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Temas Sociales
versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720
Temas Sociales no.20 La Paz 1998
ESTUDIOS TEÓRICOS
REFLEXIONES SOBRE ALGUNOS ASPECTOS DEL PENSAMIENTO DE POPPER
Beatriz Nápoli Longo (*)
(*) Docente - Investigadora de la Carrera de Sociología de la U.M.S.A.
1. Concepto de falsabilidad
A partir de preguntarse por lo que debemos entender por ciencias empíricas el objetivo de Popper será plantear y analizar el método que considera más adecuado para el estudio de las mismas. Al respecto dirá , que la tesis de mayor aceptación, con la cual no está de acuerdo, es la que considera que las ciencias empíricas son aquellas que emplean los llamados "métodos inductivos".
Retomando la crítica de Hume a la inducción, afirmará que no es posible inferir la verdad de un sistema teórico a partir de la verdad de enunciados singulares, por lo cual la verificabilidad no constituye un criterio apropiado para distinguir los enunciados de las ciencias empíricas de otros enunciados. En su lugar planteará la falsación como criterio de demarcación y el método deductivo de contrastación que permite seleccionar aquellas hipótesis científicas que han superado, por el momento, los intentos de refutación.
El problema de la inducción se conoce como el problema de Hume, quien puso de manifiesto, según Popper, la "contradicción que existe entre afirmar que la verdad o falsedad de un enunciado científico sólo puede decidirse a través de la experiencia y la inadmisibilidad del razonamiento inductivo" (Popper, 1985, 41) Esta contradicción planteada por Hume, pero no resuelta, es uno de los problemas fundamentales al que debe enfrentarse el empirismo.
En su obra Conocimiento objetivo, Popper plantea que la teoría del sentido común sostiene que no hay "nada en el intelecto que no haya pasado antes por los sentidos", a pesar de lo cual los hombres esperan y creen en las leyes naturales, en las teorías, es decir en ciertas regularidades y esto se justifica por la observación reiterada de dichas regularidades.
Hume, dice Popper, se planteó el problema de si nuestras creencias estaban suficientemente justificadas. En la perspectiva de Popper, este interrogante encierra simultáneamente dos preguntas: una lógica y otra psicológica.
El problema lógico consiste en responder a la pregunta si a partir de casos reiterados de los que tenemos experiencia podemos justificar mediante el razonamiento otros casos de los que no tenemos experiencia. Al respecto, Hume consideró que por grande que sea el número de repeticiones no podemos justificar esta conclusión.
Sin embargo, esperamos que los casos que no conocemos sean semejantes a aquellos de los que tenemos experiencia. La pregunta psicológica es ¿por qué confiamos tanto en la experiencia ? Hume responderá, por las observaciones reiteradas y la asociación de ideas, por costumbre o hábito.
La conclusión de Hume, según Popper, es que la reiteración como argumento en el plano lógico carece de valor, pero domina nuestro entendimiento, nuestra vida cotidiana. ámbito en el cual la razón jugaría un papel secundario; conclusión irracionalista que al decir de Russel "representa la bancarrota de la racionalidad del siglo XVIII".
Popper insistirá en distinguir estos dos problemas, el lógico del psicológico, dado que resuelto el problema lógico, por el principio de transferencia, su solución se aplica al ámbito psicológico, con lo que se elimina la irracionalidad del planteamiento de Hume.
Es decir, puesto que Hume está en lo cierto al indicar que, desde un punto de vista lógico. no existe inducción por repetición, aplicando el principio de transferencia, tampoco puede haber tal cosa desde el punto de vista psicológico. Por tanto, en ningún caso se justifica la inducción por repetición.
En La lógica de la investigación científica, plantea que lo que llamamos inducción es un procedimiento que a partir de enunciados singulares infiere enunciados universales, es decir, que de descripciones, resultado de observaciones, pasa a hipótesis o teorías.
Popper afirmará que es imposible que a partir de enunciados singulares, por elevado que sea el número de observaciones que hagamos, podamos inferir un enunciado universal. Esto sólo sería posible si pudiésemos observar todos los hechos pasados, presentes y futuros, porque nada puede aseguramos que una conclusión, resultado de observaciones presentes, no sea un día falsa.
Lo que se cuestiona es si están justificadas las inferencias inductivas y si es así, bajo que condiciones podrían ser válidas. Es decir, cómo justificamos la verdad de enunciados universales a partir de enunciados singulares.
