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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.16 La Paz  1992

 

ANALISIS DE COYUNTURA

EL NEOLIBERALISMO EN EL MUNDO: LAS CONSECUENCIAS EN BOLIVIA

 

 

Ramiro Rivera Moseoso

 

 


 

 

1. EL VIRAGE DEL MUNDO HACIA EL CAPITALISMO:

La situación actual de Bolivia, y de manera general la de América Latina, responden a un nuevo panorama mundial con profundas transformaciones y donde es menester tomaren cuenta, por una parte, a los cambios acaecidos en el ámbito internacional durante las décadas de los 70 y 80; cambios que están condicionando actualmente el rumbo mundial. Y por otra, es necesario considerar las implicaciones que revisten tales cambios en las estrategias de desarrollo de los paises de América Latina, particularmente en las de Bolivia.

Un primer aspecto a tomar en cuenta en el análisis es el avance del mundo capitalista hacia un sistema económico mundial marcadamente "globalizado", crecientemente centralizado en tomo al aspecto financiero internacional y cuyo control es hegemónico. Es decir, de modo simple, en el período aludido, resulta que todos los paises capitalistas, incluyendo a los ex-socialistas, sin excepciones se están articulando nitidamente en tomo a un núcleo dominante: Estados Unidos - Japón - Europa Occidental, bajo la hegemonía fortalecida del primero, y cuyo control sobre la tecnología de avanzada y el capital financiero es cada vez mayor, casi un virtual monopolio.

La naturaleza que asume la recuperación de la hegemonía capitalista de parte de EE.UU. tiene importancia decisiva porque establece el grado de subordinación a este país de parte de los demás países industrializados y, por ende, los espacios disponibles en la economía mundial para las naciones del "Tercer Mundo", entre éllas las de América Latina.

La evaluación de la capacidad hegemónica de Estados Unidos debe efectuarse de manera integral, sin embargo, existen ciertos niveles particularmente importantes que pueden resultar determinantes y, por lo cual, merecen destacarse. Así, en el ámbito financiero, resulta evidente que la expansión de todo el sistema internacional está liderizada por la banca norteamerica, y por tanto es obvio el hecho de que el dólar haya vuelto a ser la moneda mundial; estos hechos otorgan a la hegemonía norteamericana una fortaleza superior a la que tuvo en el pasado. En el terreno tecnológico, Estados Unidos ha recuperado las posiciones cedidas eventualmente al Japón y algunos paises de Europa Occidental, y actualmente sus niveles de productividad van en constante alza; en consecuencia, los montos presupuestarios asignados a la investigación en sectores líderes (tecnología de punta) lo mismo que en ciencias básicas, es posible que le permitan a mediano plazo preservar la delantera, aunque esta no es ni será nítida por el avance, a la par, que viene logrando el Japón. En el campo militar, su predominio, ahora más que nunca, es incuestionable. De igual modo, la política norteamericana, a partir de la administración Reagan, se ha extendido casi de manera general al interior del sistema en la medida que el andar político nacional está sujeto a imposiciones de tipo económico - financiero.

Si bien así es innegable la recuperación hegemónica por parte de Estados Unidos en el devenir mundial, actualmente ya no sólo capitalista, su vigencia y solidez depende, en gran medida ahora y en un futuro próximo, de las concerta-ciones de políticas, especialmente económicas, establecidas con sus aliados principales; esto es: Europa Occidental y Japón.

De esta manera, la dinámica global del desarrollo se centra claramente en las relaciones Norte-Norte, a tiempo que se advierte una pérdida de capacidad de arrastre de la "locomotora" que representan los paises centrales para la actividad productiva y comercial de los "vagones" periféricos del Sur. Actualmente, la importancia prioritaria está dada al intercambio comercial, financiero, tecnológico y de inversión extranjera directa entre EE.UU., Japón y Europa Occidental, en detrimento de las relaciones con el "Tercer Mundo" y particularmente con América Latina, a excepción de algunos paises, tales como Brasil, México y Chíle (últimamente).

Como una consecuencia, en los últimos años, ha declinado la importancia de América Latina en la Economía Mundial acrecentándose al mismo tiempo su subordinación (dependencia) respecto a EE.UU., dado que es éste quien define los términos de intercambio, deeide los otorgamientos de financiamiento (en relación a la deuda externa) y la transferencia tecnológica, además establece la inversión extranjera directa.

