INTRODUCCIÓN
La evidencia educativa muestra que el factor docente es un elemento clave en el aprendizaje de los estudiantes y en el buen funcionamiento de las escuelas; docentes bien preparados, junto a desarrollo profesional son pilares fundamentales para la calidad educativa (Muñoz, et al., 2017). En otras palabras, la formación de los maestros desempeña un papel fundamental en la mejora de la calidad educativa; para que el docente despliegue todo su potencial en el aula, es imprescindible trabajar en el desarrollo y fortalecimiento de su profesión, teniendo en cuenta que de ellos depende la calidad educativa que prestan a la nación. Ello exige cambio en la formación docente, a fin de que se implemente la educación que requiere el mundo contemporáneo y la cultura humana, se considera además el papel del docente en la sociedad como agente transformador (Nieva y Martínez, 2016). Sobre esta premisa, los sistemas educativos modernos sitúan la formación docente en el centro de las reformas orientadas a elevar el rendimiento académico de los alumnos y la eficacia de las escuelas.
De acuerdo con Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO (2014), las universidades se encuentran actualmente frente a dos desafíos fundamentales en el marco de la Agenda 2030. El primero de estos desafíos radica en la necesidad urgente de formar profesionales que no solo cuenten con un sólido dominio técnico en sus respectivas áreas, sino que además sean capaces de idear e implementar soluciones sostenibles frente a los problemas sociales, ambientales y económicos que afectan a la sociedad contemporánea. En este contexto, las instituciones de educación superior desempeñan un papel central en la construcción de un capital humano comprometido y capacitado para diseñar estrategias innovadoras que contribuyan a la sostenibilidad, respondiendo así a las demandas globales establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por otra parte, el segundo desafío que enfrentan las universidades, según UNESCO (2014), consiste en garantizar que sus acciones académicas estén plenamente alineadas con los principios y metas propuestas por los ODS. A este respecto, no basta únicamente con una formación centrada en contenidos teóricos, sino que resulta indispensable la incorporación sistemática de enfoques de sostenibilidad dentro de los planes curriculares y las actividades educativas. Este desafío exige un compromiso institucional profundo, implicando una revisión permanente de los contenidos curriculares, las prácticas pedagógicas y los modelos de evaluación, con la finalidad de preparar a los futuros profesionales para desempeñarse en contextos que exigen respuestas adaptativas, integrales y sostenibles a problemas educativos, sociales y ambientales complejos.
En este marco, las universidades desempeñan un papel central no solo como instituciones formadoras, sino también como agentes activos en la implementación y cumplimiento de la Agenda 2030. Bajo esta perspectiva, el rol académico va más allá de la transmisión de conocimientos teóricos; implica una preparación integral en competencias prácticas y actitudinales que permitan a los futuros docentes desarrollar respuestas sostenibles en contextos educativos reales (Castañeda, et al., 2020), contribuyendo así al logro efectivo del ODS 4.
En consonancia con lo anterior, la adopción y aplicación de estrategias orientadas hacia la sostenibilidad en los procesos formativos universitarios no solo resultan necesarias (Estrada et al, 2021), sino que constituyen un factor esencial para que las instituciones educativas asuman su compromiso con la sociedad global, impactando favorablemente en el desarrollo integral de las generaciones actuales y futuras. La calidad de la educación que recibe un país, en gran medida, refleja la solidez de la capacitación de sus educadores (García, et al., 2020; Franco et al., 2024).
Sin embargo, en el contexto local de Lima, persisten brechas preocupantes en la preparación profesional de los futuros docentes, especialmente en las universidades públicas. No obstante, nivel nacional se reconoce la existencia de estas brechas formativas en los maestros peruanos, lo que sugiere que muchos estudiantes de pedagogía egresan sin haber consolidado plenamente las competencias académicas indispensables.
