SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número15LA PROBLEMATICA DE LA NINEZ- BOLIVIANAOCUPACION, ORGANIZACION Y MANEJO DEL ESPACIO POR LOS CHIMANES, MOJENOS- Y YURACARES índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.15 La Paz  1991

 

AVANCES DE INVESTIGACION

 

DE LA REVOLUCION FRANCESA A LA INDEPENDENCIA DE CHARCAS

 

(Criollos e Indígenas en Contrastación)

 

 

Galo Villarreal

 

 


 

 

Introducción

Hablar de la trascendencia mundial de los sucesos delineados en Francia en 1789, es mirar el pasado y comprender la imposibilidad de volatilización en vacío de ideas y acciones que al Viejo Mundo remozaron y mudaron hacia concreciones nuevas a toda la humanidad.

El magnetismo histórico generado por múltiples nuevas y vieJas vertientes de lo que se conoce como "Revolución Francesa", pone también en disputa fosilizadas ideas con otras que las subvierten, que se hacen con el desarrollo de la burguesía y el Estado Capitalista. En el globo terráqueo, originan una configuración particular de sus influencia, acorde a la forma en que se integran a las diferentes sociedades a las que llega.

Bolivia, entonces Real Audiencia de Charcas, fue parte integrante conformadora del Virreinato de Lima y posteriormente, desde el 8 de Agosto de 1776, del Virreinato de La Plata.

Este territorio, su administración y los movimientos sociales presentes aquí, convulsionaron en gran emancipación siendo ya portadoras de la irradiación ideológica de la Revolución Francesa, dejando así de estar abrumados por la Corona Espafiola sus habitantes.

Develar las complejas características de la influencia ideológica de la Revolución Francesa en el período del momento constitutivo de la República Boliviana es objetivo nuestro, que a la vez nos lleva a paradojar con afios furtivos tanto para anhelos de los patriotas como para sus desesperanzas.

Este empeño nos conduce a romper márgenes de simple causalidad en la historia, para trastornarla y recrearla con una interpretación recuperadora de las múltiples determinaciones actuantes y reactantes, confonnadoras de una dinámica dialéctica de hechos y de las ideas que los sustentan, aprehendidos en un concreto del pensamiento que ambiciona comprender y reflejar el concreto real de los inicios del Siglo XIX.

 

1. Cánticos premonitorios y repique de sables

"Los dioses descienden siempre de nubes de oro en las obras de Homero; por eso todavía hoy los pintores los representan sentados en nubes" (Voltaire)l

1.1. La ciclópea monarquía yace sin refugio

Es evidente que los campesinos y artesanos antifeudales integraron el grueso de las fuerzas participantes en las revoluciones burguesas. Tampoco deja de ser menos cierto que los frutos y beneficios de las revoluciones burguesas "cayeron" sobre la burguesía, que fue el nuevo apoderado del poder público.

El surgimiento de la Revolución Burguesa se dio primero sobre los Países Bajos de Europa (Siglo XVI) y sobre Inglaterra (Siglo XVII).

Fueron varios los siglos devenidos hasta que la Revolución Francesa, iniciada en 1789, bulle con fuerte implicación para el derrocamiento del feudalismo y la consolidación del poder de la burguesía en Europa, guillotinando a Luis XVI y a María Antonieta, como si ello trazara el decurso de la historia fecunda de Francia hacia nuevos abruptos, cual antigua galera que mudara remos y velas a nuevas fuentes de emancipación venidera, y acercaran los antigüos instrumentos y movimientos hacia otros revolucionarios, ideológicos, políticos y económicos.

El elemento revolucionario había removido un conjunto de ideas feudales dominantes del período medieval.

No debemos olvidar lo que sobre las "ideas" dijo Marx: "Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época, o dicho en otros términos, la clase ejerce el poder material dominante en las sociedades, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente"2

Es obvio que los revolucionarios franceses mostraron su disposición y acción contra muchos de los medios de "producción espiritual" existentes. Estos participaban en la formación del "poder espiritual" feudal, de los que hacía uso la contrarevolución, entre los cuales estaban los de la Iglesia. Pero, no sólo nos referimos a estos. Marx nos trata de decir que es importante comprender la ideología dominante como la ideología de la clase a la que sirve, no sólo para dominar a otras clases, sino también para constituirse en la clase dominante misma, haciéndoles aceptar como reales y justificadas a las clases existentes, sus relaciones cotidianas. Rebasando así simples encajonamientos litúrgicos del problema ideológico de entonces por ser vasto en sus manifestaciones.

"La Ideología Alemana" nos lleva a repensar los sentidos ideológicos como tantos otros aparatos de dominación comprometidos en el conflicto de las clases sociales; "las obras históricas y particularmente los análisis de las revoluciones conducen a multiplicar dicha interpretación y a mostrar cómo lasluchas ideológicas se articulan con los conflictos políticos y participan en su desarrollo para radicalizarlos, desplazarlos o inhibirlos".3

La Revolución Francesa y la Independencia de Charcas son explosiones históricas de diferentes cualidades y magnitud, que no rehuyen sin embargo, a muchas detenninaciones compartidas en sus movimientos ideológicos.

1.2. España entre la capilla y la ventolera

La irrupción de ideas enciclopedistas es un hecho cultural de importancia que se registra en el Siglo XVIII en España. Ya el monarca español Carlos 111, se mostró entusiasta con la filosofía frnncesa de la Ilustración, lo que le costó enfrentarse, no sin dificultades, con el sistema de privilegios sobre el que se sustentaban el clero y la nobleza. Ya los hechos en Europa no prescinden del patronazgo de la riqueza de una historia labrada sin murallas infranqueables.

España debate su secular mirnda inquisidora sobre un horizonte herético que pareciera ya no preguntarle si se expone o no a la ventolera. El escenario está consumado.

Las nuevas ideas, los nuevos discursos, son alimentados en España desde el seno de las Sociedades de Amigos del País, agrupaciones culturales y artísticas4, rocinantes que no se niegan a obedecer a Don Quijote. Son seguidores de Locke, Voltaire, Rosusseau, Montesquieu, Condillac.

Por tal ¿discordia? algunos serían llamados afrancesados, pero fuera esto cierto o no, relativamente pocos fueron estos entre los que no descorrían su velo de teología escolástica, de grnn importancia entonces, porque la política se había teologizado adecuándose a la visión cristiana del mundo hace ya varios siglos.

Entonces, se podía observar claramente en regiones de Europa que el orden estamental tambaleaba. "El orden social estamental estaba prácticamente enquistado en la cúpula de la iglesia", a la que la burguesía le opuso la razón y tuvo que mostrarse intolerante ante la Iglesia y la ortodoxia (catolicismo)5. No aceptándose así en muchos casos y regiones, juicios no basados en la razón, dando origen a reclamos de libertad intelectual, de enseñanza e investigación.

Todos estos hechos no desdibujan la complicidad (contenida en el fundado vigor de los movimientos libertarios en Charcas) y deuda de la historia con la historia misma. Sobre todo, demarcan sólo los márgenes mínimos y máximos de la influencia de la revolución francesa en América.

1.3. No sólo en Francia se canta La Marsellesa

No se puede ocultar el bosque tras algunos árboles, no se puede mirar la toma de la Bastilla como si configurara toda la Revolución Francesa, no se puede cerrar ojos ante sucesos presentes y precedentes, actores y antecesores del desenlace fasto-anticolonialista de América. No se puede dejar de mirar lo ocurrido como un proceso histórico dinámico.

"Cuarenta años antes de la revolución burguesa de 1789 surgió en Francia un vasto y pujante movimiento, nominado Ilustración, cuyo fin era criticar la ideología feudal, las supersticiones religiosas y combatir por la tolerancia en materia de creencias, por la libertad del pensamiento científico y filosófico".6

La denominada "Revolución Francesa" quebranta así, su temporalidad inmediata, para convertirse en multitudes ilustradas, subversas, girondinas, jacobinas, napoleónicas, etc. Multitudes que en lo factual, materializan sucesos concretos, parte de un contexto en que también sumerge su cuerpo España, mide sus fuerzas con Francias e Inglaterra, pierde, enfrenta o pelea sus dominios coloniales en América.

Hasta el indio americano es portador en su defensa, de argumentos que remontan al Viejo Continente y a las ideas de la ilustración y liberales. El discurso del Inca Yupanqui, en las Cortes de España en 1810, es testimonio de ello7 (aunque sea excepcional el hecho dentro la población nativa andina).

Heraldos con "iluminado" ropaje y blasón, recorren el Nuevo mundo. La emancipación de América se contamina con el rocío antimedieval, los discursos reclutan herejías e intentan transgredir lo medieval.

Entonces, las luchas políticas e ideológicas cobran un nuevo gran vigor con vastas y diametralmente diferentes características, a las luchas que conocemos contemporáneamente.

Ya con Maquiavelo, la política se diferenció de la moral y de la religión, y aunque la política (ciencia) le reconoce a Maquiavelo una "paternidad", complejas y tortuosas vicisitudes pasaría la idea de política y hacer política en esos siglos.

Así, "si en Maquiavelo no hay todavía cientificidad, la cientificidad de Hobbes no constituye una confluencia significativa de la ciencia y la política. Sobre todo, el descubrimiento de la autonomía de la política no desemboca en un método científico"8. Con Hobbes, se entra a la bipartición entre política y sociedad. Recién se iniciaría la separación entre la política, el Estado y la Economía.

