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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.20 La Paz  1998

 

ANÁLISIS DE COYUNTURA

 

LO PROPIO Y LO AJENO EN EL DESARROLLO CONTEMPORANEO EN BOLIVIA.

La fuerza normativa de las coerciones universalistas y la resistencia de los valores particularistas

 

 

H. C. F. Mansilla(*)

 

 


 

 

El presente estudio tiene como finalidad describir y analizar -- como lo postuló Norbert Ellas en una ya famosa investigación1 - -los vínculos decisivos que se dan entre (a) los cambios en él comportamiento colectivo y en los hábitos sociopsíquicos y (b) las modificaciones de la estructura social de la sociedad boliviana contemporánea. En la configuración de la esfera sociopolítica y en la preservación de las jerarquías y desigualdades sociales los aspectos o recursos culturales, como actualmente también se dice, poseen un peso más significativo de lo que se admitía hasta ahora. En las ciencias sociales y políticas se reconoce hoy en día, aunque sea parcialmente, la relativa autonomía y perdurabilidad de la llamada cultura política con respecto al desenvolvimiento técnico-económico, aunque, con referencia al área andina, se carece aún de estudios sistemáticos en torno a los complejos nexos entre las pautas de comportamiento colectivo y el acelerado desarrollo técnico-económico. Estas pautas de conducta (behaviour patterns), que se hallan a menudo en la esfera preconscienle y prepolítica, tienen habitualmente una validez obvia, sobreentendida, no codificada ni menos sancionada por instancias oficiales, pero precisamente por dio de una fuerza normativa y eficacia coactiva notables. En ello reside su importancia y de ello se deriva su frecuente resistencia frente a modificaciones económicas y técnicas de primer orden. En la mayoría de los casos el prestigio y respeto generales de que goza esta mentalidad social2 es algo tan obvio que ésta pasa desapercibida para los investigadores de la propia sociedad, pues ellos también están imbuidos de estos valores, que no les llaman científicamente la atención, los cuales, por otra parte, constituyen un fenómeno relativamente difuso y difícil de conceptualizar claramente.

En el caso boliviano nos encontramos, además, con el hecho de que las mentalidades colectivas están ligadas a una compleja realidad étnico-cultural, conformada por comunidades étnico-culturales bastante dispares en costumbres, valores de orientación y organización social. La Bolivia del presente es una nación multi-étnica. en la cual ninguna etnia por sí sola tiene una clara supremacía poblacional: además, la diversidad regional, que se ha incubado durante largos siglos a causa del aislamiento geográfico de la mayoría de las provincias y comarcas, ha producido mentalidades colectivas relativamente diferentes, pero en proceso de homogeneización. La carencia de una inmigración europea considerable contrariamente a lo sucedido en la Argentina, Brasil y Chile - ha contribuido a preservar las tradiciones premodernas bolivianas y, por consiguiente, los valores particularistas, el imaginario y las convenciones de una cultura marcadamente preburguesa3. Esta fragmentación étnica favorece tendencias autonómicas y, al mismo tiempo, un renacimiento de elementos autóctonos, fenómenos particularistas y corrientes políticas autonomistas; "etnicidad" se transforma en una fuerza considerable de movilización social y hasta en principio organizativo4.

Este estudio tratará de analizar la innuencia que los factores tradicionales y particularistas de las mentalidades prevalecientes aun en Bolivia tienen sobre los procesos de modernización y demo-cratización y sus posibles efectos aceleradores o retardatarios. Otro punto importante en este contexto es el esclarecimiento del posible menoscabo de legitimidad que sufren los procesos de transformación modernizadora cuando ocurren dentro de fuertes tensiones entre lo propio y lo ajeno en sentido colectivo: una pérdida de legitimidad entraña riesgos para la estabilidad sociopolítica de una sociedad, como la boliviana, que intenta modernizarse a marchas forzadas. Hay que subrayar que los procesos de transformación modernizadora que experimenta hoy la sociedad boliviana y que pretenden acercarla a los standards universales de la civilización industrial del Norte. son impulsados por élites de blancos y mestizos relativamente alejadas del ámbito normativo de las comunidades indígenas del país.