Como resultado de estas brechas formativas, en las facultades de educación de universidades públicas limeñas, esta realidad se traduce en carencias en el dominio disciplinar, la didáctica y la investigación, dificultando que los nuevos docentes alcancen un desempeño preprofesional óptimo durante sus prácticas (Ramírez, et al., 2021). Dichas deficiencias en la formación inicial amenazan con trasladarse a la enseñanza en las aulas escolares, perpetuando falencias en el proceso educativo (Rodríguez, et al., 2020).
Frente a este escenario, fortalecer las competencias académicas de los futuros educadores se vuelve una necesidad apremiante para cerrar esas brechas y asegurar una enseñanza de calidad. Ante estas carencias, resulta urgente fortalecer estas competencias -desde un sólido manejo de las materias que enseñarán y las estrategias pedagógicas, hasta habilidades de pensamiento crítico, reflexión e investigación- es imprescindible para que los estudiantes de pedagogía mejoren su desempeño durante las prácticas preprofesionales y, posteriormente, ejerzan una docencia eficaz en las aulas.
En este sentido, diversos expertos enfatizan que la docencia requiere precisamente estas capacidades para incrementar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, incluyendo el dominio profundo de los contenidos, la capacidad de pensar de manera crítica y colaborativa, y la atención a la diversidad social y cultural del alumnado. En suma, un futuro maestro bien formado académicamente estará mejor preparado para traducir la teoría educativa en prácticas pedagógicas exitosas (Torres et al, 2020), impactando positivamente en el aprendizaje de sus estudiantes.
Esta preocupación trasciende el ámbito local y nacional, alineándose con compromisos globales en materia de educación. De hecho, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 de las Naciones Unidas (ODS 4: Educación de Calidad) subraya la relevancia de los docentes en la calidad educativa y la necesidad de mejorar su formación universitaria. En línea con esto, el ODS 4 propone “aumentar la oferta de maestros calificados, en particular mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo”.
En consecuencia, esta meta internacional recalca que, para lograr una educación inclusiva y equitativa de calidad, es crucial contar con profesores bien preparados. Por ello, el fortalecimiento de la formación docente en las universidades -donde se forman los futuros maestros- se convierte en una estrategia esencial no solo para cumplir las metas educativas nacionales, sino también para atender los estándares y aspiraciones globales en materia de educación superior de calidad (Pérez y Garza, 2022).
En este contexto, la presente investigación adquiere especial relevancia al enfocarse en analizar el desarrollo de competencias académicas profesionales en estudiantes universitarios de la carrera de Educación en una universidad pública de Lima, en el contexto del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4).
Como señalan los especialistas, la calidad educativa de una nación está directamente vinculada con su progreso social e indicadores de desarrollo, inclusive en términos de bienestar y crecimiento económico (Wilches, 2020; Muñoz, 2020). En definitiva, invertir en la excelencia de los futuros docentes representa una inversión estratégica en el desarrollo nacional: una educación de mayor calidad forja ciudadanos más capacitados y una sociedad con mayores oportunidades de prosperidad y equidad.
MÉTODO
En relación con la operacionalización de las categorías de análisis pertinentes al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4 (ODS 4), se procedió a realizar una revisión exhaustiva de la literatura científica y pedagógica. Se consultaron bases de datos académicas como JSTOR, Scopus, y ERIC, seleccionando publicaciones desde el año 2020 hasta la actualidad. Se incluyeron estudios que abordaron las prácticas educativas sustentables y su impacto en la formación académica. Los criterios de inclusión especificaron estudios que presentaron resultados empíricos y revisiones teóricas que contribuyen directamente a las categorías de análisis definidas, tales como inclusión, calidad educativa y aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Para validar la presencia de las categorías de análisis en la formación del estudiante, se desarrolló un cuestionario estructurado que abarcaba 25 preguntas cerradas. Este instrumento fue administrado a una muestra representativa de estudiantes de último año de la carrera de Educación en una universidad de Lima. Las preguntas fueron diseñadas para evaluar la percepción de los estudiantes respecto a la incorporación de los componentes del ODS 4 en su formación académica. Se empleó una escala Likert de cinco puntos para las respuestas, variando desde "totalmente en desacuerdo" hasta "totalmente de acuerdo".
