INTRODUCCIÓN
La educación es considerada un derecho fundamental y un pilar esencial para lograr un desarrollo sostenible. Sin embargo, un gran número de niños y jóvenes en edad escolar no tienen acceso a una enseñanza de calidad, lo que ha llevado a numerosos países a priorizar la optimización de inversiones en este sector dentro de sus políticas públicas, promoviendo amplias reformas educativas. Estas diferencias en los sistemas educativos a nivel global se evidencian en los resultados obtenidos en evaluaciones internacionales, como el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se realiza cada tres años y permite analizar la calidad, equidad y eficiencia del sistema educativo de cada nación (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2019).
Dentro del ámbito educativo, tanto los docentes como los estudiantes son factores determinantes en la calidad de la enseñanza (Sanz et al., 2020). En muchas regiones, el bajo rendimiento académico y la falta de acceso a una educación de excelencia están directamente relacionados con el modelo educativo. Factores como la competencia y práctica pedagógica del profesorado, el liderazgo escolar y la eficiencia en la gestión administrativa influyen significativamente en estos resultados (Barber y Mourshed, 2008).
A nivel mundial, se ha identificado que la calidad del aprendizaje depende en gran medida del desempeño docente y su interacción con la gestión escolar. Países como Singapur han implementado sistemas de evaluación del desempeño docente, exigiendo evaluaciones anuales realizadas por los directivos de las instituciones educativas. China, por su parte, ha desarrollado un sistema complejo para evaluar a los docentes a nivel nacional, local e institucional, con responsabilidad recayendo en los directivos y la comunidad educativa, quienes valoran el rendimiento profesional y ético de los educadores. En contraste, Finlandia adoptó un modelo basado en la confianza y la autoevaluación, eliminando la supervisión escolar formal y promoviendo una cultura de autonomía y responsabilidad profesional (Ventas, 2016).
En América Latina, países como Chile han implementado un sistema de evaluación docente que incluye un informe de desempeño elaborado por el director y el subdirector de la institución, tanto en el ámbito público como privado. Este sistema también considera la revisión de una carpeta pedagógica, el análisis de una grabación de una sesión educativa de 40 minutos y una autoevaluación del docente para obtener una visión más completa de su desempeño. En contraste, en México no existen lineamientos claros para evaluar el rendimiento docente, lo que ha generado controversia y percepciones negativas. Los actores educativos critican los métodos utilizados, considerándolos subjetivos, punitivos y carentes de contexto, además de que los directivos encargados de la evaluación no siempre están adecuadamente preparados para esta tarea (Ventas, 2016; Oliveira et al., 2024).
En el caso del Perú, miembro de la OCDE, la baja calidad educativa en la educación básica ha motivado diversas reformas lideradas por el Ministerio de Educación, como la Ley General de Educación N.º 28044 (2003), la Ley N.º 28740 del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE, 2016) y la Ley N.º 29062 de Carrera Pública Magisterial (2007). La promulgación de la Ley N.º 29944, la Ley de Reforma Magisterial, estableció regulaciones detalladas sobre el ejercicio de la docencia y creó organismos de apoyo como el Consejo Nacional de Educación (CNE), encargado de desarrollar el Proyecto Educativo Nacional al 2036. El SINEACE supervisa la calidad educativa en instituciones públicas y privadas, mientras que la Unidad de Medición de la Calidad (UMC) evalúa anualmente los logros de aprendizaje. Sin embargo, los resultados siguen siendo poco alentadores (Ministerio de educación del Perú [MINEDU], 2019; Leiva et al., 2025).