Aunque las luchas ideológicas y políticas de entonces, cobrarían gran vigor, las políticas exteriores-interiores de España a las que estábamos sometidos, poco o casi nada cambiaban. Sólo un vago juego de mascaradas presentaba para aturdir a los pobladores de sus colonias.

Las políticas exteriores-interiores espafiolas dependían directa o indirectamente de los intereses de las fuerzas sociales y políticas que poseían en las regiones colonizadas el poder político y económico.

La continuidad en el desarrollo de las bases ideológicas de la política colonial, se manifestaba en la conservación de una serie de ideas dominantes claves de su plataforma política integral.

La expansión ideológica como factor importante de la estrategia de esta política en España colonialista, se manifiesta en la creación, exaltación y "hallazgo" de las correspondientes fundamentadones ideológicas para sus acciones concretas sobre América. A Charcas no le quedó más que enfrentar este torbellino ideológico.

 

2. El recodo del Siglo XIX en Charcas

"Si se indaga en que consiste precisamente el bien mayor de todos que debe ser el fin de todo sistema de legislación, se encontrará que se reduce a dos objetos principales, la libertad y la igualdad".9

(Rousseau)

2.1. Un Rey, un Cautivo

El desenvolvimiento y las formas de organización de "castas" en Charcas, abren camino a la comprensión de lo que fue libertad e Independencia de "La Patria".

Los grandes conflictos por los que atravesaba España y su influencia en el desarrollo "normal" de la sociedad colonial, más las expectativas de los indígenas subordinados a la dominación política y cultural principalmente de españoles y criollos, son rasgos fundamentales de este período.

La vida de diferentes pugnas• anteriores a la lucha por la independencia, muestran que ésta es el resultado generoso de antagonismos; contradicciones e intereses que configuraban el cuerpo externo de este suceso, e irrigaban internamente la razón en su esencia de existencia como conjunto de productores, reproductores, administradores, colonizadores, depredadores, constructores y creadores.

Así, el coloniaje no transcurrirá apaciblemente, pero coronará gracias a la "invasión" de Napoleón a Francia, un atosigamiento continental, del americano contra los intereses coloniales españoles, iniciando una ruptura en el decurso de su historia.

La "Revolución Francesa" trata de expandirse por Europa. Portugal, Inglaterra, Rusia, España, no estarían ajenas a la convivencia o condena de la obstinación y naufragio del intento.

En esta parte de la "Revolución Francesa", se presenta la búsqueda "de hegemonía dentro de Europa, la cual de alguna forma tiene dos aspectos: primero, en terminología moderna, equivaldría a 'exportar la revolución', o sea, hacer que las fuerzas 'progresistas' de cada monarquía hagan lo que se hizo en Francia, es decir, el derrocamiento de la monarquía Luego -y de momento eso es lo que sucede- la ocupación y conversión de esos países en satélites de Francia"10

Napoleón obtuvo la renuncia del rey de España. La Junta Suprema a la que se le atribuía estar constituida por "afrancesados" en Madrid, sirve de ayuda para que éste ponga como nuevo rey de España a su hermano José Bonaparte.

España tiñe sus días de rojo. Las pigmentaciones liberales, despóticas, antinapoleónicas, confunden los planos ideológicos. Se vive la fragmentación y recomposición de lo espaool ante lo francés; se produce un enfrentamiento caudaloso cuya sombra cubre no sólo España, sino también a sus colonias.

La presencia de Francia en España no era presencia, sino dominación, pero a la vez la presencia de España en América dejaba de ser presencia y dominación.

Los que combatían la "invasión" por medio de guerrillas y organización política acoplaban muchos poderes. Las Cortes son fuente de identidad espai'iola, las características capilares de la contienda en éstas, se toman efectivas y contribuyen a construir su acto y su dibujo general final ¡ ¡España pelea!!

Este conjunto de conflictos configura una manifestación concreta, manifestación trascendente que revela la existencia de fracturas que demarcan a la caducidad, que traspasa la frontera del momento coyuntural y por tanto de lo aparente, que hacen a una cultura, a una sociedad. Para Charcas habrían de derruir los cimientos sobre los que asentaba poder y dominación el Español.

El "silogismo altoperuano" descrito por Gabriel René Moreno y escrito por Zudáñez, nos muestra aún la ritualización política de entonces. Marcan el inicio del aguzamiento y extremamiento de los recursos utilizados por los actores sociales en su objetivo por lograr su Independencia.

2.2. Charcas y los Españoles Liberales

"Sin la penetración del capital en la esfera de la producción, el producto y el plusproducto sociales sólo pueden redistribuirse y reapropiarse, más no verse incrementados por la empresa capitalista".11

La reproducción ampliada del capital cualifica su acumulación, que, sin embargo no niega su isomorfismo y presenta más bien un conjunto de máscaras en distintos contextos concretos.

Marx hablando de la acumulación originaria del capital, dirá que: "la llamada acumulación originaria no es pues, más que el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de producción".12

La acumulación originaria del capital en Europa, no encontró ni generó en España las mejores condiciones para su desarrollo. Es así que: "Los mism~s conquistadores no podían venir sino con lo que eran, es decir con su propia formación económico-social, que no había completado tampoco su unificación (si es que España la completó jamás) y era ilusorio, por tanto, pensar siquiera en la uniformidad de una fase de la formación en traslado cuando, además, la propia complejidad española no podía existir aquí, ni siquiera como lo que tuviera de feudal, de mercantil o de burgués, omitiendo la resaca o resabio de las propias formaciones precolombinas".13

Nuestra formación económico-social no puede prescindir de esta gama de argumentos, retorcer hechos y perderlos. Estaríamos opacando nuestro "horizonte de visibilidad"14, por lo que debemos tomarlos muy en cuenta para comprender los conflictos ideológicos existentes.

Por tanto, en América se da una mixturación en que no sólo es facultad de patriotas libertarios la adopción de ideas enciclopedistas y del pensamiento liberal en sus distintos carices. Un sector de los españoles peninsulares que habitaban en América, aceptó algunas premisas fundamentales del pensamiento liberal, que se incorporaban en años críticos de luchas internas del pueblo español en la Península. Este fue recurso utilizado por los españoles peninsulares que habitaban en Charcas para intentar hacer desistir a los patriotas americanos de sus luchas arguyendo para ello con la "flexibilidad" y "beneficios" que aportaba a sus colonias el gobierno de ideas liberales.

Estos españoles se presentaban ante Charcas cual arpía fabulosa, más su rostro de doncella no podía ocultar su cuerpo de ave de rapiña, sobre todo en los que creyeron que España podría estabilizarse políticamente con la forma de gobierno constitucional monárquico (1820-1823).

Los antecedentes para que esto ocurriera, están en España. Fernando VII, una vez dejado su cautiverio (13 de febrero de 1814), y restablecido como rey de España, comete excesos y persecuciones execrables contra los liberales españoles, muchos de ellos heroicos luchadores adversos a José Bonapartc y defensores de la constitución de tinte liberal emitida en las Cortes de Cádiz.

Entonces, Rafael de Riego inicia una sublevación (1820) de las que no fueron pocas entonces. Este pertenecía al ejército que debía partir a Américapara ayudar a aplacar la guerra que allí se vivía. No se embarcó en tal empresa, mas la otra emprendida triunfó.

Sólo así se formó en Espai'la un gobierno que cobijaba a todos sus habitantes bajo ideas liberales y constitucionales.

La Real Audiencia de Charcas, entonces vinculada estrechamente al Virreynato de Lima por estar Buenos Aires ya independiente, tuvo que observar que: "Los militares espai'loles, liberales en su mayoría, no se llevaban bien con el absolutista Virrey Pezuela a quien culpaban además de falta de pericia y flojedad en la conducción de la campaña y lo depusieron en enero de 1821, con un golpe netamente n'iilitar; La Serna fue designado Virrey".15 El sector militar liberal espai'lol se impuso así al sector conservador de este.

Así, los acontecimientos en Europa espai'lola, serán acompañados en Charcas por un conjunto de conflictos, correlato natural de la metrópoli central y su carácter de núcleo en la política colonial.

El gobierno liberal espai'lol, segú~ algunos historiadores, no habría surgido sin vinculaciones en América Sobre los pasos dados por Riego y sus seguidores, se dirá que: "El dinero .procedente de América, enviado por Pueyrredón* con destino a las tropas que iban a sublevarse, a fin de evitar la presencia de la escuadra en el Río de la Plata, la oportuna concentración de ésta y las pocas ganas de embarcar de la tropa, son otros tantos factores que contribuyen al éxito de la empresa",16                                   

Así empezaron a gobernar los liberales en España, que luego se dividirían en moderados y exaltados, y habrían de enfrentar el retomo de la Monarquía absoluta. No sin antes haber irrigado en América más vientos perniciosos para su infame petulancia colonial.

2.3. Charcas y los españoles conservadores

"Marcharemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional"(**)

El 9 de marzo de 1820, Fernando juró ser fiel a la Constitución, juramento que no dejaba de ser una forma de autocanibalismo del monarca, no convencido de lo que, obligado por las circunstancias, declaraba. Sus promesas sólo fueron comedias huerísticas

Son trashumantes conservadores los que no pudieron aguardar el retomo ya para fines de 1823. Era el preludio de una parodia dantesca de tiempos en que la religión, la intolerancia ideológica y el escarmiento ajeno, se negaban a estar sumergidos y salían a superficie para imponer su temple.