En las últimas décadas, pero más claramente a partir de 1985, cuando el gobierno de entonces instauró una política neoliberal relativamente exitosa, Bolivia ha experimentado un proceso acelerado de transformación, que en la esfera de las pautas colectivas de comportamiento ha significado una creciente occidentalización de las mismas. Esta modernización del conjunto de la sociedad boliviana, aunque incipiente, ha sido favorecida por la declinación del movimiento sindical, otrora muy poderoso, y por el debilitamiento de los partidos de izquierdas, es decir por el decaimiento de sectores que paradójicamente han concentrado en sí mismos un espíritu altamente conservador. anticosmopolita, anti-occidental y tradicionalista y, por todo ello, particularista. Bolivia siempre fue considerada, y con mucha razón, como una de las sociedades con la mentalidad más convencional y premoderna de América Latina. Recién ahora, a partir de 1985, tiende a acercarse al paradigma de la modernidad occidental5 , en la cual - entre otros factores - la importancia de la soberanía, la especificidad y los límites nacionales debe ser vista como decreciente. Este decurso evolutivo es acompañado, como se sabe, por un proceso democratizador de gran envergadura6. También en Bolivia se hace manifiesta una corriente uniformadora en cuanto elemento básico del proceso de modernización, corriente que unifica los decursos de la vida social y hasta individual de acuerdo a las coerciones universalistas de la moderna civilización científico-técnica. En el caso boliviano este desarrollo ha sido impulsado por la iniciativa empresarial privada, las fracciones modernizadoras de la alta burocracia estatal. las agencias de cooperación internacional y los partidos políticos alineados con el neoliberalismo. El objetivo ulterior es una asimilación de Bolivia a los parámetros internacionales de modernización; para ello se intenta asimismo aclimatar en Bolivia la ética laboral del mundo occidental y una decidida racionalización de la administración pública

Por otra parte se puede constatar, sin embargo, la existencia de tendencias que actúan en el largo plazo y que no van en contra de este proceso de globalización, pero que lo pueden relativizar y complicar7 , como ser un movimiento autonomista y regionalista en varias regiones bolivianas, un renacimiento de la herencia cultural no occidental en las esferas de la cultura y del comportamiento cotidiano (lo que conlleva una revalorización del legado indígena en el campo político-institucional) y un cuestionamiento creciente de normas y valores universalistas mediante el florecimiento concomitante de orientaciones propias, generalmente de corte particularista, aunque el rechazo de lo ajeno universalista resulte ser altamente selectivo, instrumentalista y, en ocasiones, arbitrario. El renacimiento de las tradiciones indigenistas y premodernas8 en general - que en Bolivia han poseído una clara índole particularista — es llevado a cabo por fuerzas políticas y sociales que se precian de una cierta popularidad9 , sobre todo entre las etnias aborígenes del país, los sectores urbanos de estratos medios y bajos y la población de las provincias y regiones alejadas o, mejor dicho, olvidadas de la acción modemizadora del gobierno central.

La revitalización de valores y objetivos particularistas debe ser considerada. empero, dentro de un contexto sumamente complejo donde estas normativas tienden a diluirse o, por lo menos, a mezclarse inextricablemente con orientaciones universalistas provenientes de la exitosa civilización industrial del Norte. Es remarcable que el renacimiento de las tradiciones propias no ponga en duda para nada los "logros" técnico-económicos de la modernidad. aunque éstos pueden ser vistos como algo ajeno y externo a ese legado; esta herencia prcmoderna puede, después de todo, ser rejuvenecida mediante los medios contemporáneos de transporte y comunicación, los hábitos actuales de consumo masivo y los procedimientos novedosos de manufactura industrial. El renacimiento de la tradición se limita en el caso boliviano a la esfera de la cultura y a la configuración de la vida íntima, familiar y cotidiana. aunque tiene influencia sobre la cultura política. No parece ser favorable a la difusión y al arraigo de una democraciapluralista, de los derechos humanos y del Estado de Derecho, puesto que aquella herencia ha sido habitual-mente proclive a la violencia política y a las estructuras sociales jerárquicas y rígidas.

