INTRODUCCIÓN
En las últimas décadas, la psicología positiva ha emergido como un campo transformador en el ámbito educativo, enfocándose en el desarrollo de fortalezas, el bienestar integral y la resiliencia en entornos académicos. Su aplicación en la educación superior ha ganado relevancia frente a desafíos globales, como la creciente demanda de salud mental estudiantil y la necesidad de modelos pedagógicos que fomenten el engagement y la realización personal (Palomera, 2017).
Entre 2019 y 2024, este enfoque ha experimentado un crecimiento exponencial, acelerado por circunstancias críticas como la pandemia de COVID-19, la cual redefinió las prioridades institucionales hacia estrategias centradas en el equilibrio emocional y la adaptabilidad. Este período, marcado por transformaciones sociales y tecnológicas, ofrece un escenario único para analizar cómo la investigación en psicología positiva ha respondido a las necesidades emergentes de las comunidades universitarias (Aizaga et al., 2024; Vallejo y Duran, 2024).
Además, investigaciones previas como la de Seligman et al. (2009) evidenciaron que la integración de intervenciones positivas en contextos universitarios contribuye significativamente a la satisfacción vital y el rendimiento académico, mientras que estudios recientes, como el de Salanova et al. (2022), han destacado el papel de la psicología positiva en la prevención del burnout estudiantil y docente, consolidando su pertinencia en la agenda educativa actual.
En este contexto, realizar un análisis bibliométrico se convierte en una herramienta indispensable para mapear la evolución y el impacto de este campo. A diferencia de las revisiones narrativas tradicionales, este enfoque cuantitativo permite identificar patrones ocultos en la producción científica, como la concentración temática, la productividad de autores e instituciones, y las redes de colaboración transnacionales.
Además, al examinar un intervalo reciente (2019-2024), el estudio captura tendencias contemporáneas, incluyendo el auge de investigaciones sobre intervenciones digitales y la medición del bienestar en entornos híbridos. Este marco temporal no solo refleja la madurez alcanzada por la disciplina, sino también su capacidad para adaptarse a crisis globales sin precedentes, situando a las universidades como laboratorios de innovación psicoeducativa (Pascual y Cabanillas, 2024).
Cabe destacar que, aunque existen revisiones previas sobre psicología positiva en educación, la mayoría se centran en niveles básicos o en contextos clínicos, dejando un vacío en la comprensión de su aplicación en educación superior . La especificidad de este ámbito -con desafíos únicos como la transición a la vida adulta, la presión académica y la inserción laboral- demanda un análisis diferenciado. Asimismo, la escasez de estudios bibliométricos actualizados limita la identificación de áreas prioritarias para futuras investigaciones, así como la evaluación de políticas institucionales basadas en evidencia. Este artículo busca llenar ese vacío al ofrecer una cartografía detallada de la producción científica reciente, integrando perspectivas cuantitativas y cualitativas (García et al., 2020; Rodríguez, 2017).
Por otro lado, la elección del método bibliométrico no solo responde a su rigor sistemático, sino también a su capacidad para develar dinámicas de poder académico, como la hegemonía de ciertas revistas o instituciones en la difusión del conocimiento. Al analizar indicadores como la cocitación de autores y la distribución geográfica de publicaciones, este estudio revela el acceso a recursos de investigación y oportunidades de colaboración. Tales resultados son cruciales para promover una ciencia más inclusiva, donde regiones tradicionalmente subrepresentadas -como América Latina o África- puedan contribuir con perspectivas culturalmente situadas al diálogo global sobre bienestar educativo (Lara et al., 2025).
Sumado a lo anterior, este trabajo se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, particularmente con el ODS 4 (Educación de calidad) y el ODS 3 (Salud y bienestar), al señalar cómo la psicología positiva puede ser un catalizador para entornos universitarios más equitativos y sostenibles (ONU, 2015). La pandemia evidenció que las instituciones que integraron prácticas basadas en fortalezas -como mentorías emocionales o programas de mindfulness- mostraron mayor resiliencia organizacional y menores tasas de deserción. Por tanto, caracterizar la producción científica en este campo no solo tiene implicaciones académicas, sino también socioeconómicas, al vincularse con la retención estudiantil y la productividad docente (Cassullo et al., 2025).