La deficiente preparación de los docentes y su desempeño en el aula han sido identificados como factores clave en el bajo rendimiento educativo en el Perú. Además, la gestión escolar suele centrarse en aspectos administrativos, dejando de lado su rol en la mejora de la enseñanza (García y Campana, 2020), y se caracteriza por una estructura jerárquica rígida con escasa participación y autonomía. Si no se realizan ajustes en la estructura educativa y se implementan estrategias de evaluación y mejora continua para docentes y directivos, será difícil alcanzar los estándares esperados, lo que podría llevar al estancamiento del sistema educativo. Ante esta situación, en 2012 y 2014, el Ministerio de Educación del Perú aprobó directrices orientadas a establecer estándares de desempeño para docentes y directivos, como el Marco de Buen Desempeño Docente y el Marco de Buen Desempeño del Directivo, con el objetivo de mejorar la calidad educativa y fortalecer el liderazgo pedagógico (Ministerio de educación del Perú [MINEDU], 2018).
El director de una institución educativa no solo debe ser un líder pedagógico capaz de motivar y guiar a su equipo docente, sino que también debe desempeñar un papel clave en la gestión institucional y en la toma de decisiones estratégicas (MINEDU, 2018). Sin embargo, su liderazgo debe complementarse con la colaboración de otros agentes educativos, basándose en principios de participación y trabajo en equipo (Cóndor-Quimbita, y Remache-Bunci¸ 2019). En la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) N.º 05, la baja calidad educativa se refleja en los resultados de la Evaluación Censal de Estudiantes (ECE) de 2019, donde solo el 16,9 % de los alumnos alcanzó un nivel satisfactorio en Comunicación, el 19,9 % en Matemáticas y el 10,2 % en Ciencia y Tecnología en la educación secundaria.
Este estudio busca analizar la relación entre el desempeño docente con la calidad educativa en instituciones públicas. Con esto, se pretende establecer lineamientos para optimizar el proceso educativo en las instituciones, contribuyendo a la mejora de los logros académicos y, en última instancia, a una educación de mayor calidad en el contexto de la educación pública peruana.
MÉTODO
Este estudio tuvo un enfoque cuantitativo y un diseño correlacional, con el objetivo de analizar la relación entre la calidad educativa y el desempeño docente. En un contexto donde la innovación educativa y las exigencias del sistema de enseñanza requerían estrategias para fortalecer la labor docente, esta investigación buscó evidenciar la influencia de la calidad educativa en el desempeño docente en diversas instituciones.
Para la recolección de datos, se aplicaron cuestionarios en cinco instituciones educativas, con la siguiente distribución de participantes:
La población del estudio estuvo conformada por 201 docentes. Debido a su carácter censal, la muestra incluyó a la totalidad de los participantes, lo que permitió un análisis integral de las variables en estudio.
Para la medición de las variables, se utilizaron dos instrumentos principales: el Cuestionario sobre desempeño docente, basado en MINEDU (2020), y el Cuestionario sobre calidad educativa, desarrollado por el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE, 2016), con la misma adaptación. Ambos cuestionarios, conformados por 22 ítems en escala Likert ordinal, fueron aplicados en cada institución educativa, con un tiempo estimado de 25 minutos por participante. La confiabilidad de los instrumentos se confirmó mediante el coeficiente alfa de Cronbach, obteniéndose valores de 0.916 y 0.759 en el primer cuestionario, y de 0.942 y 0.844 en el segundo.
Los datos obtenidos fueron tabulados y organizados en una distribución de frecuencias. Para determinar el análisis inferencial más adecuado, se aplicó la prueba de Kolmogorov-Smirnov, la cual evidenció que los datos no seguían una distribución normal. En consecuencia, se utilizó la prueba de correlación de Spearman para evaluar la relación entre las variables y contrastar las hipótesis, garantizando coherencia metodológica con el enfoque y diseño del estudio.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La distribución de los resultados correspondiente a la variable Calidad Educativa y sus dimensiones se reporta en la Figura 1. Se observa que, para el caso de las dimensiones Gestión Estratégica (X1), Formación Integral (X2), Soporte y Recursos (X3) y la variable Calidad Educativa (X), la categoría “Media” es la que reporta más casos, mientras que para la dimensión Resultados (X4), la categoría “Alta” es la más frecuente, con 65 casos, que equivale al 37.36% de la muestra. El subgrupo con menor cantidad de casos reportados corresponde a la categoría “Baja” de la dimensión Resultados (X4), con 48 sujetos (27.59% de la muestra), mientras que el subgrupo con más sujetos es el nivel Medio de la dimensión Soporte y Recursos (X3), con 66 casos, que equivale al 37.93% de la muestra.