Esta evolución del contexto mundial está asociada a la ya persistente tendencia a la transnacionalización. No obstante, se aprecia un cambio importante en la conducta de las transnacionales: Estados Unidos se transforma en el más importante receptor de inversiones externas; esto, de principio, pone de manifiesto el ostensible deterioro de la América Latina como ámbito de la inversión extranjera.

De modo general, la conducta de las transnacionales reviste un vuelco pronunciado hacia las relaciones Norte-Norte y con énfasis en las tecnologías de punta. De esta manera, no cuentan en mucho para éllas las relaciones Norte-Sur y las actividades que emplean tecnologías convencionales. Además, cuando llega el caso inevitable de vincularse con el S ur, la preferencia por el Asia es clara en perjuicio de América Latina.

De otro lado, consecuentes con los altos niveles que han demostrado las tasas de ínteres y las fuertes variaciones de las tasas cambiarias a nivel mundial, las transnacionales muestran mayor preferencia por los mercados financieros en perjuicio de inversiones productivas de más largo plazo. Y cuando acomenten en este último campo, procuran reducir la parte del capital propio y aumentar el financiamiento via préstamos, e incluso en lo posible, sin un aporte efectivo de capital.

Aparejado a éllo se da otro cambio importante para América Latina consistente en la decisión de la banca norteamericana de disminuir la importancia relativa de sus colocaciones en la región. Ello se debe a que la banca norteamericana apunta a internacionalizar el sistema bancario, a promover su desarrollo hacia Europa y Japón y atenuar los riesgos en los paises catalogados como inseguros.

En síntesis, los cambios importantes registrados al interior del sistema capitalista traslucen que los Estados Unidos persiguen la estructuración de un sistema global de orden liberal en el comercio, en la inversión interna, en los servicios y en las finanzas.

El propósito norteamericano es desarrollar una red densa de interdependencia bajo su hegemonía. En este nuevo contexto, así, será muy difícil el que un país pueda optar por una transformación interna de envergadura y menos aún por una actitud de ruptura con este sistema financiero y económico que se le impone. El ex-bloque soviético ya no puede respaldar, por otra parte, tales propósitos dada su mixogenización obvia.

 

2. EL "AJUSTE ESTRUCTURAL" CONSECUENTE:

Como una consecuencia de las modificaciones generales suscitadas en el orden mundial de los años 80 (tal cual lo apuntaramos supra), los paises de América Latina y el Caribe de manera generalizada actualmente atraviesan su más profunda crisis socio-económica desde la gran depresión de 1.930. Sin embargo, esta crisis no afecta a todos los paises de la región con la misma intensidad; entre los más perjudicados se encuentran aquellos que implementa-ron una mayor apertura comercial y financiera, los que incurrieron en una captación más acentuada de capitales externos para financiar "su desarrollo" y los despilfarraron en "gastos varios", y los que presentaban ya una debilidad estructural muy seria.

Los paises inmersos en esta situación marcadamente crítica, donde se sitúa Bolivia que en sus crisis llegó a conjuncionar todos esos aspectos causales, debieron aplicar políticas de "ajustes" impuestas externamente por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Estas políticas, cuya intensidad y modalidades variaron según las especificidades propias de cada país, significarán en todos estos casos un control del proceso inflacionario a expensas de un relativo estancamiento productivo y, sobre todo, de un elevado costo social.

Y es que los modelos económicos sugeridos por el "ajuste estructural", "Modelos Neo-liberales", se aplicaron en base al fundamento teórico de que la crisis radica en el sobredimensionamiento de las "conquistas sociales" otorgadas a la sociedad en el pasado inmediato por el Estado dadas sus "aventuras intervencionistas" en la economía nacional. Por lo tanto, de manera simple, se suponía que su solución requería del encogimiento de esas conquistas "excesivas" a partir del re-establecimiento del "imperio del mercado". Esto en los hechos, supone la profundización de una forma ya pretérita de desarrollo: una concentración de los ingresos aún más aguda y estricta en ciertos sectores sociales privilegiados y "capaces" de modo tal que constituyan una fuente adicional de acumulación y expansión de la riqueza; la misma que, una vez suficiente, sea mañana el cumplimiento de la "promesa" de compensar, con creces, los sacrificios de hoy hechos por las clases populares.