Los días apacibles en España serían confinados nuevamente por un largo período en su historia.

Al terminar 1823, Fernando VII reina nuevamente con carácter absolutista, gracias a los sectores conservadores y al recurso de la fuerza de las armas. Fue ayudado en este propósito por los "cien mil hijos de San Luis", paradójicamente compuesto por españoles y franceses, pero esta vez conservadores (recordemos las recientes luchas de españoles contra franceses napoleónicos), y no fueron pocos los gritos de ¡¡Vivan las cadenas!! haciendo referencia al deseo de una monarquía absoluta.

El contrapaso trae como consecuencia en América, disputas también entre los sectores liberales y absolutistas y la confrontación interna en su ejército, que no siempre adquieren las mismas formas.

En Charcas es trascendental el hecho de la disputa entre La Serna y Olañeta (el conflicto liberal-conservador en nuestro territorio) que genera una guerra interna española(*), que favorecerá (por minar sus fuerzas, disciplina e integridad) a los combatientes patriotas casi de manera decisiva en su afán por conseguir su independencia. Los españoles no sólo tenían que lidiar entre ellos entonces, sino también contra un enemigo masivo de la Corona española colonial, que ya formaba un gran ejército al Norte de Bolivia, en el que Bolívar y Sucre destacaban sus cualidades político-militares.

No estará errado, aunque sí sólo sea una explicación fragmentaria y parcial, indicar que: "la conciencia de la autonomía altoperuana y el fracaso en su incorporación a las Provincias Unidas, fue el resultado de la rebelión de Olañeta contra La Serna, es decir, de la propia crisis entre el Estado y el ejército colonial"17

Así, la propia delimitación territorial y del conjunto de nacionalidades incorporadas a la nueva república, no estará al margen de los conflictos estructurales y coyunturales que esos años sufría la Corona, en los que pesó mucho las características de las incursiones de los ejércitos auxiliares de Buenos Aires y su progresivo distanciamiento del territorio de Charcas.

Aunque hasta aquí bastante diferenciados los españoles liberales de los conservadores, éstos no dejarían de compartir algo que poseían como unidad desde su llegada a América (1492) y era lo fundamental en ellos, su esencia colonialista. En definitiva, se movilizan, estatizan, tratan de volver perenne el poder y dominación que poseen sobre sus colonias.

La opinión en apoyo a esta política, lograda tergiversando hechos, aparentando objetividad, a la vez que amenazando o persuadiendo y proporcionando a los líderes abundantes teorías, doctrinas, mitos y leyendas que los justificaban como dominantes, se hizo en varios siglos, y acendrando de su discurso todo lo que no respondiera a su estrategia colonialista.(*)

El objetivo de estos materiales era preparar generaciones para luchar contra el anticolonialismo. Los razonamientos falsos, carentes de fundamentos sólidos sobre la evolución de contradicciones, presuponen la deducción de que la soberanía e independencia de América no es necesaria, o más bien, es nociva. Esta afirmación creemos que está plenamente apoyada por los documentos de las diversas coyunturas por las que atravesó el español, de la que no se escapa la liberal.(**)

A través de los documentos de los españoles peninsulares liberales, nos damos cuenta que en los años de lucha independentista, los medios gubernamentales desplegaron en Charcas una serie de campañas ideológicas que confrrman elocuentemente su rumbo hacia una "readecuación ideológica" o reideologización, o nuevo impulso que intentaba fortalecer su ideología colonialista en América a través de su remozamiento con el pensamiento liberal.

En el español, la atmósfera de discordias internas y contradicciones explosivas, dificultaba en extremo la elaboración de una estrategia ideológica consecuente y fiable.

2.4. La Iglesia no comulga a liberales

La población tanto española como americana, frente a los hechos mencionados, que contienen y están contenidos en procesos de ideologización actuantes, tuvo que observar y ser parte de libaciones pero ya no a la tradicio-nalidad pura, sino también "a" genotipos discursivos enriquecidos de nuevas perceptibilidades.

Pero la vigencia del poder ideológico emanado de la iglesia, no dejaba de monopolizar las atribuciones religiosas y escolares, como tampoco descuidaba una ardua tarea de información y "cultura" como veremos.

Desde el 9 de marzo de 1820, queda virtualmente en Espai'la suprimido el Consejo de la Suprema Inquisición, de esta manera gracias a la revueltaliberal, se pone en libertad a los presos que estuvieron retenidos en sus cárceles por opiniones religiosas.

Esto ofició como toque mortal al "Santo Oficio", que a partir de allí abandonaría su institucionalización y reconocimiento para siempre. Solucionado parcialmente el anacronismo histórico del "Santo Oficio", sólo quedó una antepuerta transparente a la política anfibológica característica del discurso del español conservador.

La Inquisición que en América no tuvo aplicación directa sobre los indígenas nativos, no sólo tuvo estrechos marcos de acción. Es muy probable que el gobierno del Estado español utilizara su infraestructura frecuentemente no sólo para reprimir los "desbordes religiosos" y herejías, o velar por el "correcto" desempeño sobre estos precedentes procederes, sino también para encarcelar a sus adversarios políticos. La política y la religión estaban entonces interactuando estrechamente.

En 1820, en España hubo irrupción violenta contra lo que simbolizaba la inquisición, prácticamente se daba como un levantamiento nacional contra los atropellos cometidos por los tribunales eclesiásticos, en los cuales no sólo estaban presentes los liberales, pero es sorprendente la dinámica que logra este movimiento gracias a ellos. El parapeto más sólido del sector rearcionario dentro de la iglesia fue así minado, derrumbando siglos de infame impunidad.

Al ser abolida la Inquisición, sus bienes fueron destinados al pago de deudas españolas; se levantaron las censuras que normalmente pesaban sobre algunos libros y los prelados se hacían cargo de organizar y ordenar ya en forma limitada los problemas que incumbían a su fe. Pero estos no aceptarían pasivamente la reducción y la recualificación de sus atribuciones y no tardarían en reagruparse y conspirar (nos referimos principalmente al alto clero) y formar los cimientos de lo que posteriormente serían las Juntas de Fe, que sublimarían nuevamente su participación duramente activa en dilucidaciones de materia religiosa.

Este fenómeno se hizo bastante patente cuando Fernando VII nuevamente absolutista (1823) observara en el alto clero el pedido de la restauración del "Santo Oficio", que no fue restablecido ya más. Como contraparte, aparecieron las tan mentadas Sociedades Secretas, organizaciones clandestinas que estaban conformadas por miembros ultristas del realismo y el clero.

Uno de los fines básicos perseguidos por estas sociedades era lograr el restablecimiento de las atribuciones totalitarias poseídas hasta hace poco tiempo, tanto por el clero como por la corona, tratando así de demarcar límites a la influencia de las ideas liberales y la significación de la Revolución Francesa en sus orígenes y contenidos subvertores del orden feudal.

Era muy cierto entonces que un sector de la iglesia "no comulgaba a liberales", figura confirmada no sólo por la adversidad profesa de sectores del clero contra los ideales liberales, sino también porque su acción era francamente desdeftable al pasar del disct~rso a lo punitivo. Inclusive se tiene alguna constancia de que: "Los conciliábulos de tales sociedades (Junta Apostólica, Sociedad del Angel Exterminador, del Ancora, de la Estrella} tenían lugar en centros religiosos".18

Así, la iglesia tenía un espacio importante dentro la realización de las ideas dominantes de entonces, y por lo tanto, dentro la lucha de los sectores interesados en preservar lo conservador y los que trataban de subvertirlo. La ideología de los sectores dominantes era la ideología dominante y se reafirma como tal por la puesta en marcha y por la activa participación de mecanismos actuantes, legitimadores de sus actos que materializados en aparatos, en lo ideológico, hacían, constituían y reproducían la ideología dominante.19

No estará ¡x>r tanto carente de- fundamento la afirmación que Althusser hizo de que: "La Revolución Francesa tuvo por primer objeto y por primer resultado no sólo los de traspasar el poder del Estado de la aristocracia feudal a la burguesía capitalista-comercial y de quebrar en parte al antigüo aparato represivo del Estado y reemplazarlo por uno nuevo (ejemplo: el ejército nacional popular), sino también el de atacar al principal aparato ideológico de estado, la iglesia".20

Esta retoma de Althusser la "visión" de los aparatos ideológicos del Estado, AlE, que tiene la virtud de resaltar el papel de la iglesia en el planoideológico.

Así, tanto en Francia como en España (que tenía estrechísima vinculación con sus colonias), el Estado y la clase que es dominante en ésta, en cuanto constituída en aparatos de Estado, hará una simbiosis ente lo represivo y lo ideológico, rompiendo lo simple y unilateral, y por tanto, rompiendo lo que se conoce como concepción instrumentalista del Estado (el Estado como simple gendarme de la clase dominante).

