INTRODUCCIÓN

En el marco de la educación inclusiva, la atención en las necesidades particulares de diversos grupos estudiantiles se ha convertido en un componente esencial para garantizar un desarrollo educativo equitativo y completo (^{Nistal et al., 2024}). Entre estos grupos, los estudiantes sordos enfrentan desafíos significativos en el ámbito de la lectoescritura, donde la adquisición de habilidades lingüísticas y la participación plena en el proceso educativo pueden presentar obstáculos únicos. A lo largo de los años, se ha observado un creciente interés en comprender y abordar las barreras que afectan la inclusión y el desarrollo académico de estudiantes sordos. Sin embargo, a pesar de los avances en tecnologías de asistencia y métodos pedagógicos adaptativos, persisten desafíos considerables en la facilitación de una educación que sea verdaderamente inclusiva y accesible para este grupo demográfico.

La comunidad sorda, considerada como un grupo social y cultural, ha llevado a cabo diversas iniciativas educativas con el objetivo de obtener un reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional de su sistema lingüístico dentro del ámbito escolar. ^{Motta y Rivera (2023}) señalan al respecto que, entre estas acciones, resalta el examen crítico desde perspectivas técnicas, pedagógicas y pragmáticas del modelo rehabilitador intervencionista que, durante varios decenios, se ha centrado en la oralización de sus procesos comunicativos. En Latinoamérica, la sociedad solía considerar a las personas sordas como individuos con una patología que impactaba negativamente su acceso a servicios y educación. Aunque esta creencia persiste en algunos lugares, su prevalencia ha disminuido considerablemente. Bajo esta concepción, en algunos lugares, han cambiado su forma de entender la sordera, en otros aún persisten enfoques que consideran la sordera como una enfermedad o discapacidad que debe corregirse, lo cual puede afectar negativamente la calidad de los servicios y la educación ofrecidos a la comunidad sorda (^{Noel, 2019}).

En Perú, se han registrado más de 500 mil personas con discapacidad auditiva, no obstante, es evidente la insuficiencia de intérpretes y colegios especializados que enseñan la lengua de señas. A pesar de que la lengua de señas peruana, está oficialmente reconocida en el país, la disponibilidad limitada de intérpretes y la escasa presencia de instituciones educativas especializadas plantean desafíos para la comunidad sorda en términos de acceso a servicios y educación adecuada (^{Isuiza et al., 2020}).

Asimismo, ^{Galvis (2021}) sostiene que los procesos de escritura se fundamentan en el análisis lingüístico y cognitivo, haciendo una clara distinción entre transcripción y alfabetización. Según su estudio, los niños sordos pasan por las mismas etapas de aprendizaje de la escritura que los niños oyentes. Estos niños crean hipótesis, escriben a partir de sus nombres, nominan objetos utilizando las letras de sus respectivos nombres, y siguen pautas de variación cualitativa mínima. Además, hacen una distinción entre los conceptos de transcripción y alfabetización. Galvis también considera la alfabetización como el aprendizaje de una segunda lengua, que implica un intenso proceso metalingüístico facilitado por la exposición a la lengua de signos en diversos entornos comunicativos.

El objetivo del estudio es analizar cómo se aborda la inclusión educativa de estudiantes sordos a través de una revisión sistemática de literatura especializada, identificando las prácticas pedagógicas, barreras y estrategias que influyen en su proceso de lectoescritura. Este análisis resulta fundamental, ya que la inclusión educativa es un derecho reconocido internacionalmente, pero su implementación enfrenta barreras significativas, como la limitada disponibilidad de intérpretes de lengua de señas y la insuficiencia de recursos adaptativos en las instituciones educativas. Además, comprender cómo los docentes pueden fomentar el desarrollo de la lectoescritura en estudiantes sordos no solo responden a una necesidad educativa, sino que también contribuyen a la igualdad de oportunidades y la plena participación de esta población en la sociedad.