Sin embargo, a pesar de su potencial, la psicología positiva enfrenta críticas válidas, como el riesgo de simplificar problemas estructurales -por ejemplo, la precariedad laboral docente- bajo narrativas individualistas de “felicidad” (Prieto, 2006). Este análisis bibliométrico abordará tales controversias al identificar si las publicaciones recientes incorporan enfoques críticos o interculturales, o si, por el contrario, replican sesgos occidentales en la conceptualización del bienestar. Esta reflexión es esencial para evitar que el campo caiga en reduccionismos y para fomentar marcos teóricos que integren diversidad étnica, de género y socioeconómica.
Por otra parte, el estudio se estructura en tres secciones claves: (1) artículos, autores y revistas, (2) productividad de autores y revistas, (3) colaboración internacional entre países. Cada apartado combina datos cuantitativos -extraídos de PubMed- con análisis crítico, asegurando una visión holística del estado del arte. Al adoptar este enfoque mixto, el estudio no solo describe el “qué” de la investigación, sino también el “porqué” y el “para qué”, estableciendo puentes entre la academia, las políticas públicas y las prácticas educativas innovadoras.
Por consiguiente, el objetivo de la presente investigación es caracterizar la producción científica en psicología positiva aplicada a la educación superior entre 2020 y 2025, mediante un análisis bibliométrico, identificando tendencias temáticas, productividad académica, fuentes destacadas y colaboración internacional, para ellos se realizó una búsqueda exhaustiva en la base de datos PubMed. La relevancia de este estudio radica en que proporcionará un panorama actualizado y fundamentado sobre el estado del arte, permitiendo orientar futuras investigaciones, fortalecer la toma de decisiones institucionales y contribuir a la consolidación de entornos universitarios más saludables, inclusivos y sostenibles.
MATERIALES Y MÉTODO
La presente investigación adoptó un enfoque cuantitativo, de tipo descriptivo con un diseño de análisis retrospectivo de la literatura correspondiente al período 2020-2025. Objetivo principal fue caracterizar la producción científica en psicología positiva aplicada a la educación superior, durante este intervalo, utilizando el método bibliométrico como herramienta central del análisis. En consecuencia, se seleccionó la base de datos PubMed por su reconocimiento internacional y su rigor en la indexación de revistas científicas relevantes en el área.
El análisis bibliométrico se efectuó sobre un total de 1354 documentos indexados en PubMed, provenientes de 546 fuentes académicas distintas, lo que garantiza una muestra representativa y diversa de la producción científica global en el área de estudio durante el período considerado. Esta cantidad de registros constituyó la base para la extracción y análisis de indicadores bibliométricos relacionados con productividad académica, colaboración internacional y tendencias temáticas.
Para la búsqueda documental, se implementaron estrategias sistemáticas que incluyeron el uso de una ecuación de búsqueda estructurada: ("positive psychology"[Title/Abstract] OR "positive psychology"[MeSH Terms]) AND ("higher education"[Title/Abstract] OR university[Title/Abstract] OR college[Title/Abstract]) AND (research[Title/Abstract] OR study[Title/Abstract] OR studies[Title/Abstract]). Esta fórmula permitió filtrar artículos que integran la psicología positiva con contextos universitarios, priorizando investigaciones empíricas y revisiones teóricas.
Asimismo, se aplicaron filtros temporales (2020-2025) y lingüísticos (inglés y español) para asegurar la actualidad y accesibilidad de los resultados. Además, se implementaron protocolos de validación cruzada mediante términos relacionados (ej. "well-being", "socio-emotional skills") para minimizar omisiones relevantes. La estrategia combinó técnicas booleanas avanzadas con revisión manual de abstracts, optimizando la precisión y minimizando el ruido informativo. Este enfoque metodológico aseguró una muestra representativa de la producción científica global en el área, sentando las bases para análisis bibliométricos robustos sobre tendencias temáticas, colaboración internacional e impacto institucional.
Para el procesamiento y análisis de datos, se utilizó la librería Bibliometrix en R (versión 4.4.3, actualizada al 28-02-2025), que permitió generar indicadores clave sobre productividad académica, colaboración internacional y tendencias temáticas. Se aplicaron técnicas de minería de datos para extraer metadatos científicos (autores, afiliaciones, citas, palabras clave) y analizar patrones temporales, redes de coautoría y fuentes líderes en el campo.
