SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número15CRISIS, UNIVERSIDAD Y REALIDAD NACIONALDIMENSIONES DE LA ELECCION POLITICA Y DINAMICA DE PARTIDOS índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Temas Sociales

versión impresa ISSN 0040-2915versión On-line ISSN 2413-5720

Temas Sociales  no.15 La Paz  1991

 

ANALISIS DE COYUNTURA

 

POBLADORES DE BARRIOS POPULARES

 

 

Danilo Paz Ballivián

 

 


 

"Parece justo comenzar por lo real y lo concreto por el supuesto efectivo; así, por ejemplo, en la economía, por la población que es la base y el sujeto del acto social de la producción en su conjunto. Sin embargo, si se examina con mayor atención, esto se revela como falso. La población es una abstracción si dejo de lado, por ejemplo, las clases de que se compone. Estas clases son, a su vez, una palabra vacía si desconozco los elementos sobre los cuáles reposan, por ejemplo, el trabajo asalariado, el capital, etc. Estos últimos suponen el cambio, la división del trabajo, los precios, etc. El capital, por ejemplo, no es nada sin el trabajo asalariado, sin valor, dinero, precios, etc. Si comenzara, pues, por la población, tendría una representación caótica del conjunto y, precisando cada vez más llegaría analíticamente a conceptos cada vez más simples; de lo concreto representado llegaría a abstracciones más simples. Llegado a ese punto, habría que reemprender el viaje de retorno, hasta dar de nuevo con la población, pero esta vez no tendría una representación caótica de un conjunto, sino una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones".

Carlos Marx. "Introducción General a la Crítica de la Economía Política" (1857). (Marx. 1977).

 

1. Desarrollo Urbano

Para explicar el proceso de urbanización en Bolivia se deben tomar en cuenta varios factores.

En el siglo pasado, la ocupación del espacio urbano tiene relación con la producción minera y la constitución de centros político-administrativos. Siendo muy débil la industrialización, esta no generó un desarrollo económico demandante de mano de obra y consumo, por lo menos de fonna importante y sostenida.

A principios de siglo, según la división internacional del trabajo, Bolivia consolida un modelo económico incorporado al mercado mundial mediante la producción especializada de minerales y se convierte en importador de manufacturas, tecnología y hasta de alimentos.

El sistema económico prevaleciente, por otra parte, no pennitió cambios importantes en la estructura agraria nacional, en la que prevaleció la explotación servil en las haciendas y diferentes tributos a las denominadas comunidades originarias.

Estos factores en su conjunto decidieron que el proceso de urbanización en Bolivia sea uno de los más lentos de América Latina. Sin embargo, y sobre todo a partir de la Revolución Nacional, se observa un creciente desarrollo de la población urbana a costa de la del campo. En efecto, en 1900 la población urbana representaba, el 18% de la población total, en 1950 el 23% y en 1976 el 42% (Ver Cuadro 1).

 

En Bolivia a diferencia de otros países, no existe un proceso de urbanización que concentre la población urbana en una sola ciudad grande, sino en varias ubicadas en distintas regiones del país. En este sentido, se destacan las poblaciones urbanas de los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, que constituyen un eje de articulación vigente desde hace casi 40 años, que por lo demás articula la vieja economía del estaño con la nueva de los hidrocarburos y la agroindustria. Otros departamentos con importante población urbana son Potosí y Oruro. (Ver Cuadro 2).

 

El crecimiento de la población urbana, que se evidencia en el dato que más de la mitad de los habitantes viven en localidades con más de 2.000 personas, es consecuencia del desarrollo poblacional en las propias ciudades y sobre todo de la migrnción del campo a las zonas urbanas.

La migración campo-ciudad, dado el agotamiento del débil dinamismo de la economía basada en la explotación de minerales muestra de manera cada vez más clara, que los inmigrantes se insertan en las ciudades en ocupaciones precariali, asociadas con malas condiciones habitacionales y escaso acceso a servicios esenciales. La baja absorción de mano de obra en el empleo "formal", la caída de los salario~ reales, la caída de la demanda de bienes y servicios1 son procesos que dificultan la vida laboral en el medio urbano.

Al mismo tiempo, la evolución de la cuestión agropecuaria acelera la migración a las ciudades; de una parte han disminuido las oportunidades de empleo estacional en el campo como producto de la caída del cultivo del algodón y el desplazamiento a cultivos menos intensivos en mano de obra como la soya, el sorgo y el maíz, por otra parte las catástrofes naturales de los últim.os aiíos han empujado a muchos campesinos a emigrar hacia zonas urbanas.

• Es posible que el más importante factor de la migración del campo a la ciudad sea el estructural, es decir, la explotación a la que está sujeto el pequeño productor campesino por el mercado, que no le reconoce sus altos costos de prOducción, fijando precios a los productos agropecuarios campesinos por debajo de su valor y que no logra garantizar la reproducción del campesino y su familia. A esto se suma la explotación de los intennediarios, que actuando como rescatadores y comerciantes extraen también posibilidades de. gan~cia de los pequeños productores. Estos factores en su conjunto obligan a los campesinos a migrar a las ciudades. (Paz, 1983).