El poder no sólo está constituido por la capacidad de hacer que el otro haga lo que uno desea o quiere, respaldándonos para ello, si es necesario, en la coerción y la violencia, sino también en el consentimiento que el otro le da a sus actos subordinados y por ello a la actividad en sus representaciones que ven como legítimamente válida su situación; así como tampoco se puede excluir la capacidad de la misma estructura del Estado vigente para reproducir y dar fundamento vivo al poder existente. Por lo que creemos conveniente destacar en la crisis de un Estado, la crisis interna dentro de lo que es lo constitutivo y constituyente del mismo poder de ese Estado, sumergiéndolo en un conflicto de contradicciones que incorporan a los mismos aparatos del Estado y a la soxiedad toda.

Sólo así tiene sentido que a la sombra de la libertad de imprenta consagrada por los constituyentes de las Cortes de Cádiz en España, todavía en lucha contra Francia, se difundieran ideas liberales, constitucionales y republicanas en lo que se denominaron Catecismos Cristianos, políticos, católicos. Así, en España, un pequeño sector de la Iglesia, no por ser parte de ésta, dejaba de participar en la superación de los fundamentos de un régimen caduco. Aunque sí hablamos de tendencias dominantes, tendremos que concluir indicando que la iglesia española fue uno de los únicos pilares (el otro, aunque veladamente, era la corona) radicalmente reaccionarios, que no resignaba a la oración su pérdida de atribuciones y poder.

Similar actitud a la de los pocos del clero en España, asumió parte del clero en América y Charcas, aunque aquí era mucho más notable su participación y magnitud. El alto clero español conservador, que era pilar importante dilucidante de las políticas de la iglesia en sus colonias, se vio en Charcas inmerso en un interregno desobediente a su autoridad; generando su quebranto y congoja, que desde entonces acompañarán por siempre a sus apesadumbrados "hidalgos" en tierra andina.

2.5. Los Criollos: entre la horca, la marcha y el retruécano

El problema de las fuentes ideológicas del movimiento emancipatorio es complejo, pero existen antecedentes claros, los cuales están conformados por: las ideas de la Ilustración y la revolución de 1789 y las ideas derivadas de la filosofía escolástica traída por los españoles, que se recompusieron en este proceso insurgente. Que no niegan de ninguna manera la influencia que habría tenido la guerra independentista en lo que hoy es Estados Unidos, o los intentos de Inglaterra por tomar territorios coloniales españoles como eran los del Virreynato de La Plata, generando en todo este territorio, en los criollos, un espíritu de cuerpo, de solidaridad por sus características prácticamente nunca antes vistas.21

No es casual en lo que se refiere a la filosofía escolástica que se mencione que: "Las doctrinas del P. Francisco Suárez, que los jesuitas enseftaron en las Universidades, así como la Swnma Teológica de Santo Tomás de Aquino, contenían postulados de derecho público acerca de la soberanía popular que muy hábilmente se aplicaron a la realidad de España y sus colonias en 1808 y constituyeran el substratum ideológico de la revolución emancipadora".22

Pero, no sólo fueron éstas las vertientes presentes en el conflicto de la independencia. No se debe olvidar la participación indígena y las representaciones que éste se hace del mundo que le rodea. Estas eran más evidentes sin duda en el caso del indígena comunario. Así, la memoria comunitaria sería" portadora de una historia social negada (oficialmente) y borrada, y proporcionaría a los indios la fuente de legitimidad para su autodefensa como nación oprimida".23

He aquí los elementos más importantes de lo que constituía a la ideología como compleja volatilización de diversidades y confluencias.

Las representaciones de los indígenas, por lo tanto, no se pueden hechar en un solo saco donde están criollos, mestizos y españoles. La relativa inter-nalidad o extemalidad, inclusive del cristianismo en los indígenas, los hacen receptores "sui géneris" de las nuevas y viejas ideas que se engendraron en el continente europeo. Cierta incapacidad de los españoles para cambiar totalmente los dioses andinos por una convicción fmne del Dios español, probablemente es sustentada por principios que no sólo debieron ser mencionados, sino también practicados, pero... pocos se asemejaron al padre Bartolomé de Las Casas.

Pero, ¿qué relación tienen los criollos con los indígenas en cuanto receptores y emisores de ideología? ¿cuál el cordón umbilical entre españoles y criollos? ¿cuál el sustento de estas ideologías?

Tal vez sólo se pueda decir ante tan complejas preguntas, refiriéndonos al caso que más resalta para nuestro interés, el de nuestros "letrados pecaminosos", que no fue casual que en las aulas de Chuquisaca entre los españoles americanos se generaran los denominados "doctores de dos caras" tan dañinos para la república que, a decir de Zavaleta fueron en suma: "un producto suntuario que fmanciaba Potosí, pero que todavía era más exacto decir que los circunloquis de los doctores eran pagados y subvencionados por los mitayos de Potos'' .24

Así las ideas de nuestros indios no podían escapar anacrónicamente a la estructura conceptual, enunciativa y lexicográfica de los criollos. Ni los criollos podrían rehuir a la sintaxis teísta compartida con los españoles peninsulares.

Sin embargo, los españoles no dudarían muchas veces en castigar severamente a los criollos que alzaban su bandera contra el poder colonial, y no fueron pocos los que sufrieron represalias y persecuciones. Pero si esto se daba en los criollos, se amplificaba y reproducía varias veces el mismo fenómeno con los indígenas, que se encontraban sometidos por la horca (sentido figwado), la marcha y el retruécano dominante.

Aún con estas características en la lucha, los criollos dotan a América (sin caer por esto en el desdén de los mestizos y su capacidad, radio de acción ideológica) de una coordinación y sistematicidad ideológica que permite la integración (aunque en muchos casos no bien comprendida por los mismos sujetos integrados) de las distintas nacionalidades oriundas de América.

Por tanto, no es casual que en territorio de Charcas los caudillos guerrilleros Wames, Manuel Padilla, el Coronel Mercado, etc., contaran con el apoyo de sectores de las sociedades tribales chiriguanas. Así, gracias a ellos, se daba por primera vez en América, una concepción continentalista revolucionaria que difeóa bastante, por ejemplo, de las emitidas en las sublevaciones indígenas de 1780-83. Aunque en estos tres años y en los años de lucha que corresponden a nuestra independencia, hayan participado en los bandos encontrados tanto españoles, criollos, mestizos e indígenas; es indudable que estos, si bien compartían el derecho a la sublevación sobre los excesos de las atribuciones de la corona en América, sus intereses y sus administradores, no compartían los mismos instrumentos movilizadores, en los que resalta por su importancia para tratar el problema ideológico, el discursivo (de los "nuevos" intereses en pugna), portador de contradicciones sociales y propuestas nuevas dotadas de una alta efectividad político-práctica, desconocida hasta entonces.

Así por ejemplo, por Patria (concepto) entendían los guerrilleros la oscilaron entre dos extremos, por una parte al suelo, la región en que están luchando (particularista), y por otra parte el suelo de América, del continente colonial (continentalista). Esto resaltaba más en su propio sustento cuando en las republiquetas, el propio jefe de la facción no sólo adquiría atribuciones militares, sino también políticas (por ejemplo, podían posesionar autoridades administrativas en los partidos, doctrinas, etc. donde actuaban) que no dejaban de responder a una estrategia general, ya sea de los patriotas, ubicados en el Virreynato de Lima o de Buenos Aires, muy ligados también a los de Nueva Granada. Esto se verifica, inclusive, en el Diario del Tambor Vargas, célebre escrito de nuestra historia.

2.6. Reflexión: entre el recaudo y el remezón

El desplazamiento del sistema colonial español en Charcas y de las ideas que lo sustentaban, ocuróa simultáneamente a la insurgencia de un Buenos Aires liberal e independiente, así como a la resistencia de Lima, que negaba su permeabilidad al subverso tremolar del Siglo XIX.

Este desplazamiento sumamente complejo se tratará de comprender aceptando antes algunos consejos metodológicos. Marx, cuando menciona la economía y la sociedad burguesa (1857) indica que: "Las categorías que expresan sus condiciones y la comprensión de su organización, permiten al mismo tiempo comprender la organización y las relaciones de producción de todas las formas de sociedad pasadas, sobre cuyas ruinas y elementos fue edificada y cuyos vestigios, aún no superados, continúa arrastrando, a la vez que meros indicios previos han desarrollado en ella su significación plena, etc. En la anatomía del hombre está la clave para la anatomía del mono".25

Así, retomando su escrito y el sentido de éste, recurrimos a algunos aportes de Gramsci ya bastante claros cuando hacía una distinción entre los Estados de Oriente y los de Occidente26, como también de la configuración del Estado Italiano en "El Resurgimiento".

El Estado en sentido amplio, conlleva dos constantes principales (Sociedad Civil y Sociedad Política; Dictadura y Hegemonía). La sociedad política (estado-coerción), que está formada por el conjunto de mecanismos a través de los cuales la clase dominante detenta el monopolio legal de la represión y de la violencia, y que se identifican con los aparatos de coerción bajo el control de las burocracias ejecutivas y policíaco-militar; y la sociedad civil, formada precisamente por el conjunto de las organizaciones responsables de la elaboración y/o difusión de las ideologías, incluido el sistema escolar, las iglesias, los partidos políticos, los sindicatos, la organización material de la cultura (libros, periódicos), etc.