METODOLOGÍA

La investigación se llevó a cabo utilizando un enfoque cualitativo de tipo descriptivo y un diseño de revisión documental con el método PRISMA, que proporciona un marco integral para realizar revisiones sistemáticas y metaanálisis de manera transparente y rigurosa. Este enfoque permitió una recopilación y análisis exhaustivos de la literatura existente entre el 2019 y 2024 sobre la inclusión educativa de personas sordas y el papel del docente en el desarrollo de habilidades de lectoescritura. A través de PRISMA, se garantizaron la calidad y la consistencia de los datos recopilados, asegurando resultados fiables y bien fundamentados.

Los cuatro pasos fundamentales de una revisión académica - planificación, redacción, revisión y edición - fueron abordados en su totalidad a través de una revisión exhaustiva de la bibliografía. Para el estudio se recopilaron publicaciones científicas de bases de datos como Scielo, Scopus, ERIC y EBSCO. El protocolo de búsqueda fue (lectoescritura OR alfabetización) AND (estudiantes sordos OR alumnos con discapacidad auditiva OR personas con pérdida auditiva) AND (lengua de señas OR lenguaje de señas OR comunicación visual) AND (tecnologías de asistencia OR recursos tecnológicos OR dispositivos de apoyo OR herramientas digitales).

El análisis se desarrolló bajo un enfoque cualitativo, procedimientos rigurosos para garantizar la relevancia y calidad de los estudios seleccionados. Los criterios de inclusión fueron que los artículos debían abordar la inclusión educativa en estudiantes sordos, enfocarse en su proceso de lectoescritura, resaltar la lengua de señas como lengua materna, o analizar el impacto de las tecnologías de asistencia en este contexto. Asimismo, se consideraron únicamente estudios empíricos o revisados sistemáticamente.

Se excluyeron trabajos que trataron poblaciones diferentes o que no abordaran las temáticas mencionadas. Inicialmente, se identificaron 150 estudios mediante búsquedas en bases de datos científicas, pero tras aplicar filtros específicos -incluyendo la publicación entre 2019 - 2024 y en idiomas inglés o español-, se seleccionaron 18 artículos. Este proceso permitió recopilar información actualizada y relevante para el objetivo del estudio. Los filtros y criterios garantizaron un análisis enfocado en los aspectos clave del tema investigado.

Figura 1 Resultados de búsqueda 

DESARROLLO Y DISCUSIÓN

La Tabla 1, muestra una sistematización de estudios recientes sobre educación inclusiva dirigida a estudiantes sordos. Estos estudios analizan cómo se implementa la inclusión en las aulas regulares, identificando los principales desafíos que enfrentan docentes en este proceso. Asimismo, destacan las necesidades más relevantes para mejorar la calidad de la educación inclusiva.

Tabla 1 Educación inclusiva dirigida a estudiantes sordos. 

El análisis de los estudios recopilados puso en evidencia que la educación inclusiva ha avanzado hacia un modelo que valora la diversidad y promueve el respeto por las necesidades únicas de cada estudiante, pero aún enfrenta importantes desafíos. Si bien los docentes muestran actitudes generalmente favorables hacia la inclusión, la falta de formación adecuada y la resistencia a capacitarse limitan la implementación efectiva de estrategias inclusivas, especialmente en el caso de estudiantes sordos. La ausencia de intérpretes y la percepción de incompatibilidad con objetivos pedagógicos tradicionales refuerzan la necesidad de una preparación inicial y continua del profesorado que garantice entornos inclusivos.

Además, es fundamental promover cambios legales y pedagógicos, desarrollar redes de apoyo integrales, y fomentar una percepción social positiva desde un enfoque sociocultural. El fortalecimiento del compromiso de toda la comunidad educativa con enfoques inclusivos debe ser acompañado por alianzas estratégicas con otros movimientos por la equidad, abordando las tensiones existentes con respeto y apertura.

Por ello, es crucial transformar las concepciones sobre colaboración y coenseñanza, ya que una colaboración efectiva impacta directamente en la mejora de las estrategias pedagógicas, los procesos de evaluación y la convivencia escolar, consolidando una educación inclusiva más equitativa y sostenible.