En este contexto parece útil resumir en forma esquemática cuáles son los elementos y factores que, en diferentes constelaciones, pueden ser considerados como lo propio y lo ajeno en la sociedad boliviana. Antes de la llamada Revolucional Nacional de 1952, que significó una clara cesura entre una Bolivia profundamente tradicional y una sociedad en vías de modernización, lo propio y lo ajeno estaban probablemente en el siguiente contexto:

Lo propio y lo ajeno antes de 1952

En la Actualidad la constelación de valores se puede representar en un esquema como el que sigue:

Lo propio y lo ajeno actual

Esta visión debe, sin embargo. ser diferenciada según la perspectivaétnico-cul-tural y hasta clasista del gruJlo en cuestión. La concepción de lo propio y lo ajeno, pese a la innegable tendencia a la homogeneización, todav;a depende en grado notable de la perspectiva social y cultural desde la cual se encara la determinación de las nociones en cuestión. Para comprender la complejidad de este asunto, aquí se proponen los dos posibles extremos -- más o menos como tipos ideoles --, que abrazan las concepciones de lo propio y lo ajeno en la Bolivia del presente: la visión de las comunidades campesinas de las etnias aborígenes y la visión de los empresarios privados (blancos) del medio urbano (el esquema está basado en encuestas de opinión pública).

La visión rural-campesina puede ser exhibida mediante el siguiente esquema:

Lo propio y lo ajeno rural campesino

La visión empresarial-urbana cabría en el esquema siguiente:

Lo propio y lo ajeno empresarial urbano

Como corolario se puede alirlllar lo siguiente. La identidad colectiva en la Bolivia de hoy se mueve entre los dos polos señalados anteriormente y encarnados por dos grupos sociales básicamente direrentes entre sí. (A) Los fenómenos de nativismo, fundamentalismo e indigenismo están asociados -- en lo esencial -- al mundo rural y campesino y a las etnias aborígenes (incluyendo plincipalmente sus múltiples asentamientos urbanos), mientras que (B) la imitación indiscriminada de lacivili-zación modema occidental se da con mayor claridad y vehemencia entre los mestizos y blancos de las clases urbanas medias y altas. Cautelosamente se puede afirmar que el resultado global está a medio camino entre ambos tipos ideales. A pesar de toda la heterogeneidad geogrúrica, étnica y civilizatoriade la actual Bolivia. se puede percibir la construcción de una identidad socio-cultural de carácter sincretista. sobre cuya viabilidad histórica no es dable hoy en día emitir un juicio concluyente. El indigenismo modcrado en Bolivia en particular y las tendencias autoctonistas en general pretenden un"l síntesis entre el desarrollo técnico-económico moderno, por un lado, y la propia tradición en los campos de la vida familiar, la religión y las estructuras socio-políticas, por otro. Es decir: aceptan acríticamente los últimos progresos de la tecnología, los sistemas de comunicación más refinados provenientes de Occidente y sus métodos de gerencia empresarial. por una parte. y preservan, por otra, de modo igualmente ingenuo, las modalidades de la esfera íntima, las pautas colectivas de comportamiento cotidiano y las instituciones políticas de la propia herencia histórica conformada antes del contacto con las potencias europeas. La consecuencia de estos procesos de aculturación, que siempre van acompañados por fenómenos de desestabili-zación emocional colectiva, se traduce en una irritante mixllIr<! que puede ser descrita como una extendida tecnofilia en el ámbito económico-organizativo, complementada con la conservación de modos de pensar y actuar premodernos, particularistas (en sentido negativo) y francamente retrógados en los otros campos de la vida humana. El resguardar y hasta consolidar la tradición socio-política del autoritarismo tiene entonces la función de proteger una identidad colectiva en peligro de desaparecer (barrida por los valores universalistas propagados por los medios contemporáneos de comunicación), de hacer más digerible la adopción de parámetros modernos en otras esferas de la actividad social y mantener un puente entre el acervo cultural primigenio y los avances de una modernización considerada como inevitable.

