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Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.15 La Paz  1991

 

ANALISIS DE COYUNTURA

 

DIMENSIONES DE LA ELECCION POLITICA Y DINAMICA DE PARTIDOS

 

Luis Tapia

 

 


 

 

"Los partidos polfticos se convierten en organismos auto"efe-renciales que no tienen ya interés en representar a nadie ni a nada fuera de sí mismos y de su interés de perpetuarse y, en primer lugar, de perpetuarse en común. Viven en una situación de oligopolio y no pueden llevar la mutua competencia hasta un punto tal que haga peligmr el oligopolio".

Paolo Flores D'Arcais "II disincanto tradito"

 

Dos preocupaciones motivan estas líneas: analizar la amplitud o estrechez del acto de elegir en política, en relación a la dinámica que está adquiriendo las prácticas de los partidos políticos hoy en Bolivia. Debo decirlo desde un principio, no puedo separar los rasgos analíticos de la expresión de una crítica valorativa de las realidades diagnosticadas.

 

l. Acto de elegir y espectro de elección.

El acto de elegir políticamente está determinado y enmarcado por las modalidades en que se ha configurado las relaciones estado -sociedad civil-sistema político, en las coyunturas, sobre las estructuras de larga duración.

Elegir implica algún grado de libertad y la existencia de alternativas. La libertad se puede ejercer y desplegar en el escenario o espacio que las anteriores prácticas han determinado en lo que tienen de horizonte más o menos cerrado o con diversas potencialidades de cambio. El modo y grado de ejercicio de nuestra libertad hoy, a su vez está determinando nuestras prácticas futuras o el presente en el que podemos elegir, mejorar, defender nuestto desarrollo.

La elección política necesita de un ámbito de pluralidad, de sujetos y de alternativas de dirección de los procesos. Consideremos dos momentos de ella en los estados modernos: la ciudadanía política y la soberanía estatal.

La condición de posibilidad de elecciones políticas para los miembros de una sociedad viene dada por la vigencia de derechos civiles y políticos de organización y expresión que les permite trabajar colectiva o intersubjetivamentc proyectos políticos o simplemente que los individuos elijan los proyectos de otros y a los individuos que los implementan, y también los modos de controlarlos a veces. El qué, cómo, quienes y durante qué tiempo se elige son criterios que, entre otros, nos permiten caracterizar el efectivo grado de pluralidad y democi'3Cia de una sociedad en su vida política.

El modo en que se ha organizado y concentrado la soberanía política en el estado ha reducido, a su vez, el acto de elegir al voto para la promoción y selección de gobernantes y sus programas de gobierno y proyectos políticos, pero sobre todo se ha reducido a la elección de los gobernantes ya que no hay mecanismos reconocidos por el derecho para que los ciudadanos controlen efectivamente la implementación de los programas y proyectos que eligieron.

Desde la soberanía estatal el espectro de elección depende de su capacidad interna para producir series de alternativas de decisión o gobernabilidad procesadas y definidas en su seno hacia la sociedad. Se puede dar un espectro amplio de elección al interior del estado pero que éste sea estrecho o nulo para la sociedad.

Sobre estas reducciones comunes a los estados capitalistas hay una reducción del espectro de elección en el ámbito político de nuestra sociedad, que es sobre lo que me interesa apuntar algunas ideas valorativas.

Un espectro de elección de configura de la articulación en movimiento de cualidades y de sus tonalidades, cantidades, espacios y medios. Por cualidades podemos considernr los modelos de sociedad y de vida política (que en su desagregación especificada incluye los proyectos políticos, programas de gobierno) y también la identidad y tipo de organización y modo de ser de los sujetos políticos. Las tonalidades muestran los grados de variación e intensidad de la presentación y presencia de los diversos sujetos, proyectos y objetos políticos que encarnan una misma matriz cualitativa

Los espacios del espectro de elección pueden hacer referencia a a) los ámbitos de vida en los cuales se han formulado alternativas de organización. de su reproducción y/o cambio, es decir, la amplitud de los momentos de la vida pública cotidiana en los que es posible participar y decidir o votar por decisiones en la colectividad, producto de todas las prácticas de todos los sujetos políticos b) la amplitud de temas de la vida política y social sobre los cuales los sujetos políticos tienen propuestas para los otros de su sociedad, además del ofrecimiento de sí mismo (de los sujetos) para gobierno, por lo tanto, también está en consideración su grado de presencia en los momentos y espacios de decisiones políticas en su sociedad.

