INTRODUCCIÓN

Las enfermeras desempeñan un rol crucial en diversas áreas de salud, siendo fundamentales para el funcionamiento eficiente de los sistemas sanitarios a nivel global. Su contribución abarca desde la atención primaria hasta cuidados especializados en hospitales y centros clínicos, pasando por la educación para la salud y el apoyo emocional a pacientes y familiares. Por esas razones, la enfermería consolida un rol fundamental en el cuidado del ser humano, la familia y la comunidad. Esto marca un punto importante en las tendencias que exigen cambios sociales, políticos y culturales, así como avances científicos a escala mundial. Estos cambios permiten a sus profesionales evolucionar sus conceptos y definiciones, introduciendo nuevas técnicas para ofrecer una atención efectiva y de calidad (¹).

Aunque, el campo de la enfermería enfatiza en el cuidado integral de pacientes y en la prevención y promoción de salud para quienes requieren asistencia sanitaria. En la actualidad, existe una paradoja en su labor profesional pues muchas veces enfrentan altos niveles de estrés que pueden dificultar su propia capacidad para autocuidarse (²).

El estrés laboral es un tema cada vez más relevante en el ámbito de la salud, especialmente entre los profesionales de enfermería. Estos trabajadores enfrentan desafíos diarios que pueden afectar su bienestar físico y mental. La naturaleza de su trabajo implica una exposición constante a situaciones estresantes, como el contacto continuo con el dolor y el sufrimiento de los pacientes, conflictos con otros profesionales sanitarios, sobrecarga laboral y falta de recursos adecuados para realizar sus tareas eficientemente (³).

En tal sentido, situaciones como la escasez de personal, turnos rotativos y la presión para tomar decisiones rápidas en entornos críticos contribuyen significativamente al estrés laboral entre las enfermeras que produce el síndrome del desgaste profesional o "burnout” que es una consecuencia común del estrés prolongado en este grupo profesional. Este se caracteriza por agotamiento emocional, despersonalización y disminución en la realización personal que conlleva a bajas laborales frecuentes y reducir la calidad del cuidado ofrecido a los pacientes (4,5).

En tal sentido, la importancia de abordar este tema radica no solo en mejorar las condiciones laborales sino también en proteger la salud mental y física de estos profesionales clave dentro del sistema sanitario. Es fundamental implementar políticas que promuevan un ambiente laboral más sano mediante programas de apoyo psicológico, capacitación continua para manejar situaciones estresantes efectivamente y mejoras estructurales para reducir cargas excesivas sobre ellos (1-3).

En áreas como la consulta externa, las enfermeras son esenciales para proporcionar cuidados preventivos y curativos. Además de realizar evaluaciones iniciales, administrar tratamientos según indicaciones médicas, educan a los pacientes sobre su condición de salud y cómo manejarla adecuadamente. Su capacidad para escuchar activamente permite brindar soporte emocional durante momentos críticos (⁴).

En este contexto, comprender cómo los profesionales de enfermería perciben el estrés laboral en áreas específicas como la consulta externa resulta crucial para desarrollar estrategias efectivas que mejoren su calidad de vida laboral y contribuyan al bienestar general del equipo sanitario. Este análisis no solo busca identificar las fuentes principales del estrés sino también proponer soluciones prácticas para mitigarlo y promover un ambiente más saludable dentro del sistema sanitario (6-8).

Por lo tanto, el objetivo de esta revisión fue realizar un análisis comparativo del estrés laboral en profesionales de enfermería que trabajan en consulta externa a nivel latinoamericano y en Ecuador.

METODOLOGÍA

La investigación fue realizada con un enfoque cualitativo, utilizando el método PRISMA, para lo cual se empleó la siguiente ecuación de búsqueda: “Percepción del estrés por el personal de enfermería” "Estrés laboral" OR "Estrés ocupacional") AND ("Profesionales de enfermería" OR "Enfermeras") AND ("Consulta externa" OR "Atención ambulatoria") AND "Latinoamérica". La investigación fue desarrollada entre los años 2015 al 2023.