Para los defensores de la inducción la verdad de los enunciados universales se sabe por experiencia , es decir, que la verdad del enunciado universal puede reducirse a la verdad de enunciados singulares los que si conocemos por experiencia.
En defensa de la inducción se han esgrimido diversos argumentos. Una manera a través de la cual se intentó justificar las inferencias inductivas fue plantear un principio de inducción, un principio con cuya ayuda pudiésemos presentar dichas inferencias de forma lógica. Este principio de inducción, dirá Popper, no puede ser una verdad puramente lógica, es decir una tautología o un enunciado analítico, debe ser un enunciado sintético, es decir, un enunciado cuya negación pueda ser lógicamente posible. Este principio de inducción tiene que ser un enunciado universal y para justificarlo debemos recurrir a inferencias inductivas, pero para justificar éstas debemos suponer un principio de inducción de orden superior y así al infinito.
A fin de resolver este problema de regresión al infinito, Kant planteó que el principio de inducción (principio de causación universal) era válido a priori. lo que equivale a admitir la existencia de enunciados sintéticos a priori. La pregunta que Popper se hace es ¿cómo son posibles los juicios sintéticos a priori, dado que los enunciados sintéticos se sustentan en la experiencia y, por tanto, pueden ser verdaderos o falsos?.
Algunos autores, como Reichenbach, sostuvieron que las inferencias inductivas son inferencias probables, es decir que no siendo absolutamente válidas pueden alcanzar cieno grado de probabilidad cuyos límites inferior y superior. imposibles de alcanzar, son la verdad y la falsedad.
Según Popper esta solución no resuelve el problema, ya que para asignar cierto grado de probabilidad a un enunciado basado en la experiencia empírica se debe recurrir a un principio de inducción modificado, que a su vez habrá de ser justificado y así al infinito. Su conclusión es que cualquier lógica inductiva nos lleva in'emediablemente a una regresión al infinito o a la aceptación del apriorismo de Kant.
Los inductivistas criticaron a Popper en el sentido que al rechazar la inducción desaparecían los criterios que permiten delimitar y distinguir la ciencia de la pseudo ciencia. En este sentido, Popper argumentará que precisamente la lógica inductiva no constituye un criterio de demarcación que permita reconocer el carácter empírico de una teoría y al rechazar la lógica inductiva rechaza también cualquier intento que por esta vía pretenda resolver el problema de la demarcación.
El criterio de demarcación propio de la lógica inductiva. "el dogma positivista", es el de verificabilidad, es decir, que sea posible tanto verificar como falsar las teorías. Popper sólo admitirá un criterio de demarcación, el que permita falsar las teorías sometiéndolas a contras-tación empírica a través de enunciados singulares derivados de dicho sistema; este criterio será el de falsabilidad. Lo que exigirá de un sistema teórico para considerarlo empírico es que sea posihle refutarlo a través de la experiencia.
La propuesta de Popper se basa en la asimetría entre verificabilidad y falsabilidad, en el sentido que la verdad de los enunciados universales no puede derivarse de la verdad de los enunciados singulares, pero sí es posible de la verdad de estos últimos establecer la falsedad de los primeros.
Una hipótesis, dirá Popper, puede ser contrastada empíricamente una vez que ha sido fonnulada. Es decir, presentada una hipótesis provisional, a través de la deducción lógica, se extraen conclusiones de ella. Dichas conclusiones son las que deben ser contrastadas empíricamente, para lo cual deben cumplirse determinados pasos.
En primer lugar, debe probarse la coherencia interna del sistema a través de la comparación lógica entre las conclusiones; en segundo lugar, debe establecerse si estamos frente a una teoría empírica o una tautología a través de analizar la forma lógica de la teoría propuesta; en tercer lugar, es necesario comparar la teoría propuesta con otras existentes a fin de constatar si implica algún adelanto en relación al conocimiento que se tiene en ese momento; cumplidos estos pasos recién estamos en condiciones de contrastarla empíricamente a través de las conclusiones que hemos deducido de ella.
Lo que Popper nos propone es que a partir de un sistema de hipótesis se deduzcan enunciados singulares a contrastar empíricamente; si estos enunciados singulares resultan verificados, la teoría o hipótesis de la cual han sido deducidos ha pasado, exitosamente la contrastación por el momento. No está infiriendo la verdad de la teoría, dado que observaciones posteriores podrían demostrar su falsedad, sólo nos plantea que no tenemos, repito, por el momento, argumentos para rechazarla.
