INTRODUCCIÓN
En educación básica generalmente se parte de la premisa de una adecuada interacción del trinomio educativo conformado por los estudiantes, sus padres o apoderados y los docentes debido a que así se obtienen logros de aprendizajes. Sin esta interacción de trabajo colaborativo es difícil obtener resultados favorables en la gestión de las instituciones educativas. Por ello, es importante conocer el desarrollo de las habilidades socioemocionales para poder direccionar las conductas sociales y los estados emocionales obteniendo progresos en el ámbito personal, profesional, familiar y laboral.
Conforme expone el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF] (2021) la educación es un derecho que se da por medio de la interacción de todos los actores educativos los cuales permiten el desarrollo de las habilidades. Asimismo, la Organización de las naciones unidas para la educación la ciencia y la cultura explicó (UNESCO, 2021) incorporó la presencia y desarrollo de las habilidades sociales considerándolas en los planes de estudio. Es así que en el cuarto objetivo para el desarrollo sostenible se tiene la educación inclusiva y de calidad como meta para el 2030, de ello se compromete a optimizar las habilidades interpersonales y emocionales de los estudiantes.
De acuerdo a la realidad de Ecuador, Obaco (2020) expuso que los principales problemas presentes en las instituciones educativas es la interacción del alumnado. Precisó que la falta de comprensión, respeto y aceptación de los demás son situaciones cotidianas las cuales dificultan las relaciones equilibradas con sus compañeros. Asimismo, la poca capacidad de mantener una actitud de confianza hace que las situaciones conflictivas no tengan soluciones. Para Espinoza y Gallegos (2020) esta realidad se da debido a que en los hogares no se está dando el cimiento necesario para desarrollar las habilidades sociales y emocionales. La falta de integración de la familia no permite que los estudiantes conozcan sus sentimientos y regulen patrones inadecuados. Respecto a la realidad de Chile, para Araneda y Montre (2021) el desarrollo de las habilidades socioemocionales es de suma importancia debido a que mejora progresivamente la formación de las habilidades sociales y emocionales de los estudiantes beneficiando al aprendizaje y la resolución de conflictos. Por medio de las pautas y actividades académicas se mejoran las habilidades interpersonales e intrapersonales permitiendo el reconocimiento y autorregulación de las emociones personales.
En el ámbito educativo, los estudiantes necesitan desarrollar tanto los aspectos cognitivos respectivos a cada área curricular como las habilidades sociales y emocionales, las cuales permitirán una mayor interacción con sus pares y maestros (Gutiérrez y Buitrago, 2019). En tal sentido, es necesario reconocer que las habilidades socioemocionales asegurarán el aspecto formativo como la socialización del individuo. De acuerdo con García (2020) las habilidades socioemocionales son consideradas con la misma importancia que las habilidades cognitivas debido a que garantizan el éxito. Es así que, para López (2008) el desarrollo de las habilidades sociales y emocionales debe ser estimulado desde la temprana edad para que así pueda darse una adecuada interacción en el transcurrir de su formación escolar. Es por ello que la socialización que se experimenta en la familia influirá en el sistema educativo consolidando habilidades encaminadas a lograr la aceptación entre sus pares (Díaz y Jaramillo, 2021).
El desarrollo de las habilidades socioemocionales se ha dado conforme se tiene los aportes de Gardner (2001) quien habló sobre la inteligencia interpersonal considerándola como la habilidad de relacionarse con los demás pudiendo identificar los estados de ánimo, motivaciones e intenciones. La discriminación que se realiza de acuerdo a los estados de ánimos permite a las personas a conocer las intenciones o deseos de los demás. Asimismo, se tuvo en cuenta la teoría de Goleman (1995) quien, en función a las primeras explicaciones de Gardner, expuso la inteligencia emocional centrándose en estudiar sobre las capacidades de entender, sentir, controlar los estados de ánimos propios o ajenos. De acuerdo con Ramos et al., (2022) y Treviño et al., (2019) las habilidades socioemocionales por ser actitudes que se evidencian en la integración con los demás, pueden ser modificadas por técnicas de conductas las cuales contribuirán a reducir las dificultades sociales.
Para Benítez y Victorino (2019) las habilidades socioemocionales son consideradas como los aprendizajes que permiten entender y regular las emociones para poder empatizar con los demás. En este sentido, se da importancia a los sentimientos y emociones debido a que son elementos importantes que generan en el cerebro una construcción de conocimiento óptimo. Es así que, conforme exponen Treviño et al., (2020), las habilidades socioemocionales tienen una gran repercusión en el avance académico debido a que las personas buscan obtener ventajas y resultados óptimos en base a su esfuerzo. Por medio de la planificación, organización y jerarquización se logra definir un plan de trabajo siendo los protagonistas del desarrollo de sus capacidades.
Por lo expuesto se tiene la necesidad de identificar ¿de qué manera las habilidades socioemocionales están presentes en las instituciones educativas de educación básica? De tal manera, que aportan como base para optimizar el desarrollo de los quehaceres académicos. Conforme a ello, se tuvo como objetivo de investigación analizar las habilidades socioemocionales en las instituciones educativas de educación básica.
METODOLOGÍA
Se realizó una revisión sistemática de artículos científicos en relación al tema de las habilidades socioemocionales en las instituciones educativas. En ello se recopiló 97 artículos de la base de datos de Scielo, Google académico y Exlibris para así sistematizarlos a través del gestor bibliográfico Zotero y poder realizar el análisis por medio del método Prisma.