Para la búsqueda bibliográfica exhaustiva, se consultaron las bases de datos SciELO, Redalyc, LILACS y Dialnet, reconocidas por su amplio contenido académico y científico. La selección de artículos se basó en criterios específicos para asegurar la pertinencia y calidad de la información recopilada. Se priorizaron artículos originales, garantizando que la investigación presentada fuera inédita y contribuyera de manera sustancial al tema de estudio. Además, se estableció un rango de publicación entre 2014 y 2025, con el objetivo de incluir la literatura más reciente y relevante en el campo. Se excluyeron expresamente revisiones bibliográficas, libros y tesis, enfocando la búsqueda en investigaciones primarias y artículos de investigación empírica.

Asimismo, se identificaron 400 trabajos publicados, de los cuales se excluyeron 240 mediante la primera lectura debido a que algunos no son artículos, presentan diferentes idiomas, pertenecen a repositorios digitales y son repetidos, a través de la segunda lectura se excluyen 140 artículos porque requieren de pago, se encuentran duplicados y no mantiene una calidad científica esperada, tras realizar una lectura analítica, por lo tanto, quedando seleccionado 15 fuentes como se evidencia en la Figura 1.

Figura 1 Diagrama de flujo PRISMA 

DESARROLLO Y DISCUSIÓN

Las investigaciones sobre estrés laboral en el personal de salud se encuentran publicadas en diversas bases científicas, incluyendo SciELO, Redalyc, LILACS, y Dialnet. Además, algunas investigaciones se alojan en repositorios de universidades, como Dspace de la Universidad Nacional de Chimborazo y el repositorio de la Universidad Continental, así como el repositorio de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana. Esta dispersión en múltiples plataformas subraya la relevancia del tema en diferentes contextos geográficos y académicos, facilitando el acceso a estos estudios a una amplia audiencia Tabla 1.

Por otra parte, la metodología de investigación en estos estudios es variada. Predominan los estudios cuantitativos, descriptivos y correlacionales, así como los estudios observacionales de corte transversal. Algunos estudios utilizan un enfoque no experimental y transversal de tipo correlacional. También se encuentran estudios de campo descriptivos. Esta diversidad metodológica permite abordar el problema del estrés laboral desde diferentes perspectivas, enriqueciendo la comprensión del fenómeno Tabla 1.

En total, en el trabajo se incluyen once estudios con diversas metodologías y enfoques. Los resultados de estos estudios revelan una prevalencia significativa del estrés laboral en el personal de salud. Por ejemplo, un estudio encontró que el 67,7% del personal asistencial prehospitalario presenta estrés laboral. Otro estudio identificó que el 29,3% de los enfermeros perciben la muerte y el sufrimiento como los principales estresores en su trabajo. Además, se ha observado una relación inversa y significativa entre el estrés laboral y el clima organizacional. El síndrome de Burnout también es un problema relevante, con una prevalencia del 4.2% en una provincia de Ecuador. Los factores estresantes comunes incluyen la sobrecarga laboral, la falta de apoyo social y las condiciones laborales inadecuadas Tabla 1.

Por otra parte, los resultados indican que la sobrecarga laboral, la insatisfacción y el espacio insuficiente son factores recurrentes que impactan negativamente en la salud y desempeño del personal. Las conclusiones sugieren la necesidad de intervenciones específicas para abordar estos problemas, mejorar el clima organizacional y proporcionar apoyo social adecuado para reducir el estrés y mejorar la calidad de atención al paciente Tabla 1.

Tabla 1 Resultados de búsqueda del proceso de sistematización. 

Discusión

El estrés laboral es considerado un fenómeno global debido a sus altas cifras reportadas por varios investigadores. Este problema tiene implicaciones significativas para la salud pública ya que puede provocar trastornos del estado anímico comportamental social, así como síntomas físicos diversos como cefaleas gastritis colitis entre otros lo cual lleva a considerarlo "la enfermedad del siglo XXI". Un estudio desarrollado en por Castillo et al. (⁹), expone que la prevalencia de nivel alto de estrés correspondió a 33.9% de los encuestados, que labora en la consulta externa.

