, otras veces bastante jóvenes) que no conocieron la época de hacienda en persona. Cuando campesinos/as ancianos/as (cada vez hay menos de ellos) que recuerdan personalmente la hacienda hablan de ese tiempo, en vez de compararlo con el presente, lo contrastan; será que ellos saben que los actos contemporáneos que parecen 'como en tiempos de hacienda', en realidad no se asimilan para nada a las condiciones reales de esa época. El uso del 'tiempo de hacienda' por parte de la clase no-campesina (vecinos de pueblo, ex patrones) es distinto: se contrasta con el presente para indicar que el presente es peor que el tiempo de hacienda en el aspecto en cuestión (mientras para campesinos, el tiempo de hacienda siempre era peor que ahora) y no suelen indicar hecho alguno en la actualidad que es igual, o siquiera parecido, a lo que se hacía en esos tiempos.

2 Todas las haciendas de Sud Yungas eran clasificadas como 'mediana propiedad'. Por tanto, los ex patrones sólo tenían que entregar a los ex colonos los terrenos que éstos tenían en usufructo. En las haciendas más pequeñas, éstos podrían abarcar la mayor parte de la propiedad, pero por lo general quedaba una extensión mayor en manos del ex patrón, incluyendo la gleba (lo que la hacienda misma hacía cultivar) y terrenos fuera de uso, montes y pajonales. La ley de la Reforma Agraria estipulaba una asignación máxima de IOHa por ex colono (unidad doméstica de colonos, en realidad) en los Yungas, y algunos patrones otorgaron títulos nominales de esta extensión a cada colono, mientras los títulos de la Reforma se limitaron a los terrenos ocupados en usufructo activo. Por tanto, los patrones siempre retenían la casa hacienda, la gleba, y una extensión variable de otros terrenos. Algunos simplemente abandonaron todo, o sólo seguían ocupando la casa hacienda y los terrenos inmediatamente adyacentes, dejando que los campesinos ocuparan lo demás según su parecer. Otros impidieron que los campesinos ocuparan espacios que la Reforma Agraria no les había otorgado, incluso cuando los ex patrones no utilizaban esos espacios (p.e. terrenos bajo monte alto). Otros iban vendiendo los terrenos que les quedaban, poco a poco, a campesinos/as individuales, pero muchas veces sólo 'bajo recibo' o con un documento privado, sin completar todas las formalidades de la ley (documento notariado, pago de impuesto a la transacción; casi nadie, ni comprador ni vendedor, se preocupó de seguir hasta realizar el registro en Derechos Reales). Provocado, al parecer, por la expectativa del pronto saneamiento de títulos bajo la Ley INRA, a partir de 2002 los herederos de varios ex patrones (o personas que compraron 'la hacienda' de ellos) se han presentado en las ex haciendas yungueñas buscando hacer valer sus derechos. En los dos casos que conocemos personalmente en Sud Yungas (San Antonio y Machaqamarka sector Chulumani) fueron enérgicamente rebatidos por los campesinos.

3 No se acostumbra dar una referencia cronológica (fechas aproximadas) de cuándo estas costumbres eran vigentes. En realidad, es una casualidad que se pueda colocar fecha precisa (1953 -aunque el proceso práctico de la Reforma llevó los siguientes 1O años en Yungas, asf que ésta es sólo una fecha nominal) al fin del asint timpu, por corresponder a eventos públicos y conocidos. La memoria campesina no se basa en fechas, y el o la investigador/ a que quiere poner fecha al dato consignado por un(a) informante generalmente tiene que seguir preguntando hasta encontrar una correlación con otro evento (p.e. quien era Presidente, o un evento local cuya fecha ya conoce) que indica una fecha más o menos exacta. Lo que se recuerda no es la fecha, sino el orden de Jos hechos - ocurrió antes de tal cosa, o después de otra, o en el mismo rato que una tercera. Incluso los hechos locales pueden ser bastante locales - 'este coca!, Jo he plantado el año después de que se ha muerto mi madre' - que no son 'fechables' si uno no conoce en detalle la comunidad y la vida del o la informante. El orden de antes/después es realmente el único aspecto fijo. Hasta la evaluación de duración de Jos lapsos entre uno y otro acontecimiento parece alargarse o acortarse en la memoria según criterios subjetivos, como se observa en la autobiografía de Gregario Condori Mamani cuando observa que su trabajo de barrendero en una fábrica 'no...duró mucho', aunque lo ocupaba durante 23 años (Valderrama y Escalante 1977:14). Todo esto apunta a un concepto de la 'historia' distinto al de la historia académica, donde el tiempo, señalado por la sucesión de fechas, corre como un trasfondo homogéneo e implacable, contra el cual los 'hechos' se destacan y se ubican con coordinadas objetivas y absolutas en el tiempo. El espacio, en contraste, aparece como una red o marco igualmente fijo e invariable en ambos conceptos. Este marco eterno puede mantenerse incluso en Jos relatos orales que la clasificación occidental considera 'mitos' o 'leyendas' ('cuentos' para los/as informantes), cuya ubicación en el tiempo campesino es un 'antes' generalizado, es decir 'r.ntes' que cualquier hecho recordado por la memoria vivía del o la informante o cualquier persona que haya conocido en vida (ver Spedding 1996), y donde el orden antes/después se deshace -no tiene sentido preguntar si el cuento de la Chuqilqamiri Birnita ocurrió 'antes' del cuento de la 'huida mágica' del condenado . Esto hace cuestionable la atribución académica de un concepto unificado de 'espacio-tiempo' a Jos andinos, pero eso es un tema que rebalsa este ensayo.

4    No se escucha los reclamos, o quejas, de que la gente no comprende o no aplica los principios de 'el sindicalismo' en reuniones a nivel supracomunal (ampliados de Subcentral, de Federación, etc.). Esto será porque los asistentes a tales reuniones son personas más enteradas y activistas que ya conocen y cumplen con lo que consideran son las reglas del sindicalismo, mientras los sindicatos de base incluyen a todos los comunarios, y varios de ellos se muestran incumplidos con los deberes sindicalistas o expresan opiniones que los más enterados clasifican como 'ignorantes' al respecto.

5    Mitma, Liqasi, Cuchumpaya, Tulduchi, Parruscato y Sanani. Mitma es colindante con el pueblo y actualmente la mayoría de sus comunarios/as residen allí y sólo mantienen sus casas rurales para guardar herramientas y descansar durante el trabajo. La comunidad más extensa y con mayor población es Cuchumpaya, seguida por Parruscato. Tulduchi y Sanani ahora pertenecen al sector Huancane en términos políticos, y entierran a sus muertos allí (el destino de los muertos es otro tema que tiene un significado político importante, pero raras veces es considerado por los estudiosos). Mitma, Liqasi y Cuchumpaya se entierran en el cementerio de Chulumani, pero en un sector diferente al que ocupan los vecinos del pueblo, mientras el sector occidental (Pailali), minoritario, de Parruscato comparte un cementerio en su lindero con la ex hacienda de 'Takipata' (suedónimo), y su sector oriental (San Martín), mayoritario, comparte el cementerio dentro de la ex hacienda de Machaqamarka.

6    De esta manera, hacia 1940, se hizo construir el actual mercado y hospital de Chulumani. con la mano de obra de los comunarios (los colonos de hacienda no participaron, porque ellos tenían que servir a sus patrones). Sin embargo. eran trabajos públicos, y los mismos comunarios -y los colonos- iban a beneficiarse de ellos al venir a la feria o a hacerse curar; no se recuerda que las autoridades u otros comunarios, fueran obligados a trabajar en beneficio particular de autoridades urbanas y otros vecinos, como Frías (2002) refiere para Calcha en Potosí.