Haciendo todos los cambios de tiempo correspondientes, Mutatis Mu-tandis (ya vimos que los conceptos de política e ideología entonces no eran los mismos de ahora), creemos que esta concepción del Estado mencionada por Gramsci, lleva a preservar algunos aportes de Althusser, que trataban la problemática de la ideología en la "Edad Media", y por tanto nos facilita incorporar la resistencia del pueblo español a la invasión napoleónica; nuestra misma independencia, los conflictos ideológicos dentro de sectores de los españoles peninsulares, de los españoles americanos, como procesos que nosólo penniten comprender el conflicto ideológico en general en distintas dimensiones, sino también en distintos niveles que develan una lucha de "posiciones" muy original dentro la sociedad civil y política presente e influyente en la Audiencia de Charcas.

Sólo así se puede comprender por qué los criollos patriotas generalmente no atacaban profundamente en sus fundamentos a la Iglesia existente entonces aquí (aunque se hicieran muchas refonnas de ésta con Sucre), sencillamente porque era ésta un pilar fundamental de la dominación del español europeo al indígena americano, como posterionnente de los criollos a estos últimos. Así, la ideología irradiada por la iglesia era sustento inclusive en gran media, de la concepción de la estratificación en castas que daba prácticamente al ordenamiento social y económico de Charcas, ya que aquí el mitayo no era explotado por no tener medios de producción propios o no poseer una economía capaz de pcnnitirle su producción y reproducción propia, porque generalmente en él se cumplía precisamente lo contrario, sino por ser indígena americano, ese era su pecado, y la iglesia a través de varios siglos, ayudó a afinnar ésto. No en vano el siglo XVI tiene tantos testimonios de la ofensiva ideológica denominada "extirpación de idolatrías", derrumbando a las huacas sagradas y poniendo en su lugar santos, vírgenes, etc.

No debemos olvidar que antes de la Colonia: "La importancia de las huacas era tan grande, que los Incas para controlar sus va~tos territorios obligaban a los curacas a enviar al Cusco a sus dioses. Se dieron casos de pueblos en rebeldía, deponer las armas con sólo saber que sus ídolos podían ser castigados en la capital".27

2.7. Ubicuidad: Paráfrasis y Comunicación

Una de las grandes preocupaciones de los miembros de las Juntas, cabildos, y republiquetas, la de buscar mecanismos de legitimación de sus actos revolucionarios, estipuló la exuberancia ígnea de la disputa ideológica en todos los frentes.

Los mecanismos de difusión de los diferentes discursos, intereses y espectativas entre los sectores populares que legitimarían la revolución, cerraron el paso a la ignominia colonial y realista. A través de esto se "amplificaba" la lucha ideológica.

En la lucha guerrillera se respondió a los sórdidos argumentos colonialistas, con un fuerte rasgo liberal muy singular. Un cura predica así en la división de Arenales: "Nos han dicho que todos los magistrados y superiores como son el Papa en primer lugar, los emperadores y reyes (...) y todos los superiores y los que nos gobiernan, son personas inviolables, a quienes se les debe ciega obediencia porque estos son puestos por Dios criador nuestro (...) tantas enfermedades que hay también son puestas por el supremo. Y por ser puestos por nuestro criador ¿Dejamos de curarnos? ¿No buscamos antídotos y no contagiarnos? Así también estamos obligados y debemos sacudirnos del yugo de la tiranía, de la opresión, del maltrato y del despotismo".28 Prédica totalmente explícita en cuanto a su incorporación de Ideas liberales (antidespótica).

También se difundieron algunas ideas y principios liberales subversivos, en una forma muy característica de entonces (nos referimos a los catecismos) con lo cual: "se lograban dos finalidades: primero, hacer llegar al conocimiento de la mayoría, en forma inqcente, bajo el disfraz de cierta propaganda religiosa; y, en segundo término, revestirlos de un ropaje retórico sencillo, accesible a la inteligencia más rudimentaria".29

"La forma de catecismo y los calificativos de Cristiano y Político iban a andar casi desde los primeros días de la lucha por la independencia, fuertemente unidos para difundir ideas que servían de fundamento a las nuevas instituciones".30

Así, si se adoptaba el pensamiento liberal, tampoco se olvidaba parte de la filosofía escolástica traída por los mismos españoles, dentro de la dimensión ideológica actuante.

Estos catecismos políticos, cnsuanos, corroboraban a los medios de información, instrucción, como instrumentos primordiales para alcanzar y afianzar el poder político. La intelección y expresión de los intereses y objetivos de las fuerzas sociales y políticas (intelección trascendente criolla-mes-tiza) esos años, transcurre y se realiza a modo de formación de los principios, objetivos, estimaciones y consignas ideológicas.

En estos y otros escritos de entonces (periódicos, etc.) se privilegia a la instrucción como una de las bases esenciales de la sociedad humana, sin la cual los pueblos serían bárbaros, esclavos para cargar enteramente con el peso de la servidumbre. Y atribuyen al esclarecimiento a través de la instrucción (que por supuesto exponga ideas liberales y revolucionarias) el conocimiento de los derechos y del orden social que traerían como lógica consecuencia, la detestación de la "tiranía y el despotismo", para aspirar a la libertad e independencia.

La ofensiva ideológica colonialista había encontrado en América la edificación de murallas también ideológicas que no sólo la detenían, sino que también participaban como parapeto para una contraofensiva manifiesta.

Pero, ¿cuáles eran las limitaciones de la instrucción en Charcas? Sin duda, una de las que más daño le haría, sería su "reducción visual" a la ciencia generada por el mundo de entonces, su estrecho abanico en lectura, escritura, aritmética, nociones de catecismo cristiano, que penosamente llevaban la "ilustración" a los pocos pobladores privilegiados que podían asistir a centros de instrucción que además eran pocos. La mayoría de los lugares de instrucción, entonces, estaban en poder de la Iglesia.

Es fácil desentrañar en estas condiciones la "característica letrada del criollo" privilegiado en la instrucción relativamente elevada. Este constituyó el sector contestatario "más ideológico" a la corona peninsular. Poseía el conocimiento del pensamiento liberal, de la Revolución Francesa, etc. y por lo mismo, lo instrumentaba con facilidad de acuerdo a sus espectativas e intereses.

Los criollos se integran a los intereses diversos y contrapuestos, hablando en nombre no sólo de ellos, sino de todos ellos (nos referimos a todos los americanos) y a partir también de todos ellos.

El poder de convocatoria del discurso criollo está en su no develación irmcional del interés propio. El interés propio es convertido en interés colectivo, se forja no sin muchas concesiones (a otras castas e intereses), pero sobre todo, se forja volviendo a reconstituirse aún más fortalecido que al inicio de este proceso, ya fundido a los discursos e intereses de todos los americanos como acción y discurso únicos.

2.8. Perdidos y redimidos en la canción de Gesta

Las tareas de la estrategia ideológica criolla-mestiza independentista, consistían en obtener apoyo al rumbo político de la nueva administración en ciernes y a su simiente en la región particular donde se realizaba y en el mismo continente colonial. Se construía una fortaleza desde la cual se combatiría al español colonialista.

La influencia propagandística e ideológica se realizaba tanto por los canales oficiales (en que Buenos Aires independiente participó desde muy temprano) ya constituídos, como por todos los medios de información disponibles en la sociedad. Se intenta crear en Charcas una poderosa maquinaria propagandística, que adoctrine ideológicamente a la población dentro y fuera de sus regiones.

Sólo así se comprende (a partir de estos instrumentos) la solidaridad entre patriotas de distintos Virreynatos.

La administración naciente incluye en su interés no sólo a las actividades en la esfera de la información y la cultura, sino también en los .aspectos públicos (poderes públicos, su misma administración).

Así, sólo las visiones de futuro pam sobrepasar lo crítico31 funcionaron como contrafactor de una semiología decadente. Son las que vencen al taciturno luchador y lo transforman en torbellino creativo de acción y palabra perfonnativa. Por lo que el discurso de la Independencia es un discurso esencialmente movilizador, con "actores sociales", convocador de todos los americanos, tratando de "olvidar" en ellos las diferencias profundas entre castas.

Los criollos y mestizos representan a la sociedad en relación de conflictos en los cuales se hacen prevalecer la "contradicción principal" anticolonial. Por esto, los criollos a través de sus intereses, se dotan y dotan a las castas actuantes, de una identidad colectiva.

Bolívar promete "enviar a Charcas una constitución, la más liberal del mundo"32. El carácter de ésta como una de las más avanzadas del Cono Sur originalmente nos indica por qué el Libertador quedó inscrito por acciones y mensajes prolíficos en el decurso de Charcas.

Bolívar, Sucre, Simón Rodríguez(*) "representan la solidaridad sin fronteras" (Julio Mantilla) y la extensión, integridad latinoamericana de todo lo que constituía modernidad y progresismo liberal.

Charcas también tuvo dignos hijos como Jaime Zudáñez, fiel exponente del pensamiento liberal, que luchó por la independencia de cuatro países: Bolivia, Chile, Argentina y Uruguay.

