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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.24 La Paz  2003

 

ARTÍCULO ORIGINAL

 

Urbanización y pobreza en Bolivia. Una lectura del reciente Censo Nacional del 2001

 

 

Rene Pereira Morató

 

 


 

 

Introducción

El presente trabajo consiste en una primera lectura del Censo Nacional de Población y Vivienda del 2001 desde la perspectiva de la urbanización en Bolivia.

Es una primera mirada comparativa con años pasados, para conocer los niveles y tendencias de este proceso. Por lo mismo, no se le exija factores explicativos, ya que el cometido principal es el de describir exploratoriamente los alcances de este fenómeno.

Se trata de una problemática que ya forma parte de la agenda académica y política, porque lo que acontece en Bolivia, urbanización rápida y creciente, es parte de lo que está sucediendo en la región de América Latina, de manera especial.

Todos los países del mundo se están urbanizando, independientemente del nivel de desarrollo en que se encuentren y muy pronto la norma urbana será la que prevalecerá en todo el mundo.

Desde hace 52 años, nuestro país ha iniciado un proceso de movilización espacial de su población y, a partir de este año, si la urbanización no se ha dado con tanta fuerza como en otros países, ello se debe a que hubo otro frente receptor de la fuerza laboral rural: el proceso de colonización.

El país ha cambiado porque, a medio siglo de la revolución de 1952, hoy día el tema urbano es insoslayable.

El presente trabajo ha sido realizado conjuntamente el Lic. Jaime Montaño García. Especialmente a él se debe el tratamiento de la información cuantitativa y la graficación de la misma.

El proceso de urbanización mundial

Según las últimas proyecciones de población de las Naciones Unidas, el mundo hacia el año 2000 es todavía rural. De cada 100 habitantes mundiales, 47 viven en ciudades. Este perfil rural está influido por los países menos desarrollados, ya que su nivel de urbanización es aún más bajo (40%), en cambio los países ricos presentaron una urbanización elevada de 76%. Si nos atenemos a la lectura de estas cifras, cabe la hipótesis de que la urbanización está explicada por el desarrollo. Pero, como los promedios esconden disparidades, se observa lo siguiente: América Latina y el Caribe, que pertenecen a regiones menos desarrolladas, tienen el segundo nivel de urbanización más elevado del mundo, después de Norteamérica e incluso un nivel más alto que el de Europa.

Este comportamiento tan particular de América Latina y el Caribe, en cuanto a su urbanización, quiebra aquellas consideraciones comúnmente aceptadas respecto a que la industrialización y el desarro­llo devienen en factores explicativos de este proceso. La urbanización acontecida en la región tiene entre sus variables explicativas más próximas a la migración interna, de origen rural o urbano de ciudades menores hacia los principales centros de atracción. El proceso migratorio encuentra entre sus factores a la creciente pauperización a que se hallan sometidos los contextos rurales en comparación precisamente con las ciudades.

Según esta misma fuente autorizada de Naciones Unidas, la población urbana mundial, hacia el año 2000, ha estado creciendo a 0.91%; la de los países ricos a 0.65% y los países que conforman las regiones menos desarrolladas, a una tasa más rápida de 1.62%. La intensidad del proceso urbano latinoamericano y del Caribe se evidencia cuando se observa que su población urbana tuvo una rapidez de 1.43%, una de las tasas más intensas después de África.

El crecimiento tan rápido de la población urbana es uno de los cambios demográficos que acontecen en el mundo y, según las tendencias, muy pronto un hábitat urbano será la norma para la gran mayoría de las personas de este planeta. Los niveles tan altos y tan rápidos de la urbanización de América Latina hacen que este tema sea relevante en la agenda académica y en las políticas públicas.

Bolivia y su población actual

El 5 de septiembre del 2001, el Censo Nacional de Población y Vivienda dio un volumen de 8.274.325 de personas. En relación al operativo censal del año 1992, en el lapso de 9 años, la población se incrementó en 1.8 millones de habitantes, a razón de 207 mil por año.