Tabla 2 Lengua de Señas y Comunicación 

En los estudios analizados se puede evidenciar que la lengua de señas desempeña un papel fundamental en la comunicación, el desarrollo cognitivo y social, y la formación de la identidad cultural de las personas sordas. Estos estudios destacan su relevancia en entornos educativos bilingües y su impacto positivo en la interacción familiar, especialmente cuando las familias adoptan activamente la lengua de señas para comunicarse. Asimismo, se subraya la necesidad de reconocer y fortalecer la lengua de señas como primera lengua para garantizar una comunicación plena e inclusiva.

A pesar de su importancia, las personas sordas continúan enfrentando barreras debido a la limitada comprensión de la lengua de señas en la sociedad en general, lo que perpetúa brechas comunicativas. En respuesta a esta problemática, se han desarrollado sistemas tecnológicos basados en visión por computadora y reconocimiento de gestos, con el objetivo de cerrar dichas brechas y facilitar la interacción entre comunidades sordas y oyentes.

Estos hallazgos subrayan la urgencia de promover la educación inclusiva mediante estrategias que valoren la lengua de señas y fomenten la diversidad lingüística. Al mismo tiempo, se necesita un cambio de perspectiva que abandone la visión patológica de la sordera, priorizando la comunicación inclusiva y el respeto por las experiencias únicas de las personas sordas.

Tabla 3 Lectoescritura en personas sordas 

Los estudios revisados destacan la importancia de enfoques pedagógicos específicos para mejorar los procesos de lectoescritura en la comunidad sorda, considerando sus particularidades lingüísticas y sensoriales. La adquisición temprana de la lengua de señas y su integración en entornos bilingües-biculturales son clave para desarrollar habilidades lingüísticas sólidas que respalden la lectura y escritura.

Además, se evidencia que la escasez de vocabulario y las dificultades asociadas a la comprensión lectora y la expresión escrita están estrechamente vinculadas al acceso limitado al lenguaje desde la primera infancia. Esto subraya la necesidad de implementar estrategias educativas que fortalezcan el desarrollo temprano del vocabulario, incluyan materiales didácticos accesibles y adopten enfoques metalingüísticos.

En consecuencia, se hace un llamado a cerrar la brecha educativa mediante la creación de recursos tecnológicos y pedagógicos que promuevan una educación inclusiva y efectiva, garantizando que las personas sordas alcancen su máximo potencial en la lectoescritura y en su desarrollo integral.

Tabla 4 Tecnología de asistencia 

Los estudios analizados resaltan la importancia de las tecnologías de asistencia en la mejora de la inclusión y el desempeño educativo de las personas con discapacidad auditiva. Estas herramientas, basadas en la lengua de signos y tecnologías auditivas avanzadas, promueven la accesibilidad, la participación activa y la igualdad de oportunidades en diversos entornos educativos y sociales. Sin embargo, persisten desafíos como la falta de acceso equitativo a estas tecnologías y la necesidad de un desarrollo más avanzado que garantice su efectividad y universalidad. Es esencial cerrar estas brechas mediante esfuerzos que integren la investigación, el diseño inclusivo y la implementación efectiva en los sistemas educativos. Además, el impacto positivo de estas tecnologías en la vida social y académica subraya su potencial para fomentar una sociedad más inclusiva que valore la diversidad y respete las necesidades específicas de la comunidad sorda.

Discusión

La educación inclusiva representa un principio fundamental para promover la equidad y el respeto a la diversidad en los entornos escolares. Este enfoque no solo busca garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, sino también transformar el sistema educativo tradicional. ^{Ortiz (2023}) enfatiza que la verdadera inclusión trasciende la mera integración de estudiantes con necesidades especiales, demandando un cambio estructural que valore la diversidad como un recurso esencial para la comunidad educativa. Para lograr este objetivo, es necesario adaptar los recursos y las estrategias pedagógicas de manera que se atiendan las necesidades individuales de cada alumno.