Fueron apasionados luchadores y visionarios políticos, buscadores de la grandeza de su patria americana, o como se diría casi 70 años después, de "nuestra América" (nos referimos a José Martt'), que en lo concerniente a la estratificación en "castas" no escapaban al redil trazado por una casi similitud en lo que las clases sociales a las castas correspondían entonces, abovedadas en limitaciones históricas que retorcían a América más que a Europa

Sólo así se puede comprender que: "La articulación de la sociedad en estamentos, castas, etc, significa precisamente que la visión conceptual y organizativa de esas posiciones "naturales" es inconsciente en cuanto a su naturaleza económica y que la tradicionalidad del mero darse siempre tiene que fundirse de modo inmediato en formas jurídicas"33, y por lo tanto llegar al entendimiento porque los criollos eran "tan españoles", que inclusive en la contienda bélica e ideológica, no dejaban las bridas con las cuales los indígenas estaban sujetos a ellos. Participantes en la gesta, limitados por el sínodo de la sociedad colonial española.

Del discurso "liberador" en general, podemos decir que sus contenidos no difieren mucho de los labrados en las guerrillas, consolidadores de los fundamentos de las nuevas instituciones que afirmaban, creaban a través de éstas, las republiquetas.

La magnitud e importancia de los "Catecismos políticos y religiosos" en el territorio de Charcas no está muy bien delimitada, aunque en Buenos Aires, Chile, Lima, causaron muchas conmociones.

La presencia del patriota Jaime Zudáñez en algunos de estos no muy frecuentes espasmos "letrados", en la elaboración de alguno o algunos de estos textos, marcarían de alguna manera las ideas compartidas en la América colonial sobre la religión, liberalismo y el patriotismo emergente.

Este discurso general tanto en catecismos, curas en campañas (se aconseja revisar el Diario del Tambor Vargas), como prácticamente en el común de los patriotas salidos de la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier, promueve la vocación cristiana como vocación por la patria.

Estos .discursos son .mezcla de ..ideales religiosos y liberales patrióticos e identifican la causa de la patria abiertamente con la causa de Dios. Así se reafirma la dominación colonial ideológica sobre el indígena (que por supuesto, ya no era el mismo que en el siglo XVI, menos en su dimensión ideológica), como también la legitimación de las nuevas instituciones creadas y por crearse sobre la base de conflictos internos y externos subyacentes en la misma Audiencia de Charcas como del Virreynato en el que estuvo incluido, y así del mismo Estado del español peninsular.

 

3. Predestinación temprana de la naciente república

"La correspondencia entre las divisiones objetivas y los esquemas clasificatorios, entre las estructuras objetivas y las estructuras mentales es en un principio una forma de adhesión originaria al orden establecido". (Bordea)34

3.1. Ocaso y encumbramiento de ideas avanzadas

En los ai'ios de convulsión (1809-1825): "Los doctorcillos criollos de Chuquisaca, los guerrilleros, Bolívar y el mismo pensamiento amauta, utilizarán en mayor o menor medida, elementos ideológicos hobbsianos, lockia-nos y roussonianos".35

Pero la solidificación "in vivo" de las ideas revolucionarias más avanzadas en la casta (o castas, si se toma en cuenta a los mestizos) charquina, se convirtió en un horizonte que se alejaba a medida que se avanza hacia él. La configuración económico-social presente entonces, no estuvo excenta de pesar de manera decisiva36. Eramos cautivos de nuestros suei'ios y pobrezas, engrillados por un sinfín de teologías en esta aunósfera, errantes.

Nuestro rostro era muy diferente al constituido por la formación económico-social francesa. Si "la propia sociedad civil, con todo, puede tener una constitución con mayor o menor concurrencia estatal. Es un hecho que la sociedad más sana. desde el punto de vista capitalista, es aquella en que la burguesía ha podido implantar su hegemonía sin recurso del Estado, como ocurrió en la Francia prerevolucionaria".37

Así, Francia contaba con una burguesía que no existía siquiera como caricatura grosera en el territorio charquino, lo que haría más comprensible la dificultad expresa de "adopción" por parte de sus pobladores de una ideología que en gran medida no podía ser correspondida por su propio desarrollo.

En América, a diferencia de lo ocurrido en Francia, se evidencia la revuelta emprendida aunque con limitaciones explicativas, como una guerra de liberación nacional de las nacionalidades criollas principalmente; pero esto no quitará fundamentación a no pocos historiadores e investigadores y así se afirmará que: "En Bolivia, en. efecto, no asumió el carácter de liberación nacional para las nacionalidades y tribus indígenas, sino que fue un movimiento exclusivamente criollo, pero que no tuvo reparos en pedir la ayuda de las sociedades indígenas".38

Esto se evidencia cuando se observan las actitudes prevalecientes de los patriotas criollos (estos sólo de modo dominante, ya que tuvieron activa participación también los mestizos) que actúan sobre los indígenas para integrarlos, sumarlos a la causa de la "independencia", resultando indudable que los mecanismos puestos en recuadro por ellos, eran conducentes a su autocon-firmación como casta. Algunos de estos mecanismos que les sirven para construir una plataforma telúrica de y para sus actos son estos que influyeron fuertemente sobre el sorprendido indígena: a) La aplicación sobre ellos de represalias, terror (violencia); b) La aplicación de mecanismos de convencimiento no violentos, simpatías (carismas), llamados, propaganda, exhortaciones, etc.; e) Los ofrecimientos de "cumplimiento y otorgación" de reivindicaciones indígenas de tierras, justicia, mita, etc.; d) La incorporación de sus opiniones (sólo en algunos casos participación con voz) en formas de gobiernos locales instaurados como "republiquetas"(*); e) Llamamiento al cumplimiento del rol designado por la sociedad colonial española a los indígenas, peones dependientes de los terratenientes y hacendados rebeldes, que siguen y obedecen a sus patrones y a su causa.

Toda esta campaña dirigida en gran medida por los criollos, no dejaba de incorporar en sí misma, la campaña ideológica, que al igual que en la Revolución Francesa, reaccionaba como respuesta en un contexto de correlación de fuerzas, con lo que consideraban sus mejores armas y argumentos, adecuándolos a situaciones concretas.

Las campañas ideológicas se organizaron predominando el contenido ideológico, tanto como lac; formas de propaganda. En el marco de estas campañas, todas las apelaciones a hechos y consentimientos concretos tienen carácter parcial subordinado, a través del cual se revelan sus principales tesis ideológicas.

El contenido de las campañas ideológicas que el criollo llevaba adelante era heterogéneo. A la par con sus tesis centrales que condicionaban lo cualitativo de todas las diferentes campañas, se presentan orientaciones de carácter periférico que varían dentro de unos límites bastante amplios, pero sin variar la esencialidad de las campañas en cuestión.

Las diferencias ideológicas (matices) entre republiquetas, cabildos, etc. se pueden explicar a partir de la evolución de las campañas ideológicas que hacían germinar en ellas, nuevas campañas, más o menos independientes, de acuerdo al contexto y momento o momentos en que se realizaban.

A pesar de que algunas "subcampañas" adquirieron cierta independencia (lo que muchas veces hizo temer a criollos, desbordes indígenas o excesivas atribuciones de mestizos y por lo tanto de sus reivindicaciones), siguieron conservando su vinculación orgánica con la campaña fundamental anticolonial, en cuyo cauce se desarrollaban.

El papel clave en la realización de las campañas ideológicas respondió a las "élites político-militares" (en gran medida en manos de criollos), que escogen las "versiones oficiales" y por lo tanto, imprimen a la campaña una orientación determinada, introduciendo en ella cambios sucesivos. Es decir, es el centro coordinador sin el cual no es posible que transcurra la campaña de manera eficiente.

Esta élite político-militar hace que en las campañas ideológicas, surjan recomposiciones y refortificaciones (retroacción) que, según el carácter y el momento, hicieron como factor de intensificación o debilitamiento de las mismas.

Así, las tácticas políticas de los patriotas de distintas regiones y a la vez de todos los patriotas en su conjunto, variaban de acuerdo a los recursos con que se contaban en las diferentes coyunturas, sistematizados, organizados en una forma de respuesta discursiva y por tanto ideológica.

Cuando la campaña ideológica no provocaba la necesaria reacción para el avance de la causa anticolonial, aunque sólo fuera en unos pocos destinatarios, limitando peligrosamente la envergadura y eficacia de la campaña ideológica, se refonnulaban las premisas principales que la constituían y se probaba otro rumbo. Esto explica por qué ante el conflicto de simpatías liberales y absolutistas entre los españoles, que se reflejaba en la disputa de Olañeta contra La Serna. Lanza, Mercado y otros caudillos se plegaran a uno u otro bando, o por lo menos aparentaran hacerlo, buscando de esta manera una eficacia política para apresurar un desenlace positivo para la revolución, y por tanto, acentuando la ofensiva ideológica a favor de los revolucionarios independentistas. No debemos olvidar que Olañeta indirectamente se contactó por correspondencia con el Libertador Bolívar, acercamiento que no dejaba de reflejar la minada moral e integridad de la causa de la corona española, como al mismo sustento ideológico de sus posiciones políticas.

Los españoles ya no sólo tambaleaban ante el avance de las fuerzas militares patriotas americanas, sino también ante su ofensiva ideológica. Ambos, colonialistas y anticolonialistas, disputaban derechos y posiciones embebidos en el torrente de ideas de la Revolución Francesa, ilustración, en fin, de ideas universales que de acuerdo a como sean asimiladas ideológicamente por uno u otro bando, servían a una u otra causa.