Este tamaño poblacional hace que, en el contexto de la América del Sur, Bolivia ocupe el octavo lugar entre los 13 países que la conforman, con una densidad de 8 habitantes por kilómetro cuadrado.

Bolivia: Población Total, Urbana y Rural, 1900 - 2001 (Cifras absolutas)

Demográficamente, Bolivia es un país que muestra un aceleramiento de su tasa de crecimiento. En efecto, en el anterior intercenso de 1976 - 1992, estuvo creciendo a 2.11% y en el intercenso actual, 1992 - 2001, la tasa se ha hecho más intensa, creciendo a una velocidad de 2.7% promedio anual. Aunque todavía no se han estimado los componentes de este crecimiento, probablemente se explique debido a que la alta fecundidad que caracteriza al país no ha sido contrarrestada por el descenso de la mortalidad, ya que la migración internacional acusa un signo negativo, significando con ello que es mayor la pobla­ción que sale del país que la que entra.

Evolución de la tasa anual de crecimiento de la población

Para tener una idea de cuán rápida es la tasa de crecimiento demográfica de Bolivia, América del Sur está creciendo a 1.6% y, junto con Paraguay, nuestro país presenta una de las tasas más intensas.

Para cualquier país del mundo, es deseable que su tasa de crecimiento económico sea más rápida que su intensidad demográfica, lo que no ocurre en Bolivia. Como se sabe, a partir del año 1989 a 1998 la tasa de crecimiento del PIB fue del 4%, pero el año 1999 se observó una caída de 5.52% en 1998 a 0.61%. Por tanto, la actual tasa demográfica de 2.7% es significativamente más alta que los pálidos esfuerzos de crecimiento económico. Esta correlación entre economía y población plantea enormes retos al desarrollo humano sostenible nacional y a la gobernabilidad.

Bolivia y su urbanización

Desde aproximadamente el año 1988, Bolivia dejó de ser un país rural. El censo nacional de 1992 reportó que 58 de cada 100 habitantes residían en ciudades.

La población urbana boliviana el año 2001 registró a 5.165.882 habitantes y la población rural a

3.108.443.

Las ciudades bolivianas se incrementaron casi en 1.5 millones de habitantes, mientras que el campo lo hizo en cerca de 382 mil personas, cifra significativamente más elevada que en el anterior período de 1976 - 1992, con apenas un aumento de 38 mil personas. Esto mismo, dicho en cifras relativas, es como sigue: el año 2001, el país aumentó su población en 29% respecto a 1992, mientras que los contextos urbanos lo hicieron en 40% y el campo en 14%.

Para el año 2001, el nivel urbano de Bolivia subió a 62 por cien y el nivel rural descendió a 38%.

Niveles y tendencias de la urbanización y ruralización

El gráfico que muestra los niveles y tendencias de la urbanización es absolutamente congruente con lo que acontece en todos los países del mundo. Es decir, todos los países del mundo, independientemente del nivel de su desarrollo, exhiben una tendencia creciente hacia la urbanización. Por tanto, se trata de un proceso irreversiblemente global.

La población urbana crece más rápidamente que la población en su conjunto y que la población rural.

La gráfica que se presenta a continuación muestra la disparidad de los procesos nacionales, urbanos y rurales.

En efecto, desde el año 1900 hasta el 2001, sólo la tasa de crecimiento de la población total ha seguido un curso ascendente, haciéndose cada vez más acelerado el proceso. La tasa de crecimiento rural fiie ascendente desde principios del siglo hasta 1976. Luego experimentó un descenso dramático hasta 1992, para luego repuntar positivamente. La tasa de crecimiento urbano fue rápida y ascendente hasta 1992, registrándose en este período la mayor intensidad histórica de crecimiento. Las ciudades estuvie­ron creciendo a una rapidez de 4.15, mientras que el campo a 0.09% y la población en su conjunto a 2.13%. Pero, a partir de ese momento, se desactiva esa intensidad y la curva de la población urbana empieza a descender a 3.62. No obstante, persiste el patrón de que las ciudades crecen más rápidamente que el campo y mucho más, incluso, que la población total.