Por el contrario, si los enunciados singulares deducidos de la teoría son falseados, lógicamente la teoría resuIta falsa. Un sólo caso en que los enunciados resulten falseados es suficiente para declarar falsa la teoría, al contrario nunca existirá un número suficiente de pruebas ha favor que me permita afirmar la verdad de la teoría, ni en términos de su probabilidad, sólo podré afirmar que ha demostrado su temple y por el momento ha sido corroborada.
Manuel Albendea afirmará que "el criterio de demarcación (que Popper plantea), se convierte al mismo tiempo en instrumento metodológico de veracidad científica, de tal manera que las proposiciones que no pueden someterse a él no sólo han de ser rechazadas como proposiciones científicas, sino que también las proposiciones que no sean corroboradas por tal método... aparecen como falsas" (Albendea, 1970,70).
La teoría convencionalista ha objetado el plallteamiento de Popper en el sentido que los sistemas teóricos si bien no pueden ser verificables, tampoco podrían ser falsables, debido a que siempre es posible encontrar la forma de salvar una teoría, por lo cual la distinción entre teorías falsables y no falsables sería ambigüa.
La única forma de enfrentar el convencionalismo, sostendrá Popper, es tomar la decisión de no tratar nunca de salvar una teoría que se ve amenazada. para lo cual es menester adoptar ciertas regias metodológicas. Para Popper hay dos estratagemas convencionalistas importantes que debemos evitar: la primera, introducir una hipótesis auxiliar ad hoc; la segunda, modificar las definiciones explícitas.
En relación a las hipótesis auxiliares que pueden introducirse sólo se admitirán aquellas que aumenten el grado de falsabilidad, lo que implica que si el grado de contrastabilidad aumenta, el sistema teórico prohibe m,ís. Respecto a las definiciones que dan sentido a los conceptos pueden permitirse cambios, pero el sistema tendrú que ponerse a prueba como si fuese nuevo. En el caso de los conceptos no definidos no podremos alterar aquellos cuyo sentido esté fijado por el uso.
Podríamos decir que para Popper, las ciencias empíricas son sistemas de conjeturas o hipótesis provisorias. Todo sistema de hipótesis o conjeturas ha de ser falsable, ha de distinguir con claridad entre los enunciados singulares compatibles, es decir, que establecen lo que el sistema permite y los que son incompatibles. o sea, que expliciten lo que prohibe. En otras palabras ha de existir al menos una clase no vacía de enunciados búsicos prohibidos por el sistema teórico.
Es necesario aclarar que un enunciado básico, es un enunciado singular que sirve de premisa a una falsación empírica; es un enunciado que describe un acontecimiento. Por tanto lo que está planteando Popper al decir que la clase de los posibles falsadores de una teoría no sea una clase vacía, es que la teoría debe excluir explícitamente ciertos acontecimientos posibles. de manera que si dichos acontecimientos se dieran la teoría quedaría falsada.
Desde mi punto de vista, y a partir de las lecturas realizadas, considero que la crítica de Popper a la inducción, que ya había sido planteada por Hume, es contundente. Es indiscutible que a partir de enunciados singulares no podemos inferir enunciados universales, o dicho en otras palabras, de la verdad de enunciados búsicos derivados del sistema de hipótesis no puedo afirmar la verdad del mismo.
Lo que no podría afirmar tajantemente es que resuelva el problema, y para ejemplificar mi duda me referiré a dos aspectos fundamentales que pienso no cstún planteados con claridad. El primero. se relaciona con el status científico de los enunciados básicos; el segundo, con la posibilidad de seleccionar una teoría que dé cuenta de un conjunto de acontecimientos, entre todas las explicaciones compatibles con dichos acontecimientos, no recurriendo a principios epistemológicos no empíricos.
Con respecto a los enunciados básicos, en el proceso deductivo desde las hipótesis hacia la contrastación dónde debemos detenemos, es decir, si los enunciados básicos son argumentos científicos, de acuerdo con el criterio de demarcación que propone Popper, deberían ser falsados, lo que de hecho nos lleva a una regresión al infinito. Queriendo evitar esta regresión, Popper, propone que los enunciados básicos se acepten como resultado de un acuerdo, y en este sentido son convenciones que se asumen al interior de la comunidad científica, no arbitrarias ya que se llega a ellas a través de un procedimiento reglado.