3.2. Requiem de un difunto a otro

Al igual que a los constructores de la torre de Babel, los sucesos acometieron a los revolucionarios cuando se salió a edificar la república ya constituida. Algunos patriotas confundieron su entendimiento y no necesitaron quien los esparciera, se esparcieron solos, aunque hubieron intentos loables que escapaban a lo que se trata de reflejar. Algunas acciones de Santa Cruz, Lanza y de algunos otros políticos y militares serían testimonio de ello. Sus obras quedaron truncas, en cuanto a intentar dejar el lastre feudal atrás. Pero ¿existían las condiciones suficientes para que sucediese lo contrario sin tropiezo alguno? ¿No sería en todo caso, conveniente para tratar esto, dejar simpatías, culpas y adversiones filiales a los "padres" de la independencia?

Si con la Revolución Francesa existió una burguesía que daba vida dinámica a la problemática de la nación importante en la formación de un mercado interno (Estado-Nación), en la revolución independentista nos encontramos con una distinta situación de lo que tnttamos como burguesía.

Sólo la burguesía era capaz, entonces, de "adquirir" como sustento suyo al Estado Capitalista, y así poner como fundamento de éste al ciudadano (mediación política). Y como referente a la nación (los intereses sobre los que va a existir este Estado, también mediación), por lo menos en sentido potencial (ya que hasta ahora somos un estado multinacional) que es lo que iría a proclamar, por lo menos a modo de tendencia, todo Estado en un momento de su evolución "respetable", si vale el término.39

Pero, como "la construcción de la nación no concluye ni siquiera cuando se han unificado los modos de producción en uno sólo. Por eso es legítimo decir que ni siquiera la mera circulación capitalista garantiza la verdadera existencia de la nación".40 Por tanto, debemos dejar de lado interpretaciones maniqucístas del problemali nacional en una formación económico-social como la nuestra, donde el modo de producción capitalista ya viste al Estado con su rigurosa actividad inclemente, más que nada por su vinculación e integración con el mundo capitalista, y por lo tanto, no debemos tratar de forzar los hechos y pedirles que rompan con sus momentos de existencia.

Este abanico "de facto" sembrador de incertidumbre y certidumbre a la vez, es el que no nos permitió enseñoreamos con una edificación temprana (tal vez, inclusive, ni tardía) de la integridad de "lo nacional". Nuestra multiplicidad y diversidad no son resultados, sino más bien parecen ser por lo menos en parte, sustento de ello. Sufrimos un proceso casi inverso al que en Francia aconteció.

Como contiaparte a la Revolución Francesa, en la revolución inde-pendentista latinoamericana, sus pobladores no se encuentran con los elementos que integran "la nación" ya resueltos, ni siquiera de una manera algo más que primigenia. O, como diría Zavaleta, que simplemente no existían ellos mismos, o existían sólo como semillas.

La muerte de Sucre, el alejamiento de Bolívar, el aniquilamiento de los guerrilleros4I y el olvido de otros preclaros patriotas en los cuales la Revolución Francesa y el pensamiento liberal avanzado eran puntal fundamental para su pensamiento y acción, significó para Charcas allanar camino a criollos que manejarían la ideología de entonces, de acuerdo a sus intereses, muchas veces contrapuestos francamente con los mismos intereses del Estado, y así esterilizarían matando el "espíritu benigno" de estos y otros ideales (que trascendían inclusive lo sólo llegado de fuera del continente) la resurrección de una patria desgarrada por quince años de cruenta lucha, y por tanto la resurrección de una ideología acorde a las ambiciones de una verdadera independencia duradera y no efímera.

 

4. Inconclusiones

La coexistencia de la coerción punitiva de lo estático sobre los hechos tratando de anquilosarlos, con la tendencia secular a la remoción inmanente a su misma esencia, lídian no sólo en los acontecimientos, sino también en su aprehensión en el pensamiento, en la perplejidad a ser derrotada, en la duda a ser remontada.

Esta coexistencia esgrime el argumento sobre la prelación que se realiza ante lo infinito, la abstracción, siendo un recorte de la existencia, que sin dejar de ser acción de exculpación de las limitaciones humanas y de sus intereses específicos, es, ante todo, un regulador expeditivo del conocimiento, de la relación del hombre con el mundo que lo rodea, que lo muta, que lo exor-tiza y que a su vez es resultado de sus virtudes y expediciones depredatorias y constructoras.

Si bien el interés del "Momento Constitutivo de la República de Bolivia" sirve de plataforma para abordar tópicos ideológicos y políticos, no sólo de Charcas, sino también de Francia e inclusive España, no debemos ceder a la tentación de creer que todo lo que se tenía que estudiar y decir ya está consagrado como algo acabado. Nada más falso, Bolivia tiene una gran deuda histórica y sociológica con el pa~do y muy poco o casi nada se ha reflexionado y avanzado desde hace muchos años para mitigar algo este vacío.

Sobre nuestra Independencia e historia pesan haberse perdido elementos fehacientes de su multiplicidad de determinaciones en el olvido y la desidia, que por ello mismo hacen de este escrito sólo una tentativa de irrupción sobre nuestra .deuda con el pasado. Sin embargo, no podemos dejar algunas cosas no muy claras en este texto.

No se puede comprender la lucha ideológica de entonces y la influencia de las ideas de la Revolución Francesa si no se las contextualiza dentro la irrupción e interacción de ideas liberales, de ideas del pensamiento de la filosofía escolástica y de las representaciones propias de los indígenas, de la Revolución Francesa, sus matices, etc.

La invasión napoleónica a España, facilitó la Independencia de las Colonias de España y sumergió a España misma en una marejada no sólo de ideas, sino de intereses que pugnarían para su pronunciación triunfal, con lo que dieron a las Juntas constituídas en América y a los intereses de los criollos, un impulso y una cubierta capaz de protegerlos y lanzarlos a la disputa del poder y dominación política española, arrebatándole posteriormente estas cualidades en su beneficio.

Cuando mencionamos a criollos, españoles, mestizos e indígenas lo hacemos entendiendo que hay una estrecha relación entre éstos y la configuración de su estructura económica y social, sin que por ello se presenten maniqueamente las clases sociales existentes entonces, sin ninguna flexibilida~ que se resista a encuadrarse en los estrechos marcos de la definición de castas mencionadas. La no conciencia de clase, "conciente", no implica la inexistencia de la clase. La clase existe como clase aunque se la perciba en forma grotesca como casta.

Sólo así se explican algunos hechos como por qué, inclusive, muchos españoles peninsulares lucharon por la independencia de Charcas, que tambiénvale para la contingencia ideológica y también sólo así se explica la fonna en que irrumpe la Revolución Francesa, sus ideas, en Charcas integrándose de un modo particular en las distintas castas y dentro de cada una de éstas inclusive con distintos matices.

La influencia de la Revolución Francesa no sólo en los habitantes charquinos, sino también en los espai'loles peninsulares (que es lo que hemos tratado de hacer notar mencionando bastante la irrupción liberal-espai'lola de 1820-23), muestra que el carácter de dominación colonialista sobre Charcas no dependía de manera determinante de la asimilación o no de estas ideas, sino más bien de la definición interna que se diera en este caso en Charcas (y América, porque nuestra definición fue continental, lo que corrobora el ejército de Bolívar) para suprimir el colonialismo. Sólo así, aquí se lucha inclusive contra la forma de gobierno colonialista liberal instituida por los españoles, tanto en las Cortes en momentos de conflicto con Francia, como en el período mencionado 1820-23.

Pero, es irrefutable el hecho de que la misma Revolución Francesa con su irrupción napoleónica, genera a la postre los ingredientes necesarios para que los patriotas transitaran por el camino independentista.

Cuando hablamos del conflicto ideológico que se genera en Charcas, por lo tanto, hablamos de la determinación de sus habitantes por la independencia y de la asunción por parte de éstos de las ideas universales y particulares (las que se originan por su propia historia y fonnación económico-social. Ejemplo: vimos parcialmente la ideología del indígena), readecuadas sobre este fin. En las que se encuentran la ideas antimedievales contenidas y difundidas por la Revolución Francesa, sobre todo en los criollos y mestizos.

Todo esto se debía a que España como América, no habían emprendido el liquidamiento histórico franco de lo feudal, para comenzar a "cultivar y desarrollar" lo capitalista, lo burgués.

Entonces, en Charcas la supervivencia de lo no burgués impidió el desarrollo del capitalismo y por tanto, de las ideas que marcaban un hito para su insurgencia en el Siglo XIX (ideas de la Revolución Francesa, liberales, enciclopedistas, etc.)

Estos resabios creemos que impidieron la inviabilidad manifiesta de las ideas más avanzadas y progresistas en Charcas. Sin decir, por supuesto, que los intentos por superar esto no tiene peso alguno en este proceso. Que sería como aceptar una incapacidad genética, cosa en la que no creemos.

Aquí, sólo nos queda acabar indicando que tratamos de entender el hecho histórico de la Independencia sin descontextualizarlo de un conjunto de determinaciones que aún no han sido agotadas, lo que nos lanza a continuar esta labor. Sin un sólido conocimiento de la cimentación de nuestros fundamentos en nuestra fonnación económica-social, no podremos remontar el futuro.

 

NOTAS

1. Fragmento presente en título "El Cielo de los Antiguos". Se refiere a "El lenguaje del error", tan familiar según él, para algunos hombres de entonces. Voltaire: Cartas Filosóficas y Otros Esaitos. EDAF, pág. 113.