 

2. Los Barrios Populares

Particularmente en los paises de capitalismo atrasado, el crecimiento de la población urbana está directamente relacionado a la constitución de barrios populares. En realidad las ciudades n9' están capacitadas para generar empleos en la economía '!fonnal", en la magnitud que la inmigración requiere. La regla más evidente, sobre todo en las últimas décadas, es que el proceso de urbanización y de mdustrialización no se desarrolla paralelamente. Existe un proceso de wbanización creciente frente a una débil estructura industrial.

Miles de migrantes tienen no sólo que "inventar" su propia sobrevivencia creando las actividades más diversas, sino también fonnar barrios denominados también villas, que son amplios sectores de la ciudad, donde vive la mayoría de los habitantes de la misma, padeciendo de la inexistencia de servicios, deficientes viviendas, carencia de infraestructura de agua potable, luz, alcantarillado y sobre todo de subempleo y desempleo crónicos.

Las ciudades principales de Bolivia han ido generando un carácter excluyente y selectivo en la distribución de los servicios, es decir, han generado una segregación de "centro-periferia", "residencial-popular", complicadas con una segregación étnica, que dá origen a la denominada crisis urbana, que se define como la situación en la cual la organización territorial no cumple con los requerimientos demandados por los habitantes de la ciudad, más propiamente con la demanda de los barrios populares ya que las zonas "residenciales" y "céntricas" monopolizan el apoyo en servicios y ventajas urbanas.

La problemática de las villas populares abarca varios extremos, desde la vivienda hasta el uso del espacio para el tiempo libre, desde el saneamiento hasta la defensa de los recursos naturales, desde el transporte urbano hasta los riesgos de los asentamientos. La identidad en tomo al control del espacio y sus problemas es lo que permite la conformación de movimientos sociales urbanos, primero en las villas y luego en la agrupación de éstas que reivindican en su conjunto similares demandas a los gobiernos locales y otros organismos de cooperación. Las demandas de los barrios populares al no encontrar respuestas concretas, pueden transformar a los pobladores en críticos del orden político global, articulando de este modo lo inmediato con lo estratégico (Verdesoto. 1987).

Como emergencia de la agudización de la pobreza, explotación y desocupación en las familias de los barrios populares, consecuencia a su vez de la crisis económica generalizada, los pobladores comenzaron a formar varios tipos de organizaciones nuevas y fortalecer las ya existentes. Se llegaron a establecer la Federación de Amas de Casa, la Confederación de Clubes de Madres, Centros Juveniles de Barrios, asimismo se potenciaron las organizaciones de gremiales, artesanos, comerciantes minoristas, etc.

El deterioro de la industria urbana, el cierre de fábricas, el despido de fabriles, la pérdida del valor adquisitivo de los salarios, el deterioro de los servicios públicos en los barrios populares, ha conducido a los pobladores a desarrollar diversas estrategias de sobrevivencia: Primero, se generalizan las juntas de vecinos que desarrollan negociaciones con las alcaldías y organizaciones de beneficencia. Segundo, constituyéndose en la mayor instancia organizada, se forman y consolidan los clubes de madres para canalizar asistencia alimentaria. Finalmente, la NPE y las repercusiones de la crisis han obligado a amplios sectores de pobladores populares a desarrollar estrategias de sobrevivencia al margen de las organizaciones tradicionales (sindicatos, junta de vecinos, etc.), es el caso de la formación de grupos en torno a ollas comunes, huertos familiares, desocupados, etc. (Sandoval. 1987).

Sobre todo las nuevas organizaciones de los pobladores de los barrios populares impulsan reivindicaciones de orden inmediatista, por lo que pueden ser en parte satisfechas con políticas asistenciales desplegadas por el gobierno central, alcaldías o las múltiples instituciones privadas que trabajan en las principales ciudades de Bolivia. Si bien, estas organizaciones populares están absorvidas en resolver sus necesidades inmediatas, no es menos cierto que en su base todas ellas se plantean tarde o temprano problemas de fondo que en el marco de sus pequeños grupos no puede ser resuelto, es el caso del desempleo, servicios básicos, transporte, educación, etc., cuestionamientos que nuevamente impulsan a la constitución y desarrollo de organizaciones mayores como las juntas de vecinos y la propia disputa de los gobiernos locales.

Respecto al gobierno local, se debe mencionar que este puede ser según las circunstancias, el último eslabón de la dominación del Estado sobre lo popular, pero también se puede transformar en el representante de los intereses populares frente al Estado. De este modo, se evidencia que existen organizaciones nuevas en la base, generalmente restringidas a aspectos puntuales, luego se hallan organizaciones de cobertura mayor, como las juntas de vecinos con demandas reivindicativas más estructurales y complejas, finalmente, puede articularse un poder wbano popular capáz de disputar un gobierno local.