A lo largo de la historia universal han existido muchos intentos de legitimizar estos regímenes híbridos y de justificar la mencionada adopción parcial y parcializante de la civilización occidental. En Bolivia hay una tendencia socio-cultural a establecer una diferencia entre la religión, la cultura, la filosofía y la política de los "gringos", por un lado, y sus técnicas industriales, por otro. Lo primero debía ser rechazado tajantemente, pues era el núcleo de una sociedad aborrecible, pero lo segundo constituiría lo "aprovechable" de la misma. que pódía ser utilizado sin contaminar la identidad de la cultura endógena. El resultado es una modernidad imitativa, que adapta más o menos exitosamente algunos rasgos de la sociedad industrial moderna, rasgos que pueden ser resumidos bajo la categoría de una racionalidad mayormente instrumental.

Para concluir con una apreciación crítica se puede afirmar, por consiguiente, que la actual ola en pro de la recuperación de tradiciones endógenas en el plano socio-cultural pretende, en el fondo, consolidar identidades colectivas devenidas precarias; estos intentos no han podido o no han sabido crear modelos verdaderamente diferentes con respecto a las exitosas naciones metropolitanas, ya que aceptan sin más su legado técnico-económico. Hoy en día, después de haber experimentado el vacío existencial asociado a un instrumentalismo tecnicista y el peligroso dogmatismo vinculado a un fundamentalismo antihumanista, lo más razonable parece srr ulla síntesis entre principios universalistas y valores particlllaristas, que por un lado logre preservar elementos identificatorios aceptables de las tradiciones de cada pueblo y por otro pueda adoptar lo positivo de la civilización occidental. Lo rescatable del mundo premoderno reside, como ya se mencionó, en su heterogeneidad, su polifonía y su colorido, es decir en aquello que puede servir aún de freno a la monotonía de la sociedad enteramente modernizada, a sus naneareis implacables, exentos de toda estética, y a su uniformidad vacía de sentido de la vicia. Lo que se precisa es algo que nos haga comprender - al mismo tiempo - (A) lo valioso de aquellas socicebde's hoy calificadas despectivamente de arcaicas, primitivas y atrasadas y (B) lo negativo de un universalismo anónimo y frío (que es un modo de controlar y dominar todo aspecto de vicia humana), universalismo que hoy en día toma características meramente instrumentales y pragmáticas y echa por la borda (C) lo rescatable de la Ilustración y el racionalismo: el espíritu crítico-científico, la democracia parlamentaria y representativa, el respeto al individuo y la moral universalista.

 

Notas

(*) Docente de la Carrera de Sociología de la U.M.S.A.

1 Norbert Elias. Uber den Prozzes ter Zivilisation. Sociogenetische und psychogenetische Untersuchungen (Sobre el proceso civilizatorio. Investigaciones sociogenéticas filogenéticas). Frankfurt: Suhrkamp 1976 vol. I. p LXXVIII

2 Una definición exacta de mentalidad es, como se sabe, algo muy trabajoso. Americo Castro, a quien se deben análisis muy valiosos sobre la herencia islámica en el marco de la cultura política hispánica (hasta la industralización plena de España en 1960/1970). Definió mentalidad como aquella realidad fluida, que puede ser intuida fácilmente, pero que es difícil de determinar científicamente. (Cf. Americo Castro. La realidad histórica de España. México 1973, p.145)

3 Sobre esta temática hay una profusa y tediosa literatura postmodernista, que, aunque muy exitosa como moda intelectual, no contribuye para nada a la expansión de un conocimiento crítico. Cf. por ejemplo: William Rowe / Vivian Schelling, Memory and Modernity. Popular Culture in Latin America. Londres: Verso 1991; Ofelia Schutte, Cultural Identity and Social Liberation in Latin American Thought. New York: State University of New York Press 1993; Birgit Scharlau (comp.). Lateinamerika denken. Kulturtheoretische Grenzgänge zwischen Moderne und Postmoderne (Pensar América Latina. Transiciones teórico-culturales entre la modernidad y la postmodernidad). Tübingen: Narr 1994.