Como parte del análisis bibliométrico, se empleó la Ley de Lotka, una ley bibliométrica que describe la distribución desigual de la productividad científica entre autores. Enunciada por Alfred Lotka en 1926, esta ley establece que la mayoría de los autores publican pocos trabajos, mientras que una minoría produce la mayoría de las publicaciones relevantes en un campo determinado. Matemáticamente, la ley se expresa como:
An=n2A1
En cuanto al procesamiento y análisis de datos, se empleó la librería Bibliometrix en R versión 4.4.3, herramienta que permitió generar indicadores clave sobre productividad académica y colaboración internacional. La metodología incluyó técnicas de minería de datos aplicadas a la base de PubMed, optimizando la extracción de metadatos científicos (autores, afiliaciones, citaciones y palabras clave). Los algoritmos implementados facilitaron la identificación de patrones temporales en la producción literaria, el mapeo de coautorías y la evaluación de fuentes líderes. Este enfoque metodológico robusto permitió no solo cuantificar la actividad investigativa, sino también identificar tendencias y patrones de colaboración en el campo.
RESULTADOS
El análisis bibliométrico identificó 1354 documentos indexados en 546 fuentes académicas, con una tasa de crecimiento anual del 5.4%, lo que refleja una consolidación progresiva del campo. En términos de autoría, se registró la participación de 9286 investigadores, de los cuales solo 25 (0.27%) publicaron de manera individual, destacando el predominio de trabajos colaborativos. La colaboración internacional alcanzó una tasa del 32.72%, con un promedio de 7.8 coautores por documento, lo que indica la existencia de redes transnacionales y equipos interdisciplinarios consolidados.
Por otro lado, la evaluación de las palabras clave empleadas por los autores permitió identificar un total de 3120 términos que describen los enfoques y temáticas predominantes en el área. La edad promedio de los documentos fue de 2.89 años, reflejando la reciente evolución de la producción científica. No se registraron referencias ni citas promedio por documento en los datos extraídos, lo que limita el análisis de impacto bibliométrico basado en citaciones. Los datos fueron validados mediante técnicas de revisión sistemática para asegurar su precisión y coherencia con los objetivos del estudio.
Estos datos subrayan la naturaleza globalizada de la producción científica en psicología positiva aplicada a educación superior, donde la sinergia entre instituciones y la especialización temática impulsan la productividad. Además, el bajo porcentaje de autores individuales sugiere una tendencia colectivista en la generación de conocimiento, característica de campos interdisciplinarios que requieren integración de perspectivas metodológicas y culturales. La distribución geográfica de las colaboraciones, con núcleos destacados en Asia y América del Norte, refleja patrones de liderazgo académico vinculados a políticas nacionales de innovación educativa y financiamiento prioritario en bienestar estudiantil.
Además, la evaluación de las palabras clave empleadas por los autores permitió identificar un total de 3120 términos utilizados para describir los enfoques y temáticas predominantes en el campo de estudio. Asimismo, se examinó la edad promedio de los documentos, establecida en 2.89 años, lo que refleja la reciente evolución de la producción científica en el área. No se registraron referencias ni citas promedio por documento en los resultados extraídos de la base de datos, limitando el análisis de impacto bibliométrico basado en citaciones. Los datos recopilados fueron validados mediante técnicas de revisión sistemática para asegurar su precisión y coherencia con el objetivo del estudio. A continuación, en la tabla 1, la distribución de artículos, revistas y productividad de autores:
Tabla 1 Distribución anual de artículos, principales revistas y productividad de autores en psicología positiva aplicada a la educación superior (2020-2025)

La tabla 1 sobre la producción científica, mostró fluctuaciones entre 2020 y 2024, con un máximo en 2024 (291 artículos, 21.49%) y un mínimo en 2021 (229 artículos, 16.91%). El año 2020 registró 269 artículos (19.87%), mientras que la recuperación en 2022-2024 se mantuvo estable entre 21% y 21.5%. En 2025 se contabilizaron 28 artículos (2.07%), correspondientes a datos preliminares.
Por otra parte, las revistas más relevantes fueron International Journal of Environmental Research and Public Health (6,87%) y PLOS ONE (6,35%), destacan por su enfoque interdisciplinario, integrando salud pública, psicología y educación. Títulos como BMC Public Health (3,47%) y Frontiers in Public Health (2,36%) refuerzan la conexión entre bienestar colectivo y entornos educativos.