7    Aguilar ha escuchado descripciones de las varas de mando en Cuchumpaya, que eran grandes y con anillos de oro (ya que Yungas es zona aurífera) o de plata, pero no ha visto alguna; parece que nadie los conserva (sospechamos que los hayan vendido a comerciantes de antigUedades). Spedding tuvo la oportunidad de ver una vara de mando en Takipata, pero era una vara de mano de jilaqata de hacienda -delgada y sin adornos. El entonces Secretario General que lo manejaba, lo había heredado de su padre, y lo usaba en el contexto de la visita nocturna a una familia comunaria que estaba 'acompañando' a su abuela agonizante, que murió a bs pocos días. El dirigente era amigo de esa familia, por tanto les habría visitado en todo caso; la vara sólo servía para indicar que además, estaba ocupando un cargo en ese momento. Jamás manejaba la vara en su ejercicio regular del cargo y tampoco se lo ha vuelto a ver en público. Los jilaqatas de hacienda eran los encargados de dirigir directamente el trabajo de los colonos, bajo el mando global del mayordomo (administrador contratado por el patrón; sólo en las haciendas más pequeñas el patrón mismo se ocupaba de hacer levantar a los colonos para que vayan al trabajo, y esos patrones eran despreciados por los demás, que ni siquiera los admitían en su gremio, la Sociedad de Propietarios de Yungas -comunicación personal de Bárbara Leons). Había dos, el chacha jilaqata que dirigía a los hombres, y el warmi jilaqata que dirigía a las mujeres. Se les consideraba por definición 'llunk'us del patrón' (y es de suponer que lo eran, caso contrario difícilmente hubieran persistido en el cargo; el actual hijo del antiguo chacha jilaqata de Takipata sigue siendo colaborador fiel del hijo de ex patrón que actualmente ocupa la casa hacienda y los terrenos que le quedan). Parece que esta contaminación del cargo de jilaqata, junto con la colaboración que las autoridades de kumuna (dos alcaldes mayores, 6 jilaqatas, 6 tasa alcaldes, 6 alguaciles, en el caso de Chulumani) prestaban a las autoridades vecinas de pueblo, ha contribuido al rechazo general de 'autoridades originarias' en los Yungas, como algo fatalmente ligado con el 'tiempo de hacienda/de los patrones'.

8    Testimonio de un anciano dirigente de Cuchumpaya, recogido por Aguilar.

9 Por tanto, en esta zona Jos títulos individuales no son una innovación pos-1953. La tenencia de las parcelas en usufructo de los colonos también era individual, y a partir de 1911. sujeto a contrato escrito, con renovación cada nueve años, que contemplaba la posibilidad de vender los terrenos en cuestión (bajo la ficción legal de que sólo se estaba vendiendo 'las mejoras' realizadas por el colono vendedor, y no los derechos sobre el terreno mismo).

10 Se suele asumir que la estratificación económica en las comunidades de economía 'tradicional' (poco mercantilizada, etc.) es mínima, y que la redistribución festiva actúa para mantenerla así, porque se obliga a los más acomodados a asumir cargos costosos que les reducen al nivel de los demás. Uno de los pocos estudios que ha intentado evaluar el peso real de los cargos y comparar su impacto en los diferentes estratos económicos de una comunidad de economía relativamente 'tradicional'es Wachtel (1991/2001:129-141). Refiriendo a Chipaya de principios de los años 1970, concluye que 'los cargos empobrecen a los pobres, pero no arruinan a los ricos. El proceso de nivelación actúa con eficacia para la masa de la población, pero no toca a la élite. Más aún: al corroer continuamente los recursos de los más numerosos, el alsa [la comida festiva que se ofrece a la comunidad] contribuye a aumentar la distancia entre la multitud de los pobres y la minoría de los ricos' (op. cit.:140) y además, obliga a una buena proporción de los menos acomodados a buscar trabajo afuera como un 'proletariado agrícola', en Bolivia o Chile, de manera regular, así articulándose no sólo con la dinámica comunal interna sino con la economía nacional e incluso internacional. Constataciones empíricas de este tipo sobre la naturaleza real del 'don' generalmente están ausentes en las aseveraciones generales referentes a la 'reciprocidad' expresada en las fiestas (sin hablar de los intercambios recíprocos en trabajo y otros, de los cuales Wachtel no se ocupa) en las comunidades andinas. De la misma manera, Wachtel considera que habría al menos un 22% de la población chipaya de ese entonces que era tan pobre que no podía asumir cargo alguno, o si lo hacía tendría que quedarse en la absoluta miseria y abandonar la comunidad durante la mayor parte del año siguiente para conseguir de qué vivir, que probablemente (aunque el no lo dice) conduciría a la migración permanente, porque si el jefe de la familia (y quizás otros miembros) tiene que ausentarse durante casi todo el año, sería poco factible mantener la producción en el lugar de origen. En realidad, él considera que este estrato de la población simplemente no hacía cargos, y por eso el intervalo entre cargos sucesivos para los que sí los asumían era menor que lo que hubiera sido si toda la población los asumía (op.cit.:129). En este sentido, Jos cargos sindicales (al menos al nivel de sindicato de base) serían mucho más 'igualitarios' que los tradicionales, porque generalmente exigen sólo un gasto de tiempo y no incluyen gastos suntuarios significativos en patrocinar ritos o fiestas. Una opinión similar sobre la naturaleza elitista de los cargos de autoridad tradicional se encuentra en Frías Mendoza (2002), con referencia a Calcha en Potosí.

11   Parece que se asume la actitud del proverbio británico del soldado plebeyo, 'He who fights and runs away, Jives to fight another day' (El que pelea y se escapa corriendo, vive para pelear otro día') y no la retórica patriotera y aristocrática de 'dar la vida por la patria' o 'morir con honor'.

12   El domingo 12 de octubre 2003, cuando el ejército entro a la ciudad de El Alto baleando a diestra y siniestra a gente que no estaba movilizada, era un momento cuando se desbordó los límites rituales de la violencia. No es que sea correcto que se balee a uno que otro manifestante, pero se puede decir que es legítimo, porque al fin Jos manifestantes se han 'alzado'. se han arriesgado a salir en protesta. Además, era más ilegítimo balear de manera indiscriminada a los habitantes urbanos. Venir a vivir en la ciudad es 'desinidanizarse', uno ya es 'vecino' y no 'comunario' (no importa que siga siendo pobre, de pollera, etc.), y por tanto, se salva de la represión indiscriminada, entre otras cosas. Los 'escarmientos' estatales con armas de guerra son parte del 'natural social' en el área rural en Jos Andes, la respuesta automática a cualquier 'sublevación de la indiada'. Cuando ocurrió la masacre de Jos narcóticos en Chulumani en 1982. varios habitantes de las comunidades enterraron sus bienes de valor y se refugiaron en los pajonales como un acto de reflejo, porque se daba por supuesto que iba a llegar el escarmiento militar, antes de tener indicios de que estaba viniendo. El violencia ya se había desritualizado en Warisata el domingo 20 de septiembre, pero esto no bastó para provocar la reacción general de la ciudadanía; sería porque, al fin. esos indios ya se habían levantado (la provincia de Omasuyos estaba en pleno bloqueo, que era el motivo para montar el operativo de 'rescate' de las personas varadas en Sorata por el camino que atraviesa Warisata). En contraste, los eventos del domingo 12 desembocaron en la mañana siguiente en la paralización total de la ciudad de La Paz (El Alto se había paralizado días antes). con una huelga general genuina y espontánea, no sólo del transporte y otros sectores organizados como Jos mercados, sino hasta de las pequeñas tiendas de barrio, que cerraron voluntariamente sin ser obligadas a hacerlo, y la dimisión del gobierno se convirtió en la demanda principal y generalizada. Parece que el uso legítimo de la violencia, como fundamento del Estado, sólo se extiende al uso de la violencia dentro de los límites ritualizados; cuando éstos se sobrepasan, es violencia ilegítima aunque proceda de los órganos del Estado.