Se podría llamar dimensión vertical a la articulación y despliegue de diversas cualidades y cantidades de la vida social en las que hay alternativas. Y dimensión horizontal al espectro de las diversas alternativas y procesos de elección que cualifican de diverso modo los mismos temas de nuestra existencia. Esta distinción de carácter analítico servirá para sintetizar el diagnóstico de las tendencias del país.

 

2. Elección en Bolivia

Al considerar los procesos electorales del presente boliviano hay que tener en cuenta, por lo menos, dos procesos que condicionan de manera fuerte las modalidades que éstos están tomando. Primero. Se trata todavía de un proceso de reciente instauración de una modalidad de organización del estado y de sus relaciones con la sociedad civil en base a una modalidad de representación y gobierno institucionalizada en un sistema de partidos en proceso de restricción, un parlamento y una supuesta división de poderes; es decir, se trataba en un primer momento del intento de articular una república (política) liberal (como forma del estado capitalista) que restituya los derechos políticos recortados o anulados en el tiempo de las dictaduras militares.

Para el bloque político-social dominante es posible para viabilizar la recomposición de fuerzas a su interior en la pugna por la dirección y/o dominación, esto es, para la competencia de poder a su interior o para la recomposición política del bloque dominante, lo cual se expresa en el hecho de que hoy la lucha política se centra en tomo a cuál de las fracciones políticamente organizadas gobierna el estado capitalista o ejerce más poder y es dominante utilizando el conjunto de instituciones públicas y sus fondos económicos para reproducirse y ejercer más poder; y no así entre bloque de conservación de la sociedad actual contra el peligro de una izquierda y bloque histórico socialista. Esa contradicción en aquellos puntos y momentos en que existe es secundaria y poco intensa.

Para otros sectores: dominados, reprimidos, subordinados, explotados, populares, la transición política democratizante más bien fue promovida para recuperar la capacidad de vivir públicamente con derecho sus prácticas de protesta, control, interlocución con el estado y de los diversos grupos de la sociedad entre sí e incluso, en sus momentos más altos, para promover algunos proyectos de cambio social y de sociedad que creían tener en su seno y susceptibles de ser generalizados a la sociedad en su conjunto.

Segundo. Esta transición a una república parlamentaria de representación y gobierno por vía de un sistema de partidos va tomando cada vez más, sobre todo desde 1985, el carácter oligopólico que con mucha agudeza sintética señala Aores D'Arcais en el texto que encabeza este trabajo. En esto he centrado el problema de la representación y el de la gobemabilidad. La restitución de procesos de elección de gobernantes se ha visto acompañado en los últimos años de una serie de reformas a la normatividad que lo rige, que restringe la legalidad de algunas formas de representación de la sociedad civil y de la presencia legítima y legal de partidos que representan minorías ya sea ideológicas o sociales en las instancias de discusión y decisión gubernamental, favoreciendo la coocentración forzada de la representación en pocos "sujetos representativos" que harían más eficaz la función de gobierno en términos de racionalidad formal y de eliminación de contradicciones y diferencias significativas del ámbito estatal.