Esta interdisciplinariedad editorial se complementa con la concentración de contribuciones en autores clave, cuyos perfiles revelan redes colaborativas transnacionales. La escasa representación de revistas especializadas en psicología educativa subraya la preferencia por marcos aplicados, un patrón que también se evidencia en la distribución de la autoría.
En cuanto a la autoría, Wang Y (26 artículos) y Chen H (16) dominan la producción, con una marcada presencia de investigadores asiáticos (apellidos Li, Wang, Zhang). Esta concentración de productividad contrasta con la distribución general de autores, donde el 92,4% publicó un solo artículo. La alta fragmentación de contribuciones (ej. Li X: 14 artículos, 2,78 fraccionalizados) refleja colaboraciones multiautorales, típicas de proyectos complejos. Este desequilibrio entre autores ocasionales y líderes temáticos se ajusta a los patrones descritos por la ley de Lotka, que cuantifica la desigualdad en la productividad académica.
En relación a la distribución sigue el patrón clásico de Lotka: el 92,4% de los autores (8.580) contribuyó con un solo artículo, mientras solo el 0,03% (3 autores) superó los 10 trabajos. Esta asimetría refuerza la idea de que el campo depende de una minoría activa, como Wang Y (26 artículos), cuyas contribuciones orientan líneas de investigación prioritarias. La presencia de líderes temáticos sugiere que, pese al crecimiento del área, su consolidación requiere de redes institucionales estables. En conjunto, esos hallazgos delinean un campo emergente, marcado por la interdisciplinariedad, la influencia de contextos globales y una estructura colaborativa polarizada entre investigadores ocasionales y núcleos académicos especializados. En la figura 1, nube de palabras.

Figura 1 Nube de palabras clave más frecuentes en la producción científica sobre psicología positiva aplicada a la educación superior (2020-2025)
La figura 1 presenta una nube de palabras que muestra los términos más frecuentes en la producción científica sobre psicología positiva aplicada a la educación superior entre 2019 y 2024. Entre los términos más prominentes incluyen “humans”, “female”, “male”, “adult”, “adolescent”, “middle aged” y “young adult”, lo que indica un enfoque en diversas etapas del desarrollo humano dentro del ámbito educativo. Asimismo, la presencia de términos como “cross-sectional studies” y “surveys and questionnaires” revela una preferencia por diseños metodológicos cuantitativos y transversales en la investigación del área.
Esta distribución sugiere que la psicología positiva en educación superior ha priorizado el estudio de grupos poblacionales variados, evaluando sus experiencias y bienestar a través de encuestas y estudios de corte transversal. Además, la preponderancia de términos asociados a metodologías de investigación refleja el rigor científico aplicado en los estudios, lo que contribuye a la solidez de los hallazgos. La diversidad etaria en los sujetos de estudio sugiere una preocupación por el bienestar en distintas etapas del desarrollo, abarcando desde la infancia hasta la adultez joven. Estos resultados no solo demuestran la amplitud del campo de investigación, sino que también proporcionan insumos valiosos para futuras investigaciones que busquen profundizar en los efectos de la psicología positiva en distintos segmentos de la comunidad universitaria. Tabla 2, a continuación, tópicos y tendencias temáticas:
Tabla 2 Tópicos y tendencias temáticas en la producción científica sobre psicología positiva aplicada a la educación superior (2019-2024)
En la tabla 2 se evidencia una focalización en dimensiones demográficas y psicosociales, con “Humanos” (1302 apariciones) y “Femenino” /“Masculino” (793/694) como términos predominantes, reflejando un interés por la diversidad en las poblaciones estudiantiles. Conceptos propios de la psicología positiva, como “Autoeficacia” (38) y “Resiliencia psicológica” (26), aunque menos frecuentes, emergen con medianas en 2021-2024, indicando una transición desde factores generales (por ejemplo, “Factores socioeconómicos”: (26) hacia constructos específicos del campo.