13   Un sindicato agrario de base no solo es una organización gremial, va más allá de de la representación formal de los intereses económicos de clase de los individuos que a el se afilian para hacer frente a las organizaciones patronales y el poder estatal. Un campesino no se afilia a un sindicato sólo por ser un productor agropecuario, sino porque su sindicato es la expresión formal de la organización social y política de su comunidad, Además, en un sindicato comunal no se afilian individuos, sino unidades domesticas (familias campesinas). Dicho de otro modo, una comunidad es una unidad política y territorial formada por familias de diferentes status, y su sindicato es la expresión formal de su organización social y política. Toda organización social es jerárquica y el sindicato encarna la autmidad y el orden comunal, el Secretario General y su directiva son las autoridades de la comunidad, y como gobierno local intervienen en querellas familiares, por linderos, agravios, robos, y todo lo que vaya en contra del orden legitimo interno de la comunidad y también enfrentan las amenazas externas. Además deben velar por el buen uso de los bienes y servicios de propiedad comunal (caminos, escuela, aguas potables, terrenos de uso común, etc.), organizar y dirigir trabajos comunales de beneficio colectivo, encabezar y dirigir actos cívicos, festivos, religiosos y políticos.

Habitualmente el secretario general es elegido de entre los comunarios más respetados e influyentes de la comunidad, es decir entre los sayañeros (campesinos con suficientes tierras) más maduros y acomodados. En cambio los cargos sindicales con menos prestigio y poder de decisión, pero que son más sacrificados en términos del esfuerzo y el tiempo que hay que dedicarles (como el ser 'junta escolar', 'vocal' o cargos como 'el aguas potables' -que es el encargado de reparar y mantener las redes de agua potable- o el 'vialidad' -que es el encargado de la limpieza y mantenimiento de caminos y espacios públicos), recaen siempre sobre familias menos acomodadas y jóvenes, las más de las veces bajo presión.

14   No todas las que viven en una comunidad están afiliadas en su sindicato y no todas las afiliadas tienen el mismo status. Solo familias establecidas pueden afiliarse y de ellas solo los que tienen la propiedad legitima de tierras. Los matrimonios jóvenes se podrán afiliar como unidad independiente una vez que hayan conseguido la propiedad legitima, y no solo el usufructo, de parcelas (ya sea comprándolas o recibiéndolas en herencia) y se hayan independizado de la autoridad paterna. Los vocales de los sindicatos por lo general son hombres con poco tiempo de matrimonio (o de familias forasteras que quieren establecerse permanentemente en la comunidad) que se esfuerzan para que su unidad domestica sea reconocida como una unidad independiente y no subordinada a la familia de sus padres o suegros, y en el caso de los forasteros para no tener que subordinarse a una familia de sayañeros (campesinos ricos).

15   Toda una rareza seria ver en un ampliado campesino a un activista universitario citadino de clase media, menos un trotskista ferviente creyente en acción revolucionaria de las masas y mucho menos un neo indigenista bourdiano. Los sindicatos yungueños y los campesinos en general, al parece no se prestan o no son muy meritorios como trampolín para una exitosa carrera política. Muchos de los más notorios ministros de Estado de nuestro tiempo, empezaron sus carreras políticas en las más 'prestigiosas' universidades bolivianas al formar parte de oscuras cofradías revolucionarias en donde se iniciaron en los misterios de poder; lecturas de principios ideológicos (para dar buenos discursos mitineros), debates teóricos (chicanería retórica) el poder de la democracia popular (armar buenos aparatos para imponerse en el griterío asambleísta) estrategias políticas (contubernios y prebendas) y liderazgo (caudillismo), todo muy útil para la profesión parlamentaria del democracia boliviana.

16   El COFECAY, Concejo de Federaciones de los Yungas de la Paz, se fundo en noviembre de 1994, en un intento de reunir a las federaciones provinciales en una instancia intermedia a la Federación Departamental que responde más a los intereses de los sindicatos del altiplano que además controlan la Confederación Nacional (CSUTCB-TK). Las Federaciones yungueñas no sienten que la Federación Departamental o la CSUTCB los respalden o se interesen sinceramente en el problema cocalero y trataron de emular el éxito del Consejo de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba (actualmente denominada Coordinadora) que forma el grueso de la base del movimiento cocalero en el que se apoya el MAS. Sin embargo, en los Yungas de La Paz, COFECAY no ha logrado superar el faccionalismo y la rivalidad de las federaciones, y (para el 2003) es resistida abiertamente por Nor Yungas que la acusa de responder al MAS y no a las 'bases cocaleras'.

17   El Comité de Bloqueos o de movilizaciones es un nivel de cargos transitorio, que solo se activa en coyunturas de conflicto y dura lo que dure la movilización. Los comités se organizan en cualquier nivel para diferentes y puntuales objetivos, así pueden haber comités para trabajos comunales prolongados, festejos, etc., y tienen cierta autonomía de los sindicatos para desarrollar las actividades para las que fueron organizadas. Los directivos de los comités (Presidente, secretarios, ayudantes, etc.) son elegidos en asambleas y no por las autoridades, no forman parte de las directivas de los sindicatos

18   Como Presidente del Comité de Bloqueos de la Federación de Chulumani, se eligió aun conocido campesino de una comunidad de la Central San Bartolomé, conocido por no perderse ninguna oportunidad de meterse en algún cargo, las más de las veces sin suerte porque no se le tiene mucha confianza; pero tal vez sus otras 'cualidades personales' (agitador, atrevido, díscolo) se consideraban útiles para dirigir 'las acciones'. Pera equilibrar el comité se nombro a otras personas mayores de carácter más mesurado, entre ellas una mujer mayor para que se encargue de los abastecimientos.

19 Toda la carretera a los Yungas avanza sobre profundos abismos y a parte de la pista de la carretera hay pocos lugares planos. Este bloqueo se estableció en Inca Lacaya, un recodo en la carretera La Paz-Chulumani, muy cerca de lo que parece ser los restos de una pequeña fortaleza prehispánica emplazada en una loma al borde de un abismo de unos 1000 m en cuyo fondo se junta el óo Chajro con el Tamampaya. Desde esta loma la carretera va bajando haciendo zetas hasta un rincón para cruzar el óo Chajro para seguir por un angosto desfiladero (lmamblaya), donde la plataforma de la carretera prácticamente se ha tallado en el talud vertical de roca a unos 400 m sobre el óo Tamampaya. Desde Inka Lakaya se tiene una amplia visión de parte del camino que entra desde La Paz, en especial del angosto trecho en la ladera de en frente, en un paso obligado imposible de rodear. De esa manera los bloqueadores jamás se veóan sorprendidos por las fuerzas que lleguen desde La Paz.

Mas tarde, otras federaciones exigían que el bloqueo se traslade hasta Puente Villa para cortar al mismo tiempo la carretera a Nor Yungas, pero muchos se oponían porque si bien Puente Villa es un punto critico de la carretera no es defendible, 'no hay como defenderse' 'ese lugar es trampa. Todo cerrado, no hay donde escapar ¿acaso vamos a saltar al óo?' Y es cierto, Puente Villa es el punto más bajo de la Carretera y está encajonado entre montañas muy pendientes, además la carretera que entra de la ciudad ocupa las partes altas desde donde es fácil controlar todo el sector.

21   La Asociación Departamental de Productores de Coca.

22   Por las características de la producción agrícola, la tenencia parcelaria de tierras y la organización social de las comunidades campesinas Yungueñas, los sindicatos agrarios comunales no intervienen en el control de los ciclos agrícolas. asignación de tierras o turnos de riego (todos los cultivos son a secano) que sirven a otras organizaciones campesinas en el altiplano y los valles para ejercer presión y control sobre sus bases. A la par de la mayor autonomía económica y política que las organizaciones campesinas yungueñas han alcanzado frente a las elites urbanas locales y nacionales (y otros grupos sociales), las mismas familias campesinas se han hecho más independientes dentro de sus mismas comunidades. Eso no significa sin embargo que las organizaciones comunidades se estén desestructurado (que es lo que quisieran ver los nostálgicos intelectuales del tradicionalismo andino, como evidencia de la nefasta influencia de la globalización capitalista), sino que tienen una sorprendente capacidad para ajustarse y enfrentar los nuevos desafíos políticos y económicos.