Para identificar un posible patrón de comportamiento, se organiza una distribución de frecuencias para la variable desempeño docente y sus dimensiones, los resultados se organizan en la Figura 1. Se observa que, para todos los casos, la categoría “Moderado” es la más reportada; el subgrupo con mayor recuento corresponde a la variable Desempeño Docente (Y), con 90 casos (51.72% de la muestra), mientras que el nivel deficiente de la misma variable reporta el subgrupo con menor frecuencia, con 41 sujetos (23.56% de la muestra).
A fin de determinar el tipo de análisis a realizarse, se desarrolla una prueba de normalidad, cuyos resultados se reportan en la Tabla 2. Para todos los casos, la hipótesis nula plantea la normalidad del conjunto de datos; en 9 de los 10 factores analizados, la significancia de la prueba es inferior al umbral prestablecido, por lo que, en esos casos, se rechaza la hipótesis de normalidad, solamente el factor Desempeño Docente (Y) reporta un p-valor de 0.2000, por lo que en ese caso sí se acepta la hipótesis de normalidad.
A fin de determinar si la variable dependiente y sus dimensiones están relacionadas con la variable independiente, se desarrolló una prueba de correlación de Spearman, considerando la no normalidad de los datos. Para todas las hipótesis analizadas, el p-valor o significancia de la prueba es menor a 0.05, con base a esto, puede afirmarse que:
La gestión estratégica (X1) ejerce una influencia significativa en el desempeño docente (Y) en las instituciones educativas públicas peruanas.
La formación integral (X2) ejerce una influencia significativa en el desempeño docente (Y) en las instituciones educativas públicas peruanas.
La gestión de soporte y recursos (X3) ejerce una influencia significativa en el desempeño docente (Y) en las instituciones educativas públicas peruanas.
La gestión de resultados (X4) ejerce una influencia significativa en el desempeño docente (Y) en las instituciones educativas públicas peruanas.
La calidad educativa (X) ejerce una influencia significativa en el desempeño docente (Y) en las instituciones educativas públicas peruanas.
Discusión
El principal hallazgo de esta investigación fue la existencia de una relación estadísticamente significativa (r = 0.8552, p <0,05) entre la calidad educativa y el desempeño docente. Este resultado es consistente con lo reportado en estudios previos de Pérez (2022), Rodríguez (2020), Feria (2023), Rojas (2020) y Asencio (2022), quienes también encontraron que una mayor calidad educativa se asocia con un mejor desempeño docente. Sin embargo, Leyva (2022) obtuvo resultados divergentes en su estudio con 60 estudiantes de tercero a quinto grado de secundaria, donde no se halló una correlación significativa (r = 0.024, p=0.858). Según el autor, esta discrepancia podría deberse a dos factores: a) el centro educativo analizado se encuentra en una zona rural y b) el desempeño docente está influenciado por otros componentes, como el desarrollo personal, conflictos familiares y valores, que pueden alterar su nivel.
Respecto a los factores que inciden en la calidad educativa y el desempeño docente, Pérez (2022) señala que, si bien el desempeño docente es un elemento clave, no es el único determinante de la calidad educativa. Entre otros factores mencionados por los docentes encuestados en su estudio destacan el apoyo técnico-pedagógico, la burocracia en los procesos educativos, evaluaciones docentes percibidas como injustas, el perfil de los estudiantes y la formación inicial y continua del profesorado. En este sentido, Gálvez y Milla (2018) sostienen que la evaluación del desempeño docente es un proceso complejo cuya aplicación varía según las regiones y los sistemas políticos, lo que refuerza la necesidad de considerar un enfoque contextualizado en su medición e interpretación.