Por otro lado, los cuartiles temporales muestran que temas como “Factores sexuales” (Q1:2020) y “Mediana edad” (Q1:2020) mantuvieron relevancia sostenida hasta 2024, indicando una base estable de investigación en intersecciones entre edad, género y educación. En contraste, “Resiliencia psicológica” (mediana:2024) y “Padres/psicología” (mediana:2023) destacan como tendencias recientes, asociadas a postpandemia y enfoques familiares en bienestar estudiantil. La concentración de términos en 2024 (ej. “China”, “Estudiantes de enfermería”) sugiere una diversificación temática acelerada, orientada a aplicaciones prácticas en grupos específicos. Esta progresión desde categorías amplias hacia microanálisis contextualizados refleja la maduración del campo, equilibrando teoría psicológica con demandas socioeducativas concretas.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de adaptar intervenciones a perfiles etarios, de género y socioeconómicos, mientras que la resiliencia y autoeficacia apuntan a fortalecer competencias intra-personales en estudiantes. El énfasis en “China” invita a explorar modelos interculturales, contrastando prácticas orientales y occidentales en educación superior. Además, la aparición de “Reproducibilidad de resultado” resalta la urgencia de estandarizar diseños de investigación para asegurar transferibilidad a entornos educativos heterogéneos. Estos hallazgos, en conjunto, delinean un campo en expansión que prioriza tanto la inclusividad como la aplicabilidad, requiriendo colaboraciones transdisciplinarias para abordar complejidades emergentes en salud mental y desarrollo académico. En cuanto a la colaboración entre países, la Figura 2, a continuación:

Figura 2 Mapa de colaboración internacional en investigación sobre psicología positiva aplicada a la educación superior (2020-2025)
La Figura 2 muestra un mapa de colaboración internacional basado en coautorías entre países en la investigación sobre psicología positiva aplicada a la educación superior durante 2020-2025. Estados Unidos, China y Australia se destacan como nodos centrales, generando múltiples vínculos con otras regiones. Las líneas rojas que conectan diferentes países indican la intensidad de la colaboración, reflejando una interacción académica global sólida en este campo.
La presencia de conexiones dispersas entre países de América Latina y Europa indica una expansión progresiva de la investigación, aunque con menor peso relativo en comparación con los países líderes. Este panorama evidencia la importancia de fortalecer redes de cooperación entre instituciones para impulsar una producción científica más diversa y representativa.
Por otra parte, el análisis bibliométrico de la colaboración internacional permite identificar patrones de asociación entre países y detectar los principales centros de producción científica. La predominancia de Estados Unidos y China sugiere una concentración del conocimiento en regiones con mayor infraestructura investigativa, lo que podría influir en la dirección y el impacto de los estudios realizados. La colaboración entre distintos actores académicos no solo facilita el intercambio de metodologías y enfoques, sino que también contribuye a la consolidación de líneas de investigación emergentes en psicología positiva y educación superior.
Estos resultados indican la necesidad de fomentar redes más inclusivas y fortalecer la cooperación interdisciplinaria para ampliar el alcance y la aplicabilidad de la investigación en este ámbito.
DISCUSIÓN
Los resultados de este análisis bibliométrico evidencian una consolidación progresiva de la investigación en psicología positiva aplicada a la educación superior, en línea con lo reportado por Faná et al. (2022), quienes también observaron una diversificación temática y un aumento en la colaboración internacional con la disciplina. Este auge se alinea con la creciente preocupación global por la salud mental y el bienestar estudiantil como lo han señalado Lupano y Castro, (2010) y Paillacho y Méndez, (2024), reflejándose un interés creciente por constructos como la resiliencia, la autoeficacia y el compromiso académico. Estos hallazgos se comparan con los de García et al. (2020) y Palomera (2017), quienes destacaron la eficacia de la psicología positiva para promover el florecimiento humano en contextos educativos.
La intensificación de la colaboración internacional observada en nuestro estudio coincide con lo descrito por Salinas y Sánchez (2020), quienes resaltaron que la participación de investigadores de diferentes países enriquece la disciplina con perspectivas culturales diversas y enfoques innovadores. Este fenómeno también se alinea con Correa et al. (2024), que documentaron una creciente conectividad intercontinental en la investigación educativa, favoreciendo la transferencia de buenas prácticas y la adaptación cultural de intervenciones. Sin embargo, a diferencia de estudios previos que situaban a Estados Unidos como el centro indiscutible de la producción científica (Ruvalcaba y Tarragona, 2023), nuestros resultados muestran una presencia asiática creciente, especialmente de China, lo que sugiere una transición hacia una multipolaridad investigativa, tal como indican Córdova et al. (2023) y Dámaso et al. (2023).