23   Un productor de coca se afilia para obtener un 'carnet de productor' y poder llevar su coca hasta el Mercado Legal de Coca (en el barrio paceño de Villa Fátima) y vender a un mejor precio que el ofrecido en las ferias locales yungueñas. Sin este carnet y 'la orden comunal' (una boleta o manifiesto de carga en que se consigan el origen y peso de la caca), los agentes de DIGECO (uno de los varios grupos policiales anti narcóticos que expresamente se encarga de controlar el trafico y comercio de la hoja de coca en estado natural para consumo tradicional) decomisan la coca sin que se pueda hacer reclamo alguno; se supone que cualquier coca contrabandeada esta dirigida al narcotráfico y la Ley 1008 lo penaliza con duras sentencias. El carnet de productor lo extiende la ADEPCOCA Regional y cuesta entre Bs 120 y 300, según sea socio nuevo o esté renovando el carnet; la orden comunal lo extiende el 'agente comunal de ADEPCOCA' de cada comunidad cada vez que el productor decida sacar su coca hasta La Paz. 'El Comunal' es el representante a nivel comunal de la estructura institucional de APEPCOCA que es paralela a la organización sindical, sin embargo es un cargo que ya se ha integrado en las estructuras de los sindicatos comunales. Por los gastos de afiliación y los que hay que hacer para viajar hasta La Paz, los más interesados en afiliarse son los cocaleros con una producción significativa o aquellos que alternan con el rescate local, es decir solo es conveniente para aquellos que pueden llevar en cada viaje más de cien libras de coca. Los pequeños productores se conforman con vender en las ferias locales a un menor precio que sin embargo les resulta conveniente si se considera los costos de transporte, alimentación además del tiempo para ir y venir de la ciudad.

24   La producción agrícola en los Yungas exige trabajar el año redondo, apenas se puede tomar unos dfas de descanso al año. El los Yungas 'para el trabajo faltan manos, por eso recibimos a los del altiplano cuando ya han terminados sus trabajos. Pero de nosotros nunca se termina' (Felicidad Vera, comunaria de Lecasi).

25   Dueños de sayañas, parcelas más o menos grandes.

26   Dueños de chiquiñas, terrenos reducidos en comparación con las sayañas. Sayañero y chiquiñero también corresponden a diferentes estatus dentro la estratificación social interna que subyace en la estructura política comunal que es dominada por los sayañeros.

27   Un campesino sin tierra o un migrante estacional que vive en la casa de un campesino acomodado y trabaja para el pero subordinándose a su autoridad. Hoy en día el termino no se considera 'politicamente'.ofensivo y delante de ellos se les refiere como 'trabajadores'; no se los considera como miembros de la comunidad. En el pasado más 'tradicional' los utawawas vivían bajo condiciones de total servidumbre.

28   Un mantel que atado a la cintura de las cosechadoras (k'ichiris) sirve como bolso en donde se junta la hojas frescas (matu) que se cogen (k'ichir) de las plantas.

29   Radio Yungas funciona en Chulumani y su señal llega a todos los rincones de las provincias Nor y Sud Yungas, Inquisivi y Caranavi. Fue fundada por los padres Agustinos y ahora es parte de la red ERBOL (Escuelas Radiofónicas de Bolivia), es una radio que tiene casetas y reporteros en todas las poblaciones y en las más importantes comunidades yungueñas. En muchas comunidades el 'reportero popular' es un cargo asimilado al sindicato, un comunario postulado por su comunidad recibe una corta instrucción para operar los equipos de radio comunicación con los que hace contacto con la emisora central para transmitir en vivo los comunicados desde las comunidades. La radio jugó un papel importante en todas las movilizaciones campesinas, sobre todo en la expulsión de la Fuerza de Tarea Conjunta cuando los comunarios de todas las comunidades de La Asunta a Villa Aspiazu, espontáneamente lanzaban alertas y llamados a la movilización durante una noche en la que se logró poner en fuga a todo el contingente militar de erradicadores que de sorpresa se presento en La Asunta (ver Huanca 2001)

30   Una bolsa o amarro donde se lleva la coca para consumo personal, casi siempre una gruesa bolsa plástica para que la coca no se seque, que además contiene lejía y cigarrillos.

31 Inka Lacaya rebalsaba de gente 'como en fiesta' y hasta allí llegaban vivanderas(ros) del pueblo ofreciendo helados, refrescos, tucumanas, sangu~hes, etc,. Realmente un ambiente muy animado.

32   Solo en Chulumani hay tres sindicatos de transportes (San Bartolomé, 24 de Agosto y 2 de Febrero) de buses y minibuses y varios camioneros independientes que hacen sercicio a La Paz y muchos otros transportistas independiente que hacen el servicio inercomunal; en toda la provincia hay otras organizaciones y empresas de transportes. Las poblaciones de Sud Yungas no son un importante destino turístico, como lo es Coroico, además la producción agrícola más importante es la de coca y es el motor de la dinámica encomia regional, por tanto el servicio de transportes esta pensado para satisfacer las demandas de la población local. Todo el mundo en la zona depende directamente o indirectamente de la economía campesina de la coca (menos un pequeño puñado de hoteleros). Los actuales transportistas de Chulumani saben que dependen casi exclusivamente de los campesinos cocaleros, además las movilizaciones campesinas de fines de los años 1970 rompieron definitivamente el monopolio de las empresas de transportes de los 'vecinos'. Esto permitió a otros grupos sociales subalternos incursionar en esta actividad, la mayoría de los transportistas de hoy es de origen campesino, por tanto más afín a ellos pese a sus diferentes posiciones de clase. De todas formas los transportistas seguían teniendo utilidades, y por el otro lado, con sus servicios (aunque pagados) garantizaban el éxito de la movilización, transportando eficientemente a grandes contingentes y abastos campesinos desde lugares muy distantes, en una región donde la topografía hace difíciles las comunicaciones.

33 A unos seis kilómetros más arriba del pueblo de Chulumani, existe un pequeño cuartel militar más conocido como la granja. Allí hay apenas un batallón de soldados que además de la instrucción militar reciben capacitación agropecuaria (al menos eso es lo que dice el ejercito). Nunca intervienen en actividades represivas, ni en apoyo al control policial; apenas se nota su presencia en los desfiles cívicos, o cuando los conscriptos bajan de paseo al pueblo en sus días de franco.

34 Está formada por Regionales que están en más relación con sus propias federaciones.

Los productores afiliados a ADEPCOCA se oponen a la formación de nuevas regionales en otras provincias, como en Caranavi, por considerarles un seria amenaza que competiría en su mercado, además se tratan de zonas de colonización donde la coca es definida por la ley 1008 como ilegai.PCOCAPCOCA

35 Los Yungas nunca fue una zona autosuficiente, en tiempos prehispánicos y en la colonia dependían de los intercambios con las alturas para cubrir sus necesidades de consumo. Carne y lana de camélidos, papas, chuño, etc, del altiplano, pescado seco del lago eran esenciales para el establecimiento de poblaciones andinas en los yungas y se los conseguía a cambio de coca principalmente. Es decir, la gente de las alturas andinas (jaqi) que colonizaban los Yungas (ceja de selva amazónica) dependían de los intercambios regionales y estos a su vez dependían de la estabilidad de los centros políticos del altiplano para asegurar las rutas de intercambio y la fidelidad de las identidades políticas micro regionales de los espacios andinos. Con mucha frecuencia estas inestabilidades políticas se traducían en sucesivas olas de colonización y abandono de las zonas cocaleras. Hasta no hace mucho (antes de los programas de saneamiento ambiental de los años 1960) los yungas eran zonas espantosamente mal sanas que precariamente se mantenían pobladas por constantes flujos migratorios que más de las veces eran forzadas, además era una zona de frontera (el fin del mundo andino) constantemente hostilizada por chunchus (pueblos de las selvas) que exigía una fuerte presencia militar jaqi (gente 'civilizada').