Sin embargo, la implementación de este enfoque presenta retos significativos. ^{Higuera et al. (2023}) subrayan que, a pesar de la actitud favorable de muchos docentes hacia la inclusión, en la práctica se enfrentan a barreras importantes, como la falta de formación especializada y el acceso limitado a recursos. Estas dificultades estructurales pueden generar resistencia y desmotivación, lo que afecta negativamente el desarrollo de entornos inclusivos. En el caso específico de los estudiantes sordos, la ausencia de comunicación efectiva, como el uso de intérpretes en el aula, se convierte en un obstáculo crítico para su desarrollo académico y la creación de un ambiente equitativo.

Ante este escenario, ^{Quintero (2020}) destaca la necesidad de una preparación inicial adecuada y un desarrollo profesional continuo para los docentes. La formación no solo mejora sus competencias pedagógicas, sino que también fomenta una actitud positiva hacia la inclusión y fortalece su compromiso con la educación inclusiva. Además, Quintero resalta la importancia de involucrar a toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias y actores sociales, en el proceso de inclusión. Este compromiso colectivo resulta esencial para crear entornos escolares verdaderamente inclusivos.

Por otra parte, la inclusión efectiva de los estudiantes sordos debe considerar sus capacidades lingüísticas, cognitivas y comunicativas. Según ^{Rodríguez et al. (2022}), es fundamental fortalecer las prácticas inclusivas desde una perspectiva legal y pedagógica, además de establecer redes de apoyo que integren a la familia, la escuela y la comunidad. Asimismo, resulta crucial fomentar una percepción social positiva hacia las personas sordas mediante un enfoque sociocultural que valore su potencial y su contribución a la sociedad.

En este contexto, las alianzas estratégicas con otros movimientos que promueven la inclusión y la justicia social representan una oportunidad valiosa para enriquecer las prácticas inclusivas. Sin embargo, ^{Artiles y Kozleski (2019}) advierten que dichas alianzas pueden enfrentar retos derivados de tensiones históricas y políticas. Superar estas barreras exige un enfoque colaborativo, basado en el respeto mutuo y el compromiso, que permita avanzar hacia una inclusión real y efectiva.

Por su parte, ^{Figueroa et al. (2020}) argumentan que los obstáculos en la inclusión educativa están estrechamente vinculados a la necesidad de transformar las prácticas pedagógicas tradicionales y mejorar el desarrollo profesional de los docentes. La inclusión no debe limitarse a integrar a estudiantes con necesidades especiales en aulas regulares, sino que debe implicar la revisión de las metodologías de enseñanza, fomentar la colaboración entre los actores educativos y adaptar las estrategias de evaluación para asegurar que sean justas y accesibles para todos.

Además, la literatura revisada resalta la importancia de la lengua de señas como la primera lengua de las personas sordas, promoviendo una comunicación completa e integral desde una edad temprana (Marzo et al., 2020). Su enseñanza no solo facilita la expresión de pensamientos y emociones, sino que también impacta positivamente en el desarrollo cognitivo, social y en la formación de la identidad cultural de esta comunidad. Además, se subraya que la lengua de señas debe ser promovida en entornos educativos bilingües, ya que permite a los estudiantes sordos beneficiarse de un enfoque que combina la lengua de señas con el lenguaje escrito, fortaleciendo sus competencias comunicativas y su desarrollo integral (^{Otárola, 2020}).

A pesar de los avances en la comprensión y promoción de la lengua de señas, persisten brechas en su reconocimiento formal y en su integración efectiva en el entorno educativo. La escasa participación de los padres en el aprendizaje de la lengua de señas de sus hijos representa una barrera significativa, que debe ser superada mediante programas de formación familiar (^{Bolaños y Casallas, 2020}). Asimismo, el estudio de ^{Rastgoo et al. (2021}) enfatiza que la diversidad de experiencias lingüísticas de los usuarios enriquece la lengua de señas, promoviendo su evolución y adaptabilidad a diferentes contextos.