El poder municipal o local emergente de una disputa por establecer las demandas populares tiene dos límites: Por un lado, el poder municipal es la tajada de poder que la clase dominante puede ceder sin modificar el equilibrio de fuerzas. Pero a su vez, una exitosa gestión municipal popular, posibilita una amplia organización de masas y la articulación de lo urbano a lo político (Castells. 83).

Cuando hablamos de comuna o municipio, nos referimos a la asociación de numerosas familias establecidas en un determinado lugar geográfico que se vinculan por el requerimiento de soluciones de necesidades imprescindibles de la vida colectiva, es decir, de alguna manera son los requerimientos de satisfacción urgente de los barrios populares proyectados a la escala mayor del municipio.

El municipio en general se plantea los objetivos básicos siguientes: Elevar los niveles de bienestar social y material de la sociedad. Promover el desarrollo de la jurisdicción territorial. Actuar como agente de defensa de la economía popular. Preservar el equilibrio ecológico del ámbito territorial. Precautelar la moral pública y Responsabilizarse del desarrollo urbano (Pérez. 1987):

Los principales problemas de los barrios populares, decíamos que se pueden agrupar en los referidos a la vivienda, infraestructura física, servicios urbanos y el empleo. Veamos'seguidamente qué se entiende por cada uno de ellos

La vivienda es demandada por todas las clases sociales existentes en las ciudades, pero en los barrios populares esa demanda es mayor debido a un incremento demográfico más grande y por la baja calidad y tamaño de las viviendas existentes. Sin embargo, el Estado y las organizaciones privadas solo han atendido a la clase media. Los edificios horizontales, ciudadelas y urbanizaciones generalmente han sido construidos por promotoras, mutuales, cooperativas y entidades del Estado, exclusivamente para personas de recursos asegurados. Las clases populares que confonnan la mayoría de los barrios consiguen sus viviendas casi exclusivamente mediante la autoconstrucción.

La magnitud de la autoconstrucción o construcción "informal" puede estimarse como la principal de las ciudades grandes en Bolivia. En la ciudad de La Paz existen más de 40 villas y El Alto cuenta con aproximadamente 160 barrios en los que la producción artesanal o autoconstrucción es absolutamente predominante.

El problema de la infraestructura física, nos señala que las viviendas no reunen las condiciones básicas para una vida aceptable. Según la Encuesta de Población y Vivienda 1988, de 668.800 viviendas urbanas de Bolivia:

 

374.700,56%, tienen 1 o 2 cuartos.
452.000,68%, no tienen cañería dentro de la vivienda.
392.800,59%, no tiene servicio higiénico privado.
382.100,57%, no tiene alcantarillado.
395.900,57% ' no tiene servicio basurero. (INE - 1989)

En la cuestión de los servicios urbanos debemos destacar, los de Salud y Educación. En cuanto a la salud las malas condiciones sanitarias, el déficit alimentario y la desnutrición deciden que la mortalidad tanto general, infantil y materna sea mucho más elevada en los barrios populares que en el resto de la población urbana. Por otra parte, los establecimientos asistenciales como hospitales, clínicas y centros de salud no están casi en ningún caso ubicados en las áreas de los barrios populares.

En materia de educación, los pobladores de las zonas suburbanas, disponen de una cantidad importante de escuelas, sin embargo, la gran mayoría de ellas no tienen las condiciones adecuadas para el desarrollo de sus actividades. Por otra parte, la temprana inserción de los niños a las actividades productivas, comerciales o de servicios, dificulta el cumplimiento de los alumnos y decide altos índices de deserción escolar.

Tanto la salud como la educación están siendo seriamente afectadas por la NPE. La reducción del gasto público mantiene salarios miserables en el personal de salud pública y de maestros de la escuela fiscal, lo que repercute en un cumplimiento deficitario del propio personal de educación y salud.

Finalmente, sobre el empleo habría que decir que según el Ministerio de Planeamiento de 1980 a 1986, la desocupación aumentó del 6% al 20%. Es decir, de 105.240 desocupados en 1980, en 1986 se tendrían 429.475 en busca de trabajo. La descentralización y la disolución de empresas públicas principales, vino acompañada de despidos masivos de trabajadores del área estatal. En el caso de los mineros de un total de 2R.OOO obreros, han sido retirados 23.000. El número de cesantes del sector público entre 1986 y 1987 ha sido de 23.517. (Del Granado, 1989).

La desocupación está estrechamente ligada a la contracción del aparato productivo, especialmente en construcción, manufactura y servicios dependientes del Estado.

 

3. Economía informal

A diferencia de los años setenta, cuando se creía que el progreso de América Latina y de los países de capitalismo atrasado era de alguna fonna contínuo y que las crisis podían enfrentarse mediante políticas concretas de Estado, en la actualidad se evidencia que estas, por lo menos desde el shock petrolero de 1973, son estructurales. En los países del tercer mundo persisten grandes sectores atrasados frente a reducidos sectores adelantados. La pobreza está generalizada y frente al desempleo, los pobladores van generando nuevas oportunidades de ocupación.