La selección de los artículos se tuvo en cuenta en cuenta los criterios de inclusión tales como: estudios desarrollados entre el 2019 al 2023, donde estén los términos “habilidades sociales OR habilidades emocionales OR habilidades socioemocionales”, “educación básica NOT educación superior”. Asimismo, se consideraron los estudios publicados en Scielo, Google académico y Exlibris. Los criterios de exclusión se consideraron los estudios de educación superior, documentos de réplica y artículos de otras áreas.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
De los 97 artículos científicos identificados se seleccionaron 10 para la presente indagación. En la tabla 1 se visualizan los estudios seleccionados de acuerdo a la base de datos: cuatro artículos de Scielo, tres de Google académico y tres de Exlibris.
En la presentación de la Tabla 2 se consigna la distribución de los artículos considerando las habilidades socioemocionales que han descrito en sus estudios.
En la búsqueda de la información sobre el estudio de las habilidades socioemocionales en las instituciones educativas, se coincide con el aporte de Benítez y Victorino (2019) y García (2020) quienes exponen que las principales habilidades socioemocionales optimizan el aprendizaje de los estudiantes por lo que debe ser un proceso continuo y permanente que se aplique en el currículo académico del accionar de los maestros. En cuanto hay un proceso adecuado de formación social se integra con la educación emocional los cuales generan una personalidad integral en los estudiantes permitiendo afrontar los diferentes retos que plantea la vida de manera cotidiana. En este sentido, tal como lo señalan Suárez y Castro (2022), Díaz y Jaramillo (2021) y Castellanos et al., (2020), las estrategias cognitivas y emocionales mejorarán el entorno social y afectivo en el aprendizaje.
Asimismo, de acuerdo con Aristulle y Paoloni (2019) y Ferreira et al., (2021) el desarrollo de las habilidades socioemocionales se basa en los conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales los cuales son motivados en las aulas educativas para favorecer los resultados del desempeño académico. Es así que, en términos de Benítez y Victorino (2019) los maestros son los principales actores quienes deben desarrollar las competencias socioemocionales a partir de experimentos sobre los sentimientos en diferentes intensidades para poder comprender y encontrar respuestas que se adapten a los eventos presentes.
Para Castellanos et al., (2020) las habilidades socioemocionales se desarrollan en función a procesos de un aprendizaje colaborativo donde se explora un discurso socioemocional que hace énfasis en la construcción de los conocimientos permitiendo mantener una interacción de los diferentes procesos cognitivos, formativos y el sentimiento de pertenencia en la comunidad. Es así que el contexto socioemocional permite una construcción de ideas de las actividades cognitivas profundizando los aspectos del conocimiento. Por su parte, Treviño et al., (2019) describe las principales habilidades socioemocionales en función a la perseverancia, empatía, autorregulación y toma de decisiones las cuales contribuyen a alcanzar un mejor rendimiento académico. De ellos se tiene la importancia de mejorar los programas educativos con actividades que estimulen las habilidades socioemocionales.
Para Suárez y Castro (2022) los estudiantes se enfrentan a situaciones complejas la cual necesita de enfoques que contribuyan a las capacidades emocionales y sociales potencializando la interacción a través de la toma de decisiones, empatía, perseverancia y autoeficacia. Es así que, Díaz y Jaramillo (2021) exponen que las habilidades sociales se desarrollan en función al desenvolvimiento de la comunicación familiar la cual genera conductas que optimizan las relaciones interpersonales y proporcionan una mayor integración social generando confianza y motivación en el proceso educativo. Al igual que Sosa y Salas (2020) describen a las habilidades socioemocionales de acuerdo a una secuencia de habilidades básicas, avanzadas, relacionadas, alternativas, frente al estrés y planificación, que generan beneficio en el estudiante.
Conforme se genere una interacción a través del contacto físico, social, familiar, intelectual o personal con las otras personas se desarrollan las habilidades socioemocionales (Tacca et al., 2020). En este caso se debe contar con un desarrollo personal el cual involucra un autoconcepto y autoestima para así equilibrar las situaciones y responder a la demanda que se necesita. Conforme exponen Ramos et al., (2022) el desenvolvimiento emocional de los estudiantes se da por medio de la interacción y la amabilidad con sus pares evidenciando un trabajo en conjunto en diferentes áreas académicas.
CONCLUSIÓN
El desarrollo de las habilidades sociales y emocionales involucran un conjunto de actividades que se aprenden en un contexto interpersonal permitiendo resolver los problemas y adquiriendo una conducta favorable en la interacción. Es así que la familia y la escuela son los principales promotores de las habilidades sociales y emocionales permitiendo optimizar las capacidades en los estudiantes para un aprendizaje significativo. De ello se describe entre las habilidades la perseverancia la cual permite al estudiante optimizar su rendimiento académico alcanzando así las metas por medio de la persistencia en sus actividades y la planificación y organización de la jerarquía de la información; la comunicación que es la habilidad para generar un intercambio de información y brindar soluciones eficaces; la empatía que está asociada a la hora escolar debido a que permite percibir el pensamiento o sentimiento de las otras personas regulando nuestra capacidad de valorar sus emociones y atención generando así confianza y mayor valoración con los pares; la toma de decisiones la cual determina el rumbo que se desea obtener identificando los contextos y estrategias que optimizan el sector académico. Por medio de la toma de decisiones la autorregulación emocional madura obteniendo mayor satisfacción es los resultados que se tienen.

