Aunque existan reglas para establecer estas convenciones esto implicaría que las falsaciones no son definitivas, ya que para establecer el carácter definitivo de la fa[sación deben establecerse con carácter definitivo los propios enunciados básicos. Dado que esto es imposible no podemos hablar de refutación estricta de una teoría, ya que los resultados experimentales pueden ponerse en duda. Si los enunciados básicos son de naturaleza tentativa, son convenciones no falsables, ¿se estaría cuestionando la base empírica de la ciencia como no científica?
En relación al segundo problema, Miguel Boyer, planteará que para Popper "la probabilidad lógica, absoluta o previa de una ley universal es cero" (Boyer, 1970. 153), es decir, las hipótesis científicas son improbables a priori por más evidencia empírica que tengamos. Por tanto, dirá Popper, la selección de un sistema de hipótesis debe basarse en un criterio distinto al de su probabilidad; propone la noción de "grado de corroboración" que se refiere a la dureza de las contrastaciones a las que se ha sometido a una teoría. (Boyer, 1970. 154)
Según Boyer, Popper estaría sustituyendo el método de selección de hipótesis propuesto por el inductivismo. basado en el mayor ajuste en relación a los hechos conocidos, por el de mayor grado de contrastabilidad que resulta ser mayor cuanto más vulnerable y más improbable es a priori la teoría .
Boyer planteará que para elegir una teoría parece imposible no tomar en cuenta ciertos principios epistemológicos no empíricos. Agregará que cuando Popper dice "No preferimos toda teoría refutada, sino la que nos parece mejor a la crítica, la mejor contrastada o aquella para la cual conjeturamos o esperamos que se mantendrá en ulteriores pruebas" , está reemplazando el principio de inducción por una vaga intuición intersubjetiva de los físicos. (Boyer, 1970, 159) La pregunta sería, ¿en qué se basa Popper para suponer la vigencia futura de la teoría elegida?
2 Aspectos políticos de la epistemología
Abordar los aspectos políticos que subyacen el planteamiento epistemológico de Popper, requiere de un profundo conocimiento de la obra de este autor, que es necesario reconocer que no tenemos. Es por esto. que nuestro propósito se restringe a analizar el artículo de Jorge Vergara «Popper y la teoría neoliberal».
En dicho artículo, el autor nos plantea que su objetivo es establecer la relación entre el planteamiento de Popper y el individualismo liberal contemporáneo, no sólo a fin de demostrar las coincidencias de Popper con el neoliberalismo sino, fundamentalmente, la influencia de este autor en la estructuración de dicho pensamiento.
Para comprender el discurso de Vergara es menester tener en cuenta, el planteamiento de Popper en dos planos diferentes. Uno, el de La lógica de la investigación científica, al que nos hemos referido en la primera parte del trabajo y, otro, el de obras como La miseria del historicismo y La sociedad abierta y sus enemigos.
En este sentido, antes de abordar el trabajo de Vergara, nos referiremos brevemente a lo que consideramos son los objetivos de La miseria del historicismo, donde el discurso ideológico subordina el rigor teórico y la precisión conceptual, al punto de desconocer en ella al autor de La lógica de la investigación científica.
La tesis fundamental de la obra, planteada ya entre los años 1919 a 1920, afirma que es imposible creer en un destino histórico, dado que no existe un método científico o racional que permita predecir el curso de la historia humana. Si bien a través de la obra se destaca la importancia del historicismo, su análisis se dirige fundamentalmente a demostrar su lógica "engañosa" y su debilidad.
Popper entiende por historicismo "un punto de vista sobre las ciencias sociales que supone que la predicción histórica es el fin principal de éstas, y que supone que este fin es alcanzable por medio del descubrimiento de los "ritmos" o los "modelos", de las leyes o las tendencias que yacen bajo la evolución de la historia" (popper, 1973. 17).
En la obra analiza y critica tanto corrientes antinaturalistas como pronaturalistas, distintas y aún contradictorias, pero que forman parte de este particular punto de vista que ha denominado historicismo y que considera son las responsables de la precariedad en que se encuentran las ciencias sociales.
Según Popper, los cientistas sociales se preocupan fundamentalmente de los problemas del método teniendo siempre como referente el método de las ciencias naturales, especialmente, la física. Los fracasos en el campo de las ciencias sociales llevaron a cuestionar la pertinencia de la aplicación de los métodos de la física, en función al objeto de estudio de las ciencias sociales diferente al de las ciencias naturales.