Según estimaciones del CEDLA, a mediados de los setenta, en Bolivia más del 44% de la población económica de las ciudades se hallaba en actividades informales y esta sube a 58% si se adiciona el servicio doméstico.

En la actualidad, cerca del 60% de la población económicamente activa urbana, se ubica en el sector infonnal. No obstante de esta importancia, el Estado sigue preocupándose solo del sector adelantado. (Kritz, 1989).

Para comprender lo que se entiende por economía informal, es necesario puntualizar algunos aspectos que hacen a las relaciones productivas vigentes en las ciudades de los países atrasados y Bolivia. Tomando el tipo de propiedad sobre los medios de producción, las relaciones que se establecen al interior de la unidad productiva, la existencia o no de trabajo asalariado y la participación directa o no en el proceso productivo o venta de servicios de los dueños de los medios de producción; se podrían identificar los siguientes sectores:

a)     Sector estatal, referido a las actividades del sector público, que no generan ganancias.

b)     Sector empresarial, de organización típicamente capitalista, donde la división de propietarios de capital y de fuerza de trabajo está típicamente definida.

c) Sector sem iempresarial, que serían pequeñas empresas, donde el propietario participa directamente del proceso productivo pero contrata regularmente fuerza de trabajo asalariada.

d)     Sector familiar, definido por la propiedad sobre los medios de producción y el trabajo personal y directo del productor. Eventualmente, puede existir aprendices y asalariados eventuales, así como miembros de la familia no remunerados.

e)      Servicio doméstico, relacionado no con una unidad económica sino con una familia. Incorpora a la mujer migrante en las peores condiciones de trabajo e ingreso (Casanovas -Escobar. 1989).

Bajo esta óptica la economía informal sería donde el propietario, además de administrar el establecimiento participa directamente en el proceso productivo. Por otra parte, en estas unidades prevalece una división del trabajo poco desarrollada y dada la pequeña escala de sus operaciones y fluctuaciones de los precios de mercado, los ocupados estarían sometidos a una gran inestabilidad. Dicho de otra fonna, la economía infonnal, comprendería al sector semiempresarial y al sector familiar anterionnente descrito.

La crisis económica sostenida que atraviesa el país, sobre todo desde principios de la presente década, ha supuesto un deterioro de la ocupación, expresado básicamente en el aumento de la tasa de desempleo, una importante reducción de los salarios e ingresos reales y el crecimiento del autoempleo de baja productividad.

La nueva política económica, estimuló y favoreció el desarrollo del sector terciario en desmedro de los sectores productivos que sufrieron una drástica contracción. En efecto, mientras que en el período 85-87 la tasa de crecimiento del PIB del comercio crece en 6,8%, en el mismo período el PIB de la minería presenta una tasa de -23,7% y el de la construcción el -1,4%. (Villegas - Aguirre. 1989).

La distribución de la población económicamente activa por sectores, nos muestra que entre 1976 y 1987 el sector fonnal (estatal y empresarial) ha disminuido del 46% al 41%, en cambio el sector infonnal (semiempresarial y familiar) aumentó de 42,6% al 54,6% (ver cuadro 3).

La disminución porcentual del sector formal y el incremento del sector informal, es debido fundamentalmente a la drástica disminución del empleo del sector público, por los bajos salarios, congelamiento salarial y la política de despidos masivos implementada a partir de 1985.

Hablando del sector informal en particular, podemos evidenciar que éste presenta una fuerte concentración en el comercio que abarca al 45% de los establecimientos, principalmente a través de fonnas familiares de organización. Los servicios también representan el 21% de los establecimientos informales, donde predominan las denominadas semiempresas. Finalmente, las manufacturas suman el 16% de los establecimientos. En su conjunto, la mayoría de los establecimientos del sector informal pertenecen a actividades del sector terciario de la economía (Ver cuadro 4).

 

Los aspectos legales del sector informal urbano en Bolivia, es decir, el conjunto de disposiciones legales que regulan la organización de las unidadesinformales a partir de una definición de derechos y obligaciones, no existe de forma explícita y específica, por el contrario, el sistema jurídico está diseñado para la empresa capitalista típica, por ello, tiene una vigencia solo nominal en el sector informal.

Los derechos legales establecidos para los empleados, como ser las 8 horas de trabajo, beneficios sociales, seguros, etc. no son tomados en cuenta en las denominadas subempresas, bajo el argumento de que estas no generan los excedentes económicos suficientes para cubrir los costos de producción.

El sistema tributario actual regula un amplio universo, con mayor eficiencia que el sistema anterior, de hecho el 49% de las 336.638 unidades económicas informales estimadas en todas las capitales de departamentos exceptuando Trinidad y Cobija, se hallan inscritas en el RUC bajo el régimen tributario simplificado, entre los que se destaca el sector del comercio que por su carácter "visible" abarca al 95% de sus unidades. (Casanovas, 1989).