Actualmente, es uno de los problemas más significativos que enfrentan los trabajadores de la salud hoy en día. En el ámbito laboral, su presencia se debe a una combinación de factores de riesgo diversos. Entre estos se destacan el ambiente físico donde se desarrolla el trabajo, la estructura y organización laboral, así como los aspectos psicosociales tanto dentro como fuera del lugar de trabajo (⁸). En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) describe el estrés como un conjunto de respuestas fisiológicas que preparan al cuerpo para enfrentar desafíos (⁹). Estas respuestas pueden causar cambios significativos en el bienestar físico, mental o emocional de una persona. Si no se gestionan adecuadamente, pueden llevar a trastornos psicológicos graves. En el contexto médico del siglo XIX, las ideas sobre el estrés persistieron como antecedentes de deterioro en la salud.

El promedio de féminas y de trabajadores de enfermería es un elemento que se observa con frecuencia en este tipo de área de salud y que guarda relación, entre otros elementos con la propia función de las áreas donde es necesario un personal de enfermería. En tal sentido Alvarado (¹⁰), analiza los factores de estrés laboral en el personal de enfermería en consulta externa Hospital Emergencias insiste a que los que laboran en esa área, específicamente el personal de enfermería asociado en su mayoría a que en su totalidad el género femenino es el más expuesto a altos niveles de estrés laboral.

Diversos autores destacan que Walter Cannon fue pionero en los estudios sobre psicología emocional al interpretar el estrés en 1932 como una alteración del equilibrio corporal ante situaciones adversas como el frío o la falta de oxígeno. Esta perspectiva histórica resalta cómo las concepciones sobre el evolucionan para comprender su profundo impacto tanto físico como emocional y mental en los seres humanos. Esta transformación conceptual permite entender mejor cómo las respuestas que pueden influir profundamente en nuestra salud general y bienestar a lo largo del tiempo (3-6).

En ese sentido, los trabajadores sanitarios, especialmente los profesionales de enfermería, enfrentan altos niveles de estrés laboral que aumentan su riesgo de desarrollar enfermedades mentales relacionadas con su profesión. Esto se debe a la naturaleza exigente de su trabajo en servicios especializados, donde frecuentemente lidian con situaciones como la muerte y asumen responsabilidades administrativas significativas (9,10).

Además del estrés inherente a sus demandas diarias en diversos contextos, los enfermeros también experimentan presiones adicionales debido a conflictos interpersonales dentro del equipo, el desempeño múltiple roles y la presión ejercida por sus superiores. En el entorno hospitalario específicamente, factores como la escasez de personal capacitado y las complejas actividades diarias contribuyen al estrés experimentado por estos profesionales. Además, destacan las dinámicas interpersonales dentro del equipo y las prolongadas jornadas laborales (⁹).

Otros autores señalan al analizar el nivel de estrés laboral en trabajadores de la salud donde el 72,2% de trabajadores fueron enfermeras con edad promedio de 38 años mostraron un porcentaje de 20,4% manejaban estrés propiamente siendo más frecuente en el servicio de consulta externa (¹¹).

En el contexto de la problemática del estrés laboral, la OMS, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de Estados Americanos (OEA) desarrollan normas como "Protegiendo la Salud de los Trabajadores" para identificar las causas del estrés y diseñar intervenciones que mejoren el bienestar profesional. Estas organizaciones están particularmente preocupadas por las fuentes que lo producen, debido a sus efectos adversos significativos sobre su salud y para buscar soluciones efectivas que ayuden a los profesionales sanitarios a mejorar y proteger su salud (⁷).

En ese sentido, un informe reciente de la OIT titulado "Estrés en el trabajo: un desafío compartido para todos" destaca que no hay datos globales sobre cómo se distribuye ni cuánto impacta el estrés laboral. Sin embargo, investigaciones en las Américas y otras regiones revelan que es un problema fundamental. Esto subraya aún más la necesidad urgente de abordar este tema con seriedad para mitigar sus consecuencias negativas tanto en individuos como en organizaciones (6,8,10).