La colonia no introdujo el intercambio mercantil y la dominación política como elementos radicalmente novedosos. Pero la introducción de la moneda amplió las esferas y los volúmenes de intercambio, los yungueños cocaleros rápidamente se integraron y se especializaron en el gran mercado colonial potosino. Los yungas, como todas las sociedades campesinas de los Andes, se fueron desarrollando a la par del mercado capitalista sin dejar de ser una sociedad campesina aymara como la conocemos hoy. Los cocaleros son altamente dependientes del mercado, allí venden su coca, café y frutas, y allí compran alimentos, ropa. bienes y servicios de la sociedad moderna. En las últimas décadas con la producción comercial de la coca (siempre lo fue ya que no es un cultivo de auto consumo) se ha dado una mayor integración al mercado, eso ha provocado que se dedique menos tiempo a los cultivos de autoconsumo (chacras) porque resulta más conveniente adquirirlos del mercado; incluso los productos indispensables (como las proteínas animales) que no pueden producirse en la región se han hecho más accesibles con el desarrollo del mercado y los medios de transporte. En el pasado todos estos productos debían atravesar la cordillera sobre lomos de llamas y mulas, o sobre las espaldas de cargadores que de por si hacia muy costoso el transporte. Por un lado esto los ha hecho altamente dependientes del mercado, ¿pero quién no lo es? que además es altamente segmentado por factores políticos. Sin embargo, pese a que participan del mercado en condiciones de desventaja económica y política, y sobre todo pese a la intervención anti-cocalera del Estado boliviano (históricamente anti-campesina), los campesinos yungueños logran un excedente económico (claro que modesto) que ha permitido un 'desarrollo' regional propio. Una pujante economía campesina que ha hecho posible un desarrollo independiente a los criterios euro-céntricos del desarrollismo snob de los programas estatales. Las economías campesinas permiten una mayor redistribución del ingreso y el empleo pleno de la mano de obra, pero es tema de otro debate el como los cocaleros lograron integrarse ventajosamente en el mercado sin dejar de ser campesinos. Las luchas cocaleras no pueden interpretarse como anti mercado, al contrario, buscan revertir las desfavorables condiciones de subordinación que como campesinos tienen que enfrentar en el mercado y en las relaciones políticas con otros grupos sociales y con el Estado.

36 Un ave silvestre que como el q'iwi (cuervo) y loros se considera como plagas que dañan cafetales; huertas de fruta y sobre todo maizales: 'no hay como poner grande chacra de maíz, para engorde de uchi nomás es'

37  Ese año, Nor, Yungas (Coripata), que tradicionalmente está enfrentada a Sud Yungas, había asumido la dirección ejecutiva de APEDCOCA departamental que ya había proporcionado nuevos motivos de confrontación regional, entre las más recientes eran las disputas por la propiedad del Mercado de la Coca en Villa Fátima, (se decía que Chulumani aporto más dinero que Coripata y que sin embargo hasta ese momento no tenia un galpón propio dentro del mercado), y las responsabilidades de cada región en los escandalosos negociados y pleitos legales que aun siguen por la compra de la Ex Fabrica de Fósforos en donde hoy funciona el Mercado. Además se acusaban mutuamente de haber permitido la afiliación de 'negociantes' (comerciantes locales o riscatiris) en sus regionales, cuando el objetivo era deshacerse de ellos. También se acusaba a Nor Yungas por querer negociar por su cuenta con el gobierno para asegurar su estatus de zona tradicional, lo que se considera una traición al movimiento cocalero en general, ya que la provincia no tiene zonas de colonización dentro de sus límites tras la separación de Caranavi que se convirtió en una provincia independiente. En cambio Sud Yungas tiene una amplia zona de colonización (La Asunta o el 'Sector de Adentro') con la cual está estrechamente vinculada en términos sociales, económicos y culturales, y que en la actualidad es la zona cocalera más importante en términos de volúmenes. La Asunta está en la mira del gobierno, y si va a haber erradicación en La Paz, por allí ha de comenzar y los asunteños no van a resistir pacíficamente; si tal cosa pasa, el ejercito primero tendrá que pasar por Chulumani y consolidar puestos de control policial en la zona tradicional de Sud Yungas con todos los efectos colaterales que implica. Nadie quiere tener a uniformados armados y sin sesos, controlando sus actividades cotidianas.

38   Bernardo Huanca (2001) describe la masiva movilización campesina que de forma espontánea y exitosa logro expulsar de La Asunta y de toda la provincia a la fuerza expedicionaria militar (Fuerza de Tarea Conjunta) que pretendía iniciar la erradicación de cocales en la zona 'excedentaria'. Una acción de bases que durante las primeras horas, las más criticas, se movilizó contundentemente sin esperar las instrucciones de las cúpulas dirigenciales y por encima de cualquier rivalidad regional.

39   Pero en el 2003 se dieron fuertes pugnas, hasta violentas, al interior de la Federación de Nor Yungas donde se podía ver tres facciones regionales, Coripata, Arapata y Coroico que pugnaban por imponer a sus representantes como ejecutivos de la Federación. Las más enconadas posiciones eran las de Coroico (que se decía influenciada por el MAS) y Coripata controlada por activistas del MIR que enarbolan un discurso 'tradicionalista' que en el fondo es un regionalismo conservador que ve más peligroso a sus intereses la competencia en el mercado cocalero de los productores de La Asunta. que las amenazas Estatales de erradicación.

40   Federación Especial que depende directamente de la CSUTCB-TK y no de las instancias departamentales.

41   Chulumani se estableció como una reducción toledana (un pueblo de indios durante los primeros años) e Irupana como una fundación española habitada por chacareros españoles y mestizos. Durante la Gran Rebelión de 1780-2, Chulumani fue Katarista (allí se mandó para escarmiento de los indios, una de las piernas de Tupak Katari) mientras Irupana se mantenía como una plaza fuerte realista. En la Revolución Nacional de 1952, Irupana era bastión falangista (FSB) y Chulumani movimientista (MNR). Durante el resto del siglo XX lrupana se mantuvo fiel a sus posiciones conservadoras como Chulumani a las suyas populistas tanto que Chulumani llegaba a ser udepista (UDP) o condepista (CONDEPA) pero Irupana siempre adenista (ADN).

42   Chamaca es un caso particular. No quiere pertenecer a la Federación de Asunta por que corresponde a una zona de colonización en la mira de la Ley 1008. No pertenece a la Federaciones de las zonas tradicionales, pero aprovecha una indefinición de la misma Ley 1008 (con respecto a la delimitación de las zonas legales, en transición y las excedcntarias) para argumentar que su sector corresponde a una antigua zona de haciendas, lo que la convertiría de por si en tradicional.

43   Tiene la fama de ser la Chojña kala de Sud Yungas por su belicosidad en todo tipo de rivalidad interregional, En los violentos años de la Revolución Nacional en el pueblo de Huancane se instaló un regimiento campesino que en al menos una ocasión intervino en la falangista Irupana, por lo demás las haciendas de la provincia se reformaron pacíficamente.

44   Se dice que los campesinos de esta central, sobre todo los de la comunidad de Villa Remedios y, claro, los huancaneños, encabezaron el levantamiento de la zona tradicional que acabo con linchamiento de todos los policial y paramilitares antinarcóticos en Chulumani (La Masacre de los Narcóticos, 1o de octubre de 1982) a las pocas semanas de terminar la dictadura militar.