4 Peter Waldmann / Georg Elwert. Einleitung (Introducción), en: Waldmann / Elwert (comp.). Ethnizität im Wandel (Etnicidad en cambio). Saarbrücken: Breitenbach 1989, p. 11.

5 Cf. diversas perspectivas del proceso de globalización: Wolfgang Sachs (comp.). Wie im Westen, so auf Erden, Ein polemisches Handbuch zur Entwicklungspolitik (Como en Occidente, así en toda la Tierra Un manual polémico sobre la política de colaboración a desarrollo). Rembek: Rowohlt 1993; Stiftung Entwickluiig und Frieden(comp.),Globate Trends Daten zur Weltentwicklung (Tendencias globales Datos del desarrollo mundial). Bonn/Düsseldorf 1991; Wolfgang Hein. Die Neue Weltordnung und das Ende des Nationalstaates (El nuevo orden mundial y el fin del Estado nacional), en: NORD-SUD-AKTUELL [Revista del Instituto de Estudios de Ultramar de Hamburgo], vol. VII (1993), Nº 1, pp. 50-59

6 Sobre el proceso de democratización existe una literatura muy abundante. Cf. entre otros: Larry Diamond (comp.), Political Culture and Democracy and developing Countries. Boulder/London: Westview 1993; Larry Diamond/Juan J. Linz/Seymour Martin Lipset (comps.). Democracy in Developing Countries. Boulder/London: Westview 1989 (varios volúmenes); Guillermo A. O'Donnell et al. (comp.), Transition from Authoritarian Rule: Tentative Conclusions about Uncertain Democracies Baltimore/London: Jhons Hopkins U.P. 1986 (varios volúmenes), Rainer Tetzlaff. Demokratie und Entwicklung als universell gultige Normen? Chancen und Risiken der Demokratisierung in der auBereuropäischen Welt nach dem Ende des Ost-West-Konflikts (Democracia y desarrollo en cuanto normas válidas universalmente? Oportunidades y riesgos de la democratización en sociedades no occidentales después del fin del conflicto Este-Oeste), en: Carl Böhret/ Göttrik Wewer (comp.). Regieren im 21. Jahrhundert -- zwischen Globalisierung und Rationalisierung (Gobernar en el siglo XXI - entre la globalización y la racionalización),Opladen/Budrich 1993, pp. 79-108; Kenneth E. Bauzzon (comp.). Development and Democratization in the Third World: Mvths, Hopes, and Realities. Washington 1992

7 Cf. el debate: Kurth Sontheimer. Wertewandel in Gesellschaft und Politik. Stichworte zur Diskussion (Mutación de valores en la sociedad y la política. Elementos para la discusión), en: Zukunftswerkstatt II. Ein interdisziplinäres Diskussionsforum (Taller del futuro II. Un foro interdisciplinario de discusión), Sankt Augustin: Konrad-Adenauer-Stiftung 1994, pp. 2-12; Ernst Peter Fischer, Besser nicht! Der technische Fortschritt -- unvermeidbar und unvorhersehbar (Mejor no! El progreso técnico -- inexorable e imprevisible), en: ibid.. pp. 13-28

8 Cf. Guillenno Bonfil Batalla. Identidad y pluralismo cultural en América Latina. San Juan de Puerto Rico: CEHASS 1992; Silvia Rivera Cusicanqui. Oprimidos pero no vencidos. La Paz: HISBOL 1986; Steve Stern (Hrsg.), Resistance, Rebellion and Consciousness in the Andean Peasant World, Madison: Wisconsin U.P. 1987; Xavier Albó. La cara campesina e india de nuestra historia. La Paz: CIPCA 1990: Xavier Albó (comp.). Raíces de América. El mundo aymara. Madrid: Alianza/UNESCO 1987.

9 Cf. Gonzalo Rojas. Hacia una reformulación del concepto de hegemonía desde los Andes, en: AUTODETERMINACION (La Paz), Nº6/7, vol. 1988; Javier Hurtado. El katarismo, La Paz: HISBOL 1986: Joaquín Saravia/ Godofredo. Sandoval, Jach'a Uru - la esperanza de un Pueblo? . La Paz: I.L.D.I.S. ICEP 1991.

 

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