Por su parte Castillo-Caicedo et al. (¹²), identifican un elevado porcentaje de trabajadores del área de terapia intensiva de con estrés laboral y ansiedad con una fuerte correlación positiva entre estos.

Según Castillo et al. (⁹), su impacto es significativo en la salud mental y física de los trabajadores, estudios en recientes demuestran que, en América Latina, los índices de estrés laboral aumentan año tras año. Un ejemplo notable es Argentina, donde un estudio reveló que el 65% de los trabajadores en la capital federal admitieron sufrir estrés laboral en sus actividades diarias, mientras que un 18% lo experimentan en otras regiones del país.

En una investigación realizada entre profesionales de enfermería en México encontró que para el 29.3% de ellos, las principales fuentes generadoras de estrés son situaciones relacionadas con la muerte, el dolor e incertidumbre durante tratamientos médicos. Mientras que en Chile, Bolivia y Ecuador también se observa un aumento anual significativo en los niveles generales del estrés laboral debido a factores estresantes como sobrecarga laboral, despidos injustificados, conflictos sociopolíticos, falta adecuada condiciones para trabajar y otros (10-12).

Asimismo, una encuesta sobre condiciones laborales y salud realizada en 2012 en América Central revela que más del 10% de los participantes experimentaban estrés o tensión continuamente debido a sus preocupaciones laborales. Además, según datos de la OIT en 2016 aproximadamente el 30% de la población activa sufre estrés laboral; esta cifra es aún mayor en países en desarrollo (¹¹).

El estrés laboral tiene un impacto significativo no solo en la salud de los trabajadores sino también en las finanzas de las organizaciones. En Ecuador, por ejemplo, se estima que genera pérdidas diarias de $1.6 millones. Además de este costo económico institucional también afecta a nivel personal familiar y social. En este país existen varios estudios identifican áreas de alto riesgo donde los profesionales de enfermería enfrentan situaciones estresantes como responsabilidades excesivas ruidos constantes iluminación inadecuada espacios insuficientes sobrecarga laboral críticas frecuentes falta de comunicación con colegas y acceso limitado a información sobre pacientes (¹²). Aunque existen numerosos estudios sobre el estrés laboral en áreas consideradas de alto riesgo en ese país hay una notable escasez en investigaciones específicas sobre cómo perciben el estrés los profesionales de enfermería en el área de consulta externa del sector público.

En ese sentido Castillo-Caicedo et al. (¹³), un estudio expone que una muestra seleccionada sobre el personal de enfermería en una unidad de tercer nivel de atención refleja porcentajes de prevalencia del 36,4% y entre los síntomas más frecuentes estuvieron acidez en el estómago, dificultad para conciliar el sueño y despertar durante la noche.

Otro estudio similar realizado por Teixeira et al. (¹⁴), el personal estresado presentaba problema de salud en un 31,5% y las patologías más frecuentes fueron, los problemas gástricos, 27,5 %, como segunda causa de morbilidad la diabetes mellitus (21,6 %) y en tercer lugar la hipertensión arterial (15,7 %). Lo cual evidencia los efectos negativos del estrés en el personal de enfermería.

En igual modo, en la ciudad de Cuenca, Ecuador, un estudio realizado en 77 enfermeras utilizando la prueba de Jaime Breihl reveló altos niveles de cortisol en sangre. Los resultados mostraron que el 88% experimentaba estrés moderado el 6% severo y el 5% leve debido principalmente a malas condiciones laborales como espacios pequeños exceso de trabajo jornadas intensas y falta de armonía (11-13).

Por otra parte, en Guayaquil también se observa un alto nivel de estrés entre las enfermeras que trabajan en emergencias donde un porcentaje significativo reportó dolor y tensión muscular (82%). Los estudios sobre estrés laboral entre profesionales de enfermería indican que este grupo enfrenta altos niveles debido a exigencias y presiones laborales que superan sus conocimientos aptitudes y capacidad para manejar situaciones difíciles. El desequilibrio entre estas demandas y sus capacidades genera un entorno estresante (²).