En términos de democratización esto significa que esta no avanza sino que se la hace retroceder. Se tiende a eliminar la representación política de minorías cualitativas, favoreciendo mayorías cada vez mas amorfas y menos identificables, y volubles átomos electores que se agregan casual y cliente-lísticamente a masas sin identidad de proyecto y de prácticas de organización política. Esta eliminación de minorías las vuelve ilegales y les quita vida y espacio político. Las mayorías agregadas de este modo restrictivo y oli-gopólico son menos representativas y representadas y su existencia es menos democrática que un sistema que abarque a todas las diferencias y minorías y en el que la formación de mayorías de coyuntura o estables no sea monopólica ni elimine las minorías. Las reformas a la ley electoral están sacrificando y estrechando el margen de representación y de democracia con la idea de que más diversidad y participación produce inestabilidad e ingobernabilidad; entonces, se sacrifica lo democrático representativo para reforzar la dimensión de gobernabilidad centrada en la idea de estabilidad lograda por vía autoritaria y cohercitiva pero también vía consenso-reacción conservadora. En este proceso, ya paradójicamente llamado de democratización por los partidos oli-gopolizantes, aparece o se da una legalidad esquizofrénica Una expresión de esto es la conducta de los que controlan la corte electoral que arbitrariamente manipulan votos y normas sin lugar a revisión y control democrático y público (es decir, abierto a los ciudadanos con capacidad de veto), dando lugar a un proceso de distanciam iento e incluso de contradicción entre los resultados legales y las voluntades colectivas ciudadanas, que desde un principio plantea en potencia la crisis de legitimidad.

Tomando en cuenta estas condiciones de proceso global me circunscribo ahora al análisis del espectro de elección.

¿En la dimensión vertical, en qué ámbitos hay elección y son abordados con propuestas alternativas por los partidos políticos? Los procesos electorales estan dirigidos básicamente a dos aspectos: la selección de gobernantes y en segunda instancia pero dependiendo fuertemente de lo primero esta la política económica y social (en ese orden). No se elige formas de vida política ni formas de régimen político y estado a través de propuestas de mejoras y cambios a las instituciones políticas existentes, porque la legalidad existente lo restringe pero sobre todo porque los partidos políticos oligopólicos no tienen propuestas al respecto y parece que no les interesa tenerlas.

Funciona aquí lo que Marcuse llamó la tolerancia represiva característica del liberalismo conservador que consiste en permitir y otorgar libertades políticas de organización, opinión, crítica y cambio pero dentro los límites de una constitución política y de una estructura social que reproducen con cambios parciales el mismo tipo de injusta sociedad capitalista; es decir, se tolera lo que sea compatible aunque problemático y diferente con el tipo de sociedad en reproducción y se reprime todo aquello que quiera cambiarla en sus fundamentos, pero sobre todo lo más importante es que las ideologías e instituciones funcionen para que la gente se reprima de formular y pensar más allá de los límites de la constitución y de las reformas reproductoras. Dentro de estos límites el liberalismo político pro-burgués tuvo y tiene vitalidad mientras amplía los derechos políticos, la participación y control en y sobre el gobierno o promueve una ampliación del horizonte vital de su sociedad; pero los partidos oligopólicos bolivianos (ADN, MNR, MIR y sus aliados) en vez de ampliar y mejorar la vida política incluso en el seno de esta tolerancia represiva, se han preocupado de reducirla y empobrecerla, manipulando las leyes y los votos para lograr un monopolio irracional (no dialógico) de las instancias de estructuras y administración políticas. En este sentido considero que tales partidos no son liberales. Sus intereses particulares están muy por encima de los derechos de los ciudadanos.

Es difícil pensar el funcionamiento de una democracia que sea efectivamente representativa sin la presencia de fuerzas políticas no monopólicas. Las izquierdas socialistas y el katarismo parecen ser hoy más liberales políticamente (en el sentido de promover y respetar la autonomía individual y los derechos políticos de participación pública) que las fuerzas conservadoras del sistema que vivimos. Los fundamentos de las primeras no son liberales, es decir, individualistas, sino de carácter colectivista, clasista y comunitario, aunque en sus prácticas en la vida pública han defendido con mayor fuerza y convencimiento los derechos individuales, ligándolos eso sí a su referente de grupo, clase, nación.