La validación del cuestionario se llevó a cabo a través de un doble proceso: primero, mediante el juicio de expertos, y segundo, por el cálculo del coeficiente alfa de Cronbach. En el primer método, un panel de expertos en educación y metodología de investigación evaluó la adecuación de los ítems del cuestionario, asegurando que las preguntas fueran pertinentes y capaces de medir efectivamente los aspectos del ODS 4 contemplados en la investigación. Este proceso de validación por expertos ayudó a garantizar que el contenido del cuestionario estuviera alineado con los objetivos teóricos y prácticos del estudio.
En cuanto al análisis de la confiabilidad del instrumento, se calculó el coeficiente alfa de Cronbach, obteniéndose un valor de 0.879. Este resultado indica una alta consistencia interna del cuestionario, lo que sugiere que las preguntas agrupadas bajo cada categoría de análisis son coherentes en su capacidad para evaluar un constructo común. Un alfa de Cronbach cercano a 0.9 es considerado excelente en la mayoría de los contextos de investigación, lo que refuerza la confiabilidad de los datos recogidos y proporciona una sólida base para las conclusiones derivadas del estudio.
El Test de Competencias Profesionales Académicas, aplicado a los mismos estudiantes, consistió en 10 preguntas diseñadas para evaluar competencias técnicas y de empleabilidad. Este test incluyó preguntas de opción múltiple, preguntas abiertas y casos prácticos. Los casos prácticos requirieron que los estudiantes aplicaran sus conocimientos y habilidades en situaciones hipotéticas, reflejando desafíos reales que podrían enfrentar en ambientes educativos. La evaluación de las respuestas se llevó a cabo mediante un panel de expertos en educación, quienes asignaron puntajes basados en criterios preestablecidos de rigor académico y relevancia práctica.
Se emplearon pruebas estadísticas para evaluar los datos obtenidos tanto del cuestionario como del test de competencias. Para el análisis de los datos cuantitativos se utilizó el software estadístico SPSS, realizando pruebas de varianza para determinar la significancia de las diferencias encontradas entre grupos de respuestas. En cuanto a los datos cualitativos, se aplicó análisis de contenido utilizando el software Atlas.Ti, lo que permitió identificar patrones y temas recurrentes en las respuestas abiertas y los estudios de caso.
Además, se garantizó el cumplimiento de las normativas éticas vigentes en la investigación con seres humanos, incluyendo el consentimiento informado de todos los participantes. Este consentimiento se obtuvo mediante un formulario que describía el propósito del estudio, los procedimientos involucrados, y aseguraba la confidencialidad y el derecho a retirarse del estudio en cualquier momento sin penalización alguna.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La presente investigación tuvo como propósito analizar el desarrollo de competencias académicas profesionales en estudiantes universitarios de programas de formación en educación, en relación con los principios y metas establecidos en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4). Los resultados obtenidos revelan niveles diferenciados en la adquisición de competencias según el avance académico, el contexto institucional y las experiencias prácticas en entornos educativos diversos.
Tabla 1 Análisis de correlación entre la competencia académica y ODS 4
| Variables | Coeficiente de Correlación (Rho de Spearman) | Significancia (Sig. bilateral) |
| Competencias académicas y ODS 4 | 0.492 | 0.036 |
El análisis de correlación realizado en la tabla 1, evidenció una relación positiva entre las competencias académicas y la percepción de la inclusión de la ODS en su formación académica Tabla 1. De acuerdo con el coeficiente de correlación de Spearman (Rho=0.492) y la significancia obtenida (p=0.036), se confirma que este vínculo es estadísticamente significativo.