La intensificación de la colaboración internacional observada en este estudio coincide con lo descrito por Salinas y Sánchez, (2020), quienes resaltaron que la participación de investigadores de diferentes países enriquece la disciplina con perspectivas culturas diversas y enfoques innovadores. Esta tendencia hacia la colaboración global contribuye a la difusión de conocimientos y prácticas efectivas, así como a la adaptación de intervenciones a contextos culturales específicos, fomentando un enfoque más inclusivo y culturalmente sensible en la aplicación de la psicología positiva a la educación superior, lo que a su vez, redunda en la validez de los resultados.
Este fenómeno también se alinea con Correa et al. (2024), que documentaron una creciente conectividad intercontinental en la investigación educativa, favoreciendo la transferencia de buenas prácticas y la adaptación cultural de intervenciones. Sin embargo, a diferencia de estudios previos que situaban a Estados Unidos como el centro indiscutible de la producción científica (Ruvalcaba y Tarragona, 2023), nuestros resultados muestran una presencia asiática creciente, especialmente de China, lo que sugiere una transición hacia una multipolaridad investigativa, tal como indican Córdova et al. (2023) y Dámaso et al. (2023).
Asimismo, la diversificación de revistas y la preferencia por publicaciones de enfoque interdisciplinario, como International Journal of Environmental Research and Public Health y PLOS ONE, refuerzan la tendencia observada por Freire et al. (2020) y Sandoval y López, (2017) acerca de la expansión de la psicología positiva hacia dominios de la educación. Este patrón contrasta con la escasa representación de revistas especializadas en psicología educativa, lo que sugiere que el campo privilegia marcos aplicados y colaboraciones transdisciplinarias, en línea con la recomendación de integrar la psicología positiva en currículos universitarios para potenciar competencias socioemocionales y flexibilidad psicológica (Barahona et al., 2013; Gordillo, 2023; Romero et al., 2013).
En cuanto al análisis de productividad académica, se observa una marcada concentración en un reducido núcleo de autores -particularmente de origen asiático-, fenómeno que se alinea con la ley de Lotka y estudios bibliométricos previos sobre la distribución desigual de la autoría en disciplinas emergentes (Gordillo, 2023; Urbizagástegui, 2005). Los datos revelan un escenario polarizado: el 92,4% de los autores registra una única publicación, mientras que apenas el 0,03% supera los diez trabajos, consolidándose como líderes temáticos que definen agendas investigativas prioritarias.
Esta dinámica, característica de campos en consolidación, refleja tanto la fragmentación disciplinar como la naturaleza colaborativa de los proyectos actuales, donde redes transnacionales y consorcios institucionales adquieren protagonismo. La concentración de autoría en figuras clave -vinculadas a universidades asiáticas con alta inversión en I+D- sugiere una reconfiguración geopolítica del conocimiento, en la que la especialización temática y la acumulación de capital académico operan como factores determinantes para la visibilidad internacional.
Respecto a las redes de colaboración, los resultados muestran una intensificación de la cooperación internacional, especialmente entre Asia, Europa y Norteamérica, fenómeno que ya había sido anticipado por Correa et al., (2024). Esta tendencia se asocia con la globalización de la investigación y la creciente disponibilidad de plataformas digitales para la gestión colaborativa de proyectos (Valerio et al., 2018). Sin embargo, a diferencia de estudios previos donde la colaboración era predominantemente intracontinental, se observa ahora una mayor conectividad intercontinental como señalan, Lupano y Castro, (2010) y Park et al. (2013), lo que favorece la transferencia de buenas prácticas y la adaptación de intervenciones a contextos culturales diversos.
El surgimiento de universidades chinas y australianas como centros de innovación tecnológica representa un cambio significativo respecto a la hegemonía tradicional de instituciones anglosajonas, en línea con los planes quinquenales y políticas estatales de inversión en I+D (Wang, 2025). Esta tendencia se refleja también en la incorporación creciente de la psicología positiva en los currículos universitarios, tanto como estrategia preventiva como de desarrollo integral, según Vélez et al. (2023) y estudios recientes sobre intervenciones curriculares basadas en la evidencia y la evaluación mixta de resultados, combinando métodos cuantitativos y cualitativos para captar la complejidad de las experiencias estudiantiles (Palomera, 2017; Herrada et al., 2023; (Cingolani y Castañeiras, 2011).