Es a partir de la toma de posición frente al problema del método que Popper, designará como pronaturalistas o positivistas a aquellos que están a favor de aplicar el método de la física, y de antinaturalistas o negativistas a los que asumen una posición en contra. La postura que se adopte al respecto, dice, depende de la caracterización que hagamos de las ciencias sociales y de su objeto; pero, fundamentalmente, de como se conciba el método de la física. Los malentendidos al respecto están presentes tanto en las corrientes antinaturalistas como en las naturalistas.
Popper reconoce que en La miseria del historicismo no consigue refutar realmente el historicismo y que recién en escritos posteriores, sobre todo en el capítulo sobre el Indeterminismo que forma parte del Postcriptum, logra demostrar la imposibilidad de predecir el futuro de la historia por razones estrictamente lógicas y plantea cinco proposiciones que resumirían sus avances más recientes.
En primer lugar afirmará que "El curso de la historia está fuertemente influido por el crecimiento de los conocimientos humanos"; por tanto, "No podemos predecir por métodos racionales o científicos el crecimiento futuro de nuestros conocimientos". De esta segunda proposición se desprende que "No podemos, ... predecir el curso futuro de la historia humana", lo que lleva a afirmar "... que hemos de rechazar la posibilidad de una historia teórica" y , por tanto, "La meta fundamental de los métodos historicistas está mal concebida" (Popper, 1973, 12).
Las cinco proposiciones guardan entre sí una coherencia lógica impecable, siempre y cuando no cuestionemos la primera que, como el propio Popper plantea, es una premisa que debe ser aceptada por todos. La primera proposición es correcta al afirmar que el desarrollo del conocimiento influye en el desarrollo de la historia; pero si bien esto no puede negarse. tampoco lo contrario, que las condiciones históricas de producción de un discurso marcan y dejan su huella en él, entendiendo por condiciones históricas no sólo los acontecimientos sino las condiciones teóricas, políticas, ideológicas y culturales.
Si bien en esta primera proposición. Popper relativiza la intluencia del conocimiento (no afirma que determina sino que influye fuertemente), en su crítica a autores como Platón, hay un desconocimiento total del contexto histórico, del horizonte desde el cual se emite el discurso que analiza. De la misma manera juzga a Aristóteles, Hegel. y en especial a Marx, descalificándolos porno seguir criterios racionalés para analizar los aconrecimientos históricos y plantear profecías respecto al destino de la humanidad. Popper no los critica a partir de ubicarlos en su contexto histórico sino en función a si tuvieron razón o no. Como afirma Miro Quesada, "Lo malo es que en épocas diferentes de la nuestra, era imposible que tuvieran razón tal como creemos tenerla nosotros" (Miró Quesada, 1992, 50) En la práctica hay en Popper una negación absoluta de las condiciones históricas en relación a la producción de los discursos.
Si aceptamos la primera proposición, es coherente, desde la propuesta popperiana, plantear que no podemos, a partir de los conocimientos del presente, anticipar lo que sabremos mañana; ningún científico, mediante métodos científicos, puede prever el crecimiento del conocimiento. Si aceptamos, en los términos de Popper, que la teoría es un conjunto de hipótesis provisorias o conjeturas, que ha resislido hasla el momenlo múltiples contrastaciones y que puede ser falsada posteriormente; por tanto sus predicciones son válidas hasta ser refutadas y reemplazadas por otras.
De las proposiciones uno y dos se derivan lógicamente las tres restantes, dado que si el conocimiento influye en el desarrollo de la historia y no podemos predecir el crecimiento del conocimienlo, no podemos, por tanto, predecir la historia humana y no cabría la posibilidad de ninguna teoría histórica que permita la predicción, que permita afirmar que existe una direccionalidad.
La pregunta pertinente es qué entiende Popper por predición. En el campo de las ciencias sociales no hablamos de leyes sino de tendencias o leyes tendenciales (algo que Popper no aceptaría) y la tendencia encierra precisamente la posibilidad de que no se cumpla, por el alto grado de contingencia que presentan los fenómenos sociales; porque dependen de la acción voluntaria de los hombres, de la libertad humana, por tanto no hay un destino ineluctable.