En la figura 1, se observó un coeficiente de correlación de Spearman de 0.492, lo cual indica una correlación moderada entre las competencias académicas y el cumplimiento del ODS 4. La significancia bilateral de 0.036 sugiere que este resultado es estadísticamente significativo, lo que implica que hay una probabilidad menor al 5% de que esta correlación sea producto del azar.
Tabla 2 Coeficientes del Modelo de Regresión Lineal Múltiple
| Variable | Coeficiente |
|---|---|
| Intercepto | 5.958 |
| Conocimientos Pedagógicos | 0.464 |
| Habilidades Didácticas | 0.335 |
| Habilidades Blandas | 0.263 |
En el análisis realizado en la Tabla 2, mediante regresión lineal múltiple, se estableció un intercepto de 5.958, representando la percepción base del cumplimiento del ODS 4 en ausencia de influencia de las competencias académicas. Respecto a los coeficientes de las variables independientes, se encontraron relaciones significativas entre varias competencias y la percepción del ODS 4:
Conocimientos Pedagógicos: Con un coeficiente de 0.464, el modelo muestra que un aumento en los conocimientos pedagógicos mejora la percepción del cumplimiento del ODS 4 en 0.464 unidades, asumiendo que otras variables permanecen constantes.
Habilidades Didácticas: Un incremento en las habilidades didácticas está asociado con un aumento de 0.335 unidades en la percepción del cumplimiento del ODS 4, lo que indica la relevancia de desarrollar habilidades didácticas efectivas en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la construcción curricular universitario.
Habilidades Blandas: Por último, un aumento en las habilidades blandas conlleva a un incremento de 0.263 unidades en la percepción del cumplimiento del ODS 4, destacando el papel crucial de las habilidades interpersonales y emocionales en el ámbito educativo analizado.
En el modelo de regresión utilizado para analizar la percepción del cumplimiento del ODS 4 en base a las competencias académicas, se obtuvo un valor R-cuadrado de 0.689. Este dato indica que el 68.9% de la variabilidad observada en la percepción del ODS 4 puede ser explicada por las variables del modelo, lo cual refleja una buena capacidad de este para capturar y explicar cómo las competencias académicas influyen en la percepción de los estudiantes respecto a los objetivos de educación de calidad.
Por otro lado, el MSE (Error Cuadrático Medio) alcanzado fue de 21.010. Este valor es una métrica que evalúa la calidad del ajuste del modelo, midiendo la diferencia promedio entre los valores observados y los valores predichos por el modelo.
Discusión
Los resultados de este estudio evidencian una correlación moderada y estadísticamente significativa entre las competencias académicas y la percepción del cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), tal como lo indica el coeficiente de Spearman señalado (Rho=0.492, p=0.036). Este resultado amplía la perspectiva de diversos estudios, debido a que aumenta la comprensión de cómo las competencias pedagógicas y didácticas inciden directamente en la percepción de calidad y eficacia educativa futura, especialmente, al impactar en la formación de nuevos docentes. En este sentido, autores como Torres, et al., (2014) habían ya destacado que el desarrollo de competencias docentes constituye un elemento fundamental para la proyección e implementación de prácticas educativas que respondan a las necesidades de un entorno globalizado y en constante cambio.
Asimismo, los análisis derivados del modelo de regresión lineal múltiple revelan una influencia positiva significativa de las competencias pedagógicas, habilidades didácticas y habilidades blandas en la percepción del cumplimiento del ODS 4. Estos hallazgos se alinean con los planteamientos de García (2020), quien subraya la importancia de la formación basada en competencias como un requisito indispensable para mejorar la interacción en el aula y, por ende, los resultados educativos que esperados en función a los objetivos institucionales. En particular, la capacidad de adaptar métodos didácticos innovadores ha sido identificada como un factor clave para potenciar el impacto de la educación.