Si bien estudios previos destacaban limitaciones en la integración curricular de la psicología positiva -como la falta de consenso en contenidos, metodologías pedagógicas y escasez de evaluaciones longitudinales (Chim et al., 2024; Lou y Xu, 2022)-, la literatura reciente evidencia avances significativos en la sistematización de buenas prácticas. Investigaciones actuales como las de Chen et al. (2025) demuestran progresos en la replicabilidad de intervenciones basadas en evidencia, gracias al desarrollo de protocolos estandarizados y marcos adaptativos que priorizan la transferencia intercultural. Este salto cualitativo se manifiesta en la creación de guías pedagógicas modulares, diseños híbridos (presenciales-virtuales) y estrategias de evaluación multimodal, que permiten ajustar las intervenciones a contextos institucionales diversos -desde universidades occidentales hasta sistemas educativos asiáticos.
Por otro lado, la literatura especializada evidencia una consolidación en el análisis de dimensiones demográficas y psicosociales -género, edad y nivel socioeconómico- como variables predictivas del bienestar psicológico en entornos académicos (Durón et al., 2022). Sin embargo, estudios recientes destacan una transición hacia microanálisis contextuales que examinan poblaciones específicas, como estudiantes de enfermería y comunidades asiáticas, identificadas como nichos emergentes (Núñez et al., 2015).
Esta evolución refleja una doble tendencia: por un lado, la necesidad de diseñar intervenciones adaptadas a perfiles particulares, considerando factores culturales y disciplinarios; por otro, la creciente preocupación por garantizar equidad e inclusividad en políticas educativas globales. Así, mientras variables macro -como brechas socioeconómicas- mantienen relevancia, el énfasis en microcontextos permite abordar desafíos situados, como el estrés académico en carreras sanitarias o la adaptación de modelos occidentales a cosmovisiones orientales, marcando un avance metodológico y epistemológico en el campo.
Por último, la creciente preocupación por la reproducibilidad de resultados y el rigor metodológico, evidenciada por el incremento de términos asociados en la literatura científica reciente, surge como respuesta a las demandas de estandarización de diseños investigativos y garantía de transferibilidad de hallazgos (Heintzelman y Kushlev, 2020; Nosek et al., 2022). Este énfasis en la robustez metodológica adquiere especial relevancia en disciplinas emergentes y de rápida expansión -como la psicología positiva aplicada a educación-, donde la heterogeneidad de enfoques y el riesgo de sesgos metodológicos pueden obstaculizar la consolidación de un corpus teórico sólido. En este contexto, la adopción de protocolos estandarizados -pruebas psicométricas validadas, muestras representativas y diseños longitudinales- se posiciona como estrategia clave para asegurar la validez externa y comparabilidad internacional de los estudios.
CONCLUSION
El análisis bibliométrico evidencia que la investigación en psicología positiva aplicada a la educación superior (2020-2025) experimentó un crecimiento significativo, impulsado por la necesidad de abordar desafíos globales como la salud mental estudiantil y la adaptación a entornos educativos híbridos. La colaboración internacional se intensificó, con liderazgo de países como Estados Unidos y China, aunque persisten desigualdades en la representación regional.
La producción científica se caracteriza por una diversificación temática que prioriza constructos como resiliencia, autoeficacia y bienestar, reflejando respuestas adaptativas a crisis como la pandemia de COVID-19. Asimismo, se identificó una marcada concentración de autoría en núcleos académicos asiáticos, en concordancia con patrones de productividad desigual descritos por la ley de Lotka.
El campo priorizó enfoques interdisciplinarios y metodologías cuantitativas, aunque se advierte la necesidad de fortalecer perspectivas críticas e interculturales para evitar sesgos reduccionistas. Estos resultados resaltan el potencial de la psicología positiva como herramienta para promover educación de calidad y bienestar (ODS 3 y 4).
Finalmente, se subraya la urgencia de políticas inclusivas y fomentar redes colaborativas globales que integren la diversidad cultural, con el fin de enriquecer futuras investigaciones y contribuir a la construcción de entornos universitarios más equitativos y sostenibles.