El personal de enfermería que trabaja tanto en unidades hospitalarias como en áreas como la consulta externa enfrenta situaciones que pueden causar estrés. Entre estas se incluyen responsabilidades laborales significativas ruido excesivo iluminación defectuosa espacios inadecuados o insuficientes para realizar sus labores calor extremo y falta de personal médico en situaciones críticas. Además, destacan problemas como ambigüedad en la asignación de funciones falta de personal para atender adecuadamente los servicios sobrecarga laborales críticas constantes por parte de otros profesionales comunicación deficiente entre compañeros información insuficiente sobre pacientes y rotación frecuente por diferentes áreas (4-6).

En Ecuador los altos niveles de estrés y la percepción generalizada de sobrecarga laboral entre los profesionales sanitarios señalan un grave problema ocupacional relacionado con el Síndrome de Burnout que no siempre es reconocido. La profesión enfermería debido a sus características particulares especialmente dentro del hospital se destaca por factores estresantes tales como escasez de personal turnos rotativos interacción con pacientes y familiares difíciles contacto directo con enfermedades sufrimiento y muerte ausencia reconocimiento profesional limitada autonomía autoridad para tomar decisiones lo cual genera un entorno laboral altamente estresante. Esta es una las profesiones más propensas a generar estrés laboral debido a su naturaleza exigente (15-18).

Las consecuencias más significativas del estrés laboral en enfermería incluyen el deterioro de la calidad de los servicios ofrecidos por las instituciones sanitarias y un alto índice de ausentismo entre los profesionales. La sobrecarga laboral es una fuente importante de estrés en este campo. Los profesionales de enfermería son particularmente afectados por el estrés laboral especialmente en áreas como la consulta externa donde se exigen actividades que demandan atención al paciente y sirven como entrada a todos los servicios hospitalarios (4,10-12).

La percepción del estrés laboral entre los enfermeros que trabajan en esta área está estrechamente ligada a las problemáticas que afectan tanto directa como indirectamente su salud. Por lo tanto, es crucial implementar acciones positivas dirigidas a este grupo profesional con el objetivo final de mejorar los beneficios para el paciente. Sin embargo, también es importante reconocer la necesidad urgente implementar medidas efectivas para controlar situaciones fatigantes derivadas de la complejidad inherente a sus múltiples actividades diarias. Esto subraya aún más la importancia vital desarrollando iniciativas colectivas orientadas hacia mitigar estos desafíos cotidianos enfrentados por estos profesionales clave dentro del sistema sanitario (¹⁵).

Por naturaleza el ser humano responde a sensaciones que generan respuestas inmediatas a los estímulos sensoriales según su capacidad receptiva y crea ideas para tomar conclusiones que le permiten dar significado a su entorno. Este proceso es fundamental en la toma de decisiones. En el contexto de las investigaciones sobre estrés laboral entre profesionales de enfermería se observa un mayor enfoque en áreas críticas y complejas comparado con un número limitado de estudios en el área de consulta externa (¹⁸).

En este sentido, el personal de enfermería representa más del 50% de los recursos humanos dentro instituciones sanitarias lo cual hace prioritario comprender los factores que influyen en su desempeño laboral. De esta manera las unidades hospitalarias pueden desarrollar estrategias para lograr satisfacción laboral y promover una actitud óptima hacia el servicio reflejándose tanto en el ambiente laboral como en la calidad recibida por los usuarios (15,16).

En Ecuador la población trabajadora enfrenta diversos factores ambientales y laborales que afectan negativamente su salud y bienestar. En este contexto el Estado a través de la autoridad sanitaria juega un papel crucial al fortalecer las políticas públicas de promoción de salud en el trabajo y prevención de enfermedades laborales mediante una interacción colaborativa. El trabajo del personal de enfermería requiere contribuciones significativas como esfuerzo tiempo aptitudes habilidades con la expectativa de recibir compensaciones humanas éticas profesionales económicas materiales psicológicas y sociales que satisfagan sus necesidades (2,9,12).

La profesión enfermera no está exenta de estas consideraciones. Se investiga sobre el estrés laboral en enfermería debido al incremento observado en estadísticas mundiales y nacionales. Según datos OMS un porcentaje notable (75%) de trabajadores mexicanos sufre estrés laboral colocando al país en primer lugar mundialmente (¹⁵).