Frente a una obra como La miseria del historicismo, no se puede eludir la pregunta sobre el objetivo de Popper al escribirla, y no creo que sea incorrecto afirmar que su objetivo, más que teórico, es político-ideológico. En este sentido, su crítica al historicismo a través de una diversidad de autores, encubre, como muy claramente lo expresará en La sociedad abierta y sus enemigos, el objetivo de demostrar la perniciosa influencia que el pensamiento historicista ha tenido sobre la filosofía de la sociedad y de la política desde Heráclito y Platón hasta Hegel y Marx, como basamento de los totalitarismo, sean estos fascistas o comunistas en nombre de un Destino Humano.
Creo que la tesis de Jorge Vergara , acerca del aporte del pensamiento de Popper a la teoría neoliberal, permite entender el sentido y el objetivo tanto de La miseria del historicismo como de La sociedad abierta y sus enemigos y los aspectos políticos de la epistemología de Popper.
En su artículo, Vergara, comienza exponiendo lo que ha denominado el paradigma neoliberal y a través de la estructura de esta teoría irá planteando los vínculos entre el pensamiento de Popper y el de Hayek, para finalizar con un breve comentario crítico.
El paradigma neoliberal, es decir el conjunto de principios que constituyen su eje teórico, comprende un supuesto general y varios supuestos en relación a la concepción sobre la realidad, la sociedad y la política, el Estado y la democracia.
El supuesto general plantea que "la realidad es la agregación de elementos relacionados externamente", visión atomista que considera la realidad como la suma de elementos cuya relación es de exterioridad. No presupone el concepto de totalidad a no ser en el sentido restringido de suma de partes.
Sobre este supuesto funda Popper el individualismo metodológico, que rechaza toda explicación de los fenómenos humanos en función de los colectivos, los cuales, dice, deberán ser siempre analizados a través de las acciones de los individuos. Sobre este supuesto general se basará el paradigma neoliberal, y en estrecha vinculación el planteamiento de Popper.
En relación a la concepción sobre el hombre, el paradigma planteará que "cada hombre es un individuo propietario de si y de sus bienes", principio del individualismo posesivo que postula que tanto la identidad, como la vida social y el derecho humano, se basan en el derecho de propiedad.
Hemos señalado que en Popper el individualismo es un concepto eje, siendo el Estado, las clases, sólo abstracciones y, por tanto, impensables. Vergara hace notar que el individualismo posesivo en Popper sólo se infiere a través de su defensa de la teoría neoliberal.
Un segundo supuesto que define al neoliberalismo, es su afirmación sobre el hombre como un ser de normas y tradiciones. Es una característica del neoliberalismo que "el hombre es un animal que respeta reglas"; las normas y los hábitos en el comportamiento son priorizados como característica fundamental . En este sentido Popper dice que las reglas no sólo constituyen la tradición sino que son el fundamento del orden social. Como destacará Vergara, se trata de una concepción eminentemente conservadora.
Uno de los supuestos en los que se presenta con más claridad la influencia de Popper es en el concepto de razón como"abstracta e instrumental y no puede (por tanto ) determinar fines" El concepto de razón en el planteamiento popperiano, es un concepto logística del cual se han separado los aspectos psicológicos, históricos y sociales, que constituirían formas de ¡rracionalismo.
La razón se concibe como una capacidad subjetiva que permite la adecuación de los medios a un fin determinado y su capacidad instrumental es dada por el uso de la información disponible para la obtención de dicho fin. Este es uno de los aportes más importantes de Popper sobre el que se edifica su concepción científica de la política.
Para Popper es imposihle concebir un conocimiento ilimitado, "el conocimiento social es siempre limitado". Si tenemos en cuenta su postura frente a la ciencia, este principio funda su concepto de la teoría como un sistema de hipótesis y conjeturas falsables, al mismo tiempo que sustenta su rechazo a la planificación, su crítica al historicismo y a la ingenería utópica.
Otro de los postulados búsicos del neoliberalismo se basa en la desigualdad natural de los hombres: la igualdad política se expresa ante la ley y el mercado. Coherente con el principio del individualismo posesivo, los hombres son sólo libres para comprar. El derecho de propiedad no podría concebirse sin este postulado de igualdad ante el mercado pero, que implica la desigualdad tanto económica como social. Popper compartirá esta idea de igualdad jurídic¡ como necesaria para el funcionamiento del mercado.