45   Se podrá tumbar a un milico, pero cuántos campesinos van a caer entre tanto. Saben que el Estado cada año mata a una docena de campesinos en todo el país, los 'escarmientos' militares no han pasado de moda pero desde hace muchas décadas no se han dado en la forma que Jos ancianos recuerdan. También saben que los caudillos urbanos que ponen las ideas siempre están a salvo pero los campesinos ponen los muertos; los votos resolutivos de apoyo de universitarios, magisterio o de los intelectuales urbanos sirven de poco consuelo a Jos escarmentados. Las pilas de muertos son la mejor escalera para que los revolucionarios burgueses lleguen al parlamento y desde allí ordenar nuevos escarmientos. ¿Acaso no ha sido siempre así?

46   Coroico es la capital de la primera sección de la provincia Nor Yungas. Es un importante centro turístico y tradicional mente un pueblo de rancios vecinos conservadores. Coroico no tiene el perfil más campesino como Coripata, Chulumani o Irupana, y su población es más elitista. La producción agrícola de la zona es más cafetalera que cocalera, y como los precios de café están por los suelos, Jos campesinos están en apreturas económicas; cada vez ponen más cocales y se hacen más activistas cocaleros para espanto de los respetables vecinos coroiqueños.

47   Definitivamente es un prejuicio reaccionario suponer siquiera que el campesinado es fácilmente manipulable por carecer de conciencia crítica. Dictadura sindical, manipulación de las masas, etc., sólo son fantasías y/o pesadillas de los profesionales de la política, sean zurdos, diestros o siniestros. Los campesinos se movilizan en acciones masivas, no porque crean en las consignas de caudillos o partidos, sino por son parte de comunidades de individuos que enfrentan problemas comunes y sus organizaciones las expresan, no importa que los dirigentes o sus asesores incorporen 'otros elementos discursivos' a las demandas del movimiento. Total no se movilizan por los dirigentes, sino por sus propios intereses. No importa que el Mallku' prometa chicotear a los ministros q'aras, no van a salir a bloquear si no quieren

48   Los culturalistas defensores de la tradicionalidad deben saber (además de ser un termino tremendamente ambiguo) que lo tradicional no solo son las idealizadas formas de vida comunitaria o la resistencia. Tradicionalismo también incluye las formas de dominación y explotación a las que las comunidades del pasado se enfrentaban y las que al interior mismo de ellas se aplicaban. Las expresiones festivas y rituales no son meras manifestaciones folklóricas, tienen un profundo sentido simbólico y por tanto político, representan un orden y todo orden se basa en jerarquías. Si los campesinos presentan ofrendas rituales a un altar o plaza de pueblo es por que eso representa el sometimiento a las autoridades urbanas. En la comunidad originaria de Cuchumpaya, ya nadie quiere recordar a los jilakatas o sus símbolos de autoridad, porque esas autoridades estaban sometidas a poder político de los vecinos criollos del pueblo de Chulumani (que no obstante seguía y sigue siendo la 'marka' para todos los campesinos). Los jilakatas, Tasa Alcaldes, etc., además de ser las autoridades de la comunidad, también eran los representantes del poder estatal; ellos eran los encargados de cobrar los tributos, organizar las mitas para prestar trabajo gratuito para beneficio de los dominantes. Las autoridades originarias del cabildo de Chulumani, sin duda ayudaron a conservar la independencia e identidad de las comunidades originarias, pero su papel correspondió al mantenimiento de un orden social y político vigente en la época de dominación colonial, hacenda! y gamonal. ya superada a partir de 1953. Claro que se sabe que el sindicalismo agrario se forjo bajo la manipulación estatal movimientista, pero ese mismo sindicalismo se legitimó como genuina representación campesina al emprender y ganar las luchas que han formado el actual campesinado cocalero. Todavía hay muchísimos problemas por enfrentar, y si el sindicalismo ya no resultara útil, otras formas organizativas surgirán; aunque solo se diferencien del anterior por el nombre institucional o los procedimientos formales. Las organizaciones campesinas seguirán siendo las mismas; transformadas o innovadas, como las mismas comunidades que se adaptan al tiempo y las coyunturas sin dejar de ser en esencia comunidades campesinas.

49   15 personas era el número máximo, o ideal. En realidad, cada comunidad mandaba entre 5 y lO personas por turno, según el número total de afiliados que tenía.

50   La segunda sección de Sud Yungas, Irupana, posee su propia Federación Especial, y lo mismo La Asunta. Estas Federaciones Especiales, creadas a principios de los años 1980, dependen directamente de la directiva nacional de la CSUTCB y no de la jerarquía provincial y departamental. Por tanto, la Federación de Sud Yungas quedó reducida a las secciones primera y tercera, Chulumani y Yanacachi. Por principios de los años 1990, se declaró que estaba prohibido crear más Federaciones Especiales en la provincia, pero esto no impidió a Chamaca, un sector en la entrada a Asunta, establecer su propia Federación, que inicialmente se opuso ferozmente a Chulumani pero luego se inclinó a Chulumani en contra de Asunta, al parecer en parte porque descubrió que había habido alguna hacienda dentro de su sector y esto les sirvió para argumentar que eran zona tradicional (de cultivo de coca) y no de colonización.

51   El Ejecutivo de Sud Yungas era a la sazón Franz Quispe, de Huancane. Unos meses antes había sido ratificado en su cargo para una segunda gestión, y hasta presentado con un pergamino en reconocimiento de sus servicios. Esto es poco frecuente en los Yungas, donde por lo general un Ejecutivo apenas sobrevive una sola gestión. Pero luego dió su visto bueno cuando los dirigentes de ADEPCOCA Regional Chulumani sacaron los más de veinte mil dólares que había en la cuenta de la Regional en la Cooperativa de Ahorros y Crédito 'San Bartolomé', y entregaron unos siete mil a la flamante Regional Huancane-Yanacachi, que acabó de separarse de Chulumani. El resto del dinero fue entregado a un ingeniero contratista para la construcción de un sede de AEPCOCA en Chulumani. Este manejo fue cuestionado, y Quispe presentó su dimisión, argumentando que no había plata y que nadie le colaboraba, aunque las bases más cínicas comentaron "¿Recién nomás se ha dado cuenta que no hay plata?" Sin embargo, ya se veía venir los conflictos sociales, y las bases rehusaron aceptar su dimisión y le obligaron a seguiren el cargo, argumentando que en tiempos de tensión no se podía debilitar el sindicalismo reemplazando el Ejecutivo con un Comité Ad Hoc hasta realizar nuevas elecciones. Después se criticó a Quispe por 'dejarse llevar con Miguel Mamani'. Por lo general, Nor Yungas cree que su status de zona tradicional está garantizada por la ley por los siglos de los siglos amén, y además, Coripata queda fuera de ambas rutas troncales (Nor Yungas- Caranavi-Alto Beni y Sud Yungas). Por tanto, su gente rara vez participa mucho en movilizaciones y menos asume un rol protagóriico. Falta realizar trabajo de campo para averiguar más sobre los tejemanejes en este caso.