Para (16-18), el estrés laboral entre profesionales sanitarios surge cuando las exigencias del ambiente superan la capacidad del trabajador causando pérdida control sobre su entorno. En enfermería se identifican múltiples estresores relacionados con contextos organizativos aspectos psicológicos sociales según sus estudios. Además, se destaca que el trabajo emocional es particularmente intenso en este sector ya que implica apoyo físico emocional continuo a pacientes familiares lo cual incluye a las enfermeras.

El personal de enfermería a menudo se ve obligado a expresar o reprimir sus emociones en el entorno sanitario. Sin embargo, existe una notable falta de estudios sobre la percepción del estrés laboral entre los enfermeros que trabajan en el área de consulta externa. Esta área es particularmente exigente debido a la alta demanda de pacientes con diversas patologías que requieren atención calificada y cálida (¹⁹).

En los últimos años el estrés laboral ha ganado relevancia siendo el trabajador el principal afectado al exponerse a diversos factores de riesgo que pueden deteriorar su salud física y psicológica. La fuerza laboral en las Américas representa aproximadamente el 50% (460 millones) de la población total siendo esencial para la producción y desarrollo regional. América Latina y el Caribe contribuyen con un 60% de esta fuerza laboral presente en todos los sectores económicos. Sin embargo, para asegurar su máximo rendimiento productividad se necesitan condiciones de trabajo seguras saludables satisfactorias, así como condiciones de empleo equitativas justas. Solo así se logrará un trabajo decente que contribuya al desarrollo individual sectorial regional (11,15).

Por otro lado, condiciones inseguras insatisfactorias o peligrosas pueden causar accidentes enfermedades muertes en el trabajo reconociendo al trabajo empleo como determinantes sociales clave para la salud. En Latinoamérica según datos Organización Panamericana de la Salud (OPS), los trastornos mentales representan actualmente el 22% de la carga enfermedad regional proyectándose como principal causa discapacidad para 2030. Además, un estudio OIT reveló que un notable porcentaje (36%) de trabajadores reporta sufrir estrés laboral en América Latina Caribe. Estos datos son alarmantes y deberían impulsar acciones por parte empresas no solo por razones humanitarias éticas sino también económicas ya que según OIT costo económico trastornos mentales mundial es del 4% PIB global esperándose aumente próximamente (20-23).

En 1984 el Comité Mixto OIT/OMS definió los factores psicosociales en el trabajo como interacciones entre las condiciones laborales su medio ambiente la satisfacción laboral y las condiciones organizacionales por un lado y las capacidades necesidades cultura y situación personal del trabajador por otro. Estos factores pueden influir tanto positiva como negativamente en la salud rendimiento y satisfacción laboral (8,13,14).

Cuando son percibidos negativamente se convierten en riesgos potenciales que pueden causar daños psicológicos fisiológicos o sociales. Un informe reciente revela que cerca de la mitad de los latinoamericanos (48%) han experimentado estrés laboral diariamente. Los principales factores que contribuyen al agotamiento incluyen presiones laborales liderazgo deficiente y cultura tóxica con porcentajes de 54, 39 y 37 respectivamente.

En América Latina el estrés laboral es reconocido como una epidemia significativa en la vida moderna. Sin embargo, muchos profesionales consideran que un buen ambiente psicosocial está más asociado con conceptos de confort más allá del control tradicional de riesgos físicos químicos o biológicos. Actualmente las regulaciones se centran principalmente en establecer límites permisibles para exposiciones peligrosas físicas, pero no abordan adecuadamente prácticas ergonómicas ni riesgos psicosociales como altas velocidades de trabajo largas jornadas e inseguridad laboral (11,15). Esto sugiere una falta significativa en políticas efectivas para proteger a los trabajadores contra estos desafíos emergentes.