Fuera de la inscripción en el Registro Nacional Unico de Contribuyentes RUC, la constitución legal de las unidades económicas supone la matrícula de registro de comercio, inscripción al Registro Nacional de Pequeña Industria, inscripción al Padrón Municipal de Contribuyentes. Exigencias que en su generalidad no se cumplen y dan origen a la ilegalidad de la mayoría de los establecimientos informales.

La estructura de los costos para que un establecimiento funcione legalmente es de 10% correspondiente a tributos, 54% costos !aborales y 36% a los de Seguridad Social (Escobar, 1989). Por lo que se puede concluir que la situación de ilegalidad de una importante cantidad de las unidades informales deviene de no ajustarse a las normas vigentes referidas a los costos laborales y la seguridad social.

 

4. Relaciones productivas

Desde un punto de vista económico, la estructura productiva de las ciudades principales de Bolivia, muestra la coexistencia de formas de organización típicamente capitalistas con unidades económicas no capitalistas. En realidad pueden hallarse relaciones intensivas en capital y de alta productividadque se desarrollan paralelamente a unidades de mediana y baja productividad, donde la producción de bienes o servicios se organiza combinando trabajo asalariado con formas familiares o simplemente en tomo a la fuerza de trabajo familiar.

Esta estructura urbana abigarrada involucra varios extremos: En primer término, se hallan los pequeí\os productores, propietarios de sus medios de producción que trabajan fundamentalmente con fuerza de trabajo familiar y destinan su producción al mercado. Luego están, las formas retrasadas del capitalismo, que no han roto totalmente con la organización del trabajo no capitalista, sinó la han aprovechado bajo un nuevo contenido. Finalmente, encontramos las relaciones típicamente capitalistas. Para decirlo de otro modo, existen unidades de pequeí\os productores libres y empresas capitalistas atrasadas y avanzadas. En este sentido, lo que se denomina economía informal estaría formada por las unidades económicas familiares y las de capitalismo atrasado.

Cuando indicamos la noción de capitalismo atrasado, nos referimos más concretamente al concepto de subsunción formal del trabajo al capital, donde éste se ha impuesto sin destruir plenamente las formas de organización anteriores. Por lo demás, la subsunción formal está ligada a la plusvalía absoluta, es decir, que la ganancia del capitalista se asegura mediante una mayor explotación obrera, aumentando las horas de trabajo y reduciendo el salario. (Marx, 1976).

En las llamadas subempresas, predomina la explotación por yía de la plusvalía absoluta. El patrón, que muchas veces no se ha separado del trabajo directo, garantiza su ganancia solo a través de evitar los costos de la seguridad social y ampliando las horas de trabajo. En estas empresas predomina el trabajo vivo más que el capital, es decir, la débil inversión de capital está compensada con un empleo mayor de fuerza de trabajo.

Las subempresas, que en realidad son empresas de bajísima composición orgánica de capital, entran en competencia con otras de alta composición, cuyo valor de sus productos es menor en tanto en sus unidades productivas prevalece el capital constante frente al variable. En estas circunstancias, las empresas capitalistas atrasadas al competir con las empresas capitalistas avanzadas, ceden una parte de la plusvalía enajenada del obrero a la sociedad en su conjunto pero más propiamente al sistema capitalista.

El mercado no reconoce los altos costos de producción de las empresas capitalistas atrasadas, las que se ven obligadas a sobreexplotar a los trabajadores directos con el fm de seguir compitiendo y reproduciendo sus unidades económicas.

Ahora bien, en la otra forma productiva, la del pequefto productor libre, denominado sector familiar, la situación se complica. En estas unidades productivas, frente a los precarios medios de producción de que disponen, el trabajo vivo tiene un predominio absoluto, de esta forma su producción tiene un alto valor que el mercado capitalista no está en posición de reconocerle. En este caso, con mayor razón que en las empresas capitalistas atrasadas, el productor directo cede una parte importante del valor de su producción, fenómeno que explica en última instancia el deterioro progresivo de las condiciones de vida de los productores familiares independientes.

Hasta el momento, nos hemos referido a las relaciones económicas que se establecen en los sectores productivos de la economía informal y cómo estas se hallan relacionadas al mercado capitalista, sin embargo, las semi-empresas y unidades familiares también existen, y en mayor medida, en los sectores improductivos. No solo existen empresas capitalistas atrasadas y unidades familiares en los sectores de la manufactura, construcción, transporte y comunicación, sino también, en los sectores del comercio, finanzas y servicios.

Las empresas atrasadas de los sectores del comercio y servicios, también sobreexplotan a sus empleados al negarles sus derechos laborales a las ocho horas de trabajo, al seguro social, desahucio, indemnización, etc. Por otra parte, en estas empresas el monto de los salarios, como resultante de la presión de los desempleados y relocalizados es verdaderamente bajo.

Los trabajadores independientes de los sectores del comercio y servicios, por su parte, se debaten en su generalidad en la infrasubsistencia, en la medida que sus ganancias no logran, o alcanzan muy deficientemente, a cubrir las necesidades del trabajador por cuenta propia y su familia.