En la práctica estos modelos, que además sostienen que el problema de la pobreza es una "cuestión anómala" que debe erradicarse o extirparse sin postergar ni reducir el crecimiento económico ni alterar fundamentalmente los rasgos estructurales de la economía y el poder, contienen mayoritariamente propuestas asistencialistas y paternalistas (canalización de recursos de arriba hacia abajo para superar el "umbral de la pobreza") que se encuentran habitual-mente al margen de las políticas y estrategias generales del desarrollo (son un gasto social, no una inversión social).

En consecuencia, el neoclasismo aplicado como una doctrina en la que predominan consideraciones puramente económicas, es un modelo que concentra el progreso técnico generando, consiguientemente, mercados diferenciados de trabajo y de empleo, y accesos diferenciados de los sectores sociales a las instancias constitutivas y expresivas del poder político y a las instancias necesarias de servicios sociales, además de incrementar los desequilibrios sectoriales y regionales. De modo general, estos modelos no satisfacen las aspiraciones de cambio y de participación de las clases populares.

 

3. EL "NEOLIBERALISMO BOLIVIANO" EMERGENTE:

En el caso de Bolivia, estas políticas de "ajuste estructural" esbozadas internacionalmente se trasuntaron internamente en lo que se convino en llamar la Nueva Política Económica, y cuyos objetivos esenciales fueron la liberaliza-ción de la economía nacional y el reordenamiento fiscal. A su logro,en la práctica el gobierno mediante D.S. 21060 intentó reducir el déficit fiscal y disminuir el papel del Estado, a través del D.S. 21137 dispuso la libertad del mercado laboral, y a partir de la Ley 843 estableció la reestructuración del sistema tributario. En los hechos, este paquete de acciones significó, de manera puntual, las siguientes medidas.

- Liberalización del comercio exterior.

- Liberalización del mercado; no más control de precios.

- Liberalización de las tasas de cambio.

- Indexación de las tarifas públicas a un tipo de "cambio oficial".

- Liberalización del mercado de trabajo; implicaba a su vez:

* Reducción de gasto público

* Fijación de salarios

- Reforma tributaria, con el propósito de:

* Controlar el sector informal

* Financiar el gasto corriente a través del Estado. -Etc.

En tomo a estas medidas, estrictamente en la dimensión económica, se puede decir que se han dado a la postre algunos resultados positivos, tales como: el control de la inflación, que implica una relativa estabilidad de la economía; la disminución del déficit del sector público, sobre todo a partir de una reducción de la burocracia y la clase proletaria; la implementación de algunos mecanismos adecuados de control y seguimiento de la liquidez, que significarán un imcremento en el ahorro en divisas y en las reservas internacionales a partir también de tasas de interés reales y positivas; la canalización de nuevos créditos externos, pero en función a los pagos de la deuda externa (un 30% de las exportaciones nacionales); una ~alanza Cambiaría de índole positiva; y, particularmente, la transformación del crecimiento del producto en un indice positivo.

Así vistas las cosas pareciera que tqdo ha ido bien, que el país ha evolucionado positivamente, sin embargo, no es para nada así, sino lo contrario. En efecto, y es que todo lo logrado ha sido a expensas de la reducción drástica de la demanda (enorme costo social) y sin que se produjera un crecimiento importante en la oferta (reactivación económica), lo que significa en última instancia un cierto crecimiento económico pero sin un mínimo desarrollo.

Así, en el caso del país, la satisfacción de las necesidades básicas ha quedado librada al azar, al poder divino o a la buena voluntad (sino, caridad) de organismos internacionales o instituciones no gubernamentales. En consecuen-cía,losniveles demortalidad, morbilidad,analfabetismo y otros similares no han sufrido merma alguna, proporcionalmente hablando y, por el contrario, las tasas de desempleo, subcmpleo, desnutrición así como los índices de promiscuidad y hacinamiento sí han demostrado sustanciales incrementos. La resultante es una situación de extrema pobreza generalizada en que se sume la mayoría de la población (60%).

 

4. LAS "REPERCUSIONES" EN LA SALUD POPULAR:

Estas condiciones de extrema pobreza en que se sume la mayoría de la población nacional, tienen una repercusión muy particular en la salud, física y psíquica, del individuo social que denota un deterioro gradual y creciente durante el periódo, pero, que en los últimos años tiende a acentuarse; este fenómeno es el mayor obstáculo al desarrollo nacional.