Ecuador enfrenta un nivel general de estrés del 54% debido a varios factores presentes en diferentes establecimientos especialmente en el sector salud. Estos factores están reconocidos por la OMS e incluyen tareas desagradables o monótonas exceso de trabajo falta de personal insumos insuficientes para pacientes y malas relaciones entre profesionales (¹¹). Esto genera un deterioro significativo en la productividad de los profesionales sanitarios que tienen contacto directo con los pacientes como es el caso del personal de enfermería (1,4).

En Ecuador existen estudios que demuestran que los trabajadores sanitarios enfrentan situaciones estresantes como responsabilidades hospitalarias ruidos iluminación inadecuada espacios insuficientes falta de personal mala comunicación entre compañeros e información insuficiente sobre pacientes. Además, se han encontrado altos niveles de estrés entre las enfermeras. Al nivel hospitalario aproximadamente el 29.8% presentan niveles elevados siendo los principales estresores la carga laboral excesiva y la exposición al sufrimiento y muerte de pacientes (13-15).

En un estudio regional que incluyó a Ecuador se encontró que cerca del 60% de las enfermeras experimentaron niveles significativos de estrés ocupacional relacionados principalmente con sobrecarga laboral escasez personal e inadecuado ambiente laboral. Estos hallazgos subrayan la necesidad urgente implementar medidas efectivas para abordar estos desafíos dentro del sistema sanitario ecuatoriano (16-17).

En el Centro Clínico Quirúrgico Hospital del Día Sangolquí del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) el personal de enfermería enfrenta estrés laboral en áreas como emergencia quirófano consulta externa y central de esterilización debido a múltiples factores de riesgo y componentes psicosociales tanto laborales como extra laborales que pueden desencadenar enfermedades ocupacionales. Este estudio reveló que la mayoría de los profesionales de enfermería reportaron tener al menos una lesión o enfermedad con diagnóstico médico y más de la mitad admitió tener dos o más problemas de salud (²³).

Además, presentan una mayor frecuencia en certificados médicos. Entre los problemas comunes se destacan las afecciones musculo esqueléticas ya que los profesionales suelen manifestar dolores musculares y derivar enfermedades del sistema musculoesquelético. Otra condición frecuente son cefaleas migrañas y neuritis especialmente entre las enfermeras que trabajan en consulta externa quienes enfrentan exigencias físicas significativas durante sus horarios laborales (22,23).

En igual modo, para el 66.1 % de los enfermeros (as), realizar demasiadas tareas que no son de enfermería son fuente generadora de estrés laboral. Según Jones et al. (²⁴), las enfermeras presentan mayor estrés en su trabajo al desarrollar tareas distintas a su rol; lo anterior también es comparable con lo expuesto por el Ministerio del Trabajo en sus soportes para la modificación de la legislación en salud ocupacional; dicho Ministerio afirma que es el contenido de las diversas tareas la que genera este trastorno laboral.

Otro asunto está en la falta de personal para cubrir adecuadamente el servicio es motivo frecuente de estrés, similar a lo expuesto en otras investigaciones con profesionales de enfermería, en las que se identifica como una causa de estrés moderado en el personal trabajar con poco recurso humano de apoyo (25-27).

Lo cual es comparable con lo expuesto en el estudio de Sarsosa-Prowesk y Charria-Ortiz (²⁸), en el que se evidencia que las unidades que generan mayor estrés son aquellas que reúnen pacientes críticos o terminales (hospitalización), pues en este estudio se obtuvo un 76% de afectación entre los trabajadores de esta área (²⁹). Igualmente, los datos obtenidos en su trabajo sobre desgaste profesional y factores asociados en enfermeras del servicio de Urgencias en Cartagena, en el que el 26,6% del personal de enfermería informó desgaste y fue más frecuente en personas menores de 40 años de edad, pues el promedio de los afectados es de 35 años (³⁰). Lo anterior explica el hecho de que los servicios con mayor flujo y rotación de pacientes son a los que se les atribuye mayor estrés.

CONCLUSIÓN

La revisión bibliográfica sistemática sobre el estrés laboral en profesionales de enfermería en consulta externa, tanto a nivel latinoamericano como específicamente en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), revela que este fenómeno es una preocupación significativa debido a sus graves consecuencias sobre la salud física y mental de las enfermeras.