No obstante de estos problemas estructurales, las unidades de la economía familiar, al interior del mundo urbano, logran abastecer la mayoría de los bienes y servicios del consumo masivo y captan un volumen muy importante de la fuerza de trabajo particularmente de la mujer.

La unidad económica familiar es dependiente del sector empresarial desde varios puntos de vista. Por una parte, su acceso a detenninados mercados depende de la dinámica del sector capitalista. Ciertos rubros son cubiertos por el sector familiar sólo hasta ser ocupados por los capitalistas. Por otra pane, como consecuencia de la situación oligopólica de los mercados, el importador impone los precios de los insumos aprovechando la débil competencia. Asimismo, muchos de los trabajadores familiares son sólo fonnalmente independientes, pero en la práctica reciben productos o prestan servicios a una sola empresa capitalista. (Casanovas-Escóbar. 1989).

 

S. Lo urbano y la clase

Se ha desarrollado el surgimiento de los barrios populares y sus fundamentales problemas, por un lado, y por otro, detenninando las relaciones económicas que prevalecen mayoritariamente en las ciudades principales de Bolivia, sin embargo, aún resta establecer la relación que existe entre uno y otro factor, es decir, entre las demandas urbanas de los pobladores de las villas y las reivindicaciones laborales de los trabajadores existentes en las unidades económicas de las subempresas y los trabajadores por cuenta propia

Hasta el momento, la mayoría de los esfuerzos de interpretación y de propuestas, han tratado el fenómeno de la crisis urbana desvinculada del tipo de trabajadores que conforman los barrios populares.

Las organizaciones de ollas comunes, clubes de madres y juntas de vecinos, plantean de fonna sistemática los problemas relacionados a la vivienda, infraestructura de servicios, salud, nutrición, educación, etc., pero todavía no vinculan plenamente esas reivindicaciones a las demandas de mejoramiento de sus fuentes de trabajo y su situación socio-laboral. Todo lo relacionado a mejores sueldos, disminución de horas de trabajo, seguro social, mejores precios de sus productos o servicios, no intervienen fundamentalmente en la propuesta barrial de los pobladores.

Por otra parte, las organizaciones sindicales, gremiales, de comercio minorista, etc., se han limitado a plantear demandas laborales: defensa de sus fuentes de trabajo, reducción de impuestos, mejora de sueldos y salarios, etc., dejando de lado los problemas referidos a los servicios urbanos. Es más, por mucho tiempo la rigidez del movimiento sindical no permitió postular las demandas de los barrios populares junto a las reivindicaciones netamente laborales.

Hasta el momento, y en cierta medida como producto de la dicotomía planteada, se piensa que las demandas urbanas son un campo político de las fuerzas conservadoras y la defensa laboral de las progresistas. En realidad, bajo esta óptica se ha debilitado la posibilidad del fortalecimiento de los sectores populares, que debían plantear en forma unitaria la movilización en tomo a la defensa del salario y de las condiciones de vida en los barrios populares.

En la evidencia que el gran porcentaje de los pobladores de los barrios populares son precisamente los trabajadores directos de las empresas atrasadas y de las unidades familiares, se puede concluir que la evolución de la articulación de lo urbano con la clase, es absolutamente posible y de consecuencia natural. Los pobladores, sobre todo en nuestras principales ciudades, están cada vez más obligados por las circunstancias a plantear en forma conjunta sus problemas que devienen de sus estrategias de trabajo e ingreso, con los que son resultado de la crisis urbana que los margina de servicios, educación, salud, etc.

En este sentido, no solo las organizaciones de barrio (por ej: las juntas de vecinos), en adelante deberán plantear como fundamental la defensa del salario y la mejora de las condiciones socio laborales, sino también las organizaciones sindicales y gremiales (por ej: artesanos o comerciantes minoristas), en su plataforma privilegiará la demanda de servicios urbanos.

La crisis económica, que tiene la cualidad de poner al descubierto muchos fenómenos que permanecieron ocultos, entre otros ha revelado la importancia del sector informal en la economía de las ciudades de Bolivia, de tal suerte que puede constatarse que este sector ocupa alrededor del 60% de la población económicamente activa establecida en las empresas atrasadas y unidades por cuenta propia Sin embargo, la importancia de este hecho, también ha inducido a dos extremos de salidas. Una burocrática, que induce a las unidades de la economía informal a cumplir con las normas legales y tributarias establecidas, desconociendo los verdaderos problemas estructurales de estas unidades que son: sus altos costos de producción, sobreexplotación del trabajador directo y las transferencias de valor que realizan al sector capitalista en su conjunto. Otro ideal, que piensa a la economía informal como la vía posible de crecimiento de un país atrasado en las actuales circunstancias. (De Soto. 1987), sin considerar, la inhumana situación en la que se encuentran los pobladores infonnales tanto desde el punto de vista de sus condiciones de sobreexplotación, como de su marginamiento de los mínimos servicios urbanos. Es como si se planteara un desarrollo en base a la persistencia de la pobreza y el marginamiento de la mayoría de la población urbana. El fin del desarrollo no puede ser el desarrollo mismo, si no el mejoramiento de las condiciones de vida de las gnmdes mayorías. Plantear el desarrollo en base a la situación laboral actual es contravenir el art. 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que dice: "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios".