Un aspecto interesante vinculado estrechamente con lo que mencionamos es que "la libertad es abstracta sólo individual y negativa. Hayek definirá al neoliberalisme como una "filosofía de la libertad", pero la libertad será para este autor equiparable a la libertad económica que permite entrar, o no, en determinadas relaciones contractuales. Popper planteará un concepto más amplio de libertad que incluye al ámbito político y científico, pero que en el plano político será una libertad que se expresa en el derecho a votar, que no implica ninguna participación real en la toma de decisiones, así dará prioridad a la libertad económica en cuanto la competencia es el requisito para el funcionamiento de una sociedad abierta.
A partir de los postulados planteados acerca del hombre analizaremos los supuestos, que plantea Vergara, en relación a una teoría de la sociedad. De la concepción del hombre, la sociedad no puede ser sino "sólo el nombre del conjunto de intercambios entre los individuos, pero es también un sistema de tradiciones homogéneas", lo que se presenta como contradictorio.
Popper considera la sociedad abierta como un conjunto de individuos, basada en relaciones como la división del trabajo, el intercambio de bienes y la competencia, en oposición a la sociedad cerrada, en la cual sus miembros se relacionan a través del parentesco, la convivencia y la participación equitativa. A pesar de sus diferencias ambos tipos de sociedades se definen como un sistema de tradiciones. Se parte de que las tradiciones son importantes y su función consistiría en imponer un orden a la sociedad. Al respecto, Vergara, dice que «es un intento en Popper de conciliar racionalismo y tradicionalismo en una teoría racional de la tradición».
Otro de los postulados en relación a la sociedad tiene en Popper una estrecha coherencia con su crítica al historicismo. El supuesto plantea que "la historia no tiene sentido, sin embargo es el desarrollo y lucha entre la sociedad cerrada o colectivista y la sociedad abierta o individualista". En este postulado podemos distinguir dos niveles de análisis. Uno de tipo epistemológico sobre el sentido de la historia, claramente expuesto por Popper: la historia no tiene significado pero, agrega, es posible darle un significado introduciendo en ella finalidades y sentidos; es decir podemos atribuírselo subjetivamente.
Como muy bien apuntan Schuster y Goldman, citados por Vergara, existirían significados no sólo subjetivos sino objetivos, resultados de la producción social de los acontecimientos, lo que expresaría una visible contradicción en el planteamiento de Popper.
Lo que llama la atención es que frente a esta afirmación de una ausencia de sentido en la historia, Popper nos plantee una interpretación de la historia que se desenvolvería desde las sociedades cerradas hacia las sociedades abiertas. Ya hemos planteado las características de estos dos tipos de sociedades, a lo que habría que agregar que la distinción entre ambas descansa en la naturaleza de las leyes que las rigen. Las sociedades cerradas se rigen por leyes naturales, recurrentes, inalterables e independientes de la voluntad humana. En oposición, en la sociedad abierta, las leyes son normativas, mandatos y prohibiciones basados en decisiones.
Esta sociedad abierta no es otra que la sociedad capitalista y se constituye en un modelo al que se debe tender. Esta afirmación se manifiesta claramente en uno de los postulados centrales: "la sociedad capitalista contemporánea es la mejor de cuantas han existido y es insuperable". Como todo modelo, esta concepción dualista de las sociedades, implica una carga valorativa, además de cerrar la posibilidad de otro tipo de sociedad.
Esta opción por la sociedad abierta, afirma Vergara, tiene por lo menos dos consecuencias importantes. Una, es que siendo la mejor sociedad entre las que han existido, cualquier intento de transformarla no sólo es una utopía sino un peligro que puede retrotraernos a la barbarie; otra consecuencia, es el rechazo al socialismo.
En relación al primer aspecto es evidente su vinculación con la crítica popperiana al historicismo, que al afirmar la existencia de "leyes históricas inexorables", lo lleva a plantear profesías que no pueden ser falsadas y por tanto carecen de todo status científico. En cuanto a la segunda consecuencia, Popper considera al socialismo una sociedad colectivista y una regresión respecto al desarrollo alcanzado por la sociedad abierta.
El último supuesto sobre la teoría de la sociedad afirma que el mercado es el único ordenamiento económico y la planificación es imposible. El mercado es el centro de la concepción neoliberal. es el único sistema que protege la libertad económica, y es el úmbito democrático por excelencia, por lo cual cualquier intervención sobre los mercados alteraría su funcionamiento disminuyendo su eficacia.