Y es que entre los indicadores más precisos para medir las condiciones de vida de una población está la salud. Empero, cabe destacar que las cifras que se manejan al efecto en el país referidas sobre todo a la morbilidad y mortalidad (efectos del deterioro de la salud), no son confiables dada la manipulación con fines políticos de que han sido objeto.

Al margen de ello, objetivamente, existe la convicción generalizada de que el país ha reducido la mortalidad infantil (aún cuando no en la proporción exagerada que señalan las fuentes oficiales), a partir de la política preventiva de salud impresa por el gobierno de la U~D.P. (fines de 1.982), sobre la base estratégica de la Atención Primaria de Salud y la Participación Popular Coges-tionaria.

Es decir, a partir de ésto, la movilización popular por la defensa de la salud, sí, logró un salto cuantitativo y cualitativo en la reducción de la enfermedad y la muerte, particularmente la infantil; fundamentalmente, se elevaron las coberturas de inmunizaciones y, en consecuencia, se atacó frontalmente una de las principales causas de la morbi-mortalidad infantil.

Con posterioridad, este proceso en alguna medida, se mantuvo gracias a la conciencia intemalizada sobre la problemática de parte de la población y a la fortaleza de las organizaciones populares que coadyuvaron en esta labor, y a pesar de la arremetida en contra de la política neoliberal que, tal como dijimos, actúa en desmedro de toda la dimensión social; en el caso de Bolivia, particularmente en contra de la salud y la educación, que a título de ser privatizadas (en pos de una supuesta "mejor atención"), han sido sustraídas del consumo popular.

Las movilizaciones inmunizadoras, así efectivamente coadyuvaron al logro de una mejor salud, sin embargo, ésta, al margen de la infantil (hasta el primer año de vida), ha merecido un fuerte impacto negativo proveniente de factores directamente asociados al deterioro de las condiciones de vida, tales como: la desnutrición, la promiscuidad, el hacinamiento, la carencia de servicios básicos y otras "enfermedades de la extrema pobreza" que ahora asolan al país.

Este impacto en la salud tiene su correlato en el desarrollo, tal como fehacientemente lo demuestran los datos globales del Censo de 1.992 que entre otras cosas, por ejemplo, nos indican que nuestra población crece mínimamente y lo cual, en buenas cuentas, significa que ahora la enfermedad y la muerte se sitúan por encima de los dos años de edad, preferentemente en el tramo de 2 a 6 años (periódo de mayor incidencia no nutritiva), y que responden, luego, directamente a las condiciones miserables de vida que caracterizan a Bolivia.

Es en este sentido que la situación nacional se toma en un problema sumamente preocupante, por cuanto, o bien la población muere a edades muy tempranas fruto de una mortalidad directamente asociada a las precarias condiciones de vida, o bien subsiste en situación de enfermedad constante aquejada por males como la desnutrición que produce efectos irreversibles en los individuos que la detentan y cuya sumatoria social significa, a la larga, verdaderamente un "pueblo enfermo" dado que sus recursos humanos (elemento fundamental para el desarrollo de una sociedad) podrían estar estigmatizados por la retardación mental (idiotez, taradez, etc.) que redundarán aún más en la improductividad económica (problema aún no res.uelto, por otra parte). Es decir, Bolivia en las actuales circunstancias, al no preocuparse por los agudos problemas sociales que confronta, particularmente aquellos relacionados con la salud, estaría dando paso a generaciones futuras caracterizadas por sustentar un deterioro en sus condiciones de salud, física y psíquica, con graves repercusiones en su desarrollo nacional, a la postre.

Luego, así puestas las cosas, es indispensable a la cualificación humana y el aprovechamiento de su conocimiento en la actividad productiva para que se pueda cristalizar el desarrollo nacional, previamente se den condiciones de vida adecuadas o, por lo menos, de satisfacción mínima de sus necesidades básicas. Es decir, requerimos ser un "pueblo sano" para, luego, poder desarrollamos acorde a la evolución mundial. Y ésto supone, de hecho, el cambio del modelo ncoliberal vigente. !Es un imperativo de interés nacional!.

 

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