Respecto al impacto de las competencias académicas en el rendimiento estudiantil, las habilidades socioemocionales y el pensamiento crítico son esenciales para el éxito académico de cualquier carrera, sin embargo, en la pedagogía estos elementos son determinantes debido a que existe una formación de competencias para responder a la educación de nuevos elementos de la sociedad. En este contexto, los resultados de este estudio demostraron que las competencias académicas no solo contribuyen al rendimiento académico o potencia capacidades profesionales, sino también a una percepción más positiva de la educación sostenible, que es uno de los fines de las ODS.
Desde una perspectiva curricular, los resultados obtenidos apoyan la necesidad de adoptar modelos educativos centrados en competencias, en consonancia con las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior y las recomendaciones sobre formación en competencias genéricas y específicas. La integración de las TIC como herramientas facilitadoras del aprendizaje, por ejemplo, ha mostrado tener un impacto positivo en el rendimiento académico. De acuerdo con Santos (2022), las TIC no solo han transformado la manera en que se accede a la información, sino también cómo se construye el conocimiento. Por ende, entender su influencia directa en el rendimiento académico es crucial para garantizar una educación de calidad adaptada a las demandas del siglo XXI Cedeño, et al., (2023). Este hallazgo sugiere que las políticas educativas deberían considerar la adopción de tecnologías avanzadas como parte integral de los programas de estudio, de forma complementaria a los estudios teóricos, y no como recurso.
Al comparar estos resultados con investigaciones previas, como las de García (2020), se confirma la importancia de las competencias docentes en la mejora de la calidad educativa y en la percepción de la eficacia de las políticas educativas orientadas hacia la sostenibilidad. En esta misma línea, (Friedrichsen et al., 2009), sostienen que, la formación del profesorado debe contribuir al desarrollo de las competencias. claves, proporcionando las herramientas que permitan responder a los retos y demandas que el contexto educativo actual. De igual manera, la evidencia de que las habilidades blandas, como la inteligencia emocional y el pensamiento crítico, desempeñan un papel crucial en el rendimiento estudiantil, respalda investigaciones que enfatizan la necesidad de integrar estas competencias en los currículos académicos para enfrentar los retos del siglo XXI.
No obstante, a pesar de estos resultados positivos, es importante señalar que la evaluación observada no implica necesariamente una relación causal directa. Por ello, futuras investigaciones podrían beneficiarse de adoptar enfoques metodológicos más rigurosos, como estudios longitudinales o experimentales, para explorar más a fondo esta relación. Asimismo, sería provechoso examinar cómo las competencias académicas impactan en distintas poblaciones estudiantiles, teniendo en cuenta factores como el contexto socioeconómico y cultural.
CONCLUSIONES
El estudio actual ha establecido una correlación significativa entre las competencias académicas y la percepción del cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, destacando la influencia positiva de habilidades pedagógicas y didácticas específicas en este aspecto. A través del análisis estadístico, se ha demostrado que estas competencias no solo contribuyen al cumplimiento de metas educativas sostenibles, sino que también mejoran el rendimiento y la percepción educativa entre los estudiantes.
Este estudio también destaca la relevancia de implementar enfoques pedagógicos innovadores y modelos educativos basados en competencias, que han demostrado ser efectivos en mejorar tanto la enseñanza como los resultados de aprendizaje.
Finalmente, aunque los resultados obtenidos son prometedores, es fundamental considerar que la correlación encontrada no establece causalidad. Por lo tanto, se recomienda la realización de futuros estudios que utilicen metodologías longitudinales o experimentales para confirmar estos hallazgos y explorar las implicaciones de las competencias académicas en diferentes contextos y poblaciones estudiantiles. Asimismo, sería provechoso examinar más detenidamente cómo estas competencias pueden ser efectivamente integradas en políticas y prácticas educativas para maximizar su impacto en la percepción y cumplimiento de los ODS en el ámbito global.