2. MARX, Carlos: La Ideología Alemana. Quinto Sol, pág. 48.

3.       ANSARD, Pierre: El Discurso Polftico. UNAM, México, pág. 13.

4.       Estos datos y muchos otros se encuentran prolijamente sintetizados en el libro de Cristóbal Zaragoza: Vrvan las Cadenas. Bruguera.

5.      CHAVEZ ORTIZ, Ñuflo: lntroducción a la Ciencia Politica. UMSA, La Paz - Bolivia, pág.260.

6.      Historia de la Filosoffa. Tomo 11. PROGRESO, 1983, pág. 246.

7.      MANTILLA LARREA, Julio: Influencia del Pensamiento Liberal en la Independencia y Constitución de la República de Bolivia. Cooperativa de Publicaciones. Facultad de Ciencias Sociales. UMSA. La Paz - Bolivia. Pág. 3.

8.      SARTOAI, Giovanni: La Política (Lógica y método en las Ciencias Sociales). Fondo de Cultura Económica, México, pág. 211.

9. Nos referimos al Subtitulo: De los Diversos Sistemas de legislación, que menciona directamente a la libertad civil, que es diferente a la libertad natural que pierde el hombre por el contrato social. Capitulo XI de Jean Jacques Rousseau: Del Contrato Social. Discursos. AUANZA, pág. 57.

* Uno de los más importantes referentes es el que se da en los cabildos entre los españoles metropolitanos (nacidos en España) y los nacidos en Indias (criollos). Estos últimos hablan conquistado en forma y lucha tenaz en los cabildos, cada vez más derechos y participación.

10. ALBO, Xavier y BARNADAS, Josep: La Cara Campesina de Nuestra Historia. Universo, Pág. 127.

11.    MANDEL. Emest: Cien años de Controversia en tomo a la obra de Marx. Ed. Siglo XXI,pág.98.

12.    MARX, Carlos: El Capital. Tomo 1, Vol. 3. Centro de Publicaciones de la Facultad de Ciencias económicas y Financieras. UMSA. 1986. Pág. 893.

13.    ZAVALETA, René: Clases Sociales y Conocimiento. Obras completas, Amigos del Libro, pág. 56.

14.    ZAVALETA, René: Escritos Sociológicos y Políticos. Taller de Estudios Sociales. Cochabamba, 1986, pág. 121.

15.    VASQUEZ MACHICADO, Humberto; DE MESA, José; Gisbert, Teresa; DE MESA GISBERT, Carlos: Manual de Historia de Bolivia. Gisbert y era. Tercera ed. aumentada, pág. 326.

* Recordemos que Juan Marra Pueyrredón fue designado por Buenos Aires como Presidente de la Audiencia de Charcas con el ingreso del primer ejército auxiliar de Buenos Aires (1810-1811) que entró a algunos departamentos como Potosr, Chuquisaca, Oruro, pero que terminó siendo derrotado en las cercanras del Lago Titicaca por el español. Este ejército auxiliar estuvo al mando de Castelli. Nos es difícil afirmar que se trate de una relación verrdica la que se menciona por falta de documentación y testimonios fehacientes; pero, no se descarta la veracidad y posibilidad de haber relaciones entre los liberales en España con los independientes del Virreynato de la Plata en este sentido.

16.    ZARAGOZA, C.:ob.cit; pág. 43.

(**) Esta es la célebre frase insincera, pronunciada por el Rey, ante sucesos que no podían ser sujetos a su control ya para el año 1820.

(*) Ver documento adjunto en la parte última del trabajo, que es la versión oficial de este conflicto por uno de los bandos en pugna.

17. BONILLA, Heraclio: Un Siglo a la Deriva. Instituto de Estudios Peruanos. Pág.111.

(*) Tendrlase que estudiar inclusive si los españoles no tuvieron nada que ver con la emisión de las profecías andinas, que anunciaban la llegada de seres más poderosos que ellos, tan conocidas en el espacio andino boliviano.

(") Ver documento "Triunfo de la Nación", que refleja al español liberal en su esencia colonialista, adjunto al final de este trabajo, que intenta a través del pensamiento liberal, lograr continuidad en sus fines básicos, estratégicos, ideológicos.

18.     ZARAGOZA: ob.cit., pág. 104.

19.     Althusser dirá: En la edad Medía, la Iglesia era un aparato ideológico (religioso) del Estado. ALTHUSSER, Louis: La Filosoffa como Arma de la Revolución. Ed. Siglo XXI, pág. 115.

20.     lbid.

21.     Principalmente el subrayado denota su trascendencia, pero a la vez queremos indicar lo útil que resultaría tratar su influencia no sólo en Charcas sino también en América toda. Algo de esto se ve del Ecuador en: Estados y Naciones en Los Andes (IEP) comp. por J.P.Deler y Saint-Geours. Tomo 11.

22.     VASQUEZ; MESA GISBERT: ob.cit., pág. 307.

23.     Revista Temas Sociales N° 9, Carrera Sociología, UMSA. Investigación dirigida por Silvia Rivera C., pág. 97.

24. ZAVALETA, René: Bolivia: Crecimiento de la Idea Nacional; Cuadernos de la Revista Casa de las Américas N° 4 (Hechoslldeas). la Habana-Cuba. Pág. 14.

25.     MARX, Kar1: Introducción General a la Crítica de la Economía Política. Cuadernos Pasado y Presente Ng 1. Siglo XXI. Pág. 55.

26.     GRAMSCI, Antonio: Escritos Políticos (1917-1933). Cuadernos Pasado y Presente Ng 54. Pág. 341.

27 ROSTWOROWSKI, Maria: Estructuras Andinas de Poder. Instituto de Estudios Peruanos. P6g. 96.

28.    SANTOS VARGAS, José: Diario de un Comandante de la Independencia Americana. Siglo XXI, pág. 55-56.

29.    DONOSO, Ricardo: El Catecismo Político Cristiano. Cámara Nacional de Comercio. La Paz-Bolivia, pág. 21.

30.    lbid.

31. Al tratar aqur lo "crítico", queremos destacar la significación de la crisis como método en los años que darán origen al Estado Boliviano. Zavaleta indicará que: La crisis es la forma dásica de la revelación o reconocimiento de la realidad del todo social (...) fenómeno o la exterioridad de las sociedades que no tienen la posibilidad de una revelación cognitiva emprrico-cotejable. En: las Masas en Noviembre. Juventud. Pág. 16.

32. También este hedlo es comentado por Alcides Arguedas: Historia General de Bolivia. Puerta del Sol. Pág. 87.

(*) Por influencia de Bollvar, Simón Rodrlguez fue nombrado Director de Ciencias Flsicas, Matemáticas y Artes y asimismo de minas, agricuttura y caminos públicos de la República. También trató de realizar una experiencia piloto de instrucdón escolar, que por su radicalidad "asustó" a los criollos de entonces.

33. Cita a Marx sacada de El Capital, Tomo 1, hecha por George Lukacs: Historia y Conciencia de Clase. Grijalbo, págs. 61-62.

34.     Lizbeth Vega tradujo el texto de Bordeau, en la Carrera de Sociologfa, UMSA (1988) que titula: Lo que se habla quiere decir..., pág. 1; en el que este Antropólogo-Sociólogo argelino muestra su preocupación por explicar el mundo de las percepciones.

35.     MANTILLA, Julio: ob.cit., pág.2.

36.     Nos permitimos sugerir la revisión cuidadosa de una clasificación de roles económicos-sociales hecha por René Arze Aguirre: Participación Popular en la Independencia de Bolivia. Fundación Cultural Ouipus. Págs. 37-38.

37.     ZAVALETA, R.: Revista Autodeterminación Nll 3. Calmes, pág. 18.

38. OVANDO-SANZ, J.A.: Historia Económica de Bolivia. Juventud, Pág. 160.

(*) En el caso de las guerrillas del caudillo Chinchilla y los conflictos que se generan a raíz de su muerte y sucesión (en la que participan los indígenas no solamente con voz sino también con voto), esto se evidencia plenamente. Un caso muy singular es el que se da con el primer Ejército Auxiliar Argentino, en el territorio donde tuvo presencia, votó en el conflicto, por cada provincia, un diputado indio fuera de los designados ya ante Buenos Aires.

39.    O'Donnell dirá: "La condición del Estado como garante y organizador de la sociedad qua capitalista tiende a ser negada por mediaciones que reengarzan a estado y sociedad, de manera que ignoran los clivajes de clase y arrinconan a la sociedad en lo "privado" y fundamentalmente económico. Esas mediaciones son instancias generalizadoras, puestas sobre el fraccionamiento de la sociedad como un telón que oculta trastos que no se deben mostrar en el gran escenario de la política. Guillermo O'Donnell: Apuntes para una Teoría del Estado. Dcto. CEDES/G.E. CLACSO N°9. Pág. 33.

40.    ZAVALETA, René: Clases Sociales y Conocimiento. Amigos del Libro. Pág. 164.

41. Montenegro tomará un dato importante que de: "ciento dos caudillos que tomaron parte en ella, nueve tan sólo sobrevivieron, sucumbiendo los noventa y tres restantes en los patfbulos o en los campos de batalla*. Montenegro, Carlos: Nacionalismo y Coloniaje. Juventud. Pág. 62.

 

 

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons