INTRODUCCIÓN
El consumo de alcohol entre estudiantes universitarios es un problema de gran relevancia, con efectos adversos tanto en la salud física como mental. A nivel global, se ha documentado que en Rumania, el 79.9% de los estudiantes consume alcohol, y un 18% de los hombres presenta un consumo excesivo, relacionado con hábitos poco saludables, como el tabaquismo y una dieta inadecuada (1). En Myanmar, la prevalencia de consumo es del 20.3%, siendo más común en hombres (36.0%) que en mujeres (10.8%), donde la presión social y la desesperanza son factores de riesgo significativos (2). En Italia, el 53.3% de los universitarios son considerados consumidores de alto riesgo, con un 13.1% practicando binge drinking, impulsados por razones sociales y mecanismos de afrontamiento (3).
Estos patrones problemáticos de consumo están frecuentemente asociados a niveles bajos de autoestima, un concepto que se refiere a la percepción y evaluación que una persona tiene de sí misma (4). La baja autoestima se ha vinculado con un uso del alcohol como mecanismo para manejar el estrés social y emocional, lo que resalta la importancia de intervenciones que fortalezcan la autoestima como estrategia preventiva (5,6). Estudios en diversos países, incluyendo Estados Unidos y Noruega (7-9), han encontrado que la baja autoestima está relacionada con comportamientos de riesgo, mientras que en Alemania (3,4) se observó que los hombres tienden a asociar el consumo de alcohol con una mayor autoestima, contrastando con las expectativas más moderadas de las mujeres (7, 10).
En el contexto latinoamericano, investigaciones en Perú, México, Chile, Colombia y Ecuador han demostrado que la baja autoestima y las dinámicas familiares disfuncionales aumentan el riesgo de consumo problemático de alcohol entre los estudiantes (8). Por lo tanto, esta investigación se propone determinar la relación entre la autoestima y el consumo de alcohol en estudiantes universitarios de 18 a 25 años en una universidad privada de Lima Este, con el fin de desarrollar estrategias efectivas para abordar este problema.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se realizó bajo un diseño no experimental, ya que no se manipularon las variables de estudio en ningún momento. Además, se clasifica como una investigación descriptiva-correlacional. La parte descriptiva permitió identificar, especificar y analizar las propiedades, características y rasgos de los fenómenos en estudio, mientras que el enfoque correlacional buscó analizar las relaciones existentes entre dos o más variables. Asimismo, el diseño es de tipo transversal transeccional, ya que la recolección de datos se efectuó en un único momento temporal (11,12).
Para este estudio, se establecieron criterios de inclusión que abarcaron a estudiantes universitarios de ambos sexos, de todas las carreras, con edades entre los 18 y 25 años, y que estuvieran matriculados en el semestre académico 2023-2. Por otro lado, se consideraron como criterios de exclusión a aquellos estudiantes que no completaron la hoja sociodemográfica ni los cuestionarios, los que pertenecían a otras universidades y aquellos fuera del rango de edad establecido. La selección de la muestra se realizó mediante un muestreo no probabilístico de tipo intencional, basado en los criterios mencionados previamente.
A continuación, se presenta la distribución de los participantes según variables sociodemográficas. En cuanto a la variable edad, los participantes tenían una edad promedio de 19.13 años (DE = 0.83). Respecto al sexo, el 33.83% de los participantes eran hombres, mientras que el 66.17% eran mujeres.
Se utilizó el Cuestionario AUDIT, desarrollado por Fabor, Higgins-Biddle, Saunders y Monteiro. En Perú, Velásquez (13) realizó la validación del test AUDIT en la ciudad de Lima, distrito de Los Olivos, donde participaron 660 estudiantes (354 mujeres y 306 hombres) de 18 a 33 años de edad, a quienes se les administró una versión modificada del instrumento.
El cuestionario consta de 10 ítems, con respuestas puntuadas de 0 a 4, y evalúa tres áreas principales:
1. Consumo riesgoso de alcohol: incluye la frecuencia de consumo, la cantidad típica y la frecuencia de consumo elevado (ítems 1, 2 y 3).
2. Síntomas de dependencia y consumo perjudicial de alcohol: abarca la pérdida de control sobre el consumo, el aumento de la relevancia del consumo y el consumo matutino (ítems 4, 5 y 6).
3. Consumo perjudicial de alcohol: se refiere al sentimiento de culpa tras el consumo, las lagunas de memoria, las lesiones relacionadas con el alcohol y la preocupación de otros por el consumo (ítems 7, 8, 9 y 10).
Este enfoque permite una evaluación integral del comportamiento de consumo de alcohol entre los participantes.
La Rosenberg Self-Esteem Scale, fue creada por Rosenberg (14), la cual está conformada por 10 ítems, las premisas impares evalúan una autoestima positiva, los que se puntúan del 1 al 4 (siendo cuatro, el más alto puntaje), mientras que los ítems pares evalúan la autoestima negativa; respecto a sus propiedades psicométricas, posee un índice de fiabilidad de =.077 y un coeficiente de reproducibilidad de =.90.
Asimismo, cuenta con una validación en el contexto peruano realizada por Ventura-León, Caucho-Rodríguez y Barboza-Palomino (15). En cuanto a su composición, se trata de un instrumento unidimensional, conformado por diez ítems. Las alternativas de respuesta son las siguientes: muy en desacuerdo (1), desacuerdo (2), acuerdo (3) y muy de acuerdo (4).
El proceso de recolección de datos comenzó con la formalización del proyecto de investigación, asegurando la adecuada comunicación de los objetivos y procedimientos a los participantes. Los instrumentos seleccionados se digitalizaron en la plataforma Google Forms y se compartió el enlace del cuestionario con los participantes. Este cuestionario no tenía límite de tiempo para ser respondido, lo que permitió que los participantes lo completaran en el momento más conveniente. Antes de responder, se incluyó un consentimiento informado que describía claramente los objetivos y la naturaleza del estudio. Al finalizar, se expresaron palabras de agradecimiento a los participantes por su colaboración.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se presentan los hallazgos obtenidos tras el análisis estadístico de los datos recopilados respecto a los niveles de autoestima y el consumo de alcohol en estudiantes universitarios de una universidad privada de Lima Este. La Tabla 2, muestra que la mayoría de las variables se aproximan a la normalidad según los valores de asimetría (g1) y curtosis (g2). Consumo de riesgo de alcohol y síntomas de dependencia presentan distribuciones muy cercanas a la normalidad, mientras que AUDIT total y consumo perjudicial de alcohol tienen ligeros sesgos negativos y curtosis dentro de rangos aceptables. Sin embargo, autoestima muestra una desviación significativa de la normalidad debido a su alta curtosis (g2 = 4.09), lo que sugiere una distribución altamente apuntada. Esto indica que, salvo la autoestima, las variables son apropiadas para análisis que asumen normalidad.
La Tabla 3, muestra las correlaciones entre las dimensiones del AUDIT (consumo de riesgo de alcohol, síntomas de dependencia y consumo perjudicial de alcohol) y la autoestima. Todas las correlaciones son estadísticamente significativas (p<0.001), lo que indica relaciones consistentes entre las variables.
En cuanto a las dimensiones del AUDIT, se observa una alta interrelación entre ellas. La AUDIT total tiene una correlación muy fuerte con cada una de sus dimensiones: consumo de riesgo (r=0.83), síntomas de dependencia (r=0.86) y consumo perjudicial (r=0.85). Esto sugiere que estas dimensiones están altamente relacionadas y miden aspectos consistentes del consumo problemático de alcohol. Entre las dimensiones, la mayor correlación se da entre consumo de riesgo y síntomas de dependencia (r=0.66), mientras que consumo perjudicial tiene correlaciones más bajas con las otras dimensiones (r=0.52y r=0.57), aunque siguen siendo significativas.
La relación entre la autoestima y las dimensiones del AUDIT es negativa y fuerte, indicando que un mayor consumo problemático de alcohol se asocia con una menor autoestima. La AUDIT total presenta una correlación negativa alta (r=−0.73) con la autoestima, mientras que las dimensiones específicas también muestran correlaciones negativas notables: consumo de riesgo (r=−0.62), síntomas de dependencia (r=−0.53) y consumo perjudicial (r=−0.69). Esto sugiere que, a medida que aumenta la severidad de los problemas de consumo de alcohol, la autoestima disminuye significativamente.
Discusión
El estudio tuvo como finalidad determinar la relación entre la autoestima y el consumo de alcohol en estudiantes universitarios. Los resultados confirmaron una relación negativa significativa entre la autoestima y el consumo problemático de alcohol. En particular, la baja autoestima mostró una correlación negativa con el consumo de riesgo de alcohol (r = -0.62, p < 0.001). Este hallazgo coincide con los resultados de Schick, Nalven y Spillane (7), quienes identificaron que las mujeres universitarias con baja autoestima tienden a consumir alcohol como una forma de encajar socialmente. Asimismo, Subravgoudar y Rukumani (16) resaltaron que la baja autoestima es un factor psicológico clave en conductas adictivas, como el consumo de alcohol, especialmente en contextos donde el afrontamiento emocional es limitado.
En relación con los síntomas de dependencia, se observó una correlación negativa significativa con la autoestima (r = -0.53, p < 0.001). De igual manera Arsandaux et al. (2) identificaron patrones similares, destacando que una autoestima más baja está asociada con un mayor riesgo de dependencia al alcohol entre estudiantes universitarios, lo que subraya la necesidad de intervenciones psicosociales enfocadas en fortalecer este aspecto. Además, Singh (17), realizó un análisis comparativo entre personas con dependencia al alcohol y un grupo control, encontrando que los individuos dependientes presentaban niveles navels Más banjos de auto Estima y un minor adjusted social. Por okra part, Schick, Nalven y Spillane (7) también encontraron, en adolescentes indígenas estadounidenses, que la autoestima intrínseca se correlaciona negativamente con el consumo de alcohol, lo que sugiere que el tipo de autoestima (intrínseca o extrínseca) influye en las conductas relacionadas con el consumo de alcohol.
El consumo perjudicial de alcohol mostró la correlación negativa más alta con la autoestima (r = -0.69, p<0.001), indicando que a medida que aumenta el consumo perjudicial, disminuyen los niveles de autoestima. Este hallazgo se alinea con los resultados de Sæther et al.(9), quienes observaron que los estudiantes que consumen alcohol de manera perjudicial tienden a reportar menores niveles de satisfacción con la vida y un deterioro en la salud mental. En el contexto del Reino Unido, Szinay et al.(18) también hallaron que el consumo excesivo de alcohol está estrechamente vinculado con niveles más bajos de autoestima, incluso después de ajustar por factores sociodemográficos. Nadaleti et al.(19), por su parte, demostraron que esta relación también se extiende a trabajadores terciarizados en Brasil, lo que subraya que la conexión entre autoestima baja y consumo de sustancias no se limita exclusivamente al entorno estudiantil.
Por último, la puntuación total del AUDIT presentó una correlación negativa significativa con la autoestima (r = -0.73, p<0.001), lo que refuerza la evidencia de que la baja autoestima es un factor determinante en las conductas problemáticas relacionadas con el consumo de alcohol. Este hallazgo concuerda con el trabajo de Restrepo y Carvajal (11), quienes documentaron una relación similar entre la autoestima, el entorno familiar y el consumo de alcohol en estudiantes universitarios colombianos. Dean (20), en un estudio longitudinal con bebedores problemáticos no tratados, encontró que aquellos con baja autoestima mostraban una mayor dependencia del alcohol y menos días de abstinencia, lo que resalta la influencia de la autoestima en el mantenimiento de patrones de consumo problemático.
El diseño transversal del estudio impide establecer relaciones causales entre la autoestima y el consumo problemático de alcohol. Además, el uso de un muestreo no probabilístico limita la generalización de los resultados. La sobre-representación de mujeres en la muestra podría haber sesgado los resultados, dado que investigaciones previas señalan diferencias de género en la relación entre autoestima y consumo. Se recomienda realizar estudios longitudinales con muestras probabilísticas que permitan establecer causalidad y explorar la influencia de variables adicionales, como el apoyo social o el estrés académico. También sería valioso incluir análisis diferenciados por género y contexto cultural.
Los hallazgos subrayan la importancia de diseñar programas preventivos que fortalezcan la autoestima como estrategia clave para reducir el consumo problemático de alcohol. Estos programas pueden incluir intervenciones psicoeducativas en el currículo universitario, abordando tanto el afrontamiento emocional como las relaciones interpersonales. Las universidades deben implementar políticas de apoyo psicológico y espacios seguros para fomentar el bienestar emocional de sus estudiantes.
Por lo tanto, se concluye que el estudio confirma una relación negativa significativa entre la autoestima y el consumo problemático de alcohol. La autoestima baja se asocia
consistentemente con un mayor riesgo de consumo de alcohol, dependencia y consecuencias perjudiciales. Estos resultados destacan la importancia de desarrollar intervenciones preventivas basadas en la mejora de la autoestima, especialmente en poblaciones universitarias.
CONCLUSIONES
El presente estudio, que tuvo como objetivo determinar la relación entre la autoestima y el consumo de alcohol en estudiantes universitarios de 18 a 25 años de una universidad privada de Lima Este, ha revelado hallazgos significativos. Los resultados evidencian que la baja autoestima es un factor de riesgo para el consumo excesivo de alcohol en jóvenes universitarios. Esta asociación negativa y estadísticamente significativa sugiere que intervenciones dirigidas a mejorar la autoestima podrían ser una estrategia eficaz para prevenir el consumo problemático de alcohol en este grupo poblacional.
En particular, se encontró que, a mayor consumo de alcohol, menor es la autoestima de los jóvenes. Esto indica una relación moderada entre ambas variables, lo que resalta la importancia de abordar la autoestima como un componente crítico en la promoción del bienestar psicológico de los estudiantes.
Se recomienda a las entidades universitarias implementar tácticas informativas que concienticen a los estudiantes sobre las implicancias del consumo continuo de alcohol, incluyendo su impacto en la autoestima. Esto podría lograrse mediante charlas y videos prácticos, así como la participación de profesionales del área de psicología, quienes pueden ofrecer estrategias para fortalecer la autoestima tanto en el entorno universitario como en el hogar.
Además, se sugiere que otros profesionales del área realicen más investigaciones sobre este tema en jóvenes, con el fin de ampliar la educación sobre el consumo de alcohol y la autoestima, y así evaluar las tendencias a lo largo del tiempo en diferentes instituciones universitarias.
Es aconsejable que los jóvenes universitarios participen en actividades extracurriculares que prioricen rutinas físicas, lectura y deportes, lo que no solo fomentará hábitos saludables, sino que también evitará el aislamiento social y la posibilidad de caer en el consumo desmedido de alcohol.
Por último, se insta a los progenitores a establecer espacios de comunicación con sus hijos, donde puedan abordar las complicaciones que enfrentan tanto en el ámbito académico como personal. Fomentar un ambiente de comprensión y afecto es fundamental para que los jóvenes se sientan seguros y emocionalmente equilibrados, lo que contribuirá a incrementar su autoestima.

