En línea con estos hallazgos, Guaicha (2019) enfatiza que la idoneidad de la formación docente influye en todas las dimensiones del desempeño profesional. Según este autor, una formación inadecuada afecta la eficiencia y eficacia del docente, limitando su capacidad para planificar y gestionar adecuadamente el proceso de enseñanza-aprendizaje. En su estudio, los docentes encuestados fueron cuestionados por sus propios estudiantes en aspectos como la planificación, la gestión del aula y la formación profesional, lo que sugiere la necesidad de fortalecer estos componentes dentro de la educación docente.
Por otro lado, Agualongo et al., (2023) también encontraron una correlación significativa entre desempeño docente y calidad educativa (r = 0.442, p < 0.05). Sin embargo, estos autores subrayan que la calidad educativa no depende exclusivamente del desempeño docente, sino también de otros factores. En particular, identificaron una relación significativa (r = 0.763) entre el desempeño docente y el aprendizaje cognitivo. Además, su estudio mostró que las instituciones analizadas presentaban un desarrollo limitado en la calidad educativa, evidenciado por el bajo puntaje obtenido en el factor padres, madres de familia y comunidad (media = 1.33, nivel "en inicio"). No obstante, el desempeño docente se ubicó en un nivel "logrado" (media = 18.25), lo que sugiere que, aunque los docentes han desarrollado de manera adecuada el proceso de enseñanza-aprendizaje, persisten desafíos en el entorno educativo que pueden afectar la calidad general de la educación.
Por lo tanto, los hallazgos de este estudio se alinean con la literatura existente al confirmar la relación entre calidad educativa y desempeño docente. No obstante, las investigaciones revisadas evidencian que esta relación no es exclusiva ni lineal, sino que está mediada por múltiples factores, como el contexto socioeconómico, la formación profesional y el apoyo institucional. Estos resultados resaltan la importancia de considerar una perspectiva integral en la evaluación del desempeño docente, que contemple no solo su impacto directo en la calidad educativa, sino también las condiciones estructurales que influyen en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
CONCLUSIONES
El estudio permitió determinar una relación significativa entre la calidad educativa y el desempeño docente, evidenciando que una gestión eficiente del entorno educativo impacta directamente en la labor del profesorado y en los resultados del aprendizaje.
La articulación entre el personal directivo y docente resulta clave para fortalecer el proceso educativo. Mientras los directivos tienen la responsabilidad de garantizar condiciones óptimas mediante la provisión de recursos y la definición de estrategias claras, los docentes desempeñan un papel fundamental en la creación de ambientes de aprendizaje que favorezcan el desarrollo estudiantil.
El desempeño docente no solo depende de la aplicación de estrategias pedagógicas efectivas, sino también del desarrollo de competencias transversales como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el trabajo colaborativo. En este sentido, la formación continua se consolida como un factor determinante para optimizar la enseñanza y responder a las demandas del contexto educativo.
La planificación estratégica y la gestión eficiente de recursos materiales e infraestructurales contribuyen a mejorar la calidad educativa. Más allá de la disponibilidad de materiales, es fundamental identificar y atender necesidades específicas de capacitación, como la integración de tecnologías en la enseñanza. Para ello, resulta recomendable implementar evaluaciones periódicas que permitan adaptar las estrategias de formación a los requerimientos del personal docente.
El fortalecimiento de una cultura organizacional orientada al logro incide directamente en la motivación y el compromiso profesional. Diseñar programas de formación y reconocimiento institucional contribuye a elevar los estándares de desempeño y a mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Desde un enfoque integral, la gestión educativa debe abordar la planificación, el uso eficiente de recursos, la formación docente y la consolidación de un entorno institucional favorable. Solo mediante un trabajo coordinado y estratégico será posible optimizar el desempeño del profesorado y garantizar una educación de calidad.
CONFLICTO DE INTERESES. El autor declara que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.



