Por otro lado, podemos apreciar que la enseñanza de la lectoescritura a personas sordas enfrenta importantes retos, especialmente por las diferencias fundamentales en los procesos cognitivos y lingüísticos respecto a sus pares oyentes. Si bien algunos estudios señalan que los niños sordos atraviesan las mismas etapas de aprendizaje de la escritura que los oyentes, las estrategias tradicionales de enseñanza basadas en el oralismo no resultan efectivas (^{Galvis, 2021}; ^{Solís y Rojano, 2021}). La ausencia de conciencia fonológica, crucial en el aprendizaje de la lectura, limita la comprensión del lenguaje escrito por parte de los estudiantes sordos.

En este contexto, se destaca la importancia de enfoques pedagógicos que integren la lengua de señas y promuevan la mediación bilingüe-bicultural, lo que permitiría a los estudiantes sordos desarrollar habilidades de lectoescritura más sólidas (Bracamonte y Barreiro, 2021). Además, el vocabulario limitado se identifica como un factor que afecta tanto la comprensión lectora como la expresión escrita. Según Bracamonte y Barreiro (2021), la adquisición temprana de la lengua de señas contribuye a un mejor desarrollo del vocabulario y, por ende, a un rendimiento superior en lectura y escritura.

En relación, a las tecnologías de asistencia vemos que han experimentado avances significativos, mejorando la calidad de vida de las personas sordas y facilitando su inclusión en entornos educativos y sociales. Según Rodríguez et al. (2023), el desarrollo de sistemas de reconocimiento de lengua de señas y dispositivos interactivos ha permitido superar barreras comunicativas, promoviendo la igualdad de oportunidades. Sin embargo, también se identifican limitaciones, como el acceso desigual a estas tecnologías y la necesidad de culminar proyectos en desarrollo para su implementación efectiva.

^{Bell y Foiret (2020}) destacan que el uso de tecnologías de asistencia auditiva en entornos educativos genera efectos positivos en el rendimiento académico y en el desarrollo de habilidades sociales de los estudiantes. Asimismo, ^{Frush (2019}) subraya que, pese a los avances en audífonos e implantes cocleares, persisten brechas en el rendimiento en lectura y lenguaje hablado, lo que evidencia la necesidad de seguir investigando sobre el impacto de estas tecnologías en la educación de personas sordas.

Finalmente, ^{Singh y Jeet (2019}) enfatizan que la tecnología de asistencia puede reducir el estrés asociado a la comunicación entre personas sordas y oyentes, mejorando su interacción social y su participación en diferentes ámbitos. No obstante, es fundamental garantizar el acceso equitativo a estas herramientas y promover su adopción en entornos educativos y laborales.

CONCLUSIÓN

La educación inclusiva para estudiantes sordos plantea retos considerables, pero también ofrece una oportunidad única para transformar el sistema educativo en un proceso más equitativo. La inclusión de estudiantes sordos requiere un enfoque integral que combine formación docente, fortalecimiento de redes de apoyo y un cambio en la percepción social. Solo mediante un esfuerzo colaborativo y sistémico se podrá avanzar hacia una educación inclusiva que no solo respete la diversidad, sino que también la valore como un recurso fundamental para el aprendizaje y el desarrollo de toda la comunidad educativa

Asimismo, si bien se han logrado avances significativos en el reconocimiento de la lengua de señas, el desarrollo de habilidades de lectoescritura y el uso de tecnologías de asistencia, persisten importantes desafíos. Es fundamental continuar promoviendo entornos bilingües que integren la lengua de señas y el lenguaje escrito, así como garantizar el acceso equitativo a tecnologías de asistencia.

La adopción de estrategias pedagógicas inclusivas y la implementación efectiva de tecnologías de asistencia permitirán cerrar las brechas educativas y sociales que enfrenta la comunidad sorda. Además, el fortalecimiento del apoyo familiar y la sensibilización de la sociedad en general contribuirán a la creación de entornos más inclusivos y equitativos, promoviendo el pleno desarrollo y participación de las personas sordas en todos los ámbitos de la vida.