Cabe considerar que el espectro de elección que es percibido por gran parte de la población es éste. Las ampliaciones que introducen las izquierdas socialistas y el katarismo no llegan a formar parte del horizonte de elección de cada ciudadano o porque no se conocen o porque no son tomadas en cuenta debido a un desprestigio general de las izquierdas en esta década y también a la falta de maduración de sus propuestas. Considero que estas fuerzas políticas introducen ampliaciones en el espectro político de elección al proponer no sólo a sus hombres para participar del proceso de gobierno sino también modos de reorganizar las relaciones estado-sociedad civil en un sentido democratizador. En este sentido entiendo, por ejemplo, la descentralización política no entendida como traslado administrativo del centro a la región pero en el seno del mismo Estado sino como traslado a la sociedad civil de procesos de proyección y decisiones además de gestión, es decir, de incorporación pública de la sociedad civil en las decisiones políticas. Una reorganización poütica en este sentido podría, pennitir que las elecciones políticas no se hagan sólo cada cuatro aflos y en un restringido margen de temas sino de modo más continuo y en un espectro más amplio que vaya incorporando cada vez mas aspectos de la vida social incluso la cotidianidad a modos democráticos de vida.

Los socialistas no han madurado y desarrollado mucho el proyectar en esta dimensión aunque sí hay prometedoras brechas abiertas. Esta situación en vez de significar el no apoyo a estas posiciones más bien llama a trabajar en este proyecto la democracia en toda la vida.

En el proyecto de la IU, por ejemplo, conviven un estatismo pla-nificador con un comunitarismo autogestionario, con el predominio del primero. Hay que discutir más los modos democráticos de su articulación y de la superación de las limitaciones de ambos.

¿Qué espectro hay en la dimensión horiwntal? En el centro y en primer plano están los diversos candidatos a la presidencia de la república. El otro punto central es el tema de la política económica El modo principal de presentarse de los candidatos en los que se ha centrado el voto es como representantes de una política económica. En esto el espectro adquiere un carácter ten-dencialmente monocorde con matices muy secundarios dados por MNR, MIR, ADN en tomo al programa económico vigente, sobre el cual se extiende o despliega una sombra de critica de izquierda, defensora de las condiciones de vida de los sectores trabajadores y de las víctimas de la etapa recesiva que produjo la reforma económico-social, pero también su estructura previa.

Asi de estrecho creo que es el espectro de elección, que bajo las reglas constitucionales actuales es básicamente elección de individuos candidatos y de oligarquías políticas gobernantes, ya que incluso las políticas que se apoyan con el voto sólo pueden esperarse como factualización a través de la llegada de los candidatos a gobiernos. Sobre esto ha operado un proceso ideológico social que induce a hacer pensar y convencerse activamente o conformistamente de que el modelo económico vigente y el tipo de remo-delación del estado es la única alternativa en la coyuntura, sobre todo cuando la crítica no ha argumentado con suficiente superioridad otras alternativas y su verosimilitud.

Las fuerzas conservadoras, entonces, han modelado un espectro de elección para los ciudadanos de modo polar, o se elige la continuidad de esta relativa estabilidad o la incertidumbre de un cambio al que le dan el significado de la vuelta al caos y el desorden o el salto adelante también hacia lo mismo. Se ha generado en buena medida un sentido común conservador privatizante y conformista. La dominancia de cada uno de estos aspectos varía de sector a sector social y de individuo a individuo.

En procesos electorales en que el espectro de elección está modelado con esta estrechez (por la constitución y por los partidos políticos dominantes, es decir, por las prácticas políticas pasadas y presentes) un voto por la izquierda más que significar la elección de sus programas tal vez signifique hoy elegir una posibilidad de representación y de configuración de un espacio político que si se lo vive y amplía productivamente permita en el tiempo ampliar ese estrecho espectro de elección efectiva de hoy para todos.

 

 

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