Cuáles son los departamentos más urbanos?

Mientras que el año 1950 no se encontró departamento alguno que tuviera más del 50% de su pobla­ción residiendo en contextos urbanos, en 1976, Santa Cruz y Oruro presentan esta característica. En 1992, son Santa Cruz, Oruro, Beni, La Paz, Tarija y Cochabamba y el año 2001 no se agrega ningún departamento, pero el ordenamiento varía entre los más y menos urbanos. Santa Cruz es el departamento más urbano de Bolivia, le sigue Beni, La Paz, Tarija, Oruro y Cochabamba. Los tres departamentos restantes, Chuquisaca, Pando y Potosí, se caracterizan todavía por ser predominantemente rurales.

Bolivia: Nivel de urbanización por departamentos y años

Otro elemento que habría que destacar es que si bien los niveles urbanos varían por departamento, algunos son muy elevados y otros menos, como se ha descrito en el anterior párrafo. La tendencia siste­mática muestra que todos ellos se urbanizan crecientemente a través del tiempo.

Respecto a la intensidad de crecimiento de la población urbana y rural por departamentos, entre 1976 y 1992, Pando, Santa Cruz, Beni, Tarija y Cochabamba crecen en su población urbana mucho más rápi­damente que la población urbana total. Oruro, Potosí y Pando presentan tasas negativas en su población rural. Para el período 1992 a 2001, los departamentos con mayor intensidad de crecimiento urbano son Pando, Santa Cruz, Tarija, Cochabamba y Chuquisaca. No se observa en este período ningún departa­mento con una tasa de crecimiento negativa en su población rural, como en el anterior intercenso, lo que apunta a que los flujos emigratorios de origen rural estarían disminuyendo. La retención de la población nativa siempre es deseable y ello puede atribuirse a los efectos de la participación popular.

Cuáles son las provincias más urbanas?

Se considera sólo a las provincias de todos aquellos departamentos que, el año 2001, tuvieron más del 50% de población urbana.

Posición Ordinal

Departamento

Provincias con 50% y más de población urbana

1

Santa Cruz

A. Ibáñez, G. Busch, 0. Santiesteban y Sarah

2

Beni

Cercado, Vaca Diez, Mamoré, Gral., J. Ballivián

3

La Paz

Murillo

4

Tarija

Cercado y Gran Chaco

5

Oruro

Cercado y P. Dalence

6

Cochabamba

Cercado, Quillacollo y Chapare

 

Municipio

Ciudades

Provincia

Departamento

Santa Cruz

Santa Cruz

B. Ibáñez

Santa Cruz

Montero

Montero

0. Santiesteban

 

Puerto Quijarro

Quijarro

G. Busch

 

Camiri

Camiri

Cordillera

 

San Ramón

San Ramón

Ñ. Chávez

 

Ascensión de Guarayos

A. Guarayos

Guarayos

 

Portachuelo

Portachuelo

Sarah

 

Boyuibe

Boyuibe

Cordillera

 

Puerto Suárez

Pto. Suárez

G. Busch

 

Roboré

Roboré

Chiquitos

 

La Guardia

La Guardia

A. Ibáñez

 

Mineros

Mineros

0. Santiesteban

 

S. José de Chiquitos

S.J. Chiquitos

Chiquitos

 

Urubichá

Urubichá

Guarayos

 

S. Carlos

S. Carlos

Ichilo

 

Mairana

Mairana

Florida

 

Trinidad

 

Cercado

Beni

Riberalta

 

Vaca Diez

 

Guayaramerín

 

Vaca Diez

 

Sta. Ana de Yacuma

 

Yacuma

 

S. Ramón

 

Mamoré

 

Magdalena

 

Iténez

 

S. Joaquín

 

Mamoré

 

Rurrenabaque

 

Gral. J. Ballivián

 

S. Boija

 

Gral. J. Ballivián

 

Reyes

 

Gral. J. Ballivián

 

 

Municipio

Ciudades

Provincia

Departamento

El Alto

La Paz

Achocalla

 

Murillo

Murillo

Murillo

La Paz

Tarija

Bermejo

Yacuiba

Villamontes

 

Cercado

Arce

G. Chaco

G. Chaco

Tarija

Oruro

Huanuni

Machacamarca

 

Cercado P.

Dalence P.

Dalence P.

Oruro

Cochabamba

Sacaba

Quillacollo

Tiquipaya

Punata

Colcapirhua

Vinto

 

Cercado

Chapare

Quillacollo

Quillacollo

Punata

Quillacollo

Quillacollo

 

Cochabamba

 

Cuáles son los Municipios más urbanos?

Las ciudades bolivianas

La dinámica urbana boliviana se expresa en la proliferación de ciudades en el tiempo. En 1950, el pais presentaba 48 ciudades. Los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz eran los que contaban con una mayor cantidad de ellas. En 1976, las ciudades aumentaron considerablemente a 101. Santa Cruz es el departamento que tienen más de ellas, seguido de La Paz y Cochabamba. En 1992, se observaron 123 y el año 2001, 156 ciudades. Santa Cruz mantiene una diferencia muy importante con los otros dos del eje, es decir, Cochabamba y La Paz, por disponer de un mayor número de ellas. En suma, la expansión de las ciudades bolivianas en el tiempo se ha dado principalmente en los departamen­tos del eje central.

La mayoría de países de América Latina se caracteriza por un proceso urbano en el que destaca un gran centro macrocefálico, como México D.F con 18.1 millones de habitantes, Sao Pablo, 17.8; Buenos Aires, 12.6; Río de Janeiro, 10.6; Lima, 7.4, según datos de las Naciones Unidas en sus proyecciones últimas. Bolivia se separa de este patrón porque la urbanización se distribuye principalmente en los tres departamentos del eje central. No cuenta con ninguna megalópolis como los casos anteriores. La ciudad de Santa Cruz, que es la más grande aglomeración urbana del país, según datos del censo del 2001, tiene una población de 1.113.582 habitantes. Es la única ciudad que sobrepasa el millón de habitantes. Le sigue la ciudad de La Paz con 790.353, El Alto con 629.955 y Cochabamba con 517.026. Estas cuatro ciudades importantes conforman el 59% de la población urbana total.

Con el objetivo de observar la distancia existente entre la ciudad principal y las tres inmediatas en magnitud de importancia, se ha elaborado el índice de primacía urbana, para cada uno de los departamen­tos.

índice de primacía por años según departamentos

Departamento

1992

2001

Bolivia

0,47

0,57

Chuquisaca

11,62

13,22

Santa Cruz

7,15

8,97

Oruro

7,46

7,40

Cochabamba

3,38

2,47

Potosí

1,67

1,68

Tarija

1,42

 

Si bien ha aumentado ligeramente el índice primacía entre 1992 y el 2001, observándose para este último año una distancia de 0.57% entre Santa Cruz respecto a La Paz, El Alto y Cochabamba, el distan- ciamiento es poco importante. No ocurre lo mismo en el departamento de Chuquisaca, con un índice muy elevado de 13.22%. Eso significa que la ciudad de Sucre es 13 veces más grande que sus semejantes. Santa Cruz y Oruro presentan también índices relativamente altos con 8.9% y 7.4% respectivamente.

Otra manera de dimensionar el fenómeno urbano boliviano es a través del proceso de agrandamiento que ha experimentado la mayoría de los centros urbanos en cuanto a su magnitud poblacional. Por tanto, Bolivia se urbaniza no sólo por el aumento de las ciudades sino por la expansión de cada una de ellas.

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BOLIVIA: RESTO URBANO, 2001

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Como no todas las ciudades bolivianas son iguales, se ha procedido a tramifícarlas. En este sentido, se identifican a las ciudades en el umbral de 2000 y más habitantes, ya que esa es la definición oficial. Sobre esta línea, se clasifican a todas aquellas que tienen una magnitud demográfica de 2000 a 29.999 habitantes y se las denomina Resto Urbano. A las de 30.000 a 99.999 habitantes, se las llama Ciudades Secundarias. Finalmente, a las de 100.000 y más habitantes, se las denomina Ciudades Principales.

Tramifícación urbana

TRAMOS

POBLACIÓN 1992

%

No. Ciudades

POBLACION

2001

%

No. Ciudades

Tasa de crecimiento 1992-2001

RESTO URBANO

656.900

17,8

108

925.862

17.9

140

3.7

CR/DADES SECUN­DARIAS

386.704

10,5

8

525.249

10.2

8

3.3

CIUDADES PRINCI­PALES

2.651.242

71,8

7

3.174.771

71.9

8

3.6

TOTAL

3.694.846

100,0

123

5.165.882

100,0

156

3,6

Como se puede observar, el 72% de la población urbana boliviana reside en sólo 8 ciudades principa­les. El 18% de la población urbana nacional reside en 140 ciudades calificadas como resto urbano. Final­mente, el 10% en 8 ciudades secundarias.

Se observa, pues, un patrón urbano de alta concentración. La gran mayoría de la población urbana reside en ciudades mayores y, de mantenerse esta tendencia, los departamentos que reciben población migrante experimentarán el proceso de la conurbación, trayendo como efecto la metropolización. Este último fenómeno será de gran importancia en el marco de las políticas públicas y el debate se centrará posiblemente en lo deseable o no, en las ventajas y desventajas que ello supone, especialmente en los departamentos de Cochabamba (Quillacollo, Cochabamba, Sacaba), La Paz (La Paz, El Alto, Viacha y Achocalla) y Santa Cruz (Santa Cruz y Montero)

Intensidad de crecimiento demográfico de las ciudades

Como se ha observado, las ciudades bolivianas crecen más velozmente que la población total y la población rural. En un ranking de crecimiento de ellas, se ha observado ciudades con muy rápido creci­miento. De ellas cabe destacar, además de esta característica, aquellas que tienen una cantidad de habi­tantes importante. Porque, como se comprenderá, no es lo mismo crecer a una velocidad de 9.9% como lo está haciendo Sacaba con 92.581 habitantes, que Santa Cruz de la Sierra, con más de un millón de habitantes a una intensidad de 6.4% promedio anual. Otra ciudad que se debe distinguir es El Alto con 629.955 habitantes y una tasa de 4.8%, actualmente la tercera en importancia en el contexto nacional, que, incluso superó a la ciudad de Cochabamba.

Factores presuntamente explicativos de la urbanización boliviana

El fenómeno urbano es un tema estructural y sus raíces habrá que vincularlas al modelo de desarrollo que caracteriza al país. El libre mercado de las fuerzas productivas y entre ellas la fuerza de trabajo, ha dinamizado a los sectores competitivos y, en ese sentido, el tipo de desarrollo boliviano ha profundizado las desigualdades y la exclusión social.

Entre los contextos urbanos y rurales, la brecha social se ha ido acrecentando y la distancia se ha hecho mayor en el tiempo.

Un ejemplo de ello es la tasa de mortalidad infantil. Este indicador ha experimentado a nivel nacional un descenso. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, en 1989 y 1998, la tasa cayó de 96 a 73 por mil niños menores de un año. Pero, como en todo promedio, las disparidades quedan escondidas y por ello este indicador tan sensible a las condiciones de vida de la población es manipulado según los intereses políticos de turno. No basta observar promedios. En efecto, en esos mismos puntos temporales se observa lo siguiente: el año 1989, la sobremortalidad rural era apenas 29% respecto a la urbana; en 1994,35% y en 1998, la brecha se amplía a 47%. Eso significa que la mortalidad infantil rural fue de 100 por mil y la urbana 53. Por tanto, las desigualdades socioespaciales, en este caso urbano-rurales, ante las probabilidades de muerte son por demás evidentes.

El siguiente cuadro de la evolución de la pobreza que ha seguido el país y presentado recientemente, puede tener una lectura oficial que enfatiza los descensos o aquella que interpela, porque enfatiza en lo crítico y, por tanto, en los desafíos. En efecto, el año 1992, 7 de cada 10 bolivianos se encontraban en la línea de pobreza y en 2001, disminuyó tenuemente a 6. En las ciudades, la pobreza descendió en 14 puntos y, en el campo, apenas en 4 y medio puntos. Es decir, si antes se podía observar 9 y medio habitantes pobres por cada 10 bolivianos, según el reciente censo, se halla casi esta misma relación. Por tanto, el hecho de encontrar que de cada 10 habitantes rurales, 9 estén en la línea de pobreza, significa el grado de vulnerabilidad en que se encuentra esta población. Quizá sea este el mensaje más contundente respecto al saldo que ha dejado el modelo del libre mercado: ciudades que ganan en indicadores de bienestar y la agudización de la pobreza en el campo.

En un trabajo anterior,1 señalamos un conjunto de factores generales que explican en su conjunto el deterioro de la productividad de la economía campesina y que parecen haber cambiado muy poco. En efecto, la escasa disponibilidad de tierra por familia por la excesiva parcelación de la tierra, los niveles insostenibles en algunas micro regiones en la relación población/tierra, el manejo inadecuado del recurso tierra y agua para riego, la inaccesibilidad al capital, crédito y tecnologia, el desarrollo insuficiente de las formas de producción, la carencia de servicios de apoyo a la producción agropecuaria y calamidades naturales como heladas y granizadas, conducen al deterioro de la productividad rural y, por tanto, a un ingreso insuficiente de las unidades familiares, que las sume en la pobreza. A ello se adiciona que, bajo la lógica del mercado, concurren diversos tipos de productos, incluso importados, lo que debilita cada vez más el aparato productivo rural.

Por tanto, es esta pobreza, especialmente de la población rural, la que está determinando la urbaniza­ción por la vía de la migración. En este sentido, en Bolivia, como en muchos países de América Latina, la pobreza se halla asociada a la urbanización. Nos urbanizamos no porque nos desarrollamos sino por­que la población, especialmente rural y la de ciudades menores, busca a las ciudades grandes como estrategia de sobrevivencia y encuentro de oportunidades.

Fuente INE, Bolivia: mapa de pobreza 2001

Población Pobre

1992

2001

Diferencia

Brecha Urbano-Rural

 

 

 

 

(%)

Urbana

53.1

39.0

14.1

44.2

Rural

95.3

90.8

4.5

57.0

Total

70.9

58.6

12.3

 

Implicaciones

* El modelo de ajuste estructural, instaurado desde 1985, ha tenido sus éxitos en la regulación y control de las variables macroeconómicas, pero no ha solucionado las necesidades básicas de las personas concretas. Todo lo contrario, ha mostrado un carácter concentrador de los ingresos, sin impactos positivos en el mercado interno y especialmente generador de profundas desigualdades económicas y sociales. En este debate, de repente no se trata de abandonar el modelo de econo­mía de mercado, pero tampoco mantenerlo tal cual. Probablemente lo que sea necesario consista en orientar las políticas públicas en la dirección más adecuada de los intereses del país y de su población.

* Bolivia es un país de urbanización tardía en comparación con la mayoría de los países de la región, caracterizados por su urbanización temprana y acelerada. Esta situación puede ser una fuente de aprendizajes y experiencias de cara a una posible reforma urbana.

* El crecimiento poblacional urbano, permanente e intensivo, plantea retos importantes para las políticas públicas que desde el Estado y con la participación de la sociedad civil, se debe encarar, antes que esta situación sea inmanejable y crítica.

* El proceso urbano se caracteriza por la conformación de una red urbana trunca y desarticulada que se evidencia en la presencia de algunas aglomeraciones en los departamentos con tendencia

hacia la metropolización, en desmedro de las ciudades pequeñas y secundarias y la distancia urbana - rural.

* La acentuación de la distancia entre el campo y la ciudad, entre las grandes aglomeraciones, las secundarias y las menores, expresan desigualdades en el acceso a las oportunidades del bienestar.

* Desarrollo de una segregación intraurbana y constitución de vastas zonas ecológicas que, en el caso paceño, se denominan «laderas» en un proceso de urbanización espontánea. Se trata de una pobla­ción segmentada que accede precariamente a los servicios básicos y sociales y se halla en un fuerte proceso de exclusión de los beneficios a los que alude recientemente el mapa de pobreza.

* La ausencia de un sistema de planificación urbana. El actual proceso se está dando en forma espontánea, caótica y caracterizado por la imprevisión.

* Dado que las ciudades bolivianas están caracterizadas por la heterogeneidad y la fragmentación, posiblemente de lo que se trate no sea de estandarizar en un solo modelo «ordenado» este proce­so urbano heterogéneo y fragmentado sino de respetar esas especificidades. La consolidación del proceso de descentralización nos llevará precisamente a eso. Eso implicaría el respeto a la co­existencia simultánea de diversos «órdenes» urbanos. La Paz es un ejemplo claro de que en su interior coexisten tantas ciudades. Ya una vez, Javier Albó mencionó que, al menos, existe una ciudad criolla, una cosmopolita y una aymara. Thierry Saignes se refirió a un período inmediata­mente después de la conquista, de una ciudad de indios y otra de españoles, divididos por el Choqueyapu.

* La actual política social se ha volcado a prestaciones en los servicios de salud y educativos, pero el Estado debe asegurar un paquete minimo de saneamiento urbano mediante inversión pública que asegure agua, alcantarillado, carreteras básicas y electrificación, porque la gran mayoría de las ciudades bolivianas, especialmente las del resto urbano y las secundarias, se caracteriza por no contar con servicios sanitarios ni con la infraestructura adecuada y suficiente.

 

Notas

1. Rene Pereira, Jaime Montano y Moisés Calle, Bolivia: movimientos migratorios. Estrategia de la población y efectos de las políticas de ajuste estructural. 1991, La Paz, Bolivia.

 

Bibliografía

CARRIÓN, Fernando Democracia Local. Revista del capítulo Latinoamericano de IULA/CELCADEL.

CASTELLS, Manuel 1973 «La urbanización dependiente de América Latina» En: Revista de Planificación Vivienda, ciu­dad, región. N° 8, Santiago de Chile

LASERNA, Roberto «Ciudades pequeñas e intermedias: aspiraciones y potencialidades de desarrollo humano», En: Cuadernos de Futuro, Mundos Urbanos. PNUD, La Paz - Bolivia

MALETA, Héctor 1991 Crecimiento demográfico y migración interna en Bolivia. Marco histórico estructural y perspec­tivas de política. UMSS, CEP, Proyecto Migración, urbanización y empleo, Cochabamba.

PEREIRA René, Jaime Montaño y Moisés Calle 1991 Bolivia: movimientos migratorios. Estrategia de la población y efectos de las políticas de ajuste estructural. La Paz, Bolivia.

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