La alternativa desde el punto de vista del trabajador directo del sector informal, no puede ser otra que mejorar las condiciones en las que actualmente se debate, es decir, luchar por mejores sueldos y salarios, por incrementar los ingresos en la venta de bienes y servicios, por el cumplimiento de los beneficios sociales, seguro social y demás derechos del obrero previstos en la Ley General del Trabajo.

No se puede avanzar retrocediendo, será necesario modernizar las empresas atrasadas (semi-empresas), con el fin de que sus altos costos de producción no recaigan en la disminución de los salarios, será imprescindible disminuir los costos de los insumos y bienes que requieren los trabajadores por cuenta-propia para producir o vender, evitando la mtermediación a través de compras directas de los trabajadores a los centros de producción de insumos o bienes. Las unidades familiares deberán tender a asociarse tanto para la compra de materias primas como para la venta de productos acabados. Es el aislamiento de las unidades informales que pennite al sistema capitalista en su conjunto no reconocerles el valor de sus productos.

Un otro aspecto a considerar, talvéz mas delicado, es que los informales están en cierta forma también discriminados al interior de las organizaciones de los sectores populares. En efecto, los trabajadores directos de las sub-empresas no obstante de ser explotados por el capital en una forma inhumana a través de bajos salarios y sin beneficios sociales, no tienen al interior de la Central Obrera Boliviana una representación como obreros, sino como gremiales, comerciantes minoristas y otros. Por otra parte, los trabajadores directos independientes o familiares, al no tener una organización exclusiva de cuenta propistas, tampoco están verdaderamente representados en el órgano obrero nacional, sino minoritariamente por subsectores aislados. La COB se potenciará y actualizará sin perder su eseocia, reconociendo en su seno a los proletarios de las semiempresas con todos sus derechos y orgauizando a los trabajadores por cuenta-propia de las ciudades en un gran sector afiliado al movimiento obrero popular.

 

6. Balance General

En las líneas que siguen trataremos de realizar una síntesis correlacionada de los fenómenos tratados, ligando lo que es el desarrollo poblacional urbano con la constitoción de barrios populares en las ciudades y ver en éstos últimos, las estrategias de reproducción de la fuerza de trabajo que realizan los pobladores.

No obstante del débil crecimiento industrial de las principales ciudades de Bolivia, estas han tenido un desarrollo poblacional considerable sobre todo por la migración rural. En el período que vá de 1.900 a la actualidad, el porcentaje de la población que vive en las áreas urbanas ha crecido de 18% al 50%.

El proceso de urbanización creciente frente a una débil estructura industrial, ha obligado a miles de inmigrantes a formar barrios populares o villas, la mayoría de ellas desprovistas de agua potable, alcantarillado y de viviendas con las mínimas condiciones. Por otra parte, éstos barrios son atendidos en materia de servicios de edocación y salud en forma absolutamente deficiente.

La crisis estructural que vivimos sumada al desarrollo del desempleo, ha empeorado las condiciones socio económicas de los barrios populares y obligado a formar varios tipos de organizaciones nuevas y potenciar las antiguas. Se constituyen los clubes de madres y se generaliza la organización de beneficiencia.

Las reivindicaciones de las nuevas y antiguas organizaciones de los barrios populares, pueden en su remate, ser resueltas en la coyuntura o desarrollarse hasta la disputa de los gobiernos locales o el cuestionamiento global del orden constituido, de este modo se liga lo urbano con lo político.

En los barrios populares se asienta la mayoría de las clases subalternas y más propiamente los trabajadores directos del denominado sector informal, que comprende las semiempresas y las unidades familiares. Estas unidades económicas se ván incrementando en desmedro del sector formal, como emergencia de la drástica disminución del empleo en el sector público, los bajos salarios y la política d~ despidos masivos a partir de la NPE vigente desde 1985.

En el sector informal se destacan el comercio y servicios, pero también tiene una importancia significativa la manufactura y el transporte. Se puede decir que la mayoría de las unidades de estos subsectores se hallan en la ilegalidad, fundamentalmente por.no ajustarse a las normas vigentes referidas a la seguridad social y protección obrera en general.

La estructura económica de las ciudades de Bolivia, muestra la coexistencia de empresas capitalistas adelantadas y atrasadas con la pequeña producción libre o familiar. Lo que se ha denominado economía informal, está formada por las unidades familiares y las empresas atrasadas.

Las unidades empresariales atrasadas, sean estas del sector productivo o improductivo, sobreexplotan a sus trabajadores aumentando sus horas de trabajo y reduciendo sus salarios, para asegurarse ganancias frente a las empresas adelantadas que tienen bajos costos de producción dada su elevada tecnología y gran volumen de operaciones.