52   El salir por tumos es uno de las 'técnicas de movilización comunal' que se suele destacar. Como se dijo con referencia al bloqueo de abril 2000, es algo que los campesinos asumen sin más, como si fuera obvio que se debe proceder así. Sin embargo, contrasta con la mayoría de los trabajos o obligaciones comunales. donde por lo general hay que salir o asistir todos juntos en una sola fecha o hora. Si el trabajo es extenso, se distribuye trechos donde cada uno, o cada grupo, tiene que trabajar (p.e. para limpiar un camino o una acequia). Aunque para los intelectuales la mit'a incaica, y luego colonial, viene inmediatamente a la mente con referencia a la salida por turnos, nadie recuerda eso en el campo. La referencia histórica más cercana en los Yungas sería los turnos semanales de servicio, como pongo (hombre) y mit'ani (mujer) en la casa hacienda, pero jamás se relaciona eso con los bloqueos (era el aspecto más odiado de la hacienda). En Takipata, hay tumos semanales de servicio por unidad doméstica afiliada al sindicato cocinando por el profesor, cuando éste es soltero o ha venido sin su mujer (en Cuchumpaya hay una portera permanente en la escuela que se ocupa de esto). De estos ejemplos podemos deducir que el servicio por tumos representa un deber que hay que cumplir frente a una autoridad superior, que en el pasado era el Estado o el patrón (que no se diferenciaba mucho del Estado, el Estado le apoyaba), y ahora puede ser el Estado (la escuela fiscal es del Estado) o, en el caso de los bloqueos, la organización campesina misma, que en el fondo también es parte del Estado aunque asuma el rol de oposición. Esto es la cara jerárquica del servicio por turnos. También tiene su cara igualitaria, porque todos los afiliados al sindicato tiene que salir igual, no importa que tengan más o menos tierras o sean más o menos aptos para la pelea. En este sentido, se opone a la especialización por grupos de edad (como en algunas sociedades africanas, donde los jóvenes solteros, y solo ellos, son los guerreros del grupo) o en base a algún otro atributo. Claro que a veces se puede escoger un grupo más aguerrido o dedicado, pero en general tienen que salir todos, no importa su edad o su disposición de pelear, a cumplir igual. Parece que este segundo aspecto (igualitario) es el que ha atraído más a los analistas intelectuales, pero consideramos que el primer aspecto (servicio a una entidad superior, persistente, que por tanto exige que el grupo siempre tenga algunas personas a disposición para ese fin, no basta salir todos por un solo día) es más fundamental.

53   Los grupos eran de 5 personas, establecidas en base a grupos de casas vecinas. De esta manera se avisaron y controlaron a ellos mismos para salir, sin necesidad de intervención de la mesa directiva.

54   Empresa 'paraguas' de formación reciente. Tiene su oficina en Villa Fátima (La Paz) donde vende pasajes para toda la región yungueña de Sud Yungas. Las flotas mismas son de propiedad de transportistas independientes, que se afilian a la empresa para que ésta se ocupa de vender pasajes y establecer horarios y tumos de servicio. El o la dueño/a generalmente viaja personalmente en su flota, a veces conduciendo también o sino con un chofer contratado.

55   Este grupo fue compuesto casi en su totalidad por afroyungueños, o sea, negros, pero nadie comentaba el hecho. En Sud Yungas, basta decir 'es de Chicaloma' y se supone que es negro (si no lo fuera, se le dlría 'ambaneño' -hay una colonia de migrantes de Paasani, Ambaná, en Chicaloma), o sino, bueno da lo mismo qué color tiene porque es chicalomeño igual. La 'irrelevancia' de esta atribución étnica tendrá que ver con que hasta la fecha, con décadas de conocimiento de Sud Yungas, no hemos podido identificar un término usado por los negros para referir a los no-negros, como 'tatas' en Tocaña o 'blancos' en Dorado Chico. Los mismos afros de Chicaloma se han denominado 'afroaymaras' que también une las categorías étnicas.

56 Creyendo que el bloqueo iba a arrancar recién el lunes, muchos transportistas habían entrado y cargado productos con la esperanza de llevarles a La Paz antes de que se cerraran las rutas. Los productos de Caranavi y el Alto Beni son en su mayoría altamente perecederos (plátanos, pallas, sandías, etc.). Toda esta gente fue sorprendido por el adelanto cocalero del bloqueo. En Sud Yungas, desde fines de agosto se hablaba de un bloqueo para exigir el asfaltado de la carrera troncal desde Unduavi, pero nadie lo tomaba en serio porque todavía estaban sacando naranja, y además seguían las fiestas patronales (las últimas son Chirca, 8 de septiembre, y Lasa y Ocobaya, ambas 14 de septiembre). Se contentaron con presentar un ultimátum al gobierno, amenazando con bloquear al no recibir respuestas. No se las recibió, y de allí se consensuó un bloqueo a partir del 6 de octubre. Por fines de septiembre, el único producto de mercado que sale de Nor y Sud Yungas es la coca, que puede ser guardada durante dos semanas sin sufrir daños apreciables, y durante más tiempo sin perder todo su valor comercial aunque su precio va rebajar algo. Ya no hay fruta de ningún tipo, y el otro producto que algunos venden es café, seco y capaz de ser guardado hasta el año siguiente sin problemas. Por tanto, la época escogida para el bloqueo era económicamente conveniente para los cocaleros (siempre que no se prolongara hasta Todos Santos) pero no para los del Alto Beni, con quienes los yungueños están enemistados por haberse metido en años recientes a producir coca y competir con ellos, y hasta piden su propio Mercado de la Coca. Los yungueños piensan que este Mercado será de propiedad del Estado, en vez de los productores asociados como es el caso del Mercado en Villa Fátima, y consideran que puede ser el primer paso hasta la creación de una entidad estatal encargada de comercializar la coca, como ENACO en el Perú. En base a lo que saben de la situación de los productores y el mercado de la coca en el Perú, piensan que tal entidad sería absolutamente nefasta para ellos. Entonces no se puede descartar cierta malicia frente a los del Alto Beni entre los motivos para iniciar el bloqueo el 2 de octubre.

57 Ni él ni los otros dirigentes presentes llevaron distintivo alguno (como poncho, ch'uspa, chicote, awayu, o lo que sea). Los dirigentes yungueños, de cualquier nivel, no acostumbran llevar alguna prenda que señala su cargo. Hay que saber quién es el dirigente, o sino deducirlo en base a su comportamiento, para identificarle entre los demás. El Ejecutivo de Chulumani suele llevar un chicote en su maletín, y lo saca para sacudirlo en la cara cuando alguien molesta mucho en los ampliados, pero jamás lo porta, ni siquiera cuando desfila en Fiestas Patrias donde va de pantalón y camisa, como los demás dirigentes. Su máxima concesión en el desfile del l6 de julio 2003 era llevar una pequeña wiphala en la mano. En 2002 observé la posesión de un nuevo Ejecutivo en Asunta donde le colocaron un enorme chicote enrollado sobre un hombro y debajo del otro brazo, pero bueno, en Asunta son pata jaqis pues (según los de Chulumani).

58 Éstas eran las únicas referencias que escuché a la memoria de otros bloqueos, y tampoco se especificó a cúales de los varios bloqueos del pasado se refería. Las demás conversaciones en las cuales participé refirieron al pasado inmediato (ayer, anteayer), el presente y proyecciones hacia el futuro (qué podría proponer el gobierno al negociar, la problemática de la coca). Claro que esto no excluye que otros de los presentes, o los mismos en otros momentos, hayan pasado más tiempo recordando bloqueos pasados y extrayendo lecciones o anécdotas de ellos. Pero considero que las evocaciones rituales de héroes del pasado, como Tupaj Katari y Bartolina Sisa, son justamente eso: un acto ritual, y por tanto, destemporalizado (corresponde al tiempo circular o 'sin tiempo' de los ritos). La protesta histórica que tiene más valor simbólico en Chulumani en la actualidad sigue siendo la masacre de los narcóticos en octubre 1982, y no se evoca ningún 'heroe' participante en eso, ni se suele referir públicamente al evento, por considerarlo todavía bastante reciente como para arriesgar castigos penales al identificar a individuos que tomaron parte. Spedding (2002:105-6) comenta que la memoria histórica en estos contextos de movilización, en tanto que realmente se trata de tal, no parece funcionar según los modelos discursivos de la historia oficial, escolar y académica.

59 Estas asambleas no eran formales (carecfan de un 'orden del día' establecido de antemano, que se suele leer al inicio de las reuniones comunales o ampliados) y la participación no era obligatoria ni sujeta a control alguno. Si las personas prefirieron quedarse en las flotas, o establecer su carpa o tender un naylon en el suelo y echarse allí bajo una frazada y dormir, o dedicarse simplemente a bolear sin hacer nada más, podían hacerlo. La simple presencia física en el bloqueo basta para cumplir con el deber sindical, y es voluntad de cada uno si participa de manera más activa (aunque podría ser criticado después si realmente no hace nada cuando se decide realizar alguna actividad más pesada, como por ejemplo cavar zanjas en el camino para impedir el paso de vehículos, y si los encargados deciden nombrar a uno como vigilia o por otra tarea específica, tiene que cumplir obligadamente). Por supuesto, si la asamblea toma una decisión que afecta a todos, los que no han participado tienen que acatarlo igual, y no tienen derecho de oponerse. Si personas 'coladas' como yo (bueno, yo decía que estaba como 'voluntaria') querían asomarse, también podían hacerlo, aunque en este caso sin tomar la palabra; un no afiliado no puede hablar en una reunión excepto cuando es invitado, o ha pedido previamente el permiso para hacerlo, pero tampoco está obligado a acatar las decisiones tomadas (esto sí es una regla vigente en todo tipo de reunión sindical, formal o no). La misma regla era válida para algunos de Colopampa, que asomaron a la reunión de los de lrupana, pero sin decir nada. Un dirigente preguntó qué era mi opinión de tanto debate sin resolución. "Si Sánchez Berzaín vería esto, se reiría," le contesté, y todos reíamos. El único control formal en los bloqueos se realiza cuando uno ha completado su turno y se acerca a un dirigente para recibir una ficha que consta su cumplimiento, pero no he observado esto porque, no siendo miembro de un grupo destacado al lugar en cuestión, no me correspondía.

60   En este momento, la dimisión del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada aún no figuraba como demanda de los diversos grupos que protestaban contra el gobierno, como llegó a ser el caso después del masacre de Río Seco y Villa Ingenio (en la ciudad de El Alto) ocurrido el domingo 12 de octubre. La dimisión había sido enarbolada sin efecto por ciertos sectores, en particular los asociados con el partido MAS (Movimiento al Socialismo) después del levantamiento policial de 12-13 febrero 2003, pero sin éxito, y por tanto parece que los dirigentes lo habían abandonado. Volvió a aparecer por clamor popular, y llegó a encabezar la lista de demandas. eclipsando todos los demás, sean nacionales como la no venta del gas natural o demandas sectoriales. El conseguirlo fue visto como un logro histórico (aunque ciertas personas derechistas opinaron que no era acertada consentir en eso, porque "Ahora cada vez que no les da, van a querer sacar al Presidente".) A la vez, puede ser interpretado como una 'campesinización' de las protestas. Es típico que los levantamientos campesinos se dirigen contra una autoridad específica que, se considera, ha pasado los límites mal definidos de los 'abusos' tolerados. Se hace escapar a esa autoridad, o si no quiere o puede huir, se le elimina físicamente; de allí, todo vuelve a la calma con una rapidez abrumadora. La pronta tranquilidad ocurre porque, entre otras cosas, estos levantamientos no cuestionan el orden social establecido. Incluso aceptan que las autoridades van a practicar el nepotismo, aceptar coimas y deslizar cierta proporción de los fondos públicos hacia sus bolsillos, mientras la polic'ía va pegar a los detenidos y los oficiales van a maltratar a los conscriptos en las FF.AA. (ya que, después de todo, un servicio militar sin sufrimiento tampoco sería una auténtica prueba de la virilidad del conscripto). Pero siempre que las autoridades realizan un mínimo de obras públicas y cumplen con los servicios para los cuales eran coimeados, la policía se limita a pegar a delincuentes yl1tla inocentes, y los oficiales no exhiben una brutalidad exagerada en su trato de los reclutas, todo sigue su curso normal. Es la trasgresión excesiva y descarada, no la trasgresión 'normal', que provoca el levantamiento, y se le atribuye a uno(s) individuo(s) quienes han roto las reglas, no a la estructura o organización social en su totalidad. En este sentido, la dimisión del "Goni" proporcionó a la clase dominante una manera muy fácil de dar solución a las protestas y dar la impresión de haber 'ganado' (como gritaban ese viernes en El Alto) a los sectores populares, sin tener que hacer concesión real alguna, ni siguiera en el tema del gas.

61   De hecho, una comisión oficialista se dirigió a Santa Bárbara el lunes 6 de octubre, pero según los periódicos fue correteado por los bloqueadores sin llegar a negociar nada.

62   No tengo conocimiento del origen social de este Alcalde. La gente hizo comentarios positivos indirectos sobre su participación, a través de decir "¿Acaso la Blumen [actual Alcaldesa de Chulumani, y una auténtica vecina de pueblo] va venir? ¿Te imaginas la Blumen aquí?" Quizás la diferencia es menos en el origen social de los dos alcaldes, sino en que la Blumen jamás ha tenido posturas populistas y por tanto, parecería demasiado fingido y electorero si se hiciera presente en un bloqueo.

63   Supuestamente, el magisterio tenía que entrar en paro desde el lunes, pero no es raro que maestros en escuelas alejadas sigan con sus clases si es que no han salido a sus lugares de residencia permanente (en caso de ser forasteros en el lugar de destino) antes del bloqueo. En los Yungas, casi todos/as los/as maestros/as rurales proceden de los Normales de Warisata y Santiago de Huata y no son de la provincia. Yarija se encuentra en un camino ramal, alejado de la carretera, y no habrá quien controle al maestro si quiere 'romper la huelga' (y así, poder cumplir sus días hábiles ante la comunidad e irse más pronto al terminar el año escolar). El día siguiente, parecía que había clases todavía en Pichu, la escuela más cerca a Ichhu, mientras la siguiente escuela en Chaco estaba cerrada ya.

64   Me pareció que estos grupos tenían entre una quinta y cuarta parte de mujeres, mayormente adultas y hasta mayores, y en casos con alguna wawa pequeña. El 3 de octubre, la Defensoría de la Niñez de Chulumani intentó 'denunciar la presencia de niños en los bloqueos', pero fue rebatido por Franz Quispe, que hablo en términos generales de personas que hacían correr calumnias sobre los bloqueos y así logró esquivar el tema. El grupo de Chicaloma, por algún motivo, tenía pocas mujeres (sólo logré identificar a una como miembro definitivo de ese grupo) y mayor número de jóvenes, algunos con ropa camuflada y uno con una escopeta (o rifle, yo soy cero en armas de fuego), que normalmente no es aceptado en los bloqueos porque se considera que provoca a los policías o militares a disparar sus armas en caso de la represión.

65   Literalmente 'cuarenta [grados]'; alcohol puro de caña. Las marcas más favorecidas son Guabira o Ceibo. Supuestamente, no se debe tomar en los bloqueos, pero en este caso hasta el abastecimiento oficial sindical incluía alcohol, más el infaltable coca y cigarro y otros víveres.

66   Agua caliente': se entiende el desayuno.

67   Se deduce que él había llevado consigo su 'trabajador', o sea utawawa, campesino sin tierras que vive en casa de otro (su utani) y trabaja para él. Es de suponer que se hará anotar la asistencia de dos personas, y de allí salvarse de tener que salir en un segundo turno, a la vez quejambién ha participado personalmente y no sufre la vergUenza de haber mandado sólo a su trabajador, 'mingado' para sustituirle.

68 Se decfa, para evitar problemas con el Tránsito -"en Unduavi hay hartos tambos," dijo el chofer, y se cerró las cortinas al pasar el lugar de la tranca para que no se notase el exceso de pasajeros. Por eso no se pudo ver nada, y la flota no se detuvo como de costumbre (para presentar sus documentos en la tranca, para que los que llevan coca presenten sus documentos en el control de DIGECO, y los demás pueden ir al baño y comprar algo de comer si quieren), que daba la impresión que si había 'tambos' ('policías') no estaban controlando nada.

 

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