La contribución más importante de Popper es su tesis de que las leyes que rigen el mercado son leyes naturales propias de la sociedad. Aquí nos enfrentamos a una abierta contradicción ya que la sociedad abierta se distingue por las leyes normativas en oposición a las leyes naturales que caracterizan la sociedad cerrada. La contradicción la explica Popper indicando que las leyes sociales no son siempre impuestas por el hombre, existiría otro tipo de leyes naturales que están presentes en la sociedad abierta y son las que regulan el mercado.
A partir de la concepción del mercado y de la imposibilidad ilimitada del conocimiento humano, la teoría neoliberal consecuentemente rechaza cualquier tipo de planificación. Para Popper la imposibilidad de la planificación es un problema lógico derivado de la limitación del conocimiento humano, a partir de concebir la planificación inmersa en todo tipo de relaciones humanas.
En relación al intervencionismo estatal su posición aparece más moderada. En nombre de la libertad va a plantear la necesidad del control político sobre el ámbito económico, pero una intervención gradual que no aumente el poder del Estado, postura que al parecer es aceptada por el neoliberalismo como estrategia de ajuste.
Teniendo encuenta los supuestos planteados sobre la concepción del hombre y la sociedad, como se manifiestan éstos en la concepción de la política, el Estado y la democracia en la teoría neoliberal, las dos últimas proposiciones giran precisamente sobre este aspecto.
El supuesto de que "la política es coerción de la mayoría sobre la minoría y debe ser un instrumento de protección de la libertad individual" está vinculada a la concepción de la división de la humanidad entre amigos y enemigos. Posición que no sólo ha sido planteada por Popper sino que también, tiene amplia aceptación dentro de la teoría neoliberal y constituye el primer supuesto para pensar la política. El segundo se basa en la concepción negativa del poder.
El poder es concebido en la teoría neoliberal como coerción que amenaza la libertad individual. Es imposible concebir dentro de esta posición el poder como relaciones de dominación que rebasan el ámbito de lo personal y que puede ejercerse también indirectamente, ni tampoco el poder económico puede verse como una forma de expresión del poder. En la concepción neoliberal el problema se reduce a la amenaza de la libertad individual. que constituye cualquier forma de intervención del Estado como regulador.
En este sentido Popper ha desarrollado una concepción científica de la política basada en una "ciencia social tecnológica". Este proyecto supone la creación de una ciencia social única, libre de toda connotación ideológica. Al respecto, dice Vergara, la ciencias sociales se han desarrollado a partir de una multiplicidad de paradigma, y la historia demuestra que estarían bastante alejadas de la pretensión de Popper.
El último supuesto del paradigma neoliberal se refiere a la democracia como un "método político que debe adecuarse al orden de las tradiciones y reglas sociales", es decir, debe someterse al orden extemo que plantean las normas y las tradiciones y a las exigencias del mercado. Sin embargo, cuando las tradiciones y los valores se ven amenazados el neoliberalismo acepta la intervención autoritaria. Ahí donde se han perdido las reglas que establecen lo que se puede o no se puede hacer, el autoritarismo es legítimo para restablecer o crear nuevas reglas. Se rompe la vinculación entre democracia y régimen político liberal, que ya no van a aparecer como complementos indisoluble.
La democracia para Popper es un mal menor frente a otras alternativas, y la considera sólo como un método político para el cambio de los gobernantes. Un aspecto en que la influencia de este autor es notoria, es el fundamento teórico que da a la concepción de la "democracia protegida", a través de su "paradoja de la tolerancia", que otorga al Estado el derecho de emplear la fuerza en nombre de la razón cuando la razón del Estado es cuestionada, no por la fuerza sino por las ideas.
A través del análisis que realiza Vergara, aunque lo plantea como problema a discutir, aparece clara la ligazón que une el pensamiento neoliberal con el planteamiento popperiano, sustento teórico de los postulados del liberalismo contemporáneo.
Las conclusiones del artículo que hemos venido analizando sintetizan claramente la filosofía social de Popper, que aunque basada, supuestamente en un método científico, se comprende en su verdadera dimensión a partir de una toma de posición política: su defensa de la sociedad capitalista como el mejor sistema y el temor a un cambio que puede sumir a la sociedad en la barbarie. Una concepción del desarrollo de la sociedad. desde las sociedades cerradas hacia las sociedades abiertas, que implícitamente encubre una descalificación de las sociedades precapitalistas, no europeas y socialistas.
Bibliografía
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