Las unidades familiares que producen bienes o servicios, también ceden una parte del valor de su producción al entrar en competencia con la producción capitalista. El mercado no les reconoce sus altos costos de producción, por lo demás, depende de los insumos de las empresas o simplemente muchas de estas unidades son solo formalmente independientes, ya que en la práctica reciben productos o prestan servicios a una empresa capitalista.

Los trabajadores directos de las empresas capitalistas atrasadas y de las unidades familiares de los sectores de la manufactura, construcción, transporte, comercio, finanzas y servicios, sin duda son el gran componente po-blacional de los barrios populares de las principales ciudades de Bolivia y se debaten entre las reivindicaciones urbanas y las necesidades de ingresos económicos que permitan la reproducción de la fuerza de trabajo familiar.

Hasta el momento y de forma dominante, las organizaciones de los barrios populares se plantean reivindicaciones relacionadas a la vivienda, infraestructura, salud, nutrición, educación, etc., pero aún no vinculan éstas a las demandas de mayores fuentes de trabajo, aumento salarial y el cumplimiento de los derechos conquistados por la clase asalariada. Por su parte, las organizaciones sindicales y gremiales no ligan plenamente sus demandas laborales a las de mejoras urbanas y de condiciones de vida.

Los pobladores de nuestras ciudades están cada vez más obligados a plantear en fonna conjunta sus problemas laborales y de ingreso, con los que devienen de las deficiencias de servicios en las ciudades, de esta manera, progresivamente se va dando la articulación de lo urbano con la clase.

El reconocimiento de la importancia del sector informal, ha llevado a que ciertos grupos intelectuales conservadoramente piensen que esta economía basada en la sobreexplotación del trabajador directo, sea la única vía de desarrollo en las actuales circunstancias. Los trabajadores de los barrios populares en cambio, solo pueden luchar por mejores sueldos, por disminuir el precio de las materias primas usadas en su producción, por el seguro social y la ampliación de los servicios urbanos a los barrios populares. No se puede plantear el desarrollo a costa de la sobreexplotación de la mayoría de la población de las ciudades de Bolivia.

Finalmente en el aspecto organizativo la COB, deberá fomentar la organización de los cuenta-propistas a nivel nacional y reconocer a los trabajadores de las sub-empresas como proletarios con todos sus derechos.

 

7. Bibliografia citada

CASANOVAS, ROBERTO: 1989 "Informalidad e ilegalidad: Una falsa identidad". En el libro del mismo nombre. CEDLA. La Paz - Bolivia.        [ Links ]

CASANOVAS, ROBERTO y ESCOBAR, SILVIA: 1989 "Los trabajadores por cuenta propia en La Paz". CEDLA. La Paz - Bolivia.        [ Links ]

DE SOTO, HERNANDO: 1987 "El otro sendero". Instituto Libertad y Democracia. 7o. Edición. Lima - Perú.        [ Links ]

DEL GRANAOO, JUAN: 1989 "Empleo y Salario en el modelo neoliberal". Hoy Análisis. 25-8-89. La Paz - Bolivia.

ESCOBAR, SILVIA:  1989 "Los establecimientos informales ante la Ley". En el libro: Identidad e ilegalidad: Una falsa identidad. CEDLA. La Paz -Bolivia.        [ Links ]

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA (INE):1989 "Encuesta Nacional de Población y Vivienda". INE. La Paz - Bolivia.         [ Links ]

KRTIZ, ERNESTO:   1989 "Prólogo". En el libro: Informalidad e ilegalidad: Una falsa identidad. CEDLA. La Paz - Bolivia        [ Links ]

MARX, CARLOS:      1976 "El Capital". Tomo 1 (La llamada Acumulación Originaria). Fondo de Cultura Económica. Bogotá.        [ Links ]

MARX, CARLOS:    1977 "Introducción General a la Crítica de la  Economía Política 1857". Cuaderno Pasado y Presente l. Siglo XXI. México.        [ Links ]

PAZ, DANlLO: 1983  "Estructura Agraria Boliviana". Editorial Popular. La Paz - Bolivia.        [ Links ]

PEREIRA, RENE: 1987 "Urbanización y Desarrollo". Revista Temas Sociales 10. Sociología UMSA. La Paz - Bolivia.        [ Links ]

PEREZ, JOSE ANTONIO: 1987 "Gobiernos Municipales: Caracterización y su marco jurídico institucional". En el libro: Poder Municipal para el pueblo. AIPE. La Paz - Bolivia.        [ Links ]

SANDOVAL, GOOOFREOO: "Actores emergentes y movimientos sociales urbano-populares". En el libro: Poder municipal para el pueblo. AIPE. La Paz - Bolivia.

VERDESOTO, LUIS:1987  "Temas políticos acerca de la organización urbana, municipio y poder" En el libro: Poder municipal para el pueblo. AIPE La Paz -Bolivia.         [ Links ]

VILLEGAS, CARLOS y AGUIRRE, ALVARO:1989 Excedente y Acumulación en Bolivia" CEDLA. La Paz - Bolivia.        [ Links ]

 

 

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons